viernes, 1 de diciembre de 2017

Memorias en la Piel - Capítulo 6: Febril


Escuché fuertes golpes de gotas contra el tejado que poco a poco me despertaron más. Me estiré entre las sabanas sintiendo en ellas el fuerte olor a Hide. En pocos segundos mi consciencia me recordó que felizmente era uno de aquellos días en que estábamos juntos y tranquilos en nuestra casa. Lo busqué con los ojos cerrados, tocando a tientas la cama… y los abrí rápidamente de la impresión cuando noté que no estaba. 

-           ¿Hide? – pregunté notando que la habitación estaba vacía.

Me levanté y bajé las escaleras buscándolo por la cocina y la sala de estar, de pronto escuché un sonido.

“Miu miu miu miu”, se escuchaba en varios tonos distintos, luego la voz de él.

-           Tranquilos, ahora mamá y ustedes están a salvo de la lluvia.

Caminé en dirección a la voz encontrándolo aún vestido con el gran suéter y la pijama, estaba improvisando una cama felina dentro de una caja, había una gata amamantando a 4 gatitos pequeños en el sofá que más parecían ratones con una cabeza grande, definitivamente eran recién nacidos.

-           ¿Qué rayos estás haciendo? – le pregunté algo enfadado. Me gustaban los animales, si de mi dependía tendría miles de ellos, pero por mis habituales viajes no lograba dedicarles el tiempo necesario así que siempre opté por querer mascotas ajenas solamente. Pero Hide era distinto… a él le gustaban los gatos aunque era sumamente alérgico a ellos, y tenía una especie de maldición con mantener con vida cualquier cosa.

-           Desperté por el ruido de ellos, los busqué y bueno… me encontré esta mamá gatita y sus hijos gatitos… Estaba comenzando a llover así que los traje para que no se mojaran y murieran de frío. Rei me consiguió comida para la mamá y leche especial para los bebes, dice que por esta zona mucha gente abandona animales, pero estos tuvieron suerte de ser encontrados- Alzó una bolsa que tenía un dibujo de un gato comiendo un pescado y me dedicó una gran sonrisa.

-           ¿Y qué vas a hacer con ellos? – 

-           Cuidarlos

-           ¿Piensas quedártelos? – dije indignado, él sabía tan bien como yo que nada duraba vivo bajo su cuidado.

-           No lo sé… pero son muy bebes para regalarlos…debemos cuidarlos unos meses…- los miró con ternura. Comprendía qué era esa mirada de fascinación.

-           Sabes tan bien como yo, que después de unos meses no querrás regalarlos.

-           Oh vamos Sakura, mira esta cosita.- levantó uno de los pequeños gato-ratones. El gato maulló asustado hasta que Hide lo recostó bajo su cuello dándole calor, entonces se calmó.

Con sus ojos me rogó un poco de comprensión.

Suspiré sentándome junto a él en el suelo, acariciando a la gata tricolor que nos observaba curiosa.

-           Sabes que no podemos cuidarlos.

-           Pero Sakura… 

-           Hide.- lo interrumpí.- ¿Recuerdas cuando te nació esta idea de tener un huerto en casa? 

-           Si…

-           ¿Recuerdas que plantaste mil semillas y no creció ni una sola?

-           Si…- contestó ya molesto ante el recuerdo.

-           ¿Recuerdas que hasta se te murieron los veinte cactus que compraste para decorar el jardín? 

-           Mm… ya no sigas.

-           Hide, ¿Recuerdas cuando se te murieron las plantas de aloe vera? – Insistí.- ¡El aloe vera! Que es una planta que crece en el desierto y que cuanto menos le riegues mejor.

-           ¡Ash! Pero Sakura, es que en ese tiempo yo tenía una energía negativa alrededor de mí.

-           Energía nuclear contaminante diría yo.

-           O tal vez la casa esta maldita y la señora que se suicidó aquí se está cargando las plantas con energía mala.

-           ¿Y qué me dices del perrito que quisiste adoptar y se te murió de camino a casa? ¡No duró ni dos horas en tus brazos! 

-           ¡Bien, bien! ¡Ya! Ya entendí. Si quiero que vivan tienen que estar lejos de mí… pero Sakura son unos bebes, no podemos regalarlos tan pequeños. Dudo que alguien quiera adoptar a la madre y sus cuatro gatitos.

-           Tienes razón- le concedí- Debemos esperar al menos dos meses para regalarlos. 

-           Se mantendrán vivos bajo tu cuidado.

-           ¿Qué? – le pregunté mientras tomaba uno de ellos y lo acostaba sobre mis piernas.

-           Pues yo me voy de gira en un par de días y tú tendrás que cuidarlos 

-           Si te pasas de descarado… ¿tú insistes en tener gatitos y ahora quieres que te los cuide? Además recuerda que yo no me quedo a vivir en esta gran casa mientras tú no estás, vuelvo a mi humilde pocilga y ahí no hay espacio para ellos.

-           Bien entonces te quedarás aquí, no te morirás por vivir aquí las dos semanas que estaré fuera.

-           Pero este lugar queda lejos de mi trabajo Hide.

-           De lo más bien que viajas esa lejanía cuando estás conmigo.

-           Oye estos gatos son tu responsabilidad.

-           De ambos. Seremos sus padres- dijo riendo de forma infantil, luego besó al gatito que tenía junto a él y lo devolvió a su madre- suspiré.- Oh vamos Sakura… consiénteme en esto…- me pidió con un puchero.

Volví a suspirar.

-           Solo si prometes no quejarte de la alergia que te dará en cuanto sus pelos estén por todos lados.

-           ¡Prometido! – exclamó feliz.

-           Ash… ¿Qué voy a hacer contigo niño? – le pregunté.

-           Quererme. - Me respondió mientras apoyaba su rostro en mi hombro.
Reí y volteé mi rostro para besar su frente.


Preparé el desayuno mientras Hide corría de un lado hacia el otro preparando la comida para la mamá gata, cuando pasaba junto a mí me apretaba el trasero o me hacía cosquillas enterrándome un dedo las costillas. Estaba molestamente inquieto y feliz. 


 - Ya ven a sentarte niño, está el desayuno. - besó uno de los gatos pequeños y luego corrió a la mesa.

- ¡Donas! - gritó antes de meterse una completa a la boca.

- ¡Oye mutante, come lento o te vas a ahogar! - él solo asintió con las mejillas infladas por la comida, parecía un hamster guardando comida para el invierno.- ¿Y qué planes nuevos hay para esta gira? - golpeó su pecho en señal de que le costaba tragar, bebió un poco de jugo, tragó y seguido hablo.

- Nada nuevo, solo que esta vez iremos de teloneros así que Jin no subirá al escenario...

- Oh, entonces serán presentaciones cortas... ¿Jin estuvo de acuerdo?

- Él nunca se muestra en desacuerdo, pero creo que estaba un poco decepcionado... Aun así creo que es necesario, montar el teclado en el escenario ya sería un trabajo extra y de todas formas lo necesitamos de sonidista respaldando todo.

- Ya veo... bueno, espero que puedas recompensarlo dándole más atención luego.

- Si, estaba planeando consentirlo en el Halloween Party. Le pediré a Naoto si puede disfrazarlo de alguna sexy mujer para darle atención con esa excusa.

- Con que le des atención a Jin basta para que lo hagas feliz, no es necesario travestirlo. - él rio. Comí un poco de avena y mordí la dona que él estaba comiendo. 

- Estoy emocionado, el final de la gira será por Sudamerica, extraño oír a esa gente chillar. 

- Te encanta que chillen.

- Si, deberías vivir esa experiencia antes de morir Sakura.- le sonreí. Si por mí fuera, viviría todas las experiencias musicales que pudiera, pero muchas de esas posibilidades se cerraron para mí al abandonar L'arc.

- Bien, ya vamos a vestirnos o se nos hará tarde.

- ¿Crees que los gatos estén bien solos? - preguntó preocupado.

-  Déjale comida y agua a la mamá gata, no necesitan nada más.

- Esta bien... le pediré a Rei que venga a ver si están bien luego. Ve a vestirte, lo llamaré primero e iré.

- Pero no tardes que si te retrasas me iré sin ti.

- Agh, que mala persona eres. - pronunció indignado junto a una mueca antes de irse en búsqueda del celular para llamar a Rei.

Subí rápidamente las escaleras y revise los cajones, la ropa que estaba allí no era la que yo usaba normalmente, como Hide era quien la compraba, solía elegir algo demasiado costoso y se notaba en la tela, muy distinto a lo que yo usaba habitualmente. Pensé por un segundo en usar la ropa sucia que llevé en el bolso a la cabaña pero preferí descartar la idea. Comencé a buscar algo de mi gusto en los cajones. Sentí a Hide subir las escaleras.

- ¿Aún no te vistes?

- No, no encuentro nada... humilde.   - Puso sus ojos en blanco.

- Que exagerado eres, en el último cajón hay pantalones de jeans negros, esos son iguales en todas las marcas y solo usa una playera.

- Eso quiero encontrar pero solo hay camisas aquí. ¡Yo no uso camisas! 

- Pero te verías apuesto con ellas. En el clóset de allá hay playeras nuevas señor humilde.

- Compras demasiada ropa - me quejé.

- Compro lo necesario, te recuerdo que ambos llegamos aquí sin maletas normalmente.

- Sigo sin entender para qué camisas. - me reí, jamás había usado camisas, aun así él continuaba comprándolas.

- No pierdo las esperanzas tan fácilmente. 


Encontré una bolsa llena de playeras nuevas. Comencé a revisarlas; la primera que vi era blanca y la descarté de inmediato, la segunda tenía dibujado un... ¿Conejo?


- ¿Hide esto es en serio? Sabes que yo no usaré esto.

- Déjala allí y yo la usaré para dormir entonces.

- Y me dices que no compras tonterías. - dentro de la gran cantidad de playeras encontré una azul oscuro con un pequeño diseño de perlas en el cuello, era extravagante para mi gusto, pero fue lo menos llamativo que encontré. Me la coloqué y me observe en el espejo, era ajustada en los brazos. - Hide, parezco un paté.

Reventó de la risa en cuanto dije aquello. Aunque yo estaba enfadado me contagió de su risa.

- Ay idiota, te ves bien, eso se llama vestirse normal y no con tres tallas de más.

- Si "normal" le llamas a andar como pasivo apretadito.

- ¡Oye! No empieces a molestar con esas cosas, porque te recuerdo que el pasivo fuiste tú, y quien sabe, tal vez esta ropa te termine por gustar.

Mi mente se quedó en blanco unos segundos luego de que él dijo aquello.

Tenía razón.

Yo había sido el pasivo y no solamente eso, ahora me estaba vistiendo como uno.

De inmediato me quité la playera y recurrí a las camisas de los cajones, encontré una negra que mecoloqué sin decir nada. 

Hide se fue riendo al baño a lavar sus dientes.

- ¡Y te reías de mi esperanza! - le entendí a penas mientras lavaba sus dientes. Pensé de inmediato que todo aquello de las playeras ajustada había sido fríamente calculado por su malvada cabecita. 

Me terminé de abrochar las agujetas de los zapatos y fui a lavarme los dientes mientras él usaba el baño.  Supongo que aquello en algún momento me sorprendió, pero desde que teníamos confianza absoluta, solíamos hasta hablar en esos momentos. 


Terminamos de arreglarnos, alistamos nuestros bolsos y salimos de casa, no sin que antes Hide se despidiera de los gatos, besándolos uno por uno. 

Ya camino al estudio sentí un poco de preocupación.... no me gustaba que Hide y Tazawa compartieran el mismo aire, no era sano para ninguno de los dos… Me reí sin notarlo en cuanto un pensamiento invadió mi mente. 

- ¿De qué te ríes? - preguntó mientras manejaba.

- Nada, nada... - susurré aún con la sonrisa en los labios. Jamás le diría que me causaba gracia notar cuanto tenían en común sus personalidades.


Descendí del auto dos calles antes del estudio y caminé, Hide llegaría unos minutos antes que yo. Aquello no encendería sospechas. 

En cuanto entré divisé a mi banda, ignoré completamente la presencia de Hide que estaba en una esquina hablando con un productor. Caminé directamente hacía los chicos y Keiichi me estiró los brazos al verme tan apresurado acercarme a ellos. Me reí, y mientras caminaba los últimos pasos me sentí algo avergonzado mientras lo miraba a los ojos, sin embargo solo dejé escapar una risa grande antes de abrir los brazos también.

- Oh ¡Cuanto los extrañé! - dije con voz dramática mientras lo abrazaba.

- Te creo, sobre todo si te fuiste con Hyde de la cabaña - Yuki rio fuerte ante el comentario de Keiichi.

Entonces vi a Tazawa sentado en una pequeña banca con un té en la mano. Se veía más recompuesto, sus mejillas tenían más color.

- Te ves mejor - le dije con una sonrisa.

- Hum... gracias - susurró tan bajito que me costó oírlo, por alguna razón se ruborizó.

- Tazawa - le llamó Ikuo - ¿Crees que puedas cantar?

- Si, no te preocupes estoy bien. - respondió con una media sonrisa. La verdad sí se veía más recompuesto pero se notaba que aún no estaba del todo bien.

- ¿Alguien  sabe por qué hay tantos productores? Pensé que no habría tanta gente hoy aquí. -  dijo Ikuo observando con desconfianza a uno de los chicos de Mucc que se acercó a la máquina de café que estaba cerca de nosotros.

-Yo también creí que seríamos los únicos con pendientes para grabar... - susurró Yuki. - Bueno no es como si nos incumbiera lo que hagan los demás. ¿Entremos? Por lo que nos comentaron nos dejaron instrucciones y un demo.

- ¿Ah? ¿Cuándo dijeron eso? - pregunté extrañado, no recordaba ser informado de eso.

- Cuando te fuiste con Hyde, nos informaron cómo sería el proceso porque ya sabes, nosotros no somos Hyde y no podemos solo irnos de forma irresponsable sin dejar planificado todo.- me soltó Tazawa en un tono de regaño.

- Vaya, veo que te mejoraste. - refuté.

- Pues sí Sakura... que te marcharas así nos extrañó a todos. - esta vez Keiichi apoyó a Tazawa. Lo miré extrañado porque jamás les había dado explicaciones en nada.

- Teníamos una conversación pendiente. - respondí a modo de explicación sin intención de acotar más.

- Bien, es tu problema, pero al menos sé responsable con la banda.- Tazawa se puso de pie y me dio la espalda, ahora si parecía totalmente recompuesto. Abrió la puerta y fue el primero en entrar al estudio.  Todos le seguimos, yo en silencio, desconcertado.

- ¿Por qué están enojados? - le pregunté a Yuki en voz baja sin entender qué sucedió.

- Porque cuando te fuiste el productor habló con nosotros y nos trató como si estuviéramos faltando a nuestra palabra. No sé qué fue lo que dijo Hyde, pero hubiera sido bueno que estuvieras estado con nosotros, los chicos se fueron enfadados... 

- Pero yo no planeé eso, siquiera sé qué fue lo que dijo Hyde a los productores...

- Por lo mismo, no debiste irte con él si llegaste con nosotros. Además, si continúan siendo tan evidentes va a sospechar hasta el staff. - Yuki parecía enfadado también. No me dijo nada más, solo se dirigió a buscar el demo que colgaba en la pantalla pegado con una cinta adhesiva.

Me quedé allí de pie un momento mientras todos se acomodaban para comenzar... ¿Qué había sucedido aquí? Entendía que la situación había sido extraña, pero jamás había afectado la falta de uno para realizar ningún tipo de trámite.  Lo único en lo que pude pensar fue en que los trataron mal y culparon a Hide y a mí de paso por irme con él.

Suspiré, no me importaba la verdad qué pensaran o si querían culparme.

Decidí expulsar la sensación de pesar que me causaba la actitud de mis compañeros y me propuse concentrarme, tocar era justamente el mejor medicamento para votar la frustración y darle la bienvenida a la distracción.

Escuché el demo que nos dejaron, era prácticamente la misma canción que había compuesto mi grupo en la cabaña solo que con algunas variaciones en el bajo, pensé en que no nos resultaría difícil. Sin embargo ocurrió algo inesperado, que si bien nos habían anunciado, simplemente lo olvidamos. Ichiro, el guitarrista de D'erlanger, sería nuestro productor general, algo que si en algún momento nos emocionó no fue un sentimiento permanente, ya que no se nos permitió cambiar la base de la canción ni el demo, y como no era nuestro estilo, nos costó centrarnos en una copia y debimos grabar y regrabar muchas veces, tanto juntos como por separado.

- Bien, creo que esta última grabación ha quedado sin errores - dije ya totalmente cansado. Llevábamos grabando alrededor de cuatro horas sin parar realizando pequeños ajustes en arreglos y algunos más drásticos que involucraron grabar todo otra vez.

- No lo sé, ¿Podríamos escucharla otra vez? - preguntó Ikuo.

- No, no, no puedo volver a escucharla o mi cabeza explotará.- se quejó Yuki. 

Me reí.

-  Está bien, una vez más y esperemos que sea la última. - Anuncié observando a Ichiro de reojo, quien solo asintió. Le coloqué play y  le subí el volumen tanto dentro de la cabina como fuera de ella.

- Ay no, si eso dijiste hace dos horas - Yuki continuó quejándose. 


Mientras escuchábamos observé a Tazawa, sus mejillas estaban rojas, parecía ligeramente afiebrado y además estaba demasiado silencioso, él solía ser quien se quejaba junto a Yuki.  Ya que Ichiro solo asentía y parecía que esta vez sí sería la grabación final, me puse de pie y le hice un gesto a Tazawa para que me acompañara fuera del estudio, me observó curioso pero me siguió.

Caminé directamente hacia la cafetera y observé que vendían té verde también. Presioné para un té verde y un café late.

- ¿Te gusta el té verde de máquina? - le pregunté cuando estuvo lo suficientemente cerca como para escucharme.

- Si... 

- A mí no, pero te acompañaré con un café.- le sonreí y le tendí el té. Él lo recibió teniendo minucioso cuidado en no tocar mis dedos. - ¿Qué pasa? Estás callado.¿Te sientes mal aún?

- No llamaste...- susurró con la mirada baja.

- ¿Qué? - Tazawa pestañó un par de veces en la misma posición.

- No llamaste- repitió. Continué sin entender a qué se refería, entonces levantó el rostro y me observó a los ojos. - Dijiste que llamarías y no lo hiciste.

Entonces pestañé dos veces yo y recordé... cuando me despedí de él en la cabaña frente a Hide le dije que lo llamaría para saber cómo estaba su salud.

- Oh... lo siento, lo olvidé sinceramente...- bajó de nuevo la mirada como respuesta a mis palabras. Parecía dolido y decepcionado, parte de mi mente pensó; "está exagerando, era solo una llamada", sin embargo otra notó que si me lo recalcaba era porque probablemente la estaba esperando. -¿Esperaste la llamada? - intenté preguntar en el tono más tierno del que fui capaz. Tazawa tenía la expresión de un niño al que acababan de abandonar. Asintió.- ¿Por qué? ¿Por qué la esperaste? - Desde hace mucho tiempo estaba inquieto con la actitud que parecía tener conmigo, demasiado atenta, demasiado sensible y en casos como estos, esperanzada.

 - ¿A qué te refieres? - preguntó sorprendido. Su pequeño cuerpo dio un paso atrás.

- Sabes a qué me refiero... siempre me reclamas como si tuviera alguna responsabilidad sobre ti y es que no lo entiendo... No eres así con los demás, ¿Por qué conmigo si?

El permaneció callado. Observó mi café como si en el vaso estuviera escrita la respuesta que debiera decir, sin embargo sin mirarme a los ojos se dio la vuelta y simplemente caminó de vuelta al estudio.

- Tazawa... - lo llamé antes de que girara hacia la entrada del estudio. Incluso si no quería responderme sentí que debía disculparme por haberlo dejado esperando mi llamada. Pero él no giró. Me quedé con una sensación amarga. Me inspiraba ternura, no precisamente por su pequeño cuerpo, más bien era su actitud de niño,la que me hacía sentir que debía protegerlo, tal vez él también sentía lo mismo con respecto a mí y me observaba como una figura paternal... o eso quería creer. 

 Iba a caminar de vuelta al estudio cuando un grito a mi espalda de una voz peculiar me hizo retroceder.

- ¡Pandaaaaaaaaaaa! - Unos brazos largos me ahorcaron en una especie de abrazo y maltrato físico.

- ¿Ken-chan? ¿Qué haces aquí?

-  Los nenes de Mucc me llamaron para ayudarlos en algo, ¿Tú que haces aquí?

- Suéltame y te digo. - quitó sus largos brazos de mi cuello y yo lo miré con recelo mientras me dolían los hombros. - ¿Qué clase de muestra de afecto es esta?

- Solo emoción al verte, Y ¿Qué haces aquí?

- Vine a grabar con la banda... esto, Rayflower - especifiqué cuando la pregunta de; "¿cuál idiota?" se dibujó con una fea mueca en su cara - Pero creo que ya acabamos.

- ¡Oh eso es genial!  ¡Celebrémoslo entonces!

- No Ken-chan, estoy agotado. 

- Oh vamos, Yuki también estaba aquí y creo haber visto a un par de esos amiguitos de Hyde.

- ¿Cuáles? 

- Esos niños que siempre están con él cuidándole los calzoncillos.

- Agh está bien, pero por favor no invites a Hide si vendrán esos niños, no soporto los aduladores.

-  Lo sé pero en ese caso debemos hacer algo en algún lugar pequeño para que no nos vean. Veré si nos prestan un salón. ¿En cuál estudio están? 

- En el de aquí - dije indicándole con el dedo la puerta.

- Bien iré a buscarlos, avísale a tus nenes.

- Está bien... - Ken-chan trotó en dirección contraria... No me animaba la idea de festejar, sentía el ambiente denso con la banda, pero tal vez una celebración era justamente el mejor medicamento para ello.


De vuelta al estudio, todos arreglaban los bolsos  e Ichiro se despedía. 
En cuanto el productor se fue, les dije.

- Oigan, celebremos que esto acabó. Ken-chan está aquí y conseguirá alguna habitación para que podamos pedir comida y algunas cervezas - anuncié de forma alegre, sin embargo no me observaron con rostros motivados. - Vamos... nos merecemos un momento de risas... 

- Yo no, aún estoy enfermo y no quiero oler comida grasosa. - dijo Tazawa, que tomó su bolso y se preparó para marchar, pero Yuki lo detuvo.

- Podemos pedir ramen, no creo que te haga mal... pediremos uno suave para ti.

- Quédate Tazawa... - le pedí con anhelo, quería compartir con todos. Él me observo a los ojos y volví a tener aquella sensación de que mis palabras para él eran demasiado significativas.

- Mmm... Está bien, me quedaré.- dijo finalmente con algo de rubor. Le sonreí agradecido. 









- Yuki, Yuki, Yuki, eres calladito pero mira cuanta cerveza te has bebido solo, ya te quiero ver bailando sobre la mesa.- le decía Ken-chan a Yuki, ambos demasiado ebrios, yo aún lograba hablar bien, o eso creía.

Hide no había aparecido y Tazawa estaba sentado junto a mí, con distancia entre los dos, incluso evitaba mi mirada, aun así estuve seguro de que si Hide llegaba en aquel momento se molestaría.

Keiichi estaba bailando una especie de bals con una muñeca inflable que había traído Ken-chan para jugar. Ikuo se reía de él. 

Mi celular vibró, de inmediato lo busqué entre la ropa hasta que dí con un mensaje de mi esposa:

"¿Dóndeestás? ¿Vamos a comer?"

Le respondí escondiendo el celular por debajo de la mesa.

"Ven al salón D 303, tenemos cerveza, aperitivos y una muñeca inflable."

En dos segundos su respuesta se hizo llegar.

"Estas bebiendo con Tazawa?"

"Si" - le respondí entre risas sabiendo que moriría de celos.

"Voy para allá." respondió tajante, con un punto al final.
  

Pensé en lo divertido que hubiera sido tener celulares al comienzo de nuestra relación.  

En mi mente comencé a contar, en cuanto llegué al segundo 40 un agitado rubio entró en el salón.

- ¡Hyde! ¡Me faltaba un bromista odioso, ven a sentarte aquí conmigo! - le gritó Ken-chan en cuanto ingresó.

Hide me observó con mirada de enfado al igual que a Tazawa quien olímpicamente lo ignoró. 

- Me sentaré al lado de Sakura, creo que hay más espacio ahí. - dio un paso grande entre Tazawa y yo y se posicionó en el medio haciendo que ambos nos moviéramos en dirección contraria. Luego él se acomodó, empujando aún más a Tazawa. - Aquí estoy perfecto.

- Que desagradable. - susurró Tazawa.

- Si, a mí tampoco me gusta estar sentado a tu lado. - Hide le susurró casi en el mismo tono, sin embargo perfectamente llegaba a los oídos de todos en la mesa, aunque Keiichi cantara a gritos algo similar a un bals.

- Pues muévete entonces.

- No, me gusta el placer de joderte un poco niño - Hide le guiñó un ojo y Tazawa lo miró con asco.

- Hide... - le llamé.

- Bien, bien, demasiado drama para borrachos felices - Ken-chan tomó una baraja de cartas y comenzó a disolverlas por la mesa, los chicos acomodaron el resto de las cosas para ampliar el espacio.  Y comenzó el juego, quien obtenía menos puntos se bebía todo lo que pudiera de una botella en 15 segundos.






- Yo jamás fui feliz con mi primera esposa, no sé por qué me case...- se lamentaba un ebrio Ken a mi lado. Llegó un instante en que había bebido tanto que no pudo seguir contando las cartas. 

Todos hablaban sobre rumores divertidos de amigos de la industria, Tazawa estaba inusualmente callado pero posiblemente era por la incomodidad que le causaba Hide... Ah, y porque Hide no lo dejaba hablar tampoco.

Llegó un momento en que mi esposa tomó su celular y luego de unos segundos lo guardó en su bolsillo, solo pasaron dos segundos más hasta que el mío vibró dentro del bolsillo de mi chaqueta. Quería buscarlo, parte de mi consciente sabía que tenía de hacerlo, pero estaba ebrio y la idea de búsqueda se fue de mi mente antes de que Ken terminara por servirme la siguiente copa.

 Fue en ese momento en que Yuki entró acompañado de Yasu,  todos volteamos  a mirarlo cuando Yasu dio un grito exagerado al ver a Hide. Ken y yo nos miramos con visible molestia.

- ¡Hyde-san! ¿Qué hace aquí? ¿¡Por qué no me lo dijiste Yuki!? ¿No me querías invitar? - le exigió saber con cara malhumorada. No pude resistirme a decir algo.

- Esto...- balbuceó Yuki algo alcoholizado también, incapaz de pensar rápido.

- Yuki no te invita a pedido de nosotros niño. Por favor sal de aquí en cuanto hagas lo que viniste a hacer- dije prácticamente escupiendo odio. Hide volteó a observarme con los ojos muy abiertos, sorprendido por mi rudeza y no fue el único, Keiichi e Ikuo también me observaron atónitos.

- Si niño, este es un lugar de confianza, para amigos, no para aduladores ni soplones, no queremos que lo que se hable aquí se publique mañana - Ken-chan me guiñó un ojo en señal de apoyo, él sonó tan rudo como yo y es que Ken realmente no detesta a nadie, simplemente me estaba siguiendo el juego. Yo en cambio realmente me esforzaba por evitar ver a Hide rodearse de aduladores que ventilaban lo poco que veían de él y además no precisamente lo bueno.

Yasu permaneció congelado, creo que hasta se le escapó una lágrima.

- Lo siento... - susurró antes de voltearse y recoger rápidamente un par de cosas, Yuki lo ayudaba mientras que con Ken-chan brindábamos una vez más.

- ¿Qué te sucede? - me preguntó Hide antes de darme un empujón en el brazo cuando lo ignoré - Sakura, estás siendo un imbécil. 

- No soy yo el que se cuelga de ti como una babosa para conseguir algo a cambio, el imbécil no soy precisamente yo aquí. - le gruñí en lo que creí que era voz baja, sin embargo todos nos observaron. Vi de reojo la boca de Tazawa abierta de la impresión. Hide comenzó a ponerse de pie y entendí que se marcharía- Vete, de todas formas esa es la gente de la que te gusta rodearte.

- Espérame Yasu - le dijo al otro que ya iba camino a la puerta acompañado de Yuki. - Me iré contigo. 

El otro chico lo observó entre emocionado y agradecido. Volteé la mirada, no quería ver los gestos de aprecio que pudieran tener entre ellos viviendo su mundo de falsa adoración. La verdad era clara, Yasu utilizaba a Hide para satisfacer sus deseos de fans de L'arc en Ciel y para elevar su poca conocida presencia en el extranjero. Y Hide bueno... siempre le venía bien un idiota que lo escuchara y lo acompañara a beber cuando nadie era capaz de soportar su antipatía.

Cerraron fuerte la puerta en cuanto salieron, entonces Ken-chan alzó su copa.

- ¡Por los verdaderos artistas que no le chupamos nada a nadie! Ah, esperen, creo que nadie aquí puede brindar por eso...- dijo antes de que todos explotaran en risa.

La fiesta siguió sin problemas, me embriagué tanto en parte por enfado con Hide y su maldita preferencia por esa gente y en parte porque deseaba borrarme un poco; no pensar, solo existir.

En un determinado momento tuvimos un ataque de risa tan grande con Ken-chan y Keiichi que debí correr al baño, pero estaba tan ebrio que caí dos veces en el camino, las risas eran mayores. 

Oriné estando seguro de que no logré dar con el agujero correcto del inodoro, veía alrededor de seis. Luego lavé mis manos y mojé mi cara intentando lograr calmar el mareo, me observé unos segundos en el espejo... yo era tan distinto a Yasu, tantos años más que él. Por unos segundos la idea de Hide besando a Yasu en aquella fiesta de Halloween vino a mi mente. Y lo odié, a Yasu, a Hide y a mí mismo. Sentí mi ánimo caer con la velocidad que cae una manzana al suelo y me vi tendido en el piso del baño, limpiándome un par de lágrimas. 

Qué terrible era estar tan ebrio. No estoy seguro de cuántos minutos pasaron, pero mientras observaba la oscuridad visible desde la ventana, me dormí.




- Sakura, Sakura... Ey despierta... Sakura...- la voz de Tazawa me llamaba de forma suave, pellizcando una de mis mejillas.

- Mmm...

- Oye... vamos, te llevaré a casa, pero ayúdame a ponerte de pie que eres demasiado pesado. ¡Keiichi ayúdame! - le escuchaba gritar.

- ¿Qué le sucedió? - preguntó la voz de Keiichi.

- Ya se murió - respondió Ken-chan.

- Ayúdenme a llevarlo a mi auto, lo llevaré a casa.

- ¿Seguro? ¿Puedes cuidarlo bien? - preguntó Ken-chan, por su tonó mi mente concluyó que estaba más preocupado en que Tazawa no me violara o algo por el estilo.

- Si... me quedaré con él hasta que despierte, así vigilaré que no se ahogue con vómito. 

- Bien, vamos Ken-chan ayúdame a llevarlo al auto. - respondió Keiichi.


Quisiera continuar con el relato de aquella fiesta, pero la verdad es que no recuerdo nada más, tengo pequeñas sensaciones del trascurso del viaje en mi mente; un golpe fuerte en la cabeza, el sonido de un par de risas después, luego la vibración relajante de un auto, la voz de Tazawa pidiendo ayuda para subirme a su apartamento, el sonido del elevador,  la suavidad de una cama, y la voz de Tazawa susurrando una canción a lo lejos... el olor a comida, el sonido de la ducha, un par de caricias en mi cabello y creo que el sonido de mis propios ronquidos.


Cuando abrí los ojos el fuerte dolor de cabeza no me permitió hacerlo por completo y me sentí más asiático que nunca, con la vista limitada en mis parpados hinchados. Observé a mí alrededor,  toda la habitación era blanca y azul, similar a la nuestra con Hide. A mi lado en la cama había ropa doblada. 

Me senté lentamente en la cama y en el silencio del apartamento el sonido de la cama fue exagerado, unos pies corrieron en mi dirección.

- ¡Por dios, despertaste! Pensé que dormirías todo el día y toda la noche - Tazawa sonaba muy animado.

- ¿Es de día? -pregunté desorientado, no veía luz entrar por las cortinas blancas.

- Son las nueve de la noche... - No sé qué poema vio en mi cara en cuanto dijo eso, pero explotó de la risa- ¡No coloques esa cara! Esa puerta es el baño - indicó- Te dejé allí ropa limpia que creo te quedará, y un cepillo de dientes nuevo. Ve, ¿báñate si? Te serviré comida.

- No puedo creer que sea tan tarde ¿Dormí todo un día?...- susurré sin creerlo.

- Intenté despertarte anoche para cenar pero no diste señales de vida, así que te deje dormir... y dormir... En fin, te prepararé algo para la resaca.

- No, no, debo volver a casa - iba a ponerme de pie con prisa, pero noté que no llevaba ropa y no quise destaparme por completo.

- Oh vamos Sakura, lo preparé para ti, no seas mal agradecido.- se quejó con un puchero en los labios.

- Tazawa, ¿Dónde está mi ropa? - lo miré con algo de miedo. De inmediato imaginé a Tazawa fotografiándome desnudo o yo haciendo algo con él de lo que no tenía recuerdos...

- Anoche te dormiste en el baño del estudio y el suelo estaba repleto de orina, imagino que no tienes muy buena puntería en ese estado...

- Dios... qué asco.

- No tienes idea de cómo olías, por eso te desvestí... y por eso deberías darte un baño antes de comer. Te esperaré con la comida lista.

- Pero...

- ¡Báñate que apestas! - me gritó desde un poco de distancia ya, luego cerró la puerta detrás de él. 

Me quedé anonado de la impresión, ¿estaba en casa de Tazawa? ¿Había pasado la noche allí?

-  Ay no... Hide me va a matar... - busqué con la mirada mi chaqueta en donde sabía estaba mi celular, pero no estaba a la vista... tendría que preguntarle a Tazawa por mi celular y rogar a mis ancestros que Hide no hubiera llamado y Tazawa contestado. 

Observé unos segundos la habitación de Tazawa... era neutra, tenía un par de discos de vinilo autografiados en la pared, pero fuera de eso no había más decoración. Ni comparado con mi casa, que todo era basura e ideas escritas hasta por las paredes.

Me levanté y dirigí al baño llevando la ropa que él había dejado, noté que estaba nueva, de mi talla y no solo eso, era exactamente la ropa que era de mi gusto. Suspiré. Tazawa había comprado ropa para mí y de mi gusto... algo que ni siquiera Hide hacía. En el baño me di una ducha rápida y él tenía razón, olía fatal, utilicé los productos de limpieza de él sorprendiéndome al notar que utilizaba las mismas marcas que Hide... ¿Qué tanto podían tener en común?.
Cepillé mis dientes y al vestirme noté que la ropa me quedaba perfecta, tenía algo de barba, pero no me iba a preocupar demasiado por eso. Sentirse limpio fue refrescante.


-  ¿Sopa de algas? - le pregunté a Tazawa en cuanto lo ví sentado en el mesón de la cocina, el olor me abrió el apetito así que de inmediato identifiqué a qué era.

- Si... espero te guste, creo no cocinar tan mal - dejó un plato en frente de mí.

- Gracias.  Tu casa es acogedora, imaginé que vivirías en un espacio más grande. - le confesé.

- No... Vivo solo así que se siente menos solitario de esta forma... - pestañó un par de veces y se ruborizó. Ahí estaba nuevamente el Tazawa que parecía solo ser conmigo.

- Así que te sientes solo. 

- Hum... ya come que se enfriará.- dijo mordiendo parte de su mejilla desde el interior de su boca. Un gesto que solía hacer cuando estaba nervioso.

No quise provocarle una crisis de nervios así que me dediqué a comer. Él encendió la televisión, lo que de inmediato ahogó el silencio incómodo y comentamos un par de los sucesos mostrados en el noticiero.

- Ah, Tazawa ¿Has visto mi celular? - pregunté aún con algo de comida en la boca.

- Si, está aquí - Se puso de pie y se dirigió a un cajón- Dice que tienes un mensaje de tu "esposa" - colocó los ojos en blanco en cuanto nombro la palabra esposa, no era difícil ver que le molestaba que yo tuviera una relación... pero, ¿Por qué?
Observé el celular en cuanto me lo tendió. Efectivamente solo tenía un mensaje en el celular y era el que Hide me envió durante la noche, nada nuevo, ni una sola llamada. Me preocupé.

Terminé de comer el platillo y me puse de pie para llamar  a Hide.

- ¿Te molesta si llamo en la otra habitación? 

- Claro que no, siéntete como en tu casa- susurró con aquel tono de niño tímido.

- Gracias. - le sonreí de la forma más cálida que pude y me devolvió la misma sonrisa, cuando quería Tazawa podía ser un chico tierno.

Crucé la cocina, el living y llegué a la habitación nuevamente. Ahí cerré la puerta, debía evitar por todos los medios que me escucharan hablar con mi esposa.

Abrí el mensaje primero.


"Sakura, ¿vamos a casa? Por favor, tengo hambre y estas muy ebrio..."

Así que había querido irse... supuse que al menos su amiguito baboso le habría sido útil en eso.

Decidí llamarlo.

Al tercer tono contestó.

- ¿Si? - preguntó una voz que no era la de Hide.

- Disculpe creo que me equivoqué de número... - dije algo confundido.

- ¿Buscas a Hyde?

- Si.

- En un momento espera... - me quede allí atento a lo que se escuchara, mi mente me decía que conocía aquella voz, pero no lograba recordar a quién pertenecía.- Hyde-san, cariño, te están llamando...- susurró aquella voz. Si debo describir que sentí en el momento en que le llamo "cariño", lo resumiría como una contracción en la boca del estómago que se expandió por mi pecho, luego debí recordarme respirar.

- ¿Quién es? Cuelga, quiero seguir durmiendo...- la voz de Hide le susurraba con tono cariñoso.

- Está bien... ¿Sigues ahí? - Exigió saber la voz ante el silencio. Me quedé petrificado. ¿Por qué Hide le hablaba así? ¿Con quién rayos estaba durmiendo? Colgué la llamada y me quedé allí, sintiendo el corazón funcionar de forma defectuosa. 



Permanecí inmóvil unos minutos... no sé cuántos pero Tazawa golpeó la puerta y la abrió luego de que no respondí. No sabría explicar en qué pensaba exactamente, la verdad fue que la impresión me dejó en una especie de shock y mi mente quedó en blanco mientras asimilaba la posible imagen de Hide compartiendo cama con alguien más. 


- Sakura... ¿Estás bien?... - lo contemplé con la misma cara de confusión que tenía en la cabeza, desde mi posición sentado en la orilla de la cama-  Estabas tardando... - se acercó a mí y se agachó un poco,  su semblante era de la viva preocupación - ¿Estás bien?

- Maldito...- susurré. Sentí mi enojo elevarse al recordar tantas veces en que sus celos me alejaron de personas que no eran nada pero pudieron ser cercanas o positivas en mi vida. Todas las veces en que intenté tranquilizar sus dudas... me sentí molesto y al mismo tiempo herido. Ridículamente una lágrima se me escapó. Nunca contemplé a Hide estando con alguien más, no cuando me tenía a mí a su disposición, tan cerca, en el mismo país, compartiendo la misma casa o a solo un llamado de él.

- Sakura... - Susurró Tazawa con una infinita mirada de preocupación. No lo pensé y me abracé a él con fuerza. Intenté no llorar y calmar mi enojo... pero un par de temblores en mis hombros me dejaron en evidencia.- Tranquilo... tranquilo.