Habían pasado un par de días desde la última vez que Sakura vio a
Hyde, desde ese día en que lo dejo solo a su petición sintiéndose un canalla, y
a pesar de que insistía en verlo, Hyde simplemente nunca le abrió la puerta.
Él más joven sabía perfectamente los horarios de trabajo de Sakura y
se escudaba en esas horas de trabajo para hacer sus labores cotidianas.
Cierto día jueves, siendo la primera semana de vacaciones escolares
Erika salía a dar un paseo con Chieco cuando le vio. Hyde bajaba al jardín un
par de cajas las cuales amontonaba en el jardín de la casa.
-Hyde…- se acercó a hablarle teniendo muchos sentimientos en mente,
y sintiéndose incluso nerviosa de lo que veía -… ¿te… te vas?- dijo ella y Hyde
volteó a verla entonces.
-No, voy a vender cajas aquí afuera…- dijo y sonrió a modo de broma
pero ante la cara de sorpresa de Erika decidió dejarse de tonterías -Si yo… en
un rato llega mi mudanza, pero quiero irme aprisa así que… bajo todo aquí.-
dijo y Erika al verlo vestido con sus usuales ropas ajustadas y tan cabal como
siempre, le parecía imposible que apenas hace unos días le hubieran atacado.
-¿Por qué?-
-Mi casa tiene goteras, está mal ubicada, y pago mucho de renta…
encontré un lugar mejor.- dijo evitando las razones verdaderas de su partida.
-Mi papá vendrá por la tarde a ver… lo de los papeles de divorcio
con mi mamá…- dijo ella sin saber porque lo hacía y sorprendiéndose a ella misma.
-¿Ah sí?... bueno pues, que bueno que me voy antes ¿no crees?...
espero no te queden secuelas por tener padres divorciados y eso…-
-Hyde no tienes que hacer esto…-
-De verdad es mucho más económico el otro lugar.- decía mientras le
ponía cinta adhesiva a una de las cajas que no había sellado bien.
-Tú y papá…- comenzó a decir pero al final desistió de aquello pues
por mucho que Hyde le hubiera salvado, aquello era algo que aún no asimilaba -…
no puedes irte sin verlo al menos.-
-Nadie quiere despedirse de alguien como yo…- dijo y entonces entró
de nuevo al edificio pero Erika lo siguió -… además ¿no era lo que todo mundo
quería? ¿Qué me fuera? Ahora no jodan…- dijo riendo y entonces sin que pudiera
esperarlo Erika le tomó de una mano deteniendo su andar a media escalera.
-Yo…- se quedó estática por unos momentos, tanto tiempo que Hyde
pensó que se arrepentiría de lo que fuese que hubiera querido decir, sin
embargo al final logró hablar -…gracias… gracias por ayudarme… perdón, por mi
culpa, pasó todo eso y te hicieron daño a ti cuando yo soy la que me merecía
aquello... Además si tú no hubieras llegado… yo no podría estar como lo estás
tú ahora… yo no soy tan fuerte…- dijo ella y hasta entonces le soltó la muñeca.
Hyde se quedó parado frente a ella mientras esta agachaba la cabeza
sonrió de lado y entonces le tomó la barbilla alzándole el rostro.
-Pues más vale que empieces a serlo…- le dijo firme -... no bajes la
cabeza. Tienes que ser fuerte porque no siempre habrá un idiota que se
sacrifique por ti… y si te pasara algo, a Sakura le dolería demasiado… no seas tan tonta la
próxima vez…-
-Lo hiciste por él ¿cierto? Por papá-
-Lo hice por idiota ya lo dije ¿no?-
-Si eres un idiota, porque si se trata de no hacerlo sufrir a él…
también tienes que cuidarte tú…- dijo pero Hyde tan solo sonrío irónico, pues
estaba seguro que a Sakura no le afectaba si algo le sucedía a él.
Entonces sin más dio la vuelta para continuar con su labor y agitó
la mano sin voltear a ver a la chica como señal de despedida.
Esta lo vio durante unos momentos y luego volvió a bajar hasta la puerta
del edificio donde ya la esperaba su amiga.
-No iremos al acuario hoy…- le dijo ella y Chieco la miró extrañada.
-¿Eh? ¿Por qué? ¿Qué paso?- dijo ella extrañada, pero Erika no dio
ninguna explicación y tan solo le pidió que la siguiera.
Sakura llegó al departamento con su hija y su amiga, después de
haberse salido del trabajo sin siquiera pedir permiso, había acelerado lo más
posible pues estaba seguro que no llegaría a tiempo. Estaciono casi subiéndose
a la acera sin embargo no había ya ningún camión de mudanzas y el montón de
cajas que Hyde había estado bajando no estaban ya sobre el césped.
Golpeó el volante desesperado, y ambas chicas bajaron la cabeza por
no haber podido llegar a tiempo. Erika pensó que seguramente Hyde se había ido
antes pensando que ella podría ir por Sakura y se sentía una tonta por haberle
hablado entonces.
Por la mente de Sakura pasaban miles de cosas, ¿qué iba a hacer
ahora? Hyde se había ido sin dejar rastro de a donde, y sentía que se había llevado todo su corazón
con él. Ni siquiera había podido hacer algo por él, ni siquiera se había
disculpado correctamente, no iba a encontrarlo de nuevo nunca seguramente,
nunca lo volvería a ver sonreír, o decir
sus ironías y por un momento sintió ganas de llorar.
-¡Maldición!¡maldición!...- golpeó una y otra vez el volante
totalmente desesperado, cuando de pronto Erika al voltear a la puerta del
edificio, y como un rayo de luz vio al chico de playera de tirantes bajar con Pocky
en brazos.
-Papá…- señaló y entonces Sakura al verlo se bajo del auto como loco
y corrió hacia él.
Hyde desvió la mirada al verlo, estaba ya a punto de tomar un taxi e
irse y no sabía cómo demonios Sakura estaba allí con una sonrisa enorme en el
rostro.
-Hyde, pensé que te habías ido ya.-
-¿Con la mudanza? Ni loco, ese tipo es un pervertido, no sé cuantas
veces me tocó el trasero mientras subíamos mis cosas.- dijo y continuó bajando
las escaleritas del pórtico pasando de largo a Sakura. Se recargó en la orilla
cruzado sus piernas y bajando al perro al piso.
-Vendrá un taxi por mí.- dijo cruzándose de brazos y Sakura le dio
alcance entonces.
-¿Por qué haces esto?-
-Ya le dije a tu hija...- dijo viendo a las chicas en el auto
-…pagaré menos renta.-
-No te vayas…- le dijo Sakura y entonces tomó sus manos pero Hyde
tan solo lo miro extraño y las retiro guardándolas en los bolsillos de su
pantalón.
-No puedo no irme, ya firme el contrato y el dueño me dio hasta hoy
para desalojar mi departamento.-
-Dime entonces a dónde te mudarás.-
-¿Para qué? Yo no me ato a las cosas, así que mejor olvídate de mí…
aunque no te será difícil.-
-Hyde… basta de orgullos por favor… no quiero alejarme de ti, yo… te
necesito.-
-Pero yo a ti no.- Le dijo seco aunque por dentro tan solo quería
correr y abrazarlo y decirle que él también lo amaba… pero esa sería tan solo
su pequeña fantasía incompleta.
-Sé que no, sé que todo lo que te he causado son penas pero por
favor Hyde… dentro de mi mierda de vida, tú eres mi pequeña luz, lo único que
me has dado son alegrías… dame otra oportunidad juro, te juro que no voy a
fallarte de nuevo.- Él pelinegro se acercó a él y tomó su rostro entre sus
manos, lo miraba fijamente aunque el otro desviara la mirada y trató por
tercera vez en su vida de besarlo pero Hyde por tercera vez volvió a
rechazarlo.
-No Sakura… no se trata de eso. No quiero estar contigo, no vas a
cambiar mi forma de vida y no quiero que lo tomes a mal, pero no quiero nada
que venga de ti. ¿Cuánto ganas la hora? ¿1000? Un poco más un poco menos… ¿ocho
horas de trabajo?... puedo ganar eso en mucho menos tiempo…- le dijo presumido,
pero por dentro se sentía más basura que nunca, restregándole aquello en la
cara a Sakura -… ¿Qué pretendes? Qué me quite de esto y viva contigo y nos amemos
eternamente. Eso no existe Sakura, y no es lo que yo quiero, así que tan solo,
no sé… búscate otro que sea igual de inútil que yo pero no se prostituya, que
quiera una vida hogareña y te preparé la cena. Yo no lo voy a hacer.-
-Hyde por favor… no me digas eso, ¿de verdad estas a gusto con como
vives? Sé sincero contigo mismo, sé que no podría darte lo mismo que ahora
tienes, pero hay cosas que no se compran con dinero Hyde.-
-¿Cómo qué? ¿El amor?...- rió entonces -… ¿pretendes vivir de eso?
Porque yo no… Sakura… tú y yo no estamos hechos para estar juntos. Tú tienes tu
vida yo la mía, y son demasiado diferentes, somos como un par de erizos
tratando de acercarse y entre más cerca están, más daño se hacen. Así que me
voy con mis espinas lejos de ti.-
-No Hyde, por favor, no te vayas…- le pidió de nuevo y entonces el
carro color amarillo que Hyde esperaba estacionó frente a ellos.
-Te deseo suerte con… lo que sea que pretendas hacer con tu vida…
cuida de Yuuri y… si de verdad me quieres algo, no me busques si.- Sakura tomó
al menor y lo abrazó fuertemente. No quería que partiera, y no sabía qué hacer
para retenerlo a su lado. Ellos eran un par de adultos, Hyde no era alguien que
pudiera mantener junto a él a fuerza, pues tal como lo había dicho él tenía su
propia vida, y si él decidía alejarse nada podía hacer él para evitarlo… pero
no quería que decidiera eso, no quería perderle.
-Por favor Hyde, no hagas esto…- dijo y aunque sintió como Hyde
trataba de separarse de él le apretó más fuerte sin dejarlo irse.
-Basta Sakura, no hagas esto tú… tengo…que irme…- decía tratando de
quitarse a Sakura de encima comenzando a forcejear un tanto. Y cuando al fin lo
logró tomó al perro de nuevo y casi corrió al automóvil. Sakura trató de
detenerlo pero Hyde logró entrar al carro y cerrar con seguro la puerta.
Entonces Sakura sintió la desesperanza, no aceptaba verlo partir, no
podía… no se lo perdonaría.
Comenzó a golpear las ventanas del taxi pidiéndole aún que no se
fuera, y Hyde ni siquiera volteo a verlo y de esa forma distante le pidió al
chofer que arrancara. El auto comenzó a moverse, y entonces Sakura caminó
cierta distancia tras él golpeteando aún la ventana de Hyde.
-Por favor Hyde, ¡Hyde carajo no te vayas!... – le gritaba una y
otra vez entre otras cosas pero cuando de pronto dentro de aquél vidrio
ligeramente grisáceo Hyde derramo una lágrima y se llevo una mano al rostro
Sakura tan solo se detuvo, dejando poco a poco de caminar y vio partir el taxi.
Lo miro alejarse débilmente, y por un instante sintió como si todo fuera una
horrible pesadilla.
Allí estaba parado en medio de la calle donde ya no había rastro de
Hyde. Todo había terminado.
Ese chico bajito que había llegado un día a su vida, tal como llegó
se fue sin que pudiera detenerlo, sin que pudiera hacer nada por convencerle de
permanecer a su lado.
Definitivamente si alguien le preguntaba quién era Hyde, él
respondería firmemente, “la persona que cambio mi vida” y sin embargo él no
pudo hacer nunca nada a cambio, ni siquiera lo más mínimo. La vida de Hyde en donde
quiera que siguiera sería tal y como antes de conocer a Sakura, tal vez aún con
más dolor encima y Sakura se maldecía mil veces por eso.
---Cuatro meses después.---
Sakura regresaba del trabajo por la noche y fue recibido por un
feliz Yuuri que corrió a abrazarlo a su llegada.
-Ya vine.-
-¿Cómo te fue?- preguntó Erika quien preparaba algo de cenar.
-Bien, bien, estoy agotado, pero… podríamos ir a algún lado, aunque
sea al parque un rato ¿quieren?- les dijo a ambos de sus hijos y Yuuri corrió
feliz por su pelota de baloncesto diciendo que seguramente les ganaría a ambos.
Entonces Sakura se acercó a
su hija y se recargó en la barra de la cocina que separaba a esta del comedor.
-¿Crees que este bien?-
-A veces aún llora… pero estará bien, es un niño fuerte…- dijo ella
sonriendo aunque Sakura, pensaba que él que su madre los hubiera casi
abandonado sin remordimiento alguno por ir detrás de un tipo le parecía lo más
desgraciado que pudo haber hecho.
-¿Y tú?-
-Yo estoy bien… no te diré que perfecta pero me siento bien… hay más
tranquilidad ahora…- dijo mientras continuaba en su labor de la comida.
-Te ves menos amargada.- dijo él riendo y ella lo miró con odio.
-Nunca he sido amargada ¬¬-
-Si lo eras… Hyde tenía razón, eras una estirada.- le dijo y entonces
ella rió pero después volteó a verlo.
-¿Tú estás bien?- le dijo y entonces él se acercó a abrazarla.
-Los tengo a ustedes, con eso tengo suficiente.-
-Siempre dices eso, pero… ¿lo quieres aún cierto?-
-Si… pero, está bien.- dijo tranquilo y beso la frente de su hija.
Yuuri llegó entonces con la pelota y Erika apagó las hornillas para
regresar a cenar después de un buen partido de baloncesto.
Por su parte, en ese momento Hyde llegaba su casa después de haber
estado con un par de clientes más en el mes. Se recostó boca abajo sobre su
cama y entonces Pocky corrió y se subió a la cama para hacerse ovillo sobre su
espalda.
“Lo extraño tanto”…pensó pero luego se quito al perro de encima para
tomarlo entre sus brazos y comenzar a acariciarlo.
-No debería estar pensando en él, después de haber estado con otros…
soy un asco de persona… ¿cómo fuiste a acabar conmigo ah?...- hablaba con el
pequeño que como era costumbre desde pequeño le lamía las manos sin parar.
Al día siguiente iría a la veterinaria donde trabajaba desde hacía
un par de días apenas. No era que le faltara el dinero, pero se quería
demostrar a él mismo que aunque no fuera la gran cosa podía ser útil en algo
que no fuera en la cama. Además el encargado por un par de horas trabajando le
regalaba comida para Pocky y era un gasto menos.
-Buenos días… ¿en qué puedo ayudarle?- dijo Hyde ese sábado mientras
agachado limpiaba una de las jaulas de hámster que habían en el
establecimiento, pero la respuesta del hombre que había entrado en aquél lugar
esa tarde iba a sorprenderlo totalmente.
-¿Hyde?- se incorporó Hyde entonces cerciorándose de que fuera la
voz de quien pensaba.
-Sa… Sakura…- dijo sintiendo que al verlo los ojos se le llenaban de
lágrimas -… ¿Qué haces aquí?-
-¿Qué haces TÚ aquí?- preguntó entonces él aunque sabía
perfectamente la respuesta, y cuando se dio cuenta el corazón le vibraba de alegría.
-Aquí trabajo….- dijo casi entre dientes y entonces Sakura sin poder
contenerse más se metió detrás del mostrador de la tienda y tomó a Hyde entre
sus brazos.
-Pensé… que jamás volvería a verte…- le dijo estrechándolo aún más y
Hyde al sentirlo tan cerca lo único que pudo hacer fue rodearle levemente la
cintura.
-Ya… suéltame si llega mi jefe me correrá.- dijo aunque no le
importaba realmente y Sakura entonces le soltó, pero no por las amenazas de
Hyde sino que tomó su rostro y acarició sus mejillas.
-Estás igual de precioso que siempre.- Hyde lo miró enfadado.
-¡Ya! no me jodas con eso y sal de mi mostrador anda anda…- dijo
empujándolo hacia afuera.
-¿Por qué me tratas así? ¿No te da gusto verme?- le dijo y se
recargó sobre el dichoso mostrador que por cierto Hyde acaba ya de limpiar.
-No… siempre que entras en mi vida arruinas todo, ¡y ahora harás que
me corran!- dijo a forma de broma y entonces Sakura rió también. Cuando esa
sonrisa se desvaneció y ambos quedaron en silencio Sakura lo miró tiernamente.
-Te he extrañado tanto…- le dijo entonces y Hyde se sostuvo el pecho
pues sintió que su corazón podía estallar, pero ni siquiera contesto a eso -…
estás trabajando aquí, eso significa que ¿dejaste lo otro?- dijo y Hyde sintió aquello como un cubetazo de
agua fría.
-Trabajo aquí los fines de semana, y me pagan una miseria ¿cómo
crees que pago la renta si quiera?- dijo indiferente y entonces tomó la jaula
que había limpiado y fue a dejarla en su lugar, para de esa forma, evitar la
mirada decepcionada de Sakura.
-Sal conmigo…- le dijo entonces sin más y Hyde volteo de nuevo a
verlo enfadado.
-A pesar que te dije que sigo siendo un promiscuo a ti te vale y tú
solo quieres usarme de juguete de nuevo.-
-No, no es así… por favor sal conmigo… cómo en los viejos tiempos
¿sí?-
-¿Por qué habría de hacerlo?-
-Por nada realmente, pero quiero estar contigo… hace mucho que no
nos veíamos...-
Hyde lo miro decir aquello, jamás se imaginó que su reencuentro
sería así, pero que Sakura aún le quisiera a pesar de tanto tiempo lo hacía tan
feliz que no pudo evitar esbozar una sonrisa.
-Dos.-
-¿Eh?-
-A las dos es mi hora de salida, puedes acompañarme a casa si
quieres… pero nada más.-
Faltaba una hora para eso, y entonces Sakura decidió esperar
paciente dentro de su auto, le llamó a Erika para que no se preocuparan si
tardaba más de lo previsto y ella se emocionó demasiado, por la gran suerte que
tuvo Sakura de encontrar a Hyde cuando jamás pensaron volver a verlo.
Sakura estaba rebosante de alegría, al entrar en ese lugar y
encontrarse nada menos que con Hyde le había devuelto la vida al cuerpo. No
esperaba que Hyde lo hubiese perdonado ya del todo, pero no quería pensar en
eso, no quería pensar en lo que había pasado, sino más bien veía al futuro, y
estaba seguro que fuera como fuera le devolvería toda esa alegría que Hyde le
había dado en esos momentos tan difíciles.
Las 2 en punto Hyde salió del
local que era la veterinaria, y abordó el carro donde Sakura le esperaba.
-Listo…lléveme a mi casa chofer.- dijo y Sakura sonrió ante la forma
de niño rico con que lo dijo.
-No lo haré, voy a secuestrarte.-
-Dije que dejaría que me llevaras tan solo a casa así que no te
pases de listo.-
-Pero, tú eres un hombre de negocios ¿no? Te compro toda la tarde,
te comprare lo que quieras, a cambio de que la pasees conmigo.-
-Mmm suena tentador… que tal si paseamos cerca de tiendas de marca.-
dijo Hyde ambicioso y entonces Sakura rió encendiendo el motor.
-No abuses, que por más que quiera mi tarjeta tiene un límite de
crédito.
-Ah cierto, que eres pobre.- rió divertido mientras abría la ventana
del auto y Sakura rió pensando en cómo era que Hyde no había cambiado nada.
Llegaron al centro comercial y aunque Hyde había pensado no
aprovecharse de la oferta de Sakura, al final la tentación le ganó y terminaron
entrando a una tienda de ropa.
-¿Quieres que te modele ropa interior?- dijo Hyde alzando las cejas.
-No estaría nada mal…-
-Se supone que tu eres el decente y debías decir no… ¿te gusta
esto?- preguntó mientras tomaba de uno de los mostradores unos pantalones a
tres cuartos blancos.
-Están muy pegados ¿no? ¿No son incómodos?-
-No porque son de licra… ¿Qué carajos es eso de “son muy pegados”?
parezco tu hija adolescente.- lo miró feo y Sakura rió
-No es que me preguntaba que tanto podría sufrir tu entrepierna,
aunque tal vez no mucho.- dijo y Hyde le puso tremenda cara de enfado.
-¿Qué rayos tratas de decir con eso?-
-Nada nada… no le des importancia a insignificancias.- decía Sakura
muerto de risa, y Hyde tomó entonces una chaqueta que parecía tan cara que a
Sakura se le quitó la risa.
-¡Si me queda me la llevo!- casi gritó y tomó también los
pantalones.
Después de una pasarela de Hyde quien no se decidía entre unas
prendas y otras, pues según él “cada cosa se le veía mejor que la anterior”
terminaron con un trío de bolsas de ropa y un par de bebidas heladas caminando
alrededor de tiendas y tiendas y platicando de una y otra cosa.
-Así que la perra de tu esposa se fue sin siquiera despedirse de tus
hijos.-
-Ex-esposa, por favor.-
-Cómo sea… maldita prostituta.- la insultaba Hyde y aunque Sakura no
reía ya ni siquiera se tomaba la molestia de defenderla. A él podría haberle
hecho cualquier cosa y él seguiría defendiendo él “es la madre de mis hijos”
sin embargo ahora había perdido ese título completamente.
-Bueno es una boca menos que alimentar y cumplirle sus caprichos
también salía caro.- dijo Sakura pensando fríamente, ahora tal vez podría
enfocarse en darle gustos a sus hijos.
-Supongo… ¿qué hacías hoy en la veterinaria?- dijo Hyde entonces,
recordando aquello.
-Ah… Yuuri tiene un hurón… extrañaba a Pocky y cuando le dije si
quería un perro el dijo que no pues le traería recuerdos, entonces un hurón fue
su elección.-
-Siento eso, no me hubiera llevado al perro si hubiera sabido que la
innombrable se iría y Yuuri podría tenerlo… si lo quieres puedes llevártelo.-
-No, Yuuri dijo que era mejor que estuviera contigo… así no estabas
solo… eso dijo él.- Hyde entonces volteó a ver a Sakura y sintió esa
cosquillita en el pecho cuando te dicen algo de lo que habías estado queriendo
escapar.
-¿Está enfadado conmigo cierto?-
-Lloró cuando te fuiste, pero no está enfadado, tan solo creo que le
hubiera gustado despedirse.-
-Gracias idiota, ahora me siento un perfecto canalla.- dijo Hyde
mirándolo y entonces Sakura sonrió de lado.
-No debiste irte…-
-Y quedarme a ver tu drama matrimonial, no gracias, un divorcio es
lo peor del mundo.-
-Pero… trae cosas buenas.-
-¿Cómo?-
-Como paz… como que mis hijos y yo estamos bien ahora… como una
nueva oportunidad de empezar.- dijo insinuante y ante eso Hyde lo primero que
hizo fue salir ante su defensa.
-¿A tu edad?... naaah imposible.- le dijo riendo
-¡Tengo 38! ¡Soy muy joven aún!-
-Estas en la mediana edad, y me perdonas pero eso ya no es estar
joven… en un par de años… tendrás 40.- dijo con cara de lastima.
-Maldito pagaras por eso.- dijo y ante la amenaza Hyde salió
corriendo y Sakura tras él sin importarles la gente que tuvieron que esquivar
para poder seguir la persecución.