sábado, 7 de enero de 2017

Capítulo 9: Intacto


Entré lentamente en Kaz y no me detuve hasta tener mi erección completamente dentro de él.

Escuché a Kaz soltar la respiración de golpe, al parecer la estaba conteniendo.

Su espalda estaba tensa y la verdad es que sentía bastante estrecho estar en su interior. Era muy incómodo, pero si salía debía repetir el proceso y no quería que resultara desagradable en lo más mínimo para él.

-          Kaz… ¿Estás bien?

-          Si, solo deja acostumbrarme…es… espera un poco… aun… aun no te muevas por favor.- tartamudeo.

-          No lo haré descuida, tu muévete y marca el ritmo que te apetezca amor.- Kaz mantenía la espalda tensa, por lo que comencé a masajear todos los músculos a los que tenía acceso desde donde estaba.


Kaz enderezo un poco su espalda, acomodándose.

Pasaron alrededor de 3 minutos en los que se relajó visiblemente, en un par más comenzó a moverse lentamente, su boca soltaba quejidos suaves, al parecer lo peor ya había pasado.

-          Aah… - Kaz se sostuvo de la tina con ambas manos, sus músculos aun estaban tensos, podía verlo, pero podía apostar que ésta vez era a causa de la excitación y no al nerviosismo de unos minutos atrás.- amor… - susurro llamándome.

-          ¿Sí?

-          Muévete… pero no seas brusco por favor.- Kaz evitaba mirar atrás, aun había vergüenza en él después de todo.

No pude evitar pensar “jamás pensé escuchar esa frase de boca de Kaz.”

Comencé a moverme con mucha delicadeza, intentando no desacomodar la postura que teníamos y así  impedir que algún movimiento le hiciera daño a Kaz.

Pero Kaz comenzó a envestir contra mí, cada vez más rápido y cada vez con menos cuidado.

-          Ah... ah… maldita sea Hyde.- susurro sentándose sobre mis piernas que estaban arrodilladas detrás de él.

-          Aaah… ¿Qué amor? Mm.. duele… ¿algo?..- Kaz inclino su cabeza hacia atrás, apoyándola en mi hombro.

Nunca había agradecido tanto que Kaz no me llevara demasiada diferencia de estatura, de lo contrario esa postura me hubiera hecho reír.

-          Ah… me gusta… esto…

-          ¿Sí?...cuán… ¿to?

-          Si…sentirte… siempre… ah... será mi sensación favorita... sea... como… aaah… sea.

-          Uhm… te amo.- le dije besando su mejilla apoyada en mi hombro.

El no pudo responder, se perdió en las mismas sensaciones en las que me perdía yo usualmente. Desde atrás apreté sus pezones con mis dedos, masturbé su erección, le besé cuanto fue necesario y no deje nunca de decirle lo mucho que lo amaba.

A medida que los minutos transcurrían y el calor subía cada vez más, Kaz perdió la vergüenza, se movió libremente, no trató de controlar sus gemidos ni de esconder las consecuencias del placer que sentía. 

-          Hyde, deja... colocarme frente a ti... es molesto no poder besarte.

-          Qué bueno que lo pides, me muero por lo mismo.- le dije con una carcajada, era verdad que quería tenerlo frente a mí, pero la razón era otra. Yo no quería perderme de las exquisitas expresiones de Kaz en esos momentos.

Con mucho cuidado retire mi erección de su interior, Kaz hizo una mueca.

-          Me imagino como dolerá cuando todo termine…- Me miro preocupado.

-          No te preocupes, tengo el dinero suficiente para una silla de ruedas.- El rió.

Mi novio se acomodo sobre mí, esta vez tendría su rostro frente al mío.

-          ¿Así está bien?

-          ¿Es cómodo para ti?- le pregunte preocupado.

-          No me trates como una nena Hyde.

-          No lo hago muñeca.- le dije riendo y luego lo bese para evitar algún posible enfado por mi comentario.

Cuando bese a Kaz su pasión me tomo por sorpresa, comenzó a intensificar el beso mientras movía sus caderas, rozando mi erección con su entrada, rozando su erección con mi abdomen.

-          Ahh… - susurro al retirarse para tomar aire.

-          Mhh… ¿Puedo dejarlo entrar?
               
-          Si… - Kaz rió un poco avergonzado…- estoy seguro de que no dejaras de mirarme en esta posición…

-          Tú tampoco lo haces cuando estamos juntos, es una pequeña venganza. – acaricié con ambas manos el cabello de Kaz y acerqué su rostro al mío.- Confía en mi.- le pedí.

-          Lo hago Hyde.

-          Entonces no ocultes tu rostro mientras entro en ti. Quiero ver tus expresiones…

-          Morboso… está bien…

Kaz levanto un poco su cuerpo para que yo insertara mi erección en el, cuando estuvo en posición para entrar, Kaz bajo lentamente, marcando su propio ritmo al igual que anteriormente… vi sus ojos cerrarse y sus brazos tensarse otra vez, lo observé morder su labio a medida que saboreaba las sensaciones.

Kaz comenzó a moverse con ímpetu sobre mí y los jadeos comenzaron a escapar de mis labios, era excitante verlo de aquella manera, era excitante verlo disfrutar de mí.

Durante unos segundos sus ojos estuvieron en los míos. La intensa mirada que me dedicó hizo estragos en mi estómago, literalmente sentía mariposas, murciélagos y hasta pirañas rondando por allí cuando él me miraba de manera tan apasionada… el brillo en sus ojos y la sensación de auténtico cariño que emanaba de él me hacía sentir amado, me hacia amarlo cada vez más.

Sentía amor y agradecimiento por aquel hombre que gemía sobre mí.

Tomé sus mejillas y lo besé, mientras nos movíamos, solo nos separamos para buscar aire y soltar gemidos. Mordí en reiteradas ocasiones sus labios, como también deje huellas de mis dientes por su cuello.

Mi excitación comenzó a subir demasiado a medida que avanzaban los minutos. Me levanté lentamente, moviendo a Kaz junto a mi cuerpo, y le acomodé acostado en la tina con mi cuerpo encima del suyo mientras él me envolvía con sus piernas.

La posición usual entre él y yo.

Y comencé a moverme de verdad.

Necesitaba que él supiera cuanto deseo sentía por él, necesitaba demostrarle con un poco mas de pasión que él me volvía loco.

 Embestí su cuerpo con el mayor frenesí del que fui capaz, pensando en que tal vez poseerlo de aquella manera no se volvería a repetir.

Quise que fuera inolvidable.

-          Aaaah Hyde… - La expresión de Kaz era de autentico placer, su ceño fruncido y su boca abierta me demostraban que estaba concentrado en la sensación que lo consumía. – aaah… Hyde no tan… aah…

-          ¿No… tan… aah… que amor?... mmh…- no baje la intensidad en ningún momento, ni siquiera estando seguro de que se refería a que lo hiciera más lento.

-          Mmmh…  aaah!- Grito Kaz cuando yo sentí mi erección chocar contra su punto débil. Entonces quise hacer algo que Sakura me había enseñado hace años.

Comencé a moverme de manera circular dentro de Kaz, en vez de continuar embistiendo, quise estimular toda la zona con mis movimientos, el frenesí se mantuvo ahora suave e intenso.

 Kaz arqueo la espalda.

-          Oh… maldita sea Hyde - su respiración era irregular, sus piernas temblaban…- ¿Qué… aay… aah... que estás haciendo? Aaaah…. dios….

-          Mmhh... solo concéntrate en sentir aah…

Desde allí en adelante lo único que escuché de Kaz fueron grandes gemidos y un par de balbuceos, su cuerpo temblaba, su frente sudaba, su boca estaba entre abierta y sus ojos cerrados.

Mantuve constante mi ritmo hasta que sentí que se acercaba mi orgasmo, así que  arremetí contra Kaz, buscando entrar más adentro… buscando tocar el lado correcto de su cuerpo.
Entonces lo sentí, la humedad dentro de él me indico que todo estaba por terminar.

Y decidí intensificar lo que venía, de todas las maneras que yo pudiera.

Ataqué su boca con mi lengua, tomé su erección con mi mano y continué atacando su zona trasera. Sus piernas se abrieron más. Su lengua cedió ante la mía,  Kaz me estaba dejando poseerlo por completo.

-          Aaaah! Hyde… Hyde…. Ah! –  Gritó entre mis besos llegando a su orgasmo.

Sentir su orgasmo fuerte ocasionarle un espasmo, sentir su zona trasera contraerse ante tantas sensaciones, sentir el liquido caliente esparcirse entre mis manos y además escucharlo… era demasiado, me deje ir dentro de él, mirando a sus ojos que aún conservaban ese brillo que me derretía el corazón.

-          Aaaaah Kazuuu…mmhhh...- me deje llevar por el orgasmo y lo único que supe en ese momento fue que sus brazos me envolvieron cuando caí sobre su cuerpo.


No sé cuánto tiempo estuvimos allí, pero el agua fría indicaba que había sido demasiado. Cuando me recuperé, levanté la mirada para medir las reacciones de Kaz sobre nuestro inusual encuentro, pero el tenia los ojos cerrados y las gotas de sudor aun resbalaban por su rostro. Sin embargo sus brazos me sostenían firmemente.

-          ¿Amor? – estire un poco mi cuerpo para darle un beso suave en la punta de su nariz. El sonrió y abrió sus ojos. Su mirada… el brillo en la mirada de Kaz se había transformado en mi razón de vivir. – Mi vida… ¿estás bien? – le susurré realmente preocupado.

-          Si, descuida. Solo estoy un poco aturdido.- se rió un poco. Y yo con él.


-          ¿Fue intenso? – sabía la respuesta, pero quería escucharlo a él admitirlo.

-          Mucho más que la vez que…. Solo fue con tu dedo.


-          Pero… ¿te gustó?- Le miré con curiosidad, él se sonrojó.

-          Sabes que si, tonto.- susurro bajito.

Le di un suave beso y luego lo abracé fuerte por sobre los hombros, el me devolvió el abrazo con la misma intensidad.

-          Gracias por dejarme hacerlo, aunque fuera una vez.

Kaz no respondió pero su abrazo se hizo un poco más fuerte, para mí su respuesta fue clara.  Había significado tanto para él, como para mí.

Luego de unos minutos estando abrazados, me puse de pie y corrí en busca de unas toallas para cubrirnos, nos había dado frio a ambos.

Kaz se puso de pie con dificultad y una mueca de dolor.

-          ¿Duele mucho?- pregunte con un puchero en mis labios. No quería herirlo de ninguna manera, en verdad no quería.

-          No demasiado, pero el dolor es… constante. – levanto los hombros, restándole importancia.- Pensé que sería peor…- yo continuaba mirándole de la misma manera.- relájate Hyde estoy seguro de que esto o más es lo que sientes tu después de nuestros encuentros.

-          ¿“Encuentros”? amor… eso suena como sexo casual… - le dije para aligerar un poco el ambiente entre nosotros.

Me acerqué para cubrir el cuerpo de Kaz con la toalla.

-          No quise que sonara de esa manera, después de todo lo nuestro es sexo diario ¿no?

-          ¿Qué no para ello deberíamos vernos todos los días?- le dije mientras secaba un poco su pecho.

-          Pues eso es lo que quiero entonces.

Lo mire por un momento a los ojos y le sonreí.

-          Yo también lo quiero Kazu.

El tomo la toalla para envolverme a mí con ella y acercarme a él.

-          No te vuelvas a alejar de mí.

-          Amor…-  el tema me entristeció en un segundo. No podía prometerle a Kaz lo contrario. Mi vida como cantante estaba repleta de viajes constantes.

-          Hyde…- dijo con un tono resentido al no haber respuesta de mi parte.- ¿Quieres alejarte de mí?

-          Kaz… no quiero, por supuesto que no, pero mi vida es así… yo viajo mucho.

-          Ay por favor Hyde no seas idiota, que dejes tu trabajo o tu vida jamás ha pasado por mi mente.- Su tono era de indignación por lo que yo acababa de asumir.-  Puedes viajar por todo el mundo y tardarte lo que te dé la maldita gana y yo aun estaría aquí esperándote. Es a eso a lo que me refiero. Vete a donde quieras, pero sé consciente de que estaré esperando por ti.-  Sus ojos se tornaron llorosos, al parecer sus palabras tenían más peso de lo que podía expresar. – Ni siquiera te exigiría que me fueras fiel aunque muriera de celos en el proceso, no te exigiría nada mas que no fuera volver a mí… ¿lo puedes entender?

Ante la sorpresa de sus palabras, negué con la cabeza, no podía creer lo que estaba escuchando. No solamente me esperaría indefinidamente si no que no me exigía nada…

-          Tú aun no comprendes la magnitud de lo que siento por ti.

Me quede en silencio, pensando en sus palabras.

Había una verdad que yo tenía clara, estar o no en una relación con Kaz no alteraba lo que yo sentía por él, lo amaba, era un hecho. Lo había amado aun sin tenerlo, lo había extrañado, y la distancia no había afectado mi cariño, mi aprecio y mi amor por Kaz, parte de él estaba siempre conmigo, y parte de mi estaba siempre con él.

Si Kaz dejaba de amarme, yo no volvería a tener días tranquilos. Si por el contrario, sabía que Kaz continuaba amándome aunque la distancia nos separara, haría todo lo posible por que él estuviera orgulloso de lo que yo hiciera mientras estuviéramos separados y me mantendría entusiasmado contando los días para volver a él. Pensar en una vida sin Kaz se me hacía demasiado vacía, dolorosa tal vez no solo al comienzo, tal vez nunca lograría adaptarme a la falta de él en mi vida… tener a Kaz esperando por mi se le hacía perfecto y cómodo a mi trabajo y a mi corazón, sin embargo me sonaba demasiado egoísta.

Muy pocas veces sentí un amor tan genuino y real, por lo que quería que Kaz recibiera tanto de mí como yo podía recibir de él.

-          ¿Y que pasara contigo en todo ese tiempo? Mientras yo no esté… ¿sufrirás extrañándome? – Kaz se estaba vistiendo a mis espaldas, yo no había notado en qué momento se había alejado tanto de mi. Pero lo busque para obtener mi respuesta.

-          Claro que te extrañaré, sabes que lo haré. Pero estoy dispuesto a ello.

-          Kazu es que no es justo para ti.

-          Pero es la única opción razonable Hyde. Eres un artista famoso, tu vida está siempre tentada por sexo, drogas, fiestas, influencias… te la pasarás viajando a nuevos lugares y en todos ellos encontraras mas de eso y está bien, porque es parte de la vida que tu elegiste llevar, y yo lo comprendo. Comprendo los viajes, comprendo las tentaciones, comprendo que todo ello es necesario. – Kaz bajó la mirada.- Tú comprende que lo único necesario en mi vida eres tú, solo… solo no te vayas del todo.

-          Kaz… maldita sea.- estaba frustrado conmigo mismo por no poder brindarle mayores opciones a quien creía que se merecía lo mejor.- Es que no es justo… yo quiero que seas feliz, siempre, en todo momento… quiero poder darte una vida alegre y si no, que haya alguien que pueda dártela… no quiero ser egoísta, no contigo…- sin darme cuenta las palabras habían sido demasiado sinceras y dolorosas de admitir, de alguna manera yo me había dado cuenta de que mi vida no se ajustaba a la comodidad de la vida de Kaz. Y causarle algún tipo de daño por ello, no me hacía sentir bien conmigo mismo. – No es justo para ti que yo sea quien soy… no es justo…

Sentí una lagrima escaparse de mis ojos

“Maldita sea realmente darme cuenta de esto me duele” pensé en el momento en que tapé mi rostro con mis manos. Sentía impotencia.

Kaz me abrazo en el instante en que noto mi reacción.

-          Basta… no llores Hyde, deja de pensar que yo estaré triste esperándote… - su mano dio pequeños y suaves golpecitos en mi espalda mientras me abrazaba.- es al contrario, estaré esperándote con el corazón lleno de orgullo porque eres mi novio y no importará cuantas veces te marches a calmar la pasión de tus fans, siempre volverás a mí… tienes que prometerlo y me dejarás tranquilo y feliz…

-          ¿Por qué eres tan bueno conmigo? Sinceramente nunca he llegado a entenderlo.- le dije hundiendo mi rostro en su cuello.

-          Porque me enamoré de ti tonto y lo que más amo en la vida es verte sonreír. Así que por favor deja de llorar.

-          Tonto romántico.- deje escapar una última lágrima antes de abrazar a Kaz fuerte y dejarme invadir por la tranquilidad que siempre emanaba de él. – Todo estará bien mientras permanezcamos juntos.- susurré mas para mi mismo que para él. 

Las manos de Kaz buscaron mis manos, para entrelazar así nuestros dedos, entonces me besó en los labios con dedicación.

Para cuando nuestro beso termino, al abrir los ojos noté que la energía había vuelto y la luz estaba encendida.

Kaz inmediatamente observó a su alrededor y se alejo de mi para observar el resto de mi departamento. “Maldita sea” pensé, yo había creído que me iba a salvar de que Kaz viera mi desordenado y sucio hogar, pero la vida no es tan bella a veces.

Me vestí rápidamente y para cuando lo alcancé, el estaba recogiendo basura y colocándola en bolsas por separado, para reciclar lo reciclable.

-          Amor no tienes que limpiar…

-          Mira todo esto Hyde, ¿Cómo puedes vivir así?- el observo el teléfono. - ¿ni siquiera revisas tus mensajes? La registradora dice 15 mensajes.

-          Oh…. Es cierto. – de inmediato aquello tomo mi atención. “Por favor que no sea nada urgente, importante o malas noticias” le rogué a los astros.

Me acerque a escuchar los mensajes, algunos no termine de oírlos y los borre, eran ofertas que no llamaban mi atención, pero entonces llegue al último mensaje y al escuchar la voz de un antiguo amigo no pude evitar sentir un poco de emoción.

“Hyde! Espero que estés bien… llevo tiempo sin verte amigo, quiero invitarte a una fiesta en celebración por mi cumpleaños este Sábado, espero que no estés ocupado por que realmente necesito que vengas… un amigo cercano a mí, quiere hablar contigo sobre algo que te podría interesar, tal vez sepas quien es… su nombre es Gackt… quiero presentártelo. Y trae un buen regalo. ¡Te espero!”

-          ¿Gackt? – dije en voz alta cuando el mensaje finalizo.

-          Supongo que se refiere al Gackt de Malice Mizer…- dijo Kaz.

-          Sí, creo saber quién es.

-          ¿Lo conoces en persona?- pregunto.

-          No… pero Sakura me hablo de él en algunas ocasiones.

-          ¿Ellos se conocen? – Kaz parecía realmente curioso. Me extrañaba que a él no le molestara que yo hablara sobre Sakura.

-          En el segundo álbum de Malice Mizer, se le dieron agradecimientos formales a Sakura por su cooperación, en ese entonces ellos no tenían baterista formal.

-          Ah sí… Kami fue baterista formal a partir del tercer álbum.

-          ¿Lo conoces? – ahora el sorprendido era yo.

-          ¿A Kami?

-          Si… y a Gackt..?

-          No, Kami sé quien fue porque murió de una manera muy trágica. Y conozco un poco del repertorio de la banda, por eso se quienes son ambos, nada más. – dijo de forma casual.

-          Ya veo… ¿quieres ir a la fiesta conmigo? – le pregunté con una enorme sonrisa.

-          No me sentiría cómodo al no ser invitado Hyde…

-          No te preocupes, es fiesta de famosos, los desconocidos confiables son bienvenidos… además, entre tantos famosos hay demasiado ego para hablar entre nosotros…

-          Me imagino.- Kaz rió.

-          Por favor…- me acerque a besarlo, el correspondió mi beso y  al alejarme para tomar aire, le acaricié los labios con mi lengua.

-          ¿Cómo podré decirte que no si haces estas cosas?- La voz de Kaz sonaba excitada ahora.

-          Mmh… no digas que no entonces.- respondí en el mismo tono.

-           Está bien. Te acompañaré. – respondió sonriente, luego volvió a besarme, ésta vez sus manos tocaron todo mi cuerpo, hasta que una de ellas se quedó quieta sobre mi corazón. – Si me aseguras que tendré esto de ti para siempre, te aseguro que tendrás todo de mí… para siempre.

-          Lo tienes Kaz… créeme.- mi voz sonaba cargada de emoción, hasta yo lo notaba. Kaz me miro directamente a los ojos con una sonrisa en el rostro.

-          Tienes una mirada que me desnuda el alma Hyde… - susurró algo avergonzado.

-          Yo… también lo siento… cuando tus ojos brillan como lo están haciendo en éste momento… siento que se me derrite el corazón. - confesé.

Ambos nos reímos por nuestras bobadas románticas.

Las confesiones continuaron, los abrazos, los besos y las miradas. Y yo nunca deseé tanto en mi vida como aquella noche, que algunos momentos fueran eternos.







~ KAZ

Hyde había vuelto a mi vida y de alguna manera lo que yo sentía por él había aumentado durante todo el tiempo en que no estuvimos juntos.

¿Cuántas veces desperté a media noche e imaginé que estaba junto a mí para confortar un poco el dolor de cuanta falta me hacía? ¿Cuántas lágrimas escondí por extrañarlo? ¿Cuántas veces me culpe y me arrepentí por lo que ocurrió aquel día en que nos despedimos?

De alguna manera todo el tiempo que estuvimos separados bastó para convencerme de que no podría a olvidar a Hyde ni con mis mejores esfuerzos. Había hecho cuanto estuvo en mis manos, me había obligado a levantarme cada día desde su partida, me había distraído con mas trabajo del que nunca había hecho, y también había aceptado cuanta oferta se me propuso solo con el fin de mantenerme ocupado, distraerme y tratar por todos los medios posibles de no pensar en el. Pero era imposible.

En el ultimo de mis intentos busque a una persona para aliviar aunque fuera mínimamente su falta, pero fue uno de mis mas grandes errores. En el proceso logre tener una relación bastante insana para aquella persona que realmente llegó a quererme en mis estados más depresivos.

Kira, era muy joven, probablemente yo era uno de sus primeros amores, ella trabajaba en el estudio, no sabía mucho mas de su vida puesto que todos los meses en los que mantuvimos una relación yo no presté demasiada atención a sus detalles. Ella sin embargo había sobre interpretado muchas de mis acciones y terminé cediendo sin darme cuenta a darle una copia de las llaves de mi departamento. Era una chica confiable y un poco ingenua. Probablemente una buena amiga, pero yo no estaba siendo justo con ella.

Tenía que arreglármelas para solucionar la situación sin tratar de perjudicar a Hyde en el proceso. Era él quien egoístamente, a mi me importaba más que nadie.

-          ¿Kaz te gusta este pantalón?- Hyde aun no se cansaba de revolver su closet.-  ¿Y qué opinas de esto? Mm.. creo que esto quedaría mejor. ¿Qué opinas? –preparaba una maleta con ropa para la entrevista del día siguiente, y además una maleta con ropa para mantener en mi casa. Llevaba alrededor de 3 horas decidiendo que llevar. – Mmm… pero si uso eso tendría que combinarlo con algo como ésto ¿no? Y los zapatos, tengo que llevar todos estos.

-          Hyde podemos venir otro día por más si es que realmente necesitas, pero te aseguro que no será así, no te dejaré andar vestido por mi casa.- Hyde entrecerró sus ojos e hizo un gesto provocativo con sus cejas, ambos nos reímos. Luego observó toda su ropa.

-          Quiero verme bien. – dijo finalmente, realizando un puchero con sus labios al ver que tanta ropa no le cabía en la maleta.

-          Siempre te ves bien.

-          Umm... no digas esas cosas.- se apeno.-  terminare por creer que es verdad.

Luego de un par de horas mas y asegurándome de que el departamento de Hyde quedara totalmente limpio, retornamos a mi departamento, encontrándonos una sorpresa al entrar.
Kira estaba sentada en el sofá, no llevaba casi nada de ropa puesta, claramente me estaba esperando.

Al vernos a ambos enmudeció inmediatamente, más que por la sorpresa de verme acompañado fue porque al instante reconoció a Hyde. 

Antes que preocuparme de que mentira inventar en el momento, me preocupe por la reacción de Hyde. Pero el estaba demasiado sorprendido para enfadarse en un primer momento, llevaba su maleta en la mano y un brillo en sus ojos me indicaba que estaba un poco dolido.

-          Kazuhito tienes visitas… yo… lo siento - dijo Kira, en el minuto en que se cubrió un poco las piernas con uno de los cojines del sofá. Hyde por su parte, la ignoro de una manera grotesca y luego de obsérvala impresionado unos segundos, continuó su camino a mi dormitorio con su maleta en la mano.

Antes de desaparecer por el pasillo me dedicó una mirada que claramente se podría interpretar como un “deshazte rápido de ella”

Kira me observó confundida, sus ojos estaban llenos de preguntas, también estaba algo avergonzada.

-          Kazuhito… tenias visitas… lo siento.- repitió, soltando el cojín que no cubría en realidad nada de su cuerpo.

-          Si, ya lo dijiste, no te preocupes, pero por favor vete. – le dije de manera fría.

-          ¿Estás muy enfadado? … Y ¿Por qué Hyde de L’Arc en Ciel está aquí? ¿Por qué trae una maleta?- Los ojos de Kira observaban de un lado a otro en busca de respuestas, al pensar en que decirle se me ocurrió que podría acudir a una pequeña parte de la verdad del porque Hyde estaba allí.

-          Kira, Hyde se quedara conmigo un tiempo, no sé cuanto pero por favor mantenlo en secreto… no te puedo dar mucha más información… y por favor no vuelvas a aparecer sin avisar.- Kira parecía un poco herida por el tono que estaba utilizando, pero pareció creer que mi enfado era por su visita, por lo cual no insistió por mas información.

-          Está bien, cuenta conmigo, nadie sabrá de esto amor… ¿puedo venir mañana? – pregunto algo tímida.

-          No… yo te llamaré para aclarar algunas cosas, descuida.

-          ¿Lo harás?- parecía sorprendida. Yo nunca la había llamado, incluso cuando ella dejó el teléfono anotado con grandes números sobre en una hoja en la mesa principal.

-          Lo haré, por favor retírate.

-          No me hables así Kazuhito… no es necesario, solo… déjame ir a tu dormitorio para sacar algo de mi ropa.- murmuró muy despacio.

-          ¿tu ropa? – pregunte sin comprender a que se refería.

-          Si… hoy vine temprano y deje un par de cosas mías en tu habitación… no creí que te molestara.- yo no supe cómo reaccionar, inmediatamente me preocupe por cómo sería la reacción de Hyde si es que este lo había notado.

Aquello realmente me molestó, Kira me estaba poniendo las cosas difíciles sin siquiera quererlo.

-          Kira, iré por algo de tu ropa para que te vayas en este momento y yo llevaré el resto de tus cosas al estudio el Lunes por la mañana.- mi tono ahora si era cortante y tajante, yo estaba molesto, realmente molesto.

-          Pero Kazu… si tú me habías dicho que podía traer mis cosas… ¿Por qué te molestas?- Kira estaba confundida, y por leves instantes también lo estuve yo. ¿Tan poca atención le prestaba a sus preguntas? Recuerdo que a todo le contestaba que si para que no notara que no la escuchaba.

Que idiota había sido con ella tanto tiempo, que idiota estaba siendo en ese preciso momento y que idiota iba a ser en un futuro con ella.

-          Discúlpame entonces pero no es un buen momento, tú tienes tu departamento Kira y necesito que dejes de venir al mío. Iré por tus cosas.- Me dirigí a mi habitación antes de que ella tuviera tiempo de responder.

Al entrar me encontré con Hyde analizando ropa interior femenina, las sostenía en la mano, las miraba y las dejaba caer al suelo.

-          ¿Qué haces exactamente?- le pregunte notando que él no se había percatado de mi presencia.

-          Oh… volviste. – me observó y luego observó lo que sostenía en las manos.- ella tiene pechos pequeños, ahora entiendo porque la confundías conmigo.

-          Hyde no seas ridículo, por favor deja eso.- le dije acercándome a él, recogiendo todo lo que botó y arrebatándole de las manos lo que miraba con tanto ímpetu.

Hyde se sentó en la cama observándome ordenar todo lo que encontraba de ella en una maleta y yo ya estaba harto de las maletas. 

Al terminar de ordenar toda su ropa, me dirigí hacia la sala y plante la maleta en frente de Kira, ella aun no comprendía por qué la magnitud de mi enfado, pero parecía algo asustada.

-          Ahora vete por favor.- le dije mientras observaba la puerta, si ella no quería irse me sentía capaz de echarla con mis propias manos. Quería sacarla de ahí, ella al saber que Hyde estaba en el departamento representaba un peligro y yo no la quería cerca de él.

-          Está bien.- dijo al fin. – Solo dame un minuto para vestirme y…. Menos de uno entonces, pero no me mires de esa manera Kazuhito… por favor.

-          Un minuto.- le dije dándole la espalda.

En mi interior sabía que mi actitud no era la correcta, pero en ese momento creí que si mostraba otra, ella no se iría pronto.

En menos de un minuto Kira se vistió, tomo sus cosas y se fue sin decir una palabra, solo me observo un instante antes de cerrar la puerta tras ella. Yo fingí no darme cuenta de ello y la ignore para evitar despedirme.

Cuando volví a la habitación Hyde estaba ya acostado.  Al parecer no quería hablar, y si era así yo tampoco quería hacerlo, no si tendríamos una posible discusión.

Me quite la ropa, apagué la luz y me recosté al lado de él.

No sabía si acercarme a él y abrazarlo… pero quería hacerlo. De pronto sentí su brazo envolverme y su respiración muy cerca de mi rostro.

-          Puedes quedártela si quieres.- susurróo de una manera muy clara y con un tono serio.

-          ¿Qué? – yo no entendí a que se refería.

-          Que te la quedes. – dijo molesto, no me dejó responder y me plantó un beso demandante. Yo no entendí a Hyde en esos momentos.

Pero lo sentí muy desesperado besándome, aunque yo claramente estaba confundido no pude evitar responder a sus besos y a sus caricias.

Cuando todo había subido de tono, el frenó  sus toqueteos y se sentó en la cama, yo estaba aun mas confundido.

-          Hyde eres complicado cuando quieres.- le dije con la respiración un poco agitada a causa de sus besos.

-          Cállate. – dijo con la voz rota. Yo no me había dado cuenta que estaba tan afectado.
-          ¿Qué pasa?- me acerque a él tratando de abrazarlo, pero él me apartó.

-          Kaz esto no está bien.- cierta parte de mí, comprendió que volvíamos a tener la misma discusión que hace tan solo un par de horas.

-          Hyde…

-          No escúchame. No está bien que me prefieras por sobre ella, escuché como reaccionó a lo que el decías, ella te quiere Kaz, para ella eres importante… ella puede darte todo… tiempo, confianza… hasta una familia, maldita sea. – Hyde golpeó la cama con su mano al decir estas últimas palabras. Yo me quedé quieto observándolo.

Todos mis sentidos estaban concentrados en tratar de comprender a Hyde.

-          ¿Quieres una familia?- le pregunte confundido.

-          Quiero que puedas tener una si lo deseas.

-          Pues yo no quiero a nadie en mi familia más que a ti.- le dije al momento en que me acercaba para envolverlo entre mis brazos. Esta vez tome sus manos, no iba a dejar que me apartara de él.

-          Es que estoy muy enojado Kaz. Lo siento por todo este drama, estoy enfadado conmigo mismo por todo lo que causé… y por todo lo que no puedo hacer, siento que… tienes que quedarte con ella.- Hyde comenzó a hablar tan rápido que me costó trabajo entender todo lo que decía.- Tu estas dispuesto a dejarme tener otras personas en mi vida, yo puedo estar dispuesto a esto también.

Comprendí a lo que se refería, cierta parte de mi se alegraba de que Hyde fuera tan poco egoísta, pero otra, sentía mucha tristeza  ya que todo esto le causaba culpa. No quería ver a Hyde llorar.

-          Hyde dejemos de preocuparnos por nadie más que tu y yo por favor, estamos juntos ahora eso es lo que importa.

-          ¿Pero que pasará cuando yo me tenga que ir de gira Kaz? O solo viajar por algún compromiso… entiendo que estés cansado de discutir esto por hoy… pero, tenemos que hacerlo.

-          Está bien. – le dije sentándome frente a él y enderezando mi espalda para tomarle un poco de seriedad al asunto.

-          Entonces… entonces…- susurro Hyde.

Yo suspiré. Tampoco quería comenzar la discusión, así que esperé unos momentos a que Hyde continuara, pero eso no pasó. Luego escuché otro sollozo.

-          ¿Qué es exactamente lo que quieres?- le pregunté tratando de que mi voz sonara con el tono más cálido del que fui capaz.

-          Quiero… quiero que seas feliz por sobre todas las cosas.

-          Está bien, es también lo que yo quiero. Pero no quiero que sufras tú en el proceso de mi “felicidad”… te molesta imaginarme con alguien, puedo notarlo Hyde.

-          No es molestia en si….- yo no respondí ante eso, incrédulo. Hyde lo notó. – Si, okey si me molesta, parte de mi siente muchos celos. Pero la parte racional lo comprende. Y…- otro momento de silencio, yo me decidí a decir algo.

-          Mientras tus celos solo nos traigan enojos y no tristezas compartiré tu idea.- Hyde no dijo nada otra vez. – No quiero verte llorar…- susurré.

-          Admito que… me asusta que… - Hyde suspiró. Le costaba hablar sobre sus miedos.
-          ¿Qué te asusta amor?

-          Que prefieras quedarte con ella, o con alguna otra que conozcas mientras no estemos juntos.
-          Eso no pasará Hyde…

-          Pero ellas pueden darte mucho más que yo Kazu, y tal vez para ti no es tan notorio pero para mí sí, y cuando te des cuenta de ello… te vas a deshacer de mí.

-          Hyde… admito que compartimos el mismo miedo. No quiero que conozcas a alguien más y te des cuenta que es mejor que yo para tu vida…- susurré con pesar.

-          Eso no sucederá, no hay nadie para mi mejor que tu.

-          Entiende entonces que yo siento lo mismo que tu.

Hyde se quedo en silencio por un momento, analizando mis palabras.

-          Entonces…

-          Por mi parte, y esto lo digo sinceramente, puedes tener relaciones con mas personas, no me creo tu dueño ni quiero serlo, si tu quieres hacerlo no tienes que prohibirte nada por mi… que yo no sea una sombra en tu decisión. – le dije sinceramente, había tomado la decisión de decirle esto desde hace mucho, principalmente porque conocía el estilo de vida de Hyde y amarrarlo a mi no me resultaba buena idea si íbamos a distanciarnos por tiempos largos, terminaría asfixiándolo y era lo que menos quería.

-          Pero… ¿puedes estar tranquilo con eso? Es decir… yo quiero que estés bien mientras no estés conmigo… y porque no quiero que la pases sufriendo extrañándome creo que podría… yo podría… - Hyde inhaló y exhaló un par de veces antes de continuar.- Yo no diré nada si… tienes sexo con mas personas además de mi, pero que sea solo eso Kaz.- advirtió.- solo sexo, nada de cariños ni “te amos”… esos son para mí.- Yo me reí ante lo infantil que sonaba Hyde a veces.

-          Está bien… aunque no creo poder estar con más personas sabiendo que te tendré a ti Hyde…

-          También creo que lo mismo, si apareces en mis pensamientos en esos momentos… no creo que pueda seguir… lo que sea que esté haciendo con alguien más.- Hyde balbuceó un poco, no le gustaba ser explicito.

-          Pero… siéntete libre de hacerlo si realmente lo quieres. – Le dije con una sonrisa, el parecía algo asombrado, pero solo asintió y me sonrió en respuesta.

-          Tú también podrás entonces… tener a alguien más…

-          ¿Seguro que así lo quieres?

Yo no llevaba una vida como la de Hyde, no tener sexo diario era común en mi, en Hyde lo dudaba bastante.

-          Solo te pido una cosa y quiero que me lo prometas.

-          ¿Qué es? -  le pregunté curioso.

-          Nunca me digas si existe otra persona en tu vida, no dejes que me dé cuenta… por favor. – Hyde bajó la mirada.

-          ¿Quieres que te lo esconda?

-          Si.

-          ¿Por qué? -  quería tratar de entenderlo.

-          Porque si tuviera más opciones Kaz, jamás llegaría a esto de… dejar que alguien más te toque…. Y si lo hago, es porque mi maldito trabajo no me deja estar contigo y yo no puedo ser tan egoísta de mantenerte solo. Pero… verte con alguien más realmente me dolería mucho.- No podía ver las facciones de Hyde por la oscuridad pero si vi su silueta temblar un poco con sus propias palabras.- Por favor promételo…

-          Lo prometo.- Realmente yo estaba seguro de que no habría otra persona en mi vida si Hyde se decidía a pertenecer a ella, sin embargo el me estaba dando la opción para su calmar su culpa y por ello, yo aceptaba su trato.

-          Ya…- suspiró y ambos nos quedamos en silencio.

-          Ven aquí, duerme en mis brazos. – le susurre al mismo tiempo en que estiraba mis brazos hacia él. El se acomodó delicadamente junto a mí. Los movimientos de Hyde siempre parecían dulces, por más simples que fueran.

-          Debo reconocer que soy como una chica la mayoría del tiempo.

-          Mientras seas mi chica no hay problema…- le dije acariciando su cabello mientras me abrazaba.

-          Yo no solía ser tan sensible, lo siento si te molesta.

-          No me molesta, conozco tu actitud usual… conocer este lado tuyo me hace sentir verdaderamente afortunado Hyde.

-          Mmh… - murmuro acurrucándose junto a mí, beso mi cuello en lo que sonó como un beso lento. – me duele un poco la cabeza… ha sido un día intenso.

-          Si… lo ha sido.- dije sonrojándome al recordar lo que ocurrió en su departamento.

-          Mi Kazu se ha avergonzado.- cantó.

-          No…

-          Siento tu cuerpo tensarse como cuando te avergüenzas o como cuando te excitas… ¿Cuál es entonces?

Yo me reí ante la actitud coqueta que solía mostrar. 

-          Si estas cerca suelo estar excitado…- le susurré en el mismo tono que el.

-          Mm… déjame ver… yo puedo hacer algo al respecto.- dijo levantando su rostro para rozar mis labios con los suyos y bajar lentamente su mano desde mi pecho hasta mi entrepierna.

-          Hyde…- suspiré ya excitado.

-          Mmm… si, veo que si estas muy tenso… - ambos reímos, sintiendo la respiración del otro en nuestros rostros, estábamos frente a frente.

Hyde comenzó a rozar mi entrepierna con la palma de su mano, yo bese su rostro aun algo húmedo por las lágrimas.

El retiró toda mi ropa con rápidos y expertos movimientos, también se quitó la suya antes de que yo lo hubiera notado siquiera. Luego se sentó sobre mí, quedando de frente a mi rostro y rodeándome con sus piernas, entonces se movió insinuantemente sobre mí. El roce de nuestras entrepiernas en conjunto con su respiración cerca de mi boca se sentía delicioso.

Pero entonces frenó sus movimientos para acomodar su rostro en mi pecho y se quedó quieto y en silencio por unos minutos. Lo único que se oía en la habitación era mi respiración algo elevada ante los estímulos de Hyde. Hyde besó la piel del lado izquierdo de mi pecho suavemente, para luego rozar con la lengua toda esa área, incluyendo el pezón.
-          Tu corazón es la mejor cura para mí. – susurró bajito.

-          Mi corazón te ama Hyde. – dije besando su frente, que era lo más accesible para mis labios.

-          Cuando recién te conocí… escuchar los latidos de tu corazón me sanó de todo lo arrastraba en esos momentos. Tu corazón es muy tranquilo y muy apasionado… me gusta mucho.- dijo volviendo a besar suavemente.

Las palabras de Hyde me llenaban de ternura, el podía ser una persona tan sensible.
Levantó el rostro y me besó, su lengua se movía en un ritmo lento pero demandante, comenzó a moverse como lo había hecho anteriormente, rozando nuestras entrepiernas.
Tan solo bastaron unos minutos de aquellos movimientos y besos para que ambos estuviéramos gimiendo en los labios del otro.

-          Te amo… - susurró Hyde, su voz se sentía intensa, muy distinta a la usual.

-          Te amo también.- le dije tomando sus mejillas entre mis manos para intensificar otro beso.

Mientras nos besábamos Hyde se levantó un poco para tomar mi miembro entre sus manos e insertarlo en el de manera muy lenta.

-          Aaah… Hyde…- susurre mientras inclinaba mi cabeza un poco hacia atrás. El besó mi cuello.

-          Mmh… siempre se siente exquisito que estés… dentro de mí. Uuuh…

Yo quise responder a sus palabras, pero estaba concentrado en la lentitud de sus movimientos, no podía hacer nada más que sentirlo.

Sentía su respiración en mi rostro, sentía el calor que emanaba de su cuerpo, sentía su cuerpo envolverme y escuchaba sus quejidos fuertes y claros frente a mis oídos.

Hyde marcaba el ritmo, lento, preciso y constante.

Y así continuamos por muchos minutos, tal vez horas.

Sus manos tocaban mi rostro sudado, sus brazos rodeaban mi cuello a ratos para acercar mis labios a él, sus uñas rozaban mi espalda una y otra vez, sus labios rozaban mi cuello cada vez que yo inclinaba mi cabeza hacia atrás, su lengua acariciaba mi pecho.

Mis manos por su lado lo sostenían de sus caderas y a ratos de la cintura… acaricie su espalda en muchas ocasiones, también sus piernas. Mi boca jugó con sus pezones y cuando no, buscaba sus labios.

Los minutos continuaban y Hyde comenzó a temblar.

Tomé en mi mano su erección y comencé a moverla mientras lo besaba.

-          Uhhh… - susurró suavemente, todos nuestros movimientos de aquella noche fueron delicados, suaves y lentos.

-          Hyde…- suspire cuando el mordió uno de mis pezones.

-          Estoy… por…. Aaah… - comenzó a moverse más rápido, pero la tensión de su cuerpo me indicaba que se estaba conteniendo.

-          Déjate ir…- le dije mientras lo masturbaba más rápido…

-          Aaaah… aaaaah ah! – Hyde separó sus labios mientras sentía su orgasmo recorrerle el cuerpo, durante unos segundos arqueo la espalda, durante otros su cuerpo se relajó.- uuuh…- susurro finalmente, entonces me dejó ir de la manera más tranquila y aliviadora que había experimentado hasta ese momento.

-          Mmmh...- susurré en el momento en que sentí el liquido salir de mi.

Nos quedamos quietos unos minutos mientras calmábamos nuestras respiraciones. Hyde apoyo su frente en mi pecho. Luego de unos momentos necesite moverme, pero Hyde estaba muy quieto.

-          Amor… - Al no responder, le preste atención a su respiración acompasada. Se había dormido.

Con mucho cuidado salí de su cuerpo y lo aleje un poco de mi, hizo un gesto de dolor en ese instante “sé que duele corazón” le dije en mi mente. También me dije a mi mismo en aquel momento que  debía comprar algún lubricante.

Lo recosté y encendí la luz de la pequeña lámpara para tener luz suficiente para poder abrigarlo con las colchas.

Me acomode junto a él y lo mire dormir. Su rostro aun estaba algo sudado, sus labios entre abiertos, sus parpados relajados, me convencí aquella noche que nadie le hacía competencia a Hyde en belleza.

No sé en qué momento me dormí, pero aun en estado de vigilia sentí un suave beso en los labios y escuché una voz susurrar “te amo mi Kazu” antes de perderme en sueños.