lunes, 14 de octubre de 2019

Fan fiction Matices - Capítulo 33: Colapso


Hyde



Me removí entre las sábanas y comencé a buscarlo a tientas dando palmaditas por la cama hasta que, finalmente, cuando abrí los ojos lo encontré en frente de pie, con la pijama aún puesta, descalzo, un café en una mano y un cigarrillo en la otra. Puse mala cara. Llevaba días que se despertaba antes que yo y luego solo se quedaba mirándome dormir.

-          Hola – susurré sentándome, no dijo nada y salió de la habitación. Lo miré preocupado, últimamente no hablábamos demasiado. Me levanté y abrí la ducha, luego fui a buscarlo a la cocina queriendo tener mi cuota de su compañía diaria - ¿Nos bañamos juntos? – le pregunté mientras lo veía cortar unos vegetales. Asintió aún sin decir una sola palabra.

Lo esperé en el baño mientras me cepillaba los dientes, la rutina usual. Me metí bajo el agua dejando que ésta mojara mi cabello mientras cerraba los ojos.

-          Qué agradable… - dije en cuanto sentí su presencia en el baño. Cuando abrí los ojos se estaba quitando la playera de la pijama quedando desnudo totalmente– Estás muy callado hoy… - “también” quise agregar, pero no pretendí reprocharle nada. Se metió dentro de la ducha dándome un empujón suave para acomodarse detrás de mí. De pronto me jaló un par de cabellos – Auch – volteé a mirarlo, se estaba rascando la nariz– Últimamente siempre rabeas con mi cabello – le dije con una pequeña risita, sonrió levemente, luego sentí sus brazos envolverme desde mi espalda. Aquellos abrazos suyos me reconfortaban de una manera inexplicable, el contacto físico afectivo podía ser un consuelo a todo si venía de su parte. Levanté mi mano y la enredé en su cabello, apenas y alcanzaba su altura pero logré darle un par de caricias antes de buscar su mano para que entrelazáramos nuestros dedos. Permanecimos allí varios minutos, solo sintiéndonos bajo el agua. Le escuché un suspiro tras otro, y me pregunté de qué estaría llena su cabeza esta vez, pero realmente no quería saberlo. Volteé el rostro pidiéndole un beso con la mirada. Sonrió juguetón antes de corresponderme– Mm... – presionó mi rostro contra el suyo como solía hacerlo cuando necesitaba de mí, solo bastaron unos segundos del roce de nuestras lenguas para notar que su otra mano sostenía mi cadera contra la suya-  No vas a decir una sola palabra, pero ¿pretendes que te deje hacerlo? – moví mis caderas incitándolo. Lo escuché reír cerca de mi oído.

-          ¿Te atreverías a negármelo? – susurró, mordí mi labio e impulsivamente me incliné hacía atrás para notar su erección en la parte baja de mi espalda.

-          Tal vez… - esta vez fui yo quien buscó con la mano su rostro para sostenerlo junto al mío antes de besarlo. Respondió lascivo.

-          Mm...

-          Pero no hoy – le dije bajito mientras observaba el hilo de saliva que unía nuestros labios. Él levantó un dedo y lo rompió risueño.  Besó mi mejilla, uno de sus dedos recorría en un roce todo el camino de mi cuello hasta mi cadera rodeando el costado para llegar hasta mi espalda, clavó las uñas suavemente rodeando la zona baja, hasta que finalmente metió un dedo– Aah… - volví a inclinarme contra él mordiéndome el labio, quería más que sus dedos.

-          Estaría bien si… - antes de que terminara de preguntar yo ya había asentido.

-          El agua dilata – me expliqué sonrojado intentando excusar mis ansias, pero él no respondió, sentí que posicionaba su erección, lo que me hizo apoyar mis manos contra la pared de manera instantánea. Esperé mientras me mordía el labio.

-          Debería haber un espejo en este lado del baño… - susurró, e iba a responder, pero entonces lo sentí entrar– Aaah… - suspiró. Aunque no lo viera, sabía exactamente cuál era su rostro en aquellos momentos, podía imaginarlo con los ojos cerrados y aquel usual calor que le subía al rostro.

-          Mmg... – lo sentí moverse lento contra mí – Aah… - le gustaba que me perdiera en las sensaciones desde el inicio. Me acariciaba la espalda y me sostenía del pecho con cierta suavidad. Podía ser dulcemente cariñoso si así lo quería, besó mi cuello mientras continuaba moviéndose suavemente contra mí. Me enderecé para sentir el roce de su pecho con mi espalda y así poder escuchar su respiración más de cerca, toqué sus brazos tensos mientras me sostenía en un abrazo- Yaa-chan… aah… - llevé su dedo hasta mi boca y lo mordí, no supe exactamente por qué, pero era algo que ya me había pedido hacer con anterioridad, me gustaba excitarlo de la manera que fuera. Su respiración elevada hacía estragos en mí. De pronto dejó los movimientos suaves y comenzó a moverse rápido obligándome a sujetarme de la pared nuevamente – Aah… - los sonidos de nuestros cuerpos húmedos chocando hicieron eco en el baño.

-          Oh…

-          Mm... – volteé el rostro para mirarlo pero la constancia de sus movimientos no me permitieron hacerlo sin arriesgarme a caer, tuve que volver a mi posición– Mmg... – comenzó a envestir con fuerza empujándome poco a poco más a la pared hasta que finalmente quedé recargado en ella mientras se movía contra mí – Ah…  - sentí su boca lamer mi oreja.

-          Hide… - susurró algo perdido, sin embargo no era su tono usual.

-          ¿Mm?

-          Estás inquieto… - notó, solté una risa combinada con un suspiro que sonó extraña, él se movió más lento para permitirme hablar.

-          Es que quiero verte… ah…  pero así no puedo… - lo sentí besar mi cuello antes de dar un paso atrás para voltearme de un movimiento. Estiró el brazo y cerró la llave del agua – Demasiado desgaste de agua– le sonreí.

-          ¿Qué haces? – le pregunté cuando me tomó de la cintura y me levantó. De manera nerviosa comencé a reír 

– Rodéame la cadera con tus piernas – entre risas me costó hacerlo- Apresúrate – el también rió, le costaba sostenerme ya que estábamos resbalosos por el agua.

-          Es que se me caen las piernas – me concentré hasta que logré acomodarlas.

-          Te falta práctica – lo miré con la boca abierta, rió. Movió sus manos por debajo de mí hasta que volvió a dejar entrar su erección. Instantáneamente apoyé mi frente en la suya.

-          Ah… - abrió un poco la boca para suspirar mientras me miraba a los ojos. Precisamente así quería hacerlo, sintiendo aquella conexión con su mirada.

-          Hide… - vi su mirada vidriosa antes de comenzar a moverse a un ritmo impecable.

-          Aah… - coloqué mis manos sujetando sus mejillas, cerré los ojos para concentrarme en todas las sensaciones – Mmg… - elevó el ritmo y volví a concentrarme en sus ojos, mis piernas comenzaron a temblar y apoyó mi espalda contra la fría pared para envestirme con fuerza en aquella posición – Mierda… - mordí mi labio con fuerza enterrando las uñas en los brazos – Aaah… - todo se volvió borroso mientras sentía el orgasmo llegar. Apoyé mi rostro en su hombro mientras los gemidos altos escapaban. - ¡Ah! – sentí salir el fluido de líquido al mismo tiempo en que el orgasmo se extendía por mis músculos dejándome como un peso muerto entre los brazos de Sakura, pero él no se detuvo, y con esfuerzo logré levantar el rostro para ver el momento preciso en que él se consumía por el orgasmo derramándose dentro de mí. Su labio inferior tembló mientras su boca abierta dejaba escapar un tembloroso y fuerte suspiro.

-          Ah… aah…. – me miró mientras soltaba el aire de golpe dos veces, agitado. Con cuidado bajó mis piernas, pero me abracé con fuerza a él inseguro de poder sostener mi propio peso – Ah… - se quejó, se tambaleó hacía atrás y se sujetó de la llave del agua.

-          ¿Estás bien? -  le pregunté realmente preocupado, no solía quedar tan afectado.

-          Sí, solo me resbalé– abrió la llave y el agua antes de comenzar a caer caliente nos hizo saltar por su temperatura fría - ¡Mierda! – comencé a reír cuando los dos prácticamente saltamos al otro extremo de la ducha, lo pude oír reír, pero cuando quise verlo entonces me abrazó, ocultando su rostro en mi cuello. El agua que comenzaba a calentarse le tocaba la espalda y lo sostuve, tenía una sensación levemente triste, pero no podía adivinar el por qué.  Le besé el hombro.

-          Oye, hombre musculoso, tenemos que bañarnos… de verdad… - le susurré, se alejó lentamente de mí y volteó a tomar el shampoo entre sus manos.

-          Gírate – susurró con un tono bajo, lo que me preocupó, realmente no estaba de buen humor –  Te lavaré.


Luego de bañarnos fuimos a una reunión para arreglar detalles de la próxima gira con el staff. Sakura y Ken se dedicarían al grupo de sonido, mientras que yo del audiovisual, y Tetsuya de toda la planificación extra. A pesar de que teníamos personal solo para ello, él realmente se involucraba en todo eso, se había convertido en un hombre de negocios. Luego nos llevaron a todos juntos  hasta el despacho de una revista para hacer una sesión de fotos. Tetsuya había sido minucioso con planear las sesiones siempre después de algo importante, así evitaba que Sakura llegara tarde o simplemente se ausentara como ya había pasado un par de veces. Las cuestiones de publicidad siempre representaban un problema para él... y justamente era lo que más hacíamos previo a una gira.

-           Sería ideal si todos pudieran vestir de rojo – dijo el fotógrafo sin querer decirle directamente nada a Sakura. Tetsuya lo miró a la espera de que éste dijera nada, pero nuestro batero mantuvo el ceño relajado.

-           Confórmate – le dijo al fotógrafo sin ninguna intención de cooperar. Ken-chan carcajeó, yo solo miré preocupado a Tetsuya que no dijo nada.

-           Yaa-chan…  - le susurré bajito - ¿Y si usas ropa roja sobre la ropa negra? – le pregunté, la mirada en sus ojos cambió y me miró enternecido, luego solo negó con la cabeza con un pequeña sonrisa en los labios. No importaba que se hubiera negado, su expresión me hacía darme por pagado.

La sesión continuó con cierta tensión.

-           El viernes tenemos otra sesión de fotos de éstas – nos dijo nuestro líder mientras las estilistas nos arreglaban el cabello, a todos menos a Sakura, que estaba sentado en un sofá en la parte de atrás con los ojos cerrados. Ya nadie se esforzaba por pedirle cooperación.

-           Yo tenía una cita para el viernes… - se quejó  Ken – Deberías avisarnos con más tiempo.

-           No había más tiempo, avisaron hoy por la mañana– lo vi colocar los ojos en blanco al escuchar la respuesta de Tetsuya.

-           Ya está listo - cantó la estilista, me sonrió por el reflejo de la espejo y le devolví la sonrisa. Luego dirigió la mirada a Sakura.

-           No hay mucho que puedas hacer con él, no se pondrá la ropa que nos piden – le susurré – Es muy insistente en solo llevar negro.

-           ¿Debería buscarle ropa negra entonces?

-           Eso sería estupendo – le dije, la chica desapareció del vestidor. Tetsuya miró a Sakura preocupado. A veces me incomodaba la mirada que le dedicaba, le había insistido incansablemente en que cooperara para estas actividades pero simplemente Sakura no cedía. Ya era difícil hacerlo posar en frente de las cámaras, pero conseguir que se vistiera de la manera en que nos pedían era un asunto intransable.

La chica le tendió la ropa negra a Sakura y este con suerte abrió los ojos para dedicarle una disculpa previa a su negación, pero entonces ella le suplicó con sus manos y ya sabía yo que le era difícil negarse a una petición formal. Suspiró. Tomó la ropa comenzando a desvestirse allí mismo, colocando nerviosa a la chica.

-           Oye, degenerado – lo llamó casi en un grito Ken – al menos métete detrás de las cortinas – Sakura rió pero no le hizo caso – Maldito orgulloso...– Ken era quien más disfrutaba de la actitud de Sakura, disfrutaba verlo ser testarudo. A veces creía que Ken estaba más enamorado de Sakura que yo.




Al salir, Sakura continuaba callado, malhumorado.

-          ¿Mañana a qué hora es la grabación del PV? – preguntó Ken en cuanto nos acomodamos todos en el furgón. Ken y Sakura iban adelante, Tetsuya y yo atrás, adelante un staff manejaba y Oishi era el copiloto. Aunque parecía que nos ignoraba mientras revisaba papeles, todos sabíamos que siempre dedicaba uno de sus oídos a escuchar nuestras conversaciones.

-          A las 9 de la mañana, desayunen bien porque no sabemos cuánto tardará– Tetsuya me miró a mí.

-          Me queda mejor la ropa si no como antes – me defendí.

-          Pensé que los días previos a los conciertos debíamos descansar – Ken se volteó en el asiento y me tendió su mano, en cuanto la abrió había en ella un dulce. Lo tomé sin decirle nada, le dejó uno a Sakura sobre su cabeza, pero a Tetsuya no le ofreció, lo que no pasó desapercibido para mí, y mucho menos para nuestro bajista.

-          Lo siento, pero creo que cada vez tendremos más de estas actividades– el tono de Tetsuya realmente sonaba como una disculpa. Tragué saliva, no  quería imaginar la cara de Sakura en aquel momento. Ken se acomodó en las piernas de Sakura y comenzaron a hablar de sus amigos en común, Tetsuya y yo nos miramos sintiéndonos ignorados.

-          Oye… - asentí curioso - Mañana antes de la grabación tenemos otra sesión de fotos y una entrevista sobre “moda” – vi su gesto de disculpa y preocupación, supe que mi rostro había reflejado lo mismo, a ninguno de los dos se nos hacía agradable lidiar con  Sakura en esos aspectos – Pregunté si podíamos dar la entrevista sin toda la banda y me dijeron que sí, pero… no me gustaría ir solo.

-          Puedo ir contigo. ¿A qué hora es?

-          Siete y treinta, te invito el desayuno luego de eso – puse los ojos en blancos.

-          Que no quiero desayunar antes de la grabación – rió – Pero buen intento.




El furgón nos dejó en una sala de ensayos y el suspiro grupal hizo reír a Oishi.

-          Fuerza, que este es el último ensayo previo al concierto y que yo sepa, aún no tienen todos los arreglos del setlist. Le pediré a mi esposa que les cocine algo para… - automáticamente Sakura abrió la puerta y bajó rápidamente del auto, le siguió Ken entre risas. Con apuro nos sumamos los dos de atrás - Animarlos… - escuché que dijo antes de que cerráramos la puerta, entramos a trote al estudio.

-          A veces pienso que la esposa de Oishi es una asesina encubierta, una psicópata que se pasa la noche pensando: “¿estarán muriendo?”, cada vez que le cocina a alguien– Ken se lanzó al sofá de nuestro tan conocido estudio.

-          El otro día me invitó a cenar a su casa – nos contó Tetsuya - ¿Recuerdan aquella vez que no llegué al ensayo?  - todos asentimos – Bueno, me estaba muriendo luego de haber comido legumbres en su casa.

-          Me pregunto cómo lo hará Oishi… - murmuré yo.

-          Debe tener estómago de hierro – respondió Ken. Miré a Sakura que estaba ajustando los tornillos de su batería, aún serio, aún callado, ni Ken le lograba subir el ánimo. Sentía que entre tanta actividad desagradable para él, su entusiasmo se estaba apagando, me era evidente que no lo estaba disfrutando. Decidí ir hasta él y molestarlo un poco.

-          ¿Cómo fue que aprendiste a tocar? – le pregunté de pronto. Me miró sin darme mucha atención antes de volver a concentrarse en las piezas, sin embargo me contestó.

-          En la secundaria, aprendí solo viendo vídeos de John Bonham– no acotó nada más. Me quedé de pie pensando algo más que decir, él se puso de pie para ajustar los platillos, entonces me senté en su lugar y comencé a golpear el tambor con las baquetas. Lo había hecho antes pero no precisamente con su batería. Al comienzo no me dijo nada, me miró con los brazos cruzados, no me animé a mirarlo pero cuando comencé a golpear fuerte me quitó las baquetas de las manos- ¡¿Qué haces?! – su tono elevado me desconcertó.

-          Tocar… - susurré asustado.

-          Hide, sal de aquí – me tomó por debajo de los brazos y me levantó hasta sacarme del perímetro de la batería – Ve a jugar a otro lado, no toques mi batería – miré a los chicos, ellos miraban a Sakura con la misma cara que yo.

-          ¿Realmente estás enfadado? – le pregunté sin creérmelo.

-          ¿Te parece que estoy bromeando? – sus ojos me dijeron que no, me quedé callado mientras él volvía a sentarse a ajustar nuevamente los tornillos. Gruñó algo que no entendí.

-          Hyde… - me llamó Tetsuya – Será mejor que no lo molestes.

Aquella noche Sakura se fue antes del ensayo sin decirnos nada, tampoco llegó a mi departamento a dormir.





-          Gracias por acompañarme– me dijo Tetsuya.

-          Fue divertido, aunque es un poco vergonzoso posar tan cerca el uno del otro– me reí mientras me estiraba colocando mis manos detrás de mi cabeza y entrabamos al edificio.

-          Sí, pensé que nos dirían: “ahora bésense.” – le sonreí – Gracias por acompañarme a este compromiso – me dijo de pronto, yo presioné el botón del ascensor– Pensé en ti antes que en los demás porque sé que soportas mejor estas actividades, pero no quise darte más responsabilidad.

-          No te preocupes Tet-chan, prefiero que hagamos estas cosas los dos a llevar a Sakura obligado y se haga algo incómodo– me sonrió apenado.

-          Me sorprende el nivel de rechazo que le tiene a las fotos...

-          Sí, pero es algo sensible en algunos aspectos, ¿no crees? –

-          Sí, aún se me hace un poco curiosa su manera de ser – confesó – Pero lo que más me sorprende es lo fascinado que Ken-chan sigue por él. Al comienzo pensé que solo era por curiosidad pero, realmente no se le despega y salta como una gata engrifada en cuanto alguien reclama algo sobre Sakura – entramos en el ascensor – Creo que se ha vuelto un poco influenciable. 

-          No sé si influenciable o solo malhumorado, tal vez la fama nos hace sensibles– me miró preocupado.

-          Espero que no, porque pretendo que sigamos creciendo, y no quiero que Ken explote– lo miré preocupado, si Ken explotaba sería con él.

-          ¿Por qué será que contigo es así? – pregunté más para mí mismo, sin embargo Tetsuya me miró preocupado.

-          En la escuela siempre fue él quien me enseñó, le es más natural criticarme supongo.

-          No debería… - le puse mala cara. En cuanto salimos del ascensor nos encontramos con el grupo tomando las primeras tomas, Sakura posaba con su ropa convencional. Bufé.

-          No lograron que Sakura se colocara el atuendo – Tetsuya suspiró, yo no dije nada.

-          ¡Llegan tarde! – nos gritó Ken desde su posición frente a las cámaras. No le dijimos nada y solo corrimos a vestirnos.




-          Esta toma me gusta – nos dijo el director mientras nos mostraba sus tomas favoritas y comíamos botanas – Tenemos muchas buenas, deberían hacer dos versiones de vídeos de la misma canción. Mañana lo intentaremos con los focos azules – el director comenzó a guardar el equipo y le dio la mano a nuestro manager. Le escribí en una servilleta a Sakura que estaba a mi lado, y se la pase por debajo de la mesa. La leyó y sin preocuparse de que nos pudieran escuchar me respondió.

-          Fui a visitar a Den anoche, le envió un collar de regalo a Samurai.

-          Ah… - le respondí sintiéndome fuera de lugar – Cuando lo veas, dale las gracias de mi parte – asintió, se veía con mejor ánimo que el día anterior aunque parecía no tener que esforzarse demasiado para  ignorarme.

-          Lleguen más temprano mañana – nos dijo Ken mientras comenzábamos a desvestirnos. Oishi a nuestras espaldas respondió.

-          No los regañes, estaban haciendo el trabajo que ustedes no quieren.

-          ¿Ah?

-          Estaban dando entrevistas– le respondió antes de salir de la sala en un trote que me pareció un escape.

-          ¿Los dos solos? – por el tono de Ken noté de inmediato que no le gustaba la idea, sin embargo su mirada no iba dirigida a mí, sino que a Tetsuya, que solo asintió sin mirarlo– Últimamente dan muchas entrevistas solos, ¿crees que no me enteré de la que diste para B-Pass esta semana, y para Vicious la semana pasada? – Tetsuya se enderezó y le respondió en un tono tranquilo, sin embargo en su postura no era difícil notar sus nervios.

-          No es un secreto para nadie.

-          ¿Estas intentando destacar? – Sakura y yo lo miramos sin saber qué hacer– Porque te aviso que tampoco es un secreto para nadie. Se nota.

-          Ken-chan, si he hecho entrevistas solo, es por cumplir con compromisos que ustedes prefieren evitar– Tetsuya lo miró suplicante - ¿Qué te sucede? ¿Por qué siempre te enfadas conmigo? – Ken bufó.

-          No te hagas la víctima, estás todo el tiempo controlándonos, planificando nuestra agenda, buscando la manera en que tú tengas éxito aunque intentas convencernos de que es por el bien de la banda... No me cabe ni una duda de que si lo consideraras necesario, nos reemplazarías a todos, porque estas convertido en un mal intento de Oishi– luego de decir aquello tomó su abrigo y salió de la sala. Sakura me miró y con un gesto me indicó que iría con él. Asentí.

Tetsu se quedó de pie con la cabeza baja y las manos apoyadas en el respaldo de la silla, parecía contar hasta cien. Me acerqué a él y coloqué mi mano en su hombro, solo entonces noté los pequeños temblores en la tensión de sus músculos. Estaba llorando.

-          Tet-chan…

-          ¿Estoy haciendo las cosas mal? – me preguntó de repente limpiándose los ojos con las mangas de los brazos, de pronto se agachó y apoyó su rostro en mí, de inmediato lo abracé, como no lo hacía desde hace mucho tiempo atrás– Me esfuerzo tanto… ¿Qué hago mal? – susurró – Siento que ustedes me odian.

-          No te odiamos... – en cuanto terminé de hablar recordé las veces en que me había sumado a las críticas de Ken, las veces en que dejamos de hablarle a Tetsuya, cómo solíamos dejarlo fuera de nuestras reuniones o las veces en que nos reíamos de él. Definitivamente comprendí lo que decía – Es solo que a veces nos estresas… pero en el fondo sabemos que es porque tú ya estas estresado… - acaricié su cabello, sin embargo este se levantó e intentó respirar profundamente para calmarse así mismo.

-          No es verdad lo que dijo – volvió a limpiarse las lágrimas con la manga, sus ojos se negaban a calmarse – Yo no los reemplazaría tan fácil, siempre los defiendo con el equipo, Ken-chan no tiene idea de las veces que lo he defendido a él.

-          ¿Tienen algo en contra de Ken-chan?

-          De él y de Sakura, sus actitudes colocan de los nervios a la productora. Pero qué más da… nadie ve los esfuerzos que hago. No espero que me lo agradezcan pero… al menos... – se cubrió los ojos con ambas manos y volvió a temblar.

-          Ven – le dije abriéndole los brazos, volvió a apoyar su frente en mi hombro y lloró por varios minutos esta vez. Le acaricié el cabello sin saber cómo consolarlo, pero estaba seguro de que esta vez tendríamos que hablar con Ken o de lo contrario la banda comenzaría a desmoronarse desde adentro.








En cuanto llegué a casa cansado, arrastré los pies hasta sentarme en el sofá. Samurai frotó su lomo contra mi pierna pidiéndome caricias. De pronto, Sakura apareció detrás de mí con la campera de cuero puesta y buscó sus llaves en el cajón de la entrada.

-           Sakura... ¿Dónde vas?

-           Me quedaré con Ken esta noche– no me miró al hablar.

-           Pero… es de nuestras últimas noches juntos, la gira es en dos días y  ahí no podremos… - me miró impaciente – No podremos dormir juntos… Yaa-chan, por favor no te vayas, te siento distante, no me gusta esto y no quiero dormir solo sintiéndome así… Ayer no dormí bien…- suspiró.

-           Hide, creo que tenemos que darnos un poco de espacio, pasamos demasiado tiempo juntos y no quiero repetir lo que pasó hoy en la tarde. Me estoy desquitando contigo y creo que lo mejor es que de vez en cuando salgamos con amistades – coloqué los ojos en blanco.

-           Si vas a inventar una excusa como esa, al menos hazlo con alguien que tampoco ves todos los días, como Ken. No quieres estar conmigo – concluí poniéndome de pie y alzando los brazos enfadado– Sería mejor que me lo dijeras.

-           Hide – me llamó ya enfadado guardando las llaves en su bolsillo pero caminando hacia mí – Quiero conversar con Ken sobre lo que pasó hoy, distraernos, salir, tal vez solo dormir, no lo sé, pero...–

-           Prefieres estar con él que conmigo – le interrumpí.

-           Es mi amigo.

-           No digo que no lo sea– volví a sentarme y decidí ignorarlo. Se quedó de pie mirándome encender el televisor sin dirigirle la mirada, suspiró de manera que yo lo escuchara.

-           Oye – caminó hasta mí y se arrodilló quedando su rostro más bajo de mí, sin embargo no lo miré – Oye… - insistió, pero me mantuve firme. Cerró los ojos enfadado y se puso de pie – Bien, pero escúchame, vamos a darnos espacios o nos vamos a asfixiar, no sé si tú no te aburres de mí pero yo al menos… - lo miré con la boca abierta– No iba a decir lo que piensas – se apresuró a hablar – Iba a decir que hasta yo me aburro de mí mismo siendo como soy contigo.

-           ¿No estarás conmigo porque te sientes obligado, verdad? ¿Cómo lo hacías con Akane? – mi voz sonó severa. Pestañeó varias veces con la cara descompuesta, finalmente me respondió en un tono furioso que me dejó helado.

-           Qué imbécil eres – dio un portazo antes de dejarme solo.