lunes, 7 de octubre de 2019

Fan fiction Matices - Capítulo 32: Efecto


Ken



 Aburridos y hartos de esperar, decidimos empezar a revisar las canciones con el enano mientras esperábamos que Sakura regresara o se hiciera la hora de la reunión, lo que sucediera primero. Mientras más tiempo pasaba y más cerca estábamos de la hora, más sentía los nervios aparecer, pero no podía dejar que se me notara frente a ellos.

-           Creo que en esta parte podríamos subir más la velocidad – acotó Hyde, yo apunté en una libreta los segundos en donde quería cambiar la canción.

-           Anotado – de pronto escuchamos que tocaron la puerta de forma melodiosa– Ese es Sakura– me levanté y por la ventana de junto a ella vi varias siluetas. Tragué saliva. En cuanto abrí, vi a los chicos de Die in Cries acompañados por Tetsuya y Sakura.

-           Nos encontramos todos a la entrada – me dijo Tet-chan mientras pasaban.

-           Hola… Bienvenidos – intenté parecer ligero y cómodo al recibirlos, pero en cuanto vi el rostro de Yukihiro al final de la fila se me hizo difícil disimular. Con esfuerzo le dediqué una inusual sonrisa, él me la correspondió con otra que parecía entre sorprendida e incómoda. En cuanto volteé los ojos de Hyde me observaban cuidadosamente, me sonrió y les pidió a todos que se sentaran. ¿Quizá hubiese notado algo, tal cual lo había hecho Sakura? Me sermoneé mentalmente, debía tener más cuidado.

-           Trajimos cervezas y un par de botanas -  dijo Kyo con aquella actitud de seguridad que solía tener.

-           Dámelas, yo las serviré. ¿Debo colocar las cervezas en la nevera?

-           Nah, están frías, las compramos aquí abajo –  

-           Mejor – le respondió Sakura frotándose las manos - ¿Nos dirán qué sucede?

-           Sakura calma… - le pidió Tetsuya, yo fui hasta la cocina y comencé a buscar platillos y vasos. Estaba arrodillado con la mitad del cuerpo dentro de la alacena cuando escuché su voz.

-           ¿Necesitas ayuda? – al levantarme me di un cabezazo con el mueble.

-           Mierda… - Yukihiro rió– Me asustaste…

-           Eso sonó feo. ¿Estás bien? – se agachó junto a mí. Inconscientemente me alejé por la cercanía.

-           Si… - froté mis dedos en la zona en que me había golpeado sintiendo algo de humedad, suspiré. Si no me controlaba terminaría muerto a causa de mis nervios. Lo miré con atención, parecía algo… deprimido. - ¿Pasa algo?

-           ¿Algo?

-           Te ves… ¿preocupado? – no me atreví a decir triste.

-           Ah… No es nada. Dame los platillos, los llevaré. – se los tendí, él se puso de pie y se marchó. Bufé molesto pensando en que había arruinado una oportunidad de hablar a solas con él. Lo seguí llevando los vasos y ubicándolos en la mesa.

-           Bien, ya estamos todos. Los escuchamos. – sentenció Hyde, luego se levantó del sillón para dejarme sentarme allí y él sentarse en el suelo. Coloqué la mano en su cabeza en agradecimiento por su gesto.

-           Kyo, tú diles. – le pidió Shin, quien se veía mucho más serio que la noche pasada, entonces observé a Yukihiro tener la misma expresión que su amigo. Se formó un silencio incomodo, Tetsuya y Sakura se miraron entre ellos.

-           Bien… – dijo finalmente Kyo con su usual actitud y voz de líder. – La banda se acabó. Nos disolveremos en un par de meses- más silencio – Aún no tenemos fecha precisa, pero creemos que lo mejor que podemos hacer… como agradecimiento a nuestros fans, organizaremos un último tour, y queremos que ustedes sean parte de él. ¿Tocarían con nosotros?– preguntó eso último con algo de prisa notablemente incómodo.

-           Claro que sí – respondió Tetsuya instantáneamente. Me molestaba muchísimo su ausente interés por tomar nuestra opinión antes de responder.

-           Supongo que están seguros… - Sakura se veía preocupado. De reojo miré a Yukihiro, su rostro serio no me dejaba saber si estaba realmente triste o molesto como había ocurrido hace un momento en la cocina.

-           Sí – le respondió Kyo.

-           Él está seguro- de pronto dijo Shin tomando su vaso y dándole un largo trago como para desviar la atención. Kyo se quedó callado y ninguno de los otros objetó nada al respecto tampoco. Nosotros nos miramos disimuladamente, sorprendidos por el tono en que lo había dicho, pero las cosas estaban más que claras. Tetsuya carraspeó.

-           Como sea… Pueden contar con nosotros, será un placer estar ahí- sonrió finalmente.

Durante varios minutos nos dedicamos a discutir los detalles del tour, las canciones que donde querían que los acompañáramos y un par de las nuestras que querían tocar, era necesario que lo habláramos de inmediato puesto que el tour que se nos veía nos mantendría demasiado ocupados.  Hyde los ayudó con la creación de un logo para la gira, él y Takashi se sentaron a hacer bocetos y conversar, eran parecidos en gustos.  Shin y Yukihiro eran notablemente los más cercanos, si uno de los dos daba un paso, él otro inconscientemente daba otro hasta acomodarse lo suficientemente cerca, sentí un poco de celos de Shin solo al notar lo cómodo que parecía Yukihiro cerca de él.

-           Mi novia conoce a la tuya. – le comentó Kyo a Sakura.

-           ¿Ah? – Sakura, que estaba concentrado hablando con Yukihiro sobre tambores, se volteó para darle atención al vocal.

-           Akane se llama ¿no?

-           Ah… no – negó de inmediato – Ya no somos novios…

-           Oh… lo lamento, dije algo imprudente.

-           No, está bien – Sakura sonrió. De reojo ambos miramos a Hyde que estaba concentrado sin escuchar lo que hablábamos.

-           ¿Y el resto tiene novia? – preguntó en general a nuestra banda.

-           Ken-chan tiene – me apunto de repente, lo miré nervioso.

-           No… ya no.

-           ¿Eh? ¿No estabas tan enamorado, señor posesión? – Sakura levantó las cejas y negué enojado, nadie quiso decir nada más. Yukihiro evitó mirarme pero pude ver su ceño fruncido. ¿Estaba enfadado? Suspiré, sería mejor decir algo al respecto, o así lo sentí al menos.

-  Quería más a su perro… De todas maneras, ya terminamos hace varios días, solo olvidé comentarlo. No era importante– Sakura me miró extrañado. Sí, yo no solía admitir que tenía sentimientos por nadie como se lo había dicho aquella vez, pero le rogué con la mirada que dejara el tema. Afortunadamente pareció entenderlo, pero Kyo…:

- ¿A qué te refieres con que quería más a su perro?

- ¿Eso no es normal? Al menos mi madre quiere más a su gato que a mi padre – agregó Tet-chan, reímos por su confesión.

- Creo que lo suyo no era tan normal. Verás… – le expliqué – en cuanto aparecía su perro ella decía “¿quién es mi bebe?”, y comenzaba a darle besos al perro y el perro a lamerle la boca, y ella la abría y aarg… – me revolví asqueado, todos me miraron de la misma manera – Les digo que no era normal.

- Entiendo – dijo Kyo – Lo besaba con más pasión que a ti.

- Tal vez solo le gustaba lo jugoso – dijo de manera sugerente Sakura - Es decir si besaba así al perro, tal vez como te besaría el…

- ¡Sakura! – lo calló Hyde haciéndonos reír.

- De todas maneras eso suena muy extraño… - Kyo continuó mirándome asqueado, entonces Shin miró a Yukihiro, algo en su mirada me hizo creer que le decía: “esta es mi oportunidad”.

-Si hablamos de cosas inusuales para terminar una relación, no creo que puedas hablar demasiado… - Shin se cruzó de brazos al hablar.

- ¿De qué hablas? – lo miró sin comprender.

- De la ex novia que tuviste, esa que te terminó porque tuvo que llegar caminando al motel ya que no quisiste pagar un taxi. – Shin se divertía.

-¿Qué? – repetimos casi al unísono los cuatro.

-Oye, yo no tenía dinero en esos tiempos. – se excusó.

-No bromees, ni ahora lo hubieras hecho – continuó Shin.

-Ahora tengo auto– se defendió. Estaba claro que los chicos querían molestarlo, pero él no se veía divertido con el asunto.

- De todas maneras, tenías el dinero para pagar el motel, eso es algo – quiso salvarlo Tetsuya, pero pareció arruinarlo cuando Yukihiro se rió aún más fuerte en cuanto lo escuchó.

- Pagó con cupones de descuento– explicó él mismo entre risas, aunque lo intenté no pude evitar estallar con Sakura, realmente se superaba así mismo. Kyo no rió.

- No te enojes – le pidió Tetsuya ofreciéndole botanas.

- No estoy enojado… - respondió con una sonrisa forzada.

-Nunca dirá que está realmente enojado– insistió Shin.

A pesar de que podíamos percibir la tensión entre ellos, no me era difícil deducir que el rostro preocupado que vi de Yukihiro era a causa de la separación. A pesar de las malas relaciones entre los miembros, nadie quería quedarse sin trabajo y sin saber cómo continuar o mantenerse en un mundo tan agitado y competitivo como el nuestro.


-           Bien, nosotros nos iremos ya entonces… Nos veremos pronto– se despidió Kyo mientras Takashi le tendía su abrigo.

-           Cuenta con eso – dijo arrastrando las palabras Tetsuya que se encontraba borracho pero lúcido. Shin comenzó a roncar desde el sofá y Yukihiro intentó despertarlo, pero éste no reaccionó. Kyo rodó los ojos.

-           Parece que nosotros nos vamos primero – le dijo Kyo a Yukihiro sin intención de ser amable, éste último le asintió sin mirarlo. Las relaciones estaban más tensas de lo que se veía a simple vista.

-           ¿Se quedarán a dormir? – pregunté cuando los demás se fueron. El delgado batero me miró contrariado, probablemente incómodo por el entusiasmo en mi voz– Pueden quedarse sin problemas. – intenté sonar como si fuese una sugerencia general y que no sonara extraño, pero Tetsuya tomó su abrigo. Lo siguió Sakura.

-           No esta vez- me respondió, Hide lo siguió. – Yukihiro… ¿Por qué no te quedas? Tú vives lejos, y no creo que te sea simple llevarte a Shin. Además a esta hora no tienes transporte.

-           Bueno, que si se quisiera ir puedes ir a dejarlo en tu auto – le respondió Tetsuya.

-           No subiré a Shin ebrio a mi auto. Ya tuve un accidente de esos con él en el pasado… -  Yukihiro suspiró.

-           Me quedaré. Perdón por la molestia – me dijo a mí sin mirarme.

-           No te preocupes.

-           Entonces, nosotros nos vamos – Tetsuya levantó la mano, me despedí de él de la misma manera. Cuando miré a Hide me percaté de que me observaba demasiado para mi gusto, ¿tal vez sí había notado algo?

Finalmente se fueron y quedamos solos con el ebrio Shin.

-           Bueno… estás en tu casa – le dije– Esto… - él se sentó junto a Shin. – Traeré colchas para Shin. Mm… tú… ¿vas a dormir conmigo? – el batero frunció el entrecejo.

-           No debería.

-           ¿Por qué? – soné más decepcionado de lo que me hubiese gustado.

-          ¿Cómo que por qué? – bufó algo divertido, fruncí el entrecejo casi haciendo puchero. Realmente quería solo estar a solas con él un momento.

-           No tiene que pasar nada… podemos solo hablar hasta dormirnos.

-       Si ese es el caso creo que dormiré junto a Shin mejor. Me asusta que se ahogue con vómito o algo por el estilo. – lo miré desilusionado, él escapó de mis ojos.

¿Se había enfadado por mi propuesta?

-           Está bien- fui por las colchas, tomé dos gruesas y con su ayuda cubrimos a Shin, luego me quitó la otra para cubrirse él solo. – Esto… iré a mi cama entonces… - asintió sin mirarme. Iba a apagar la luz de la sala pero antes le dije una última cosa – Yukihiro…

-           Dime.

-          Si te arrepientes, te da frío o lo que sea… te dejaré un espacio– no respondió a pesar de que esperé – Buenas noches – apagué la luz.

-           Buenas noches – susurró en tono más suave, me hubiera gustado verle el rostro al susurrar pero ya había apagado la luz. Derrotado, fui a mi habitación.

Sintiéndome decepcionado tanto por mi actitud como por la suya, me coloqué el pijama todo el tiempo manteniendo el entrecejo fruncido hasta que me acosté. “Maldita sea”, verbalicé a la nada haciéndome bolita, parecía un niño que acababan de castigar. En mi mente le di mil vueltas a la situación pensando en si debía o no increparlo en algún momento en la mañana antes de que se fuera, hasta que en algún instante sin darme cuenta me quedé dormido a pesar de ni siquiera haberme acostado bien.


-           Ey…- una mano tibia me sujetó el brazo – Ken, despierta… - abrí los ojos sintiendo el cuerpo entumecido por el frío, Yukihiro me miraba con gesto preocupado – Te dormiste sin cubrirte.

-           ¿Ah?- miré a mi alrededor para ubicarme en espacio tiempo- Ah…- me senté en la cama bostezando- ¿Qué hora es?-

-           Aún es de noche. Acuéstate bien o te enfermarás- me tallé los ojos y lo miré curioso.

-           ¿Y qué haces aquí? ¿No que dormirías con Shin? ¿O ya quieres irte?- su expresión se tornó dudosa- Oh… ¿aceptas mi propuesta?- desvió la mirada.

-           Me estoy congelando en el sofá y Shin también, así que le di mi colcha- sonreí, sonaba a la peor excusa jamás dicha.

Nos acomodamos metiéndonos en la cama, pero él se ubicó en la parte más lejana posible, casi que si hacía un mal movimiento terminaba en el suelo. Lo miré hastiado cuando esperó a estar cubierto para quitarse la ropa por debajo de las sábanas.

-           No muerdo, lo juro- rió.

-           No podría creerte ya- me apené.

-           Al menos no es mi intención esta vez…- mascullé tapándome la cara hasta la mitad con la colcha. Nos quedamos en silencio varios segundos, su comentario me había dejado bastante incómodo, y viendo y considerando que ninguno se dormiría de forma inmediata, aproveché su alusión a ello para traer el tema a la mesa- El otro día… te fuiste antes de que yo despertara. – lo miré ofendido.

-           Era irrespetuoso de mi parte despertarte, habíamos dormido muy poco. – lo miré algo sorprendido por su respuesta, no había pensado en su buen gesto.

-           Deberías dejarme tu número…

-           ¿Cómo una prostituta? – lo miré asustado pensando que lo había ofendido, pero se rió. – Era broma.

-           Mm… - me miró con una sonrisa que no supe descifrar- ¿Podemos hablar de lo que ocurrió la otra noche?-

-           ¿Qué quieres saber?- volvió la vista al techo.

-           ¿Estás molesto por ello?-

-           ¿Me ves molesto?-

-           Bueno… quizá ahora no, pero cuando llegaron tenías un aura extraña- rió sutilmente.

-           Cuando llegamos te sonreí, así que claramente no estaba molesto contigo- internamente me sentí feliz. Me destapé conservando la posición pero esta vez me centré un poco más en mirarlo. Me agradaba lo tranquilo que lucía casi siempre.

-           ¿Pero sí con alguien más?- cerró los ojos con tranquilidad, creí que me ignoraría y se quedaría dormido.

-           Las cosas no están bien con la banda y creo que se notó más de lo que me hubiese gustado esta noche. Lo siento por ello-
-           Pues… me gustaría decir que no, pero así fue… especialmente en el trato de todos con Kyo. Imagino él debe ser el problema, ¿verdad?- volteó a verme.

-          No responderé eso, es problema nuestro- inflé las mejillas inconscientemente.

-           Lo tomo como un sí- suspiró.

-           Eso no importa, el punto es que no, no estoy molesto contigo. Sino, no habría aceptado dormir juntos de nuevo- sonreí- Aunque… quizá si me molestó un poco que estuvieses tan atento a mí toda la noche, me sentía bastante incómodo por momentos- me miró con una sonrisa divertida y yo automáticamente me apené mucho sin poder controlarlo. ¿Tan obvio había estado siendo? Debía dar por seguro que Hyde se había enterado entonces.

-           ¡¿Lo dices en serio?!- rió un poco fuerte sorprendiéndome, era la primera vez que lo escuchaba.

-           Sí, pero no es cierto que me molestó-

-           ¿Te haces el chistoso?- dije resentido, él rió más ligeramente.

-           Es divertido que reacciones de forma tan diferente a como lo haces cuando hablas con alguno de tus compañeros-

-           ¿De qué hablas?- negó con la cabeza y volvió a cerrar los ojos.

-           Ya, vamos a dormir mejor-

-           No- me senté de golpe en la cama haciendo que me mirara sorprendido- Dame tu número antes de que se me olvide- busqué en el cajón de la mesita de luz algo donde anotar- Mm… espera iré a buscar papel-

-           ¿Tienes bolígrafo ahí?-

-           Sí, pero no papel- dije casi levantándome de la cama, pero entonces él me sujetó del brazo tomando una de mis muñecas-

-           No es necesario…- lo miré curioso. Tomó mi mano colocando la palma hacia arriba y allí mismo me anotó su número. Una vez que terminó volvió a tomar su lugar- Solo recuerda que está allí- se dio la vuelta dándome la espalda.

Miré mi mano varios segundos antes de volver a acostarme. Sonreí tontamente sintiéndome realizado.

-          Yukihiro… - susurré pero no respondió - ¿Aún estás despierto? – me incliné para intentar mirarle el rostro y con esfuerzo lo logré, pero ya tenía los ojos cerrados, se había dormido. Me acomodé cerca de su espalda y en el silencio, me dormí.


Un golpeteó conocido sonó desde la puerta, y cuando me estiré me percaté de Yukihiro aún durmiendo junto a mí, que también se revolvió entre las sábanas. Cerró los ojos con fuerza y los abrió lentamente.

-           Buenos días… - le susurré, él sonrió volviendo a cerrar los ojos – Iré a abrir – me levanté llevando solo los calzoncillos. Ni tuve que mirar quién era, el golpeteo rítmico lo decía por sí solo.

-           ¿Aún duermen? – me preguntó Sakura en cuanto entró.

-           Sí… - me rasqué la cabeza dispuesto a volver a la cama - ¿A qué viniste? – dejó una bolsa sobre el sofá junto a Shin.

-           A devolverte unos cds que me robé de tu auto la semana pasada.

-           Hum, déjalos ahí. – me rasqué el trasero. Le hice una señal de despedida, pero entonces Shin se removió por el ruido y abrió los ojos.

-           ¿Y Yukihiro? –preguntó Sakura.

-           Ah… - dudé, claramente ni se me pasó por la cabeza decirle que durmió en mi habitación, pero entonces justo en ese momento apareció él a mis espaldas.

-           Buenos días – lo saludó.

-           Buenas tardes. Van a ser las doce ya.  – volteé a mirarlo, se había vestido.

-           Esto… ¿quieres que te prepare algo para comer? – Yukihiro pareció sorprendido por la atención.

-           Todos queremos comer algo – respondió Sakura.

-           No te decía a ti-

-           Ya lo sé-  me sonrió de forma extraña, preferí ignorarlo.

-           ¿Qué hora es? – peguntó Shin aturdido.

-           Las doce y media – le respondió su amigo – Shin, deberíamos irnos, hemos molestado demasiado ya…

-           No te preocupes por eso – le dije sincero.

-           Sí, no lo hagas – rectificó Sakura – Además Ken-chan ya se ofreció a cocinar algo y yo muero de hambre.

-           Desvergonzado – lo miré con mala cara, fui hasta la cocina para cocinar algo antes de que pudieran rehusarse más. Decidí reunir todos los vegetales que tenía para hacer un okonomiyaki, tuve la intuición de que a Yukihiro le gustarían las tortillas. Sakura, que era más hábil que yo cortando los vegetales, me ayudó con eso mientras yo preparaba la masa. Shin colocó junto a Yukihiro la mesa mientras hablábamos de nuestros amigos en común.

-           Hay algo que quiero decirles… – Sakura los miró serio – No es de mi incumbencia, así que evitaré preguntar pero… si me permiten darles un consejo, no firmen el término de contrato con la agencia hasta que terminen la gira– volteé a mirarlo sorprendido, yo no había querido tocar el tema luego de que Yukihiro fuera tan claro conmigo al respecto la noche anterior– Puede que cuando llegue el momento ya no quieran hacerlo… No quise decirlo anoche porque estaban los ánimos algo tensos, pero realmente creo que una gira de despedida puede hacer a Kyo reaccionar – vi a Sakura disculparse con la mirada por su intromisión, Shin le sonrió con algo de pesar antes de responder.

-           No creo que eso sea así…

-           De todas maneras firmaremos el lunes – le respondió el otro batero – Incluso si nosotros no quisiéramos hacerlo, ha sido el mismo Kyo quien ha apresurado todo y el que de todas maneras se iría.

-           ¿Y buscar otro vocalista? – sugerí con algo de preocupación, solo quería que ellos pudieran continuar con una opción.

-           No es posible – me respondió Shin – Quien formó la banda y quien tiene mayor poder sobre ella es Kyo, y aunque no fuera así… creo que los ánimos no están para quedarnos en una banda sin vocalista solo porque queremos permanecer con trabajo. Es decir… todos sabemos a lo que nos arriesgamos cuando decidimos dedicarnos únicamente a la música.

-           Es porque Kyo es tacaño ¿verdad? – pregunté queriendo aminorar los ánimos.

-           Hablando de tacaño que es… - Shin mordió el anzuelo mientras nos sentábamos a comer - No quiero hablar mal de él pero… el otro día en su casa vi algo que me recordó a lo que hablamos la vez que salimos juntos. – lo miramos a la espera mientras comenzamos a comer – Usó una sola bolsa de té para servir las cuatro tazas y aunque no le dije nada… – nos reímos – Me acordé de inmediato de ustedes. No podía exprimir más esa pobre bolsa, la trituraba. – nos reímos, la tensión y el ambiente triste desaparecíó – Oye esto esta delicioso.

-           Gracias – respondimos con Sakura al mismo tiempo. Yukihiro me sonrió, eso bastaba para saber que también le había gustado.

-           El otro día a Yukihiro lo llamó la chica con la que bailó esa vez– lo molestó Shin, Yuki me miró entre sonriente y avergonzado.

-           En realidad quería tú numero – me dijo – Quería hablar con “el moreno” – Sakura explotó de la risa.

-           Ken-chan, alias el moreno, siempre las conquista – levanté el vaso para beber agua y poder hablar pero Sakura lo estampó con él mío en un brindis por mi virilidad– Creo que es por la simpatía de Ken-chan que siempre llaman después…
-           Ya que soy moreno, no me queda de otra que ser simpático o sería virgen – opté por reírme de mí mismo - Oye, ya es bastante difícil ser moreno para que tú lo sepas – le dije a Sakura, Shin pareció perderse en el tiempo y espacio y luego volvió a la conversación.

-           ¿De qué están hablando?

-           De los de piel oscura – le respondí con un tono obvio.

-           Negra – corrigió Sakura.

-           No soy negro, soy oscurito– Yukihiro dobló sus labios al aguantar una risa. –Y es difícil ser oscurito, por ejemplo… debo ir bien vestido, si no, la gente cree que soy un delincuente.

-           Qué difícil vida la tuya, pero tienes razón en que incluso aquí se discrimina a los… - Shin no fue capaz de completar la oración probablemente evitando ser ofensivo.

-           Oscuritos, dilo con confianza- rieron – Pero estoy acostumbrado, siempre recuerdo un profesor en la escuela que me dijo que jamás intentara ser doctor o algo por el estilo.

-           ¿Y eso por qué? – Yukihiro preguntó.

-           Porque yo con una bata parecería un vendedor de confites– Sakura se ahogó y comenzó a toser, el resto de los chicos rieron fuerte. Yukihiro le sobó la espalda al otro batero mientras éste aún se componía para volver a reírse de mí. Estaba bien que fuera así, lograba hacer reír un poco a Yukihiro y eso me ayudaba a sentir que cumplía con la cuota de cercanía que no había podido llevar a cabo anoche.

-           Qué difícil vida… - dijo finalmente Shin.

-           Al menos no tendré que preocuparme nunca por un tatuaje, no se vería.

-           Pero existen en tinta blanca, ¿no? He visto en colores así que supongo que existen en tinta blanca o… siempre puedes usar corrector de lápiz.

-           Ah, claro, ahora pareceré yin y yang. Me vieras con calzoncillos negros – le dije a Yukihiro sin notar que solo le hablaba a él – Parezco andar desnudo. – todos volvieron a reír y yo suspiré. Misión cumplida.

Cuando terminamos de comer, los chicos se quedaron un poco más para conversar mientras reposaban la comida, pero finalmente se fueron para dejar de “molestar” como continuaba diciendo Yukihiro.  Al irse, a pesar de que no hice nada más que levantar la mano para despedirme, él me sonrió de tal manera que me hizo sentir que todo había salido bien, aunque en mi interior me preguntaba cuándo volvería a verlo.

Sakura me miró fijamente una vez que se fueron.

-          ¿Qué?

-          Dime algo-

-          ¿Qué? – comencé a ponerme nervioso bajo su mirada.

-          ¿Realmente terminaste con la chica de la que me hablaste?

-          Ah… eso… sí, así es.

-          ¿Y por qué? – suspiré más tranquilo por el tema, por un minuto creí que me había descubierto.

-          Porque tenías razón en que estaba confundiendo mis sentimientos-

-          ¿Y cómo te diste cuenta de eso?

-          Porque no he cambiado en nada, sigo interesándome por más personas… es decir, en ningún momento fue tan importante como para hacerme cuestionarme si quería acostarme o no con otra persona-

-          Ya veo… te acostaste con otra persona, entonces-

-          Algo así… pero tenías razón, solo no reconocí cómo me sentía y ya lo hice. Lo mejor era no engañarla, ¿verdad?

-          Verdad.

Una vez Sakura se fue de casa, me tiré en el sillón sintiéndome completamente cansado, como si el día de ayer aún no hubiese terminado.

-           Y de hecho…- me olí- Debería darme una ducha ahora que lo pienso- me puse de pie con total pereza yendo a la habitación a buscar mis ropas.

Cuando estaba llenando la bañera y desvistiéndome, me di cuenta al quitarme los pantalones que mi mano estaba escrita, entonces recordé fugazmente que anoche Yukihiro me había anotado su número en mi mano.

-           ¡Ah!- exclamé. Salí del baño a medio desvestir para tomar mi libreta donde hacía apuntes para las canciones y otras cosas, y lo anoté allí antes de que se me borrara. Miré el número repitiéndolo varias veces en mi cabeza- Espero encontrar momento para poder llamarlo…- volví al baño.


Tras haberme bañado me quedé dormido tendido en el sofá, me sentía tan limpio y renovado que no había podido evitarlo, sin embargo me desperté algo adolorido por la incomodidad. Le di un vistazo al reloj de pared a mi costado leyendo las seis, el día había pasado casi por completo en un abrir y cerrar de ojos.

Me estiré levantando los brazos y abriendo la boca en un gran bostezo. ¿Qué hacer ahora? Ya había descansado lo suficiente y sentía que tenía bastante energía…

-           Y hambre- pensé en voz alta escuchando sonar mi estómago. Fui hasta la cocina a revisar la nevera pero me encontré con la estantería completamente vacía- Woh…- entre anoche y esta mañana me liquidaron por completo la comida- Ugh, tendré que salir a comprar- renegué. Me coloqué el abrigo, tomé mis cosas y salí de la casa a la tienda que tenía en la esquina de la cuadra.

Recorrí las góndolas por más de diez minutos buscando algo que comer pero nada se me ocurría o me parecía lo suficientemente apetitoso, además de no tener ganas de cocinar algo elaborado realmente, así que tomando apenas dos jugos y unas frituras me retiré del lugar de vuelta a casa.

Comí las papas una tras otras mientras buscaba qué mirar en la televisión hasta que finalmente dejé el paquete vacío incluso antes de encontrar algo entretenido. Bufé frustrado, a veces vivir solo podía ser sumamente aburrido.

Entonces, de pronto, se me pasó por la cabeza que quizá podría llamarlo para hablar un rato.

-           Soy más intenso que cualquiera de mis ex novias- me dije tomando el teléfono y la libreta buscando su número. Instantáneamente sentí mis manos sudar cuando sonó el tono del otro lado y esperaba a que atendiera. ¿Qué le diría? Para mi desgracia contestó más rápido de lo que hubiese querido.

-           Hola-

-           H-hola- dudé- ¿Estás ocupado?-

-           ¿Qué necesitas?-

-           Nada, solo quería saber si tienes tiempo para hablar… Estoy aburrido- admití penosamente, no me había dado tiempo a inventarme algo digno. Hizo silencio unos segundos, lo escuché reír.

-           ¿De qué quieres hablar?- me recargué sobre el mueble donde estaba el teléfono.

-           Cualquier cosa. ¿Qué hacías?-

-           Estaba pensando qué cenar-

-           ¡Oh!- exclamé sin querer sonando entusiasmado- Em… yo estaba en la misma situación, de hecho fui hasta la tienda y miré las góndolas por tanto tiempo sin saber qué escoger, que terminé tomando puras porquerías que ya me comí y no me llenaron- rió.

-           ¿Y no piensas cenar?-

-           Bueno…- tomé aire armándome de valor- No era la idea pero ya que estamos en las mismas- carraspeé- ¿Tienes ganas de salir a comer? Yo invito- propuse muriéndome por dentro. Jamás hasta ahora me había sentido nervioso invitando a nadie a comer, me sentía un adolescente en su primera cita. Esperé impaciente sus respuesta, y aunque solo se tomó unos segundos, lo sentí como una eternidad.

-           ¿Sabes? Vivo algo lejos de ti, no sé si sea conveniente-

-           Puedo ir yo. Si quieres, claro…- volvió a hacer silencio.

-           Si tienes ganas… no me molesta. ¿Te espero entonces?- sonreí sintiéndome enérgico nuevamente.

Habiendo acordado el lugar donde nos veríamos, nos despedimos y corté quedándome pensando un instante, observando fijamente el teléfono. Me sorprendía y horrorizaba en la misma medida lo feliz que me sentía por poder pasar más tiempo con él. No me reconocía en lo absoluto… o quizá sí, pero a medias, porque con la única persona que me había ocurrido algo similar, había sido con mi última novia. Por la que creí sentir algo fuerte de verdad…

-           No voy a pensar en eso- me sermoneé- No tiene nada que ver- intenté convencerme mientras tomaba mis cosas y me alistaba para salir.

Tomé el bus que me dejó cerca de la zona donde habíamos dicho, y caminé hasta la entrada del lugar donde me paré a esperar. Me froté las manos cuando el frío comenzó a adormecerlas.

-           Debería haber traído guantes- me dije.

-           Hubieses entrado en vez de congelarte aquí afuera- alcé la vista topándomelo de frente.

-           Hubiese sido descortés- sonrió.

-           Vamos-

Había elegido para cenar un lugar bastante normal que servía varios tipos de ramen nomás, pero a pesar de la simpleza del lugar, el ambiente era muy agradable y tranquilo. Muy él.

-           Pide lo que quieras, corre a mi cuenta así que aprovecha-

-           No es necesario que pagues por mí, no estamos en una cita- reí nervioso.

-           No, pero yo te invité, y no necesita ser una cita para poder invitarte. Sakura siempre me invita y no somos novios- rió.

-           ¿Te invita o te aprovechas?- me hice el ofendido.

-           … cincuenta y cincuenta- cada uno hizo su pedido.

Esperando a que llegaran nuestros platos, intenté hacerle plática preguntándole tonterías o diciendo cosas al azar, sin embargo hablar con él no era tan sencillo como hablar con Sakura.

-           Cuéntame algo de ti, me intrigas- me miró alzando una ceja.

-           ¿Algo como qué?-

-           No sé, lo que quieras. Qué haces, qué comes, qué respiras, qué te gusta, cuáles son tus aspiraciones a futuro- rió.

-           Soy baterista, voy a comer ramen, respiro oxígeno, me gusta la música y… no he pensado en aspiraciones a futuro, la verdad. O al menos las que tenía en mente ya no existen-

-           ¿Aspiraciones personales o laborales?-

-           Laborales. Personales… nunca he pensado mucho en eso- asintió. Nos sirvieron nuestros platos.

-           Gracias- dijimos al unísono.

-           ¿Cómo que nunca has pensado en eso? ¿Planeas seguir igual el resto de tu vida?- dio un bocado antes de hablar.

-           No fue lo que quise decir. Me refiero a que, prefiero dejar que eso fluya simplemente. No soy muy ambicioso en ese sentido honestamente, espero lo normal-

-           Lo normal…- repetí en murmullos dándole una probada a mi plato también- ¿Casarte, tener hijos, hacer vida de casado mientras te dedicas a esto?- lo observé pensar.

-           No creo poder hacer “vida de casado” dedicándome a esto- rió ligeramente- Así que no, solo espero poder vivir de manera estable y calmada- lo miré sintiéndome contrariado, cosa que me incomodó internamente. Preferí dejar allí el tema- ¿Ocurrió algo?-

-           ¿Por qué?-

-           Porque me miraste como si hubiese dicho una atrocidad- no me miró.

-           No… solo me dejó pensativo-

Terminamos de comer en ese ambiente ligeramente pesado que se formó entre nosotros.

Poco a poco el ambiente volvió a ser ameno a medida que cambiamos de tema. Me gustaba que fuese sencillo hacerlo reír aunque no explotara en carcajadas, para lo reservado que suele comportarse era más que suficiente, me hacía sentir satisfecho. Finalmente tras hacer un poco de sobremesa decidimos retirarnos de allí.

-           Gracias por la invitación- me dijo una vez estuvimos fuera.

-           ¿Ya te tienes que ir?-

-           ¿Qué quieres hacer?- pensé mirando a mis alrededores. No tenía ningún plan la verdad.

-           Am… no sé…- murmuré- ¿Qué podemos hacer?-

-           ¿No tienes trabajo mañana?-

-           Tal vez, pero no quiero volver a casa aún- dije berrinchudo. Me miró varios segundos como si me estuviese analizando y de pronto suspiró con una muy sutil sonrisa.

-           ¿Quieres venir a casa? No vivo muy lejos de aquí- me sorprendí, inmediatamente me quedé en blanco por los nervios.

-           Eh… ¿estás seguro?- asintió- No es necesario que me invites por cortesía, no era mi intención, solo quería estar un rato más en la calle para-…

-           ¿Aceptas o no?- me interrumpió- Sino te acompaño a tomar el bus-

-           ¡Acepto!- rió.

-           Vamos entonces que hace mucho frío aquí- lo seguí.

Caminamos un par de cuadras hasta su casa en completo silencio, mi estómago se estrujaba por los nervios y las ansias de estar allí en su entorno. De pronto nos detuvimos frente a dos bloques de edificios enanos.

-           Es en el segundo piso del primer edificio- dijo caminando hacia allí, lo seguí en silencio mirando la zona con curiosidad. Parecía un barrio tranquilo.

Abrió la puerta de entrada y encendió la luz.

-           Pasa- 

-           Permiso…- miré todo con curiosidad. Las paredes tenían un color crema muy ligero y apenas si contaba con decoraciones, incluso los muebles que habían eran muy sencillos y de marrones tenues… Todo se veía muy él, tal cual lo había imaginado. Sonreí tontamente.

-           Siéntate donde quieras. ¿Traigo algo para beber? Aunque no estoy seguro de qué haya en el refrigerador…- se dirigió a la cocina.

-           Cualquier cosa está bien, incluso agua- me senté en la mesa central y volví a pasar mis ojos por el lugar- ¿Vives solo?-

-           Sí-

-           Sí, se nota- reí. Volvió de la cocina con dos tazas de té.

-           ¿Se nota?- se sentó frente a mí. Asentí.

-           Todo tiene tu…- hice gestos con las manos al no encontrar la palabra adecuada. Me miró divertido- tu esencia. La decoración, el ambiente… todo dice Yuki-

-           Yuki- repitió y yo asentí, luego me di cuenta de a qué se refería.

-           ¡Oh! No me di cuenta, no fue mi intención- sonrió bebiendo su té.

-           Puedes decirme Yuki, no me molesta- volví a asentir algo avergonzado. Rápidamente retomó la conversación- Estaba pensando en lo que hablamos mientras comíamos, y me di cuenta de que no te pregunté lo mismo a ti.- Lo miré sin saber muy bien de qué hablaba- Me refiero a los planes para el futuro. ¿Qué ves en tu futuro?- sonrió divertido esperando mi respuesta. Me detuve un instante a pensar en ello.

-           Em… bueno…- nada aparecía en mi cabeza. ¿Alguna vez había pensado en ello con claridad? Siempre había creído tener algo conciso en mi mente, pero ahora me daba cuenta de que todo estaba muy entremezclado- Siempre he pensado en tener hijos, pero a decir verdad nunca me ha convencido del todo la idea de casarme… siquiera de estar en pareja- rió.

-           ¿Así que a eso se refería Sakura?- lo miré incómodo, no quería hablar de ello con él. Reí nervioso.

-           Es un exagerado…-

-           No parecía exagerar, incluso se notó que en serio estaba sorprendido porque ya no estuvieses con esa chica-

-           Las relaciones tan estrechas son complicadas…-carraspeé- En fin, el punto es que estoy mejor así- sonreí, él me miró de una forma que no supe descifrar.

-           Entiendo-

-           Pero- dije rápidamente sintiendo que había dicho algo que no debía, como si tuviese la necesidad de recomponer lo que había causado. Me mordí la lengua, ¿por qué tenía que ser tan impulsivo?

-           ¿Pero?-

-           Pero… no estoy cerrado a ninguna posibilidad. Me refiero, si en algún momento llegara a aparecer alguien que realmente me interesara, no me cierro a la oportunidad de tener una relación seria con esa persona- lo miré seriamente, realmente quería que mis palabras sonaran maduras y firmes. Él me sostuvo la mirada de la misma forma.

-           Me parece bien que hagas lo que quieras mientras seas feliz y no dañes a otras personas- sonrió cerrado los ojos dándole un último trago a su té. Me quedé en silencio, por alguna razón ya no sentía la confianza en mí para sostener por más tiempo el tema.

 Hablamos durante otro rato sobre temas variados pocos profundos, hasta que me vi obligado a fijarme la hora en mi teléfono.

-           Ya es tarde, me iré yendo o me quedaré sin bus de regreso- me puse de pie.

-           ¿Aún pasa a esta hora?- pensé un segundo.

-           Creo que sí… Estoy casi seguro de que sí- reí algo inseguro.

-           ¿Y si te quedas?-

-           ¿Eh?-

-           Que puedes quedarte si quieres. Me daría algo de culpa dejarte ir a esta hora solo y no estando seguro de si pasa o no el bus. Quédate, y te vas en la mañana. Te devuelvo el hospedaje- me sentí nervioso.

-           ¿Estás… seguro?- rió.

-           ¿Por qué pones esa cara? Sabes…- se puso de pie dándome la espalda- Eres bastante transparente aunque te esfuerces por contenerte- desapareció por el pasillo dejándome allí sin poder responder.

¿Ah?


Yukihiro me permitió usar su ducha antes de irnos a dormir.

-           ¡Aaahh!- exclamé sintiéndome aliviado una vez salí- Que bello es estar limpio- sonrió.

-           Tóma- me tiró un pantalón de tela holgado- Creo que te quedará cómodo-
Lo miré analizándolo, en mi mente creía que me quedaría ajustado, así que me dispuse a probármelo. Me desabroché el cinturón y me quité el pantalón, pero entonces noté que él me miraba alzando una ceja.

-           ¿Qué?-

-           Nada- rió. Rodé los ojos.

 Nos acostamos tal cual hacíamos cuando él se quedaba en mi casa, con la pequeña diferencia de que la su cama no eran tan grande como la mía, por lo que él se dio la vuelta dándome la espalda casi de inmediato. Me tomé el atrevimiento de dejarme inundar los pulmones con el aroma a coco de las sábanas.

-           Se siente feo que me des la espalda, parece que me ignoraras o estuviésemos peleados- se dio la vuelta.

-           ¿Mejor?- entonces me percaté de lo cerca que estábamos. Lo miré unos segundos embobado porque hasta podía ver con detalle sus ojos a esa distancia. Lo escuché soltar una risita.

-           Por eso me di la vuelta- amagó con hacer lo mismo pero lo detuve.

-           No- lo sujeté del hombro- No… te des vuelta, hablemos un poco más- hizo silencio unos segundos.

-           ¿De qué?-

-           Mm…- me coloqué boca arriba mirando el techo. Había una pregunta que me había estado dando vueltas en la cabeza desde antes de que nos juntáramos el día anterior con la banda y necesitaba ser respondida, pero muy en el fondo me di cuenta de que me ponía nervioso su respuesta… Me asustaba recibir una negativa. Bufé.

-           ¿En qué piensas?-

-           En nosotros- fruncí el entrecejo.

-           ¿Nosotros?-

-           Yuki… ¿Has pensado sobre lo que ocurrió la primera vez que te quedaste en casa?- exterioricé sintiéndome morir de la vergüenza por dentro, ¿desde cuándo era tan penoso con estas cosas?

-           ¿Qué debería haber pensado?- lo miré dudoso, él me miraba seriamente.

-           No sé… ¿Cómo te sentiste al respecto? ¿Te molestó? ¿Qué opinas ahora de… “los hombres que gustan de otros hombres”?- reí habiendo recordado sus palabras aquellas vez que creyó que mantenía relaciones con Sakura.

Tardó en responder, de hecho, por la forma en que me miraba creí que simplemente se daría la vuelta y me ignoraría, ahora sí lucía molesto.

-           Ken…- suspiró pesadamente- Te responderé solo si prometes darte la vuelta y dormir luego sin hacer más preguntas. Al menos hasta mañana- me puse nervioso- ¿Lo prometes?-

-           Lo prometo- respondí de inmediato sellando la promesa. Suspiró una última vez antes de hablar.

-           Te dejé besarme y tocarme aún cuando dije que no haría eso con otro hombre, a menos que conociese a alguien que me interesara, ¿verdad?- asentí- Bien, ahí tienes tu respuesta. Me sentí normal, no me molestó, y opino que está más que bien… Al fin y al cabo también me interesa un hombre- me quedé mudo.

Perplejo lo miré darme la espalda y susurrarme un cálido “buenas noches”.