lunes, 5 de junio de 2017

Capítulo 13: Moon Child - PARTE 1

-          Esta será tu habitación. – dijo Gackt anunciando lo obvio a mi espalda, mientras yo arrastraba la maleta junto a la cama.

-          ¿Tiene seguro la puerta? – le pregunté sin analizar la pregunta. Aquello era importante si compartíamos una casa y no un hotel para dormir. Me gustaba la privacidad, como a cualquiera.

-          ¿Por qué quieres encerrarte conmigo? – preguntó coqueto. Me quedé paralizado y volteé a observarlo. Imaginé que mis facciones de impresión en mi rostro, debían resultarle un poema, ya que comenzó a reír fuertemente por mi reacción.- Tranquilo, es solo una broma.

-          Claro…- le dije sin darme demasiado crédito y definitivamente dejando notar en mi tono que no le creía aquello.

-          Si, tiene seguro tu puerta, descuida. – agregó en tono serio antes de voltearse y retirarse, dejándome solo con la puerta abierta.

¿Qué rayos le pasaba ahora?

¿Lo había ofendido con dejarle notar mi negación a sus “coqueteos”?

Gackt no parecía ser un tipo desagradable, tal vez simplemente era bromista y yo me estaba tomando demasiado en serio su actitud. El parecía ser muy solitario, aunque con ciertas actitudes también podía comprender por qué.

¿Cómo rayos consiguió el número del departamento de Kaz? ¿Quién se creía para llamar directamente y preguntar por mí?

Sentí que Gackt se tomaba atribuciones que no le correspondían.

Y aquí estaba yo,  por comenzar a grabar una película con un tipo que no me agradaba demasiado… amarrándome a compromisos junto a él,  por quizás cuanto tiempo… tal vez Kaz tenía razón, tal vez no debí venir, tal vez debí respetar sus celos… avalarlos… tal vez… tal vez  mis decisiones, mis viajes, siempre serían una razón para discutir y… tal vez el peso de aquello terminaría por aplastar su amor hacía mí… 

El hilo de mis pensamientos me deprimió, me lancé a la cama y abracé la almohada.

Debía dejar escapar mis dudas, mi enojo conmigo mismo y mis lágrimas. 

Capítulo 13: Moon Child - PARTE 2


Habíamos grabado una pre escena… quería comprobar si es que yo era capaz de concentrarme hasta el punto de sentirme alguien más y poder protagonizar el personaje que Gackt había creado.

Leí infinidades de veces el guión y me creé una personalidad ficticia que debía seguir como Kei. Me parecía divertido, aunque me asustaba arruinar una producción tan grande por mi falta de talento y experiencia en el ámbito. Sin embargo, al finalizar la pre escena todo el estudio comenzó a aplaudir, lo que me hizo pensar que tal vez no era tan malo.

Gackt mantuvo sus alabanzas constantes hacia mi persona “Hyde tiene buena voz” “Hyde sabe tomar buenas decisiones” “Me encanta la personalidad de Hyde” “Hyde tiene talento para todo” y continuaba la lista… me sentía algo impostor, no creía ser todo lo que él decía de mí, pero había algo en él, que me convencía de que el realmente pensaba aquello de  mí. Parecía sincero. Parecía inofensivo.

Comenzamos a grabar, como emocionalmente me sentía destrozado, hacía todo lo posible por mantener la mente ocupada, me sumergía en el personaje de Kei y apagaba los sentimientos de “Hideto” para sentir las emociones del vampiro, entonces todo resultaba más fácil de llevar. Tal vez sólo por aquella razón el rodaje parecía ir bien. Yo parecía cumplir con las expectativas. De Gackt, del director, de todos. Al menos así me sentía.

Por las noches todo resultaba más difícil de sobre llevar. Extrañaba a Kaz, me dolía que no hubiera llamadas y me negaba a mi mismo la oportunidad de llamarlo yo. Tal vez sólo lograría molestarlo, recordarle mis acciones que lo decepcionaban constantemente… aquello me dolía. Más de lo que me dolía su falta, me dolía ser yo el causante de sentimientos tan negativos en él.

Con la mente llena de gritos y suplicas hacia Kaz intentaba dormir todas las noches… sólo quería una llamada… una pista de que aun mi presencia le era necesaria…
Lo necesitaba…

Comencé a dormitar mientras pensaba en las posibilidades de que podía hacer… pedirle a mi manager contratar un detective privado para vigilar a Kazu y mantenerme al tanto de como estaba era una opción seria en aquel momento, pero estaba seguro de que mi manager me detendría e intentaría llevarme al psicólogo antes de contratar un detective. El había sido testigo de mi desesperación por la falta de Kazu en más de una ocasión, y al igual que yo intentaba por todos los medios saber algo sobre él para calmarme aunque fuera de forma mínima.

Continué analizando posibilidades cuando sentí el ruido de la puerta abrirse, me sentía más dormido que despierto cuando abrí los ojos y vi una sombra acercándose lentamente a la cama.

Pegué un salto.

-          ¿Gackt-chan?- pregunté asombrado al diferenciarlo por su altura.
-          Estas despierto…- susurró               

-          ¿Qué pasa?- vi la hora en el reloj que estaba junto a la cama. – Son las 4 de la mañana… ¿sucede algo?

-          No puedo dormir… pensé en que quizá quisieras ir a caminar conmigo.

Me senté en la cama y prendí la luz de la mesita junto a la cama. Entonces lo vi, tenía sus ojos un poco hinchados y las expresiones de su rostro eran dulces. Se veía un poco pequeño con sus pantalones de pijama.

Ambos parecíamos estar pasando por un mal momento.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     

-          ¿A caminar a esta hora? -  No me atraía la idea de salir, hacia frio.

-          Si… o sólo conversar tomando una cerveza…- susurró mirándome con un gesto raro en su rostro… “Que extraño es él” pensé con agrado.

-          ¿Qué quieres exactamente?- le pregunté mirándolo a los ojos.

-          Conversar.- dijo sincero.

-          Perdona Gackt-chan pero tengo mucho frio para levantarme… ¿por qué no te acuestas al lado mío? – le sonreí algo tímido, no quería que se lo tomara como una invitación a sexo, que no me cabía duda que eso podía pensar.-No pienses mal.- le dije riendo al ver su expresión de impresión.

-          No pude evitarlo lo siento… okey iré por algo de comida, hazme un espacio en la cama.

“¿Que estoy haciendo?” me pregunté a mí mismo.

Definitivamente intentaba ser amigable con alguien que parecía estar igual de vulnerable que yo, o tal vez yo también quería compañía.

Le hice espacio en la cama, moviendo mi cuerpo hacia la orilla que daba al rincón de la pared.
“A Kaz no le gustaría esto…” pensé.

Gackt llegó con un par de vasos para sake, botellas y paquetes de aperitivos… entonces acomodó todo mientras se metía en la cama. Sentí el roce de sus pies fríos.

-          Está bien, ahora… cuéntame de ti.- dijo un poco ansioso, se veía feliz, no como en el momento en que me pidió que conversáramos.

-          Eres tu el que quería conversar… ¿de qué es?- el sirvió el sake.

-          No, no, no, no, no. Primero tenemos que entrar en confianza. – yo me reí de la manera en que hablaba como un borracho.

-          Ten.- dijo dándome un vaso de sake.- bien… ya buscaré tu biografía en internet, pero por lo que tengo entendido eres muy reservado.

-          Lo intento.- le dije para luego beberme todo el sake.- aaaarg! .- dije enseguida que lo termine, sintiendo la quemazón en la garganta por el licor. El rió.

-          Te estás esforzando…- él se reía por mi reacción, luego el bebió y su rostro al terminar de beber fue el de un niño comiendo limón por primera vez. Yo reí.

-          Tu esfuerzo no está mal…- le dije mientras estiraba el brazo para sacar un poco de comida.

Conversamos durante algunas horas sobre nosotros, detalles sobre cómo iniciamos en la música, detalles que tal vez nunca diríamos en una entrevista. Después de un rato, la conversación tomó un aspecto mucho más íntimo. Le conté algunas cosas que ni siquiera mis amigos más cercanos sabían, el reía con mis historias, parecía asombrado de lo que yo le contaba. A ratos también contaba algo gracioso y yo escondía el rostro con la almohada para que mis fuertes carcajadas no fueran oídas por el resto de los que dormían en la casa.

-          Eres mucho más sencillo de lo que imaginé. – susurró en tono agradecido.

-          Tú no eres serio como yo imagine… - le reconocí.

-          Tengo sueño.- dijo de repente, su cabeza comenzó a caer de a poco.

-          Waaa, ¿siempre te quedas dormido así de rápido?

-          Si.- dijo algo adormilado

-          Bien. Entonces a dormir. Acomódate.- por inercia esperé a que se acomodara en la cama y tapé su cuerpo con la colcha. Yo estaba acostumbrado a dormir con amigos, en mi infancia mientras acampaba con ellos compartíamos las camas inflables para dormir entre tres o cuatro personas, porque no teníamos más.

Mire a Gackt-chan por unos momentos, el se quedó profundamente dormido en muy poco tiempo. Yo me acomodé junto a él y cerré los ojos. Sin embargo no pude dormir. Me di cuenta de que lo más probable era que no hablamos del tema que a Gackt le molestaba o por el cual quería conversar, aunque tal vez sólo quería distraerse con una charla entretenida. No lo sabía pero mi mente estaba demasiado despierta.

Comencé a pensar en Kaz. “¿Qué estarás haciendo amor?” dije en mi mente, esperando que la respuesta viniera de algún lado por complot del universo. Luego de lo que fue un largo rato de pensamientos de preocupación por mí Kaz caí en un sueño profundo.

Cuando desperté con la luz del sol en la cara, Gackt-chan estaba abrazado a mí… de una manera extraña.

Sentí un peso en mi entrepierna, su mano estaba allí.

“Ay dios, esto es extraño.” Pensé.

Retiré su mano y él se quejo un poco, en mi interior creí que estaba despierto y lo miré un poco dudoso.

Entonces se me ocurrió empujarlo y botarlo de la cama.

No analicé lo que hice, simplemente lo hice, esperando que él, si estaba despierto no cayera de la manera tan brusca en que realmente cayó al piso.

“Ho- ho” pensé.

Entonces decidí hacerme el dormido. “Si realmente eres tan buen actor como para participar en una película, que no se note que estas despierto” me dije regañándome ante mi estupidez y con muchas ganas de reírme de mi mismo.

Mantuve los ojos cerrados mientras escuche susurros como “Ay… ¿qué paso?” luego escuche la puerta. Pasó un rato antes de que me decidiera a abrir los ojos, Gackt se había ido. Entonces me reí para mis adentros, le había causado una caída mortal. 

Capítulo 13: Moon Child - PARTE 3


Las escenas me resultaban divertidas, intentaba a toda costa concentrarme en el personaje y olvidar quien era  realmente. La sensación no era tan diferente a la usual en el escenario, sentía la tensión del miedo al error y por sobre todo, me preocupaba que se arrepintieran por pensar en mí para uno de los personajes principales. El reparto de la película estaba lleno de profesionales, el único que debía sentir nervios era yo.

Gackt tenía un gran don para la actuación… sentía una gran barrera entre ambos y es que había algo que era destacable en su actuación…

Su mirada. 

Grabaríamos la escena en donde yo parecía estar sufriendo inmensamente y desde la lejanía de mi sufrimiento sólo le diría un par de palabras ante su visita, la primera visita después de muchos años.

Podía sentir su mirada rogándome un poco de atención, sus palabras, su voz… todo era tan real que por minutos me sentí Kei realmente. Conocía bien la soledad así que podía identificarme completamente con el dolor de aquel vampiro.

Gackt levantó una foto, simulando ser un padre orgulloso enseñando a su hija y yo sentía como poco a poco la soledad de Kei me consumía y mi actitud no era realmente una actuación del todo.

Ese tipo de situaciones se repitieron en incontables ocasiones, podía sentirme Kei en las escenas, incluso después de ellas. Podía sentirme Kei en mi habitación, podía sentir el aburrimiento de una vida que no sorprende mucho después de un par de años viviéndola.

Resultaba muy difícil para mí el despegue del personaje al terminar una escena, algo de Kei se iba conmigo todas las noches.

-          ¡Corte! La segunda escena tiene buenos resultados, Hyde-san muchas gracias. – Dijo el productor antes de hacer una reverencia hacia mí. Yo aun me sentía Kei por lo que lo ignoré. – ¡Es todo por hoy! Muchas gracias a todos, nos vemos mañana.- gritó para todo el reparto finalmente.

-         Hyde… ¿quieres ir a comer algo? – me preguntó Gackt mientras estiraba sus brazos en un gesto de cansancio.

-          No, estoy cansado, necesito dormir, quizás otro día. – Aquella había sido mi respuesta usual para Gackt en varias ocasiones. El no insistía en el momento, pero luego de unos días, volvía a preguntar.

Aquella noche me encerré como siempre en mi habitación, tomé un baño y me metí en la cama, cerré los ojos e imaginé a Kazu ahí… junto a mí.

-          Te extraño- le dije. El Kazu de mi mente solo sonrió como respuesta. Quería tocarlo, pero me limité a no tentar la imaginación, tal vez terminaría por creer que realmente estaba ahí y la locura me consumiría en los meses de grabación.

Pero algo era cierto, lo extrañaba… como más necesidad de la que podía precisar. No era precisamente la lejanía el problema, extrañarlo era lógico, el problema era el miedo de no saber, si él me estaría extrañando o esperando  si quiera.

Me estiré en la cama. No quería dormir con lágrimas en los ojos como todos los días.

Observé mis ojos en el espejo… ¿Qué rayos sería de mi si no lograba mantenerme estable emocionalmente al menos una vez?

Necesitaba ayudarme a mí mismo.

“Tal vez algo de aire me vendría bien” pensé,  buscando ropa, luego me lavé la cara y abrigándome me preparé para una vuelta nocturna por la playa.

Caminé un par de minutos por la arena, sintiendo el fresco congelar los huesos de mi rostro. Aún así, me negué a volver a la casa.

Necesitaba estar solo.

Necesitaba pensar, y el sonido del vaivén de las olas parecía ayudar.

 ¿Era Kaz perfecto para mí? Yo así lo sentía. ¿Pero yo, perfecto para Kaz? No lo creía. A pesar de que contaba con un ego bastante considerable en cuanto mi físico, no me sentía de la misma manera cuando se trataba de lo “emocional”, en poco tiempo había creado una dependencia a Kaz, una que parecía o al menos yo sentía, que no era compartida.

Tal vez lo mejor era despedirse, tomar consciencia de que la lejanía de los viajes nos iba a llevar a discutir hasta asfixiarnos mutuamente.

Quería  salvar la parte de mí que aun podía ser “independiente” de él, esa que me llevó a salir del departamento a pesar de saber que tal vez, no volvería. Esa parte de mí, seguía caminando pensando en mí antes que en Kaz y en mis sentimientos por él, lo más sano sería dejarme guiar por ella.

Unas pisadas de arena me distrajeron, supe entonces que no estaba solo en la oscura noche.
-          ¿Se puede saber que haces aquí con este frío? – preguntó Gackt con la respiración entre cortada.

-          ¿Tu estas corriendo?  - pregunté observándolo hacia arriba, estaba algo sudado pero no lograba diferenciar si enrojecido o sólo agitado, sólo nos acompañaba la suave luz de la luna y a la lejanía, la casa donde nos hospedábamos. 

-          Si…  es la única manera en que puedo eliminar algo de estrés. – dijo mientras se acomodaba en el suelo junto a mí. A pesar de estar sudado, el olor que desprendía su cuerpo era a un fuerte perfume, lo más probable francés.

-          ¿Por qué estas estresado?  - le pregunté intentando guiar la tención hacia él.

-          Por ti. – dijo riendo y lanzándose sobre mí, haciéndome caer sobre la arena y su cuerpo sobre el mío.

-          Hey! – le dije riendo, por alguna razón su movimiento bruto era bien recibido para mí. Algo me hacía sentir a Gackt como un amigo, a pesar de cierto interés que él tenía sobre mí. – ¿Qué haces? – le pregunté fingiendo estar ofendido.

-          No seas nena. Sólo estaba jugando… Entonces Hyde… déjame adivinar, ¿Tienes penas de amores?

-          ¿Eh? No... ¿De qué hablas? – le dije negando con la cabeza. El volvió a reír.

-          Diablos Hyde, eres adorable.- susurró sonriendo. Sentí un escalofrío recorrerme hasta la nuca. Yo no quería gustarle.

-          Gackt-chan… yo… - ¿Cómo decirle que no le correspondía ni lo más mínimo sin herirlo? Después de todo… debía trabajar con él un par de meses más…

-          Sé que hay alguien más.- dijo con firmeza.

-          ¿Eh? ¿A qué te refieres?

-          Amas a alguien Hyde, se nota en tus suspiros, en tu comportamiento, en tus ojos hinchados por las mañanas… amas a alguien.- volvió a repetir. Yo tragué saliva sintiéndome descubierto por completo. – ¿Estoy en lo correcto? – Preguntó, sólo por buscar más información. Suspiré. De acuerdo. Hora de la verdad.
-          Si, lo hay.  – le confesé.                                                                                                                                                                                                                         
-          Entiendo… que ridículo. – contestó con cierto tono molesto y déspota.

-          ¿Eh? ¿Por qué?

-          Está bien para ti aquello supongo, solo no logro comprenderlo del todo.

-          ¿De qué estás hablando? – le pregunte sin entender a que se refería.

-          ¿Por qué amarrar tu cuerpo y corazón a una persona? ¿Por qué deberías hacerlo?  ¿Por qué no pertenecerte a ti mismo? ¿Por qué no  simplemente te amas a ti mismo y le dedicas a tu cuerpo la atención que necesita sin entregarte emocionalmente a nadie? ¿Es que necesitas de alguien para ser feliz? – hizo la pregunta esperando una respuesta inmediata de mi parte, pero yo estaba sorprendido, realmente aquello me dejó plasmado un par de segundos.- Yo no al menos.- contesto luego de darse cuenta que yo no estaba listo para responder.

Gackt me observó esperando una respuesta… pero ¿Qué le diría? Mi mente comenzó a llenarse de preguntas antes de encaminarse a una respuesta coherente.

¿Por qué no pertenecerme a mí mismo? La idea resultaba atractiva, aunque difícil de lograr, tal vez imposible de alcanzar, pero  definitivamente, eso sería lo mejor, lo más seguro. Pero… mis respuestas eran muy distintas a aquel ideal.

Mi cuerpo y mi corazón si estaban amarrados a Kaz,  ¿Por qué lo hacía? Porque lo necesitaba, ¿Por qué no podía pertenecerme a mí mismo? Porque mi personalidad era demasiado depresiva para depender de ella y de nada más que ella, yo necesitaba un apoyo, fuera cual fuera, pero uno real y eso lo tenía en Kaz.  Lo necesitaba para ser feliz y tenia aquello claro. A partir de esa premisa no me permitiría caer  en relaciones casuales como lo hacía anteriormente, yo no dañaría a Kaz.

Pero… mi presencia en aquel lugar, cerca de Gackt, dañaba a Kaz. ¿Las necesidades de Kazu estaban a la altura de mi trabajo? ¿Debía cambiar mi trabajo por Kazu? ¿Era el trabajo realmente el problema? O es que... Tal vez Kaz era demasiado inseguro de sí mismo y de los demás para permitirme realizar mi trabajo… Entonces debía sólo crecer dentro de los límites que él me permitiera, ¿Era aquello sano para mí? ¿Me merecía aquello?

Mi cabeza iba a explotar de tantas dudas.

No había respuesta, al menos no en aquel momento.

-          Y dime Hyde… ¿tienes novia entonces? – Me observó sonriendo a la espera… parecía ya cansado de esperar - ¿Novio? – Insistió, yo sonreí, aun sin intención de soltarle nada confidencial. – Vamos, cuéntame.

-          No soy muy comunicativo con mi vida personal…

-          Eso puedo verlo… veamos… déjame adivinar – dijo mientras se acomodaba para dejar su cabeza en mis piernas, tomando más confianza de la que yo esperaba.-  Rompiste con tu novia antes de venir aquí. No, no, no… ella dijo que te esperaría y en este momento tu estas sufriendo por ella a pesar de toda la distancia y ella debe estar anhelando tu regreso. – Yo suspiré al escucharlo, mi vida tenia realmente un poco de ambas opciones. No sabía si realmente con Kaz continuábamos juntos, y yo lo extrañaba y sufría por él a la distancia… pero dudaba que el anhelara mi regreso… aquello era lo que más dolía, su indiferencia a mis sentimientos.                                                                  

-          Yo no tengo una relación normal Gackt-chan… - le confesé.

-          Tienes una relación entonces…

-          Aún no sé si la tengo, pero lo que sea que tengo en este momento… me está torturando. – le dije mientras observaba hacia el cielo, buscando una distracción para evitar las lagrimas. No podía esconder mi rostro, Gackt me observaba desde mis piernas, más atento de lo que me hubiera gustado.

-          Tranquilo… - Susurró con voz cálida.- puedes dejarlo salir, será nuestro secreto.- Tomó mi mano y la presionó con un poco de fuerza, sus dedos eran suaves, al igual que su voz… lo observé y por unos segundos me pareció poder ver a través de sus ojos, el era más trasparente de lo que yo imaginaba y de lo que había percibido con anterioridad. Presioné su mano en respuesta, en el mismo segundo en que la primera lagrima escapo.