viernes, 8 de septiembre de 2017
First Kiss - Capítulo 10
-¿Quién y qué asunto?…-
contestaba adormilado un Hyde quién había sido despertado por su ruidoso
celular.
-Nombre: Sakura… asunto:… no lo sé… escuchar tu dulce voz aunque ahora no me parece muy dulce…- dijo riendo y hasta entonces fue que Hyde salió de debajo de las cobijas y trató de espabilarse.
-Ahh lo siento… -
-¿Estabas aún dormido?-
-Si necesito fuerzas para al rato…-
-¿Eh?-
-Tengo una entrevista de trabajo… así que deséame suerte.-
-No la necesitas, verás que te irá bien… entrevista de ¿qué trabajo?-
-Ah… algo fácil… mensajero en una empresa de esas que hacen comerciales.-
-Oh ya, bueno esfuérzate mucho, verás que encontrarás un buen trabajo.-
-Eso espero… oye… ¿podemos vernos hoy?-
-Ah… para eso hablaba… debo ir a ver a un cliente, será algo tedioso y llegaré bastante tarde… -
-No, no te preocupes… suerte con eso… que consigas que el caso vaya bien.-
-Gracias… pero… también quiero verte… ¿puedo pasar noche a tu casa? Puedo comprar una película.-
-Hmmm… estoy seguro que lo menos que quieres hacer es ver una película, jajaja.-
-Me atrapaste… no, de verdad, bueno no es que no te acepte hacer algo más… tampoco solo quiero eso no sé…tan solo quiero estar contigo… quiero verte…-
-A penas el jueves nos vimos.-
-Ya pasaron 3 días ¡enteros!...me muero sin ti… por favor…-
-Daah me sacrificaré… te espero en la noche.-
-Trataré de llegar lo más pronto.-
-De acuerdo.-
-¿Un beso?-
-¡No me jodas! ¡Y no discutiré por quién colgará primero! así que colgaré.-
-Jajajaja te adoró aún así…- dijo entonces y Hyde claramente escuchó como Sakura mandaba un beso a través de la bocina. Hyde colgó al instante, tenía una enorme sonrisa en el rostro, pero le gustaba negarse a sí mismo que su relación con Sakura, y en sí tan solo él, le hacía sentir mariposas en el estómago, pues se sentía un tonto adolescente.
Se levantó entonces para vestirse decente, lo más decente que podía
e ir a la dichosa entrevista de trabajo, sin embargo al final sus ansias le
ganaron. Aunque no lo expresará como Sakura a cada momento, el también moría
sin verlo, y estaba seguro que no aguantaría hasta la noche para poder al menos
darle un beso.
Había decidido que pasaría a la firma donde trabajaba Sakura a
dejarle unos bocadillos. Él mismo con un espeluznante esfuerzo los había
preparado, y aunque sabía que no eran la comida más sabrosa del mundo esperaba
que Sakura al menos se sintiera feliz al comerlos.
Al final allí estaba Hyde esperando pacientemente a que la
recepcionista le avisara a Sakura que él estaba allí, y la chica de falda corta
terminó indicándole como llegar a la oficina. Subió las escaleras, y luego
siguió las instrucciones de derecha e izquierda al pie de la letra de la chica
para llegar a un islote de escritorios donde claramente reconoció el portafolio
de Sakura.
-¡Ah! Ya llegaste. ¿Qué haces aquí? ¿No tenías una entrevista?- dijo
ante la mirada curiosa de sus compañeros mientras apresurado revisaba y
guardaba algunos papeles.
-Ah sí… es en un rato solo vine de paso.- se sentía un tanto incómodo en estar en aquella oficina con gente trajeada y que los miraban tan curiosos que parecía que Hyde venía en short y ombliguera como solía hacerlo.
-¿Es tu hijo el de primaria ._.?- preguntó entonces una mujer ya madura que hasta entonces tecleaba rápidamente en su computadora.
-Jajajaja no, no…- decía Sakura mientras Hyde negaba con cabeza y manos aquella pregunta, sin embargo la respuesta de Sakura lo hizo incluso abrir la boca de una forma un tanto exagerada -… estoy saliendo con él…-
-¡¿Qué?! ¡No!...- dijo de pronto Hyde y Sakura lo volteó a ver extraño… igual que sus compañeros los miraban a ambos.
-Yo dije que después de tu divorcio te haría falta salir con alguien pero ¿esto es en serio?- preguntó entre broma y broma un hombre más bajo y que parecía rondar la edad de Sakura.
-¡De verdad! No sé porque me niega.- le miró extrañado
-Es que no te quiero causar problemas…- dijo casi entre dientes el menor quien sentía estar sonrojado hasta la frente.
-No te preocupes por eso aquí cada quién hace de su vida lo que quiere, Kazuki está saliendo con una colegiala.- dijo el hombre bajito señalando al chico con el escritorio al fondo de la oficina.
-Así como lo ves es mayor que yo.- dijo Sakura y el otro entonces contestó.
-Pero aquí todo mundo sabía que me gustan menores, tú te veías muy hétero.- dijo aquél haciendo reír a los demás mientras Hyde trataba de acostumbrarse a esa extraña atmosfera entre confianza y acoplamiento que sentía en aquella oficina.
-Bueno guardaremos su secreto del jefe mientras él no lo sepa todo bien.- la mujer detrás de la pantalla de computadora hablaba sin dejar su trabajo. A Hyde le parecía un tanto increíble el rápido teclear de ella sin distraerse de la plática o de revisar papeles.
-Sí, todos sabemos lo homofóbico que es, si se entera puede correrte.- dijo el bajito mirando serio a Sakura
-Bueno en eso tienen razón… pero bueno Kazuki, Hiro, ya apresúrense o se nos hará tarde.- ordenó Sakura y entonces Hyde por fin supo el nombre del bajito.
Ambos trabajadores continuaron guardando sus cosas, varios papeles
en los portafolios y apagando sus computadoras mientras tanto Hyde decidió que
era el momento perfecto para decir y hacer lo que debía y retirarse antes que
volviera aquella extraña platica.
-Te traje esto…- dijo tendiéndole el portaviandas que cargaba hasta
entonces.
-¿Eh?... ¿cocinaste?-
-No idiota, son condones… obvio que lo hice.- Sakura tan solo sonrió enternecido.
-¿Para mí?-
-Ay ¬/////¬ deja ya las preguntas obvias.-
-Lo siento… es que es lindo de tu parte.-
-No prometo que sepa bien, pero más te vale que te lo comas o no volveré a hacerte nada.-
-¿¿No volverás a hacerme nada??- preguntó con una sonrisa traviesa y Hyde de inmediato se dio cuenta que hablaba en doble sentido.
-Ay eres un marrano, me refiero a…- “manualidades” pensó pero sabía que eso se interpretaría mal de cualquier forma -…detalles… cursis… y ya, ya me voy o se me hará tarde.-
-¿No me darás un beso?-
-No frente a todos tus compañeros raros.-
-Ay que tiene anda.-
-Que no ¬¬- dijo y entonces Sakura lo sostuvo de la cintura acercándose a él, pero como Hyde seguía negándose comenzaron a forcejear un tanto mientras ambos reían. Sakura tratando de conseguir un beso y Hyde tratando de negárselo. De pronto se escuchó como un montón de papeles caían al piso de madera haciendo que ambos se soltaran y miraran hacia la puerta.
-Demonios…- musito a penas Sakura al ver como su patrón lo había descubierto en tal situación y en plena oficina, estaba seguro que aunque no sería tan grave como sus compañeros pensaban, un buen regaño si se llevaría.
Sin embargo cuando Hyde volteó a ver a aquella persona, ni siquiera
tuvo tiempo de pensar en Sakura. Su mente se había paralizado, ni siquiera
sabía que debía hacer o decir, tan solo podía pensar en lo mucho que quería
desaparecer en ese momento. Sintió miedo por unos momentos y aunque quería
abrazar a Sakura y llorar como un niño ni siquiera se sentía capaz de moverse.
“¿Cómo es posible?... esto no está pasando” Era lo único que le pasaba por la mente al
ver a ese sujeto que hacía ya tanto no veía, y que jamás pensó volver a ver,
porque era lo último que quería en la vida.
-Hyde…- le llamó lentamente y luego rió sarcástico -… ¡¿Quién lo
hubiera pensado?!-
Levantó poco a poco los papeles del piso mientras Hyde agachaba la
cabeza y encorvaba el cuerpo totalmente afectado. Sakura al ver aquello notó
algo extraño, no entendía que pasaba pero notaba el karma de Hyde, y como de un
momento a otro más que sentir vergüenza o culpa sobre aquella escena, estaba
como pasmado.
-¿Hyde?- le llamó con suavidad pero no obtendría respuesta alguna
más que la voz del otro sujeto.
-Jamás pensé que realmente el mundo fuera tan pequeño… mi ex-hijastro, saliendo con mi mejor abogado… no pensé que hubieses caído tan bajo después de tu divorcio Sakura…-
Cuando escuchó aquella palabras, Sakura se dio cuenta de lo que
pasaba, no lo noto al principio, no entendía las palabras del hombre, pero de
un momento a otro todo concordó en su mente.
-¿Hijastro?...- dijo a penas percatándose que aquel hombre a quién
tanto tiempo había obedecido, no era otro sino el maldito que había violado a
Hyde, y no pudo evitar sentir que comenzaba a arder por dentro.
-Así es… me da pena admitirlo pero este de aquí alguna vez fue mi hijastro…- las demás personas en aquella oficina habían comenzado a escuchar atentamente, curiosos sobre la conversación tan extraña que se desenvolvía -… ¿Ni siquiera piensas saludarme Hyde?... ¿tanto te avergüenzas de ti mismo?… porque no creas que no lo sé… que eres un maldito prostituto. Siempre supe que eras un cualquiera, pero debo admitir que cuando mi agente me dijo a lo que te dedicabas me sorprendí un tanto de tu cinismo.-
“Cinismo” pensó Sakura entonces mientras apretaba con coraje los
puños, no podría creer posible que pudiera decir aquello cuando no había cínico
más grande que él. Parado allí con tanto ego, cuando le había hecho tanto daño
a Hyde. Cuando en el mundo Sakura no encontraba ser más repulsivo que él.
-Y tú Sakura… realmente pensé que eras listo… que este trabajo era
bueno para ti, pero… ya que te gusta recoger basura… tal vez te convendría más
trabajar en un basurero… -
Después de aquello Sakura no lo soporto más, y se le fue encima, golpeó al sujeto
fuertemente en el rostro y aunque este trató de defenderse el coraje de Sakura
era tanto que en un segundo ya estaba en el suelo con Sakura encima.
Tenía tanto coraje, desde que supo lo que había pasado, estuvo seguro que odiaba a esa persona más
que a nadie en el mundo. Y ahora que lo tenía allí enfrente, y no se sentía ni
siquiera arrepentido, que podía insultar a Hyde, a su Hide con esa prepotencia,
sintió tanta repulsión, que nacieron deseos de matarlo en ese momento.
De inmediato se armó el tumulto, el primero en acercarse fue Hyde, y
luego los chicos del departamento, y los de las oficinas contiguas quienes
trataban de pararlos.
-Basta, basta Ya-chan ya no importa, déjalo. ¡Vas a matarlo!- le
suplicaba Hyde.
-Eso es lo que quiero, quiero verte muerto maldito… desgraciado.- los demás trataban de pararle sin resultado alguno y Hyde se sentía tan asustado, sabía que Sakura estaría furioso, y no quería que fuera a cometer una locura por su culpa.
-Por favor Ya-chan… ya déjalo, hazlo por mí… por favor, déjalo, si me quieres déjalo…- le decía una y otra vez, hasta que tantas veces bastaron para que Sakura lograra salir del trance y sus compañeros pudieran separarlos.
El otro sujeto se paró mientras trataba de detenerla sangre que
corría incesante de los labios.
-¡Espero que te des cuenta de lo que acabas de hacer imbécil! Jamás
vas a conseguir otro empleo, ¡ni siquiera peor que este! ¿Y todo por qué ah?...
por una sucia rastrera como esta…- dijo escaneando a Hyde de pies a cabeza, y
Sakura se le hubiese vuelto a echar encima si no fuese por los chicos que le
sostenían de ambos brazos.
-¡Él único sucio rastrero aquí eres tú!... ¡Lo violaste! ¡Abusaste de él maldito! ¡De un niño!... pero ahora él me tiene a mí, y si vuelves a insultarlo siquiera te juro que te mato… ¡Te mato!- le dijo y el otro lo miro con furia.
-¡A mí no me vas a venir a amenazar!, ¡eres un estúpido si te sientes orgulloso de acostarte con una puta gratis!, porque más te vale que lo vayas aceptando, que no es a mí al único al que éste le ha abierto las piernas.- le dijo ofensivamente y después se alejó del lugar pasando entre la gente que murmuraba y murmuraba cosas mientras regresaban a sus respectivos puestos.
-Ya… suéltenme.- dije una vez un poco más tranquilo el pelinegro, pero aún se notaba esa furia en sus ojos. La demás gente no sabía siquiera que pensar. Aquello había sido choqueante, ni siquiera entendían lo que había pasado, y no tenían forma de entender quién estaba bien, o quién era realmente el que se merecía los golpes.
-Yo… lo siento… perdón…- dijo Hyde sin voltearlo a ver y sin dejar siquiera que Sakura se acercará comenzó a caminar rápidamente a lo largo del pasillo. Quería salir lo más pronto posible de allí, tan solo quería eso, regresar a la calle lejos de Sakura y toda la gente “decente” de allí, y dejar de sentirse una basura para recuperar su orgullo y tratar de olvidar que le había visto.
Sakura al momento trató de perseguirlo pero Kazuki lo tomó del brazo impidiéndolo.
-Sakura, ¿Qué demonios pasa? este no eres tu… mírate… acabas de golpear al jefe, ¿por quién? Por un cuerpo y una cara bonita… déjalo que se vaya… discúlpate de lo que acabas de hacer, arrodíllate si es necesario. Sabes que si el jefe quiere, jamás vas a conseguir otro empleo, ¿qué vas a hacer entonces? ¿Qué hay de tu familia?- le reprendió seriamente.
-Amo a ese hombre ¿entendiste? Él es mi familia también ahora...- le dijo totalmente desconcertado, sin poder creer que un gran amigo de siempre le estuviera diciendo aquello -… y no me importa a quien le parezca o a quién no, no voy a permitir que nadie le haga daño. No de nuevo- Y entonces sin decir más salió detrás de Hyde, caminando rápido para tratar de alcanzarlo. El otro ya había salido de la empresa y caminaba encorvado esquivando a la gente con quien se cruzaba, por más que Sakura le llamaba por su nombre su mente en ese momento estaba en otra parte y tan solo seguía caminando como hipnotizado, hasta que el pelinegro le dio alcance sujetándolo fuerte del brazo
-¡Hide!- le llamó haciendo que lo mirara por fin pero la forma de reaccionar de Hyde, no era la que hubiera querido Sakura. Sus ojos se llenaron de lagrimas y se sintió tan indefenso por unos momentos que todo lo que pudo hacer fue aferrarse a Sakura, y caer poco a poco hasta el suelo aun entre sus brazos.
-Lo siento… lo siento tanto… si yo hubiera sabido… - le decía tratando de reconfortarlo pero ¿cómo podía hacer aquello?, ni siquiera él mismo lograba asimilar todo lo que había pasado.
-Te va a despedir por mi culpa…- dijo entre llanto, y a penas entendible.
-No es tu culpa que las cosas hayan resultado así.-
-¡Pero es que lo es maldición!... por estar conmigo ese sujeto va a hundirte… ¿no lo entiendes?... Yuuri y Erika… ¿cómo vas a sacarlos adelante?... yo… yo no quiero esto…-
-Basta Hide… no pienses eso ahora… por una vez piensa primero en ti ¿sí?... ahora no importa, yo encontraré la manera…- tomó fuerte ambas de las manos de su pareja -… vamos a estar bien ¿sí? Los 4… los 4 juntos.-
Lo sostuvo entre sus brazos hasta que el joven logró calmarse, o tal
vez más bien se obligo a hacerlo, pues sabía que no podía seguir siendo tan
débil, y menos en esos momentos en que necesitaría toda la fuerza que le
quedaba.
“Debo parar esto” pensó entonces y suspiró fuerte cuando el llanto
se detuvo. Ambos se pusieron de pie entonces, ni siquiera les habían importado
las miradas curiosas de la gente.
-¿Estás bien?... ¿Quieres que te lleve a casa?- le dijo secándole
las mejillas y Hyde tan solo le volvió a abrazar.
-¿Qué vas a hacer tú?-
-No lo sé… ir a renunciar…-
-No lo hagas…- le miró preocupado.
-¿Cómo quieres que siga allí sabiendo quién es ese sujeto?… lo que te hizo Hide, no podría… No te preocupes por eso si… tan solo déjalo pasar… piensa que por una cuestión desafortunada me despidieron… no soy el primero ni el ultimo desempleado, ya saldré de esto… - le dijo tratando de ser razonable, pero Hyde no podía quitarse de la cabeza tanta culpa.
-Necesito estar solo…-
-No quiero dejarte solo… no estás bien…-
-Estaré bien… supongo… yo… de verdad necesito estar solo ahora…-
-Hide…- insistió preocupado pero el otro volteó a verle sonriente.
-Iré a esa entrevista ¿sí?... no te preocupes estaré bien… ahora más que nunca necesito encontrar un empleo, además… eso me mantendrá sin pensar en… en cosas…-
Sin embargo aquello fue tal vez la peor elección que pudo haber
tomado.
“¿Qué estudios tiene?” “¿En que trabajaba antes?” “¿Qué experiencia
tiene?” “Lo siento pero esta empresa tiene cierta reputación… ¿si entiende
cierto?”… fue todo lo que le dijeron en el par de entrevistas a las que asistió durante la tarde.
Jamás se había sentido tan humillado antes, y además estúpido, por
haber creído que alguien como él, podría ambicionar más. Cada vez que le hacían
ese tipo de preguntas, se sentía tan despreciable, de ni siquiera poder
contestar con la verdad… y a su mente venía el rostro de ese tipo, mirándolo
con asco, insultándolo. Y pensaba en los chicos, y en Sakura, y como les
arruinaría la vida. “Debo parar esto… él único que es mierda aquí soy yo…”
pensó devastado, y aunque sabía que aquello terminaría de destrozarle, se
dirigió a aquella que alguna vez fue su casa.
-Jaa… ¿Qué haces aquí?... eres lo último que pensé ver después que
gritaste que jamás regresarías. Que un día me arrepentiría de todo, que te las
pagaría. Y ahora vienes a rogarme algo ¿cierto? Porque eso es a lo que vienes.-
dijo sentado en el despacho de su enorme casa, mientras fumaba su pipa y se
reía burlonamente de Hyde.
-Devuélvele su empleo a Sakura.- dijo apretando los puños de sus manos. Se sentía totalmente humillado, pero desde que conocía a Sakura, nada de lo que antes le importaba ahora era igual, haría lo que fuera por él, incluso aunque le doliera más que nada.
-No puedo hacer eso no seas ingenuo, tú estabas allí cuando me golpeo…- dijo señalando las heridas en su rostro -…además el ya renuncio…- guardo silencio unos momentos mientras le daba un par de caladas más a la pipa y luego volteó a verlo maliciosamente-… aunque él es bueno en lo que hace, podría conseguir un empleo aún mejor…claro, sin ninguna dificultad.-
-¿Sin ninguna dificultad?- preguntó aunque sabía perfectamente a que se refería.
-Si no fuera nada tuyo no tendría porque ponerle obstáculos…- dijo entonces aquello que Hyde tanto temía.
-¿Quieres que me aleje de él?- el sujeto se puso de pie entonces y se acercó peligrosamente al más joven.
-Sí pero… aún así… él me golpeo bastante fuerte… necesitaría… tal vez… un pequeño incentivo...- le acarició una mejilla -… ya sabes para dejarlo en paz totalmente.-
Hyde ante la acción alejo aquella mano de su rostro y se echó para atrás luciendo terriblemente exaltado.
-No voy a hacerlo.- lo miró con odio.
-Ay por favor… ¿con cuántos te has acostado?… no vas a decirme ahora que no puedes hacerlo conmigo… yo sé que quieres recordar viejos tiempos ¿no es así? Sino porqué estarías aquí.-
-Solo quiero que le dejes en paz… si quieres que lo deje… entonces lo haré… pero no hay nada más.-
-Ja, está bien como quieras… pero esta vez soy yo quién te lo digo… regresarás aquí, buscándome y serás tú quién vas apagármelas todas.- dijo mirándolo de tal forma que lo único que Hyde pudo hacer fue esquivar esos ojos como pistolas.
-Promete que lo dejarás en paz.-
-Promételo tu primero…- dijo él y Hyde se encorvo y sintió como su respiración se agitaba.
-Le diré que no quiero estar más con él.-
-¿Y crees que me conformaré con eso?-
-¿A qué te refieres?... estoy diciendo que lo dejaré lo estoy prometiendo.-
-No me basta, si no vas a darme nada más, entonces quiero que él definitivamente no quiera volver a verte, quiero que de alguna forma lo decepciones tanto que jamás vuelva a acercarse a tu vida.-
-Yo no puedo controlarlo como una marioneta.-
-Yo sé que puedes hacerlo… cuando sepa que él definitivamente no quiere saber nada de ti, créeme que le haré la vida fácil, conseguirá un mejor empleo del que tenía, yo voy a ayudarle a que este mejor, pero hasta entonces.-
-¿Por qué haces esto? ¿Dime que te hice?- le dijo ya con un par de lágrimas sobre el rostro y furioso por la situación en que estaba.
Presentación Fan Fiction "Memorias en la piel"
Esta historia busca crear un contexto ficticio para la grabación del tributo a D'erlanger en el cual participó Hyde, Sakura con su banda Rayflower y Yukihiro con Acid Android.
Para mayor claridad y diferenciación de los personajes del fan fiction, les presento algunos rostros:
La banda de Sakura, Rayflower:
Tazawa (Vocal)
Yuki ( Guitarra)
Keiichi (Teclado)
Ikuo (Bajo)
Sakura (Batería)
One Shot: RESILENCIA
Sentado en una gran habitación con ventanales amplios que mostraban una
gran vista de la ciudad, me encontraba solo en medio de la amplia mesa… frente
a mí, tres sillas vacías.
¿Había llegado demasiado temprano?
Observé mi reloj.
No. Me citaron a las 09:00 y eran las 09:30… sin embargo, en cuanto dije en
la entrada que era el baterista de reemplazo, me hicieron pasar de inmediato.
Al parecer el staff me esperaba pero los miembros de la banda estaban
retrasados.
Suspire. Me sentía nervioso.
Los conocía, había estado muchas veces compartiendo con ellos más que un par de
palabras en algunas fiestas y grabaciones en el mismo estudio… pero con el
único que había entablado verdadera confianza, era a quien estaba reemplazando
en aquel momento.
-
¿Sakura? ¿Qué haces aquí? – le pregunte en
cuanto lo vi fuera de mi departamento empapado con un gesto sumamente
preocupado. Sabía que mi cara debía lucir exactamente igual, él había sido arrestado
hacía tan solo un mes y aún era noticia en los medios.
-
Necesito que me hagas un favor.
-
Hm… hablemos dentro del departamento.- le
dije dirigiéndome a abrir la puerta de forma apresurada.
-
No
tengo tiempo. Escucha, necesito…- lo observé intrigado, ¿Qué era tan importante
como para decirlo en esas condiciones? – Necesito que seas mi reemplazo en L’arc-
-
¿Qué?
-
Sé que estás en pausa en tu trabajo en
este momento y por más que lo pienso, no conozco nadie más adecuado que tú. Además…
te conocen… no serás un extraño para ellos y…- La voz se fue apagando de a poco, parecía no querer
decir lo que estaba diciendo.
-
¿Reemplazo? ¿Pero cuándo volverías? –
pregunté algo preocupado. Sabía muy bien que Sakura era parte importante de las
composiciones y que la banda, su banda, tendría un cambio drástico en su
ausencia.
-
No lo haré.- susurró mientras una gota
recorría su frente, sus labios y caía por su mentón. De pronto la lluvia se
hizo más pesada, por lo que tuve que hablarle más fuerte o no me escucharía.
-
¿Entonces por qué buscas un reemplazo?
-
Estoy buscando a alguien que pueda tomar
mi lugar de forma definitiva, pero… no quiero decir que renuncio… no quisiera
cerrar la puerta a volver a tocar una vez más con mis amigos.-
-
Ya veo… - le respondí enternecido por su
habitual sinceridad y sin saber que más agregar.
-
¿Entonces aceptas?
-
Debo pensarlo Sakura…
-
¡No hay tiempo! Anunciaré mi retiro mañana
por la mañana, debo dejar un reemplazo al menos o los chicos desesperarán,
buscarán otras opciones y entonces todo estará jodido por mi culpa...- Vi en
sus ojos que realmente aquello le asustaba.
-
Sakura si la banda decide no continuar
será decisión de ellos…
-
¡No! No lo será porque ellos necesitan un
batero y tú los necesitas a ellos también. Además estas libre, conoces el
estilo, estas familiarizado con las composiciones, me ayudaste muchas veces, sé
que te gusta la música, Yukihiro… por favor…
-
No me siento cómodo con que seas tú quien
me lo pida. ¿Y qué opinan ellos?
-
Necesito que me digas a mí que sí. – Vi
sus ojos suplicantes. Sakura tenía una mirada potente. Quise decir que no,
porque lo sentía menos invasivo, pero ¿A quién rayos engañaba? No tenía un
futuro en solitario y L’arc tenía una buena posición, además, se encontraba en
el ojo del huracán lo cual le había dado mucha más publicidad. Si lo pensaba realmente, sabía que podría ser algo
favorable en mi vida, estaba seguro de que aquello así, solo sentía lástima porque comenzara de
aquel modo, con la salida de un amigo.
-
Está bien… sí… si ellos me aceptan, está
bien por mí. – le dije algo dudoso, él sonrió y suspiró aliviado.
Esta vez suspiré yo ante el recuerdo, ¿Qué pensaría la banda de mí?
Contemplé mi reflejo en la ventana; no me creía atractivo en comparación a
Sakura, al contrario, me sentía un fideo siendo comparado con una patata
musculosa. Tal vez no lograría encajar, sentí más inseguridad que nunca.
De pronto la puerta se abrió y el primero entrar fue el mánager Oishi. Lo
había visto en muchas ocasiones, de pronto recordé la advertencia del antiguo
mánager de mi banda: “No te acerques a él”, pero ya era demasiado tarde para
huir. El segundo en entrar fue Tetsu, con quien había hablado un par de veces,
parecía serio. Luego y al que más reconocía, Hyde, quien tenía más rasgos femeninos
de los que recordaba aún con el cabello corto, además, utilizaba un short que
dejaba ver sus piernas para nada delgadas. Por último, detrás de él entro Ken…
quien parecía estar severamente molesto, me observó con una mirada furiosa que
me dejó helado.
-
Chicos
les presento a Yukihiro, aunque tengo entendido que ya lo conocen.- dijo Oishi
con un tono que dejaba claro su puesto.- Yukihiro será el baterista de
reemplazo, aún no sabemos si será temporal o permanente, pero mientras, espero
que puedan agradecerle a Yukihiro que nos apoye en este momento.
-
No
hablemos de esto como si fuera un funeral.- Tetsu me tendió la mano mientras hablaba.
De buena forma le di la mano como una especie de saludo amigable.- Hay que
tomar decisiones con la mente fría en estos momentos. – A pesar de la sonrisa
de Tetsu, Ken pareció molestarse por sus palabras y tan solo unos segundos
después explotó.
-
¿Decisiones?
Solo hay que esperar a ver qué sucede con Sakura, esperarlo es lo mínimo que
podemos hacer. Además yo no quiero reemplazos, ¿A quién le preguntaron si
podían reemplazar a Sakura? Porque yo creo que mi opinión es importante y nadie
la está tomando en cuenta.
-
Tranquilo
Ken.- Oishi encendió un cigarro y le ofreció uno a él - No podemos estar
inactivos por los meses en que debemos esperar a Sakura, pero sí podemos tener
un reemplazo mientras tomamos una decisión acorde a las circunstancias que se
presenten más adelante. – El hombre mafioso me observó con una mirada
comprensiva, que claramente expresaba “Estamos juntos en esto”, sentí
escalofríos.
-
No me
hables como si fuera un estúpido, sé bien que querías a Sakura fuera como todos
demás.- respondió.
-
Ken-chan.-
la voz de Tetsu pareció dolida. Me debatí si debía decir algo, pero jamás había
sido bueno con las palabras.
-
Bienvenido
a nuestro drama actual Yuki.- me dijo Hyde sonriendo hacia mí. Lo observé con
detalles por primera vez; tenía grandes ojeras, era muy delgado tanto como yo,
podía ver los huesos de su pecho a través de la ropa.- Lo siento si no
parecemos agradecidos, pero llevamos días en que no sabemos nada de Sakura y
estamos verdaderamente preocupados… - vi en sus ojos que realmente sentía
angustia, aquello no me impresionó. Siempre que los vi juntos en el estudio
sentí una gran química entre ellos, debía ser amigos muy cercanos o quizás algo
más… entonces pensé en lo que había dicho; “no sabemos nada de Sakura”. Debía
suponer que Sakura no se había puesto en contacto con ellos pero si conmigo…
debatí entre si decirles o no, pero
entonces recordé la mirada cómplice de Oishi. El debía saber que Sakura me lo
había pedido, tanto así que ni siquiera se molesto en hablar conmigo antes de
que yo llegara al lugar.
Decidí callar, más de lo usual.
Hyde me observó con un poco de confianza, en
cuanto se levantó para servirse un refresco me alcanzó uno a también a mí, me pareció
atento y lo agradecí. Mientras tanto, Ken-chan me observaba pensativo,
analizando algo… Preocupado temí que me siguiera y me estrangulara en cuanto
salieramos de allí.
-
Bien,
los planes serán los siguientes. – Oishi tomó una hoja y un lápiz.- Trabajaran
en la nueva composición, Hyde, trata de tener revisada la letra antes de
aplicarle la melodía. Tiene una semana para dejarlo listo, luego viajaremos a
Europa y grabaremos el vídeo, volveremos en gloria y majestad para tranquilidad
de los fans.
-
¿Entonces
ni siquiera discutiremos sobre disolver la banda? – preguntó Ken, que parecía
estar por reventar otra vez. – No es que yo tenga una decisión tomada, pero
tengo claro que todos aquí recibimos ofertas para tomar otras direcciones, y
debido a que no sé si mi gran amigo
continuará en la banda, es que no sé si quiero seguir en esta dirección.
-
También
creo que debemos conversar eso… - susurró Hyde pensativo, sin quitar los ojos
del vaso que tenía en su mano.- Han llegado a mi muchas ofertas, algunas de
ellas… me interesan.
Observe la cara de Tetsuya, pálida, tragó saliva antes de acotar:
-
No
pueden estar hablando en serio… no a la primera gran dificultad abandonaremos
todo lo que hemos creado, aún somos una banda y si nos disolvemos sin intentar
mantenernos juntos… nos arrepentiremos, aún nos falta mucho camino por recorrer,
podemos tener éxito nosotros tres… -
Tetsu pareció buscar en el aire más palabras, pero no las encontró, solo
permaneció en silencio. Me sentí un extraño en medio de una familia que vivía
un duelo.
Decidí hablar, mentir, cualquier cosa parecía
viable con tal de aliviar sus ánimos.
-
Solo
estaré el tiempo necesario para que Sakura pueda volver a la banda, solo un
reemplazo, por favor esperen por él y permanezcan juntos.- Mientras decía las
palabras ya me arrepentía de haberlas dejado salir. Agaché mi cabeza algo apenado.
Que vergonzoso se me hacía todo ello… y que ajeno me sentía en aquel lugar.
Hubo un momento de silencio luego de mí, hasta que
Ken-chan se puso de pie y salió de la sala. Todos lo observamos salir.
-
Parece
que término la reunión.- dijo Hyde para terminar de beber rápidamente lo que
quedaba de su refresco y ponerse de pie. – Nos veremos para la grabación
supongo.
-
Si,
gracias por estar aquí Yukihiro, espero que la actitud de Ken no te moleste, no
es nada contra ti.
Le sonreí en forma de respuesta.
Me quedé solo junto a Oishi en la habitación, definitivamente era con quien menos quería
quedarme a solas.
-
Yukihiro….-
susurró pensativo, voltee a mirarlo de forma lenta intentando parecer
desinteresado.- No les digas que Sakura te pidió estar aquí. Todo será mucho
más fácil si se hace de forma sutil. – En cuanto dijo aquello pude confirmar mi
sospecha.
Quería preguntarle porqué fue que Sakura no acudió
directamente a ellos, pero seguramente él me diría una mentira, como al resto
de la banda.
Me puse de pie y me despedí con un gesto
completamente incomodo mientras sentía tras de mí la mirada del staff
inspeccionándome.
Salí del lugar con paso rápido y tomé un bus en
dirección a mi hogar, fue en cuanto me senté en el asiento trasero que vi a Ken
subir al mismo bus. Me miró con aquel mismo enojo y se sentó bastante lejos de
mí.
Suspiré pensando un poco lo que acababa de
ocurrir. Definitivamente no me querían allí, pero era comprensible… de todas
formas, ya le había dado mi palabra a Sakura y solo me quedaba la opción de
resistir.
Durante el viaje no pude relajarme ya que cada
ciertos minutos Ken volteaba a mirarme… incluso llevándome a considerar la
teoría del asesinato, ¿Por qué él tomaba ese bus? Me puse de pie a un par de
calles de mi hogar, quería bajar de allí, escapar de su mirada que sentía que
poco a poco me envenenaba, pero entonces él se puso de pie para bajarse también.
Me tensé. ¿Qué quiere ahora?
Cuando me bajé lo quede mirando sin estar seguro
de si avanzar en dirección a mi casa, él permaneció a unos cuantos pasos de
distancia.
“Está bien, tranquilo, camina a casa.” Me repetí
mientras mis pies fingían tranquilidad al caminar con una lentitud que me
impresionó a mí mismo.
Tras caminar un par de calles y un par de pasos
delante de Ken empecé a tranquilizarme, tal vez lo mejor sería encararlo o preguntarle qué es lo que quería
o por qué rayos me seguía. Me volteé de
forma tranquila, decidido a mantener la tranquilidad, pero entonces no dije
nada. Sus ojos enfadados me volvieron a dejar paralizado.
Nos observamos sin parpadear un par de segundos,
fue él quien habló primero.
-
¿Sabes
algo de Sakura? Tú sabes algo de él que nosotros no, ¿verdad? – al escucharlo, el
Ken que observé me dio ternura… parecía un niño preocupado por su hermano
mayor. No pensé en qué responder, solo asentí, sin preguntarme si era lo
correcto ser sincero en este caso.- ¿Qué? ¿Sí? ¿Qué sabes? ¿Lo viste? ¿Él está
bien? – le sonreí- ¡No me observes así,
maldita sea! – lo vi exasperarse y caminar un par de pasos alrededor de sí.
-
Tranquilízate,
te invitaré a mi casa, mientras bebemos té te lo contaré todo.
Caminé hasta casa con él detrás de mí, nervioso,
pero mantuve la compostura.
A llegar lo hice pasar, le dije que se pusiera
cómodo y fui a preparar el té.
Cuando volví a la sala de estar con la bandeja del
té lo vi sumamente tenso, con los ojos llorosos… imaginé que toda aquella
situación le era difícil.
-
Te
escucho.- dijo apenas me senté.
Ignorando su prisa bebí un poco en un sorbo
pequeño, luego lentamente devolví el té a la mesa. Lo vi apretar sus puños.
Estaba alterado, otra vez.
-
Hace
un par de días llovía, yo entraba con prisas las bolsas con comida que había…
-
Por
favor ve al punto.- interrumpió. Lo ignoré y volví a beber té. Sabía que estaba
por explotar, pero me molestaba que tuviera aquella actitud dentro de la
acogida que le estaba dando en mi casa. Decidí dejar con aun más lentitud él té
en la mesa.
-
Como
estaba diciendo, aquel día había ido de compras y mientras entraba las bolsas corriendo
por la lluvia lo vi; Sakura estaba en mi puerta, empapado, esperándome…. –los
ojos de Ken se encontraban bien abiertos.
-
¿Él
estaba bien? ¿Cómo se veía? ¿Cómo lucía? ¿Su cabello sigue largo? ¿Estaba muy
delgado? – preguntó con rapidez. De reojo observé por la ventana cómo
comenzaban a caer las primeras gotas de lo que era una lluvia anunciada.
-
Estaba
normal… aunque parecía preocupado.
-
¿Preocupado?
¿Qué fue lo que te dijo?
-
Dijo
que quería que yo lo reemplazara en la banda.- le confesé con cierto pesar.-
Dijo que… necesitaba que lo hiciera para que sus amigos no se separaran… me
hizo prometerle que lo intentaría. – Ken comenzó a negar con la cabeza.
-
No…
no… no… el no puede haberte dicho aquello, estas mintiendo para usar su lugar.
-
¿Qué?
Yo no soy así, no pretendo reemplazarlo. Como les dije a ustedes, pretendo
estar cuanto tiempo me necesiten, y si no quieren, puedo irme. Yo solo pretendo cumplir con la palabra que le di a Sakura.
-
¿Pero
porque tú? – me preguntó en una forma que sentí despectiva. Y me dolió.
-
No lo
sé eso es algo que debes preguntarle a él. – respondí algo agresivo.
-
Si lo
viera de frente claro que lo haría. – respondió antes de ponerse de pie y
colocarse la chaqueta. No había tocado el té que le preparé.
-
No te
vayas aún, está lloviendo, puedo pedirte un taxi.- me coloqué de pie como él e
intenté acercarme, pero se alejo dando un paso rápido lejos de mí y más cerca
de la puerta.
-
Puedo
cuidarme solo, gracias. Y gracias por el té. – abrió y cerró rápidamente desde
fuera.
Suspiré.
Me estaba dejando una amarga sensación todo
aquello. Me asustaba.
En mis sueños el sonido de la lluvia se hacía presente, llevaba muchas noches
en aquella situación. Las gotas chocaban fuertemente con el tejado de mi casa,
lo que a veces me dificultaba dormir… o aquello quería creer, la verdad era que
no dejaba de pensar en la situación con la banda y precisamente con Ken. Llevábamos
días ensayando la nueva canción y ya estaba casi por completo grabada, pero
había sido una grabación algo vacía para mí, que me sentía ajeno y desenchufado
de todo el sentimiento que parecía compartir la banda en sí. Entendía la
situación pero no la sentía, y por leves momentos, quería formar parte de ellos
y su dolor… Quería decirle a Ken que todo estaría bien, que no se castigara
más, que no se sintiera culpable por lo que ocurrió con Sakura… pero yo solo
era un extraño en todo el contexto. “El reemplazo momentáneo”.
Me moví en la cama incómodo intentando concentrarme en el sonido de la
fuerte lluvia para volver a dormir, pero entonces el timbre sonó.
Extrañado vi la hora.
02:43 am. No tenía muchos amigos que fueran tan desconsiderados como para
visitarme a aquella hora; la verdad, es que no tenía muchos amigos.
Sonó dos veces más de forma insistente.
Me levanté con la pijama y me dirigí al pasillo, encendí la luz y abrí la
puerta.
Lo primero que vino a mí fue el fuerte sonido de la lluvia desde la calle,
lo siguiente fue su voz.
-
¿Puedo
pasar? – Preguntó ebrio.
-
Si… -
le respondí dudoso. Pero entonces él se lanzó sobre mí, en una especie de
abrazo torpe.
-
¡Yukihiro
eres mi nuevo compañero! ¡Mi sensei! - casi
gritó cerca de mi oído.
-
Ken- chan estas muy ebrio, siéntate en el sofá, te traeré café.- le propuse queriendo quitármelo
de encima. Parte de mí sentía un tipo de deuda con él, aunque la verdad era que
no lograba comprender el por qué quería tanto agradarle o no sentir rechazo de
su parte. No quería su odio.
Se lanzó en el sofá abriéndose el pantalón, metió
una mano y pareció rascarse.
Lo contemplé anonadado, instantáneamente se
acomodó de lado y cerró los ojos sumamente hinchados.
-
Creo
que no alcanzaré a prepararte un café, ebrio Ken- susurre más para mí mismo.
Fue cuestión de segundos hasta que se durmió.
Preparé un té para mí, y me senté cerca de él.
“¿Qué haces aquí?” le pregunté en mi mente, e
imaginé sus posibles respuestas.
Opción 1: “Venía a recordarte cuanto me
desagradas”, eso sonaba a algo que parecía pensar Ken pero dudaba que me lo
dijera de esa forma.
Opción 2: “Vengo a preguntarte sobre Sakura”, si…
eso sonaba más apropiado, más él.
Opción 3: “Te odio tanto que no puedo parar de
pensar en ti”, imaginé aquellas palabras con su voz… “No me importaría que me
odiaras si pensaras en mí.”, me respondí a mí mismo en mí análisis. Y entonces
frené mis pensamientos en cuanto noté hacia donde iban.
¿Qué?
¿Quiero que él piense en mí?
Me puse de pie de inmediato para despabilar y negué con la cabeza
de camino a la cama.
El sueño me estaba afectando.
Entre las sabanas me cubrí hasta la cabeza. ¿Qué
demonios era lo que me sucedía? Algo me pasaba cuando Ken me observaba con
odio… lo que más quería era que me aceptara, en aquel momento no había nada que
deseara más pero… ¿Por qué? ¿Por qué quería que me quisiera a su lado tanto como
parecía querer a Sakura? Pensé en aquella mirada triste cuando quería saber
sobre él, tal vez… ¿Ken estaba enamorado de Sakura?
Eso me molestaba, pensar en ello me provocaba una angustia extraña. Parte de mí
era consciente del cariño que sentía por él, pero toda la parte cuerda sabía
que era absurdo querer a alguien que conocía tan poco… que parece odiarme,
querer a otra persona y que además, es hombre; todo era un escenario absurdo.
Pero por segundos estuve seguro de que así era, de que quería su aceptación y de
lo posible su cariño. Me quedé dormido pensando aquello… escuchando la lluvia y
sus ronquidos provenir desde la sala.
En sueños veía con los ojos entrecerrados a Ken
entrar en la habitación, quitarse la ropa frente a la cama, meterse en ella
dejando un leve aliento a licor en tanto se acomodaba a mi espalda.
-
Me
gustas…- le susurré ronco, en la confianza que el sueño y la oscuridad parecían
brindarme mientras él envolvía mi cuerpo con sus brazos desde su posición. Sentí
un leve beso en mi nuca, luego en el cuello y en los hombros.- Mmm…
-
También
me gustas… - susurró en mi oído dándome escalofríos.
-
¿Desde
cuándo? – le pregunté curioso embalsamado en la magia del sueño.
-
Desde
que te conocí.- susurro bajito.
- ¿Entonces por qué me miras con tanto odio? - solté con verdadera angustia. Su respuesta tardó en llegar, pero sonó sincera.
- Porque la única persona que sabe que me gustas es la que te pidió usar su puesto. Debería odiarte, quisiera hacerlo, quisiera pedirte que te fueras para que volviera porque él es mi mejor amigo... pero me gustas. Me odio a mi mismo porqué me gustas y no quiero que... te vayas a pesar de que quiero que él otro idiota vuelva...
- ¿Te gusta él? - le pregunté dentro de la confianza de mi sueño.
- No, claro que no...- se rió un poco, al parecer mi pregunta lo divirtió.- Me gustas tú, desde que te escuché hablar por primera vez y noté como tu
conocimiento me causaba una admiración que quise atesorar- susurró con
delicadeza, o al menos así pareció en mi cabeza. Me volteé lentamente y lo
besé.
Sentí su lengua suave, húmeda, el aliento a licor
y su mano recorriendo desde lo alto de mi espalda hasta mis caderas, mis muslos
y piernas. Allí se aferró y levantó una de ellas acomodándose entre los
espacios que mi cuerpo le permitía. Lo besé más, alzándolo sobre mi cuerpo, era
la primera vez que deseaba tener a alguien sobre mí sobre aquella manera.
Me besó hasta que mis labios parecieron arder y adormecerse,
entonces bajó besando mi rostro, cuello y poco a poco quitando la ropa. Hice lo
mismo con la suya. Bajo las sábanas y en la oscuridad solo podía sentir los
detalles de aquello… sus murmullos, su respiración agitada, el sonido de sus
ropas al caer y el tacto de su piel desnuda rozando la mía.
Envolví su cuello con mis manos y abriendo mis
piernas, le permití al Ken de mis sueños hacer lo que quisiera conmigo y mis
sentimientos.
-
Aaah…-
dejé escapar en cuanto entró de forma lenta pero dolorosa de todas formas,
jamás había hecho algo así ni en mis sueños más locos, pero este parecía ser
uno de aquellos. Tal vez, estaría en la cima de los sueños que jamás
confesaría.
-
Mmm…
gime para mí Yuki…- susurró con la respiración entre cortada.
Y así fue.
Escuche atentamente cada jadeo, cada murmullo y
cada palabra. Sus peticiones, sus suplicas, sus fetiches, intentaba a toda
costa no olvidar ningún detalle de aquel sueño, aun más atención puse cuando
jadeó mi nombre en medio de su orgasmo para luego sentir su peso caer sobre mí,
cansado.
Lo abracé y lo dejé dormir.
Respiré agitado un par de veces más, y estando
seguro de que todo aquel sueño acabaría en cuanto me durmiera, besé su piel una
vez más y cerré los ojos.
Me concentré en su respiración, acomodándome sin
soltarlo de entre mis brazos, logrando dormirme.
Desperté con el sol en la cara sintiéndome extrañamente
sudado, con una leve sensación pegajosa entre las piernas además de un peso en
mi costado. Abrí los ojos intrigado por ver qué era aquel peso y entonces… lo
vi, mirándome, con una extraña sonrisa.
-
Ken.-
dije pasmado notando que ambos estábamos desnudos… El sueño vino a mi mente.
-
Buenos
días- susurró y me abrazó con algo de ternura y vergüenza en la mirada.
Permanecí absorto, impresionado y tensó, entonces
sentí sus dedos acariciar mi cabello. Tragué saliva.
Real, todo había sido real
y lo peor; era que me había gustado y me había hecho inmensamente feliz.
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