lunes, 26 de junio de 2017

Interview Music Park 1995.10.26

Eo: entrevistador/ Ea: entrevistadora/ H: hyde/ S: sakura/ T: tetsu/ K: ken

Eo:- Ey niña-
Ea:- ¿Si?
Eo:- ¿Estás bien?
Ea:- Acabo de escuchar sus canciones. ¡Asombroso!
Eo:- Asombroso, eh. Bueno, veamos a L'Arc en Ciel. *grito* -¿Qué diablos fue eso? Todos estos son sus vestuarios para el escenario ¿cierto?-
Ea:- Asombroso-
Eo:- Pero eso fue un poco tenebroso. ¿Ustedes chicos están bien ahí? Todo está bien. Bueno, eso fue extraño-
Ea:- ¿Podemos entrar?-
Eo:- Saludos a todos-
Ea:- Hola-
Eo:- Miralos, todos distraídos. Disculpen, el trabajo llama-
Ea:- El trabajo está aquí-
Eo:- ¿Pueden venir?-
Ea:- ¿Quién hizo el sonido extraño (el grito)?-
K:- Me sorprendió un sonido extraño también- (fue él XD)
Eo:- ¿Qué son esas? ¿Cartas de fan?-
K:- Si-
Eo:- Estabas leyéndolas-
K:- Si-
Ea:- Sus fans son muy ansiosos, recibimos un montón de cartas de fan también. ¿Recuerdan la última semana? Estuvimos hablando de quién luce como quién-
Eo:- Por ejemplo; Shu Yamamoto, él luce como Nisiyama Koji y Lou Oshiba-
Ea:- Y ahora... Hyde-san-
Eo:- Hyde-san, es su turno-
H:- ¿Yo?-
Eo:- Si, tú luces como...-
Ea:- Uno de tus fans dijo que luces como Amuro Namie-
H:- ¿Amuro Ray?- *risas*
Ea:- No, es Amuro Namie-
Eo:- De verdad no te importa, ¿verdad?-
H:- Nah-
Eo:- Eso es sorprendente-
H:- ¿Realmente me veo como ella?-
Ea:- ¿Lo escuchaste antes?-
H:- Si, ocasionalmente-
Eo:- Oh, hablas en dialecto kansai-
H:- Si, lo hago- *en kansai* *risas*
Eo:- Misterioso Hyde hablando en dialecto kansai. ¿Qué tal tú Ken?-
H:- Ken es un perro-
K:- ¿Un perro? ¿Qué dices?-
Eo:- Que malo-
Ea:- ¿Qué tal Kikkawa Koji?-
Eo:- Es cierto, el señor Kikkawa-
K:- Si, me lo han dicho-
Eo:- Oh, te lo han dicho-
K:- La cosa es... normalmente la gente dice que me parezco más al hermano o primo de alguien-
Eo:- Es difícil de asimilar ¿no?-
K:- No lo entiendo-
Eo:- ¿Qué tal tú Tetsu?-
T:- ¿Yo? La gente dice que me parezco a mi hermana menor- *risas*
Eo:- Por supuesto. Parientes no cuentan-
T:- Oh, cierto-
Eo:- Veo que todos los miembros de L'Arc en Ciel son graciosos. ¿Alguno con un lado más serio?-
H:- Tú eres una persona graciosa-
Eo:- ¿Qué tal Sakura?-
S:- Mm... me parezco a mi madre-
K:- Hizo lo mismo- *risas*
Eo:- Se suponía que él diese el ejemplo. Todos están felices ahora. ¿Qué tal Sano Motoharu?-
S:- Creo que somos parecidos-
K:- Él parece tsuppari- (Tsuppari: hace alusión a una persona "rebelde" o a un movimiento de lucha de Sumo. Ken se refiere a que es rebelde pero Sakura malinterpreta intencionalmente)
S:- ¿Tsuppari?- *risas*
Ea:- Son muy graciosos-
Eo:- Su música y las presentaciones en el escenario son muy misteriosas pero, míralos ahora-
_______
Eo:- Entonces líder Tetsu, dijiste que lo que menos necesitas ahora es ropa, ¿qué significa eso? ¿Qué pasa con eso?-
T:- Es solo que tenemos demasiada ahora y nuestro equipo no puede tenerla. Tenemos un armario pero ya está lleno. Tenemos que llevarnos los que no entran a nuestras casas, eso es mucho incluso para mi casa grande-
Eo:- Hace desorden ¿no?-
T:- Si-
Eo:- ¿Pero la usas?-
T:- Bueno, recientemente he empezado a usarla pero... antes solía usarlas solo una vez-
Ea:- ¿Entonces solo las tenías en casa?-
Eo:- ¿Qué tal tu vestido blanco?-
H:- Ese lo he usado muchas veces. Pero nuestro líder es más fashionable-
Eo:- Ken-san-
K:- ¿Si?-
Eo:- Escuché que tienes una pistola de aire-
K:- Si pero, me estoy cansando de eso. Compré una luego de nuestro último concierto, pero no la he tocado por un tiempo-
Eo:- ¿Y en qué estás metido ahora?-
K:- En conducir-
Eo:- ¿Conducir a dónde?-
K:- Bueno, esta semana manejé a Matsushima, Nikko, Karuizawa, Hakone, Niigata-
Eo:- ¿En serio? ¿Niigata también?- *risas*- Estuviste ocupado-
Ea:- Debe haber sido un buen tiempo para las hojas de otoño-
K:- Si, también-
Eo:- ¿Qué tal tú Hyde?-
H:- Ahora estoy metido en... el Budokan- *risas y aplausos*
Eo:- Tú lo sabes bien-
H:- Por supuesto-
Ea:- Justo en el clavo-
H:- Yo sé qué hacer. El 27 de diciembre en el Budokan. Por favor vengan a vernos-
T:- Pero escuché que los tickets se agotaron-
H:- Oh, cierto-
T:- Se han ido todos-
Eo:- Entonces supongo que la audiencia que no ha conseguido boleto...-
H:- Ellos deben venir cerca y escuchar-
Eo:- Bueno, es hora de escoger los premios para la audiencia-
K:- Ok. Este es por mí- *risas*
Eo:- ¿Qué es eso?-
K:- Es una peluca mohawk que usé en el live de Hiroshima-
Eo:- ¿Realmente usaste eso?-
K:- Si. Parece que a la audiencia no le gustó-
T:- ¿Puedes ponértela?-
K:- Hará desastre en mi cabello- *risas*
H:- Este es por mí-
Eo:- ¿Qué es eso? Oh, ¿un sweater?-
H:- Este fue hecho por mí, pero no luzco bien en él. Espero que alguien que pueda lucirlo mejor lo obtenga-
Ea:- Bueno, veremos quién lo obtiene más tarde-
Eo:- Tetsu, ¿qué vas a dar?-
T:- Este es por mí-
Eo:- ¿Ambos? ¿Sin usar?-
T:- ¿Ah?-
S:- Este es el mío- *risas de todos*
Eo:- Oh, nos asustaste. Estamos sorprendidos-
S:- Esas son las baquetas que usé-
Eo:- Y las usaste muy bien. Gracias por todo esto-
K:- Quizá una sola persona pueda usar todo y con las baquetas en mano- *risas*
Ea:- Entonces un sweater rosa por Hyde para una persona. Por Tetsu dos trajes negros para dos personas. Una peluca mohawk por Ken para una persona. Y las baquetas de Sakura, quien las sacó de esta forma (muestra cómo las sacó Sakura de su pantalón) para una persona.
                                           
                                             


Fuente: larc jounetsu

Capítulo 16: Escape



~ Hyde


~~~                                      

                                                         
-          ¿Es normal que a nadie le agrade? – le pregunté a mi abuela al llegar de la escuela.

-          Tus compañeros son unos animales.- dijo mi madre enfadada por los golpes en mi rostro. Ella buscaba el botiquín para curar mis heridas.

-          Debiste golpearlos también.- dijo mi abuelo enfadado.- Este chico no sabe defenderse y es tu culpa por no enseñarle.- ésta vez regañaba a mi madre.

Mi abuela acarició mi rostro y me llevó en brazos hasta el lavado para limpiar la sangre que caía de mi nariz.

-          Cuando las personas son tontas y no son capaces de comprender algo recurren a la violencia. Tú no eres tonto por eso no los golpeas, no hagas caso de lo que dice tu abuelo.
-          ¿Me golpean porque son tontos?

-          Si, te golpean porque eres un chico lindo y listo y ellos no entienden por qué no son como tú.

-          Entonces yo soy diferente… - me sentía como un insecto.

-          Eres mucho más bonito que todos, por eso actúan así. Pero eso está bien, todos somos diferentes. – dijo limpiando el ultimo rastro de sangre.

-           Pero no a todos los golpean.

-          Para no ser golpeados algunos recurren a golpear y sumarse al grupo de abusivos o sólo reírse de lo que ellos hacen, entonces también  se convierten en tontos. Tú no debes ser tonto, es mejor ser diferente. – ella sonreía y eso me irritaba, mi cara y mi cuerpo ardían por las heridas, ¿mejor ser diferente? Claro que no, era doloroso.

-          Ser diferente apesta… siempre estoy solo. - le dije a mi abuela mientras acariciaba una de las heridas en mi brazo.

-          Ser diferente te llevara lejos Hideto, el éxito es solo para las personas especiales como tú, pero debes asumir que estarás solo, así que acostúmbrate a los rechazos de la gente.  –  Esta vez su voz sonaba como un regaño.- Todos estamos solos y si no aprendes a amarte a ti mismo la vida te comerá, por que a ti mismo es al único al que tendrás para siempre, a nadie más.

-          ¿Entonces siempre estaré solo?

-          Todos estamos solos corazón. El grado de conciencia de ello, dependerá de tu inteligencia.
-          Abuela lo que dices es muy triste.

-          No lo es, no hay nada más maravilloso que quererte a ti mismo, la vida de eso se trata; amar a otros no tiene sentido si no aprendes a apreciar tu propia sonrisa.

-          ¿Qué no es egoísta amarte más a ti mismo que a los demás?

-          Amarte a ti mismo debe ser el pilar del amor  hacia los demás Hideto, porque si no te amas a ti mismo, dependerás siempre del amor de los demás y eso no está bien, si hiciéramos aquello nos transformaríamos en un peso para la persona amada y agotaríamos su amor por sobrecarga emocional. Uno debe depender de sí mismo para mantener el equilibrio en una relación de amor de pareja y de amor de amistad. Recuerda que sin equilibrio el mundo no gira.


~~~



Me estiré entre las sabanas luego de un sueño que me pareció largo, sentí mi cuerpo algo rígido ya que llevaba un pijama enorme para mi cuerpo y estaba enredado en las sábanas. Al tratar de mover mi cuerpo el olor de las estas me paralizó.

Reconocía ese olor, por años soñé con ese olor.

Sakura.

De inmediato recobré la consciencia y me senté en la cama.

Una punzada de dolor recorrió desde mi cuello hasta mi cabeza.

Había estado llorando, podía sentir la garganta seca a causa de sollozos y mis ojos extremadamente hinchados, puesto que costaba mantenerlos abiertos.

Observé  a mi alrededor, efectivamente todo lo que me rodeaba le pertenecía a Sakura, era su estilo, su olor estaba en todo… comenzaba cada vez a recordar más cosas.

Llamé a Sakura, dormí aquí… me abrazó… Kaz.

“Oh… Kaz…” llevé mi mano a mi pecho para calmar un dolor que parecía esparcirse nuevamente.


Escuché unos pasos aproximarse hacia la habitación en donde yo estaba, rápidamente me escondí bajo las sábanas y cerré mis ojos.

No notaría que estaba despierto.

Me esforcé en respirar compasadamente y parecer relajado.

Sentí los pasos caminar hasta mi lado y sentí la proximidad de Sakura cerca de mi cuerpo, aunque no hiciera ni un solo ruido, sabía que estaba ahí, en frente de mi.

-          Estás despierto.- susurró. Yo me quedé quieto.

-          Conozco muy bien tu rostro cuando duermes, no te ves tan dulce cuando duermes.- dijo con una carcajada, yo abrí los ojos y lo observé con cara de molestia por su comentario. El volvió a reír. – Sueles dormir con la boca abierta, roncas o lanzas gases, no te creas una persona delicada conmigo.

-          ¡Oye! – le regañé riendo, él sabía subir mi estado de ánimo. – Al menos mis pies no huelen a queso.- contraataqué.

-          ¡Lo tóxico de tus gases compensa mis olores masculinos! – Ambos reímos fuerte.

-          Eres un idiota – Le dije riendo fuertemente.

-          ¡Huéleme! – gritó acercando su axila a mi cara. Ambos reíamos.

-          ¡No! ¡Aléjate de mí!– le grité mientras le lanzaba una almohada directo a la cara y me protegía con otra, el levantó la almohada y la lanzó de vuelta, seguimos con aquel juego hasta que él me golpeó muy fuerte y caí como un saco con harina a la cama, noqueado pero aun riendo.

-          ¡Tienes menos fuerza que antes! – dijo aun riendo, pero viendo que yo no me levantaba preguntó.- ¿Estás bien?

-          Sobreviviré. – le respondí abrazando la almohada con la que me había golpeado.

-          Sé que lo harás. – dijo de pronto muy serio, y no supe si se refería a que yo estuviera lastimado por su golpe con la almohada o por lo que había sucedido con Kaz.- ¿Qué es lo que te daño así? – Preguntó de pronto, lo miré a los ojos con algo de diversión a pesar de todo. Él siempre era tan directo. 

 Me quedé callado unos segundos pensando en que responder. No sabía por dónde empezar, quizá no había un hecho concreto lo que había desatado todo aquello, sin embargo sentía un camino infinito de emociones ahogándome, no sabía cuál era más fuerte o cual había surgido primero, lo cierto es que… el conjunto de ellas me hacía sentir podrido.

¿Qué fue lo que me daño? Tal vez me dañaba yo mismo al actuar de formas que sabía que arriesgarían mi relación con Kaz. Tal vez me dañaba a mi mismo con llorar de esta manera, sentía tanta culpa que no lograba vincular  mi sufrimiento con  nada más que algún hecho que fuera de mi responsabilidad.

Dios… tenía tanta rabia con la situación, no era el hecho de que Kaz rompiera una promesa o de que tuviera a alguien más, era el hecho de que yo no podía tener a alguien más. Si comparaba nuestros niveles de amor,  sentía que mi amor estaba muy por encima del que Kaz tenía por mí y aquello me causaba mucho dolor. Todas las veces que nos alejamos y todas las veces que discutíamos por cualquier cosa mínima me planteaba aquello, yo evitaba hacer cualquier cosa que le molestara, yo sentía culpabilidad cuando lograba hacerle sentir molesto, yo me había ido a mi maldito viaje con toda la mierda en el corazón que dejó nuestra fría despedida y él sin embargo usó todo aquello como excusa para olvidarse de mí. La balanza era clara, no éramos una pareja, era un tonto amando hasta el cansancio a quien no sabía amar.

Tal vez estaba siendo demasiado duro con Kaz y no me planteaba los hechos y sus repercusiones desde su punto de vista, tal vez mis expectativas eran muy altas, no lo sé. Solo sabía una cosa. Nunca me odié tanto a mi mismo por no ser capaz de retener a nadie conmigo. Todo a quien quería se marchaba de alguna manera, todos, todos se iban.

Observé a Sakura, quien aún me observaba esperando una respuesta, y sin pensar sólo le solté en voz alta, la pregunta que martillaba mi cabeza.

-          ¿Qué es lo que tengo Ya-chan? ¿Por qué no pueden amarme? – Susurré, dejándome mostrar transparente, nuevamente las lágrimas aparecieron, esta vez de vergüenza al admitir  aquello  frente a él.

Llevé mis manos a mi rostro y me escondí en ellas.

Dejé las lagrimas escapar ahora que mis ojos estaban ocultos.

No dejaba de pensar en que necesitaba el amor de Kaz, pero este ya no existía.

-          Ay Hyde… ¿Qué te han hecho? – Preguntó Sakura en un susurro, sólo un segundo después sentí sus brazos envolverme nuevamente, esta vez se acomodó en la cama mientras me abrazaba, recostándose junto a mí.

Sentí su cuerpo cálido envolverme con su calor, era reconfortante.

-          Estas frío. – susurró cerca de mi oído.

Estiró su brazo y jaló las colchas para abrigarme, él también cubrió su cuerpo.

Sin notar el momento exacto, noté lo intimo en que se había trasformado dicho momento. Y sintiéndome en un ambiente de plena confianza, mis manos se dirigieron a la cintura de Sakura, posicionándose y descansando allí. Noté la reacción de Sakura cuando su cuerpo se colocó rígido por unos segundos, pero luego sus manos se dirigieron a abrazar mi cuerpo por sobre mis brazos.

Permanecimos así unos momentos.

Sentí la respiración de Sakura rozar mi boca.

Mi estomago se contrajo.

¿Cuántos años soñé con besar aquellos labios?

¿Cuándo anhelé tener esta cercanía junto a él?

Su olor me invadía, su piel suave… sentía como hacía tacto con la mía. Un tacto que agradecí desde lo más profundo de mi corazón.

Me sentí aliviado de sentir a Sakura junto a mí.

Lo sentía.

Levanté mi rostro lentamente, rozando con mi mejilla su barbilla. Las manos de Sakura acariciaron mi brazo por debajo de las sabanas y su rostro comenzó a bajar hacía mi, en sintonía junto a mi cuerpo, buscamos nuestros labios. Sin despegar la piel de nuestros rostros, nos besamos.

Jadeé en cuanto sentí su lengua entrar en mi boca. Fue un jadeo que representó el dulce placer que sentí al contacto de nuestras lenguas.

Fue sentir la culminación palpable de un deseo acumulado por demasiados años.

La boca de Sakura se sentía suave, húmeda, resbalosa e insistente, como en todos mis recuerdos, siempre sus besos eran decididos, impulsivos y apasionados. Su beso insistente prosiguió y yo comencé a necesitar respirar, por lo que volteé mi rostro un poco para buscar algo de aire.

-          Aaah… - jadeé respirando agitadamente, la boca de Sakura permanecía en la misma posición, pero esta vez besaba mi mejilla, negándose a alejar sus labios de mi piel. – Mmh… - No pude evitar dejar escapar al sentir sus labios besando el camino hacia mi cuello. Sentí calor. Mucho calor y deseo, un deseo grande del que había pensado tan solo unos minutos atrás, me tendría que despedir.

El cuerpo de Sakura se posicionó sobre el mío, cargando su peso sobre mí. Dejándome sentir como su entrepierna reaccionaba a mis besos.

Aun le causaba algo.

Aun él sentía algo por mí, fuera deseo, fuera lo que fuera, había algo de él que me pertenecía aún. Y me sentí feliz.

Llevé mis brazos  hacia él, buscando quitar su playera y los músculos de sus  brazos no me decepcionaron. Froté sus brazos con mis manos, con deseo, comunicándole de aquella forma que quería sentir ese roce en todo mi cuerpo. Sabía que él entendería aquello. Me conocía bien.

Rió cuando comprendió mis intenciones, besó mi cuello y en respuesta arqueé mi espalda, inmediatamente sus dedos se dirigieron a presionar mis pezones por debajo de mi gran pijama.

-          Uhmm… Toca más ahí…- le susurré entre jadeos.

-          ¿Así? – Preguntó  mientras sus dedos pellizcaban y rozaban mis pezones, produciéndome  un escalofrió de placer.

-            Si… así… hum… - Le dije riendo con un poco de vergüenza ante su pregunta.

-          ¡Yasunori! – gritó una voz femenina desde la entrada de la habitación, ambos estábamos tan consumidos por el deseo que no oímos a nadie entrar.

Sakura ni  siquiera volteó a mirarla, sólo cerró los ojos con pesar.

Inmediatamente busqué alejar mi cuerpo del de él. Parecía que aquella chica nos reprochaba algo, tal vez era su novia… tal vez era algo más, tal vez… no…. No quería creer que podía ser su esposa.

Había escuchado que Sakura se había casado, pero resultaba extraño creer en ello.

La chica nos observó con una mirada fulminante, su enfado era notorio y no había confusión en sus ojos, ella definitivamente sabia quien era yo.

Desvié la mirada avergonzado.

-          Michelle…- susurró Sakura cuando se sentó en la cama,  la observó con una mirada de súplica y luego observó el suelo, pensando en qué decir.  Yo pensé en esconderme bajo las sábanas, pero aquello sería demasiado inmaduro y no quería avergonzar más a Sakura.

-          Sácalo de aquí. De mi cama. Ahora. – Dijo ella enfadada.

Observé aquellos ojos furiosos, luego los de Sakura.

¿Qué debía hacer?

Inmediatamente me puse de pie para buscar mis ropas y así, escapar de allí y dejar de causarle problemas a Sakura, me sentía avergonzado y algo lastimado, definitivamente no había ningún lugar para mí.

-          No Michelle. – dijo Sakura con una voz fuerte y decidida. Yo me quedé inmóvil. – No le pediré a Hide que se marche, por favor hablemos en la otra habitación.

Yo lo observé con la boca abierta y como un reflejo de mi rostro, la chica le miraba con la misma expresión. Sakura esperaba que la chica, a quien parecía deberle fidelidad de algún tipo, ¿Le comprendiera? ¿Qué le pasaba?  Tal vez aquel descaro siempre había sido propio de él y yo en mi idealización no lo había notado.

Sentí lastima por la chica, quien no parecía comprender la reacción de Sakura más que yo.

La chica tragó saliva incomoda, dio la vuelta y salió de la habitación. Sakura suspiró y volteó a observarme.

Su mirada parecía avergonzada, con prácticamente una disculpa escrita en sus ojos.

-          ¿Qué…?-  comencé a preguntar confuso… pero no sabía cómo continuar la pregunta. ¿Qué iba a decir? No iba a pedirle explicaciones ni preguntarle qué iba a decirle a la chica, él sentiría que le reclamaría algo y diría alguna cosa que evitara lastimarme. Tampoco iba a preguntarle quien era, no lo creí apropiado si estaba más que claro, que aquella también era la casa de la chica.

El mal ubicado en el lugar era yo y sentí que Sakura no lo creía así.








~ Sakura

-          Escúchame – le pedí a Michelle, en cuanto cerré la puerta de la habitación.

-          No… no te escucharé, no mereces que te escuche, pudiste haberlo sacado de aquí, defender el lugar que se supone que ocupo en tu vida y allí recién pedirme que te escuche pero no, ¡Me pediste salir y lo mantienes en nuestra casa!  - Michelle parecía furiosa, observaba para todos lados, como buscando una respuesta.

-          Michelle escúchame… - le pedí tomando sus manos,  conocía a esa mujer, sabía que era comprensiva hasta lo innatural, aquello era lo que yo más destacaba de ella siempre, tal vez lograría que me entendiera. – Primero, pregúntate que hace aquí… él me necesita, han ocurrido un par de cosas en su vida…

-          ¡Ocurren cosas en la vida de todos Yasunori, no vas a ir a besar a todos los pobres japoneses que tengan problemas con quizás qué! – ella continuaba gritando, jamás la vi tan alterada.

-          Michelle escúchame,  sabes lo que significa él para mi… no puedo evitar ayudarlo.

-          ¡Yasunori! – gritó y cerró los ojos, estaba tan molesta que sus manos temblaban, por instinto me alejé de ella antes de recibir algún golpe o algo parecido. – Si me hubieras hablado de que un amigo necesitaba ayuda, te hubiera apoyado, si me hubieras dicho que era Hyde, lo hubiéramos conversado y tal vez me hubiera involucrado, Pero… ¿A esto le llamas ayuda? ¿Así ayudas a tus amigos?

-          ¡Claro que no Michelle! Pero tienes que entenderme, se me hace muy difícil controlarme cuando es él y fue imposible negar mi ayuda, realmente estaba muy mal, por favor escucha toda la historia…- le supliqué.

-          No, no escucharé nada, no quiero oír tus explicaciones, tus justificaciones, tu voz, no quiero saber, no quiero involucrarme, no quiero encontrarte la razón ni que intentes convencerme de nada. Esto sobrepasa cualquier idiotez que hayas hecho antes y no voy a dejarlo pasar, Yasunori es él o yo. 

-          ¡Michelle! Sabes que me pasé años llorando por él, sabes lo que significa… intenta comprender por favor…me quisiste sabiendo que estaba enamorado de él.

-          ¡Si, porque me juraste no volver a él!   Y mírame, ¡Te estoy rogando que tengas un poco de respeto por mí y lo saques de mi propia casa!

-          No tiene donde ir, no tiene a nadie más que a mí…

-          ¡Claro que los tiene! Es Hyde, se la pasa de fiesta con mil amigos, que recurra a alguno de ellos, tú crees que eres importante en su vida, pero no es así, el sobrevivió sin ti y puede hacerlo ahora, sólo… sácalo de casa o seré yo quien se irá.

-          Michelle por favor…

-          ¿Por favor qué? ¿Qué esperas? – preguntó, su voz estaba dolida… me sentí realmente como un asno.

-          Que te quedes… que entiendas que ocurre…

-          Lo entiendo ¿Qué no lo ves? – una lágrima cayo por su ojo derecho hasta su mentón, solo ahí noté el peso del error. Jamás había hecho llorar a Michelle. Nunca, en todos esos años.- Lo entiendo y por lo mismo no voy a permitirte tenerme en tu vida mientras esté él. Sácalo de casa. Ahora.- exigió con sus ojos aun derramando lágrimas.

A pesar de que me dolía verla llorar,  y la quería, dejar a Hyde solo en aquel estado me sería imposible, no me dejaría dormir y tal vez me arrepentiría toda la vida…

-          No puedo.- le confesé con sinceridad, y algo de miedo. No quería que se fuera ella… tal vez era ridículo por mi parte pedir su comprensión, pero considerando que ella conocía bien la historia estaba seguro de que entendía como me sentía.

-          Entonces yo me iré. – me escupió entre lagrimas, a pesar del dolor en sus lagrimas, su voz sonaba furiosa.

-          Por favor Michelle. – Estiré mis brazos hacia ella para detenerla pero los quitó agitando sus manos de forma nerviosa.

-          Escúchame, aclararás tu cabeza y me llamaras, tienes cinco días. Es lo único que puedo hacer por la lástima que le tengo a tu arrepentimiento de haberlo dejado hace tantos años. – dijo apuntando con su dedo en mi dirección.- Pero si en esos cinco días no me dices nada, yo no te esperaré. Se acabará. Y te desearé suerte en tu vida junto a él.

-          Vamos Michelle, no es que necesite aclarar las cosas, sólo… sólo me preocupo por él.

-          ¡Yasunori! ¡Si hubiera llegado sólo dos minutos más tarde, los hubiera encontrado desnudos chupándose los codos! ¿De verdad crees que soy tan estúpida? Te he entendido por años y he sido paciente con tus sentimientos, con tus procesos, con tus recaídas y con todo, pero no dejaré que juegues conmigo.

-          Nunca he querido hacerlo…- le dije sinceramente. Ella solo me observó, negó con la cabeza y se alejó de mí, dejando la puerta cerrada tras de ella.

La seguí.

Tenía miedo de lo que pudiera decirle a Hide.

En cuanto llegué a la habitación la vi ordenando sus cosas y colocándolas en bolsos, sin siquiera dedicarle una mirada a él. Michelle… era alguien digna de aplausos, siempre se había comportado muy bien conmigo y aunque sentía en aquel momento que estaba abusando de ello, no me sentía arrepentido de haber insistido en que Hide fuera quien se quedara. Tal vez en cinco días la situación sería distinta…

-          Yo… lo siento mucho…- dijo Hide con la mirada baja y con verdadero tono de arrepentimiento.

Michelle tomó sus bolsos y volteó para hablarle, tenía el rostro con una sonrisa y un par de lágrimas contenidas, era muy visible que estaba afectada.

-          Tú no me debes nada. Así que no debes disculparte.- dijo antes de agachar su cabeza y salir de la habitación.

Hide la observó sorprendido por sus palabras.

“Si Hide, es una buena mujer” pensé.

No la seguí, creí que era mejor darle tiempo y espacio, de todas maneras ya todo había explotado por mi estupidez y falta de contención.

Sólo quedaba actuar ante las consecuencias.

Escuché la puerta cerrarse y cerré los ojos, deseándole en mi interior que tuviera un buen retorno a donde quiera que fuera.















~ Kaz

-          ¿No quieres cenar? – preguntó Mika de pronto, interrumpiendo mis pensamientos.- Llevas al menos 20 minutos ahí, y no has tocado tu comida, ¿Quieres comer otra cosa?

-          No, no… estoy bien, me conscientes demasiado.- Le dije con una sonrisa, no quería hacerla sentir mal. Sin embargo ella me observó dudosa.

-          No quiero que vuelvas a deprimirte como en aquellos días cuando él no estaba… ¿Por qué no…? ¿Por qué no te convences de que él nunca regresó? – La observé impresionado, nunca habíamos hablado de él. No quería hacerlo tampoco, al menos no con ella.

-          Porque lo hizo, hablemos de otra cosa.- le pedí.                                            
              
-          No, no lo hizo. No está para ti Kaz. – me dijo en un tono de suplica.

-          Mika…

-          Lo siento, es sólo que, siento impotencia al verte así por él.                    
                               
-          Estoy bien… y si no, lo estaré pronto. No te preocupes.

-          ¿Qué puedo hacer por ti? – Mika se puso de pie y rodeo la mesa para llegar hasta mí.  Yo estiré los brazos, comprendiendo su intención de sentarse en mis piernas.- Sólo quiero hacerte feliz.- susurró en cuanto se sentó.

Comenzó a besar mi cuello y a pasar sus manos por mi estomago, sólo unos segundos después desabrochó mi pantalón y tocó por debajo de la ropa.

-          Mika no tengo ganas… sólo quiero descansar un poco…- le pedí, sin ánimos de excitarme. Tenía la cabeza llena de pensamientos de Hyde.

-          Lograré despejar tu mente de él.- dijo en cuanto se puso de pie y quitó su ropa.
Suspiré.

“Está bien, intentémoslo” pensé. Pero mientras la veía desnudarse note que no sentía atracción por ella,  sus manos se movían por mi piel y buscaban quitar mi ropa, sin embargo mi mente estaba colapsada y no lograba despertar mi lívido ni con intención. Entonces cerré los ojos y me convencí de que los toques delicados de esos dedos, pertenecían a Hyde.

Sentí su boca lamer mi entrepierna buscando despertarla, imagine que era Hyde.

No abrí los ojos, en ningún momento y cuando fue necesario, traté de ignorar su cuerpo, no era tan difícil convencerme a mí mismo.

Sentí mi ya erección presente entrar en su cuerpo. Y escuché sus quejidos, los ignoré.

Podía convencerme de que la textura, la humedad y la sensación pertenecían al cuerpo de Hyde.

Y sin notarlo… lo dejé escapar.

-          Hyde… mmm…-  susurré despacio, con los ojos cerrados y el cuerpo con un poco de sudor. Sentí el cuerpo de mi ficticio Hyde quedarse inmóvil sobre mí.

Y su voz rompió la ilusión.

-          No puedo creerlo.- dijo Mika con la respiración entre cortada.- No puedo creerlo.- repitió. Abrí los ojos y la observé sobre mí algo adormilado y perdido por mi propia ilusión. Ella se puso de pie, tomó su ropa y corrió hasta el cuarto.

Suspiré.

“Bien Kaz, todo un éxito” me dijo con desganas. ¿Qué nada podía salirme bien?

 Me puse de pie, y comencé a vestirme.

Que fácil podía resultarme excitarme si me convencía de que ella era Hyde, no podía negar mis sentimientos ni mi atracción, no podía frente a hechos tan claros.

Debía disculparme con Mika, disculparme por utilizarla como reemplazo de alguien que no volvería.

Entonces la vi  llevar un bolso y arrastrarlo hasta la puerta.

-          Me voy.-aseguró con una mano en el picaporte. La observé impresionado. ¿Tanto la había lastimado?

-          Mika perdóname.

-          Me voy Kaz, porque sólo así apreciaras lo que hago por ti, me extrañarás y me buscarás.

-          Mika…- ¿Qué le decía? ¿Realmente me entristecía que se fuera? Claro que no, me gustaba la soledad de mi departamento, lo que no me gustaba era hacerla sentir mal  a ella. Y lo peor, que ella estuviera convencida de que la extrañaría cuando yo estaba seguro de que mis sentimientos por ella no iban mucho más allá de una amistad o un agradecimiento. – Está bien… lo entiendo…- le dije sin saber que más decir.

Entonces ella se fue, cerrando la puerta tras de ella.

Observé mi departamento solo, y suspiré.

Si, extrañaba una presencia en ese espacio, pero no precisamente de ella.






    ~ Hyde

-          No quiero molestar, será mejor que me vaya. – le dije tomando mis cosas, decidido a irme a mi casa y dejar de causarle problemas.

-          Tú no te mueves de aquí. – dijo con autoridad.

-          ¡Ash Sakura!  ¿Qué no lo ves?  ¡Tú tienes pareja, una vida formada, que además, comenzó en cuanto te alejaste de mí… y aquí vengo yo a romper tu equilibrio, a arruinar todo lo que hiciste lejos de mí… tal vez yo no he hecho nada con mi vida, pero no quiero arruinar la tuya sólo porque la mía es un asco!  – le grité directamente, no quería buscar palabras para adornar lo que estaba sucediendo… aquello era lo que realmente yo veía.

-          ¡Ash ¿Qué nadie me escucha?! ¡Aquello es lo que tu cabeza creó de mi vida, y si te vas, será porque simplemente eres demasiado egoísta como para esperar y escuchar mi versión de lo que es mi vida! – gritó de vuelta en cuanto me vio amarrar las agujetas de mis tenis.

-          ¿Egoísta? ¡Me voy por ti! – esta vez me puse de pie dispuesto a marcharme.

-          Eso no es cierto, te vas porque piensas tan mal de ti mismo, que según tus ojos, todo lo que tocas lo arruinas, pero metete en la cabeza que no existe eso de una vida formada que comenzó desde que tú te fuiste, nadie aquí tiene dos vidas y aun en el presente, cargo con tu recuerdo con bastante regularidad y voluntad... – Lo observé unos minutos sin comprender bien a qué se refería… ¿Por qué Sakura tenía un lenguaje tan poco común? Intentar entenderlo me tomaba noches de insomnio en el pasado.- ¿Qué no lo ves?  Te quedarás sólo con tu egoísta percepción de lo que está ocurriendo y pensarás el resto de tu vida que estuviste por arruinar la mía, si te vas en éste momento… en vez de notar, lo feliz que me hace que estés aquí.

Me quedé intrigado por sus palabras…. ¿Estaba diciendo que estaba feliz de tenerme ahí? Causándole problemas… ¿Aun después de todo el tiempo que me ignoró?

-          Creo que no te estoy entendiendo… - le dije con sinceridad.

Estaba observándolo con impresión cuando vi bajar de forma vertical una araña que colgaba  de su telaraña desde el tejado, bajando lentamente y pasando por sobre mi mirada.

-          ¡Ah mierda! – grité, y de inmediato me quité ambos tenis y la aplaste.

Sakura me observó con algo de impresión por mi rápida reacción.

-          ¿Y si esa araña se pasó la vida entera pensando que yo era su compañero de cuarto y bajó aquí, para saludarte pensando en que eras una visita en nuestro cuarto? – Preguntó Sakura con tono severo, como si yo hubiera cometido un tremendo error. ¿Qué? ¿Qué clase de pregunta era esa? Lo miré sin saber que decir.- Pero no. Sólo piensas en ti mismo. Tu primera reacción es huir y eliminar lo que te causa dificultades,  en este caso es estar aquí. No esperarás a escuchar mi historia.

Cuando lo comprendí, no pude evitar una carcajada.

-          Quieres decir que estoy reaccionando a eliminar lo que me asusta, como esa araña o como dañar tu vida, y me estoy marchando sin escuchar la otra versión. – Sakura asintió.

Pensativo me senté en la cama.

-          Ambos tenemos un basural de confusiones en la cabeza, tu por quien sea que te haya dejado y yo por que estas aquí, permanezcamos juntos mientras nos aclaramos ¿sí? – propuso él con una sonrisa tranquila.

¿Cómo le era posible estar tan tranquilo?

¿Qué quería de mí?

-          ¿Me estas pidiendo que… volvamos a…?

-          No. Te estoy pidiendo que te quedes aquí, no podría dormir de la preocupación si te vas… - Auch. Yo miré mis manos… entonces él solo quería que yo me quedara, para no estar en su consciencia. Sólo sentía lastima por mí.

-          Puedes quererme Hide, puedes besarme, espero que eso no incremente la confusión que tenemos, pero aunque hagamos todo aquello… no estableceremos nombres, ni limites, hasta que nuestras mentes se aclaren.

Puedo quererlo… si, sentía que si podía.

También quería besarlo… había disfrutado de ese beso…

Era el Sakura de mis recuerdos, él que siempre atesoré.

Hasta que se aclare él, lo tendría para mí… sólo esperaba que mi corazón se sintiera mejor cuando eso suceda y no más vulnerable.

-          ¿Y… eso hasta cuándo crees que será? – su proposición me pareció cómoda, yo tenía un miedo infinito a quedarme solo con aquellos sentimientos tan dolorosos y posiblemente autodestructivos.

-          ¿Debo establecer un tiempo? – Pareció recordar algo, posiblemente el sí tendría un tiempo en mente.

-          Entonces… ¿Puedo quedarme contigo un tiempo? No me gusta estar solo… y mi departamento es muy grande.- “Y no quiero sentir la falta de Kaz.” pensé.

-          Puedes quedarte todo lo que quieras. – dijo sonriente… una sonrisa cálida, ligera, no parecía alterado por lo que acababa de ocurrir, al contrario… parecía feliz.

-          Bien… - Le sonreí. El sólo suspiro y caminó hacía el pasillo, alejándose de mí.

-          ¡Prepararé curry para la cena! – anunció desde el pasillo.

-          ¿Qué no… a ti no te gusta el curry? – le pregunté en el mismo tono que él usaba.

-          ¡A esta cierta edad, todo se debe probar por segunda vez Hide! – gritó desde la cocina riéndose.

También me reí.

Creí que aquel era el mejor de los momentos para curar el corazón de las heridas del pasado… de esas, que siempre permanecieron abiertas.