lunes, 26 de diciembre de 2016

Capítulo 6: Espontáneo.

Dude si volver a Japón, saber que Kaz estaría allí sin esperar por mí, me dolía. Pero la vida continuaba, con dolor, pero lo hacía.

El single de la canción que escribí para el había sido un éxito, por lo que Evergreen marco el inicio del lanzamiento de mi disco. La elección de esa canción para ser la primera fue fácil, era la que más me había gustado.

Pase encerrado en mi departamento muchas semanas, no quería visitas. No quería ver a nadie. Las noches se me hacían pesadas, me arrepentía de no haber aclarado las cosas con Kaz, ese día todo paso demasiado rápido, el reacciono a la defensiva y entre un enredo de interpretaciones nadie dijo nada. Como resultado hubo una despedida vacía, triste y que yo no aceptaba como definitiva. Pero luego de escuchar a Kaz llorar tras la puerta, no podía volver a pedirle perdón sabiendo que lo había lastimado. Mi profesión es así, yo viajo, tal vez estaría obligado a dejarle otra vez. Tal vez yo no soy bueno para el. Tal vez no lo merecí desde un principio.

Fui mal agradecido con Kaz, incluso en nuestro último encuentro vi como había arreglado su departamento para pasar los días conmigo y hasta había preparado la cena. Vi en sus ojos la emoción al verme, sentí su dolor al despedirse. Y a pesar de todo lo que le hice él se alegro por mi cuando le dije que me iba a Inglaterra… pero la culpa de haber arruinado lo que le había devuelto la vida a mis días no era lo peor. Lo peor era que lo necesitaba, no lograba conciliar el sueño, lloraba por las noches porque lo extrañaba, a él, a su cuerpo, a su voz, a sus caricias, sus gestos, su mirada… extrañaba su amor por mí, extrañaba sentirme comprendido y aceptado por alguien a quien admiraba tanto por ser como es.

Trataba de distraerme como podía, había comenzado a componer otra vez sin siquiera habérmelo propuesto. No es que quisiera lanzar un álbum de inmediato, simplemente había demasiadas ideas en mi cabeza por la falta de Kaz. Escribí muchas hojas de pensamientos, aunque realmente lo hacía porque necesitaba desahogarme aunque fuera con un maldito papel, sabía que luego esas letras serian el impulso de canciones.

Pasaron los meses, la publicidad y las presentaciones en vivo ocupaban mi tiempo, lo ensayos, los viajes y la agenda llena de compromisos me hicieron volver a la realidad. Una realidad vacía sin Kaz, pero mi vida estaba volviendo a ser activa poco a poco.

Comencé a recurrir a amigos para salir a beber. Me obligaba a verle lo divertido a la vida, trataba de que mi vida no fuera inestable otra vez, sentí que se lo debía a Kaz.

Un día post conciertos fuimos a celebrar la finalización de las presentaciones Unplugged con los miembros del Staff, luego de una comida nos fuimos a una disco que elegimos al azar con un par de cercanos a ellos.
El ambiente en la disco era grotesco, mujeres sin casi nada de ropa besándose y hombres en el suelo en estado etílico… pero aun así decidimos quedarnos. “Si todos están borrachos no me reconocerán” pensé aliviado. Nos sentamos en el bar y bebimos de nuestros pedidos riendo de anécdotas que sucedieron durante las presentaciones. Hasta que una mano toco mi hombro pidiendo atención.

-          ¿Hide? – “Maldita sea me reconocie…. Hide?”
-          ¿Sí? – dije volteándome a observar quien era el que me llamaba por el apodo de mi verdadero nombre. Y le reconocí de inmediato. Uno de los mejores amigos de Sakura, uno de los días oscuros. No pude recordar su nombre, pero me agrado verlo después de tantos años, aunque no me impresiono que ese hubiera continuado siendo su ambiente de vida.
-          Oh… hola…- le dije, poniéndome de pie para estrechar su mano.
Conversamos durante unos minutos, sobre su vida, él era el dueño del local. Menciono no saber nada de Sakura desde hace años, lo que me alivio porque eso significaba que Sakura había cambiado su estilo de vida y había logrado mantenerse fuera de todo este mundo.
-          Tengo algo especial que puedes poner en tu trago si quieres Hide… por los viejos tiempos en tu compañía te podría dar un poco.- Susurro con una sonrisa. Yo sabía a qué se refería.
-          No gracias, estoy bien así…- le dije levantando mi trago libre de drogas.
-          Está bien, si me necesitas acércate al bar, estaré allí.- dijo alejándose de a poco.

Un escalofrió recorrió mi espalda. En los días oscuros con Sakura cedí ante esas ofertas un par de veces, pero por miedo a caer en adicciones conociendo mi personalidad, nunca había repetido el uso de una droga específica.
Pasaron las horas y entre conversaciones y tragos todo se volvió divertido para mí, ya no pensaba en Kaz, ya no pensaba en realidad. Bailaba de un lado a otro en la disco, tocando a una que otra mujer, llamando la atención de otras. Note que un tipo a la lejanía me observaba demasiado, no lograba ver su rostro, pero era alto y su cabello tapaba gran parte de su cara. Me seguía de un lado a otro, por un minuto creí que podía ser algún conocido pero su contextura física no era la de nadie de mi confianza.

-          Iré al baño.- le dije a uno de los miembros del Staff que se mantenía cerca de mi por si yo necesitaba algo en mi estado alcoholizado. 
Camine hacia el baño chocando con los cuerpos de la pista de baile, toque un par de traseros y me gane una bofetada, pero en mi estado no me importaba nada de eso. Llegue al baño y me acerque al espejo para mirar mi rostro sonrojado por el efecto de la ebriedad, entonces alguien más entro al baño.

Era el hombre que me seguía. Antes de que yo lograra verlo con exactitud el tipo estaba encima de mí, tomo mis manos con fuerza, aprisionando mi cuerpo contra la pared y pegando el suyo al mío. Comenzó a besarme con mucha violencia. Todo lo que sus labios tocaban dolía.

-          ¿Qué rayos? ¡Suéltame!
-          Cállate y quédate quieto, será mejor para ambos.- susurro con una voz ronca, fuera quien fuera llevaba mucho tiempo haciendo aquello, puesto que su manera de aprisionar mi cuerpo era experta. No me permitía mover un musculo. El comenzó a rozar su entrepierna con la mía, yo me altere, estaba realmente asustado.
-           ¡Maldita sea, aléjate de mí!- grite fuerte. Una de sus manos aprisionaba las mías, mientras que la otra desabrochaba el botón de su pantalón. Mi respiración se corto. No podía estarme pasando aquello.
-          ¿No te gusta estar moviéndote sensualmente en la pista? Esto es lo que provocas lindura. – susurro el tipo masturbándose mientras me miraba fijamente a los ojos. Yo estaba paralizado. “No por favor, no por favor… por favor” pensé.

De manera brusca volteo mi cuerpo esta vez posicionándome contra la pared, pero en el momento en que su mano trato de bajar mi pantalón, la puerta del baño se abrió. Fue entonces cuando el hombre se descuido para voltearse a ver quien había abierto la puerta y yo en un ataque de autodefensa golpee su entrepierna que estaba a la vista.

Mientras el tipo se encogía por el dolor, yo corrí hacia la puerta, observe durante unos segundos a quien era mi salvador y me di cuenta que no le conocía pero era un hombre mayor que estaba ebrio y apenas podía mantenerse en pie, por lo que agradecerle era innecesario, el no había notado lo que estaba pasando y de lo que me había salvado.

Corrí devuelta a la disco, y para cuando volví al asiento en compañía del Staff mi corazón latía a mil por hora. Acaba de estar a punto de ser víctima de violación. Y yo aun estaba impactado por ello, tanto así que mis ojos se sentían húmedos y mi cuerpo temblaba.

-          Señor, ¿estás bien?- pregunto uno de los miembros del Staff. ¿Cómo les explicaba lo que había ocurrido? Me avergoncé y me calle lo que paso.
-          Nada, estoy bien. – le dije al momento que trataba de calmar el dolor en mi pecho, los nervios y la ansiedad no eran buenos para alguien que sufría de crisis como yo. Quise calmarme, pero no podía, entonces pensé en la oferta del amigo de Sakura.
Cuando me puse de pie para ir en busca de otro trago vi salir en compañía de una mujer de piernas largas al tipo que casi abusa de mí en el baño. Me sentía más tranquilo al saber que no estaría allí.
-          Hide, dime que te sirvo.- dijo el amigo de Sakura.
-          Algo fuerte y… ¿puedes agregarle lo que me ofreciste? – el me miro asombrado, pero luego asintió y después de unos minutos me entrego mi pedido.
-          ¡Jefe vamos a bailar! – dijo otro de los miembros del Staff, uno de mis cercanos. Nos escabullimos entre la gran cantidad de gente y comenzamos a bailar, entre baile y baile, yo bebía un poco de mi trago, poco a poco sentía como la adrenalina subía y subía.

Luego de unos minutos la sensación de irrealidad se apodero de mí, no sabía dónde estaba, ni que hacia pero quería moverme al ritmo de la música. Como todos los miembros del Staff estaban borrachos ninguno noto que fuera inusual mi pasión al moverme y bailar.
Luego de unas horas mientras aun bailaba en la pista con personas que ya no conocía, el dolor en el pecho apareció sumamente fuerte, en un solo segundo sentí una fuerte punzada en el corazón. Mi primera reacción fue no dejar que nadie me viera de esa manera, por lo que corrí al baño y me encerré en uno de los individuales, allí deje que la crisis de pánico me atacara en su totalidad.

Sentí por minutos algo martillándome el pecho, no podía respirar, creí que iba a morir en ese instante. Todos los pensamientos que me causaban miedo se hicieron presentes en ese instante, todos los recuerdos dolorosos, todas las ganas de querer morir.

Luego de unos minutos me calme un poco y fui consciente de en donde estaba, pero aun sentía la sensación de irrealidad y la necesidad de expulsar adrenalina, toque mi rostro y note que estaba cubierto de lágrimas, mi cabeza dolía. 

“Kaz” pensé.
“Quiero ver a Kaz.”
“Solo un minuto.”
“Solo será un minuto.”

Con esfuerzo me puse de pie para salir del baño. Me escabullí tras la gente de la disco para salir sin ser visto por el Staff. Y camine.

No recordaba muy bien donde vivía Kaz. Por lo que no fue tarea fácil llegar a su departamento o la localidad en donde él vivía, menos en aquel estado, camine por horas y cuando me pareció que estaba cerca de su edificio comenzó a amanecer.

Aun en un estado ido pensé “Podre prepararle el desayuno” Subí las escaleras y llegue al piso de Kaz, pero cuando estuve cerca de la puerta reaccione un poco.

“Oh… que hago aquí?” “Tengo que irme antes de que los v
ecinos…. Kaz dijo no tener vecinos.” “Maldita sea Hyde caminaste hasta aquí?”
Durante varios minutos me rete a mi mismo por mi irresponsabilidad, pero en ningún momento me aleje de aquella puerta, a pesar de todo.  Yo moría de necesidad por ver una vez más a Kaz. Pero no quería molestarle, no quería que el sintiera culpa o que se sintiera comprometido a recibirme solo porque yo me había enamorado de él, le había dejado y aun no podía olvidarlo.

Habían pasado meses.

De pronto sentí unas enormes ganas de vomitar, un pitido en mi oído y una leve convulsión. “¿Qué rayos me dio ese tipo?” pensé al no reconocer los efectos de lo que había bebido. Comencé a vomitar agachado y a sentir un fuerte dolor en la boca del estomago, perdí la fuerza y caí sobre mi propio vomito. “Ay esto es malo” Por unos momentos deje de respirar y no sentí nada en mi cuerpo. Tal vez por fin estaba muriendo.



~

Sentí el sonido del agua caer.

Sentí algo restregar mi cuello, mis brazos, mis axilas, mi pecho, mi estomago…
Luego sentí unas manos  levantando mis piernas para restregarlas de igual manera con algo que me pareció una esponja de baño.
Todo se sentía cálido. Las manos frotaron con algún liquido frio mi entrepierna, no de una manera erótica, al parecer solo me estaba limpiando de algo.
Las manos ahora tocaban mi cabello, con delicadeza masajeaba y enjuagaba.
De pronto me sentí en el aire y me ataco un gran frio. Comencé a temblar.
“Tranquilo, solo me tomara dos minutos secarte… qué bueno que eres pequeño.”- susurro la voz. Esa voz me daba tranquilidad. “Todo está bien ahora”, pensé.
Sentí algo que creí una toalla palpar mi cuerpo con pequeños golpecitos, a medida que iba secando mi cuerpo iba vistiéndome con algo sumamente abrigado. Luego secó mi cabello con un secador de pelo y el aire cálido me relajo aun más.
Yo no podía abrir los ojos, como tampoco podía mover ni una sola parte del cuerpo. A pesar de que sentía el tacto, los músculos no respondían.
Después de secar mi cabello, levanto la prenda que vestía la parte superior de mi cuerpo y  sentí las manos tocar mi estomago, sentí dedos cálidos deslizándose por mis costillas, sentí caricias alrededor de mi ombligo.

-          Estas delgado…
La voz me reprochaba. Volvió a abrigar mi estomago y me posiciono de tal forma que quede sentado, apoyado en el. Su olor cerca de mi… mi corazón reconocía ese olor y lo disfrute. Solo dios sabe cuánto disfrute saber quién era la persona que me envolvía entre sus brazos para cuidarme.
Levanto un poco mi mentón y posiciono algo frio entre mis labios
-          Bebe esto por favor.- Sentí un liquido en mi boca, como los músculos no respondían, lo sentí deslizándose por mi garganta, luego por reflejo tosí un poco, aun así no lograba recuperar el control de mi cuerpo.

Sentí otra vez elevarme en el aire, para luego caer en algo acolchado, luego sentí un peso suave sobre mí, que me cubría del frio.
Una mano suave entrelazo los dedos con mi mano derecha. Luego la levanto y comencé a sentir besos en los dedos. Caricias en mi rostro, en mi cabello, en mis labios, sus dedos acariciaban mi estomago de manera cuidadosa.
Su voz susurro en mi oído.
-          Descansa pequeño mío, yo cuidare de ti hasta que despiertes. Por lo menos hasta que despiertes podre volver a amarte como en aquellos días.

Esas palabras cubrieron mi corazón.
Y me deje ir en un sueño profundo.



Me estire cómodo y calentito en donde estaba, no quería abrir los ojos. Había un olor en el ambiente que me hacía sentir cómodo y feliz. Todo lo que me tocaba era suave, me sentía bien.
Abrí los ojos lentamente resignado ante no poder seguir dormido. Y lo vi.
Kaz dormía a mi lado.
Di un pequeño brinco ante la sorpresa, el hizo un gesto ante el movimiento pero volvió a dormir.

“Oh mierda, ¿qué hago aquí?” me pregunte.

Poco a poco los recuerdos de la noche anterior llegaron a mi memoria. Disco, alcohol, el tipo del baño, el trago con algún tipo de droga, la adrenalina, la caminata hasta la casa de Kaz, el vomito, el desmayo. Sonidos de agua… sentir a manos lavando mi cuerpo, luego vestirme… “Oh dios… Kaz… mi Kaz… a pesar de todo ha vuelto a cuidarme” sentí las lagrimas recorrer mi rostro, era una mezcla de felicidad por estar allí y de culpa por haberle hecho daño, también de alivio por estar en un lugar seguro y vivo después de todo lo que paso durante la noche… mis necesidades fueron completamente cubiertas ante solo ver a Kaz dormir a mi lado.

Un feroz sollozo escapo de mi boca en ese momento.

Me sentí explotar en lágrimas, todo el dolor acumulado se hizo presente para escapar.

Kaz despertó y algo adormilado se sentó en la cama frente a mí. Por las lagrimas yo le veía algo borroso, pero vi en su rostro su seño preocupado y en su mirada confusión e indecisión por no saber si mantener lejanía conmigo.

Tal vez Kaz ya tenía a alguien más en su vida, tal vez el no quería tenerme cerca, no lo sabía pero en ese momento estaba tan absorbido por mis emociones que no pude detenerme a pensar sobre cómo reaccionar, simplemente sentí miedo de ser rechazado, lo que sumaba mas mis lagrimas.

 Abrace mis piernas con mis brazos y escondí el rostro. Podía sentir las lagrimas resbalar por mi nariz y caer.

-          Hyde…- susurro despacio Kaz.
Su voz acentuó aun más mi llanto. ¿Cuánto quise escuchar esa voz durante todo este tiempo? Mucho más de lo que era capaz de dimensionar.
-          Hyde… sé que tal vez no será cómodo para ti pero… ¿me permites abrazarte?

Mi Kaz. Esa pregunta tan solo podía haber salido de los labios de mi Kaz. ¿Cómo podía ser tan considerado después de lo que hice?
-          Por favor abrázame.- le dije con la voz rota, me sentía demasiado culpable.

Kaz  tomo mis brazos y con un poco de fuerza, hizo que yo soltara la posición que yo mantenía para esconder mi rostro, coloco mis brazos alrededor de su cintura, una de sus manos se quedo en mi cabello, acariciándolo, manteniendo mi rostro a la altura de su pecho, la otra daba pequeños golpecitos de consuelo en mi espalda.

-          Todo está bien… tranquilo…- susurro cerca de mi oído.
-          Kaz… - le llame entre lágrimas, ahogado con los sollozos.
-          ¿Sí?
-          ¿Me perdonas? - Mantuve mi rostro escondido.
-          ¿Qué debería perdonarte Hyde? – su voz sonaba sincera y curiosa.
-          Haberme ido… haberte dejado…- otra vez mi voz se quebró. No respondió. Ante el silencio de Kaz me consumieron otra vez los sollozos.
-          Sh… no llores pequeño… está todo bien… no tengo nada que perdonarte Hyde… no has hecho nada malo, tranquilo.
-          Te extrañe tanto Kaz… tanto.- yo ya estaba hundido por mi pena.

Kaz no respondió, pero si me abrazo aun más fuerte, sentí su respuesta implícita. Me dejo llorar por un gran rato, luego me acostó en la cama y el se acostó a mi lado, acaricio mi pecho de arriba hacia abajo en pequeños movimientos, él sabía que solía doler allí cuando yo lloraba.

Yo mantuve los ojos cerrados sintiendo su tacto. La mano de Kaz se posiciono en mi corazón. Luego acerco su oído para escucharlo.

Apoyo su cabeza en mi pecho, sumergido en el sonido de mis latidos.

Abrí los ojos para contemplar su gesto de ternura.

El tenía los ojos cerrados, yo contemple sus labios finos, su nariz… sus parpados…
Kaz continuaba hermoso. Mis recuerdos no le habían hecho justicia al verdadero Kaz.
El abrió los ojos.
-          ¿Cómo has estado?- susurro con gesto tranquilo. La atmosfera se lleno de paz.
-          Tú me ves…  - dije encogiendo los hombros, no quería darle mayores explicaciones de lo horrible que era todo sin él.
-          Por la mañana me asustaste mucho…- dijo levantándose un poco.- Respirabas con dificultad y había sangre en tu boca.
-          ¿Sangre? – Oh…
-          El mismo doctor que te reviso la vez pasada acudió a mi llamado.- Su tono era un poco brusco ahora.
-          Debo agradecerle entonces….- pensé ante la mirada enojada de Kaz.
-          Hyde ¿Por qué rayos tomaste éxtasis?
-          Así que eso era…- dije comprendiendo mi reacción de la noche anterior.
-          Tuviste una reacción estomacal muy parecida a la intoxicación, vomitaste por horas aun estando inconsciente… Hyde… ¿cómo pudiste ser tan estúpido? – La voz de Kaz sonaba furiosa.- ¡Pudiste haber muerto si yo no te hubiera encontrado!

A pesar del enojo de Kaz, me sentí feliz de que aun se preocupara por mí.

De pronto los ojos de Kaz se llenaron de lágrimas y se lanzo a abrazarme. Un acto impulsivo poco común en el, luego sentí un sollozo en sus hombros.

-          ¡Eres un verdadero imbécil! ¿Qué hago yo si algo te pasa Hyde?- la voz de Kaz era temblorosa, sentía el dolor en su tono.- Ya es más que suficiente vivir sabiendo que no estás conmigo, es un consuelo para mi ver el éxito que han tenido tus planes… pero duele ¿sabes? Duele no tenerte, ha dolido demasiado durante todo este tiempo… si te pasara algo… si algo llegara a sucederte sin que yo hubiera tenido la oportunidad de cuidarte… ¡dios, eres un idiota!- Su abrazo se hizo más fuerte. – Si no puedo confiar en que puedes cuidarte solo, no me dejaras vivir lo poco de vida que me queda desde que te fuiste.- susurro despacio, sentí sus lagrimas resbalar a mi espalda. Sentí otro sollozo temblar en sus hombros, lo abrace con la misma fuerza que él me abrazaba.

“Mi Kaz aun me quería.” Lagrimas de felicidad se me escaparon en ese momento.

-          No llores bebe… no llores…- le dije sujetándolo con fuerza junta a mí, como si presionándolo lograra exprimir todo el dolor de su corazón para llevarlo conmigo.
-          Deja de hacerme llorar entonces… no puedo creer que hiciste semejante estupidez… estoy tan enojado contigo Hyde que ni siquiera podrías entenderlo, pero me alivia tanto verte despierto…

Nuestros llantos en parte, eran un desahogo para los dos, una liberación de tensión acumulada por todo el doloroso tiempo que estuvimos separados.

Continuamos como dos idiotas sensibles llorando abrazados hasta que oscureció.

Había sido un día intenso emocionalmente.

Kaz dormía sobre mi pecho, su estomago subía y bajaba lentamente, su cuerpo demoraba 4 segundos en inhalar y exhalar aire por sus pulmones, no es que los contara, para nada.
Roce mi dedo con sus labios… el sonrió, le daba cosquillas. Mire sus labios durante unos minutos… deseaba esos labios.

Me deje llevar y me levante un poco con cuidado para no despertar a Kaz, lo acomode a él sobre la almohada y luego me subí a ahorcajadas sobre él. Comencé a dar suaves besos por su cuello, acaricie su cintura y su cadera con mis manos que tocaban bajo su ropa, subí hasta los pezones y los apreté con mis dedos mientras le besaba el cuello y movía insinuantemente mis caderas sobre él. Kaz por supuesto, despertó.

-          Umm… - Kaz no parecía impresionado, al contrario, parecía fascinado, tomo mi rostro con sus manos y lo acerco a sus labios, me beso con pasión.
Sentir su lengua acariciar la mía, me lleno de vida. Lo extrañaba tanto. Durante muchas noches había imaginado esa lengua en mi boca y por todas partes.
Lamí su labio superior y Kaz jadeo suavemente. De a poco se sentó para comenzar a besar mi cuerpo.
-          No te muevas, quédate en esa posición, he soñado con que estés sobre mí, durante mucho tiempo, ¿cúmpleme ese deseo?- susurro con voz ronca, yo me impresione, era la postura que menos me agradaba a pesar de ser de las más intensas, me daba vergüenza.
-          Es que… - me ruborice, pero no le diría que no a Kaz.
-          Amo verte Hyde… - me dijo antes de besarme y comenzar a quitarme la ropa.
Mientras quitaba la parte superior del pijama, yo movía mis caderas sobre él, rozando su entrepierna que ya sentía dura.
-          Ahh... Hyde te he extrañado.- dijo Kaz mientras yo le desabotonaba la camisa que llevaba puesta.
-          No sabes cuánto te he extrañado también Kaz… hazme tuyo, te necesito dentro de mi cuerpo...- lo bese…- ya que de mi corazón no has salido en todo este tiempo.
Kaz se alejo un poco para mirarme a los ojos.
-          ¿Me amas?- pregunto con una extraña expresión en el rostro, sus manos en mis caderas.
-          Lo he hecho todo este tiempo, claro que lo hago… nunca lo dudes.- le dije buscando sus labios, pero él se alejo.- ¿Qué… que pasa Kaz?
-          ¿Durante este tiempo has estado con alguien más?
-          ¿Qué? No… no amor… no…- le dije mirándolo a los ojos, algo incomodaba a Kaz.
-          Yo sí, Hyde. – Oh…
-          ¿Estuviste con… otra persona?
-          Si.- Kaz analizaba mi reacción. – Tengo una relación con esa persona en este momento, creo que sería mejor que… no hiciéramos esto.- Oh.
-          Kaz…- dije dudoso… ¿Qué debía decir? Aunque sabía que era una opción, no me lo esperaba. El tenia el derecho a tener a otra persona, cualquiera le haría mejor compañía que yo, por que por lo menos estaría con él.

Mi corazón dolió. Kaz ya no era mío.

-          Escúchame Hyde, comencé una relación tiempo después de que te marchaste… pero no ha sido como creí, no he dejado de pensar en ti, aun te amo y no reconocerlo sería absurdo, pero… debo avisarte como es la situación ahora…
-          ¿Amas a alguien más?
-          No la amo, pero intente hacerlo…-Kaz bajo la mirada.- creí que iba por buen camino pero apareciste tu y me doy cuenta de que nunca hubiera logrado olvidarte.
Yo continuaba sobre él.

Analizaba sus palabras, aun me amaba pero había otra persona en su vida… ¿Qué haría yo al respecto? ¿Qué haría él? Yo sentí mucha tristeza.
-          Kaz yo… lo siento.- iba a moverme de la posición en la que estábamos, si el tenia una relación esto no era adecuado.
-          Quédate ahí Hyde.
-          ¿Por qué?
-          Porque quiero que hagamos el amor.
-          Pero tienes a otra persona Kaz.
-          Pero esa persona se debe marchar de mi vida ahora que llegaste tú. No pienses tanto en ello, quería que simplemente lo supieras por mi antes de que te enteraras de otra manera, ahora bésame maldita sea, te he extrañado, te deseo demasiado y esa posición es en la que te he imaginado por mucho tiempo, por favor haz el amor conmigo.
-           Esto es confuso… ¿tienes a otra persona pero me quieres a mi?- Kaz no respondió comenzó a mover mis caderas con sus manos, para hacerme sentir su erección.
Yo jadeé. En solo segundos ya no recordaba de qué estábamos hablando.
Kaz desabrocho mi pantalón y lo bajo lo mas que pudo, dejando a la vista mi entrepierna, comenzó a masturbarla como solo él lo hacía, sus dedos tocaban circularmente la punta, sus manos bajaban delicadamente hasta los testículos y luego la tomaba firmemente para masturbarme y hacerme jadear.
-          Uuuuh…. Kazu… - Kaz movía su mano de arriba hacia abajo, yo levante la cabeza y luego la incline hacia atrás mientras mi espalda se arqueaba, por lo que no lo vi en el momento en que Kaz se agacho y se llevo mi erección a su boca.- Ah! Kaz.. dios… - Kaz chupaba fuerte… estaba ansioso, lo sentía, sus músculos estaban tensos y el aun estaba vestido.- No me hagas terminar antes de tiempo Kaz, amor mío, por favor… ah…
-          Pensé que nunca mas volvería a escuchar ese exquisito sonido… - dijo Kaz alejándose de mí, indicándome con la mirada que le quitara la ropa.
-          Oh... no sabes cuánto quiero escucharte yo a ti.
Me acomode un poco más atrás y levante las piernas de Kaz para yo quedar entre ellas y sacar desde allí su pantalón. Cuando estaba con ropa interior, decidí rozarlo con las punta de los dedos, de arriba hacia abajo, lento y con un poco de presión.
-          Dios Hyde… solo sácalo y déjame estar dentro de ti.
-          No, no, no… se que estas ansioso, pero yo tengo otros planes.- le dije al mismo tiempo que metía mi mano bajo su ropa interior y rozaba la punta de su pene, que sentí palpitar.
-          Dios…. Por favor Hyde… después hacemos estas cosas…
Ignorando su petición, quite su ropa interior y mirándolo a los ojos me lleve la erección a la boca, succione fuerte y Kaz arqueo la espalda.
Comencé de inmediato con movimientos rápidos, logrando el sonrojo en las mejillas de mi hermoso Kaz. El se estaba acalorando cada vez más, pero de pronto oí el ruido de una puerta cerrarse.
-          ¡Kaz he llegado a casa! – Se escucho una voz femenina gritar desde la entrada.
Yo mire a Kaz impresionado… ¿ella vivía aquí?
-          Escóndete. – me dijo mientras se levantaba de la cama y recogía los pantalones del suelo.- Escóndete en el baño Hyde por favor… o vístete si quiera para que no te vea así.
Yo no me movía… la idea de que Kaz quisiera esconder qué estábamos haciendo no me gustaba, ¿acaso el no pensaba dejarla? Eso me había dado a entender.
-          ¡Escóndete en el baño Hyde!
-          No. – le dije, aun desnudo en la misma posición que él me había dejado en la cama, el ya estaba vestido colocándose los zapatos.
-          Oye si nos ve juntos no le va a agradar y si te reconoce tendrás problemas, por favor escóndete, le hablare de ti sin decirle quien eres, pero por el amor de dios Hyde, no hagas una estupidez.

Sabía que Kaz tenía razón, enojado tome mi ropa del suelo y me encerré en el baño.
Me vi en el espejo unos segundos. En mi rostro se reflejaba mi molestia, en mis ojos se notaba el brillo de felicidad de volver a estar con Kaz. Le sonreí al tipo del espejo… Kaz dijo que aun me amaba, Kaz quería estar conmigo, Kaz dejaría una relación por mí. 
Yo estaba enamorado de Kaz, habían pasado meses de distancia entre nosotros y yo por más que intente distraerme solo logre aferrarme más a el de manera inconsciente, el lo era todo para mí. Mi corazón latía con fuerza ante la esperanza de que tal vez, podríamos continuar una vida juntos.