jueves, 28 de octubre de 2021

One Shot: Huellas intactas.


Sostuvo entre sus dedos el llavero que colgaba de su bolso, estaba viejo y sucio, lo que alguna vez fue un panda ahora parecía un oso negro con matices marrones, los hilos se escapaban de entre sus patas y orejas. Hyde sonrió, ese pequeño objeto tenía tantos años como la nostalgia que se le colaba bajo la piel. 

Producto del concierto reciente le dolía la garganta y sus oídos aún conservaban cierto zumbido, como si aún pudiese escuchar los gritos y el retumbar de la batería a su espalda. Sabiendo que la única manera de apaciguarlo era un baño largo, se desvistió lanzando la ropa camino al baño y se sentó en la bañera fría mientras el agua comenzaba a llenarla. Desde allí podía mirar el bolso en su cama y el oso viejo colgando con cierta lástima. Debió haberlo tirado hace años, pero a veces... y solo a veces, se llenaba de dulzura al mirarlo, le recordaba una de las pocas veces que consiguió ver un sonrojo abrumador por parte de un hombre que desprendía confianza como defensa y ataque. Se dejó reposar en la bañera por al menos dos horas, cambió el agua una y otra vez hasta que comenzó a adormecerse lo suficiente para suavizar su cuota de autocontrol. No era lo que quería y mucho menos lo que necesitaba, el staff comentó que precisamente esta persona estaría presentándose en el mismo escenario que él solo unas cuantas horas antes y luego se alojaría en el mismo hotel, en el mismo piso, a tan solo tres puertas de distancia... Sabiendo que estaba tan cerca le picaba la piel, y comenzaba a ser extremadamente consciente de como en cada encuentro a través de los años, nunca pronunciaban un adiós. 

Antes había pensado que la falta de despedidas eran coincidencias, pero se convenció así mismo de que tal vez no era el caso.

Se levantó de la bañera y se vistió ya relajado físicamente, pero sabía que su mente agitada no le permitiría dormir. Eligió un buzo esperando que de ser visto o rechazado pudiera sofocar sus pensamientos en el gimnasio del hotel, guardó la llave de la habitación en su bolsillo y se dirigió a la puerta, sin embargo se devolvió a la habitación una vez más y se miró al espejo.
Tenía el ceño fruncido y el cabello mojado, su cuerpo estaba más ejercitado que la última vez que se habían visto. "Probablemente obtenga un cumplido de ello", pensó con más gusto del que hubiera querido, se volteó y fue por su bolso, quitó el llavero de ahí y lo amarró al cinturón de sus pantalones. A veces solía esconderlo donde no pudiese perderlo, simplemente llevarlo lo ayudaba a sostenerse así mismo en aquellas ocasiones donde la vida lo ajetreaba hasta el punto de hacerlo olvidar su identidad.

Salió de la habitación caminando con más seguridad de la que sentía, contó las habitaciones a su izquierda como le habían indicado y se detuvo.

Lo conocía lo suficiente para saber que no era el tipo de persona que disfrutaba de la soledad cuando podía apreciar la compañía, y era un acto terriblemente irresponsable por parte de Hyde atreverse a ser visto por sus conocidos, las especulaciones con respecto a ellos seguían estando en aguas poco profundas.

Respiró un par de veces pensando en una excusa y solo cuando se decidió por la confiable: “lo siento, me equivoqué de habitación”, tocó la puerta en un sonido que esperaba fuera reconocido.


Al comienzo nadie salió, comenzó a presionarse las uñas entre las yemas de los dedos mientras respiraba profundamente y volvía a tocar, esta vez de manera normal.


- ¿Sí? - escuchó decir del otro lado. La voz ronca del hombre le indicó que debía de estar durmiendo y probablemente en su habitual costumbre de meterse desnudo a la cama, había optado por no abrir la puerta.

- ¿Molesto? - susurró sin querer ser escuchado por nadie de las habitaciones cercanas. Hubo un silencio de respuesta antes de que la puerta se abriera. Tal y como había pensado, frente a él estaba un Sakura en ropa interior y una cabellera despeinada. Tenía los ojos rojos e hinchados, parecía tan agotado que Hyde contuvo la respiración arrepentido de haber molestado su descanso.

- Tenía la sospecha de que vendrías pero no fui capaz de esperarte despierto- comentó con total confianza mientras le abría la puerta. Hyde se sintió menos incómodo al saberse bienvenido y se quitó los tenis al entrar. La habitación estaba iluminada por solo una lámpara junto a la cama lejana.

- No sé si deba ofenderme tu confianza en mi debilidad.

- Hum, no sé si deba ofenderme ser una debilidad- Sakura respondió de manera automática mientras caminaba por toda la habitación hasta volver a meterse en la cama. Quitó almohadas de su lugar y las acomodó junto a él, luego palpó el espacio vacío en una invitación- Lamento si esperas celebrar tu concierto de esta noche pero, no creo ser capaz de levantarme hasta después de dormir doce horas. Puedes sacar una cerveza de la nevera y recalentar la pizza que hay en el microondas, también hay donas en mi maleta. Si quieres hablar te escucharé.

Hyde lo miró fijamente mientras Sakura se acomodaba y volvía a cerrar los ojos. La luz era poca pero las ojeras oscuras se hacían notar, sabía muy bien lo mucho que Sakura se agotaba en las giras, no podía dormir en los aviones y su constante insomnio aparecía junto al estrés. Se sentó en la cama y tomó su mano, el batero continuó sin abrir los ojos mientras Hyde jugueteaba con sus dedos.

- ¿Estás bien? - preguntó en un susurro. Sakura sonrió con los ojos cerrados.

- No seas tonto, estoy bien. Si no vas a comer entra en la cama, quiero escuchar esas quejas.

Hyde soltó una carcajada y se metió bajo las sábanas. Las últimas dos veces que se encontraron en eventos solo tuvo tiempo de soltar las quejas que nadie más podía oír. Habían pasado años desde entonces, no se habían llamado ni una sola vez e incluso a veces evitaban el saludo si había demasiada gente entre ellos. Al comienzo esta dinámica había descolocado a Hyde, pero entonces alguien le recordó que ambos tomaron la decisión de permanecer en lugares diferentes, sin embargo, nadie sabía que nunca pudieron desprenderse del todo. Incluso si no llamaban, se extrañaban, Hyde podía saberlo por la fuerza con la que Sakura lo abrazaba en algunas ocasiones.

Algo del pasado quedaba en ambos, incluso si solo eran cenizas de lo que alguna vez los quemó, y era lo suficientemente intenso como para hacerlos volver al pasado cuando se sentían en la presencia del otro. Hyde volvió a tomar su mano cuando se acomodó, tenía un poco de frío y al mismo tiempo ganas de quitarse la ropa, pero no quería entregar un mensaje incorrecto. Estar así de cerca era suficiente.

- Si sabías que estaba aquí, ¿pensaste en ir a mi habitación? - miró con atención el rostro de Sakura mientras se llevaba la mano que sujetaba la suya al pecho. Era un movimiento inconsciente, Hyde lo sabía, una costumbre suya en medio de la comodidad.

- Hay una cámara de seguridad fuera de tu habitación- Hyde se rió y Sakura abrió los ojos – Solo me fijé al llegar, ya sabes.

- Claro, uno suele fijarse en esas cosas, ya sabes.


Permanecieron en silencio unos momentos. Hyde se removió un poco para quitarse la ropa de la zona superior para evitar el desagradable sudor y luego se rascó los pies hasta desprenderse de los calcetines, entonces se acercó a Sakura lo suficiente como para acomodarse en la almohada donde se apoyaba y deslizar sus dedos por el largo cabello del batero. Notó que estaba un poco húmedo y olía fuertemente a un shampoo mentolado. Sakura en silencio levantó la nuca para permitirle liberar todo su cabello por alrededor de la almohada.

- Si no te importa, me quedaré hasta que amanezca.

- Mm – asintió – Desayuna antes de irte, hay chucherías en mi maleta, saca lo que quieras- Hyde sonrió, se agachó un poco y depositó un muy suave beso en la mejilla de Sakura. Fue casi imperceptible pero el suspiro del batero lo hizo saber que tan despierto estaba- Puedes quitarte los pantalones, no me importa.

Hyde hizo un sonido de agradecimiento antes de removerse para desprenderse de ellos. Cuando estaba listo para lanzarlos lejos, Sakura lo detuvo.


- ¿Eso es… lo que creo que es? - Hyde siguió su mirada hacia su pantalón arrugado en su mano, de él colgaba un viejo llavero.

- Ah, eso- Sakura lo miró con sorpresa y algo más que Hyde no pudo discernir, pero ante el ceño fruncido del batero, cierta angustia comenzó a crecer en él. Iba a inventar una excusa cuando de pronto Sakura hizo pareció lamentarse.

- Es tan feo, no sé como pude darte esa cosa. - entrecerró los ojos hacia el llavero.

- No es feo, solo tiene los ojos desviados y una pata más corta, el resto está decente.

- ¿Por qué lo tienes aún? - preguntó el batero y aunque la pregunta parecía carecer de mala intención, el silencio que obtuvo de respuesta provocó una leve incomodidad en el espacio. Sakura pareció recordar el afecto que Hyde le tenía al llavero de panda, se lo había regalado a Hyde luego de que este mencionara que apreciaba los regalos significativos y hechos a mano, Sakura era bueno pintando pero había tenido la extraña idea de intentar hacer algo que Hyde pudiese llevar consigo, lo que resultó en un mal intento de llavero de oso panda, y aunque había pensado en tirarlo, Hyde lo encontró e insistió en quedárselo. Lo llevó con orgullo en cada bolso que usaba. Había pasado más de una década desde entonces, las telas del oso estaban gastadas y sucias, los hilos se le escapaban, pero aún tenía los mismos ojos desviados y su pata más corta, era indudablemente el mismo. Sakura se sintió abrumado y apretó los puños escondiendo ambas manos bajo las sábanas.

- Solo lo encontré por ahí – mintió Hyde en un intento por salvar el estado de ánimo –No pienses demasiado en ello. - finalmente lanzó los pantalones lejos y se recostó cubriéndose hasta el cuello, esta vez manteniendo un poco más de distancia del otro y dándole la espalda.

- Oye. - llamó Sakura.

-¿Mm? ¿Te enojaste? - fingió un tono desinteresado y un poco adormilado.

- Si te pidiera que tiraras eso a la basura antes de irte, ¿lo harías?

- Por supuesto que no.


Su tono ofendido hizo bufar a Sakura.


- Te sigue importando. - concluyó. Hyde pudo escuchar un: “te sigo importando” escondido entre esas palabras. Pensó en como responderlas pero optó por protegerse.

- ¿Y a ti? ¿Te sigue importando? - sabía que Sakura lo entendería. Sabía que podía descifrar su intento de preguntar: “¿Y yo? ¿Aún te sigo importando?”

Hubo silencio como respuesta. Hyde suspiró sintiéndose estúpido por preguntar, en todos esos años y en los encuentros que se habían repetido, nunca existieron tales palabras de peso o compromiso, no había necesidad de aclararlo y se dijo así mismo que no debía ser tan codicioso como para obligar al otro a decir algo al respecto, no si las palabras dolerían por lo poco que ambos harían al respecto. Ya no eran jóvenes ingenuos, las promesas eran innecesarias.


Cerró los ojos sintiendo cierta humedad en ellos y luchó por no liberar ninguna lágrima, se volteó boca arriba y respiró profundamente, con suerte lograría hacerle creer a Sakura que se había dormido. Contó ocho respiraciones cuando de pronto lo sintió removerse, medio segundo después el roce húmedo en su boca lo tomó por sorpresa.


Sakura le había dado un beso suave que mantuvo sobre sus labios. Hyde devolvió el beso tardíamente, rodeó el cuello del batero y acercó su cuerpo buscando aclarar cualquier posible duda. Quería esto, quería tanto como pudiera tomar. De pronto una gota cayó sobre su mejilla y al abrir los ojos notó que Sakura tenía las pestañas húmedas. El nudo en su garganta comenzó a crecer, por lo que se enfocó en besarlo tanto como pudiera, la lengua del batero fue lo suficientemente insistente como para distraerlo. Hyde comenzó a tocar todo lo que alcanzaba, arrastró las uñas por la espalda y rozó con cierta presión el abdomen, marcando un vaivén desde sus pectorales hasta su cintura. Cuando separaron sus labios, besó su cuello y su mandíbula inhalando con gusto la esencia a tabaco y jabón del batero. Para su sorpresa este le quitó las palabras.

- Hueles como siempre.- esta vez Sakura depositó un beso en su frente antes de bajar su posición para acomodarse entre las piernas de Hyde. No hubo tanteo en sus movimientos, tomó la ropa interior y la quitó con cuidado, la erección de este no estaba del todo firme pero no pareció importarle. Se agachó y la besó, rozó su nariz con los vellos cercanos antes de susurrar de manera casi inaudible – Si, hueles como siempre.


Hyde le dio una leve palmada en la nuca, sintió el bufido divertido de Sakura en la zona más sensible de su cuerpo y lo miró mientras el otro se divertía entre sus muslos.


- No tienes que hacer eso, puedes solo… - esta vez fue Sakura quien le dio una palmadita en el muslo, pidiendo silencio. Hyde suspiró, mirando atentamente como Sakura se amarraba descuidadamente el cabello con una pulsera y luego rozaba la nariz por la zona, sus pestañas aún estaban húmedas pero había una sonrisa fácil en sus labios. Jugó con la lengua en la punta de la erección por un rato lo suficientemente largo como para volverla dura y solo entonces le dio una mirada satisfecha a Hyde.


- ¿Aún confías en mí? - preguntó de repente. El vocalista se sintió expuesto, no era justo preguntar algo tan intimo mientras lo excitaba. Sin embargo respondió con total honestidad, ya tendría momentos cuerdos para arrepentirse.

- Más que en nadie.

- Entonces dime cuando es suficiente, no hagas la estupidez de dejarme hacer lo que quiera solo porque soy yo. - Se miraron a los ojos unos momentos, si bien las palabras del batero parecían un regaño el tono utilizado fue tan suave que se sintió como una súplica. Hyde asintió.

Sakura le dedicó una sonrisa antes de meterse la erección en la boca, y si bien no se la llevó por completo dentro, comenzó de a poco como si explorara por primera vez, en un acto de pérdida de costumbre. Hyde estuvo seguro que debía ser el caso, no podía imaginar a Sakura compartiendo la cama con otros hombres, no así.


Suspiró ante las sensaciones, había recibido el mismo acto varias veces con más y menos habilidad, pero no importaba como lo hiciera Sakura, siempre lo preferiría. Había una entrega distinta de su parte. Se permitió gemir. La saliva había humedecido la zona por completo, o al menos eso quería creer Hyde, no estaba seguro de cuanto del fluido que se mezclaba entre sus vellos era suyo y cuanto era de Sakura. Su respiración comenzó a acelerarse y levantó las piernas de manera inconsciente, sus manos se dirigieron al cabello de Sakura y sus caderas se sacudieron un par de veces, entonces un ardor incómodo en la parte baja de la espalda le tomó por sorpresa. Soltó el cabello del batero y notó que el dolor provenía de un dedo que intentaba hacerse espacio con movimientos suaves. Había pasado demasiado tiempo desde que Hyde había permitido el ingreso de algo por la zona, se sintió incómodo. Sakura notó su distracción y levantó la mirada.

- ¿No quieres continuar? - no había molestia en su tono, pero Hyde frunció el ceño. Sabía por qué Sakura le había pedido no exigirse, el permitirle hacer lo que quisiera con su cuerpo le traería a él mismo satisfacción, sin embargo sabía lo intenso que podría ser aquel dolor y cuanto tardaba en mejorar. En medio de una gira no parecía una buena idea y si fuera cualquier otra persona lo frenaría, sin embargo aún la idea de ser lo que Sakura necesitaba estaba fuertemente impregnada en él.


Sakura notó su debate y quitó el dedo invasivo, acarició las piernas con dulzura y luego se acomodó sobre él. Hyde observó como la erección del batero estiraba la tela de su ropa interior.

- No tenemos que hacerlo. - le susurró Sakura de manera comprensiva.

- Es solo que… duele.- la vergüenza se le filtró en la voz. El batero pareció preocupado, bajó la mano y tocó la erección - ¿Aquí? - la soltó con cuidado y luego dirigió dos dedos a la zona trasera adolorida - ¿O Aquí?

- Segundo. - indicó Hyde sin mirarlo, Sakura le sonrió. Había cierta burla en sus ojos pero hizo el esfuerzo de reprimirla.

- ¿Quieres continuar? Puedo seguir…

- Quiero… - interrumpió Hyde – Tú tocándome... y a ti, es decir... juntos.

El batero le dio una mirada suave y luego le beso la mejilla, se retiró para quitarse la ropa interior y luego volvió a acomodarse sobre Hyde, cubriendo a ambos con las colchas.

- Tonto romántico. - susurró Sakura cerca de su oído mientras alineaba ambas erecciones con la mano. Hyde sintió lo mucho que le ardía el rostro, no solía permitirse ser tan sentimental y a veces era egoísta en la cama, especialmente no solía preferir esta práctica que podía hacer el mismo en solitario, pero quería abrazar a Sakura cuando el orgasmo lo encontrara. Escucharlo cerca de su oído y besarlo, que fue precisamente lo que hizo cuando el primer suspiro escapó de los labios de este. Sakura era distinto a él en este aspecto, mucho más considerado y silencioso, por lo que quería escuchar sus respiraciones temblorosas tanto como pudiera.

Marcó un ritmo rápido desde el comienzo, probablemente porque él mismo ya estaba tan duro que debía doler. Hyde disfrutó la humedad cálida que se filtró con la suya, el roce de la textura conocida hizo estragos por si misma en su excitación. De manera involuntaria abrió las piernas y lo rodeó con ellas, no estaba seguro de si debía ser cómodo pero no pareció afectar al movimiento, ambos movían sus caderas para agregar roce al movimiento manual, los dedos de Sakura eran largos y firmes, sujetaba con éxito a ambos y el sonido de la humedad comenzó a hacer eco en la habitación. Hyde gimió y balbuceó un par de palabras dulces que hicieron reír un poco al batero, sin embargo este le besó la frente y la mejilla en cada ocasión.

Ambos estaban encantados de escucharse, podían decirlo por cómo sonreían luego de que alguno permitiera escapar cualquier sonido. Las piernas de Hyde comenzaron a temblar y también sus palabras, Sakura se permitió soltar un par de gemidos mientras lo miraba. Hyde le dio la bienvenida al orgasmo arqueándose con brusquedad y Sakura sostuvo su erección con la mano derecha sosteniendo movimientos más lentos pero firmes con el fin de alargar el orgasmo. El mismo continuó acariciándose con la mano izquierda a un ritmo mucho más rápido mientras contemplaba a Hyde acabar al rededor de ambos cuerpos, entonces fue solo cuestión de tiempo para alcanzarlo. Sakura inclinó su frente en el hombro ajeno manteniendo los movimientos de ambas manos y tembló mientras el orgasmo lo recorría, balbuceando el nombre del otro una y otra vez hasta que no pudo hablar más, solo entonces Hyde usó gran parte de su fuerza para tomar su peso muerto sobre él y acomodarlos a ambos de perfil en la cama y abrazados.

- Chico fuerte - medio elogió medio bromeó Sakura.

Estaban respirando de manera agitada, con temblores que se extendían por los muslos de ambos, los fluidos se sentían tibios pero aún así se apretaron con fuerza el uno al otro. No hubieron palabras. Ninguna palabra más hasta que Sakura se durmió.


Hyde permaneció despierto sintiendo la respiración del batero rozarle el cuello, tenía enormes ganas de llorar de tristeza, alivio y esperanza, pero nuevamente se repitió que no debía ser codicioso. No con Sakura.


- Hide... - de repente escuchó a Sakura llamarlo, iba a contestar pero entonces él otro volvió a hablar – Hide… Hide.

- Estoy aquí – susurró a pesar de estar seguro que el otro debía estar hablando en sueños, era algo que le sucedía antes cuando acumulaba demasiado estrés.

- Hide, te amo.


Hyde se levantó un poco para mirarlo correctamente, la luz de la lámpara impactó en el rostro dormido de Sakura, parecía relajado, incluso tenía los labios entreabiertos.


- Te amo – repitió, esta vez con una gota de saliva recorriéndole la mejilla. Hyde la limpió con el dedo y volvió a su posición. Lo abrazó con cuidado.

- También yo. - susurró con una sonrisa enternecida.


Tal vez, debía permitirse agradecer la existencia de que alguien, que lo conocía tan bien, pudiera amarlo por lo que es. Especialmente porque él amaba profundamente a esta persona.


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Por la mañana Hyde se dio una ducha en la habitación de Sakura mientras este dormía, comió gran parte de las chucherías de su maleta y las otras se las metió a los bolsillos. Le dio un beso al batero dormido y lo arropó antes de salir. Cuando llegó a su propia habitación acomodó sus pertenencias y salió del hotel sosteniendo una maleta con un llavero de oso colgando de ella.