miércoles, 17 de abril de 2019

ageha June 2009





WHAT´S IN June 2009



















Second Story: Angel's Tale

 Moría de ganas, pero la idea no era llamarlo y de golpe decirle todo lo que había considerado en este tiempo, sus sentimientos y pensamientos. No. Realmente anhelaba volver a trabajar con él, y hacer aquello era una invitación al rechazo absoluto.

 Pensaría bien las cosas, aunque más que pensarlas deseaba poder dejarse llevar por el momento. Eso quería, un momento con él de nuevo.

 Esa última noche de la semana se decidió a llamarlo y si seguía siendo el mismo que recordaba, no debía estar molestándolo en ese momento, puesto que Sakura solía desvelarse hasta altas horas y aprovechar ese tiempo para despejarse y beber.

 Tomó aire y se armó de valentía:

-Estaba esperando que llamaras-

 No pudo evitar quedarse mudo, ¿cuándo fue la última vez que escuchó su voz? Aproximadamente cinco o seis años… Y era tal cual la recordaba:

-¿En serio?-
-Por supuesto, Ken-chan me dijo que lo harías- rió- Tanto tiempo-

 Su mente estaba hecha un desastre de emociones:

-¿Cómo estás?- se acomodó en la cama enroscándose entre las sábanas sin despegar el móvil de su oreja.
-Muy bien, ahora mejor, realmente estaba ansioso por hablar contigo-

 No entendía si se lo hacía adrede:

-¿Ansioso?-
-Bueno, hace años que no nos vemos y la relación se cortó de forma… inesperada creo. Muchas veces quise contactar contigo pero pensaba que si tú tampoco lo habías hecho era por algo. De igual forma siempre le pregunto a Ken-chan por ti, ¿no te lo ha dicho?- rió. Y aunque intentó reír junto a él no lo logró, todo lo dicho había logrado confundirlo más.
-No… no me lo ha dicho, pero yo también le pregunto por ti- masculló- Sabes, te llamaba para hacerte una propuesta-

                                   _______________________________________

Quería intentar verse lo más presentable posible, pero disimular las ojeras que la noche anterior le había dejado se había vuelto un desafío. Cuando creyó que ya estaba, se encaminó hacia el restaurante.

 ¿En qué momento le pudo parecer buena idea reunirse con él tan pronto?

 Se sentó en la mesa próxima a la ventana con la mirada perdida en el paisaje tras el cristal, la gente que iba y venía, hasta que entre aquellas personas pudo divisar su figura. Sereno, rudo, varonil y especialmente imponente como siempre había sido.

 Nada había cambiado salvo su cabello ahora más largo.

 Sintió el corazón golpearle el pecho cuando abrió la puerta del bar, buscó al vocalista y finalmente sus miradas se encontraron. Hyde sonrió tímidamente saludándolo con la mano:

-Juraría que creí te iba a encontrar más cambiado-
-Lo mismo digo, pero sigues exactamente igual, Ya-chan-

 El batero tomó asiento frente a él comenzando una charla bastante trivial, las preguntas básicas que se hacen cuando no ves a una persona por largo tiempo. Poco a poco el ambiente se iba haciendo menos incómodo para ambos:

-Ken-chan me ha contado que estás trabajando en un nuevo proyecto. Bueno, en realidad no solo Ken, sé que estás trabajando con Furuton. ¿Qué tal?-
-Bastante bien, mejor de lo que creía, necesitaba alejarme un poco de lo que es L’Arc-
-¿Pasó algo con los chicos?-
-Nono, para nada. Pero sentía que era momento de empezar a ver por mí mismo las cosas que podía lograr también. L’Arc es como… un sueño realizado ya, no sé si por completo pero gran parte y quise empezar a tomar mi propio rumbo también. Tet-chan también está en ello-
-Sí, me dijeron, me alegra que quieran expandir sus horizontes, son personas muy talentosas y seguro se les abrirá todo un mundo de posibilidades- le sonrió.

 Le sonrió… no recordaba la última vez que le había sonreído de esa forma tan cálida y sincera, tanto que sintió un cosquilleo horrible en el estómago. Horrible porque se había dado cuenta de que extrañaba demasiado aquello:

-Hablando de eso, justamente a esto apunta mi propuesta- bajó un poco la mirada- Creo que, si no se presenta ninguna dificultad, empezaré a preparar el tour para dentro de unos meses. Planeo hacer varias presentaciones y me sería un placer si pudiésemos volver a tocar juntos-su mirada se encontró con la del batero. Éste rió.
-Creí que jamás volvería a pasar a menos que yo te lo pidiese-
-Pues te tardas mucho- bromeó.

 La expresión de Sakura se tornó… ¿melancólica? No sabía si era la descripción:
-¿Ya-chan?-
-¿Por qué quieres que toque yo?- no esperaba esa pregunta.
-Porque…- ¿qué iba a decirle? ¿Que lo extrañaba y que en parte era una excusa para volver a verlo?- ¿Qué tiene de malo?- rió nervioso- Hace mucho tiempo no te veía y sinceramente añoro tocar contigo, había otra química entre nosotros y-…-
-Y no quedaba precisamente en lo musical. No somos amigos, no entiendo tu punto-
-¿No somos amigos entonces?- sonrió punzante.
 -¿Tú puedes?- nuevamente sus miradas se cruzaron.

 Esta vez dolía, mirarse a los ojos dolía porque ambos eran lo suficientemente transparentes como para decir todo diciendo nada. A veces olvidaban que se conocían como la palma de sus manos, como si fuesen una parte del otro:

-¿Está bien que peleemos después de no habernos visto por tantos años?- rió queriendo poner un paño frío sobre la situación.
-No busco pelea, es lo último que quiero- suspiró- Está bien lo pensaré, aunque seguramente la respuesta sea sí-
-Me alegra escuchar eso. ¿Te parece si te llamo cuando ya tenga todo más organizado?-
-Mm… creo que será mejor que te llame yo. ¿No estás en actividad más que con ensayos y grabaciones no?- asintió- Perfecto, mejor te llamo yo, porque de día ando ocupado y suelo tener presentaciones hasta bastante tarde-
-Entiendo. No te olvides-
-Si tú no te olvidas, menos yo- rieron ligeramente.

 En ese momento el teléfono del menor sonó:

-Ah, debo atender, dame un minuto-

 Lo observó de reojo mientras conversaba, pensando en la pseudo pelea que habían tenido minutos atrás. ¿Tan claras se veían sus intenciones? A veces le daba miedo la forma en la que el batero veía a través de él. Pero no dejaría que su plan se viniese abajo tan fácil:

-Tengo que irme, lo siento-
-No importa-
-Espero verte pronto entonces. De todas formas, sabes que si necesitas algo puedes llamarme-
-Claro. Nos vemos-

 Casi como había hecho antes de que llegara lo observó caminar por las calles nuevamente, esta vez yéndose.

                                     ________________________________________

-¿Hablas en serio?- el guitarrista sonaba irritado.
-Fue su culpa-
-… da igual-
-¿Y si piensa lo mismo?-
-¿Qué mismo?-
-Que nos debemos una explicación-
 Ken se quedó en silencio varios segundos:
-Oye, ¿estás?-
-Si estoy… Hyde, lo digo con toda la seriedad que me es posible; limítate a que sea un simple reencuentro de compañeros-

 No le gustaba para nada cuando él se ponía de esa forma. Que Ken se tomase tan en serio algo era importante, siempre:

-¿Qué sabes y no me dices?-
-Perdón-
-¡¿De qué?!- empezaba a estresarse.
-… Sakura está casado-

 Fue un murmullo, sabía que a Ken le dolía tener que decirle aquello.

 Nuevamente quedaron en silencio, esta vez por parte del vocalista. La frase se repetía una y mil veces en su cabeza intentando asimilarla. ¿Acaso no era normal? Un hombre de su edad es normal que esté casado a esa altura de su vida, y nunca le han faltado pretendientes, por tanto nada podía impedir que él formase su familia tranquilamente:

-Hyde…-
-Estoy. Tendrías que habérmelo dicho antes- por algún motivo una sonrisa ladina se dibujó en su rostro. Nada de felicidad, simplemente le hacía gracia imaginar lo imbécil que debía verse en ese momento.
-¿Y qué harás?-
-No tiene por qué impedir que toque con él, ¿verdad? Aunque ya no seamos nada… siquiera amigos- la garganta empezaba a doler- No voy a cambiar de opinión. Quiero una última canción, es todo-

 No habían sollozos ni voz quebrada, era demasiado bueno fingiendo esas cosas si nadie lo tenía de frente, sin embargo las lágrimas caían una tras otra como si se hubiesen acumulado tanto que ya era imposible contenerlas:

-Como quieras. Me iré a dormir, intenta descansar también-
-Nos vemos, buenas noches-
-Adiós-

 Limpió su rostro y apagó la luz del velador a su costado envolviéndose entre las sábanas. A pesar de no haber llorado con fuerza se sentía agotado, física y mentalmente. Lo último que pensó antes de dormirse fue cuánto tiempo le habrá tomado al batero olvidarse de él.