martes, 31 de enero de 2017

Capítulo 7: Noches


Al entrar al evento, el mismo guardia de tan sólo un año atrás se acercó a mí a preguntar por mi invitación. Pero ésta vez, mientras hablaba, me reconoció y se disculpó.  

Había descubierto que Ken-chan se enfermaba con intención para estas fiestas, no era posible que nuevamente un resfriado lo tuviera en cama, los mismos días que hace un año atrás.

Aunque yo vestía la misma ropa, tal vez no tantas cosas habían cambiado o tal vez solamente lo esencial.

Me hicieron un par de entrevistas, para las mismas radios que la vez anterior.

Todo me parecía que continuaba igual.

Me senté junto al mismo amigo co-productor de L’arc en Ciel en sus viejos tiempos, esta vez no hablamos de Hide, ni de las bandas, solo de su vida, sus hijos y sus sueños, aun a nuestra edad nos permitíamos soñar.

Cuando el reloj marco las 22:30 y la banda del evento se retiraba, el animador se despidió, dio los debidos agradecimientos y las buenas noches.

Me dirigí al baño, pensando en que sería lo que cocinaría para la cena.

Cuando terminé de orinar y me dispuse a lavar mis manos, un grupo de chicos entro. Ésta vez reconocí a uno de ellos, un conocido famosillo de Hide.

-         No te recomiendo tener demasiadas ilusiones, ha pasado mucho tiempo desde que lo vi irse con alguien más. – le decía el famosillo a un adolescente de piel tan clara, que inmediatamente en mi mente le apode “el albino”.

-         Siempre pensé que sería más fácil, pero cada vez que lo intento él me evita…

Ésta vez no terminé de escuchar la conversación y me retiré primero del baño, fui a  mi auto y conduje hasta casa.




  
23:35

La puerta principal se cerró.

Yo estaba en la cocina, por lo que deduje de inmediato quien era.

Continué concentrado cocinando y siguiendo la receta del programa que estaba viendo, un par de brazos me envolvieron desde atrás de mí.

-         Mmhh… que olor tan delicioso.- dijo desde atrás, yo me volteé para besar su frente en señal de bienvenida.

Hide olía a perfume, alcohol y shampoo.

-         Estoy preparando comida mexicana… ¡Oye pervertido! – Sus manos tocando bajo mi pantalón me interrumpieron, el rió.

-         Tengo hambre pero no solo de comida…- dijo mientras su cuerpo se acomodaba entre la cocina y yo, me abrazó y me besó.
   

Nuevamente no me dejaría terminar de cocinar.


Todas las noches hacíamos el amor.


Todas las noches comíamos después de hacerlo.


Todas las noches dormíamos juntos, satisfechos completamente.
   

Todas las noches nos amábamos un poco más.









Fin.


Capítulo 6: Tacto


Me aproximé a él saboreando la poca cercanía que nos dividía, sentí el momento exacto en que Hide decidió contener la respiración. Mi pecho se sentía frenético, llegó un instante en que realmente podía sentir mis palpitaciones en mi oído.

 “Que idiota” me regañé. Me seguía causando estragos su cercanía.

Volví a observar su rostro, ésta vez muy sonrojado, sus ojos concentrados en mis labios, sus labios entreabiertos, no soporté demasiado aquella visión  y me entregué por completo  al impulso de besarlo.

Lo besé con delicadeza y realmente me perdí en el primer segundo en que la textura de sus labios me recordó los sentimientos de aquellos años… los sentí todos surgir nuevamente, tal vez nunca se fueron mínimamente siquiera.

Tomé con mis manos el rostro de Hide y me dispuse a disfrutar con mayor grado de su boca, de su lengua, de los sonidos de nuestros besos y de la humedad de nuestra saliva,  mordí su labio despacio y Hide llevó sus manos a mi cadera, ésta vez acercándome a él. Sus manos me acariciaron por debajo de la ropa mientras nos besábamos como si nuestra vida dependiera de ello.

Necesité separar un poco mis labios para respirar. En el instante en que ambos nos separamos casi jadeando nos observamos a los ojos y juntamos nuestras frentes, mis manos tomaron las suyas y me las llevé al rostro para sentirlas junto a mi mejilla.

Hide besó mi frente.

Yo cerré los ojos disfrutando del tacto de sus labios en mí.

Hide me abrazó.  Fue un abrazo fuerte, que me hizo sentir que realmente había necesitado de mí, por lo que lo abracé de la misma manera para que no tuviera dudas de que yo también lo había necesitado en cada momento.

-         Gracias… gracias Ya-chan… - susurró en mi oído. 

-         Gracias a ti Hide…


Permanecimos así un largo tiempo, aun cuando Hide desprendió sus brazos de mi alrededor, ocultó su rostro en mi cuello y me abrazó desde la cintura, de la misma forma me negué a soltarlo y lo retuve contra mi cuerpo.

Acaricié su cabello rubio, corto y despeinado, tan diferente visualmente al chico delicado que conocí. Pero se sentía de la misma manera que en aquellos años, abrazarlo de aquella forma. Era mi Hide.

Me percaté de que estaba dormido y con mucho cuidado lo llevé en brazos a mi habitación, en donde le quité los zapatos y lo acosté en la cama. Me acosté junto a él, estaba muy cansado y somnoliento también.  En menos de lo que esperaba… me quedé dormido escuchando su respiración acompasada.







Sentí unas manos acariciar mi estomago, pero me costaba despertar del todo, así que solo gruñí. La risa de Hide llegó a mis   oídos.

“El aun esta aquí” pensé, despertando de inmediato.

Al abrir los ojos, todo a mi alrededor estaba oscuro,  debía ser ya de noche  y nosotros habíamos dormido todo el día, mi cabeza dolía un poco a causa del alcohol, pero Hide estaba junto a mí… todo lo demás importaba poco.

Para indicarle que estaba despierto, tomé su mano y en la confianza que me brindaba la oscuridad me la llevé a los labios, besé con cariño la palma de su mano y la sostuve junto a mi mejilla.

-         Ya-chan…- susurró con una voz llena de cariño, cariño que sentía por mí.

-         Aun estas aquí…

-         Desperté hace un par de minutos la verdad…

-         Mmmhh…- No dije nada, estaba totalmente consumido por la sensación de tenerle a mi lado de aquella forma.

-         ¿Quieres dormir? – susurró riendo. Una risa feliz, la más sincera que le había escuchado desde que lo vi en el evento.

-         No… sólo disfruto del momento.- Suspiré feliz, Hide continuo tocando mi estomago de arriba hacia abajo, yo encendí la lámpara de junto la cama, para observarlo un poco.

-         Vaya, que cara tienes… - le dije con una sonrisa, estando seguro que me veía peor que él. Esperaba que se riera pero al contrario, escondió el rostro en mi cuello. Con mi mano acaricie su cabello, amaba sentirlo junto a mí.

Continuamos en aquella posición en silencio, sentí que algo le preocupaba pero durante unos segundos no quise preguntar… tal vez el quería espacio.

-         No puedo recordar otra persona con quien haya estado acostado de esta forma… - susurró muy despacio, luego besó mi cuello suavemente.

     Me quedé inmóvil… la verdad es que sentía mucho deseo por él, aquel sentimiento jamás se había ido, menos teniéndolo tan cerca de mí. No quería sentirme de aquella manera por un simple beso, me hacía sentir que deseaba su cuerpo tanto como sus sentimientos y aquello no era verdad. Realmente apreciaba esos momentos, perfectos solo por lo que son.

Pero la reacción física estaba allí.

Antes de que pudiera reaccionar, la mano de Hide que acariciaba mi estomago bajó cada vez más, hasta meterse bajo mi pantalón.

Cerré los ojos, no iba a detenerlo.

Al contrario, me concentraría en sentir su mano y simplemente disfrutar.

Él frotó su mano contra mi entrepierna por debajo del pantalón y por sobre la ropa interior mientras besaba mi cuello y mis hombros, con más lengua que labios.

En un par de segundos sentí mi erección endurecerse cada vez más como también un poco de humedad al sentir los roces de su mano.

Hide quitó mi pantalón y mi ropa interior con una mirada coqueta y una sonrisa en los labios, con la punta de sus dedos rozó delicadamente mi erección, haciéndome gemir. Aquello era demasiado, necesitaba sentirlo más.

Moví mi cuello para observarlo y poder besarlo, el de inmediato dirigió sus labios a los míos, esta vez nos entregamos aun más al beso y mientras nuestras lenguas jugaban, me senté en la cama para quitarle su ropa. Entre un enredo de manos y un par de rizas, ambos quedamos desnudos.

Lo tomé por las caderas y continué besándolo, dejé que se posicionara sobre mí. No habíamos dicho nada, en ningún momento, ni una sola palabra… sólo nos conectábamos por nuestras miradas. 

Hide me besaba sin darme tiempo de respirar, sus manos me tocaban como si hubiera extrañado el roce de mi piel más de lo que yo podía dimensionar, comenzó a moverse de adelante hacía atrás, rozando mi erección con su entrada, continuó así un par de segundos, jugando con mi deseo, haciéndolo incrementar cada vez más, hasta que en un segundo se quedó quieto.

Lo observé para saber si es que estaba dudando, sin embargo lo que vi en sus ojos parecía ser vergüenza por la posición en la que estaba, nunca le había gustado estar arriba, era demasiado penoso para él.

Me observó sonrojado y con las manos  en puños, no lo dejé decir nada, no era necesario, yo lo entendía.

Con un beso lo acomodé lentamente por debajo de mí.

Esta vez yo llevaría el mando, no dejaría nada de su piel sin señales de mis besos.

Rocé con mi erección la entrada de Hide mientras besaba su rostro, sus mejillas se sentían tan suaves y calientes a causa del sonrojo, que no pude evitar rozar los labios por ellas y dibujar el camino hacia su boca.

Cuando por fin le besé, disfruté de cada segundo de sus labios, los labios de Hide eran deliciosos en textura, la humedad de su boca y su lengua provocadora me estremecieron, realmente no recordaba con exactitud lo que eran sus besos en estos momentos. 

-         Mmmh… - sentí a Hide aun más receptivo que antes, sus sonidos siempre me indicaban que la intensidad de nuestro sentir era a la par. Sus manos acariciaban mi espalda de arriba hacia abajo y sus dedos dejaban pequeños masajes a medida que rozaban mi piel. – Tu olor… es como lo recordaba… - la luz de la lámpara me permitió ver el brillo en los ojos de mi Hide, sabía que ambas miradas estaban llenas de emociones, de los recuerdos, de los dolores, de los anhelos de tantos años. Su voz excitada… era algo digno de grabar en mi memoria.

-         Me harás sonrojar…- le dije, ambos reímos, nunca fuimos buenos para hablar de nuestros sentimientos, pero siempre se nos hizo fácil saber que sentía el otro, a veces la mirada bastaba, a veces la expresión, a veces la voz, a veces solo el calor de la piel.

Hide tomó mi rostro entre sus manos y lo dirigió a sus labios, esta vez sus brazos rodearon mi cuello acercándome más, profundizando el beso, me perdí en los sonidos de nuestros besos y en la sensación de su lengua lamer la mía en movimientos lentos, sólo reaccioné del tiempo que llevábamos besándonos cuando mi erección comenzó a doler demasiado. La excitación estaba más allá de las nubes.

Me alejé un poco de Hide para posicionar mi cuerpo y lo miré a los ojos pidiendo su consentimiento, el asintió. 

Sus manos se dirigieron a mi espalda.                                                                                                                                         
Entré lentamente en su cuerpo, observando cómo su boca se abría a medida que entraba en él. Solté un quejido y el cerró los ojos con fuerza.

No sentía aquella sensación hace demasiados años.

-         Ah… despacio… - susurró agitado. Yo obedecí, y me moví cuidadosamente cada vez más dentro de él.

Nada se comparaba con sentir a Hide, nada se podía asimilar si quiera a su mirada de aprecio cuando buscabas sus labios después del primer contacto entre nuestros cuerpos.

Como lo esperaba y tal como lo dibujaban mis recuerdos, abrió sus ojos para guiarme nuevamente a sus labios con su mirada intensa. Ésta vez mordió mi labio cuando me alejé un poco, baje besando su cuello, luego me dirigí a su oído.

-         No hay nada como esto…- le susurré antes de abrazarlo, diciéndole con mi cuerpo que comenzaría a moverme.

Hide besó mis hombros y se abrazó a mí. Lentamente comencé a moverme. Su cuerpo estaba algo estrecho, tal vez había pasado tiempo ya desde la última vez que él había hecho aquello…
No tenia cabeza para pensar en eso realmente, mis sentidos estaban nublados.

-         Aaah…mmh…- Hide comenzó a dejar salir sus quejidos, lo mismo hice yo… me propuse disfrutarlo por completo. Como si fuera la última vez.

Besé su cuello, lamí los huesos que resaltaban en su piel, permití a mis dedos presionar sus pezones.

Hide se arqueó… era enloquecedor realmente verlo disfrutar de cada sensación… continué moviéndome lentamente…

Comencé a sentir demasiado sudor salir de mí, me sentía temblar, moría de ganas por moverme rápidamente y escucharlo gemir alto, pero no quería que esto acabara rápido…

      



Nuestros cuerpos estaban sudados, cansados, marcados con el olor del otro, las sabanas estaban húmedas y la piel de mis piernas y mi abdomen se sentía pegajosa a causa del derrame de nuestras esencias.

Ambos estábamos ya tranquilos,  habíamos logrado controlar nuestras respiraciones luego de la agitada noche. Yo abrazaba a Hide por detrás de su pequeño cuerpo y éste abrazaba mis brazos desde su posición. 

Envueltos en la melosidad del post-coito tal vez, sentí que debía decir las palabras de aprecio que me  ahogaban, pero no sabía si aquello sería lo mejor…

-         Yo… Hideto…- no sabía exactamente que palabras escoger. No sabía si tener cuidado en cuánto dejar escapar, si podía decirle todo, si podía ser transparente o solo mencionarle mis actuales intenciones.

Hide se volteó para observarme atentamente bajo la suave luz, sus ojos buscando respuestas… ver aquella expresión me traía recuerdos…

-         ¿Me quieres? – preguntó tomando algo de aire, su expresión continuaba siendo preocupada, nuevamente le hacía eco a mis recuerdos, aquella pregunta fue la que nos llevó a hacer el amor por primera vez. 

Observé el rostro de Hide y me volteé para mirarlo fijamente.

Y por fin pude dejar escapar las palabras.

-         Si… te quiero…- Sentí que al dejar salir las palabras emanaron de mi todos los sentimientos asfixiados que tuve por años. A pesar de todo ello, no quería dejarme llevar e ilusionarme, habían pasado demasiados años.- No sé que tanto te pareces al Hide de mis recuerdos, pero te prometo que… te quiero… - Sentí un par de lagrimas escaparse de mí. Odiaba llorar, realmente lo odiaba, pero la tensión emocional se estaba yendo de mí, por fin.

Iba a disculparme por llorar tal vez sin verdaderos motivos, pero Hide se acercó y tomo una de mis manos, la llevo a sus labios, depositó un beso en la palma y luego acunó su rostro con ella sosteniéndola junto a su mejilla.

-         Sigo siendo el mismo…  tal vez un poco más perdido que antes… tal vez menos ingenuo y algo más sucio, pero sigo siendo tu Hide… nunca dejé de sentir que la parte más verdadera de mi… te pertenecía… - Ésta vez sus ojos acompañaron a los míos. Las lagrimas de Hide por alguna razón,  las sentí más pesadas que las mías. – Me he dejado consumir por todo… por que no había nada más en mi vida… nada lo suficientemente valioso para… yo… - sus lagrimas no le permitieron expresarse demasiado.

Besé sus mejillas húmedas con lagrimas y lo besé para que no siguiera esforzándose en explicarse, aquello no era necesario, ya tendríamos tiempo para contárnoslo todo.




Los primeros años de L'arc en Ciel


Años dorados :')





Claustrophobia (Shuiting from the sky)


El primer Pv de L'arc
Con sus miembros iniciales
Hide - Tetsu - Pero - Hiro


Shutting from the Sky live


Taste of Love


All Dead 


Good Morning Hide




Shizuka no Umi de



The other side of Heavenly Tour 1995


DUNE





All Dead



Wind of Gold





Secret Signs





Natsu no Yuutsu




Shizuka no Umi De



Smells Like Teen Spirit (Nirvana Cover)





Love you Only 




lunes, 30 de enero de 2017

Recomendaciones de Fan Fiction y One Shot


Quiero dejarles recomendaciones de mis historias favoritas; algunas me obsesionaron, otras me hicieron llorar y otras simplemente me fascinan.


One Shot: 


Redamancy (Por UniPandaHamster) Este One Shot supero mis expectativas con respecto a la sensación que suelen dejar los escritos cortos... usualmente dejan mucho a la imaginación, pero este es distinto... no le agregaría ni le quitaría ni una sola palabra, cuenta como sería la relación entre Sakura y Hyde si continuaran juntos... el apoyo que sería Sakura para Hyde y lo intenso de los sentimientos de ambos, a pesar de que su relación no cuente con etiquetas, él cariño, amor, deseo y una profunda amistad es lo queda claro que mantienen. Lo recomiendo mil veces. 

One Night Love (Por Koe-chan) Este cuenta como Hyde se enamora de una fan en un concierto y hace lo necesario (no mucho por supuesto) para llevársela a la cama. En lo personal creo que redacta muy bien lo que debería pasar por la cabeza de Hyde durante y post concierto. Me gusta mucho esta historia, tiene dos buenos finales. 



Fic's: 


Jojoushi (Por Koe-chan) Este relata la historia de como se enamoran Hyde y Kaz... el comienzo de una relación, como deben dejar de lado los prejuicios, atreverse a dar y recibir amor (en el lemon) y es una historia muy dulce, esta muy bien escrito, tiene un toque de la personalidad de ambos que no se pierde a lo largo del fic. 

L' Happy New Year (Por UniPandaHamster) Este fic cuenta como Sakura y Hyde están juntos a pesar de sus mil dificultades (el poco tiempo de Hyde, además de que este se había divorciado hace poco). Aun así disfrutan juntos el año nuevo, Sakura, Hyde y el hijo de Hyde, Akira. Esta es una historia muy dulce, realmente logra dar con la verdadera personalidad que parecen tener ambos en la vida real. Es de los fic's que me hicieron amar el Sakuhai. 

Piano Duet (Por Koe-chan) Este fic trata de una relación entre Kaz y Hyde y en verdad tiene una trama muy interesante, Gackt aparece acosando a Hyde (nada raro), Kaz también tiene un amigo al asecho y ocurren muchos sucesos que no importan a la hora de coger, por que cada capítulo tiene un muy buen lemon. (Leí este fic como 3 veces) 


Álbum (Por Koe-chan) Es un fic que relata una relación actual entre Sakura y Hyde, relación que se ha mantenido desde los inicios de Laruku y que peligra por la gran obsesión que Hyde tiene con el trabajo. Tiene algunas frases muy significativas. Es una bonita historia. 



Espero que sean de su gusto, y si tienen alguna recomendación agradecería que la dejaran en comentarios, cuídense! 

Atte, Cheri.


Capítulo 5: Verdades

Nos adentramos en el edificio y caminamos rumbo al ascensor.

-         Me sorprende que tengas un departamento, siempre creí que te gustaría tener tu propio patio tras de casa. – comentó intentando romper el silencio.

-         Y me gustaría, sin embargo encontrar casas en Tokio es tan difícil como conservar la virginidad de Ken-chan.- Ambos reímos por mi broma.

-         Recuerdo que en aquel tiempo Ken-chan jamás dormía solo. 

-         Tu tampoco.- pensé en voz alta.

Cuando noté que dije aquello en voz alta me enfade conmigo mismo. “Idiota, idiota, idiota” me repetía. Hide me observó con la boca abierta, luego de unos segundos se repuso y bajó la mirada. Claramente yo sabía arruinar el momento y hacerlo más incómodo. Como si él no supiera que ambos dormíamos juntos.

-         Yo…  - comencé a decir cuando las puertas del ascensor se abrieron en mi piso.  Me decidí a caminar en silencio para encender las luces, sentía mi corazón pesado, sentía que había arruinado todo y que Hide en cualquier momento querría huir de allí.

-         Wau…Eres un cerdo.  – exclamó sorprendido, negando con su cabeza. – ¡No puedo creer que teniendo este desorden invites personas a casa! ¿Qué es eso? – dijo agachándose a tomar algo con sus manos - ¿Ropa interior? Vaya… aun mojas un poco tus calzoncillos…

“¿Qué?”

-         ¡Oye! ¡Deja eso! – le grité cuando le quitaba la ropa de las manos, ahora el avergonzado era yo.
-         ¿Cómo quieres que lo deje?  ¡Hay ropa por todos lados! ¿Qué es esto? – ésta vez lo que tomó en sus manos fue una composición… iba a  detenerlo por vergüenza, pero me detuve… realmente no me importaba que él leyera mis garabatos, me conocía mejor que lo que un par de palabras al azar pudieran decir de mí.

Mientras el estaba de pie leyendo las hojas que encontraba, yo recogí un poco de ropa, basura y platos sucios que habían por allí, en un par de minutos logre que todo quedara decente.
-         Ahora puedes sentarte.- le dije sentándome primero y dejando un espacio a mi lado.

-         Éstas composiciones son muy…- el dudó de sí decir realmente lo que pasaba por su mente.
-         Dilo…- le  incité, sabía que realmente me diría su opinión y si era negativa, realmente no importaba demasiado, gran parte de mis garabatos nunca concluían en una verdadera composición.

-         Muy propias de ti… son diferentes en el nivel de madurez de las palabras que usas,  todo parece guiar más a una reflexión o al sentimiento preciso de una situación, no son palabras al azar que interpreten algo, son más bien la respuesta de una interpretación, sin embargo tiene un sello muy propio de ti, me gusta…

Vaya. Yo no había analizado realmente lo que escribí y si lo hacía, definitivamente esa no sería mi conclusión.

-         Gracias…- le dije un poco sonrojado.

-         Eres diferente al Ya-chan de mis recuerdos…- susurró despacio mientras se sentaba, ambos continuábamos ebrios por lo que nuestros movimientos eran lentos. Acomodó su cuerpo en dirección a mí y me observó a los ojos, sus expresivos ojos brillaban, durante un momento estuve seguro de que había cariño y admiración en su mirada- De cierta forma, continúas siendo tu, pero gran parte de ti ha cambiado… tu actitud es diferente, sin embargo… tus principios continúan siendo los mismos, puedo notarlo, tu presencia se siente de la misma forma en que se sentía hace 20 años. – Hide suspiró, yo tenia un revoltijo de sentimientos… estaba emocionado, saber que esa era su opinión respecto a mí me hacía sentir feliz. De cierta forma sentí que sus palabras eran reales, siempre había creído eso de mi mismo al menos, que alguien que te conoce lo rectificara, solo me hacía sentir mayor plenitud conmigo mismo. – Es increíble como nunca dejaste de serle fiel a tus principios… a tus creencias y a pesar de que siento que tu forma de observar el mundo ha cambiado, tu forma de sentir lo que te rodea continua intacta… nunca creí que cuando nos viéramos volvería a sentirme así.

-         ¿Así? – pregunté apoyando mi cabeza en el respaldo del sofá, mi cuerpo también estaba en dirección a él. Hide hizo lo  mismo acomodándose y ambos nos permitimos envolver por una burbuja de tranquilidad. Las mismas que nos envolvían hace 20 años atrás.

-          Siento que por estos minutos todo va a estar bien… - Cerró sus ojos respirando tranquilamente, analicé un poco sus palabras, quise ignorar todas mis emociones y el deseo que me invadía al tenerlo tan lejos, por lo que  me concentré en el significado de sus palabras, usualmente siempre queriendo decir más de lo que dicen en realidad.

Como si hubiera escuchado mi pregunta silenciosa respondió en susurros:

-         En mi vida normal me siento asustado de todos los que me rodean, de cierta forma todos son una amenaza para mí, es como si sintiera que en el fondo todos quieren conocerme para mostrarme desnudo ante el mundo, intento… que incluso que las personas que me rodean no sepan realmente como me siento… intento esconderme todo el tiempo  y vivo con el miedo de que alguien me exponga más de lo que podría soportar. – A medida que hablaba, sentí enormes ganas de protegerlo del mundo y de todos quienes siempre se golpeaban por obtener algo de él; información, una palabra, sentimientos, su corazón… tomé su mano y dejé mis dedos jugar con la piel de su muñeca.

-         Siempre has odiado que alguien conozca tus intensiones, tus pensamientos, tus ideas, siempre te ha resultado más cómodo mantenerte callado, tranquilo mientras el huracán de pensamientos se revuelve en tu mente…   eres fascinante por ello Hide… nunca te ha importado que opinen de ti realmente, mientras el verdadero tú esté escondido, es intocable y las opiniones no llegan hasta él. – Ésta vez yo le hablé en susurros para mantener nuestra tranquilidad dentro de la burbuja, el cuerpo de Hide poco a poco se acerco a mi hombro hasta que se apoyo en mí completamente.

-         Pero tú si sabes quién soy realmente…

Pensé en ellos unos momentos… en estos minutos había intentado buscar similitudes del Hide de mis recuerdos y este Hide 20 años más viejo, y aunque había encontrado unas pocas, comprendí que no lo reconocí por completo por que ambos actuamos a la defensiva, en un primer momento se mostró conmigo como se mostraba con sus viejos conocidos, pero había llegado éste momento en donde por fin ambos nos estábamos dejando ver tales cuales éramos.

Y era él, él mismo pequeño Hide de mis recuerdos. El mismo hombre que odiaba ser tratado como mujer pero que amaba vestirse como una, el que adoraba beber café, él olor de la madera, él sonido de la lluvia, el que huía de los insectos y prefería mantener la luz encendida hasta dormirse. El que sentía cosquillas en su cadera y detestaba ser abrazado por extraños, el que lloraba fácilmente y era capaz de trasmitir más con su mirada que con palabras.

Continuaba siendo él. Se había oculto tras su identidad de fama, pero seguía siendo el chico que yo tanto amé.

Respecto a mis sentimientos, estaban claros, todos estaban derretidos bajo la presencia de Hide, sin embargo mi cabeza tenía una confusión no tan simple y yo preferí solo dejarme llevar, fuera lo que fuera a lo que nos destinaría aquella situación, valdría cada segundo y yo lo sabía.

-         Yo adoro quien eres realmente…- le confesé con toda la sinceridad de la que era capaz.

Hide levantó el rostro, sus mejillas estaban un poco ruborizadas, de la misma forma que sus ojos un poco llorosos. No sabía si era debido a la ebriedad pero sentía un gran alivio y los ojos de Hide parecían trasmitir lo mismo, estuve seguro entonces que mi rostro debía verse igual.

Nos observamos un par de segundos y sin ser consciente de mis pensamientos, observé su boca luego… volví dirigir la mirada a los ojos de Hide, él también observaba mi boca… mi estomago se contrajo. Moría por besarlo y de tan solo notar que aquello era compartido, quería mucho más que un beso.


domingo, 29 de enero de 2017

Capítulo 4: Juego


-         ¡Yo debo conducir! – gritó sumamente ebrio a las 7 de la mañana, mientras se arrastraba a mi auto.

-         No, no lo harás.- le respondí en tono enfadado y con palabras inentendibles, yo tenía la vista nublada y las piernas dormidas, me arrastré tras de él.

Ni uno de los dos lograba caminar y nos aferrábamos a las murallas para llegar a mi auto estacionado fuera de la pizzería. Parecía realmente una carrera en cámara lenta protagonizada por un par de tortugas lerdas.

-         ¡Lo haré! – Ésta vez reía, la situación le divertía.

-         ¡Que no! – volví a gritarle yo, escuchaba las risas de las chicas de la pizzería. Que espectáculo era el que estábamos  dando.

-         ¡Tu estás muy ebrio para manejar! – Ambos nos acercábamos al auto, me esforcé por llegar antes que él.

-         ¡No estoy más ebrio que tú! – Le dije cuando ya había logrado tocar parte del auto y lo rodeaba con toda la rapidez que podía, para llegar así a la puerta del conductor antes que él. 

-         Claro que sí. ¡Estás tan ebrio que no te diste cuenta que las llaves del auto las tengo yo! – Observé a Hide unos segundos mientras éste se alejaba de mí, observé su mano con unas llaves colgando entre sus dedos y aunque llevaban su característico llavero con ellas, revisé mis bolsillos para comprobar si realmente eran mis llaves. 

Lo eran.

-         ¿En qué momento…? – Hide reía, completamente borracho, dispuesto a correr junto con esas llaves si no lo dejaba manejar mi auto. Y no lo haría, si mi auto resultaba herido, debía ser sólo por culpa mía. – ¡Ven aquí con esas llaves enano ladrón! – Me arrastré en dirección a Hide, de la misma forma él se arrastro huyendo de mí, ambos aferrándonos al auto, corriendo en círculos alrededor de él.

-         ¡Yo debo manejar!  - Hide realmente reía tontamente como un niño.

-         ¡No lo harás! – La verdad es que yo también reía como uno…

Luego de dar unas 6 vueltas alrededor del auto, Hide notó que podía simplemente entrar en el con las llaves, observé en sus ojos que se había percatado de ello y comenzó rápidamente a intentar abrir la puerta con ellas. Para mi suerte, estaba tan ebrio, que iba a resultar casi tan difícil para el dar con el agujero de las llaves, como iba a resultar difícil para mí arrastrarme hasta él.

Gracias a las fuerzas del universo, yo llegué primero.

-         ¡Te atrapé! ¡Dame esas llaves! – Comencé a forcejear con Hide buscando las llaves entre sus manos escurridizas en puño. - ¡Dámelas!

-         ¡Que no! Yo voy a manejar – contestó el testarudo. Durante unos segundos, continuamos forcejeando entre gritos y como la consecuencia más humillante de la ebriedad, nuestros pies se enredaron y ambos caímos al suelo a un extremo de la calle. Por inercia recurrí a las cosquillas para recuperar mis llaves, Hide comenzó a reír como histérico y en menos de cinco segundos tuve las llaves en mi poder.

Los dos reíamos por nuestra guerra, estábamos acostados en la calle descansando, ninguno sabia como ponerse de pie realmente. La risa de Hide era fuerte y contagiosa. 

-         ¡Eso no es justo! Tú no sientes cosquillas. – me reclamó recostándose aun más cerca de mí. Su cabeza estaba apoyada en mi hombro y su mano rodeaba mi estomago.

-         Hay que usar las debilidades del enemigo. – Le respondí tomando la mano que estaba en mi estomago y palpándola en expresión de “pésame” ya que él había perdido la batalla.  Cerré mis ojos, disfrutando de la alegría del momento… de tenerlo abrazándome inconscientemente, de estar recostados, ambos libres de preocupaciones.

-         Oh… si ese es el caso… - susurró despacio. Pero no dijo nada más.

-         ¿Si ese es el caso? – pregunté abriendo los ojos y girando mi rostro para observarlo curioso, pero en cuanto lo hice, sus labios depositaron un pequeño, suave y rápido beso con sabor a licor en mi boca.

Me quedé petrificado. 

Hide me observó a los ojos medio segundo y luego observó las llaves que estaban en mi mano, pude ver que realmente pensó en tomarlas pero en lugar de eso sólo suspiro nerviosamente.

-         A diferencia de ti, no aprovecharé la debilidad del enemigo. Puedes manejar tu auto, me siento muy mal para manejar de todas formas… - susurró tan rápido que me costó entenderle. - ¿Puedes ponerte de píe? Creo que yo no…- Estaba nervioso, sus ojos evitaban volver a observarme, yo aun estaba ahí petrificado.

¿Qué se supone que debía decir? Aquello realmente había sido un impulso y él parecía arrepentido. Guardé los sentimientos y las reacciones emocionales en una caja que abriría cuando ya no estuviera en su compañía, y me propuse ignorar lo que acababa de ocurrir. De lo contrario esta reunión de amigos tendría un pronto final y yo… realmente no quería dejarlo ir aún.

Carraspeé en un intento de hacerme volver al mundo real e intenté ponerme de píe, luego de dos intentos que hicieron reír a Hide logré hacerlo, sentía las mejillas arder. “Ridículo, No tienes 20 años” me  decía a mi mismo mientras hacía lo posible por acompasar un poco las secuelas de su beso.

Cuando estuve de píe, le ayudé a ponerse de pie a él. Pero el toque de su mano realmente se sentía extraño, incomodo, nervioso, ambos intentábamos esconder nuestras reacciones.

Entramos al auto y antes de que me pusiera en marcha, Hide presionó los botones de la radio buscando llenar el ambiente de música, sin embargo y a pesar de que la música que encontró en una radio mañanera era del gusto de ambos, el ambiente continuo incómodo.

Decir que estábamos nerviosos, era poco.

Me concentré en el camino para que mis sesos no fueran comidos por mis nervios, Hide por su parte observó la ciudad apoyado en la ventana y no habló en ningún momento, como tampoco me observó durante el trayecto.

Luego de un par de dificultades, malos reflejos y un par de movimientos zigzag por la carretera, logramos llegar al edificio en donde yo vivía. Estacioné el auto y al finalizar la difícil tarea, solté el volante en conjunto con un suspiro.  Sólo entonces Hide me observó.

-         Ya-chan… ¿Dónde estamos?

-         ¿Qué? Yo vivo aquí… - le dije sin comprender a que se refería.

-         Si, intuyo que si… pero, ¿Por qué no me llevaste a mi casa?

Oh.

Buena  pregunta.

-         Sólo… no pensé en ello.- contesté sinceramente. – Pero… si quieres irte ya puedo llevarte…- le susurré despacio, sin ánimos de dejarlo ir realmente. Hide me observó y pestañeó rápidamente.

-         No… está bien… me quedaré un poco más….- susurró algo indeciso. Yo intenté leer sus ojos, realmente no quería que se quedara si no era lo que quería.

-         ¿De verdad quieres quedarte? – sin intención mi voz sonó anhelante, estaba seguro que mis ojos rogaban que dijera que sí.

Hide abrió un poco los ojos con impresión... me moría por saber que ideas pasaban por su mente. Él tragó saliva y sólo negó con su cabeza. Al comienzo creí que no quería quedarse y me dispuse a encender el motor del auto nuevamente, pero entonces Hide hablo.

-         Yo… me sorprende que aun intentes leer mi mirada, me siento desnudo cuando estoy contigo, eso me produce una constante sensación de nervios y dolor de estomago.

-         ¿Dolor de estomago? ¿Estás incomodo con mi presencia? – Aquello no me lo esperaba, mi voz sonó dolida.

-         Claro que no… solo… me asusta que veas algo en mis ojos que no te agrade… - Nos observamos unos segundos, sentí que Hide me apreciaba lo suficiente para que mi opinión sobre él le fuera importante. No dije nada en aquel instante, estaba sumergido en mis sueños anhelantes. – Bien, muéstrame tu departamento.- dijo sonriendo nervioso y saliendo rápidamente del auto, para esperarme fuera de él.

Yo reaccioné de forma lenta… todo me resultaba demasiado difícil de digerir.

Toda la situación de alguna manera ocurrió sin que yo me percatara de que realmente estaba sucediendo.

Tanto fue así, que olvide el gran desastre que había en mi departamento producto de semanas de eternas ganas de no hacer nada más que dedicarme a mi música.