miércoles, 17 de enero de 2018
Memorias en la Piel - Capítulo 7: Escudo
Permanecí en los brazos de Tazawa
mientras la rabia se me escapaba por los ojos en forma de lágrimas. Intenté
calmarme a mí mismo, convencerme de que no estaba seguro de que Hide hubiera
compartido la cama con alguien más, de que siempre me planteé aquello como una
posibilidad... Aunque no conmigo a su alcance. Debía convencerme de que llorar
antes de tiempo era innecesario, aunque lo sentí como un gran alivio cuando
logré respirar mejor, curiosamente entre los brazos de Tazawa me sentía
protegido. Esos pequeños brazos no soltaron el agarre fuerte en ni un solo
segundo, el aroma dulce me cobijó.
- Que abrazo más... ideal - balbuceé
aferrándome a él, no quería romper el momento de alivio, ni el abrazo, y mucho
menos que me viera el rostro así.
- ¿Ideal? ¿A qué te refieres? -
preguntó con aquella voz de niño tímido que solía usar conmigo a veces.
- A qué se siente como refugio... -
admití avergonzado.
- Oh hum... puedes permanecer ahí
lo que quieras.... - susurró nuevamente con su tono tímido.
- Gracias
Cerré los ojos unos segundos más
sintiendo los dedos de Tazawa acariciar mi cabello. Escondí un poco más el
rostro moviendo todo el cuerpo hasta lograr la mejor comodidad que pude
conseguir, poco a poco ambos nos recostamos sobre la cama sin que él dejara de
acariciarme. Estaba completamente relajado y ligeramente adormilado. No estoy
seguro de cuánto tiempo transcurrió luego, pero desde mi posición, recostando
la cabeza sobre su pecho, podía ver su estómago subir y bajar relajadamente en
tanto sus caricias continuaban causándome escalofríos que sentí como alivios.
Me sentí en confianza, una que usualmente sentía con Hide.
De forma impulsiva coloqué mi mano
sobre el estómago de Tazawa y la vi subir y bajar cada vez que respiraba. Sin
ser consciente de qué hacía, moví un poco los dedos en una caricia, lo que hizo
a diera un gran salto. Lo miré sorprendido.
- ¡Ay! Cosquillas... - dijo en forma de
disculpa.
- Lo siento Tazawa-
En cuanto dije su nombre lo sentí
demasiado formal para la cercanía del momento. Fue entonces que me cuestioné si
quería establecer mayor cercanía con él o si prefería continuar manteniendo una
relación únicamente laboral... Quería pensar con la cabeza fría y tener en
cuenta la personalidad que él solía tener conmigo, Sin embargo, por una
cuestión de necesidad y carencia, fui más instintivo.
- No... Está bien....
- Oye, ¿cómo puedo llamarte? Tazawa es
demasiado... frío.
- Eh... Kosuke.- nuevamente había rubor
en sus mejillas.
- Claro, no lo pensé,- me reí. ¿Por qué
no pensé nunca en llamarle por su primer nombre? Yo sabía la razón aunque me la
negara en ese preciso instante; siempre había intentado mantener una relación
únicamente laboral, más que con la banda en sí, con él.
- ¿Te sientes mejor?
- Si... con mucha sed, deberíamos ir
por unas cervezas.
- ¿¡Qué!? ¿Qué no tienes resaca ya? -
su voz se elevó.
- La tengo. - contesté serio. Él rio.
- Está bien, vamos por unas cervezas.
Me levantó con lentitud de su cuerpo.
Esta vez sentí que el apenado era yo.
- Tazawa... esto, Kosuke, ¿Me
acompañarías a comprar un abrigo antes de ir?
- ¿Ah? ¿No quieres que te preste algo?
- No te ofendas pero... eres muy
pequeño, no creo que tu ropa me quede bien.
- ¡Ah! Eeh... - me observó dudoso y
seguido suspiró, tal vez rindiéndose frente algún miedo.- Te compré uno hace un
tiempo... Solo lo vi y pensé en que te quedaría perfecto. Quería guardarlo para
tu cumpleaños o... Navidad...
- Ah... - musité algo asustado... la
única persona que me compraba ropa era Hide, al menos desde que mi madre ya no
estaba.
Abrió el armario de su habitación y
cogió un abrigo grande de un colgador, estaba en una bolsa, completamente
nuevo. Era negro, con chiporro dentro y una correa alrededor de la cintura. Lo
quitó de la bolsa, le cortó las etiquetas y me lo entregó.
- Por la talla debería quedarte bien
- ¿Sabes mi talla?
- No es difícil deducirla... - dijo a
la defensiva. En mi mente la idea de que había revisado la talla de mis ropas
en el camarín me atacó paranoicamente. No quise darle más vueltas y me probé
el abrigo.
Cerró la puerta del cuarto mostrándome
un espejo grande que tenía detrás, me observe el abrigo y sí, efectivamente me
quedaba perfecto.
- Esto…Gracias Kosuke. - asintió esta
vez visiblemente rojo como un tomate. Sentí algo de lástima y comprensión por
él, parecía estar de los nervios cada vez que hablaba conmigo... y a solas
parecía serle más difícil.
- Bien, vayamos por esas cervezas. -
dijo dándome la espalda buscando en su clóset lo que sería una chaqueta blanca
bastante llamativa. Éramos visiblemente muy distintos.
En silencio salimos de su departamento.
Caminé detrás de él porque la verdad no reconocía el lugar, me debieron
arrastrar completamente inconsciente porque no tenía siquiera la sensación de
haber estado allí antes.
Subimos a su auto, y en cuanto me senté
llegó a mí un fuerte olor a alcohol, orina y vómito.
- Ah... - quise disculparme.
- Lo siento, no he tenido tiempo de
limpiarlo
- No, no... Yo lo siento... yo debería
limpiarlo...
- Bueno, si te quedas a dormir tal vez
mañana podamos limpiarlo juntos. - susurró antes de morderse los labios
visiblemente nervioso. Me pareció adorable y al mismo tiempo no supe qué
responder. - Si por lo que sea que ocurrió... no quieres estar solo... puedes
quedarte aquí, Sakura, todo lo que quieras.
Tragué saliva.
Quería estar agradecido con él por sus
atenciones, pero parte de mí se alarmaba con la posibilidad de mayor
cercanía.
¿Por qué? Si Hide estaba con otra
persona yo ya no le debía fidelidad. Entonces ¿Por qué me alarmaba tanto ser
cercano a él?
- Veremos, si se nos hace tarde
entonces tal vez te pida el sofá. - dije finalmente mientras pensaba en las
razones de mi miedo.
Tazawa encendió el motor y nos
dirigimos al centro, solo entonces comencé a notar lo cerca que vivía él de la
casa que con Hide teníamos, supuestamente, lejos de todo. Luego de que habíamos
construido la casa construyeron un pequeño condominio a las afueras de aquel
cerro. Allí, curiosamente vivía Tazawa; a tan solo 15 minutos de nuestra casa.
Mi estómago se contrajo... Podía
quedarme con él aquella noche, pero debía volver a casa y hablar con
Hide.
Parte de mí no quería verlo, estaba
molesto. Quería ordenar mi cabeza antes de verlo para no gritarle, no quería
sonar desesperado o herido por algo que tantas veces yo le planteé. ¿Y si
realmente estaba con alguien más? ¿Qué haría yo? Me costaría la idea de
acostumbrarme a compartirlo, me dolía tan solo pensarlo... pero es que dejarlo
ir no estaba dentro de las opciones. Sin notarlo subí las piernas al asiento
abrazándome a mí mismo mientras observaba el paisaje.
Tenía miedo de que la alternativa de
perderlo se hiciera presente, de que él dejara de quererme y de que yo debiera
acostumbrarme a su falta.
Su voz hablándole en tono cariño a ese
chico, quien fuera que sea, me llenaba de rabia y frustración.
¿Por qué? ¿Realmente él me
cambiaría?
Un sin fin de respuestas se me vinieron
a la cabeza. Todas las había pensado muchas veces antes, y todas en algún
momento me habían torturado y asegurado de que lo nuestro no sería
duradero. Pero yo idiota enamorado había preferido arriesgarme.
Ahora aquí estaba, en el auto de
alguien que me ofrecía consuelo y tranquilidad, sin embargo no era a quien yo
quería.
-...Sakura... - escuché una voz
llamándome reventando mi burbuja de pensamiento haciéndome notar las lágrimas
en mis ojos. Me limpié con el dorso de la mano antes de voltearme a mirarlo. -
Ya llegamos... - susurró con lástima.
Abrí la puerta para bajarme. Era un bar
al que solíamos recurrir con la banda, sin embargo tenía un pequeño detalle por
el cual yo no lo habría escogido para ir solo con Tazawa; y es que tenía más
salas privadas que espacio en el hall general.
- Estaría bien si nos quedamos en el
general por esta vez.- le recomendé.
- Ah... si, está bien. Solo... pensé
que te molestaría si nos reconocían y nos veían juntos... por si alguien
rumoreaba...
- Tienes razón. Será mejor que pidamos
un privado.- le dije de forma apresurada. Con o sin Hide, no quería esos
rumores.
-Bien.
Al entrar ambos nos tapamos los rostros
con la capucha, Tazawa pidió el privado y un par de tragos y yo lo seguí. En
cuanto llegamos a la habitación cerramos la puerta.
- Esta no era precisamente la idea que
tenía cuando dije salir a beber, pero bueno, a veces olvido que no es tan fácil
solo ir por ahí. - me quejé.
- Es que de todas formas no es
demasiado tarde Sakura. Tal vez en un par de horas podremos ir al hall si
quieres.
- Nah - le indiqué con la mano que ya
no me importaba.
Revisé en mis bolsillos buscando mis
cigarrillos, solo entonces recordé que el abrigo que llevaba no era
precisamente el del día anterior.
- ¿Buscas tus cigarrillos? - preguntó
con una sonrisa coqueta.
- Si, olvidé que-...
- Ten. - estiró la caja hacia mí. -
Creí que los extrañarías.
- Oh... gracias...
Me sonrió.
Suspiré.
Tazawa me parecía demasiado atento
rozando lo obsesivo, o yo tal vez estaba demasiado paranoico.
Encendió el aire acondicionado para
calentar la habitación y yo decidí quitarme el extremadamente cálido abrigo.
Tazawa me copió. Nos terminábamos de acomodar vaciando el contenido
de nuestros bolsillos en la mesa cuando una señora entró con nuestros pedidos.
Whisky, tequila, un vino y un par de
cervezas.
- Woh... cualquiera diría que me
quieres emborrachar. - bromeé.
- ¡Claro que no! - gritó claramente
molesto. - Solo que sé que bebes demasiado.
- Tranquilo, era solo una broma, no
tengo hambre pero estaría bien acompañar todo con unas botanas, señora...
¿podría? - le pregunté a la tan conocida camarera.
- ¿Lo de siempre señor?
- Si, aunque sin carne, algo más
ligero, y tráigame una coca cola por favor.
- Ya vuelvo. - dijo retirándose.
- ¿Coca cola?
- Si, me siento algo mareado, creo que
me falta azúcar. - Me sentía algo decaído, probablemente no por falta de azúcar
pero creí que eso me daría más ánimo.
- Oh, tal vez no debí pedir tanto
alcohol, lo siento... - se veía nervioso mirando el suelo constantemente. Noté
en ese preciso instante que su nariz parecía la de un bebé, esa típica nariz
que tienen solo los bebés antes de dar un estirón y pasar a ser niños.
- Descuida. Y dime, ¿siempre has
vivido solo? - le alcancé una cerveza que abrió antes de contestar.
- Si, viví con mis padres hasta los
veinte y seis...
- Oh...
- ¿Y tú?
- Cuando tenía quince años mi
hermana se fue a vivir sola porque ya era toda una universitaria, entonces me
quedaba con ella a veces. Otras veces en la casa de mis padres o iba a molestar
a otros parientes, nunca tuve un lugar fijo desde esa edad... Un amigo tenía
una habitación con aislantes acústicos así que él guardaba mi batería, pasaba
mucho tiempo en su casa- bebió un sorbo y limpió cuidadosamente con la lengua
una gota que estaba por caer de su labio, un gesto muy de Hide.
- Siempre fuiste más independiente, eso
lo proyectas
- ¿A qué te refieres? - La camarera
llegó con nuestras botanas y Tazawa esperó a que ella se retirara para
continuar. Parecía incómodo, suspiró dando un sorbo de cerveza y luego levantó
los hombros restándole importancia a lo que estaba por decir.
- Proyectas ser alguien que puede hacer
lo que sea por sí mismo, sin límites, sin dependencias. Lo contrario a mí que
no hablo demasiado. - reí.
- Kosuke eso solo me hace un
charlatán. - Comencé a comer mientras bebía, el hizo lo mismo.
- No lo eres Sakura, cuando comienzas a
hablar todos se fascinan contigo.
- Eso no es verdad, ¿Tú te fascinas
conmigo? - pregunté de forma impulsiva. En cuanto fijó su mirada en el suelo
apenado me arrepentí.
Me molestaba que me resultara adorable.
¿Por qué ponía tanta resistencia contra él?
Cuando sus ojos se encontraron con los
míos y vi en ellos su aprecio, lo supe.
Sabía que Tazawa tenía sentimientos por mí. Lo sentía en su mirada, en su forma diferente de ser conmigo. Y yo... sentí que era demasiado fácil quererlo. Por mi enorme miedo de traicionar a Hide siempre había optado por alejarlo todo lo que pudiera... pero ahora, ¿Hide se merecía que lo alejara?
Me serví un trago de tequila que bebí rápidamente. Tazawa continuaba mirándome así, entonces me serví otro y le serví uno a él.
- Sakura...
- ¿Si?
- ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Quién
llamó? - preguntó temeroso, sus ojos me suplicaban que confiara en él.
- La verdad no quiero hablar de
ello- Sentía que lloraría si decía tan solo una palabra en voz alta que me
hiciera sentir descubierto, a mí y a todas esas emociones que rodeaban la
tristeza de que él tuviera a alguien más.
- ¿Fue tu novia? - insistió. Inconscientemente hice una mueca de dolor. Rodeó la mesa y se puso en frente de mí. Intentó que le mirara el rostro pero lo evité.
- No quiero hablar de eso Kosuke lo digo en serio... - insistente tomó mi rostro entre sus manos obligándome a verlo.
- Eres un buen hombre Sakura, digno de admirar, yo te admiro mucho... No caigas por un mal amor...
- Oye...- intenté librarme de sus manos tomándolas con las mías pero él no me soltó. Odiaba decir o escuchar palabras tan íntimas, aún más sintiendo su mirada directamente en mí.
- Yo te quiero Sakura... sé lo valioso que eres, porque yo te quiero y créeme que no es un mal amor. Yo podría cuidarte, protegerte, quererte, entenderte... ser lo que necesites... -
En algún momento de su confesión lo miré directamente a los ojos, tal vez buscando la verdad en ellos o tal vez buscando mi reflejo en su mirada. Parte de mí se sentía tan dolida que hubiera hecho lo que fuera por un poco de protección, pero había otra parte de mí que no se sentía digno del amor de nadie. Aquello que sentía con Hide, aquella comparación siempre presente también la sentí con Tazawa en aquel instante. - Yo te quiero... desde hace mucho tiempo...
Bajó sus manos por mi rostro acariciando lentamente mientras descendían.
Nos miramos unos segundos largos
sintiendo una ligera frustración mientras él me observaba con una pequeña
súplica en los labios entreabiertos. Suspiró y se acercó a mí
lentamente sin dejar de mirarme.
Sabía su intención.
¿Pude evitarlo? Si, pude hacerlo.
Pero la verdad es que cerré los ojos en cuanto sus labios tocaron los míos.
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