lunes, 11 de septiembre de 2017

Memorias en la Piel - Capítulo 1: SECRETO

Sería un desafío, pero como banda ya lo habíamos decidido.

Rayflower participaría en el tributo D’erlanger la próxima semana. Para preparar el disco y todos los detalles de este, la disquera que nos había alquilado una gran casa para que todos los participantes pudiéramos conocernos,  convivir y dormir durante tres días. Tan solo tendríamos 72 horas para preparar, revisar y entregar todo el material, las fechas de lanzamiento estaban ya establecidas en días cercanos y la presión se hacía sentir desde los días previos al trabajo.

Al parecer, todos estaban seguros de que el resultado de encerrar en una casa a 40 cerebros con talento sería fenomenal, pero la verdad, era que nosotros mismos estábamos algo asustados y presionados. Todo artista sabe que no se puede medir el tiempo de preparación para una composición, aún menos si se realizaba bajo presión. Para los que teníamos experiencia en trabajos en equipo, sabíamos que llevar ideas predispuestas tampoco sería lo mejor, ya que todos intentaríamos imponer una melodía y de alguna u otra forma, no solo serían 40 artistas trabajando en conjunto; serían 40 egos musicales en medio de una guerra.

En mi banda todos teníamos proyectos alternativos, lo que significaría trabajo doble en aquel momento, sin embargo acordamos que compartiríamos habitación para poder tener un “momento de confianza” en aquel encierro que tal vez sería necesario. Ninguno de nosotros tenía grandes egos, ni actitudes de superioridad como muchos de los invitados, por lo que sabíamos que extrañaríamos nuestra humildad en medio del agotamiento de personalidades.

 Ordené la ropa necesaria dentro de un bolso y utensilios de limpieza. También guardé algo de comida para la hambruna de los insomnios.
Una camioneta tocó la bocina fuera de mi casa. Habían llegado por mí.

Corrí hacía el auto constatando que mi hogar quedara bien cerrado, con todos sus seguros. A pesar de que constantemente viajaba debido a los tour, me sentía como si fuese de camino a un encierro en un reality show y no volvería en mucho tiempo.

     -¡Ey Sakura! Apresúrate o la farándula nos dejará atrás.- me grito Tazawa quien había insistido en conducir. Todos estaban ya sentados en la camioneta, cómodos y hasta medios dormidos. El tecladista roncaba, sería un viaje largo. – ¿Te gusta mi playera? Es mi favorita.- Siempre me preguntaba a mi cosas de ese tipo… no entendía por qué.

-     Eh claro,  ¿Dónde se supone que nos reuniremos? – pregunté en cuanto subí a la camioneta y me acomodé.

-    Nos reuniremos todos en la carretera hacia el Este, seremos guiados por alguien de la industria. Al parecer la casa está aislada de todo.

-     Espera… ¿Todos? ¿Todos los autos? – Preguntó nuestro bajista.

-    Si, será algo como un desfile de autos de lujo.- Respondió esta vez nuestro guitarrista, Yuki se divertía claramente con esto.- Es por ello que elegí la camioneta más rancia.

-     ¿Qué todos sepan que vamos a desencajar? – le pregunté entre risas.

-  Exacto, así se mantendrán los divos lejos de nosotros.- Yuki, al igual que yo, mantenía un perfil bajo y se negaba a participar de grandes proyectos a pesar de tener el talento necesario para poder dominarlos. Él odiaba lo ostentoso y en reiteradas ocasiones se burlaba de su compañero Yasu, por sus actitudes. Era un chico tierno, pero algo burlesco, había ganado mi aprecio desde el inicio por su extraño humor.

-      ¿Cuáles son las divinidades mayores o con quienes debemos mantener distancia? – preguntó Ikuo, era quien menos se había enterado de todo. En cuanto nos propusimos ir había dicho que sí porque jamás se negaba a nada, sin embargo, había preferido mantenerse al margen para no arrepentirse.

Esta vez respondió Tazawa.

-      Las estrellas de Dir en Grey, Inoran, Teru y Hyde, creo que son los más odiosos de la lista.- Me quedé en silencio. Yuki rió bajito y observó por la ventana para evitar reír fuerte.

-       ¿Hyde? ¿Estarán Kaz y Ju Ken entonces? – Ikuo era un gran amigo de Ju Ken.

-       No, al parecer la propuesta fue solo para él, ya sabes que él si puede prefiere ser la estrella solo.- Tazawa continuaba sonriendo mientras no perdía de vista el camino. Cada vez que hablaba mal de alguien su sonrisa se mantenía intacta. Era algo perturbador, pero con el tiempo me había dejado de impresionar.

-      ¿Por qué odias tanto a Hyde?  - Preguntó Yuki.

-    No lo odio, solo no tengo motivos para quererlo.- todos se rieron e indudablemente más de alguno debió pensar en “envidia” o “celos”, pues todos además de Tazawa conocíamos a Hyde, unos más que otros, pero todos sabíamos que en general, era agradable.

Mi celular sonó, de inmediato me moví rebuscando las cosas de mi bolso hasta encontrarlo.

Era un mensaje de texto.

“Acabo de salir del aeropuerto, ¡No puedo creer que hace tanto frío!
¿Vas abrigado?  
Ya quiero verte…“

Leí el texto y sonreí, el remitente con él cual guardaba aquel numero era “Esposa”, lo que siempre me hacía reír.

Yuki carraspeó y obtuvo mi atención por unos segundos.

-     Conozco esa mirada.-  lo miré alarmado, no quería que dijera nada a oídos de los demás.

-    ¡Oh vamos no empiecen! – Gritó Tazawa desde el volante.- Ustedes siempre hablan en clave, ¿Es tu novia quien te envió un texto Sakura?

-    ¿Cómo sabes que me enviaron un texto? – le pregunté impresionado… ni yo había reconocido por el tono del móvil que era un texto.

-   Sé todo de ti.- me sonrió por el espejo retrovisor. Un escalofrío me recorrió.- Ahora dínoslo, ¿Es tu novia? ¿Tienes novia no?

-    Si Sakura, jamás nos has contado nada acerca de tu vida amorosa, sabemos que a veces te vas en cuanto te llaman, pero no sabemos si vas en serio con aquella mujer…

-   Eh…- Mierda, mentir nunca se me daba bien.- Ah... tenemos una relación algo complicada, pero hemos permanecido juntos muchos años… Ya nos acostumbramos a las complicaciones. – tragué saliva nervioso y observé a Yuki para que me ayudara. Él fingió no verme, otra vez estaba por reventar de la risa.

-   ¿Complicaciones de que tipo? – quiso saber Ikuo, en su tono noté verdadero interés y preocupación, él solía ser atento, pero me preocupaba decir demasiado frente a Tazawa.

-   Distancia. Usualmente es eso… - mi voz sonó más dolida de lo que yo quería realmente.

-     ¿Ella es corredora de propiedades o qué? – Tazawa continuaba con su actitúd.

-  ¡Ey chica cálmate! No digas más Sakura, alguien aquí se coloca celoso de compartir tu atención.-

-    Solo era una broma Ikuo.- trató de defenderse. Yo solo los ignoré, al menos ya no debería decir nada más.

Un par de minutos después nos acercamos al ostentoso desfile de deportivos. De inmediato divisé los autos de mis conocidos; Yukihiro iba conduciendo él mismo, aquello me agradó. Pocas veces lo veía relajado en presencia de personalidades fuertes, pero esta vez él mismo llevaba a su banda. Los chicos de Mucc viajaban por separado y el auto inglés de Teru era definitivamente el que más llamaba la atención.

Nadie bajó a saludar, al parecer todos estaban preparados para partir, sin embargo no lo hacían.

-     ¿Qué sucede? ¿Por qué nadie baja o avanza?  – preguntó Ikuo.

-     No lo sé, iré a preguntar.- Tazawa se bajó del auto y caminó hasta una camioneta blindada que estaba en frente. Todos lo observamos y todos notamos cuando su rostro se mostró claramente enfadado, pero no pareció reclamar, solo se dirigió de vuelta al auto.

-     ¿Qué ocurre? – le pregunté de parte de todos.

-     Hay que esperar a Hyde porque viene tarde… ¡Que falta de respeto! 

-     Cálmate.- Yuki le hizo callar de forma molesta.- Quedamos en reunirnos a las 10 en punto, aún faltan 20 minutos. – por el tono de voz de Yuki nadie quiso decir más y poco a poco la atmósfera se volvió incómoda.

-   Cálmate Tazawa. Llevas tu playera favorita, eso te hace feliz.- se decía así mismo.

Decidí aprovechar la calma y el silencio para enviar un texto.

“Querida Esposa,
Sí estoy abrigado, ¿Cómo está tu salud? “

Suspiré, probablemente no me contestaría pronto.

Pensé en aquella persona unos momentos…  Dos meses desde que no lo veía, no lo tocaba, desde que no sentía el olor de su piel. Aunque ya sus ausencias no me desesperaban, me aletargaba el ánimo no tenerlo cerca, como tampoco tener noticias suyas en días.
¿Qué sería de nuestra relación si pudiéramos vivir juntos? ¿Si fuéramos algo similar a una familia?  ¿Si pudiera crear hábitos de su compañía?

Tal vez nos habríamos aburrido de nosotros mismos y no existiría esa devoción con la que nos besábamos la primera vez que nos veíamos luego de mucho tiempo… aquellos momentos yo solo los podía comparar con el placer de comer mi plato favorito luego de una tarde de fatiga. La hambruna de su falta era soportable, extrañarlo era costumbre, pero cada vació desaparecía cuando él volvía.

Ya quería verlo. Aunque jamás le demostraba lo mucho que lo extrañaba, buscaba la forma de evitar que él dudara de mi aprecio.

Estaba sumido en mis pensamientos cuando escuché la bocina escandalosa de un Ferrari conocido para mí.

Uno de los autos de Hyde pasó fugazmente junto a nosotros, haciendo su entrada.
Vi a muchos reír desde el interior de sus autos.

“Payaso”, pensé.

-   Bien, ya llegó, ahora nos podemos ir.- bufó Tazawa mientras encendía el motor de nuestra querida camioneta. En ese momento observé los vidrios por primera vez, realmente nuestro lujoso automóvil estaba muy sucio, lo que me pareció extraño.
       
-   ¿Por qué…? - pregunté a Yuki apuntando hacía el polvo, era él quien normalmente guardaba el automóvil.

-     Fue apropósito, de todas formas iban a hablar mal de nosotros.-

-      Eres un idiota.- me reí. Era cierto.

Durante el resto del camino logré dormir, y aunque me perdí el paisaje del camino y desperté con un gran dolor en el cuello, me sentí agradecido de haber descansado.
Todos nos mostramos impresionados cuando vimos la casa en donde nos alojaríamos. Imaginamos que por el estatus de los invitados sería algo lujoso, pero al contrario, era una pequeña casa de madera, con habitaciones en donde no cabía nada más que unos camarotes y un poco de aire. De inmediato los reclamos comenzaron por parte de las divas, aunque no se podría hacer demasiado al respecto.

Nos acomodamos en la única habitación contenía cinco camas, dos camarotes y una especie de sofá para niños al cual llamamos: La cama del esclavo.

Al menos podríamos dormir en un ambiente de confianza ya que estábamos solo nosotros. Me aseguré con la cama que parecía tener más cobijas en la parte baja de uno de los camarotes, en la cama de arriba dormiría Yuki, en el camarote de enfrente Tazawa se adueñó de la de arriba y Keiichi, la de abajo. Ikuo se defendió diciendo que la cama pequeña era perfecta para él; le asustaban los camarotes. Temía caer de la altura o morir aplastado. Claro que eso no detuvo las burlas, él sería el esclavo.
Estaba colocando sábanas propias cuando un nuevo texto llegó.

“Estoy con un poco de fiebre… aun así tengo buen ánimo.
No duermas con nadie.”

Nuevamente mi esposa.

Solo respondí una cosa:

“Posesivo.”

Continúe ordenando y luego me dispuse a rondar por el lugar y conocer un poco el ambiente.

La casa a pesar de ser modesta en cuanto a mobiliaria, tenía un equipo de primera tecnología en una habitación que parecía sería el estudio. De inmediato me senté a curiosear.

-    Oye… ¿Esa es una Workshop? – preguntó alguien a mis espaldas. Di un pequeño brinco, no lo había visto. – No puedo creer que aquí haya una de estas, observa la altura del pedal.

-    Yukihiro.- le salude con agrado, él me sonrió en respuesta. De inmediato le presté atención a lo que dijo, realmente era una batería de primer nivel.

-   Creo que nos divertiremos esta noche. Espero que no  hayan discusiones, al parecer tendremos que compartir instrumentos y espacio de grabación.- Su expresión era preocupada. Odiaba los pleitos, yo lo sabía bien.

-     Si nos hubieran informado hubiera traído mi batería de la fortuna.

-     ¿De la fortuna? ¿Sakura, también tienes una?

-     ¿Eh? ¿Tú también? – nos reímos.

-    Cuando estoy estresado es la única que me calma, se acomoda a mi estado de ánimo.

-    En mi caso es igual… es solo una la  que me permite desahogarme realmente. Lo peor, es que esta realmente vieja y comparadas con las actuales no suena tan bien en un estudio de grabación.

Continuamos hablando un rato sobre las historias de nuestras percusiones favoritas y sin darnos cuenta, nos habíamos sentado a evaluar un par de ideas para lo que habíamos ido a hacer. Nos entusiasmamos y nos apoderamos del estudio.

Cuando pasaron un par de horas, fuimos solidarios y abandonamos el espacio, más por unas miradas de molestia y odio que por que realmente quisiéramos dejarlo. Era divertido tener un compañero de percusión con quien discutir las ideas.

Fuimos a almorzar. En la mesa estaban los chicos de Mucc,  mi banda y Hyde, quien además estaba sentado junto a Tazawa. Era la segunda vez que lo veía con el cabello rubio, el color que menos me gustaba, pero el largo de él había crecido y no parecía verse como un montón de paja desordenada como la vez anterior en que lo vi. En cuanto me vio, sonrió para mí y para Yukihiro.

Le di mi mano para saludarlo, y de inmediato llego a mí el fuerte olor de su shampoo.

-          Oye, ¿Qué escondes bajo esa fragancia de Channel? - bromeé

-     Desayuné ajo con huevo podrido.- Me respondió entrecerrando los ojos. Me reí.

-    Considerando que te comes lo que te pongan en frente, te creo.- Entonces Hyde se acercó para susurrarme en el oído.

-    Ni te imaginas qué extraño comer…- dijo muy despacio en doble sentido, lo mire anonadado con la boca abierta. Idiota pervertido.

-  Oye Hyde.- le llamó Yuki.- Tazawa es un gran fan de ti, ¿Podrías autografiar su playera? Nos lo pidió en secreto de camino hacia acá, tiene vergüenza de pedirlo el mismo. – Observé la cara de Tazawa, era un poema. Estaba de un leve color morado, marrón tal vez… ni siquiera pareció reaccionar y solo mantuvo los ojos abiertos mientras Hyde le sonrió y tomó un bolígrafo de tinta negra que estaba sobre la mesa.

Me quede inmóvil, a la defensiva por si Tazawa explotaba, pero solo permaneció quieto y con ese extraño color en el rostro mientras Hyde además de escribirle su nombre, le hacía un retrato del rostro de nuestro vocal. Incluso coloco la fecha rallando así toda la playera.

Yuki deformaba la cara soportando las carcajadas al igual que el resto de mi banda.

Hyde sonrió al terminar su tarea, totalmente ajeno a la crisis de pánico que Tazawa parecía sufrir.

-     ¡Listo! – Gritó antes de devolver el bolígrafo a su lugar.

-    Gracias Hyde.- Le dijo Yuki con una gran sonrisa.- Tazawa es muy tímido, pero es un gran admirador de ti.

-    Oh eso es muy adorable.- Entonces Hyde acarició el cabello del otro vocalista… mi estomago se apretó. Tazawa sonrió, con aquella sonrisa psicótica que hacía cada vez que se enfadaba demasiado. Se puso de pie y se alejó lentamente como si con cautela midiera minuciosamente cada uno de sus movimientos mientras se dirigía a la habitación.

-   ¿Pasó algo? ¿Por qué se fue? – Preguntó ahora ricitos de oro. Yuki explotó de la risa,al igual que Ikuo, pero nadie le explicó nada.

-     Hyde, ¿Acompáñame a fumar un cigarrillo fuera? – Una sonrisa fue mi respuesta.

Aun cuando nos alejamos lentamente de la escena, los otros dos continuaban riendo.

Alejándonos un poco de  la casa en silencio y tras dar un par de pasos, encontramos una banca en la sombra. Solo era un trozo de madera sobre dos rocas, pero parecía segura.

-   ¿Hice algo malo? – preguntó con curiosidad, aunque yo sabía muy bien que poco le importaba. 

-     A Tazawa realmente no le agradas.-

-     Imagino por qué.

-   ¿Ah sí? ¿Se conocen? Siempre creí que no se habían visto más que un par de veces.

-     Nos hemos visto un par de veces pero jamás hemos hablado.

-     ¿Entonces?

-     Solo… puedo hacerme una idea.

-     Ilumíname.  – le pedí sin realmente entender. Se escuchó el sonido de las aves.

-     No perdamos el tiempo hablando de él.

Sonreí.

Tenía razón, por fin podíamos mantener una conversación nosotros dos, solos. Aunque probablemente a miradas de los demás. No estábamos tan alejados.                              

-  Oye idiota, ¿Cómo es que pasaron días sin que me llamaras…? – preguntó indignado.

-    No lograba dar con el horario de los lugares en donde estabas… además… quería que me extrañaras.

-    Pues me preocupé.

-   No deberías, sobrevivo bien y sé que tú también. – encendí el cigarrillo y le ofrecí uno a él. Dudó pero terminó por aceptar. – No es como si necesitaras de mis llamadas.

-   No es que te necesite, pero voluntariamente mi consciencia se preocupa.

-  Quisiera saber si realmente es voluntario… -suspiró sonriente. Siempre nuestra comunicación había sido así, casi nula en palabras, pero nos comprendíamos.

-    Ponme a prueba y no me hago responsable si me convierto en un psicópata que aparece  en tu ventana por las noches.

-   Tal vez así te vería más. – soné triste sin quererlo realmente. Él me observo, y solo tuve que leer sus ojos. Una mirada de disculpa, pero claro, no la diría.

-     Entonces tu sí me extrañaste. – afirmó.

Me reí.

No respondí y él sabía que no lo haría, pero ambos sabíamos que era así.

Lo había extrañado.




Rockin´f April 1998