Cuando se me ocurrió
organizar un evento para Halloween nunca imaginé que llevaría consigo tanto
trabajo. Lograr agendar tres eventos seguidos y depender de la disposición de
otros famosos había sido un caos, pero agradecí que algunos de mis amigos del
mundo de la música se dieran el tiempo para acompañarme.
Había estado trabajando
junto a Anis en los detalles de los eventos. A veces tenía la sensación de que
Anis quería llevarme directo a la cama, pero en otras ocasiones sentía que al
menos quería ser caballero y algo discreto. A pesar de ello, él me agradaba,
también me agradaba la forma en que las fans reaccionaban a nuestra cercanía.
Aunque para mi, aquello era simplemente un juego.
Había preparado con cuidado
los tres disfraces pero sólo uno de ellos había sido a pedido de alguien más.
Alguien que no estaría aquí esta noche.
La noche anterior había
usado el disfraz de Edward Scissorhands, me había encantado, sin embargo, las
manos de tijera me habían limitado los juegos coquetos en el escenario. Ésta
vez podría abusar un poco de ello.
Observé mi reflejo en el gran espejo del camarín.
“Definitivamente hubiera
sido una mujer sexy” pensé riendo
para mis adentros mientras observaba la
visual de mi rostro con cabello largo.
-
¿De verdad usarás falda? – pregunto Kaz con incredulidad
desde la comodidad del sofá.
-
¿Eh? ¿Te refieres al uniforme? – le pregunté sin voltear
a mirarlo, me concentré en delinear mi ojo y usar con perfecto pulso el
maquillaje. Odiaba que me maquillaran extraños si no quería un resultado
exagerado.
-
Hyde… - susurró Kaz observándome desde atrás.
-
¿Si…? – abrí la boca para maquillar mis labios.
-
Cuídate – susurró amenazante - Esto será un juego de
cacería y creo que eres la presa más codiciada. – Reí por sus palabras y su
advertencia. Gran parte de los invitados al show eran músicos que en algún
momento fueron o continuaban siendo mis fans.
Estaba seguro de que si se presentaba la oportunidad de poder besarme,
tocarme o tal vez algo más, aceptarían felices, ya estaba acostumbrado a ello.
A pesar de la facilidad con
la que lograba la atención de todos a mí alrededor, muy rara vez alguien
lograba captar mí atención, tal vez nunca realmente, por ello, todo para mí era
un juego. Todo lo que hacía con ellos, todo lo que mostraba, todo lo que hacía,
todo lo que decía, era un simple juego. No tenía sentimientos por nadie con
quien compartiera el mundo de la música, aunque si mi corazón tenía un gran
respeto y admiración por algunos músicos, mis sentimientos solo eran aquello.
Los sentimientos más
grandes, los reales, los primordiales, eran completamente dedicados a un grupo
reducido de personas que evitaban los focos, la gran fama y los rumores que me
rodeaban. A pesar de ello, mi tiempo
para ellos era escaso y el mundo que me rodeaba gran parte del día era el de la
fama, las falsas amistades, la diversión, el manejo de la sonrisa falsa,
disimular y esconder, era mi trabajo. Pero no podía negar que me encantaba, me
encantaba el escenario, los fans, la música, la adrenalina, me encantaba lo que
hacía.
Como parte de las
diversiones estaban este tipo de eventos.
Desde la creación de mi carrera solista me había propuesto realizar cuanta idea
divertida llegara a mi cabeza y planeaba que en Halloween pudiera realizar eventos
todos los años, que fuesen esperados por los fans, que se hablara de ellos, que
fuera una fecha especial con juegos, música, imitaciones, penitencias y
disfraces, sobre todo disfraces. Pero sabía que los fans no serían los únicos
en divertirse.
Tocaron la puerta dos
veces, Kaz esperó a que yo estuviera completamente vestido para levantarse del
sofá y abrir la puerta.
Observé mi cuerpo delgado y
mi rostro maquillado en el espejo una vez más.
Estaba listo.
Alguien entró en la
habitación y realizó un silbido en señal sorpresa.
-
Hyde… – Susurró
Yasu desde mi espalda. – Woow… oye que piernas tienes. – agregó con un tono
coqueto, luego rió. Yo solo le sonreí, Kaz por otro lado carraspeó incómodo,
tomó su disfraz y escapó rápidamente de la habitación.
Él
odiaba este tipo de situaciones en donde nuestros invitados, amigos o cualquier
tipo de fan me comían con la mirada.
-
Tú tampoco te ves mal. – le dije apreciando su disfraz de
mucama. Yasu carraspeó algo incómodo, algo tímido, tal vez por mí.
-
Hyde… eeh… te ves muy bien…- susurró en voz baja. Yo solo
me reí y evité mirarlo directamente. Él me deseaba, era demasiado evidente y no
sabía cómo observarlo sin sentirme algo
avergonzado.
Me preparé para salir al
show cuando Anis junto a chicos de staff entraron en el camarín, Anis llevaba un
vestido largo, elegante y negro, el cabello tomado por sobre su cabeza y un par
de accesorios.
“Al parecer todos seremos
chicas esta noche” pensé.
-
Dulce dama, ¿En qué puedo ayudarle? – le dije riendo
junto a una reverencia.
-
¡Amiga! – gritó con voz chillona, antes de arrojarse a
abrazarme fuertemente. Me quedé quieto
de forma incómoda, a pesar de comprender que era una broma y debía reírme,
sentí como su cuerpo no quería despegarse de mí.
-
Amiga, vamos a fumar fuera. – le sugerí en el mismo tono
en que me habló, a nuestro alrededor oí a Yasu y un par de staff riendo por la
broma.
Camine por el pasillo
modelando mi uniforme, sacando un par de risas.
-
Ven Hyde, tomémonos una fotografía.- dijo Anis animado.
Subí las escaleras y a
pesar de estar seguro de que estaba ofreciéndole una gran vista de mi trasero,
no quería permitirle ir primero.
Llegamos a la terraza y le
ofrecí un cigarro, él se sentó en una banca con las piernas cruzadas.
-
Deberías irte conmigo luego del show.- dijo con voz segura y los ojos cerrados,
disfrutando de su cigarro.
-
¿Eh? ¿Dónde? – le pregunté con tono inocente a pesar de
estar seguro de saber a qué se refería.
-
A quitarte esos mini pants que llevas bajo la falda. –
Dijo sin escrúpulos con voz coqueta. Yo sabía que toda la actitud de Anis era
por mis coqueteos recurrentes, por lo que no me sentí con el derecho de hacerme el indignado, solo me
reí.
-
Quiero llegar a casa con los mini pants Anis, tengo a
quien modelárselos en privado.- le confesé
con una sonrisa, Anis volteó a observarme con la boca abierta. A pesar de que
nunca solía soltar ese tipo de información, Anis y yo teníamos una amistad que
parecía crecer y temí que ella peligrara porque no tuviera claro que mis
coqueteos sólo eran parte de mi juego.
-
Vaya… no esperaba eso. – dijo al reponerse, luego observó
a otro lugar, se veía algo avergonzado.
-
Imagino que no. – le solté con una sonrisa ante su
asombro.
-
Entonces… todo lo que ha sucedido… las indirectas, los
toques… los abrazos, los juegos frente a todos, ¿Ha sido solo eso? ¿Juegos? –
preguntó en voz baja.
-
Si… solo juegos. – le dije algo nervioso, la situación me
resultaba sumamente incómoda y ahora estaba preocupado de que él quisiera que
nuestra amistad acabara.
Anis
volteo a mirarme sonriente nuevamente.
-
Entonces espero que el juego continúe.- dijo antes de
ponerse de pie y caminar hacia dentro del recinto, dejándome solo.
Suspiré.
¿Cómo
debía tomar aquello?
Observé
las cenizas del cigarro desprenderse con el viento lentamente.
Esperaba
no haber arruinado nada.
Volví a
suspirar con la frase “lo hecho hecho está” en mi cabeza y me puse de pie.
Ya era
hora del show.
Caminé
hacia el pasillo y vi a todos preparándose para subir al escenario, Yasu que
estaba sentado en espera de la señal para subir me observó caminar en su
dirección, volvió a mirar mis piernas.
-
¿Te depilaste? – preguntó atento.
- Si… - La realidad es que a veces solía depilarme porque existía otra persona a quien le gustaba acariciar mi piel, coincidió con que para el disfraz yo ya estaba depilado.
-
Bien estamos listos. – Me confirmó el jefe de staff.
Corrí por mi chaqueta para
completar el uniforme escolar, volví a observarme en el espejo y me dirigí al
ataúd de donde debía aparecer en el show, de reojo Kaz me dirigió una mirada de
precaución con Anis, observándome primero a mí y luego a él, yo reí y le
indiqué con el dedo pulgar que todo estaba “Ok” para tranquilizarlo.
La respuesta fueron más
gritos de sorpresa.
La adrenalina de inmediato
subió y me dirigí al micrófono para comenzar el show con la canción Sweet
Vanilla, tal como fue ensayado.
Continué el concierto sin novedades, paseé por el frente de la
multitud modelando mi disfraz por todo el escenario y pregunté a los fans:
-
¿Qué están mirando? – le dije a la multitud de forma
altanera, todos gritaron, no logre identificar si alguien decía algo coherente
más que gritos al aire. - ¿Cómo me veo? – pregunté.
-
¡Tierno! – gritaron todas en conjunto.
-
¿Qué? ¡Claro que no! ¡Me veo Sexy, Malditamente Sexy! ¡No
tierno! – les repuse.
Luego
volteé y levante mi falda mostrando los mini pants, la audiencia grito.
“Ahora
sí, estoy jodidamente sexy” pensé para mi mismo.
Continuó el concierto con
las canciones restantes de mi set list y en el ultimo MC decidí quitarme la
chaqueta, tenía demasiado calor, uno de los asistentes consideradamente me llevó una bebida y dije en el micrófono “prefiero a mis sirvientes de rodillas” como una broma para el chico
que me llevó la bebida, todos en el publico rieron y yo no entendí el por qué
de tanta carcajada hasta que volteé y vi a Yasu con su vestido de Mucama de
rodillas a mi lado, a la espera de un poco de mi atención.
Así cantando Hello, retomé
el resto de mi setlist con normalidad hasta finalizar.
Quedaba lo más destacado
del show y aquello me tenía un poco nervioso, aún me faltaba compartir
escenario con Anis, tuve que esperar en el camarín a que finalizara Yasu,
Monoral y Olivia sus canciones antes de que fuera el turno de Jack’o lantern,
el nombre que Anis se inventó para que cantara yo junto a su banda canciones de
Halloween.
Antes de salir al escenario
con Anis, Kaz me frenó desde mi espalda, tomando mi camisa entre sus manos para
mantenerme quieto.
-
¿Qué sucede? – le pregunte asombrado, el no solía hacer
aquellas cosas.
-
Si sucede algo, seré el primero en confirmarle a él que
fue sin tu intención de serle infiel. – Me dijo en tono sumamente serio. Kaz
era un buen amigo.
-
Tranquilo, él entenderá. – le dije con confianza en mis
palabras. Nunca me había tenido que preocupar de ello, no lo haría en aquella
ocasión por primera vez tampoco. Esa persona confiaba en mí.
Me
dirigí al escenario y saludé a Anis a la distancia. Comenzó la canción Shout at
the Devil de Mötley Crue y la cantamos
ambos, seguido de Ghosbusters que cantamos por turnos. Antes del último coro
caminé hacia Anis y me acerqué para besar su mejilla sonriendo coqueto, los
fans comenzaron a gritar de antes que me acercara del todo y en cuanto cerré los
ojos para besarlo, sentí el tacto de sus labios. Me paralicé. Abrí los ojos y
me moví hacía atrás de inmediato. Me quede observándolo en shock y Anis solo
hizo un gesto con la lengua y luego se alejó para caminar al micrófono y
continuar la canción. “¿Qué rayos?...” pensé atónito. Besarlo en los labios no
era mi plan. Entonces me volteé al público con gesto avergonzado y Yasu se
colocó en frente de mí, estirando los labios, a la espera de su turno.
“¿Qué?...
oh no… “pensé asqueado, sabía que se notaba en mi cara que estaba asqueado,
pero pensar en el daño que podía hacerle mi rechazo me hizo sentir mal, después
de todo Yasu fue el primero en confirmarme que asistiría.
Cuando
los minutos pasaron y mi rostro no cambiaba, Yasu bajo la mirada avergonzado,
entonces me agaché y besé su mejilla.
Los
gritos nuevamente me dejaron sordo por unos segundos.
Afortunadamente
la canción finalizó, lancé un
par de besos al público, hice gestos junto a Yasu y Anis y luego corrí al
camarín antes que cualquiera en cuanto bajé del escenario.
Tomé mi
mochila y le dije al staff que necesitaba un auto que me llevara a casa de
inmediato.
Escapé.
Realmente
escapé.
Porque
no quería tener que combatir con las peticiones de Anis o Yasu para ir a beber.
No
quería tener que explicar por qué me llevaría el disfraz puesto.
Ni
quería bromear por aquel beso que me había robado Anis.
Escapé
del recinto y ya en el auto me tranquilicé y comencé a limpiar mi sudor y a
quitarme parte del maquillaje para luego reponerlo y que éste quedara perfecto,
como en un primer momento.
Al
llegar el auto al edificio del mi departamento, me escondí en un abrigo enorme
y bajé. Caminé lentamente por el pasillo cubriendo todo mi disfraz para evitar miradas curiosas, estaba
nervioso mientras subía por el ascensor… sabía que no debía preocuparme de que
él estuviera molesto por el beso de Anis, sin embargo, algo en mí sí se
molestaba por ello. Había querido darle una sorpresa llevando tal disfraz, pero
sentía que aquel hecho iba a pesarme y ya no me sentía tan emocionado por impresionarlo.
Toqué el picaporte y antes
de abrir la puerta un recuerdo fugaz de su voz confesándose llegó a mí.
“Si tienes sentimientos claros
hacia mí, es todo lo que me importará.”
Había dicho él.
Y de inmediato me calmé.
Si él se encontraba
inseguro acerca de mis sentimientos, sólo debía aclarárselos. Yo tenía claros
cuales eran.
Abrí la puerta con mayor
seguridad y entré en la oscuridad del departamento. Me dirigí en busca del
interruptor, pero cuando mi mano se dirigió a encender la luz, otra sujetó la
mía desde atrás. Di un pequeño salto por el susto, pero me calmé en cuanto el
olor de Sakura invadió mi nariz. Me era fácil reconocerlo, prácticamente
natural, usualmente distinguía el caminar de sus pasos o sólo el sonido de su
respiración.
-
Buenas noches señor.- dijo en mi oído en cuanto abrazó mi
cuerpo desde atrás con fuerza, como si retenerme entre sus brazos fuera su
mayor necesidad. Su aliento a cerveza me invadió, no pude evitar reír por el
tono lanudo y ebrio de su voz. – Comentan por televisión que gracias a este
hermoso traje se ha declarado homosexual, ¿Tiene novio dulce dama? – Susurró arrastrando
las palabras pero de forma coqueta en la oscuridad, yo volví a reír.
-
Tengo novio.- dije con tono seguro y orgulloso. - ¿Con cuál de todos quieres hablar?- le dije
riendo aun más. El se rió junto a mí.
-
Haré que te arrepientas de eso. – susurró besando mi
cuello desde mi espalda. Yo cerré los ojos para disfrutar su tacto. Sus manos
se dirigieron a mis piernas, levantando el abrigo para dirigirse a su objetivo,
entonces rozó las uñas de sus manos con mis muslos.
-
Huum… No empieces, tengo hambre. – le dije riendo e
intentando quitar sus manos de mi cuerpo antes de que reaccionara de forma
involuntaria.
-
No dejaré que te quites eso aún.- susurró tocando mi
entrepierna por sobre la falda.
-
Oye… mmmhh… - Yo no tenía intención de quitarme el
disfraz, pero fingir que aquello no era así me hacía sentir menos atrevido y
así no arriesgaba mi dignidad por un ataque de timidez. Sakura quitó mi abrigo y volvió a posicionar
su mano bajo la falda escolar.
-
¿Cuántas personas vieron éstas piernas hoy? – preguntó demandante,
frotando con la palma de la mano mi entrepierna y rozando la suya con mi
trasero con movimientos suaves y delicados de adelante hacia atrás, de adelante
hacia atrás…
-
Huumm… Muchas…
-
¿Y cuántos las tocaron? – dijo frotando más fuerte.
-
Huum… menos…- el rió, pero yo conocía esa risa nerviosa,
celosa, divertida y reprimida, porque él no me reclamaría nada aunque lo
quisiera.
-
¿Y cuántos las codician? ¿Cuántos quieren tenerlas para
ellos? – preguntó rozando su lengua con mi cuello.
-
No seas celoso… no importa cuánto las quieran, sabes que
no dejaré a nadie más tener mi cuerpo aah… así… humm…- no pude terminar la
frase debido al espasmos de placer que me invadió cuando Sakura metió su mano
bajo mi ropa interior para continuar acariciando y masturbando de forma
delicada con la punta de sus dedos. - ¿Qué
te sucede…? hum… no sueles comportarte de forma tan…
-
¿Tan? – dijo riendo.
-
Humm… Me estas atacando…
-
¿Sí? ¿Eso sientes?
– preguntó en mi oído.
-
Huumm… si. – Involuntariamente mi cuerpo se pegó aun más al suyo, buscando más
roce, más tacto, más de él en mí.
-
Es culpa de tu disfraz. – Reconoció quitando mi corbata.
Me volteé para besarlo, mi
cuerpo pedía ansioso sus labios desde el primer tacto de sus manos en mí. En cuanto mis labios sintieron los suyos,
solté un sonido de placer. Qué bien se sentía ser besado por la persona
perfecta para ti.
Mis manos se dirigieron a
quitar la ropa de Sakura, con un poco de ansiedad y prisa quité su sudadera y
su playera mientras buscaba el cierre de su pantalón, él me arrastró hasta la
habitación.
Me di cuenta que estábamos en la habitación
cuando el encendió la pequeña lámpara del velador junto a la
cama. Luego se acerco a mí mientras quitaba sus pantalones junto a su ropa
interior, dejando exponer su entrepierna excitada por mí.
Y por mi disfraz.
Comenzó a masturbarse frente
a mí aumentando mi libido, dejando la vergüenza que nos caracterizaba a pesar
de los años, lo más probable, por estar un poco bebido.
-
Me gusta cuando muerdes tu labio mientras me observas
así.- Dijo con voz ronca. Yo no había notado que lo estaba haciendo, como
también que lo miraba con el hambre que sentía de él.
En un impulso ansioso y
excitado por sus palabras, caminé hacia él
y me arrodillé quedando a la altura de su ombligo, acomodé mi cabello
falso a un lado de mi cara como en los tiempos en que mi cabello real tenía
aquel largo, y luego rodeé su entrepierna con mis dedos, masturbándole
lentamente mientras hacía un poco de presión con mi mano.
El cerró los ojos fuertemente.
Observé su miembro y sólo
en ese momento noté lo mucho que se me apetecía, lo que unos minutos atrás era
un pequeño impulso se había transformado en un gran deseo, entonces llevé su
entrepierna a mi boca, metiendo solo la punta de ella en mi boca en un comienzo
para permitirme chupar y acariciar con la lengua, luego lamiéndolo completo, metiéndolo
en mi boca por completo para comenzar a embestirlo mientras presionaba mis
mejillas con fuerza.
“Eres
mío” pensé de forma posesiva, excitado y completamente enamorado de esos ojos
que me desnudaban más que el cuerpo.
-
Aahh… Hide… si… así…Mmhh… - dejaba escapar a medida que
mi boca lo perdía en sensaciones. A pesar de que amaba observar su rostro perdido,
me sentía tan excitado por sentirlo en mi boca que cerré mis ojos, degustando
su textura y sabores.
En algunas ocasiones me
sentía enormemente sucio por hacer cosas de ese tipo, en otras ocasiones me
avergonzaba y solo cuando me sentía algo atrevido o estábamos ebrios nos
permitíamos disfrutar del sexo sin barreras.
La poca constancia de esas
situaciones me hacía disfrutarlo más.
Sin prejuicios, sin
vergüenzas, sin timidez, me excitaba sentirlo excitado por lo que yo pudiera
hacer, de la misma forma en que me excitaba a mí todo lo que yo podía hacerle.
Comencé a embestir con
mayor ímpetu contra él, llevándolo al éxtasis, sus manos se enredaron en el
cabello falso para mantener mi cabeza sujeta contra su cuerpo.
Y continué mi tarea con
fervor rozando con los dientes suavemente, logrando obtener más quejidos de él.
Luego dirigí mis manos a sus testículos para estimular todo lo que estuviera a
mi acceso.
-
Hide… oooh… ya… basta… es demasiado… - Soltó entre
suplicas mientras que con sus manos buscaba tomar el cabello falso y alejar mi
cabeza y mi boca de su entrepierna – Oh amor… por favor… no quiero terminar en
tu boca… Hide por favor… ah… - Aunque quería permitirme saborear su esencia,
sabía que si lo llevaba al clímax mientras estuviera un poco ebrio no lograría
que continuáramos haciendo el amor, y yo quería más.
Bajé el ritmo de mis
embestidas hasta que los movimientos fueran lentos y acompañados del sonido
delicado de mis lamidas.
-
Ahhh… - suspiró
mientras nos observábamos a los ojos cuando yo alejaba mi boca por última vez
de su entrepierna, chupando con fuerza la punta antes de soltarlo por completo.
En
cuanto me alejé y me dispuse a colocarme de pie, Sakura me tomó en brazos y me
acorraló contra la pared. Mientras me besaba con fuerza levantó mis brazos y
besó mi cuello, abriendo poco a poco la blusa escolar mientras bajaba besando
mi pecho.
-
Mmmhh…- me queje
ante su ataque mientras su lengua mordía mis pezones para después lamerlos y chuparlos, sus dedos
los pellizcaron y los rozaron entre las yemas de sus dedos.
Besó el centro de mi pecho
y bajó lentamente hasta mi obligo depositando besos babosos. Sus manos se
metieron por debajo de la falda rozando mi entrepierna por sobre la ropa
interior húmeda. No me iba a permitir avergonzarme por ello, sabía que a él las
pruebas de lo mucho que me excitaba le encantaban.
-
Esto es exquisito… - dijo tocando mi entrepierna debajo
de la ropa interior, sentía como su mano
se humedecían a medida que me tocaba más, en un par de segundos sus toques
fueron acompañados del sonido pegajoso de mis fluidos. Aquello si me avergonzó,
mis mejillas se enrojecieron y solo atiné a cerrar los ojos y esconder mi
rostro hacia un lado.
Sakura
quitó mi ropa interior y la dejó bajar hasta la altura de mis pies, subió hasta
mi rostro y buscó mis labios. Sus manos continuaron en mis piernas, alrededor
de mi miembro. Como mi rostro estaba escondido hacia un lado, besó mi mejilla
sonrojada.
-
No seas tonto.- Me reprochó ante mi vergüenza. Presionó
entre sus dedos mi entrepierna y comenzó a masturbar.
Continué con mi cara
sonrojada algo escondida, pero Sakura comenzó a hacer presión en aquella zona y
poco a poco levanté mi rostro para buscar sus labios y ahogar mis gemidos en su
boca.
Me deshice de la ropa
interior que aprisionaba mis pies de un empujón y abracé a Sakura, decidido a
ahogarlo en besos.
Nos besamos con ansiedad,
sentí su lengua tierna a pesar de estar deseoso.
Una de sus manos ya húmedas
por mi esencia se deslizó hacia mi trasero, dejando todo pegajoso a su paso, buscó mi entrada y
mientras hundía su lengua en mí, dejo entrar un dedo suavemente... muy dentro.
-
Aah… con cuidado… - le susurré, aunque sabía que era
innecesario decirle aquello, él conocía mi cuerpo mejor que yo. Comenzó a masajear mi trasero, con una de sus
manos lo abría un poco y con la otra insertaba un dedo preparándome mientras me
besaba, ahogaba mis gemidos en sus labios y de paso evitaba la vergüenza de
observar su rostro mientras hacía aquello. Mis ojos estaban cerrados, mi mente
estaba perdida en sus manos.
Sentí
como mi cuerpo estaba ansioso de sentirlo, comencé a besarlo con más demencia,
dejé a mi garganta demostrar el placer que sentía, y mis manos tocaban
demasiado por todos lados dejando en evidencia mi ansiedad.
-
Aaaah… Sakura… Ya… Estoy listo.- le susurré en cuanto
alejé mi boca un poco de la suya, dejé mis ojos cerrados y el calor de mis
mejillas me sofocaba un poco.
Él se
alejo de mi boca para besar mi cuello, colocó sus manos en mi cintura y me
levantó indicando que le rodeara con mis piernas. Aquella posición era muy poco
usual para mí y el hecho de que yo estuviera con falda, sin ropa interior y con
la blusa del uniforme abierta me hacía sentir más femenino que nunca.
Nos
besamos y nos abrazamos mientras nos acomodábamos en dicha posición, sentí la
pared fría al contacto de mi espalda a pesar de la blusa, pero fue más bien un
alivio para el calor que emanaba de mi cuerpo. Mi entrepierna rozaba el
estomago de él, un roce que me hacía sonrojar. Por detrás sentía el miembro de
Sakura buscando entrar en mí. Me preparé, abrí mis piernas lo más que pude sin
dejar de aferrarme a su cintura.
-
¿Estás listo? – preguntó rozando mi entrada con su
erección.
-
Si… déjalo entrar. – susurré observando sus labios.
Sakura estaba sonrojado,
sudado, sonriente, con un brillo distinto en sus ojos, un brillo que me hacía
sentir su apasionado corazón latir al unisonó junto al mío.
Él abrió sus labios
excitado y dejo su erección entrar en mí. Sentí la carne de mi cuerpo abrirse
paso recibiéndole. Presione la piel de sus hombros con fuerza ante el dolor de
la primera intromisión.
-
Aaaaauuuhh…mmhh…-
escaparon de mi boca los quejidos que me delataban, primero dolor,
después placer. Sakura me besó la punta de la nariz en un gesto de ternura.
-
¿Estás bien? – preguntó preocupado, yo asentí. Aquella
posición me exponía aun más el área más sensible de mi cuerpo y aquello solo prometía para mí. – Hide… -
susurró en cuanto realizó un pequeño movimiento de cadera que buscaba acomodar mi
trasero a la sensación de tenerle dentro.
Comenzó a moverse
lentamente, ambos nos observábamos con nuestros labios entreabiertos… como
amaba verlo así, tan cercano, tan entregado, tan tierno, tan delicado, tan
preocupado y tan mío.
Nos besamos mientras su
cuerpo se movía dentro de mí, acaricié sus labios con la punta de mi lengua y
luego lo mordí, fue ese preciso momento en
que sus movimientos se convirtieron en un golpe constante en el fondo de mi
sensibilidad física. Entonces fue cuando realmente comencé a dejar escapar
gemidos.
Muy rara vez lograba Sakura
tocar aquel punto con tanta facilidad, pero cuando así resultaba yo perdía el
control de mí mismo.
-
Aaah… Aahh… Yaaa-chan… Ah. Ah. Ah…. Ahh… - Incliné mi
espalda hacia atrás, sentía el placer derretirme y esparcirse por todo mi
cuerpo, hasta los dedos de mis pies.
-
Hide… me excita tanto verte así… aah…- me confesó
mientras embestía rápidamente.
-
Yaa-chan… aaah… si así… ahí… humm… hum… - Sacudí mi
rostro y mis manos buscaron algo que presionar, no sabía cómo liberar tanto
placer y sin notar si quiera la fuerza con que mis manos arañaban la espalda de
Sakura, me derretí en su mirada de deseo mientras yo buscaba clavar su esencia
en lo más profundo de mí, con mis uñas, con mis piernas.
Continuamos en aquella
posición hasta que no pude más, sentí que mis piernas se acalambraban, y ante mis gestos de dolor y aun más poca
movilidad de la que Sakura se percató, me tomo en sus brazos nuevamente
llevándome hasta la cama.
Me acostó y con mis piernas
abiertas se ubicó entre ellas sobre mí. Levantó mis manos para besar mi espalda
que se movía en busca de sus caricias.
Sakura besó mis pezones
nuevamente, mi pecho y bajó hasta mi ombligo rozando con la lengua mi piel.
La sentí arder demasiado,
los quejidos se me escapaban sin
control.
-
Estás sonrojado…- dijo antes de meter en su boca mi
erección.
-
Au… aah… mm… - Comencé a gimotear mientras Sakura chupaba
con lentitud mi erección. Una de mis manos se dirigió a su cabello y presioné
entre mis dedos algunos mechones largos. Sakura cerró los ojos, parecía
disfrutar de lo que hacía y yo me perdía en las sensaciones que me brindaba la
visual de observarlo hacer aquello, del placer que sentía al tacto de su lengua
con la sensibilidad de mi erección.
Se alejó de mi cuerpo para
quitar la falda que parecía estorbarle y
al mismo tiempo aproveché para quitarme la blusa que me hacía perder movilidad,
solo en ese momento me di cuenta de la magnitud de mi excitación, la blusa
estaba completamente mojada. Como todo mi cuerpo.
-
Dios… Hum… Sakura… detente… es demasiado…- le supliqué
mientras mis piernas temblaban, no quería terminar en su boca, quería terminar
sintiéndolo dentro de mí, el conocía mis gustos.
Sakura sacó de su boca mi
erección y antes de alejar su boca de él, chupo mis testículos y luego lamió mi
entrepierna desde la base hasta la punta, observándome a los ojos. Al terminar
aquel acto observé el tejado, estando seguro de que podía tener un orgasmo
con solo aquella visual.
Subió por mi cuerpo pasando
sus dedos desde mis piernas hasta mis hombros, estimulando hasta el más mínimo
detalle.
-
Abre más las piernas.- susurró con cariño y una sonrisa
cubierta de sudor. Hice caso aferrándome a sus hombros estando seguro de que lo
que me esperaba no sería delicado. En aquella posición Sakura se descontrolaba
más. Algo que disfrutábamos ambos.
Abrió mis nalgas con sus
dedos ensalivados y dió paso para dejar entrar su erección de una sola estocada
dentro de mí.
-
¡Ah! – Solté muerto de placer.
-
¿Dolió?
-
No, no… hum… - comencé a mover mi cuerpo en búsqueda de contacto
en aquella zona, necesitaba sentirlo más fuerte y más rápido.
Sakura me observó unos
segundos mientras yo buscaba estimularme con su erección y luego de lo que me
pareció una mirada realmente caliente comenzó a moverse con agilidad sobre mí.
Ensalivó sus dedos
introduciéndolos en mi entrada junto a su erección para lubricarme en
reiteradas ocasiones, lo que tuvo de resultado que en un par de minutos pudiera
moverse con rapidez y libertad dentro.
Comenzamos a movernos tan
rápido que el sonido del choque de nuestros cuerpos ensordecía mis gemidos, me
abracé a su cuerpo y estuve seguro de que golpeé la cama en medio de la
desesperación que me causaba el temblor en mis piernas.
Sakura continuó moviéndose rápidamente,
sus quejidos se volvieron gruñidos y en medio de lo que creí que sería el final
del encuentro se detuvo para probar otra posición. Se sentó en la cama y arrastro mi cuerpo
hasta montarme sobre él, ambos sentados, solo que yo un poco más arriba. Mi
labio tembló por la excitación, ya no quedaba vergüenza en mí, sujeté una de
mis manos en su hombro y con la otra busque su erección a tientas por debajo de
mi trasero, en cuanto la encontré la dirigí hacia mi entrada.
-
Aaah… siempre es una deliciosa sensación.- confesé sin pavor y un poco tembloroso.
Sakura sujetó su cuerpo a
la cama con una mano y con la otra acercó mi rostro al suyo, me besó, gruñó de
placer y mordió mi labio al separarse de mi boca para buscar aire. Estábamos
agitados, necesitábamos mayor rapidez en nuestros movimientos. Entonces él
junto su frente a la mía y guió mis caderas para indicarme que necesitaba que
yo me moviera sobre él esta vez.
Casi por inercia moví mis
caderas en forma de círculos sin si quiera pensar en si eso se vería bien para
él, antes de que mis dudas me hicieran parar aquella acción escuché las
palabras de Sakura.
-
Así Hide… humm…- mordió sus labios mientras yo observaba a ratos su boca y a
ratos su intensa mirada.
-
¿Te gusta? – pregunté sin dejar de mirar sus labios
mientras continuaba con aquellos movimientos.
-
Si…- dijo en un susurro acompañado de una sonrisa.
Luego me
besó. Esta vez sus dos manos tomaron mi rostro y me guió a sus labios, no me
permitía concentrarme en nada más que en él.
Comenzó a embestir y junto
a él, yo comencé a moverme también. Buscando sus caderas, buscando sentirlo
directamente en mí.
Nuevamente tocó ese punto…
nuevamente arqueé la espalda y arañé la suya.
“Hide… Hide… muévete más
rápido…” “Bésame” “Quéjate fuerte” “Siénteme” Fueron las palabras que dijo
entre jadeos y aumentaron mi libido hasta las nubes.
Gracias a sus movimientos
rápidos, el frenesí de las embestidas, el morbo de los sonidos corporales y los
quejidos de Sakura sentí poco a poco un calor demasiado fuerte para medir mi
reacción, entre gritos y una expresión de dolor placentero me dejé ir
liberándome en un orgasmo demasiado largo.
Sentí el semen salir
caliente, recorrer desde mi erección hasta la piel ajena.
-
Aaaaaah…. Ya… Ya-chaaaan…. Hummm…- Di un pequeño salto cuando mi orgasmo terminó
y el placer del roce en la zona trasera fue reemplazado por cosquillas, al
mismo tiempo Sakura gruñó cerrando fuertemente los ojos enrojeciendo por la ola
de calor que visiblemente sentía al tener un orgasmo. Una gota de sudor resbaló
desde su boca abierta hasta su mentón para caer sobre mi cuerpo. Lo observé,
como no podía observar a nadie, con
sentimientos en la mirada grabando cada segundo en mi memoria.
Nuestros cuerpos estaban
demasiado acelerados y cansados para soportar el peso del otro. Lentamente nos
recostamos de lado cayendo sobre las sábanas, Sakura se abrazó a mi pecho y
oculto su rostro allí, siempre escondiendo la mirada luego de un momento
intimo. Siempre evitando palabras que le avergonzaran después.
Sintiendo su respiración
acelerada en mi pecho, no pude evitar besar parte de su frente que estaba a mi
alcance y luego acaricie su largo y castaño cabello. Mientras ambos calmábamos
nuestros cuerpos juegue con su cabello entre mis dedos, masajeé y acaricié con
cariño su cabellera. Sabía que aquello le relajaba.
Luego de unos momentos de calma, Sakura besó
mi pecho aun con su rostro escondido entre mis brazos.
Me sentí enternecido y con
el corazón más cálido que nunca.
-
Te quiero…- le dije mientras jugaba con su cabello.
Sakura
permaneció en silencio unos segundos, luego se removió entre mis brazos y
levantó su rostro para observarme.
Me
sonrió.
Bajé la
mirada con algo de timidez y el subió un poco más su cuerpo para colocar su
rostro a la altura del mío.
Beso la
punta de mi nariz.
El gesto
me hizo estremecer, busqué esconder mi rostro en su cuello.
Nos abrazamos
durante unos minutos. Él me cobijó y, a
pesar de que sentía pegajoso mi trasero y él su estomago por nuestro encuentro,
ni uno se movió.
Los minutos de silencio
transcurrieron, estaba seguro de que Sakura se había dormido. Sin embargo yo no
lograba dormir a pesar de sentir sus brazos envolverme y una gran sensación de
protección, estaba seguro de que había
hecho algo mal y a pesar de que él no lo reconocería nunca, odiaba que yo
coqueteara con otros, más debía odiar el hecho de que alguien más me besara…
pensé en unos segundos en cómo me sentiría yo si me enterase de que él hubiera
besado a otra persona en público… Sakura era demasiado caballero en ocasiones
para romper un corazón y ya lo había visto ofrecer besos para evitar sospechas,
y a pesar de que nunca nos pedíamos explicaciones por ello, sabíamos que ambos
podríamos tener sexo con otras personas y ni uno tendría el derecho de
reclamarle nada al otro. Pero los sentimientos de dolor, traición, posesión y
celos, existían. Mínimos junto a los sentimientos que nos unían, pero allí
estaban. Ambos éramos demasiado ciegos a
los deseos propios, como aquellos en que la regla numero uno era “eres mío”.
Ignorábamos aquello, nos comportábamos
de forma discreta por respeto a los sentimientos del otro, pero no había
reglas, no considerando nuestros trabajos.
Estaba seguro de que Sakura
dormía cuando se movió, alejándose de mi cuerpo con cuidado. Me moví como
respuesta.
-
¿Te desperté? – preguntó en tono suave.
-
No…- le susurré en un tono más tosco. A pesar de que no
quería molestarle con mis pensamientos, me era difícil ocultar mi molestia
conmigo mismo.
Sakura no respondió. Se
sentó en la cama y a tientas busco un cigarro en el mueble de junto. Unos
segundos después sentí el sonido del encendedor, aquella era su costumbre.
Levanté mi cuerpo a la altura del suyo y acomodé mi cabeza en su
hombro, escondiendo mi rostro en su cuello, su cuerpo se moldeó para recibirme
en un medio abrazo, a pesar del tono en el que le había respondido, Sakura me
consentía.
-
Te siento extraño.- susurró mientras expulsaba el humo de
su boca.
-
Mmm…- le respondí mientras fingía estar adormilado.
Él rió y
dirigió su mano a mi cabello acariciándolo suavemente.
-
¿“Mmm” de “quiero hacerme el dormido para fingir que no
sucede nada”? O ¿”Mmm” de “sí, me sucede algo pero no tengo ganas de hablarlo”?
-
Solo “Mmm…” de que estuvo rico el sexo. – Le dije para
cambiar el tema, Sakura rió fuerte. La parte de mi cuerpo que estaba apoyada en
el salto mientras él reía.
-
Eso lo sé.
-
Que ego tienes. – dirigí mi mano a su abdomen para acariciar con la yema de los dedos el
contorno de su ombligo. Su cuerpo se removió un poco por las cosquillas.
-
Me refiero a que también disfruté el sexo pequeño idiota.
-
No me trates así, hoy estoy más femeninamente sensible que nunca.
Volvimos a reír.
Yo suspiré.
Sentir el tacto de su piel
húmeda en estos momentos constituía una parte de mi vida que atesoraba a
niveles inimaginables hasta para mí mismo. Sentir su mano acariciar mi cabello,
sus palabras, sus gestos y sus sentimientos me permitían sentir que existía un
yo verdadero bajo el escenario, un yo diferente, un yo que conocía Sakura y que
era digno de ser amado. Aquello constituía mi equilibrio.
-
¿Qué es? - Sakura
apoyó su cabeza en la mía esta vez. – Cuéntamelo…
-
Es solo… culpabilidad por lo de hoy – susurré despacio.
Sakura no respondió. Sabía que aquella era su forma de brindarme confianza y
tranquilidad para sacar de mi cabeza las palabras que me ahogaban. – Solo…
pienso en que te hiero con mi tipo de… acciones…
-
¿Hablas del beso con Anis?
-
Si… asumo que te habías enterado y por eso tenias un
arranque de celos y posesión en cuanto llegué del evento.
-
¿Arranque? Oh no… solo me sentía caliente por tu disfraz.
-
No seas mentiroso.- le dije riendo, aunque no dudaba de
que aquello fuera verdad, sentía que había algo más.
-
Está bien… si me sentía molesto… pero comprendo que es tu
trabajo y que te gusta hacer lo que las fans quieren ver. Sé que es divertido.
-
Sé que lo entiendes… también sé que te molesta… - susurré
con culpa.
-
No te reprimas por mí en tu trabajo Hide… Sólo… sólo me
molesta un poco un beso en público, porque nosotros debemos tener explícito
cuidado en que nadie nos descubra juntos. No podemos cenar juntos en ningún
lugar, ni nos deben ver solos… solo pensar en lo injusto que es… me hace sentir
de esa manera, pero entiendo que es parte de tu trabajo. – Sakura tragó saliva
y sentí sus dedos removerse inquietos en mi cabello mientras buscaba las
palabras exactas para explicarse.- Sé que me quieres, si no fuera por ello estaría celoso y
descontrolado, pero sé que me quieres… y eso eclipsa todo lo demás.
Aquellas últimas palabras
llenaron mis ojos de lágrimas, me costaba comprender la facilidad con la que
Sakura siempre aceptaba mi trabajo, gracias a su comprensión nuestra relación
era lo único duradero que yo tenía.
Un poco emocionado abracé
su pecho con algo de fuerza, el comprendió mi silencio y apagó su cigarrillo.
Unos segundos después
cubrió nuestro cuerpo nuevamente y se abrazó a mí.
-
Ya te lo he dicho, si me quieres, si lo tienes claro y
eres sincero contigo y conmigo, todo estará bien. Permaneceremos juntos.–
susurró con tranquilidad.
-
Me asusta que esto
termine por cansarte… - le confesé.
-
Tal como a mí me asusta que quieras buscar una relación
socialmente aceptada Hide…
-
Si ese es el caso tú eres quien más busca caer en lo
tradicional.
-
Oye… por mi está bien que seas tú, no he visto mejores
piernas bajo una faldita escolar como las que tienes tú.- Su broma me hizo
sonreír.
-
Eres un idiota.
-
Uno que te quiere.- Oh… era tan inusual en él soltar
aquellas palabras.
Volteé mi cuerpo para
juntar su pecho con mi espalda y sentir su abrazo desde atrás. Bostecé y me
acomodé en su cálido cuerpo. Sentí las manos de Sakura acomodar mi cabello para
no tirar de él, sólo unos segundos después me dejé ir por el sueño.
Estaba nadando
tranquilamente en un mar sin rocas, con un agua demasiado trasparente para ser
real. Dejé mi cuerpo flotar para descansar con el relajante movimiento de las
olas, pero de pronto sentí un peso que inclinó mi cuerpo hacia un lado y me
hundí en el mar trasparente, el agua entró en mi nariz, no lograba respirar,
comencé a sentir que la asfixia me iba a matar cuando mis manos comenzaron a
aletear con desesperación, entonces una fuerte risa me llevó al mundo real.
Fuera de mi sueño, Sakura
presionaba mi nariz y se burlaba de mi reacción.
En cuanto desperté, golpeé
su mano y me senté desesperado buscando algo de aire. Él se alejó para evitar
un golpe de mi parte. En cuanto logré tranquilizar un poco mis pulmones lo
fulminé con la mirada, pero el idiota aún se reía.
-
¿¡Qué diablos te pasa!? – le grité. Sakura continuaba
presionando su estomago mientras reía, limpió sus lagrimas de risa y a pesar de
no calmarse del todo se volvió a acercar a mí.
-
Parecía que querías volar – dijo riendo estúpidamente sentándose
en la cama mientras yo lo observaba con odio.- Llevo 15 minutos intentado
despertarte, tienes ensayo así que levántate.
– dijo con el tono autoritario que usaba para obligarme a cumplir con
mis obligaciones.
-
¿¡Esta es manera de despertar a alguien!? ¡A mí me
pareció un intento de homicidio! – le grité mientras el caminaba hacia la
puerta.
-
¡Ya levántate y
toma un baño! Apestas a semen querida mía.- dijo desde fuera de la habitación
observándome con picardía. Me sonrojé involuntariamente. Claro que debía oler
así.
-
No me digas querida…- le dije riendo.
-
Lo siento, olvidaba que eres un hombre de faldas.
-
Pensaré dos veces en cumplir tus fetiches nuevamente si
el día siguiente me espera un intento de asesinato y malas palabras.
-
¡Báñate! – gritó desde la cocina.
Me levanté con rapidez de
la cama y entonces noté un gran dolor en la parte baja de la espalda.
“Mierda” dije mientras
tocaba la zona que dolía.
Aquella había sido una
noche intensa.
Con una sonrisa me dirigí a
la ducha, a pesar del dolor, sentía que todo en mi vida encajaba por las
mañanas. Al abrir el grifo de inmediato
me lancé bajo el chorro de agua, sentí como si el agua caliente me quitaba una
capa de la piel creada en base a sudor, fluidos ajenos, fluidos propios y
saliva. Todo se iba de mí para prepararme para un nuevo comienzo, un nuevo día.
Enjuague mi cabello con el
doble de shampoo y mi cuerpo con el doble de jabón, cuando estuve seguro de que
estaba limpio, me dispuse a salir de la ducha. Entonces Sakura entró en el baño
para orinar. Sin detenerme por ello, me
dirigí al lavvdo para afeitar mi rostro.
Aquellas eran nuestras
mañanas habituales.
Luego de ya vestirme, fui
al baño para lavar mis dientes, Sakura estaba desenredando su cabello en frente
del espejo.
-
¿Vamos atrasados no? – le pregunté.
-
Me preguntas lo mismo todos los días. – dijo con una
sonrisa.- Y como todos los días, la respuesta es sí. – Ambos reímos. Observé a
Sakura de reojo, él observaba su frente con desagrado, le afectaba
silenciosamente que su cabello cayera tan temprano, pero jamás lo admitiría.
-
Deberías hacer un
flequillo con tu cabello. – le sugerí.
-
¿Qué? No, no, para los roles femeninos estás tú. – dijo
riendo, luego hizo un gesto de
arrepentimiento por su broma y se mordió
la lengua.
-
¡Oye! ¡Al menos
mis flequillos me permiten no verme tan viejo!
-
¿Viejo? El cabello se me cae por tanto que tiras de él
cuando lamo tu…
-
¡Yaa-chan! – lo callé de inmediato.
Su humor era un reflejo de
lo perfecta y cómoda que era su vida para él. Y yo me alegraba infinitamente
por su felicidad.
Cuando estábamos ya listos
para irnos cada uno a su trabajo, guardó mi desayuno preparado por él en un
bolso que colgó de mi hombro.
-
¿Cuál es el traje para hoy? – preguntó mientras arreglaba
el cuello de mi desordenada camisa.
-
Huum… será uno con cuernos. – le comenté mientras me
sentía como un niño que quería marchar a la escuela pero su madre no se lo permitía sin primero ordenar su ropa.
-
Oh vaya, es exactamente como me siento después de tu beso
con Anis anoche. – dijo en broma. Y aquí aparecía su tan típico humor negro en
mi día feliz.
-
¡Oye! ¡Yo no lo besé, él se giro! – le dije
defendiéndome, disfrutando para mis adentros sus celos bien ocultos en bromas.
-
Como sea, mientras tengas claros tus sentimientos, sabes
que estará bien para mí. – Dijo nuevamente. Atrapó mi rostro con sus manos para besarme y pactar así su frase en
prácticamente una promesa. – Cuídate y disfruta el evento hoy.
-
Lo haré. - le dije antes de volver a besarlo rápidamente
para luego dirigirme a buscar mi chaqueta e irme a trabajar.
Sakura se
volteó de vuelta a la cocina, el debía esperar unos minutos antes de marchar
para que nadie pudiera sospechar siquiera que nos marchábamos juntos de aquel
edificio. Yo caminé hacia la puerta para salir del departamento, pero en cuanto
toqué el picaporte de la entrada, sabía que debía agregar algo a nuestra
despedida.
-
¡Sakura! – grite desde ahí. El se devolvió caminando con
prisa, me dedicó una mirada curiosa, con los ojos abiertos y la boca formando
una perfecta “o”. Sus expresiones me consumían, me derretían, no importaba si
mis días eran felices o no.
-
Gracias.- le susurré sonriente. Él abrió aun más los ojos
y yo abrí la puerta, escapando del departamento antes de que mi sonrojo fuera
demasiado notorio.
Como dije antes, mis
sentimientos más grandes, los reales, los primordiales, eran completamente
dedicados a esta persona, que evita focos, gran fama y rumores. A esta persona,
para la cual mi tiempo es escaso, para quien no forma parte del mundo de mi
trabajo ni de las falsas amistades, para quien no tengo la necesidad de
mantener una sonrisa falsa, disimular o esconder algo.
Para él, existo.
Nota de autora: Este One Shot fue creado a petición de
UniPandaHamster, para cumplir sus sueños húmedos de Hyde llevando este traje en
privado con Sakura. Gran parte de los hechos fueron inspirados en el reporte
del show en el que Hyde llevo aquel disfraz. Gracias a Koe-chan, por ayudarme con
los reportes. Gracias a todos quienes lo lean y les guste :3
Cheri.