lunes, 4 de noviembre de 2019

Fan fiction Matices - Capítulo 36: Revelación

  Ken


Muy a pesar del enfado de Oishi y la pequeña molestia de Kyo por lo que ocurrió en el escenario, el resto nos encontrábamos tan animados y satisfechos con la presentación que lo único en lo que pensábamos era en festejar. Incluso Yukihiro se veía notablemente feliz...

 Cuando nos retiramos del recinto pasamos todos juntos por el mercado que quedaba cerca al hotel y compramos suficiente bebida y comida como para festejar durante un buen rato. En ese tiempo me percaté de que Yukihiro parecía entretenido hablando con Sakura, y le agradeció varias veces mientras hablaban, aunque no escuchaba bien sobre qué porque iban por delante de mí:

-Ya déjalo- me codeó Hyde sonriendo burlonamente.

-Auch… ¿Que deje qué?-

-De mirarlo- señaló hacia adelante con la cabeza dirigiéndose a él- Vas a ojearlo- rodé los ojos.

 Ya en el hotel, Takashi ofreció su habitación para que fuésemos a festejar allí, sin embargo al llegar a la puerta de su habitación Kyo se despidió:

-Estoy muy cansado y me duele la cabeza, prefiero irme a dormir. Nos vemos mañana. Pásenla bien- dijo tajante despidiéndose de forma muy general de todos. Shin y Yukihiro siquiera repararon en él, pero el resto lo miramos extrañados, incluso Takashi le insistió aunque Kyo siquiera lo escuchó.

-Luego de este tour no querrá saber más nada con ninguno de nosotros- acotó Sakura divertido. Hyde lo miró de mala forma pidiéndole que hiciera silencio, pero el resto de sus compañeros rieron.




 A las dos horas de haber empezado a celebrar ya la mitad de los presentes nos encontrábamos algo ebrios, hablando a los gritos y riendo eufóricamente. Sakura y yo cada tres palabras coherentes decíamos diez estupideces, Shin y Hyde reían a carcajadas de nuestras tonterías y aportaban las suyas, y Tetsuya y Yukihiro nos observaban divertidos como si fuésemos un espectáculo al que habían asistido:

-Oigan a todo esto… ¿no deberíamos haber invitado a los otros chicos que tocaron con nosotros también para festejar?- dije en un corto momento de lucidez luego de terminarme otra cerveza.

-No creo que hubiesen aceptado, son de la misma calaña que Kyo- acotó Shin.

-Me sorprende que se haya molestado tanto- de pronto noté que Tetsuya me miraba a como Hyde lo había hecho antes, pero no me importó.

-Siempre le molestó- respondió Yukihiro- Pero yo le pedí a Sakura que lo hiciera- miramos a Sakura, este solo sonreía mientras comía.

-Parece que realmente lo desconciertan las improvisaciones- dijo Hyde- Cuando el ritmo cambió ambos no miramos porque bueno… yo no esperaba que ocurriera. Pero él realmente pareció asustarse- reímos.

-Nada que no hayamos pautado en un ensayo puede quitarse o agregarse a la hora de estar en el escenario. Muchas veces hemos discutido con él por eso, y obviamente esto también ha influenciado en que ya estemos cansados...- aseguró Shin.

-Ya veo…- tomé otra lata- Que aburrido debe ser, entiendo que quieran irse- Tetsuya y Hyde me codearon uno de cada lado- ¡Auch!- sin embargo el resto en la mesa rió.


 Siendo alrededor de las dos de la madrugada, Tetsuya se puso de pie estirándose y bostezando:

-Bueno… fue un día largo y divertido, pero honestamente ya estoy muy agotado. Me voy a dormir- Shin asintió.

-Yo igual, ya fue suficiente por hoy- miré a Hyde y Sakura, este último hacía rato ya se encontraba dormido tendido en el suelo.

-Lo despertaré- dijo Hyde.

 Cada uno se puso de pie y entre todos ordenamos un poco la habitación para no dejarle hecho todo un asco a Takashi antes de irnos, una vez nos despedimos, en el mismo pasillo fuimos dividiéndonos cada quien por su lado:

-Buenas noches, nos vemos mañana- saludaron Hyde y Tetsu dirigiéndose a su habitación.

-Hasta luego- Sakura movió una mano despidiéndose de Shin y Yukihiro, pero yo no atiné a responder. Miré a Yukihiro con duda… en el fondo aún no quería despedirme, deseaba poder compartir unos pocos minutos con él a solas- ¿Vamos?- insistió Sakura- ¿Qué te ocurre?- lo miré indeciso.

-Ah… nada. Nos vemos mañana. Buenas noches-

-Buenas noches- dijeron al mismo tiempo y finalmente nos dirigimos a nuestro cuarto.

 Sakura me miró intrigado:

-¿Qué con esa cara?-

-¿Qué cara? Es la única que tengo-

-Me refería a la que pusiste cuando nos despedimos-

-Nada, solo no quería irme a dormir aún…- alzó una ceja.

-Pero mañana tenemos que trabajar también. ¿Acaso no estás cansado?- bostezó- Porque yo me muero- alcé los hombros restándole importancia. Él rió- Eres un niño- fruncí el entrecejo negándome a responder.

 Como Sakura se moría de sueño lo dejé bañarse a él primero sin hacer berrinche. Me eché en mi cama completamente frustrado, y mientras miraba el cielorraso ensimismado en mi frustración, escuché el teléfono de la habitación sonar:

-¿Eh?- lo miré extrañado. Dudé en pararme a atenderlo porque temía que fuese alguien de recepción, Oishi, o cualquiera que pudiese arruinarme la noche antes de irme a dormir, pero en el fondo me comía la curiosidad. Atendí- ¿Sí?- escuché un suspiro.

-Menos mal atendiste tú, no se me ocurría qué excusa poner si atendía Sakura- mi corazón se aceleró de inmediato. Su voz era la última que esperaba escuchar del otro lado.

-¿Excusa?-

-¿Estás muy cansado ya?-

-No… ¿por qué?-

-¿Tienes ganas de venir para hablar un rato más?- abrí la boca haciendo ademán a decir algo pero los nervios me bloquearon. Miré hacia la puerta del baño.

-Sakura se está bañando pero ya termina, ¿me esperas a que me bañe? Estoy del asco y me urge- rió.

-Claro-

-Tardaré nada, lo prometo-

-Te espero- apreté los labios intentando no sonreír como idiota.

 Pocos minutos después Sakura salió del baño:

-¿Quién llamó? Escuché el teléfono sonar-

-Ah…- “piensa rápido Ken”- Takashi. Dice que lo llamaron de recepción para quejarse de los ruidos- me miró confuso- Y… que olvidé mi billetera en su habitación. Iré a buscarla cuando termine de bañarme-

-Ah… - me miró sin creerme del todo dirigiéndose hasta su cama. Buscando esquivarlo me metí en el baño lo más rápido posible y abrí la regadera.

-¿Ya te dormirás?- tomé una muda de ropa, sin embargo la ropa que tomé no era mi pijama, y ese detalle no pasó desapercibido para él.

-¿Dónde irás?-

-¿Eh?-

-¿Dormirás vestido?- sonrió de lado- ¿Qué ocurre que no quieres decirme?- tragué grueso.

-No iré a ningún lado más que a buscar mi billetera a la habitación de Takashi. Solo me confundí- solté la ropa y tomé mi pijama. Lo escuché reír burlesco.

-Sí, seguramente me duerma rápido- respondió antes de que cerrara la puerta del baño.





 Parado frente a la puerta de su habitación respiré hondo varias veces intentado controlar mis nervios. Me sudaban las manos y el saberme en pijama me incomodaba aún más.

Toqué:

-Pasa- abrí despacio.

-Hola…- apenas me asomé por detrás de la puerta. Se encontraba sentado junto a un pequeño escritorio frente a la cama.

-Entra rápido si no quieres que te vean- rió. Coloqué cara de circunstancia antes de entrar pero finalmente me metí. Me miró curioso.

-Sakura iba a sospechar si me vestía con ropa de día luego de bañarme, así que no me quedó de otra que venir en pijama- confesé apenado- No te rías…-

-No me río- señaló la cama- Ponte cómodo- suspiré.

-Me alegra que me hayas llamado, aunque me tomó por sorpresa- sonreí sincero.

-Me dio la sensación de que me lo pedías cuando te estabas despidiendo-

-¿Tanto se notó?- reí nervioso, él me acompañó en la risa.

-Pero yo también quería tener algo de tiempo contigo solamente- apreté los labios conteniendo la alegría- Estuviste genial hoy en el escenario, especialmente en la parte de la improvisación. Se nota que están acostumbrados a ello- reí.

-Es lo que más nos gusta hacer con Sakura. Hyde y Tetsu de vez en cuando protestan, pero realmente lo disfrutamos mucho. Más cuando los cuatro estamos metidos en ello- sonrió ligeramente de forma cálida.

-El día que Sakura vino a casa hablamos un poco sobre ti- me sorprendí.

-¿De mí? Ay no… ¿Qué te dijo?- rió.

-Nada malo, además yo fui el que preguntó…- desvió la mirada apenado- Me gusta la amistad que tienen y no pude evitar preguntarle si de verdad son tan amigos como parece-

-Iugh… Seguro lo espantaste- volvió a reír.

-No, de hecho, tiene un concepto interesante sobre ti y se nota que te aprecia- se me escapó una sonrisa.

-¿Qué te dijo?- se puso de pie.

-Me lo reservo para mí- sonrió de lado dándome la espalda. Hice puchero.

-Buh…- lo observé apagar el velador del escritorio y cerrar el cuaderno que estaba usando- De todas formas el simple hecho de que te haya hablado bien de mí ya me hace feliz. Sakura es tan poco afectivo conmigo, y eso que podría apostar yo lo quiero más que…- me detuve en seco. Iba a decir una estupidez que saldría cara.

-¿Más que quién?- volteó.

-…más que su madre- me miró dudoso.

-Sí lo creo. Si no supiera que son amigos diría que hasta estás enamorado de él- aseguró divertido.

-Qué dices…- rió.

 Se sentó a mi lado en la cama echando su cuerpo ligeramente hacia atrás recargándose sobre sus manos, y me miró por un instante en completo silencio. En el fondo sentí unas profundas ganas de confesarle lo mucho que apreciaba poder pasar tiempo con él:

-¿Tú no estás cansado?- negó con la cabeza.

-Bueno sí, un poco… pero no quería desaprovechar la oportunidad- me mordí la cara interna de una mejilla. Me gustaba que fuera honesto en cuanto a sus sentimientos, que me dijera las cosas sin tapujos. Sentía que tenía bastante que aprender de su actitud.

-Te ayudo a dormir si quieres- me recargué imitando su postura.

-¿A dormir?- asentí.

-Soy un buen contador de cuentos- rió.

-Preferiría que me hablaras de ti- me apené.

-Que cursi eres-

-Lo decía en serio- rompió la postura- Pero primero iré a darme una ducha. No me tardo-

-Ve tranquilo- tomó ropa de la recámara a un costado y rápidamente se metió en el baño.

 Durante el tiempo que tardó en ducharse aproveché para recostarme bien en la cama, me estiré con los brazos y piernas extendidos mirando hacia el techo, y respiré hondo permitiéndome cerrar los ojos un instante para apaciguar el cansancio. Esperé pacientemente a que terminara de bañarse pensando en cosas de las cuales quería hablarle o contarle, sin embargo a medida que los minutos pasaron, sin darme cuenta comencé a quedarme dormido.

 Sentí la cama ceder a mi lado:

-Ah- me sorprendí al encontrarlo de golpe acostado a mi lado, mirándome divertido.

-No puedes ayudarme a dormir si te duermes antes que yo-

-Lo siento, me ganó el cansancio por un momento- me coloqué de costado como estaba él.

-Ve a dormir si estás cansado, podemos vernos en otro momento- hice puchero frunciendo el entrecejo.

-¿Y cuándo será eso? No quiero esperar más – rodó los ojos. Carraspeé- ¿Te molesta si me quedo a dormir?- desvié la mirada.

-¿A dormir? ¿Con qué excusa no volverás a tu cuarto?-

-Le dije a Sakura que quien había llamado fue Takashi para avisarme que olvidé la billetera en su cuarto. Puedo decirle que nos quedamos hablando un rato más y me quedé dormido allí…- en mi cabeza sonaba creíble. Alzó una ceja.

-¿Y dónde dormirás? Solo hay una cama- abrí la boca, me tomó desprevenido. No podía decirle que había asumido que dormiríamos juntos porque me moriría de la vergüenza.

-Emm…- miré por toda la habitación buscando un lugar pero allí no había nada más que la silla junto al escritorio. Lo escuché reír.

-Estoy bromeando- bufé.

Nos metimos bajo las sábanas y apagamos las luces mientras hablábamos de un poco de todo dando por sentado que nos dormiríamos pronto. Y a diferencia de las veces anteriores, esta vez me tomé el atrevimiento de acurrucarme cerca de él:
-Emanas mucho calor-

-Oh, lo siento…- me disculpé apartándome un poco pero sentí su mano sujetar mi cintura.

-No me refería a que te alejaras-

-Decídete- volvió a acercarse.

 Desde que habíamos empezado a tener este tipo de “acercamiento”, ninguno de los dos en ningún momento hizo alusión a encasillarnos de alguna forma. No era que me preocupara demasiado tampoco, pero en situaciones como esta… a veces no sabía hasta dónde se me tenía permitido avanzar:

-Yukkie…- dudé. Odiaba dudar tanto con él en cosas que jamás me había dado pudor hacer o preguntar.

-Dime-

 -¿Cuál es el límite?-

-¿Eh? ¿El límite de qué?-

-El límite… entre nosotros- tragué saliva nervioso.

-No entiendo tu punto-

-¿Qué somos? ¿A dónde vamos?- carcajeó.

-No sé si me hablas de nuestra relación o de nuestra condición como seres vivientes- reí.

-Me refiero a nuestra relación- mascullé y apreté los labios.

-Pues, ¿cómo te sientes tú al respecto?-

-Yo… siento que me gustas- intenté buscar sus ojos ayudado por la luz que entraba de la ventana. Apenas podía divisarlo, eso me daba confianza para poder hablarle con completa honestidad- Me gusta estar contigo, me gusta escucharte, verte… tocarte- solté apenado. Probablemente mi cara estaba toda roja y por ello agradecía que no pudiese verme con claridad. Debía verme patético.

-No creí que fueses tan sentimental- abrí la boca indignado.

-¿Te estás burlando de mí?-

-Para nada- rió sutilmente y luego sentí la mano que tenía en mi cintura subir hasta posarse en mi nuca.

 Me besó de improviso dejándome atónito por varios segundos. Su mano sujetaba tan firmemente mi nuca y su boca se apoderó de la mía con tanta determinación, que por un breve momento me sentí flaquear, recorriéndome un escalofrío la espina dorsal y haciendo que el estómago se me contrajera dulcemente. Poco a poco pude seguirle el ritmo correspondiéndole el beso como era debido:

-Espero responda tu pregunta- susurró pegando su frente a la mía apenas separándonos.

-Mi masculinidad se vio afectada por un instante-

-Qué dices…-

 Lo empujé ligeramente para recostarlo boca arriba y me recargué sobre él apoyando mis manos a cada lado de su cuerpo:

-Ah, entiendo- reí.

 Ya con menos vergüenza  me permití volver a besarlo atreviendome a explorar su boca con mi lengua tímidamente, casi como pidiendo permiso, hasta que lo sentí ceder:

-Mm…-se me escapó. No dejaba de parecerme curiosa la idea de encontrar tan placentero besar a otro hombre.

 Sentirlo a él tan confiado en lo que hacía me desconcertaba un poco, no podía negarme a mí mismo que me intimidaba incluso:

-Si no te sientes cómodo al respeto solo dilo- me volvió a susurrar apenas separándose de mí.

-No es eso…-

-¿Y qué es?-

-Solo… me intimidas un poco-

-¿Qué?- rió sutilmente.

-Te noto tan seguro que me haces sentir virginal- carcajeó- No te rías de mí-

-Lo siento, pero no es así. Estoy tan o más nervioso que tú… pero supongo que es lo normal cuando te gusta la otra persona- me mordí el labio inferior.

-Sí…- balbuceé volviendo a besarlo.

 Gradualmente los besos fueron subiendo de tono al igual que las caricias. Sus manos se posaron a mis costados y lentamente comenzaron a subir por mi espalda acariciándome con suavidad, entonces, buscando no quedarme atrás, me quité la parte de arriba del pijama y lo invité a hacer lo mismo:

-Me haces cosquillas…- acotó, haciéndome notar que estaba tocándolo muy insistentemente.

-Perdón- reí, pero tocar otro cuerpo masculino aún se me hacía extraño por más atractivo que se me hiciese.

 Intenté tocarlo y besarlo de la forma en que a mí me gustaba que lo hicieran, hasta que comencé a sentir que nuestra excitación ya era más que evidente. Él se removió tomando mi cadera con sus manos y la frotó contra la suya haciéndome notarlo:

-¿Puedo?- rocé con mis dedos el elástico de su pantalón. Él asintió.

 Retiré lo que quedaba de ropa en ambos con las manos un poco temblorosas, por lo que él me ayudó en el proceso. Besé su cuello queriendo ocultar mi rostro por la vergüenza que aún me generaba:

-Ya se te va a quitar- me consoló.

-Me siento idiota...- acarició mi cabello con una de sus manos. Con la otra comenzó a frotar ambas erecciones.

-Si te sientes así entonces podemos detenernos- negué con la cabeza, luego acompañé su mano con la mía masturbándonos durante varios segundos.

 Sentí la respiración de Yukihiro hacerse pesada a medida que subíamos el ritmo hasta que, en un punto, cuando sus dedos se clavaron en mis omoplatos y su frente se pegó a mi hombro, unas increíbles ganas por tener más de él me asaltaron:

-Yukkie…- mi voz sonó más afectada de lo que creí sonaría.

-Mm… dime-

-¿Podemos…?- me separé de él buscando su rostro en la oscuridad. Nuevamente apenas podía ver sus facciones, pero lo poco que me lo permitía la luz del exterior me bastó para entender que de cierta forma, él se encontraba en la misma situación. Dudó un instante.

-Mi billetera está en el cajón de la mesa de luz, en ella hay un condón- me dejó perplejo.

-¿De verdad?-

-¿De qué me ves cara?- carcajeé apenado- ¿Tú no llevas por las dudas?-

-Sí sí solo que…-

-Que sea reservado no implica que mi vida sexual sea más o menos activa- tomé su billetera y efectivamente, allí hallé el condón.

 Pronto el dilema me asaltó:

-Oye, ¿y quién…?- me interrumpió.

-Creo que no es necesario que preguntes, está claro que tú no aceptarías ese rol… al menos no de momento- apreté los labios y asentí dándole la razón.

 Para no perder el hilo de la situación rápidamente volvimos a besarnos, e intentando no desviar mucho la atención de él, me coloqué el condón:

-Bien…-tragué grueso- Por lo que he escuchado, hay que ser cuidadoso para que no sea doloroso-

-¿Y de quién lo has escuchado?-

-De… por ahí- reí nervioso- Pero necesitaríamos algo con lo que lubricar…- pensé- ¿Qué tienes que pueda servir?-

-Nada que no me genere desconfianza- bufé.

-Qué difícil es esto-

-¿Saliva no da igual?- masculló entre dientes. Si a mí me dio vergüenza escucharlo, él debía estar muriéndose por dentro.

-P-podemos intentar…- respondí en el mismo tono.

 Ensalivé mis dedos lo más que pude y con mucho cuidado, sintiendo temor de hacerlo mal, comencé la labor de dilatarlo. Casi al instante pegó su frente a mí hombro:

-¿Duele?- negó.

-Incomoda-

-Dime si duele- asintió.

 Poco a poco lo introduje en su interior moviéndolo lentamente, y cuando me dio la sensación de que ya se sentía menos incómodo con la intromisión, intenté con un segundo:

-¿Todo bien?- rió asintiendo- ¿Por qué ríes?-

-Porque estoy nervioso- sonreí.

-Me alegra estar haciéndolo bien entonces-

 Gradualmente su respiración se hizo más pesada y su agarre más fuerte entrelazando sus brazos a mi cuello con necesidad, buscó besarme, y de pronto lo escuché hablarme al oído con la voz afectada:

-Ya… ya está bien-

-¿Seguro?-

-Seguro…- me mordí la cara interna de la mejilla sintiendo los nervios, pero no quería hacerlo sentir inseguro por mi culpa.

 Jamás había sido tan cuidadoso y atento a la hora de tener sexo, y no es que fuera un desconsiderado total, pero en general, ni yo ni las chicas con las que solía estar lo éramos, por ende me sorprendió que hubiese tal grado de consideración en mí. Observé cada una de sus expresiones observando que todo estuviese yendo bien y no le estuviese haciendo daño, y una vez estuve en su interior, me detuve esperando a que se repusiera:

-Tú mandas…- tiró la cabeza hacia atrás cerrando los ojos- ¿Duele?- negó- ¿Qué pasa?- 

-Sé que la primera vez que hablamos de esto te dije que si apareciera alguien que me interesara, no tendría problema… Y no lo tengo… pero honestamente no me imaginaba en esta situación- reímos.

-Créeme que yo menos- apoyé mi frente en su hombro- ¿Pero te disgusta?-

-No la verdad…- apoyó una de sus manos en mi cabello- ¿A ti?- negué.

-Al menos no contigo-

 Me moví lentamente permitiéndonos acostumbrarnos a esto que para ambos era nuevo, notando como poco a poco su expresión se destensaba. Me sorprendió descubrir cuán excitante me resultaba el verlo disfrutar a él:

-Mm…- suspiró- Ken… muévete un poco más…- obedecí.

 Hacerlo con un hombre se sentía bastante diferente, y quizá era porque también era su primera vez en esa situación, pero estaba tan estrecho que creí podría acabar en cualquier momento. Me daba pena solo pensarlo, no quería parecer precoz:

-Mg…- sus dedos se sujetaron con fuerza a mi espalda y nuca.

 Busqué su boca para besarlo queriendo ahorrarle la pena que se notaba le daba emitir sonido, y seguí moviéndome con más fuerza sujetando su cadera con una mano. Pronto su respiración comenzó a sonar tan o más agitada que la mía:

-Aah…- se tapó la boca con el dorso de la mano conteniéndose.

-Está bien… no te preocupes…- se aferró a mi espalda con ambas manos volviendo a ocultar su rostro entre mi cuello y hombro.

-Mmg…- llevé una de mis manos a su entrepierna para masturbarlo- Ah…-

-Aah- suspiré pesadamente. Incliné mi rostro hacía él y sintiendo el fuerte olor de su shampoo mordí su lóbulo de su oreja, sus labios besaron mi cuello como un intercambio, luego una de sus manos bajó por mi pecho y lo sentí rasguñar suavemente la parte baja de mi abdomen, sus dedos se movieron en una caricia por mi piel hasta finalmente bajar cuando la intensidad de los movimientos lo hizo temblar– Aah…

Me sentía tan cerca del clímax que sin darme cuenta había aumentado el ritmo a mi necesidad- Yukkie…-

-Mm… ah…- su voz sonó completamente ronca y con nervios posó su mano sobre la mía que sujetaba su erección para también masturbarse. Con solo un poco de atención mi mano se humedeció por sus fluidos y el sonido lo hizo encogerse un poco, sus piernas temblaron a mis costados.

 Me besó una última vez antes de acabar con un gemido ahogado, para pocos segundos después seguirle yo:

-Aah…- apoyé mi frente contra la suya- Mm…- y me dejé caer encima suyo.

 Nos quedamos en silencio normalizando nuestras respiraciones:

-Perdón…- me alejé creyendo que lo estaba aplastando. Sonrió de lado.

 Me acosté a su lado tapándonos a ambos una vez me quité el condón, y lo observé cubrirse la frente y parte de los ojos con uno de sus antebrazos con la cara hacia el lado contrario de donde estaba yo.

No podía verlo claramente en la oscuridad, pero algo me dijo que estaba tan desconcertado como yo por la revelación en lo que acabábamos de hacer.

-          Yukkie… - estiré mi mano hacía él y sin pensarlo demasiado tomé su mano, él de inmediato destapó su rostro y me observó sorprendido. Yo también lo estaba, por lo que la alejé en cuanto vi su reacción, pero entonces él la tomó y volvió a dejar caer la suya sobre la cama sin soltarme. Aún respiraba agitado– No quiero incomodar intencionalmente pero... no puedo quedarme tranquilo sin saber si te causa dolor o molestia… ahora… - en la oscuridad pude adivinar que apretó los labios.

-          Estoy bien – dijo finalmente, luego se acercó a mí rompiendo la distancia entre los dos. El ambiente estaba menos tibio y por busca de calor también me acerqué más a él, estaba sumido en un momento intimo dentro de mi aturdimiento – Ken…

-          ¿Sí?

-          ¿Estuvo… - fue incapaz de terminar la frase pero lo entendí.

-          ¡Estuvo genial! – respondí con seguridad elevando la voz. Él comenzó a reír.

-          No tienes que gritarlo… - reí nerviosamente con él– Me refería a… sí comparado con lo usual… estuvo bien para ti… - pensé un momento mi respuesta, quería ser sincero sin sonar obsceno.

-          Fue más placentero, aunque probablemente es porque eres tú –

-          Pienso lo mismo – su tono parecía más aliviado. Me incliné y le di un beso en la mejilla. Se quedó quieto, parecía sorprendido.

-          Un impulso – me expliqué con un tono de disculpa, de pronto sentí sus labios suaves besar mi mentón con lentitud, el sonido suave del beso me hizo cerrar los ojos.

-          Un impulso también– dijo antes de que comentara algo. Suspiró y nos quedamos en silencio.

-          No puedo creer que realmente pasó – comenté con voz clara.

-          Pensé que te habías dormido – reí por su tono asombrado – Pensaba en lo mismo…

-          Y volvería a hacerlo ahora mismo si me lo pidieras. - sus labios descansaron en mi hombro. Eran suaves, quise besarlos otra vez pero evité parecer desesperado– ¿Y tú? ¿Te arrepientes?

-          ¿Parezco arrepentido? Solo estoy asombrado.

-          ¿Por qué?

-          Porque también lo volvería a hacer ahora mismo si me lo pidieras.