- ¿Entonces crees en la vida
en otros planetas?- pregunto, sujetando su cara con una de sus manos, aun
estábamos acostados, yo mirando hacia el techo, el de lado mirándome a mí.
- Quiero creer en ella, seria aburrido si no
fuera así… además solo imagínalo… si hace miles de millones de años éramos solo
un punto flotante entre miles de puntitos en una de muchas galaxias, no puede
ser tan cruel la ley del universo de solo darnos vida a nosotros… seria como
desperdiciar un esfuerzo tan grande como el bing bang!
Kaz comenzó a reír. Su mano
acaricio mi brazo.
-
¿Las leyes del universo? – A él le
gustaba escucharme, parecía divertido.
-
Sí, eso existe, estoy seguro. Sé
que las dimensiones son un complot entre el universo y el mundo espiritual,
imagina que cuando mueres, tu cuerpo viaja a otra dimensión, entonces tu aun
existes solo que en un espacio y tiempo paralelo, las leyes del universo dicen
que la energía solo se transforma, nunca desaparece… es estúpido entonces
pensar que somos los únicos que viven en el universo, debe haber más vida… o…
otro tipo de vida o existencia que cohabita con nosotros pero no son
susceptibles a nuestros ojos. Creo que los fantasmas podrían ser almas que se
perdieron en el cruce entre dimensiones, tal vez el limbo existe después de
todo… – Me calle cuando mi estomago hizo presencia con un gruñido
extremadamente fuerte y gracioso, mi estomago era un anarquista.- Oh…
Reventamos de risa los dos.
-
Tú sí que eres un caso especial
Hyde.- dijo acariciando con su mano mi estomago, como buscando darle consuelo.
-
Lo siento… no acostumbro a pasar
muchas horas sin comer…
-
Está bien ya van a ser las 9 de la
noche de todas maneras, cenemos algo.- El iba a comenzar a levantarse, pero yo
lo sujete, aun había algo por preguntar.
-
¿Qué pasa pequeño?
-
Yo… quiero saber algo…- titubeé.
-
Claro, pregúntame – Me miro un poco
extrañado.
-
Yo… es que…- ¿y si le molestaba la
pregunta?
-
Hyde amo verte sonrojar pero la
curiosidad no es mi fuerte.
-
Yo… - tome aire, “si le molesta me
disculpo y se acabo”- ¿Fue tu primera vez?
El abrió un
poco los ojos, luego sonrió. Al parecer mi pregunta le gustaba.
-
¿Por qué crees que fue la primera?
– pregunto serio de pronto y hasta un poco preocupado, maldita sea. Acababa de
faltarle el respeto asumiendo en mi pregunta que era la primera vez para él,
¿no? Tal vez pensaría que no me gusto, tal vez lo haga dudar de si lo hizo
bien, ¡Hideto! ¿Por qué no piensas antes de preguntar? Ok…. Entonces pensemos
antes de responder.
-
Lo pregunto porque… dijiste que
nadie había dormido en tu cama y… también…. Dijiste que era primera vez… que
saboreabas… a alguien.- Buena respuesta Hideto, el no pensara que eres un mal
agradecido, después de todo. Kaz pestañaba lentamente, ¿Por qué leerlo era tan
difícil?
-
Fue la primera vez que lo hago con
un hombre.- Dijo mirándome a los ojos, sin vergüenza, sin timidez pero con
dulzura en su voz.
-
¿De verdad? – wau.
-
Si. ¿Estuvo mal? – ¿Qué? ¡NO! Su
rostro fue de verdadera preocupación, yo quise auto abofetearme.
-
No… no, claro que no. – El no
parecía convencido, maldita sea. – Fue increíble Kaz-kun, yo… mierda, de verdad
lo disfrute demasiado ¿sí? No se te ocurra dudar de lo grandioso que fue, fue
la mejor experiencia de mi vida… de verdad. –
Lo m ire enojado por pensar lo contrario. Creí que era la expresión que
más le podía convencer.
-
Tranquilo, sé que te gusto. – Se
acerco para besar mi mejilla, pero se quedo allí, escondiendo su rostro bajo el
mío.
-
¿Lo sabes?.... – no hubo respuesta.
– Kaz….mi Kaz, ¿estás bien?
-
Mm.. tu olor es exquisito. – No sé
cuál fue mi rostro, pero eso definitivamente me sorprendió.
-
¿Mi olor? – Pensé que era el único
que se fijaba en esas cosas con gusto.
-
El olor de tu piel, no se parece a
nada que yo haya sentido antes… es acogedor.
-
Kaz… - sentí mi corazón derretirse.
– ¿Kaz?- me asaltaron más dudas.
-
Dime Hyde.- Mi nombre no se
escuchaba igual de sus labios.
-
Yo… ¿estuve bien?..- otra vez
silencio, oh no… no le gusto. – Prometo que para la próxima yo hare más cosas,
esta vez no hice nada, pero no te preocupes para…- él se rio. Una inseguridad
extraña comenzó a nacer en mí.
-
Me encanto Hyde, me encanto, no
puedo creer que lo preguntes si quiera. Y no te esfuerces tontito, hacerte el
amor no involucra esfuerzos, es puro y fuerte placer, no finjas conmigo, no
sientas vergüenza, simplemente sé mío, es lo único que quiero. Es increíble
pero en estas horas de conversación tú has sabido mas de mí que todos mis
cercanos juntos. Estoy siendo trasparente y confiando en ti, por favor haz lo
mismo y deja de preocuparte.
Oh.
Sus
palabras me dejaron encantado.
“Solo
llevas dos días conociéndolo Hyde, no le digas que lo amas… que lo adoras, que
amas como habla, que te derrite, que si confías en el incluso sin conocerlo del
todo, y que él puede confiar en ti todo lo que el necesite, porque nunca le
fallaras.“ pensé.
-
Si. – dije. ¿Sí? ¿Es que no se me
ocurrió nada más por decir? Ay… no es posible, saca palabras Hideto. ¡Sácalas!
Llevaba años conteniendo
palabras, esto iba a ser difícil.
-
Es divertido ver tus debates
internos Hyde. – Sé que quieres decir más de lo que logras sacar, tus
expresiones cuando te retas a ti mismo realmente me divierten, eres una cosa
poco común.
-
Soy una cosa.- Dije haciendo
puchero. Quería verlo sonreír.
Y el sonrió
para mi, se acerco a mis labios y cuando estaba listo para recibir su boca, el
rozo su nariz con la mía, en un beso de esquimal. Me sentí un poco avergonzado,
yo había estirado los labios. El se mordió el labio frente a mí, la vista era
apetitosa, ninguno llevaba ropa, quise sentir otra vez su piel. Pero entonces
en el peor de los momentos, mi estomago volvió a grujir. Kaz se rio nuevamente.
-
Te cocinare algo, te bañare y
volverás a dormir entre mis brazos, ¿sí?
-
Si…- dije sonrojado.
-
Y Hyde… - Dijo antes de alejarse
del todo.
-
Dime…
-
Desde ahora, esta será tu casa,
siéntete con la libertad de venir aquí cuando quieras y ten en mente que no
quiero separarme de ti, así que espero que vengas seguido.
-
¿Aquí? – Me sentí emocionado, por
fin tenía un lugar donde ir cuando no quisiera estar solo.
-
Si, se que eres famoso pequeño, no
quiero hacer problemas en tu vida.
-
Kaz.
-
¿Sí?
-
Me encantas. – El se sorprendió
ante mi confesión.
-
Y tú a mí. – Se acerco y beso mi
frente. Ambos nos vestimos, el me prestó algo de su ropa, me quedaba algo
grande, pero estaba bien. Me sentía querido otra vez. El se dirigió a la cocina
y yo le seguí, fue entonces cuando vi
por primera vez en donde estaba. Su departamento no era muy espacioso, pero si
acogedor. Me gusto de inmediato, había
música por todos lados, sentí ganas de cantar. De cantarle a él. Pero no quería
cantar lo usual, no L’arc…. Entonces cante una canción que me enseño mi madre
cuando yo era niño, era sobre los patos caminando entre el trigo… era una
canción infantil que para mi sorpresa Kaz coreo conmigo mientras se paseaba por
su cocina.
Nos reímos
con los tonos altos de la canción, que yo en mi despreocupación por cantar bien
no alcance y Kaz desafino aun más que yo, lo envolví entre mis brazos y
mientras el cocino yo abrace su espalda impidiendo que caminara libremente y
solo diera pequeños pacitos chocando con mis pies, ambos reímos, el ambiente
era sobrecogedor.
Hubo un
momento en el que Kaz se agacho a buscar algo bajo un cajón y yo quede tras él,
la posición perfecta en una usual relación sexual entre hombres, pero nosotros
estábamos vestidos y yo no solía ser el activo, sin embargo Kaz me demostró
estar libre de prejuicios al mover su trasero de manera circular y rozando toda
mi entrepierna, por supuesto, mi cuerpo despertó.
-
Kaz! – Lo mire abriendo los ojos
con sorpresa, mientras él se levantaba y reía a carcajadas por mi reacción.
-
¿Sí? – Pregunto en un tono coqueto.
-
¿Qué planeas? – le pregunte con
verdadera curiosidad.
-
Solo hacerte sonrojar, eres
exquisito con las mejillas color rosa, mas aun cuando estas excitado. – Yo
volví a abrazar su espalda solo para esconder el rostro, en donde no pudiera
levantarlo.
-
Ya… tonto que me da vergüenza…
-
Lose. – dijo mientras comenzaba a
rebanar verduras.
-
Kaz… tú… ¿quieres que cambiemos de
posiciones?- Kaz paro de golpe el cuchillo. Lo sentí tensarse y tragar saliva,
mi Kaz estaba nervioso.
-
Mm… la verdad jamás lo había
pensado, pero si tú quisieras, yo lo haría. Pero tendrías que enseñarme a
disfrutarlo, no sé mucho sobre eso.- Sentí el calor de sus mejillas desde la
parte de atrás de su cuerpo, que adorable podía ser mi Kaz también.
-
¿Te asusta? - le pregunte para entender su tensión.
-
Sí, me asusta. Supongo que debe
doler un poco, pero confío en ti, de todas maneras me cuesta imaginarme así.
-
No te pediré hacer algo que no te
acomode, pero gracias por darme la opción.- lamí desde atrás su oreja
causándole un escalofrío, me reí ante mi travesura.
-
No agradezcas nada, yo agradezco
que aun estés aquí.- “¿Cómo no iba estarlo? Siempre quiero estar donde estés
tu.” Pensé, un poco avergonzado de mi propio romanticismo.
-
Kaz… ¿porque… eres tan bueno
conmigo?
El se quedo callado por unos
segundos, vi en su mirada concentrada que analizaba que decir, luego miro hacia
atrás, quedando su rostro cerca del mío y me beso en la frente, entonces se dio
vuelta quedando frente a frente conmigo y camino llevándome hacia atrás, sin
darme cuenta choque con una mesa, pero al darme vuelta a mirarla, Kaz me tomo
en brazos y me sentó en ella. Luego se agacho un poco para quedar a la altura
de mi mirada.
-
No soy una persona de muchos amigos
Hyde, he estado solo por mucho tiempo y he anhelado tener a alguien con quien
compartir alguna que otra risa, pero la gente usual no me parece interesante y
me aburro fácilmente en una conversación, todos son demasiado sínicos a mi
criterio. Pero tú eres diferente, tú no intentas caerle bien a nadie, lo supe
en el momento en que rayaste mi cara y me pediste en muy malos términos salir
del baño de mi propia habitación, además te habías puesto mi ropa y tampoco
recibí una disculpa por ello. De cierta manera tus actitudes me divirtieron y
cuando te vi vulnerable… nacieron en mi ganas de protegerte y hacerte feliz, no
suelo ser empático tampoco… soy una persona muy egoísta Hyde, pero contigo no
puedo serlo, me cautivaste. Y realmente debo admitir que mientras más te
conozco, mas me encantas. No te miento cuando te digo que no quiero que te
vayas, quédate más días por favor… - su mirada era intensa, yo estaba
asimilando maravillado sus palabras cuando de pronto algo en su historia no me
hizo sentido.
-
¿A qué te refieres con tu baño… tu
ropa? ¿Esa era tu habitación? ¿En la casa de Tetsu? ¡Por supuesto que sí!
¡Estabas durmiendo ahí! ¿Que eres de Tet-chan? Oh dios mío no me digas que
hermano, no quiero ser pariente de la madre de Tet…
-
Hyde – él se rio de mi, mi mirada
en cambio era seria, quería contextualizar bien la situación y debo admitir que
mezclar a Tet-chan con Kaz no me hacia feliz, sin embargo no había pensado en
el hecho de que lo conocí en su casa, conocer qué relación tenían se había
transformado en una misión.
-
¿Qué estas pensando? – el aun reía.
-
No losé dímelo tú, ¿que eres de
Tet-chan? – dije molesto.
-
Nada amoroso si eso es lo que estas
pensando, por tu tono diría que estas celoso.
-
No me cambies el tema Kaz-kun, ¿Que
eres de Tet-chan?
Pero lejos
de darme una respuesta se aparto de mí, y fue a servir la comida que al parecer
estaba lista.
-
¿Kaz-kun es que no me lo vas a
decir?- Yo estaba enojado, casi ya no tenía hambre, casi.
-
No.- Contuvo una risa - Aun no.
-
¡Es peor si me lo escondes! – Kaz
estaba haciendo volar mi imaginación. Mientras tanto el servía tranquilamente
la comida.
-
Siéntate a cenar, te platicare un
poco de eso.
-
Bueno.... pero solo comeré si me lo
cuentas todo.- Luego de decir aquello, mire el plato de comida. Rayos, se veía
delicioso, al parecer no iba a poder cumplir mi amenaza de no comer, “debes ser
fuerte” me dije a mí mismo. “¡Muere por tu misión si es necesario!” El
dramatismo en mi propia mente me hacia reír solo, se que a los ojos de Kaz yo
era un poco desquiciado, pero a él parecía gustarle yo así.
-
Yo hablo, tú comes. – Buena idea.
Sin embargo no parecía contento de tener que darme el información acerca de su
relación con Tetsu.
-
Hecho.- Y comencé a atacar, estaba
hambriento realmente, y comí sin respirar con verdadera pasión. Solo interrumpí
mi ataque para asentirle con la cabeza a Kaz, que estaba choqueado con la boca
abierta mirándome.
-
Ah, eh… dios Hyde, por favor
mastica, no quiero que te ahogues… - Yo asentí, estaba ocupado.- Eh, lo que
sucede es que bueno... ya sabes, soy productor y Tetsuya me pidió que afinara
algunos arreglos que había compuesto, al parecer tiene días ocupados así que
solo trabajamos juntos por la noche y me deja descansar por el día en su casa,
ya llevábamos varias semanas trabajando juntos, ayer por la madrugada
terminamos todos los arreglos y ya he quedado libre.
Aunque
estaba comiendo comencé a analizar lo que decía, si Tetsu estaba componiendo
arreglos que afinara alguien ajeno a la banda era porque estaba componiendo
solo para él. No había otra explicación, Tet iba por una carrera en solitario,
tal cual me propuso a mí hacerlo hace algunos años.
Vaya, sin
darme cuenta comencé a pensar en la competencia que eso significaría para mi,
si Tet-chan editaba un disco antes que yo me traería problemas publicitarios a
la hora de hacerlo yo. No había pensado en hacerlo realmente hasta ese momento.
Pero tener más opciones fuera de la banda parecía ser una buena idea. Debía
apresurarme.
-
Kaz. – le llame terminando mi
comida.
-
Vaya, realmente eres un bestia
comiendo.
-
Kaz, no puedo quedarme más de esta
noche, mañana por la mañana me marchare, volveré, pero necesito hacer algunas
cosas. – El me miro sorprendido. Mi idea parecía ponerle un poco triste.
-
Oh… está bien… ya sabes, puedes
volver cuando tú quieras, te esperare. – esa frase retumbo con un gran eco en
mi memoria, exactamente las mismas palabras yo le había dicho a Sakura hace
años cuando él nunca volvió. Por supuesto esta situación no tenía nada en
común, pero me dejo una sensación de frialdad que ya llevaba muchas horas sin
sentir, aunque claro, no le extrañaba.
-
Gracias Kaz.- El noto que mis
palabras sonaban distintas a las de solo unos minutos atrás, perceptivo mi
maravilloso Kaz.
-
Está bien… si tú te vas me obligas
a volver a trabajar…
-
¿Qué planes hay ahora en tu vida
Kaz-kun?
-
De momento, creo que Oblivon Dust
debe disolverse, será lo mejor para mantener la amistad con los chicos. Es casi
una decisión.
-
Oh.. pero si tu banda se disuelve
¿tú que harás? ¿Estás triste por eso?
-
No Hyde para nada, es más una
decisión madura por parte de toda la banda, aunque aun no es confirmada, tengo
muchos trabajos de producción no te preocupes por mi trabajo pequeño.
-
Con Tet-chan?
-
Supongo que ya asumiste el por qué
está haciendo arreglos en solitario.
-
Si, no soy idiota. Además es una
idea que nos rondo en la cabeza a todos, está bien. No es ninguna sorpresa, la
independencia calmara las energías… espero. Yo también necesito esa
independencia de L’arc. Aunque sea una temporada. – Dije serio, pero Kaz no estaba
sorprendido, Tet-chan le tuvo que comentar las diferencias en nuestra banda,
odiaba el hecho de que Kaz arreglara la música de Tet, eso quería decir que era
muy buen productor y que sería el líder de producción de Tet y no el mío.
Quería a Kaz solo para mí.
-
Espero que sea lo que sea el
resultado, te haga feliz.- sus palabras sinceras me sacaron de mis pensamientos
posesivos. Le sonreí, pero ya no me
sentía tan contento como en unos minutos atrás, estaba molesto y debajo de mi
enojo había algo más.
El me miro
confundido por unos minutos.
-
¿Vamos a bañarnos? Sé cómo puedo
relajarte un poco.
Yo solo le
sonreí, mi sonrisa era sincera, amaba que velara por mí.
Tomo mi
mano y me llevo hasta el baño, pero más sentimientos extraños me inundaron al
mismo tiempo que el abrió el agua de la ducha. Una vez yo bañe a alguien
cubierto en vomito por el efecto de las drogas.
-
Hoy voy a cuidar yo de ti.- dijo
estirando su mano para atraerme hacia el… tome su mano, y el comenzó a
desnudarme frente a la ducha, yo comencé a temblar, por alguna extraña razón
los nervios me dominaron… era primera vez que alguien me bañaría a mí. La idea
me excitaba, pero seguía poniéndome algo nervioso y estaban esos sentimientos…
algo extraño rondaba en mi interior, ajeno a la tranquilidad que Kaz me
brindaba…
-
¿Qué pasa mi pequeño?
-
N-no. Nada.
-
M? Hyde dime qué pasa, de pronto
estabas enojado y ahora pareces afectado por algo...- baje la mirada. ¿Tal vez
era vergüenza? Pero, ¿Qué me avergonzaba? El ya me había visto ¿no?... no podía ser eso, la intimidad que estaba
teniendo con él era distinta y profunda, pero por ello la vergüenza era cada
vez menor. Me sentía inexperto... –Hyde dime que pasa…- No podía responderle
porque yo no lo sabía, decidí cambiar el tema.
-
Kaz, ¿puedo quitarte la ropa yo
también?- Se me ocurrió que la mejor vía de escape a la incomodidad que estaba
naciendo por mis nervios, debía ser compartir el momento. O eso me dije, yo si
quería desvestir a Kaz, verlo desnudo y acariciarlo, hasta el momento no había
tenido la oportunidad.
-
Claro bebe, deja quitarte el
pantalón.- Kazu se veía tranquilo, confiado, feliz.
-
Si.- Rubor otra vez.
-
Que tímido Hyde, ¿no me dirás que
pasa? – negué con la cabeza, seguía sintiéndome pequeño y confundido.- Hyde,
¿qué es?
Yo
realmente no lo sabía. Tal vez una reacción a “sentir demasiado” por tan poco
tiempo, me había expuesto de todas las maneras posibles frente a él. Quería que
él lo hiciera también, yo estaba disfrutando de todo lo que él hacía por mí,
pero yo también quería atenderlo, quería hacerlo disfrutar, quería cuidarlo,
quería que el sintiera lo que yo sentía por él. Había que equilibrar la
situación y mis nervios no me estaban ayudando, comenzaba a sentir que estaba
haciendo las cosas mal… Sí, eso era exactamente lo que me ocurría, me sentía
inseguro de mi mismo… pero, ¿Por qué?
Kaz había
terminado de desnudarme y estaba de pie frente a mi mirándome desnudo, yo sentí
un poco de frio.
-
Hyde… metete al agua, iré por las
toallas, ya vengo.
-
No, pero, tu… yo iba a…
-
¿Qué pasa?- Se detuvo en la puerta
y me miro con curiosidad, el buscaba leer mis ojos, se le daba bien.
-
Es que yo quiero que te bañes
conmigo.- dije en un hilo de voz.
-
Y lo hare, pero iré antes por las
toallas, ya vengo pequeño. – y salió del baño.
Oh rayos. ¿Porque era tan
difícil? “¿Siempre he sido así en relaciones con hombres?” Me permití por leves
segundos buscar en mis recuerdos, solo había estado con un hombre antes que
Kaz, y con él jamás tuve el control de nada. Esto también era nuevo para mí. En
una parte de mi cerebro estaba la idea de que si no lograba encantar a Kaz con
algo, el se marcharía pronto.
-
Aquí estoy.- Apareció Kaz, yo aun
estaba de pie donde mismo. - Hyde, te vas a enfriar… - cubrió mi cuerpo con la
toalla.- ¿Qué pasa? Si quieres que te deje solo para que te bañes tranquilo,
puedo hacerlo, solo tienes que decirlo tontito.
El peso de la inseguridad se
apodero de mi, “otro de mis demonios” pensé. Este me estaba costando
descifrarlo.
Estire ambas manos un poco,
Kaz estaba muy cerca de mí, abrazarlo no significo gran esfuerzo, quería un
poco de la fuerza que él me brindaba con su compañía. Apoye mi frente en su
hombro y mis manos quedaron a cada lado de su cintura apretadas en puños, otra
vez, me sentí triste y al mismo tiempo tranquilo. Si hubiera estado solo, esa
hubiera sido una crisis de angustia, pero la presencia de Kaz tranquilizaba mi
inexplicable ansiedad.
Kaz se movió un poco para
cerrar el agua de la ducha, puso sus brazos alrededor de mí y casi sin esfuerzo
me tomo en brazos. Yo le rodee el cuello con mis brazos, escondiendo mi rostro
en su cuello. El me llevo devuelta a la cama. Se sentó y me sentó a mí sobre
sus piernas, me abrazo y yo pude esconder nuevamente mi rostro en su cuello, su
olor era mi consuelo.
-
Si te sentías mal no debiste dejar
que te desnudara…- Me regaño con cariño mientras acariciaba mi cabello y besaba
mi frente. – Hyde…- susurro, hubo un momento de silencio en el que creo que él
pensó que decir, luego suspiro algo preocupado y dijo – ¿estás asustado verdad?
¿Lo estaba? Si en parte si…
¿Pero de que exactamente? Comencé a analizar mis pensamientos: Sentí miedo de
perder a Kaz, y eso me llevo a sentir inseguridad, pero ¿Cuál es el trasfondo?
¿Porque me siento tan incapaz de retenerlo? Entonces la respuesta llego a mí
rápidamente.
Sakura. Mi historia con
Sakura. No podía ser otra cosa, era lo más impactante que había ocurrido en mi
vida y yo aun no lo dejaba ir del todo. Es más, el miedo, el enojo, las penas y
la espera de años, se habían acumulado en mí. Ahora me hacían sentir que Kaz al
igual que Sakura, podía dejarme.
Cuando me di cuenta de que
esta era la razón de todo, sentí mucha culpa… Kaz no merecía que yo le
comparara de ninguna forma con otra persona, fuera quien fuera. Kaz no merecía
a una persona tan susceptible como yo en esos momentos. Yo no merecía a Kaz.
No, no lo hacía. Como tampoco merecí a Sakura. Y ser consciente de ello dolía,
había dolido al sentirlo con Sakura, dolía al sentirlo con Kaz.
Una lagrima que sentí más
gruesa de lo normal, se me escapo y al caer rozo el cuello de Kaz. Me sentí muy
triste tocando lo que no sentí mío, cuando quería con todas mis fuerzas
tenerlo.
-
Hyde… todos tenemos fantasmas. A
veces es necesario nombrarlos, para ayudarlos a irse.
Kazu… mi vida. En tal solo
dos días me había demostrado que tanto puede una persona comprender a otra, con
tan solo ponerle atención. El era una persona valiosa.
-
Kaz. – Le llame, pero espere unos
momentos antes de continuar hablando. ¿Iba realmente a hablarle a Kaz de
Sakura? ¿El era la persona indicada para escuchar la verdadera historia? Tal
vez si le confesaba todo, creería que aun Sakura estaba demasiado en mi y tal
vez quisiera alejarse. Pero si no lo hacía, no sería realmente sincero con él,
tendría secretos y eso no me gustaba. Además el tenia razón, contarlo ayudaría
a dejar ir los fantasmas… pero… ¿yo quería dejar ir a Sakura?
Mi chico.
Mi Sakura. Aun apreciaba demasiado sus recuerdos.
-
Hyde, por favor… deja las dudas, es
el segundo día que comparto contigo, estoy conociéndote y tome la decisión de
quedarme contigo me cuentes lo que me cuentes, mientras tú quieras que yo
permanezca, yo permaneceré. Confía en mí, cree mis palabras. Me cautivaste en
una noche, tu también has curado mis heridas sin siquiera darte cuenta… por
favor… no me dejes fuera de tus tristeza, ¿estoy aquí sí? Estoy contigo.
Sus palabras me parecieron
una oración religiosa, me causaron una sensación de paz que asumo que sienten
las personas al rezar. Kaz era tan dulce.
Quería a Kaz de verdad, y
había llegado la hora de despedirse de Sakura, de la misma manera en que él se
despidió de mí desde hace muchos años, sellando una despedida de un amor
grande, con la bienvenida de otro.
-
Sakura era el baterista de L’arc. –
Kaz espero en silencio, yo me trabé un poco, el agacho un poco su cabeza para
besar mi frente, entonces su mano levanto la mía y en el mismo gesto de
admiración que había hecho la noche anterior, beso mis dedos. Y me miro con
ojos comprensivos, alentándome a proseguir.
-
Vamos amor, confía. – susurro. Me
dio valor.
-
En resumen… Sakura y yo nos
enamoramos después de meses de convivencia, el se veía como un chico rudo
¿sabes? Pero él no era realmente así, era un niño en el interior, uno que
estaba confundido. Era atento, detallista a veces, impulsivo siempre e infantil
cuando menos te lo esperabas.- no pude evitar reír ante el recuerdo de Sakura
jugando con los autos de juguete de sus sobrinos.- Sakura me quería, me
cuidaba, me hacia feliz, pero él no lo
era… cuando nos vimos rodeados de tanta fama… cada uno de nosotros se excluyo a
su manera, yo me aloje en el, pero el no en mi. De todas maneras nos queríamos
Kaz, yo se que si, éramos distintos, el era irritante a veces, pero era mi
chico. Sin embargo, no pudo con la atención a la que no estaba acostumbrado y
se dejo hundir por las drogas.
Nadie sabe
de todas las noches que tuve que calmar su ansiedad y adrenalina por el efecto
de las drogas, nadie sabe de todas las discusiones, gritos y dificultades por
las que pasamos… todas las veces en las que el rompió todo lo que había en
nuestro departamento… el desgaste físico y emocional era un ataque constante, todas
las noches el llegaba completamente perdido a buscar perderse más aun, pero se
encontraba conmigo queriendo traerlo al mundo real y todo se volvía un caos.
Solo existían pequeños momentos en los que él estaba completamente lucido, y yo
vivía por esos momentos.- comencé a llorar, decirlo en voz alta era
asfixiante.- pero desaparecieron con el tiempo y un día Sakura rompió todos los
dibujos que yo hice de nosotros dos, el estaba irreconocible, y yo supe que era
más de lo que podía soportar y decidí irme del departamento, si quería estar a
su lado y tratar de ayudarlo a curarse, debía alejarme un poco para no morir en
el intento… Y lo hice, pero al irme el se perdió mas, incluso no supe de el por
semanas hasta que le detuvo la policía.
Entonces
todo se transformo en un “hay que buscar un reemplazo para Sakura” “Hay que
buscar otro baterista”, tuvimos fuertes discusiones por ello, llegue a
contraatacar con que si se iba Sakura me iba yo también, pero Ken dijo “ese no es nuestro Sakura, Hyde, el volverá
solo cuando deje las drogas y nosotros necesitamos un suplente”. Y así fue.
Pero en el proceso de búsqueda Sakura se despidió de la banda y de mí a su
paso. – No podía evitar sollozar, Kaz escuchaba atento, pero no me miraba, me
dio privacidad para llorar.- Mi desgarro emocional fue cuando me dijo a la cara
que necesitaba estar sin mí para recuperarse… y como era lo que yo más quería,
le creí que después de eso volvería a mí. Mi confianza en él le hacía sentirse
culpable por recaer constantemente, yo siempre fui más un peso para el que un
verdadero apoyo. – mi voz se rompió, que difícil podía resultar escuchar con
los oídos las palabras que te martillaron la mente en algún momento. – Espere
por años una llamada, por años quise verlo aunque fuera una sola vez, pero él
no apareció. Incluso se contactaba con Ken, ellos eran amigos, pero a mí me
dejo fuera, eso me dolía tanto…- más sollozos. – En dos ocasiones encontré
huellas de sus visitas fuera del departamento que en algún momento fue nuestro…
sus colillas de cigarro fuera de la puerta y frascos de leche para los gatos de
nuestros vecinos en el pasillo, era algo que solía hacer el. Por ese tipo de
cosas, me convencí de que aun pensaba en mi o de que me necesitaba de alguna
manera, ¿me engañe verdad?- Hice un gesto levantando los hombros, que estúpido
me sentía al admitir todo eso.- Creer que aun me amaba, por años fue mi más
grande tortura.
Hace un año
más o menos, me entere por Ken de que Sakura se caso simbólicamente con no sé
quién. Tuvimos una charla al respecto, Ken me dijo que Sakura se alejo de mi
para protegerme de lo que era él en ese momento. Y que volver a mí significaría
volver a un pasado que quiso dejar atrás… así que en eso me convertí para él.
No lo odio
Kaz… ya no. Me alegro mucho de que el no haya sufrido por mí, el ya lo había
pasado bastante mal en su batalla con las drogas, espero que tampoco sienta
culpa por dejarme esperándolo, el se preocupaba mucho por esas promesas
latentes… me gustaría algún día poder decirle que estoy bien, pero quiero decírselo
cuando sea verdad. – Entonces le dije una verdad que acababa de surgir de mi
corazón.- Si es posible, ir acompañado de tu mano.
Mire a Kaz
a los ojos por primera vez durante mi relato, pero me sorprendí al verlos
empapados en lagrimas, aunque no se le había desbordado ninguna, se me congelo
el corazón… ¿Le había hecho daño?
-
Kaz… yo… lo siento…- no sabía que
mas decir… no fui capaz de reaccionar ante mi brutal error, le había dañado
haciéndole ver que quería a alguien más, “que idiota más grande soy” pensé. –
Kaz yo….
-
Tu… la has pasado muy mal Hyde –
dijo levantando un puño para limpiar una lagrima que acababa de salir. Otra
hizo un camino desde su ojito derecho hasta su nariz, yo la limpie con la punta
de mi dedo.
-
Kaz lo siento…
-
¿Por qué? – me miro limpiando el
resto de lagrimas que se habían rebalsado de sus ojos.
-
Por contarte todo esto… no quise
hacerte sentir mal…- lo dije con verdadera angustia y culpa.
-
Hyde, por dios no es eso, te dije
que me lo contaras, no es eso lo que me hizo llorar… ¿eres muy valiente sabes?
-
¿Yo? Yo no soy valiente Kazu, te
engañas.
-
Escúchame,- dijo poniendo sus manos
en mis hombros.- Conozco como las drogas pueden destruir familias enteras, si
ni cinco ni diez personas son capaz de soportar a alguien con sus efectos,
imagino que fue lo que soportaste tu solo, ¡y aun así querías quedarte! Imagino
lo que tuvo que sufrir ese Sakura, la fama, las drogas, perderse en su
descontrol, despedirte de su banda y de la persona que quiso, tú soportando
todas las consecuencias de sus decisiones, es una historia fatal Hyde. No puedo evitar entristecerme al imaginarte
pasando por ello.
Era primera vez que alguien
veía de esa manera las cosas. Que orgulloso me sentí del corazón de Kaz en ese
momento.
Todas las personas que
rodearon mi relación con Sakura le criticaban diciendo que me manipulaba, que
me dañaba y le tildaron de egoísta, eso tuvo efecto en él para tomar su
decisión de alejarse de mí. Que rabia sentí contra toda esa gente que por años
recordó así la estadía de Sakura en L’arc en Ciel, y entonces aquí estaba Kaz
que sin siquiera conocerle, fue capaz de ver más allá de los hechos, respetando
mi recuerdo de quien alguna vez fue un gran amor para mí.
Darme cuenta del valor de
Kaz en ese momento, fue crucial para entender que yo estaba enamorado de él y
que ningún sentimiento de inseguridad podía ser más grande que eso.
-
Lo siento mucho por ser tan
complicado Kaz…
-
Te equivocas, solo estas confundido
entre tantas angustias, pero no pareces ser complicado. Al contrario, eres muy
trasparente… tus expresiones y tus ojos te delatan. Y…- el levanto mi rostro
para mirarme a los ojos mientras decía: - No sabes cuánto te admiro por la
facilidad con la que te enfrentas a ti mismo y sueltas poco a poco las cadenas
que te presionan. – Yo le miraba, como le miraba… Luego de un momento agrego:
Hyde, ten
en cuenta por favor que yo no soy Sakura, y que nuestra historia será
diferente, tal vez mejor, tal vez peor, quien rayos lo sabe, pero te quiero y
espero ser sano para ti, es lo que más deseo, es lo que creo que necesitas y es
lo que intentare. No sabes cuánto quiero darle sentido a mi vida viviendo para
ti, tú no entiendes el revoltijo de sentimientos que aparece en mi cuando te
miro a los ojos, jamás había experimentado eso y quiero sentirlo para siempre.
Si me vas a dejar amarte, tienes que saber que realmente lo hare con todas mis
fuerzas. - Y me beso, no fue un beso cualquiera, fue un beso lleno de
admiración y sentimiento. Me sentí pleno, Kaz no creía que yo era menos que el.
Incluso podría creer que le merecía. Yo quería merecerle. Además sus palabras fueron exactas, acababa
de soltar frente a él, la última de las cadenas, la más pesada, la que estaba
amarrada directo a mi corazón, esa fue mi última lucha emocional. Mi amor con
Sakura se había hecho eterno de mucho antes de despedirnos, pero ese día se
trasformo en un recuerdo grato para mí... podía vivir con ello.
-
¿Puede ahora autorizarme para
bañarlo Sr. Hyde?- dijo al alejarse un poco para respirar de nuestro beso.
-
Mm.. si. – yo tenía mejores
pulmones, mientras él se alejo para respirar yo bese su cuello… lo mordí suave,
su piel, su olor, comenzó a nacer el deseo.
-
Ah... Hyde… espera a la ducha,
ambos necesitamos... ese… ese….mm...- yo comencé a rozar con mis uñas su
entrepierna por sobre su ropa, de arriba hacia abajo, lento, mientras lamia su
hombro. – ese baño.- dijo tratando de mantener la compostura. Yo me reí ante lo
mucho que le costó terminar la frase y entonces me puse de pie y lo lleve de la
mano al baño, el volvió a dar el agua de la ducha mientras yo me quitaba la
toalla con la que él me había cubierto, yo estaba desnudo, ahora podía
desnudarlo a él. Por fin.
Quite su camisa mientras le
besaba, el parecía estar un poco asombrado porque yo había tomado la
iniciativa, pero ya me había quitado los miedos de encima, podía hacer mucho
más que eso. Bese su pecho y lo acaricie, realmente lo toque con gusto, sus
abdominales, sus brazos, su pecho… frote las palmas de mis manos con todas esas
partes de su cuerpo, el respiraba agitado. Comencé a besar su pecho mientras
mis manos quitaban su pantalón, cuando mordí su pezón, mi mano entro en su
pantalón hasta abajo, acariciando sus testículos.
-
Oh... Hyde… - dio un pequeño
saltito, al parecer impresione a mi Kaz, pero parecía que le gustaba. O eso
decía su rostro, si había algo fácil de leer en el, era su expresión de placer.
– mmmh… ah… - frote mi lengua con su pezón de arriba hacia abajo y luego en
círculos, a mi me había gustado mucho cuando él hizo eso. Entonces volví a rozar todas las uñas de mi
mano por su entrepierna, su erección estaba creciendo para mí.
Quite su
ropa y le atraje bajo el agua de la ducha mientras le besaba, la sensación bajo
el agua marco un clima perfecto. El agua estaba muy caliente, relajó nuestros
músculos de inmediato, pero no disminuyo la excitación. Entonces mire hacia
abajo el miembro de Kaz que estaba a la altura de su ombligo, me agache y me lo
lleve a la boca sin dudar de una sola vez.
-
Ah! Hyde, ¡dios! Calma… - susurro con la voz agitada y algo ronca, yo
lo saque lentamente de mi boca y comencé a lamer alrededor de la punta de su
erección, la textura era grandiosa.
Frote mis
labios de arriba hacia abajo de forma vertical por su entrepierna, lamí con la
punta de la lengua bajo su erección llegando a la zona de los testículos y chupando despacio, también deposite pequeños
besos a los lados de sus piernas, era una zona que no había podido apreciar,
pero su piel resulto ser muy suave. Entonces volví a atender su erección y me
la lleve a la boca, embistiéndole con mis labios, succionando mis mejillas y
manteniendo un ritmo constante, Kaz arqueo la espalda y busco donde posicionar
sus manos en puño, entonces levante las mías para tomar las suyas y dirigirlas
a mi cabello, dejándole ver que podía sentir la confianza de poder hacerme lo
que le diera la gana. Mi cuerpo le pertenecía.
El entonces
marco el ritmo de mis embestidas, a ratos lento, a ratos rápido, su cuerpo se
tensaba, en ocasiones temblaba, su sudor se mezclo con el agua caliente y sus
labios se mantenían abiertos, mientras sus ojos estaban cerrados con fuerza, a
ratos miraba hacia abajo para verme succionando su virilidad, pero su cuerpo se
tensaba aun mas en aquellos momentos.
-
Ahhhh…. Aaah…. Dios, Hyde…. – Sentí
entonces su pre liquido fluir, un sabor un poco amargo y dulzón. Quise saborear
también su esencia, pero Kaz me aparto
antes de que pudiera llegar a mi cometido. Sus mejillas estaban rosadas, su
respiración acelerada, su mirada brillaba y sus manos que me habían puesto de
pie, temblaban un poco. – Dios, mi pequeño casi me haces terminar.
-
Yo quería que terminaras en mi boca.- le dije
con un puchero. De verdad lo quería. El abrió muchos los ojos, luego sonrió.
-
Vaya Hyde… no pensé escucharte
decir algo así. – Yo ya no sentía vergüenza, volví a bajar la mirada y mire su
miembro erecto, quería sentirlo, en cualquier parte de mí, me mordí el labio
cubierto de deseo.
Kaz miro mi
boca y mordiéndose su labio también, se acerco para besarme, tomo mi erección y
la junto con la suya, hizo que ambas se acariciaran y las puntas se rozaran de
forma circular.
-
Ah… - ver aquello me excito
enormemente. Luego Kaz se agacho un poco para lamer mis duros pezones, durante
ningún momento alejo nuestras erecciones. – uuuh… - gemí. Amaba que atendiera
esa zona.
Aleje un
poco a Kaz y sin pensarlo, acaricie su rostro con ambas manos, al acercarme a
su boca, el succiono uno de mis dedos y chupo. Fuerte. Aplicando una felación a
una zona irregular, me impresiono aquel fetiche pero debo admitir que me gusto.
Sus ojos brillaban. Dejo libre mi dedo de su boca y me beso con fuerza,
soltando mí entrepierna para dirigir sus manos a mis glúteos y masajear en
forma circular abriendo y cerrando con sus manos aquella zona que ya le había
recibido una vez.
Abrace a
Kaz en un momento que sentí muy íntimo, le rodee el cuello y lo acerque más a
mí, entonces le dije al oído:
-
Nunca había deseado a nadie de esta
manera, por favor, quiéreme Kaz… con tu cuerpo, quiere ahora… - entonces mordí
suavemente el lóbulo de su oreja y en un acto de desenfreno pasional, Kaz me
arrincono contra la pared de la ducha, y yo levante por inercia mis piernas
para rodearle la cintura, nos besamos con los ojos abiertos midiendo nuestras
reacciones, hasta que sentí su erección rozar bajo la entrada que le esperaba.
– Ouuuuum. Entra ya por favor.
Kaz me
posiciono más firmemente entre sus brazos y entonces entro suavemente, una
tortura exquisitamente lenta.
-
Oh… - se me escapo. Una de mis
manos se fue a su cabello, la otra se quedo en su hombro. Me di cuenta a medida
que avanzaba su miembro dentro de mí, que esta vez había entrado más adentro.
“La posición” pensé. Pero en el mismo momento en que deduje eso, su miembro
choco de una sola vez, con aquella parte extremadamente sensible de mi cuerpo.-
Aaaaah! Dios! - salte de inmediato arqueando mi espalda, sentirlo allí tan
rápido fue inesperado y esa posición lo hizo desesperante. Kaz se quedo inmóvil
durante unos segundos, permitiéndome acostumbrarme a la sensación, pero eso no
sucedió. Kaz estaba tocando aquella zona, sin siquiera moverse yo me sentía en
el éxtasis y no me podía quedar quieto, mis piernas se movían lo que podían y
mis manos rasguñaban su cuerpo. – Dios! Kaz es demasiado intenso…- dije con la
voz contenida para evitar gritar. Entonces él me posiciono más arriba para
alejarse un poco de aquella zona. Lo agradecí, estaba a punto de gritar.
-
¿Así... está… mejor? - Su voz estaba entre cortada, definitivamente
Kaz estaba mucho mas excitado que la noche anterior.
-
Si… si gracias… gracias amor… -
dije tembloroso.
-
Puedes gritar, no tengo vecinos. –
dijo comenzando a moverse… Kaz se contuvo para evitar golpear de manera brusca
aquella zona mía, el autocontrol de Kaz me asombraba, podía ser extremadamente
delicado incluso en esos momentos.
El grifo de
agua quedo justo entre nosotros dos, cayendo de golpe sobre la punta de mi
erección. Cerré los ojos, esta vez las sensaciones me perdían aun más. Kaz
sintió cuando me acostumbre a su intromisión en mi cuerpo y comenzó a moverse
como el realmente necesitaba, entonces nuevamente golpeo esa zona, pero ya no
se detuvo, fue un constante ataque a mi punto más sensible que me saco gritos
una y otra vez.- Kaz! Por dios… por dios… por dios… aaaaaah!
-
Que exquisito… es… escucharte…
Hyde… aaah…- dijo embistiéndome firme y constante.
-
Ouuuuhh… uuuuhh… dios Kaz…. Kazuuu…
Kaz! Kaz! – grite al alcanzar un orgasmo que me hizo perder la consciencia
durante unos minutos.
Apoye mi
frente en la de Kaz, tratando de frenar un poco la caída del agua en mi
erección, estaba siendo demasiado insoportable para permanecer presente en el
momento… mi consciencia se perdía a ratos de tanto placer.
Entonces Kaz
tomo mi erección con su mano y comenzó a moverse rápido, su ataque intenso
venia desde atrás de mi cuerpo y desde adelante. Lo vi perderse junto a mí en
sus movimientos rápidos, su cuerpo temblaba, sentí miedo de que cayéramos en
algún momento, pero su ataque no me permitió distraerme por más de un segundo
en ello, Kaz arrojo su cabeza hacia atrás, y yo ataque su cuello, fue entonces
cuando lo sentí irse dentro de mí y la expulsión fuerte de su liquido caliente
cayo justamente en mi zona sensible haciendo que alcanzara el éxtasis junto con
él, en un enorme y largo orgasmo.
-
Kaaaaaaaaaaaz! – grite una última
vez… por esa noche.
-
Ahhhhhhhhhhhhhhhh - la voz de Kaz temblaba, casi no parecía su
voz.
Vi a Kaz
perdido en las sensaciones, entonces note que su erección dentro de mí aun
soltaba su esencia, Kaz aun tenía su orgasmo. Atine a estimular sus pezones
durante su orgasmo, con ambas manos le dedique especial atención a ambos.
-
Dios Hyde no! – Dijo Kaz temblando
fuertemente, sujetándose de la pared para no caer junto a mí. Su orgasmo
culmino en ese preciso momento. La respiración de Kaz estaba en niveles muy
altos, temí por su salud en esos momentos. El no podía abrir los ojos, estaba
afectado. Y ame tener el privilegio de ser la causa de ello. – Dios Hyde… no
puedo moverme… - dijo tembloroso. Yo
sofoque una risita, entonces le dije:
-
No importa Kaz, estoy bien en esta
posición. – Yo aun estaba encima de él, con las piernas rodeándole y con su
erección dentro de mí. Por supuesto, era él quien soportaba mi peso. – el rio
un poco, pero aun estaba sofocado.
Estuvimos
en esa posición alrededor de 5 minutos, mientras Kaz recobraba un poco la
compostura, el agua aun caía sobre nosotros y yo me dedique a darle pequeños
besitos por su rostro mientras él se recomponía. Yo también estaba cansado y
apenas me podía mover, tampoco sabía cómo iba a caminar después de eso…
-
Es primera vez que me sucede esto…
- dijo mirándome un poco divertido, sus piernas estaban acalambradas, de verdad
no podía moverse.
-
Es primera vez para mí que todo es
tan intenso también.- dije para evitar que se avergonzara de la situación, yo
me enorgullecía de haberle causado un orgasmo tan grande.
Cuando Kaz
pudo recomponerse, se separo un poco de mi y se sentó en la tina, apenas podía
moverse del cansancio, entonces decidí cuidar de mi afectado Kaz. Mis piernas
también temblaban, y mi zona trasera dolía un poco, incluso la espalda. Pero me
sentía feliz. Bañe a Kaz, llene de jabón su cuerpo y le enjuague, tuve cuidado
de no tocar mucho sus zonas erógenas, el estaba sensible, incluso su miembro se
veía un poco colorado, quise pensar que estaba sonrojado por lo que acababa de
hacer.
Lave su
cabello y le hice masajes, buscando relajarle, lo que definitivamente me
resulto, puesto que Kaz se estaba quedando dormido y fue un esfuerzo levantarlo
de la tina para llevarlo a la cama cuando yo termine de bañarme.
Me reí de
sus expresiones de perdición, el estaba grogui.
Seque su
cabello y le peine de muchas maneras divertidas mientras él estaba casi dormido,
lo vestí y me vestí porque hacia frio y no quería que mi Kaz se enfermara, lo
acosté sobre mi pecho para acariciar su cabello.
-
Lo siento… yo iba a cuidar de ti
hoy y mírame… - dijo adormilado, casi inconsciente.
-
Kaz, tú ya me has cuidado bastante,
además me hace muy feliz cuidarte así. Podría suceder seguido y me seguiría
encantando.
-
Hyde…- dijo con voz sumamente ronca
por el sueño.
-
¿Sí?
-
Te amo.
Oh.
Me ama.
¿Eso dijo
verdad?
¿O no?
-
¿Qué cosa Kaz? Creo que no escuche
bien….
Pero él se
había dormido.
Mi corazón
nunca latió tan fuerte como esa primera noche en donde el “Te amo” de Kaz se
hizo presente por primera vez.