lunes, 19 de diciembre de 2016

Capítulo 4: Realidad


Sentí calor.

Mucho calor.

Había un peso encima de mí, que no me permitía moverme.

Cuando el calor se me hizo insoportable me decidí a abrir los ojos y mirar a mí alrededor. Había dejado la luz de la lámpara encendida por lo que pude ver a un cuerpo que me envolvía con sus piernas alrededor de las mías y sus brazos alrededor de mi cintura, su rostro estaba en mi cuello, su piel irradiaba calor por montones al igual que la mía. Me sentí un poco sudado.

Por un leve momento de aturdimiento no supe donde estaba, pero el olor de la piel de Kaz me hizo volver a la realidad.

Decidí soportar el calor asfixiante por unos momentos más, sentir a Kaz así de aferrado a mí, me hacía notar cierta necesidad de él hacia mí. Esa idea me gustaba demasiado.

Por momentos disfrute del olor de su piel y de su cabello,  de su respiración acompasada que a ratos era acompañada por el sonido de pequeños ronquidos, al parecer Kaz estaba exhausto. Pero entonces sentí algo más. Había algo duro en mi costado izquierdo, me pareció divertido jugar un poco con mi Kaz aun dormido.

Lo aleje lentamente para no despertarlo y poder así bajar a recibir la visita que se hacía presente a esas horas de la noche. Ahora entendía por qué tanto calor.

Me moví bajo las colchas y al estar a la altura de la erección de Kaz, baje su pantalón y subí también un poco de su playera para poder pasar la punta de mi lengua por debajo de su ombligo.

-          Mh. – Escuche un murmullo de placer venir del aun dormido Kaz. No podía evitar sonreír, mi Kaz me recibía en sueños.

Entonces jugué un poco con mi lengua bajo su ombligo, cada vez me acercaba más a la orilla de su ropa interior. “¿Por qué le coloque ropa interior? maldita sea.” Pensé al recordar que yo le había vestido. Entonces se me ocurrió jugar un poco con su ropa aun puesta.

Toque con los dedos la erección de Kaz y frote la palma de mi mano con ella, se sentía duro.
-          Mmm… Hyde….- volvió a murmurar Kaz, levante la mirada para buscar sus ojos pero el aun los mantenía cerrados y note que aun dormía.

“Hora de despertar cariño” pensé.

Entonces me decidí a morder el contorno de la erección de Kaz por sobre su ropa interior, moví mi boca de arriba hacia abajo, masturbándole con los dientes, podía sentir la piel que forraba su miembro moverse junto con mis dientes aun bajo la ropa.

Me moví lentamente teniendo cuidado de no hacer fuerza con mis dientes para no lastimarle, Kaz respiraba cada vez más rápido y a ratos se escapaban deliciosos murmullos de su boca.
Sentí el sabor de la humedad expulsada por su erección, entonces Kaz despertó con el sonido de sus propios murmullos.

-          Oh….- dijo al despertar, Luego bajo la mirada.- Hyde? Pero…. ¿Qué estás haciendo? – dijo impresionado. La pregunta me pareció extraña, ¿Qué no era obvio?
-          Servicio a la habitación.- le dije, volviendo a rozando mis uñas con la punta de su miembro esta vez, por supuesto aun sobre la ropa. Kaz rio y soltó un suspiro de placer al mismo tiempo.
-          Vaya… parece que no fue suficiente lo…de la ducha, ¿verdad? – dijo recordando un poco lo que había sucedido, Kaz estaba sonrojado por la excitación.
-          En realidad, tú fuiste quien me despertó asfixiándome y note que cierto gran amigo mío.- dije mirando a su erección con una sonrisa.- ya estaba más que despierto, así que quise… recibirle como corresponde, pero está un poco ansioso, aun no le he quitado la ropa y ya está todo mojado…- le dije mordiéndome los labios, Kaz miro hacia el techo un poco avergonzado de notar que era cierto.

-          Lo siento… estaba soñando con lo que había pasado en la ducha, supongo que tu amigo reacciono por eso.
-          Qué lindo gesto.- dije mirando con ternura la erección de Kaz .- y respondiendo lo que habías preguntado, nunca será suficiente para mi Kaz, siempre querré más de ti. – Abrió sus ojos de sorpresa por mis palabras, pero algo extraño pasaba con Kaz esa noche, sentí mucha timidez de su parte. Entonces él me levanto a la altura de su rostro pidiéndome con los ojos que no siguiera con lo que estaba haciendo. Esto me sorprendió.  Me recostó a su lado, esta vez yo estaba sobre su pecho, el tapo su rostro con una de sus manos, durante unos segundos pensé que se había vuelto a dormir.

-          ¿Qué pasa? ¿No te gusta el sexo oral Kaz?- le dije con un puchero en mis labios.
-          Hyde no creo que nada de lo que hagas no me guste… - Aun se tapaba el rostro con su brazo, aun estaba sonrojado, aun su erección era notable, ¿Qué pasaba con mi Kaz? Su cuerpo quería mas pero el parecía batallar con esto.
-          Kazu… ¿estas molesto por algo?
-          No Hyde, ¿puedes volver a dormir? Porque puedo acariciar tu cabello hasta que te duermas…. Si es que eso te gusta, claro.
-          Si… si me gusta, pero… yo quiero jugar con mi amigo y tu no me estas dejando…- dije con tono infantil- ¿Por qué no?- Kaz guardo silencio, trago saliva, lo sentí chiquito en ese momento… parecía avergonzado - ¿Qué te pone incomodo amor? – Decidí no mirarlo a la cara y hacer formas con mis dedos en su estomago, el estomago de Kaz era muy sensual. El suspiro resignado.
-          Solo me doy cuenta que estoy muy mojado y no quiero que… yo… tu… no quiero que pruebes Hyde es… eso – dijo rápido, nervioso y un poco tartamudo.

Sus palabras me extrañaron un poco, solo había escuchado esa frase de mujeres vergonzosas, algo normal supongo… pero me extraño que Kaz se avergonzara de ese tipo de cosas. Además, yo ya había saboreado parte de su esencia.
-          ¿Y si te dijera que yo quiero hacerlo?
-          Prefiero que no lo hagas Hyde.
-          Pero…  ¿por qué? ¿No es placentero para ti?
-          No… no así. - dijo cortante, ahora parecía molesto o fingía estarlo para no continuar con la conversación. Su actitud me extraño. Pero decidí mostrarle que respetaba sus vergüenzas, para que con el tiempo dejaran de serlo.

Por miedo al rechazo decidí ir directamente con mi mano por debajo de su ropa, a su erección. El se tenso, pero no me negó el privilegio de masturbarlo.

Apreté firmemente su miembro en mi mano y comencé a moverla de arriba hacia abajo lentamente, para acostumbrar a Kaz a la sensación de mi mano un poco fría. Kaz no reaccionó facialmente pronto, lo que me tenía un poco preocupado y me hizo pensar que estaba molesto, pero sus mejillas aun continuaban rojas y su erección dura era la prueba más grande que él si quería liberar su tensión. Decidí jugar un poco con la punta de su pene, amaba esa textura… moví mi dedo por alrededor de ella de forma circular y el primer jadeo escapo de los labios de Kaz. Sintiéndome un triunfador baje mi mano hasta la zona de los testículos, acariciando todo a su paso.

Otra vez frote y apreté suavemente su erección y sentí mi mano completamente empapada con la secreción que fluía de Kaz. Cuando comencé a mover rápidamente mi mano, se produjo un sonido, a causa de la humedad y la fricción, a mi parecer bastante excitante, sin embargo note a Kaz mas cohibido ante eso, y puedo apostar que estaba tratando de reprimirse. Para cualquiera, tal vez sea ridículo avergonzarse de mostrar tanta excitación con cosas inmanejables como los fluidos corporales, pero sé por experiencia propia que sentirse libre sexualmente amerita de más confianza en uno mismo que en la propia pareja y Kaz era muy tímido al respecto. De todas maneras no pude evitar sentir ternura.

-          Hyde no sigas…- dijo con la voz ronca, cargada de excitación y vergüenza al mismo tiempo.

-          Deja de preocuparte por cosas que a mí me encantan. – Y le bese para distraerlo, con mi lengua trate de sumergirlo en un beso apasionado que lo hiciera perderse,  y estuve seguro de lograrlo, puesto que la mano que cubría sus ojos se deslizo hasta mi cabello para entrelazar su dedos y mantener firme mi rostro frente al suyo.

 En ningún momento mi mano descuido su trabajo. El sonido aun continuaba pero ahora era acompañado del sonido de nuestros besos y un poco después por los quejidos de Kaz.

-          Ahh… mmmh… Hyde… Hyde no pares por favor… más rápido… más rápido…

Me encantaba escuchar a Kaz perdido y me encantaba que fuera conmigo.

Continué masturbándole hasta que junto con un espasmo y luego de lo que me pareció mucho tiempo, se dejo ir en mi mano, permitiéndome mirarlo a los ojos durante su éxtasis.

Como su rostro estaba frente al mío, no pude evitar juntar nuestras frentes mientras el respiraba agitado, por alguna razón desconocida para mí en ese momento Kaz tenía los ojos un poco llorosos. De pronto, tuve una idea. Aleje mi mano de la erección de Kaz y me la lleve a la boca, chupando mis dedos mientras veía a los ojos a Kaz. Saboree su esencia de mis dedos degustando con una ”mmm” de aprobación mientras él me observaba un poco en shock.

Se volvió a llevar uno de sus brazos a su rostro, tapando sus ojos.

-          Hyde… tu… ¿Cómo puedes hacer eso?
-          A ti te gusto saborearme a mí, no entiendo por qué crees que a mí no me gustaría saborearte a ti.  – Kaz me miro con reproche.
-          Puedo pedirte un favor?
-          Dime amor
-          Ve a lavar tus manos, ¿sí?
-          Kaz…  ¿Acaso tienes alguna enfermedad venérea de la que yo deba asustarme?
-          No…- vergüenza otra vez en sus ojos.- Solo ve, yo cambiare sabanas mientras. Creo que es necesario.- dijo mirando las manchas de humedad que habían por alrededor.

Yo fui a lavarme las manos sin decir nada, me parecía extraño, pero sabía que había una razón para ello. “Son solo detalles de cama”  pensé. Kaz había tenido paciencia conmigo en cosas peores. 

Volví a la cama que ya tenía sabanas secas y me acosté. Kaz me estaba dando la espalda.  Así que apague la luz de la lamparita y me gire a su lado para abrazar su espalda. Al rodearle la cintura con una mano, él la tomo a la altura de su estomago y comenzó a acariciarla de manera tierna.

Durante unos minutos estuvimos en silencio, solo con nuestros  gestos de cariño, yo besaba su cuello desde atrás y se llevo mi mano a su boca para besar mis dedos. “Menos mal que fue con la otra mano con la que le toque, si aun quedaran rasgos de su esencia, no le gustaría besarlos… supongo” pensé.

-          Kazu…
-          No quiero hablar de eso Hyde, no ahora o por lo menos no aun.
-          Kazu.
-          ¿Qué Hyde?
-          Solo te iba a decir que me picaba la mano, ráscamela por favor.
-          Ah… si…ahí?
-          Más abajo…- el rasco.- al lado… al otro amor… pero un poco más arriba.- le dije riendo, el se sumo a mi risa.

Relájalo Hideto.
-          Kazu…
-          Dime
-          Tú roncas.
-          Oh lo siento, a veces lo hago… ¿te desperté con eso?
-          No, no… solo me parece tierno… todo en ti. Hasta cuando roncas como un cerdo.
-          Bueno a mí también me gusta cuando tú comes como un cerdo.
-          Tal vez estamos enamorados. – le dije recordando las palabras que creí oír antes de que él se durmiera.
-          Yo lo estoy, no se tu.- dijo en un susurro.

Oh… está reconociendo que lo dijo.
Dude de si yo lo estaba interpretando diferente.

-          ¿Lo estás?
-          Sé que me escuchaste cuando te dije que te amaba. – Oh, dios. Dios. Dios.
-          Si… pero no estaba seguro…- dije más tímido…
Kaz se dio vuelta en la cama para quedar de frente a mí, aunque estaba oscuro significaba que podía besarle.
Coloco su cabeza junto a la mía lentamente, teniendo cuidado de no provocar un choque en el proceso.
-          Te amo Hyde… ¿ahora si?- susurro con una voz llena de sentimientos.
-          Kaz… - “Ay no, voy a llorar”- Yo también te amo. – mi tono estaba cargado de emoción.
-          Mi pequeño…- Kaz se dio cuenta de que yo estaba emocionado y me beso a oscuras. El sonido de nuestro beso me llenaba de calidez. – Yo... gracias Hyde… me siento privilegiado.
-          Yo lo soy. Nunca había conocido a alguien parecido a ti si quiera. Gracias… por todo… han sido pocos días pero has hecho más que nadie por mí en años.
-          Y lo seguiré haciendo si me lo permites.
-          Siempre te lo permitiré mi Kazu.

Volvió a besarme, pero el beso se detuvo muy pronto.

-          Hyde… lo siento por lo que paso recién… no quiero que pienses nunca que no te deseo, solo… - Yo espere para que continuara… y espere… y espere…

Y en mi espera sentí a Kaz avergonzado nuevamente, pero de una manera más triste esta vez. Intuí que el tenia algo grave que contar en este momento y devore mi cabeza en busca de alguna idea que me ayudara a ayudarlo a él a confiar en mí.  Pero solo pude acariciar su brazo con cariño… yo no sabía que decir en esos momentos.

-          Una vez un tipo a quien le tengo asco hasta el día de hoy dijo que mi semen tenía mal sabor y mal olor.- Soltó en una sola frase, con un tono completamente distante, perdido en algún recuerdo que le causaba rabia.

-          Oh… yo pensé que había sido tu primera vez.- Quise decir para no enfatizar lo que acababa de decir el y hacer más amena su confesión, si es que quería continuarla.
-          Lo fuiste.
-          Ah…
-          Hyde es una historia asquerosa, no quieres saberla.
-          Si se trata de ti siempre querré saber.- le dije sincero. Yo le estaba dejando a él decidir libremente si contarme o no. Pero Kaz  suspiro, al parecer se presionaba a sí mismo para contarme, así que creí que quería sacarse las palabras de encima, aunque no lo admitiera.
-          Cuando era adolescente un amigo de mi padre me obligo a que me masturbara frente a él… probo y  dijo eso. Fin de la historia.
-          ¿Abuso de ti? - yo estaba en shock. No quería imaginar a alguien causándole esas heridas a Kaz, quise buscar a ese sujeto y llevarlo a la guillotina.
-          No… solo lo que te conté… aunque supongo que es un tipo de abuso, no hizo nada más allá. Sé que debe ser tonto de oír pero no quiero que termines diciendo lo mismo o pensándolo… prefiero evitar todo eso si es posible. – Kaz… tontito.
-          Kaz… - escogí con cuidado mis palabras. – Ese tipo estaba mal de la cabeza en primer lugar para hacer lo que hizo, y en segundo, supongo que una persona libremente no ama el sabor o los olores de una persona hasta que le quiere, y yo te amo. Y amo todo en ti. – Acaricie su rostro en la oscuridad, buscando sus labios.- Incluso cuando roncas como un cerdito.- El rió un poco y yo le bese, su lengua fue tierna y tímida, Kaz seguía sintiéndose pequeño. – Yo probé algo ya de eso, ¿sabes? Y te aseguro que si tengo la opción de guardarlo en una botella y tomarlo cuando me de sed lo hare.
-          Hyyyyyyde! – El rio avergonzado.- Tú no tienes filtro ¿verdad?
-          Ño. – le dije al tiempo que acariciaba su cabello.
-          Está bien… está bien. Si quieres hacerlo adelante, pero prométeme que no te obligaras a hacerlo si no te gusta, ¿okey?
-          Que tonto eres Kaz, pero está bien, si te deja más tranquilo, lo prometo.
-          Bien… bien.- Se dijo mas a si mismo que a mí. Al parecer, el momento de tensión se estaba yendo lentamente, así que decidí abrazar fuerte a Kaz, para hacerlo sentir seguro.
El me abrazo fuerte.
Su necesidad de mí, me hacía sentir que debía protegerlo.
Supongo que eso sentía el cuándo me veía llorar.
Tuve la idea de poner a prueba sus palabras, pero creí que era mejor esperar y no presionarlo.
El tenía paciencia conmigo, yo podía tenerla con él.

De pronto lo sentí roncar en mi oído.
-          Kaz… Kazu… amor mío, no te duermas en esa posición que me dejaras sordo.
-          M.
-          Kaz muévete un poco por favor.- dije riendo
-          Mh…- dijo separándose un poco de mi.- Hyde…
-          Dime amor
-          Gracias.- dijo con una voz muy cálida y un poco ronca por el sueño.
-          ¿Ah?¿Por qué?....- silencio.- ¿Kaz?... oye… no es justo que te quedes dormido así.

Pero no hubo respuesta.

Me acomode alrededor de su cuerpo para dormir de lado abrazándolo de su cintura, su respiración acompasada me relajo muy pronto, pero antes de irme en el sueño recordé mi decisión.

“Mañana comenzare mi propio disco.” – quise pensar más en ello, pero el sueño no me lo permitió, ya abría tiempo para todo.

 Yo estaba tranquilo, todo saldría bien.
“Gracias Kaz, por todo esto…” fue mi último pensamiento antes de dormirme del todo.





·         Avidez. ~ KAZ

Sentí una respiración en mi cuello que me causaba cosquillas.

No tenía que verlo para saber de quién se trataba, yo reconocía su olor, su exquisito olor que se impregno en mi memoria desde la primera vez que lo abrace al dormir.

Abrí los ojos, envuelto por una enorme calidez al sentir los dedos de una de sus manos, entrelazados con los míos.

Hyde tenía sus ojos cerrados, su boca entre abierta, su respiración era suave, su rostro se veía tranquilo, muy diferente a cuando recién lo conocí. De todas las caras de Hyde que había conocido en estos pocos días, la de su rostro durmiendo estaba en mi lista de favoritas. Qué hermoso era este hombre, todo lo que irradiaba de él era bello e inusual; su personalidad, su manera de ver el mundo, su manera de sentir y su voz…

Nunca me sentí atraído por un hombre, si bien no tengo una gran lista de amantes, he tenido novias, pero por desgracia para mi absurda soledad, ninguna  había cavado en mi con sentimientos profundos. Y aparece este pequeño y me cautiva, me llena de deseo por su cuerpo y de anhelos de un futuro en su compañía, en tan solo un segundo.

“Si tan solo pudiera retenerlo conmigo para siempre “pensé… sabia que hoy Hyde se marcharía para volver a la realidad de su vida, pero pensar en dormir solo me hacía sentir un gran vacío, no quería estar sin él, como tampoco quería que él estuviera sin mí. Sentí miedo por sus crisis de pánico, sentí miedo por el mundo que pudiera lastimar a mi sensible chico, sentí miedo de él y sus demonios. Pero tenía que dejarlo ir… solo le rogaba a la vida que me lo devolviera pronto, y no se fuera de aquí dejándome como un recuerdo para volver a su loca vida de cantante, fiestas, sexo desenfrenado y crisis existenciales.  Solo dios sabe cuánto miedo me daba que él no volviera. Yo lo necesitaba más de lo que podía entender.

No quise levantarme de inmediato a prepararle el desayuno, ya había conocido la manía de Hyde por despertar tarde… así que no había prisa por alimentarlo… podía verlo dormir y sentir su calidez por quizá una última mañana. 

Me acomode frente a él, para poder observar su rostro descansando… Que frágil se veía al dormir. Pero, yo sabía que Hyde no lo era. Conocía su carrera y por ende parte de su personalidad en programas de televisión, el ego había hecho de las suyas con una persona que pareció ser bastante ingenua en sus primeros años de fama, pero ya no lo era, usualmente se mostraba engreído en programas, divertido pero definitivamente con un carácter fuerte. Sin embargo, el Hyde que estaba frente a mis ojos aun conservaba algo del Hyde de sus primeros años de fama, y no me refería a lo femenino, si no, a un brillo especial en sus ojos que lo denotaban un poco infantil, un poco inocente, un poco risueño.

 A ratos sentía un Hyde muy niño y a ratos uno muy adulto.

Yo no le había confesado a Hyde aun, lo cerca que había estado de su carrera por muchos años, como productor trabajamos en el mismo estudio, solo que él nunca me noto, pero en realidad el no notaba a nadie. Le conocía en un contexto diferente, pero cuando lo tuve por primera vez en esta habitación no lo reconocí. Es más, me atreví a preguntar su nombre estando seguro de que me diría el verdadero y no Hyde. Claro que era un detalle que no me importaba, pero me asombraba la diferencia entre el Hyde famoso y el Hyde persona. Su personalidad estaba opacada por el miedo a como le interpretarán. Yo notaba las ganas de Hyde por expulsar su energía al mundo, pero estaba siendo reprimido.

Cuando le estaba mirando abrió sus ojos lentamente, estaba perdido aun.

Me sorprendió que despertara tan pronto, considerando que durante la noche despertamos en la madrugada. El me observo unos segundos, me sonrió y se acerco para pasar uno de sus brazos por sobre mi hombro.

-          Kazu esta sonriente esta mañana.- dijo con voz ronca  a causa del sueño.

-          Gracias a ti.- durante todos estos días, mi sonrisa permanente había sido gracias a él.
-          ¿Porque a mí? – pregunto arrastrando las palabras, estaba adormilado.

-          Porque…- me avergonzaba admitir las razones del porque hoy mi corazón se sentía mas cálido que ayer.

Le había confesado a Hyde algo que no había dejado escapar nunca de mis labios, y el había sido muy comprensivo al respecto. Me había hecho sentir protegido y protector al mismo tiempo, una sensación agradable que me dio pie para sentir aun más confianza en él.

-          Ah…- dijo él con una risa contenida en sus labios.- es porque hoy me llevaré una botellita para la sed de aquí.

-          Hyde saca esa idea de tu mente, jamás te dejaré hacer algo así. – le dije con un rostro un poco asqueado.

-          Calma, calma… patentaré esa bebida al nombre de ambos y seremos millonarios.

-          Idiota, mejor abrázame o sigue durmiendo. – le dije riendo y con cariño. Hyde, era creativo.
-          Entonces abrázame para seguir durmiendo, aun me siento cansado.- dijo con un puchero exquisito en sus hermosos labios.

-          Si ya me extrañaba que despertaras tan temprano… ven aquí mi pequeño.- abrí mis brazos y él se posiciono entre ellos para apoyar cabeza en mi pecho. Inmediatamente acaricie su cabello, buscando relajarlo y hacerlo dormir.

Luego de unos  minutos Hyde estaba dormido.

Me levante un poco para ver en qué posición dormía, ya que no lograba encontrar una de sus manos para besar sus dedos. Y su cuerpo le daba la espalda a mi vista.

Entonces lo vi durmiendo con su mano bajo su rostro, como un verdadero bebe.

Me quede en esa posición observándolo hasta que mi espalda se quejo por la incomodidad. Entonces decidí que era hora del desayuno. Moví a mi dormido Hyde a un costado, lo acomode, lo abrigue y lo bese antes de ponerme de pie para caminar a la cocina. Pero al tratar de levantar mi cuerpo de la cama, note el dolor en las piernas, los músculos agarrotados, en la espalda tenía un dolor punzante y me dolía también un poco el estomago, como si hubiera hecho ejercicio por mas horas de las que mi cuerpo acostumbrara; o hubiera  recibido latigazos o algo por el estilo.

“Lo que hace el  buen sexo” pensé antes de marcharme riendo a la cocina,  enormemente acalambrado y enormemente feliz.









·         Impulsivo. ~ HYDE



-          Cariño despierta… - sentí algo acariciando mi rostro, ¿labios? ¿dedos? ¿una nariz? No lo supe. Para cuando abrí mis ojos el rostro de Kaz estaba frente al mío, que hermoso era despertar teniéndolo así de cerca.

-          Hola.- le dije antes de morderme el labio al verlo.

-          Hola dormilón, levántate, ya serví el desayuno… ten, ponte esta ropa, es la más pequeña que tengo, espero que te quede bien.- dijo riendo un poco coqueto, llevaba puesta ropa ajustada, se veía exquisito a mis ojos. Inmediatamente quise ser suyo.- Oye… deja de morderte ese labio, vamos a comer.- dijo riéndose aun mas, notando el efecto que tenía en mi.

-          Mi hambre no es de comida en este momento…

-          Pero la comida se enfriara y tú te quieres ir, además, así te obligo a volver, tus ansias te harán volver pronto a mí. – El tono de voz de Kaz era distinto, sonaba preocupado, ansioso y un poco triste.

-          ¿Qué te preocupa?- le dije mientras me vestía.

-          Nada, vamos a comer.

-          Oye… dime… - le pedí, cuando termine de colocarme los pantalones, aun no llevaba nada que cubriera mi pecho y hacia frio. Pero me acerque a Kaz para mirar sus ojos e insistirle en que confiara en mí.- ¿Qué te preocupa amor?- le volví a preguntar en un tono dulce.

-          No quiero que te vayas.- dijo mirando al suelo.- Pero no te retendré, sé que te debes ir, solo no quiero…. Tengo la sensación de que no volverás pronto y… Te extrañare. – “Hay cariño” pensé con tristeza.

-          Kaz, amor, yo solo me iré por unos días, no creas que no te necesito… lo hago… volveré a ti antes de que me extrañes, es más, después de unos días tranquilo no me extrañarás estoy seguro de eso.- le dije acercándome a él, para sentarlo en la cama y luego sentarme yo en sus piernas.

Acaricie su rostro con una de mis manos, Kaz cerró los ojos. Fue un momento íntimo de tan solo segundos, pero quedo guardado en mi corazón. Yo lo amaba. Y él me amaba. Lo sentíamos ambos, estaba escrito en nuestras caricias y en nuestros tonos de voz. Todo entre nosotros dos era dulce, tranquilo y amoroso, menos el sexo, pero era por mutuo acuerdo… supongo.

Kaz suspiro y yo lo abrace consolando un poco su preocupación. La verdad era que yo tampoco me quería ir, salir de ese departamento significaría una batalla emocional para mí. Pero si pensaba demasiado en ello terminaría quedándome y tenía una realidad a la que volver… una que me esperaba con mucho trabajo por hacer.

-          Amor.- llamo Kaz, separándose un poco de mí - Se enfriara la comida, ¿vamos?- pregunto aun algo deprimido.

-          Si, ¡comida, comida, comida, comida, comida, comida! – dije saltando hacia la cocina arrastrando a Kaz con mi mano. El rió.

-          Espero que te guste.- dijo al mismo tiempo que yo observe la mesa que él había preparado, le mira a el con la boca abierta por la sorpresa. Kaz se había esmerado en preparar un desayuno romántico, con velas y con cuanta comida se me ocurriera que podría haber en un desayuno. Todo se veía delicioso, incluyendo a él.

-          Kaz… yo… esto es inesperado y un gesto muy… dulce… gracias - le dije mirándolo a los ojos, el sonrió, ahora mas compuesto que cuando estábamos en la habitación.

-          A comer entonces, muero de hambre.- dijo sentándose a comer, yo hice lo mismo y comencé el ataque. Podía comer libremente como un cerdito, a él no parecía molestarle.

Mientras comíamos conversábamos sobre lo que el haría durante estos días, parecía tener trabajo también. Le explique mis planes, quería que Kaz demostrara interés e invitarlo a trabajar conmigo, tal y como él hizo con Tetsu, aunque sabía que no era lo mejor que ambos trabajáramos con el mismo productor, yo quería que Kaz fuera parte de mi trabajo también. Pero el no demostró interés es más, insinuó en dos ocasiones que no quería más trabajo del que tenia, lo que me desmotivo para invitarlo a trabajar conmigo.

-          Me da algo de celos que Tetsu si te haya tenido en su trabajo.- dije haciendo un puchero.
-          Si vas a ser celoso, prefiero que no sea por motivos laborales Hyde.
-          Es solo que… olvídalo. – dije bruscamente. Yo estaba evidentemente molesto por su rechazo.- Ya termine de comer. Creo que debo irme Kaz.
-          ¿Tan pronto? – dijo un poco decepcionado.
-          Si, no tendré un productor como tu así que debo hacer el doble de trabajo.
-          Que llorón eres.- dijo riéndose de mis reacciones. – Uno de mis orgullos es que me puedo permitir rechazar ofertas buenísimas, como trabajar con el vocalista de L’arc en Ciel.
-          Vaya, que buena razón para estar orgulloso, ¿no?- ahora sí, estaba algo dolido, Kaz en cambio, seguía sin alterarse.
-          Eres un tonto Hyde, no quiero trabajar contigo porque creo que no es lo correcto.
-          A la mierda. – le dije molesto dirigiéndome a la puerta.
Estaba realmente enojado, primera vez que un productor rechazaba trabajar conmigo.
Y era él.
Y por Tet-chan. Eso me enojaba aun más. 






·         Promesa. ~ KAZ


Por leves segundos el Hyde que yo había conocido se marcho para darle paso al Hyde que conocí en el estudio, “soberbio” pensé.

Le dolía que yo rechazara trabajar con él porque su ego no era capaz de aceptar un “no”.
Tampoco se daba cuenta de mis razones, si trabajaba con él, rompía moralmente mi compromiso con Tetsu y etiquetaría publicitariamente el trabajo por el que tanto se esforzó en mi compañía. Yo no haría eso, no era correcto, incluso si era Hyde quien me lo pedía, mi respuesta seria un no. Jamás desvalorizaría el trabajo de un músico, de esa o cualquier otra manera.

Pero Hyde no lo entendió. Y se estaba marchando realmente furioso. “No volverá” pensé. Y mi pecho comenzó a sentirse frio.

Debía hacer algo o este sería el adiós.

Entonces recurrí al instinto y atrape a Hyde en el preciso momento en que el abrió la puerta, cerré la puerta desde detrás de él y  lo arrincone, presionando mi cuerpo con el suyo y besando su cuello desde atrás.

-          Mm… no… ¿no ves que estoy enojado contigo?- susurro Hyde, sin detener mis besos ni mis manos que estaban acariciando su pecho.

-          Sigue enojado y veras como te dejo sin caminar para que no te vayas. – le dije esta vez rozando su entrepierna con la palma de mi mano, por sobre su ropa.


-          Ah… - Hyde inclino su cuello hacia atrás apoyándolo en mi hombro, permitiéndome tener acceso a desabrochar su ropa. Desabotone su camisa y desabroche su pantalón. Con una mano apretaba sus pezones, con la otra, frotaba su entrepierna por debajo del pantalón pero por sobre la ropa interior.- Dios Kaz… ¿cómo puede tu tacto ser tan exquisito?- susurro entre jadeos.

-          ¿Cómo pueden tus jadeos excitarme tanto?- le susurre en el oído.

Comencé a frotar con más presión la entrepierna de Hyde, podía sentir su erección creciendo.

-          Ahh… hazme tuyo… por favor… me muero por sentirte Kazu.- pidió jadeando ante el movimiento más constante y con mayor presión sobre su erección.

-          Pero... ¿Qué no te ibas?- le pregunte riendo en el momento en que toque su miembro por debajo de la ropa y acaricie la punta de su pene con la punta de mis dedos.

-          Oh… dios… - Hyde comenzó a mover sus caderas, frotando esta vez mi erección ya notoria. El estaba ansioso y a mí me excitaba estimularlo, me excitaba verlo reaccionar ante mi tacto, sus expresiones, sus jadeos… Hyde era exquisito.- Kaz… mmm… Kaz….
-          ¿Dime Hyde?

-          Por favor… házmelo…- dijo con un tono suplicante, comenzó a frotar con más fuerza su trasero con mi erección, yo jadeé.

-          Pero antes, prométeme que volverás.- metí mi mano más abajo esta vez roce con delicadeza y presión todos sus genitales.

-          Ouuu… rico… - Hyde Saboreo sus labios con su lengua. Yo suplicaba que él hiciera una promesa rápido, se me hacía difícil resistirme al ver lo excitado que estaba mi pequeño.- Kazu…

-          Promételo… - esta vez yo no lograba hablar claramente, los movimientos de Hyde eran delirantes. Comencé a masturbarlo, frotando su miembro con mi mano de abajo hacia arriba, con presión, con rapidez.

-          Lo prometo… uuuh… prometo lo que quieras…dios…- susurro con la voz entre cortada.
-          En siete días estarás aquí como máximo y te quedaras 7 días más cuando llegues.- le dije mientras bajaba su pantalón y el mío.

Hyde trato de darse vuelta, pero no se lo permití, lo mantuve contra la puerta y frente a una espera de su respuesta, roce mi erección contra su entrada trasera, Hyde respondió impulsándose hacia atrás para hacerla entrar, estaba ansioso, y eso me saco una sonrisa. Pero yo no le permitiría tal placer si no me prometía lo que yo quería.

-          Prométemelo amor.- le dije mientras besaba su espalda y lo tomaba con ambas manos de la cintura para evitar que se acercara más de lo que yo permitiera a mi erección. Solo lo roce con ella. Y esto parecía volverlo loco, Hyde estaba sonrojado y sus labios estaban rojos tanto mordérselos el mismo.
-          7 días es mucho… ooh….- comenzó a mover circularmente su cadera, rozando lo mas que podía mi erección, eso me hizo jadear a mi también.
-          5 días entonces, solo para mí… mm... aquí en mi… aah… en mi casa.
-          Si, si, por favor ya hazlo. Dios esto es demasiado.- dijo Hyde pasando sus dedos por su cabello, estaba muy ansioso, era divertido verlo así.
-          Mm.. que apurón.- le dije riendo en su oído, el se estremeció. – pero lo posicione para entrar en él. Pero solo un segundo antes, Hyde miro hacia atrás y dijo:
-          Espera… ¿así?
-          Si… ¿te causa algún problema?- le pregunte con un tono curioso mientras masajeaba su columna.
-          Es que… tú eres muy intenso Kaz.- su tono era acusador.
-          ¿Y eso es malo?
-          Lo es si es que quieres mantenerme de pie… me caeré si lo hacemos así. 
-          No te preocupes, yo nunca te dejare caer.- le dije sonriendo y de corazón, aquellas palabras tenían más sentido del que podía explicar y eso Hyde lo entendió de inmediato, como respuesta a mis palabras posiciono sus manos sobre la puerta y se agacho un poco para dejarme entrar con mayor libertad.
Me cautivaban los gestos de Hyde.
Decidí dilatarlo un poco con los dedos, como respuesta a mi entrada lenta en su cuerpo, el tuvo un pequeño espasmo en donde su cabeza se inclino hacia atrás y gimió fuerte.
-          Uhhhhhhh…. aaah… Kazu entra ya por el amor de dios! – demando. Hyde sudaba. Yo me  sentía orgulloso de causarle eso a mi chico exigente.

Entonces entre en el, lentamente deje entrar mi erección, sintiendo como la calidez del cuerpo de Hyde me absorbía, se sentía un poco apretado… la posición no me permitía darle más espacio y me preocupe por si ello le causaba dolor, pero al mismo tiempo que abrí la boca para preguntarle, Hyde me exigió:

-          Kazu que entre todo por favor, quiero sentirte por completo… 

Me sentí apenado por preocuparme, olvidaba a veces que mi pequeño no era tan delicado como parecía.

Entre en el por completo, sintiendo como su cuerpo me recibía mientras Hyde abría mas las piernas y con sus uñas arañaban la puerta.

-          .aaah…. aah! Si… Kazu… mas… - Hyde se movía de un lado hacia el otro, intuí que era debido a que la posición no le permitía arquear la espalda como siempre hacia cuando el placer lo consumía.- Kaz muévete… por favor…- Hyde volteo a mirarme, su ojos brillaban por la excitación.
-          Dame tus manos, ambas. – Hyde me dio las manos aun estando de espaldas, y yo las tome firmemente.- Bien bebe, ahora abre mas las piernas.- Hyde obedeció y yo comencé a moverme fuerte contra él, quería sentirlo perderse y quería perderme en el.

-          Ooooh mierda!... ah Kaz! Kaz!- gritaba Hyde mientras lo embestía rápido y fuerte. Bastaron solo unos segundos para que yo perdiera el control también, solo me preocupe de mantener el equilibrio y no dejar caer a Hyde.- oh Kaz! Cielos…- moría de ganas por ver las expresiones de Hyde, “debería usar un espejo la próxima vez que lo hagamos de esta forma” pensé.
A medida que nos movíamos y el frenesí nos capturaba las mentes, no podía evitar pensar que esta era una despedida, por lo que me moví con mayor ímpetu, para que Hyde no olvidara cuanto lo necesitaba y cuanto lo quería.

Veía como su espalda y su cuello sudaban, sentía sus jadeos, Hyde estaba perdido. Pero luego de varios minutos sentí sus piernas temblar, mi pequeño estaba esforzándose por mantenerse en pie, entonces lo tome de la cintura, soltando sus manos y  apoyándolo contra la puerta, junte mi pecho a su espalda, para que de esa manera yo pudiera sujetar su peso.

Embestí nuevamente, y el inclino su cabeza en mi hombro, ahora podía ver sus expresiones, como también jadear en su oído, sabía que eso le gustaba.

Con una de mis manos comencé a masturbarlo, marcando el mismo ritmo desde adelante y desde atrás de su cuerpo.

-          Si… Kaz… no te detengas por favor… mmh.. – dijo mientras sus manos buscaban a ciegas tocar algo de mi piel.
Deje que uno de sus brazos, pasara por debajo del mío, para que pudiera tocarme, entonces el tomo mis testículos.
-          Dios Hyde… eres un travieso... ah…- comenzó a masajear de una manera cuidadosa pero rápida.
-          Tu no me has… mm... dejado… hacerte… dios…. Nada… uuhh…Kaz!!- grito Hyde de pronto soltando su mano de mi cuerpo y temblando por completo, sentía hasta su estomago temblar. Sus ojos estaban apretados y su boca abierta, el calor en su rostro era el reflejo un reflejo del éxtasis que sentía, las venas de su frente se notaban cada vez más.

Su reacción me asusto un poco al principio, pero entonces sentí que mi erección estaba chocando contra algo sumamente duro y suave que se sentía palpitar y comprendí la reacción de Hyde, solo era cuestión de tiempo para que su orgasmo llegara.

-          Kaz! Kaz! Kaz! Dios… voy a desmayarme… mierda Kaz!... uuuh…- Hyde tenia pequeños espasmos, su rostro era puro placer enloquecedor.

-          Hyde… aah.. Déjate ir…aah… - lo tranquilice, yo lo sujetaría si es que se dejaba llevar.

-          Kaz… Kaaaaz.- dijo con la voz completamente temblorosa…-mmh! – Hyde mordió sus labios y arqueo la espalda, cada vez faltaba menos, entonces decidí moverme aun mas rápido, solo bastaron dos estocadas para que Hyde ni en el mejor de sus intentos por cerrar su boca con sus dientes, pudiera evitar gritar fuerte.- Aaaaaaah!! Kaaaazuuuu… - yo continúe embistiéndole y masturbándole Hyde estaba temblando, aun en su orgasmo, sus ojos casi blancos y su boca abierta me hacían saber que aun no volvía a tierra. Entonces sentí otro espasmo más y la mano que atendía su erección se lleno de su esencia.  Fue suficiente para mi entonces, verlo tan excitado me hizo no poder mas, y tuve mi orgasmo en su interior, jadeando fuerte su nombre y evitando perderme en el placer, por miedo a dejarlo caer. Gemí cerca de su oído notando como su reacción ante eso fue morderse el labio, a él le gustaba escucharme tanto como a mi.

-          Hyde….hyde aaaaaaah…. Aaah….

-          Ay Kaz, si terminaste deja de mover tu mano por favor… no puedo con eso…- solté mi mano de su miembro y me reí, yo no había notado que aun lo masturbaba. – Hyde estaba un poco perdido, cubierto en sudor y su cuerpo no respondía, ya que yo lo sujetaba.

-          ¿Estás bien?- le pregunte jadeando, aun no me podía mover yo tampoco o nos caeríamos los dos porque nuestros músculos no respondían.

-          La verdad no puedo moverme y siento que no estoy aquí… - Hyde aun temblaba…

-          Mi pequeño… - le dije mientras retiraba mi erección de su interior

-          Aaah… ouh Kaz… cómo es posible que aun cuando lo saques este tan duro… - su comentario me dio un poco de risa, anatómicamente no podía explicarlo pero no era nada del otro mundo… el libido tardaba en irse.

Tome a Hyde en brazos y me lo lleve a la habitación, tal parece que iba a estar tendido un buen rato antes de retomar su discusión, su camino y su enojo.

Y así fue, pasaron largos minutos en que Hyde intento recuperarse, yo me di una ducha y para cuando fui a la habitación el estaba recién abriendo los ojos.

-          Lo hiciste apropósito, no querías que me fuera - me acuso mientras yo me recostaba a su lado y le acariciaba el rostro para luego besarle, beso que me correspondió con las mismas ganas.
-          Amo tu lengua, tanto para besar como para decir esa verdad. Yo no quiero que te vayas.- Hyde sonrió, podía ver en sus ojos como agradecía mis palabras, mi pequeño era un hombre con el corazón grande.

-          Te amo.- dijo sonrojado, desnudo, con el pelo alborotado y la voz aun ronca.

-          Te amo Hyde.- y volví a besarlo, pero él se aparto.

-          Hideto… - yo lo mire impresionado.- mi verdadero nombre es Hideto, pero llámame Hyde es más cómodo para mí. Estoy acostumbrado a ese nombre.

-          Kazuhito Iwaike, es mi verdadero nombre, pero también prefiero Kaz.

Hyde sonrió dulcemente y me abrazo.

-          Deja de preocuparte por si volveré o no, no creo poder estar más de un par de noches sin ti… -susurro acariciando los músculos de mi estomago, esa parte de mi parecía gustarle, la acariciaba con frecuencia.

-          Un par de noches suena a demasiado tiempo amor.

-          Um… ¿bésame? – Me miro pestañando adorablemente una y otra vez.

Tome su rostro entre mis manos y lo bese con necesidad, con pasión, con ternura, con orgullo y con admiración… no había nada que no sintiera por Hyde. En ese momento y como en la gran mayoría del tiempo desde que me había cautivado, el lo era todo. No existía mundo, no existían más personas, ni trabajos, ni sufrimientos, el era para mí como la música… el hacia fluir la sangre en mis venas, el era para mí una muestra de arte expresivo… Hyde era mis anhelos, mis sueños, mis miedos y mis sentimientos.

-          Mmmhh.. tus labios... son mi adicción Kazu- susurro encerrando mis caderas con sus piernas… la sensación de nuestras pieles desnudas era deliciosa.
-          Hyde tus besos son delirantes.
-          Entonces no dejes de besarme.

Comenzamos a besarnos y a rodar en la cama como dos adolescentes entregados al frenesí de una noche loca después de una fiesta.
Entre nuestros besos nos mirábamos con cariño, podía ver el mundo de Hyde en sus ojos, su tan expresiva mirada… su risa nerviosa salía a la luz cuando le sonreía por unos minutos, mi criatura era adorable.
-          Kaz… déjame… déjame disfrutar de ti un momento…- dijo tratando de posicionarse sobre mí, me extraño un poco y mi cabeza comenzó a debatir las ideas sobre que sería lo que haría. Entonces Hyde se posiciono a la altura de mi otra vez presente erección,  y se lamio los labios, yo me preocupe.

El quería probar.

-          Hyde…
-          ¿Puedo? – sentí como los nervios revolvían mi estomago, no quería que nada en mi fuera del desagrado de Hyde.
-          Pero….
-          No te preocupes. Me encanta, lo juro. Solo porque es tuyo me encanta.

¿Cómo decirle que no cuando sus ojos me suplicaban permiso?

-          Adelante… solo no te obligues a hacer nada que no quieras.

-          Ssssh… tú no tienes idea de cuánto quiero esto.- Dijo antes de lamerse los labios provocativamente una última vez, antes de comenzar su tortura.





Despedida. ~ Hyde



Yo estaba a punto de comenzar a lamer cuando Kaz se llevo un brazo a su rostro, “Oh no amor mío, yo quiero mirar tus expresiones, quiero ver que te provoco.” Pero no iba a decirle nada al respecto, no quería presionarlo… de manera consciente por lo menos, así que subí hasta su rostro para besarlo en los labios, moví mi lengua de la manera más suave y sensual que pude.

-Mm..- Kaz comenzaba a disfrutar… entonces bese la punta de su nariz y Kaz alejo su mano de su rostro para que yo continuara mi camino. Bese sus parpados y su frente, Kaz se relajo visiblemente, entonces baje a besar su cuello, sus hombros, y le dedique especial atención a lo que aprendí era una zona especial para ambos: los pezones.

- ouuu...- dejaba escapar Kaz mientras yo mordía suavemente, entrelace ambas manos con las suyas, para evitar que en mi camino, el volviera a tapar sus ojos, y baje… bese su deliciosa piel recién lavada… mi lengua acaricio todo lo que pudo y mis dientes fueron suaves para rozar el camino bajo su ombligo. Entonces llegue a mi zona favorita y Kaz no podía tapar sus ojos. El me miraba, sus ojos brillaban, había un poco de preocupación en ellos, pero ganaba la excitación. Entonces me lleve su miembro a los labios y lamí su erección, desde la base hasta la punta.

-Aaaah…. Hyde.- dijo Kaz arrojando su cabeza hacia atrás, sentí sus pies acalambrarse como efecto de una corriente de placer.

Yo comencé a lamer todo lo que podía sin soltar las manos de Kaz, sus testículos e incluso sus piernas. Le dedique especial atención a la punta de su pene, haciendo movimientos circulares con mi lengua.

-          Dios Hyde… dios… - Mi Kaz había dejado su vergüenza, así que solté sus manos para tomar su miembro y rozar mis dientes con la punta mientras yo masturbaba el resto con una mano y la otra mano se dedicaba a acariciar la zona de los testículos… y baje la mano… cada vez mas.

-          Hyde… que..? – Kaz me miro a los ojos estaba verdaderamente sorprendido, pero comprendió de inmediato lo que yo quería hacer. Y en un acto de fe increíble para mi, Kaz simplemente abrió las piernas mientras cerraba los ojos en espera de lo que yo haría.

“Mi vida….” Pensé…

-          No dolerá, lo prometo.- dije con una voz dulce.

-          Mh…- respondió Kaz excitado. Se estaba entregando a mí. 

Entonces continué mi tarea, masturbándole, chupando con mi boca, y haciendo travesuras con mis dedos… sentí el pre liquido salado disolverse en mi boca y decidí que era un buen momento para mostrarle el placer que el usualmente me daba. Y lentamente introduje un dedo en la zona trasera de Kaz.

Kaz se tenso. Por lo que no continúe, si le dolía rompería mi promesa.

Deje de masturbarle con una mano y comencé a hacerlo con los dientes como había querido la noche anterior.

-          Aaaah! Hyde! Mmm… Hyde… dios…

Moví mis dientes lentamente para no hacerlo acabar de inmediato y mientras Kaz estaba sumido en placer introduje otro dedo en el, como esta vez no se tenso, los introduje mas, esta vez, pude llegar a donde quería.

-          Ah! – dijo Kaz antes de voltear su rostro a un lado para evitar que yo le mirase. Esto me preocupo, entonces frene mi boca y le pregunte.
-          ¿Duele?
-          No.- respondió aun escondiendo lo poco que podía su rostro, su voz estaba cargada de vergüenza.
-          Kazu…
-          Sigue… - susurro
-          Kazu… escucha…- el continuo con su rostro escondido.- Este es el placer mínimo que me das tu, tu intensificas mas pero… está bien, que te guste está bien, a mi me gusta y tú lo sabes, ¿Podemos compartir eso? ¿Compartir el placer? ¿Sea como sea? ¿Sin prejuicios?
-          Si…- levanto su rostro sonrojado.- por favor sigue…- susurro disculpándose con la mirada, como si acabara de notar que avergonzarse por algo que yo solía hacer era un insulto para mí. Mi dulce Kaz.

Continúe con mi trabajo, embestí con la boca a Kaz mientras movía mis dedos en su interior, sentía su humedad en mi boca y me encantaba, me encantaba su olor, su sabor, su textura, todo en Kaz era perfecto y adictivo.

Moví mis dedos más rápidamente, Kaz como respuesta abría mas las piernas por lo que note que él estaba disfrutando, su estomago bajaba y subía por la tensión muscular que ameritaba el doble placer, por fin Kaz entendería porque yo me perdía en el usualmente.

-          Ah…  Hyde… Ah…. Dios es demasiado intenso…

-          Si cariño lo es.- susurre besando la punta de su erección, haciendo vibrar un poco su miembro, en respuesta a esto Kaz arqueo la espalda.

Me lleve el miembro de Kaz nuevamente a la boca, esta vez mas adentro, y apreté mis mejillas para succionar fuerte,  Kaz apretaba lo que podía con las manos y su boca ya no podía dejar de balbucear, entonces toque algo con los dedos, algo húmedo que me permitió humedecer más la zona. Kaz  arqueo aun más la espalda y ahogo un grito con su mano. Lo vi completamente perdido al tocar su punto G.

No cesé en ningún momento, no descuidé mi trabajo con su erección, tampoco el de los dedos, Kaz estaba sudado por completo y yo estaba feliz al ver que era mas receptivo de lo que pensé.

-          Ah! – grito Kaz en el preciso momento en que su erección encontró el escape de tanto placer, llenando mi boca de su esencia, yo la saboree con alegría, “Por fin” pensé.  Su sabor agridulce me encanto.  - Dios Hyde… Hyde … Hyde…- Continuo jadeando Kaz, mientras yo le aun estimulaba con mis dedos, pocos minutos después se dejo ir, en un orgasmo mucho más fuerte que todos los que le había visto.

-          Ahhaahhh… Hyde… dios ….- Decía mientras se revolcaba en la cama, apretaba las colchas con sus manos y su expresión placentera se enrojecía cada vez más, culmino con un espasmo un poco grande que me asusto.

Entonces, consciente de que Kaz estaba perdido me moví a la altura de su rostro y lo abrace. Abrigue su cuerpo con las colchas y bese su frente.

-          Mi amor ha dado un paso importante el día de hoy.- Kaz no respondió..Y yo agregue.- Hoy te amo más que ayer. – Kaz no respondió, aun no podía respirar bien, pero sonrió con los ojos cerrados y escondió su rostro en mi cuello. Su timidez, era posiblemente una de las cualidades de Kaz que mas cautivaban mi corazón. Podía ser el activo y el fuerte entre nosotros dos, pero seguía sin perder su dulzura. – Oye… te amo. – le dije besando su frente escondida.  Pero la respiración acompasada me dio una pista de que Kaz se había dormido…

Pensé en lo fuerte que tuvo que haber sido para él la experiencia como para dormirse de esa manera. Lo acobije por aproximadamente una hora, lo bese mientras dormía y acaricie su cabello, como también su hermoso cuerpo desnudo. Pero yo me tenía que ir y Kaz no despertaba.

Me dolía irme así, pero Kaz roncaba y no vi otra opción.

 Despertarle tampoco sería tarea fácil.

Así que me levante sin que él se percatara, busque ropa en su armario y me fui dejando una nota en la mesa del desayuno.

Fue cuando me di cuenta que Kaz no había probado lo que cocino para mí.

Yo me quise marchar cuando yo termine de comer, pero Kaz no había comenzado aun.

Que culpable me sentí por lo egoísta que era… entonces agregue algo a mi nota, y fui una última vez  a su habitación para mirarlo dormir.



-          Hasta pronto mi Kaz.- susurre, antes de marcharme del lugar que significo para mí desde entonces, mi hogar.