•
Pasos.~ HYDE
Al cruzar la puerta fuera del
departamento de Kaz no volví a mirar atrás.
Estaba seguro de que si lo hacía
correría de vuelta a abrazarlo y a pedirle que me dejara vivir ahí.
“No seas dramático Hideto”. Me
exigí concentrarme en mis planes.
Luego de varios minutos, por no
asumir que fueron horas, logre encontrar como volver a mi departamento y al
abrir la puerta de mi espacio personal caí en la cuenta de lo que había vivido
hace tan solo unos días atrás.
Mi departamento era un basural,
había tazas sucias, colillas de cigarros y olor a humedad en todas partes. Note
que casi toda mi ropa estaba sucia, no había comida en la nevera y la alfombra
estaba cubierta de hojas con letras y dibujos abstractos dignos de alguien
poseído por algún demonio.
Ahora todo me parecía lejano y un
poco estúpido, todas esas noches en que no dormí pensando en el egoísmo humano,
todas las veces que me enoje con las religiones del mundo y todo las veces que
quise ser otro.
Ya nada de eso estaba.
Era otro yo, uno mucho más
optimista.
Aproveche mis energías para
dedicarme a ordenar y asear el desastre de mi departamento y así ordenar en
parte mis ideas. Comencé recogiendo la ropa del suelo y luego las hojas de la
alfombra, pero entonces me di cuenta de qué había escrito en aquellas hojas.
Mis pensamientos… mis crisis,
todo estaba allí con palabras.
Me senté a leer mis garabatos de
aquella noche de tristeza.
“La confusión gobierna esta edad
que cambia de puesto, este país muerto de hambre, esta vació, no siente.”
“Te veo, hasta despertar del
sueño artificial. “
“Separe mis sentimientos de ti…
de mi pobre interior. “
Continúe leyendo impresionado de
las letras que escribí sin pensar aquellas noches, mis “tal vez composiciones”
eran dramáticas incluso a mis propios ojos, pero me gustaba el dramatismo.
Además reflejaban una época oscura, un
pedacito de mí.
Enumere las hojas, busqué una
pizarra y comencé a hacer una lluvia de ideas para separar las canciones por
temática, anote cada numero bajo cada palabra y las leí una y otra vez. Había alrededor de 4 o 5 ritmos distintos en
mi cabeza, todos nostálgicos, todos expresaban la esencia de algún pensamiento
específico.
Me dedique a continuar limpiando, esta vez con
sonidos acústicos en mi cabeza, encajaría las palabras y el sonido al
sentimiento, lo haría.
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Aferro.~ KAZ
Desperté con dolor de cabeza y
una sensación de vacío.
Busque a Hyde por todo el
departamento pero él se había ido.
Se fue. Sin despedirse.
Y eso me dolía.
Fue entonces cuando vi la notita
sobre la mesa.
“Cuida de mi corazón mientras no
estoy…
Y recuerda que no puedo respirar
sin ti.
Volveré cuando me falte el aire.
Hyde.
PD: Una canción de mi disco será
para ti.”
El vacío se hacía cada vez más
pequeño a medida que volvía a leer las palabras de mi pequeño. Me había
dedicado palabras cariñosas y eso me hacia sonreír.
Ahora que el no iba a estar debía
poner en orden mi vida, había faltado a dos ensayos con la banda y no había
dado explicaciones, pero tal y como estaban las cosas ya nada podía ser peor.
No me importo que sucediera,
desde hace mucho que no me era grato disfrutar de mi propia banda. Tal vez
debía seguir el ejemplo de Tetsu y Hyde, y mantener vivo mi amor por la música
de una manera más independiente… pero eso me sonaba aburrido, y tener demasiado
atención para mí, me resultaba incomodo. No sabría qué haría, pero no me
importaba demasiado, nunca había sido atractivo para mí proyectarme a
futuro.
Me senté en el sofá unos segundos
junto a la guitarra, pero no tenía verdadero entusiasmo por tocar algo de
música, quería ver a Hyde. Llamarlo y preguntarle cómo iba todo. Pero el no me dejo su número y en ese momento
comprendí que tal vez para mi tristeza, era porque no quería que lo llamara.
Después de unos minutos de una
leve depresión me decidí a ver a Hyde, si quería luchar contra la necesidad de
verlo, tenía que hacerlo de una manera inteligente. Tome el teléfono y marque
el número de un amigo cercano que era un fan de L’arc en Ciel.
-Diga?
-Hola…
-Kazuhito! ¿Por qué llamas?
¿Sucedió algo? Tú nunca llamas…
-No, no. Solo quería pedir un
favor a un amigo.
-Claro, ¿En qué te puedo ayudar?
-¿Tienes concierto de L’arc en
ciel?
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Emancipación.~ HYDE
Llevaba 3 días encerrado en el
estudio buscando ideas, pero nada en mi memoria me permitía crear un sonido que
se acomodara a la esencia de mi sentimiento, estaba enojado conmigo mismo y
completamente frustrado.
Necesitaba ayuda, necesitaba
productores con ideas frescas… necesitaba algo inusual.
-¿Qué le parece si colocamos un
poco de este sonido en la pista?- Dijo Kito.
-No… perdóname pero es demasiado
L’arc… necesito algo completamente diferente.
-Lo siento, nos resulta difícil
crear un nuevo estilo cuando en nuestras mentes esta el Hyde de L’arc en ciel y
la música que creemos le identifica.
-Pues te equivocas. La idea de
este álbum es crear algo más adaptado a mí, y será distinto a L’arc
completamente…. Pero... tienes razón en una cosa, pedírselo a cualquier
productor japonés que conozca mi trayectoria condicionara mi trabajo.
Me lance sobre la silla y cerré
los ojos, estaba frustrado y un poco estresado.
Entonces me di cuenta de mis
propias palabras.
Tenía que salir del país si
quería grabar algo completamente diferente.
De inmediato me puse en contacto
con el productor oficial de la creación de mi propio sello.
Mis planes estaban en las nubes y
yo no pensaba hacerlos caer pronto.
Crearía mi propio sello
discográfico y me aseguraría de su éxito con el lanzamiento de mi propio disco
como impulso al negocio de producción.
Pero para todo ello debía salir
del país.
Pero mi corazón dolía mientras
pensaba en mis opciones, en ninguna de ellas estaba Kaz, el no iría conmigo al
extranjero por mas que le pidiera que me acompañara.
“Todo se complica cuando hay
amor, la novela es inevitable” pensé fastidiado.
Tenía que tomar una decisión, no
sabía cuánto tiempo tardaría en crear todo el disco, no sabía si Kaz me
esperaría, no sabía como él iba a reaccionar, pero era algo que yo debía hacer,
solo esperaba que él lo entendiera…
•
Inerte ~ KAZ
Solo quedaban horas para que el
plazo de la promesa se cumpliera, Hyde debía tocar la puerta en cualquier
momento.
Yo había preparado la cena, me
había pasado el día completo experimentando en la cocina, hasta que uno de los
resultados quedo comestible y agradable a la vista.
Había comprado un poco de ropa de
la talla de Hyde, si se quedaba tantos días tendría su propia ropa para estar
cómodo. También había comprado otras
cosas… la cama estaba cubierta de pétalos de rosa, y había velas tanto por la habitación como
por el resto de la casa… el ambiente era sobre acogedor, me avergoncé un poco.
“Espero que Hyde no crea que el
romanticismo es ridículo” pensé nervioso.
Me senté un rato a tocar guitarra, necesitaba
tranquilizar mis nervios.
Entonces alguien golpeo a la
puerta.
Me levante y me dirigí a la
puerta velozmente, pero antes de abrir la puerta, respire profundamente y conté
hasta 10 para volver a recuperar la cordura.
-Vaya pensé que no vendrías.- Le
dije con una pequeña sonrisa tratando de esconder mi emoción por verlo.
Y allí estaba, su cabello, sus
rasgos finos, su mirada, sus labios, su pequeño y hermoso cuerpo, el estaba
frente a mi otra vez y yo me derretía al verlo.
Sentí al corazón queriendo
escapar de mi pecho por tener otra vez a Hyde frente a mí. El sonrió en
silencio, algo en su mirada me indicaba que estaba triste.
– Ven dentro por favor, cocine
algo mejor esta vez.- Le dije mientras él entraba a la casa e iba directo a
servir la cena.
-Kaz.- dijo cortante al cerrar la
puerta desde adentro.
-¿Sí?- le dije impresionado por
el tono de su voz.- ¿Qué pasa bebe?
-No me quedare esta noche….- Hyde
bajo la mirada. “¿Qué? No… ¿por qué? Por favor…” suplique en mi mente. Pero no
logre articular palabra, la decepción se había apoderado de mi garganta y ahora
sentía un nudo en ella. – Kaz… - Hyde tomaba aire, apretaba los puños, estaba
tenso, nervioso, triste… o eso interpretaba en su postura, su voz y sus ojos.-
Lo siento. Lo siento mucho.- Tapo su rostro con sus manos.
Yo no entendía nada, solo me
había quedado claro que no se quedaría, tal vez estaba tratando de romper
conmigo y yo se lo estaba poniendo difícil con mi entusiasmo.
Pero verlo afligido y al borde de
las lagrimas no me permitió analizar la situación, corrí hacia él y lo abrace
fuerte. Entonces sus manos me envolvieron y los sollozos de Hyde se hicieron
presentes. Eran sollozos fuertes y dolorosos y lo sentí… este era el adiós para
nosotros.
-¿Te irás?- Le susurre para
comprobar si estaba en lo cierto.
-¿Cómo lo sabes?- pregunto con la
voz ahogada en angustia.
-Solo lo sé… te viniste a
despedir.
-No.- dijo Hyde levantando el
rostro para mirarme a los ojos.- Vine porque me faltaba el aire.- dijo antes de
sollozar otra vez y ocultar el rostro en mi cuello.
-No entiendo nada Hyde, ¿qué
quieres de mi?
-Tu comprensión.
-Siempre la has tenido…
explícame…
-Me iré a Inglaterra Kaz…
conseguí que Ian Curnow y Dave Ford produjeran mi disco…- Eso no me lo
esperaba. Hyde no quería dejarme y por ello lloraba. Hyde iba a trabajar con
Dave Ford, sentí que ese pequeño que yo amaba formaba parte de un mundo que yo
admiraba y era lejano a mí.
-Hyde pero… eso es genial! ¿Cómo
lo conseguiste? – le dije alejándolo un poco, buscando sus ojos. Hyde estaba
impresionado por mi reacción. Yo omití conscientemente las palabras que
punzaban mi corazón para romperlo en un instante.
-Yo… esto… eh…. ¿Kaz no estás
molesto?
-¿Debería estarlo?- El sonrió
aliviado con lagrimas en los ojos.
-Eres la persona menos egoísta
que conozco.
- Quiero que seas feliz y si lo
eres siendo exitoso, yo te apoyo.- le dije sin pensar, con palabras
completamente sinceras.
-Kaz yo… no puedo creer que saque
un vuelo para ahora… pensé que reaccionarias mal y yo iba querer irme cuanto
antes así que saque vuelos para… dos horas más… Kaz lo siento.- dijo
aferrándose a mí con fuerza.
Esta vez yo también le abrace con
la misma desesperación, el se iba… el de verdad se iría esta vez.
-Hyde... ve a hacer tu carrera,
te deseo éxito, se feliz. – Le dije de todo corazón. Yo no cortaría sus alas.
Tenía que despedirme de mi pequeño y lo haría con palabras gratas.
Ni siquiera había pensado
realmente en lo que estaba ocurriendo, casi viví ese momento de una manera
automática, alguien se despidió y yo simplemente dije adiós. No caí en la
cuenta de nada hasta cuando ya todo había sucedido.
Tal vez Hyde cayó en mi vida para
hacerme notar que aun podía amar, tal vez yo caí en la vida de Hyde para
hacerle notar a él, que podía darle sentido a su propia vida. Fuera lo que
fuera que planeo el destino había llegado la hora de separarnos y dejarnos
crecer.
-Kaz…- Hyde me miro a los ojos un
poco impactado tal vez por mis palabras, yo solo le sonreí y antes de derramar
yo lagrimas busque alejarlo… antes de que algo en mi se quebrara frente a
él.
-Vete Hyde, seguro tienes
detalles por arreglar…- Hyde aun me miraba con los ojos dolidos y sorprendidos,
una mueca de dolor estaba dibujada en su rostro y yo solo evitaba mirarle a los
ojos.- Vamos pequeño, debes irte.- Busque sacarlo del departamento.
-Kaz… no… yo…- Sentí mis
lagrimas. “Sácale de aquí” me dije.
-Hyde vete por favor, no hay más
que decir, te deseo suerte, adiós.- le dije tomándolo prácticamente en brazos,
jalándolo hacia la puerta y dejándolo fuera del departamento. Solo esperaba su
respuesta para cerrar la puerta y dejarme quebrar.
-Adiós.- dijo Hyde aun con la
misma expresión.
Entonces cerré la puerta.
Camine un par de pasos. Me senté
en el sofá, y las lágrimas cayeron.
Había sido todo.
Habían sido solo un par de días,
los mejores días de mi vida, pero eso lo había sido todo, no había mas de Hyde
en mi vida.
Ahora si podía pensar en ello, en
todo lo que sucedió tan rápido, en su despedida casi muda, en mi reacción
automática, en el dolor que me estaba consumiendo... mire a mi alrededor.
“Que idiota por creer que me
quería” pensé observando todo lo que había preparado para él... las velas, la
comida, las rosas...
Esa noche y por las noches de las
siguientes semanas, mi vida fue un mar de lagrimas.
•
Ecos de dolor..~ HYDE
Estaba de pie frente a la puerta
del departamento de Kaz.
Yo…
Yo pensé que…
Por unos instantes creí que él me
esperaría…
…..
Mi mente no creía que el adiós de una historia tan
intensa como la nuestra llegara tan pronto.
-Kazu – susurre sollozando
nuevamente tras su puerta.
Apoye mi cabeza en la puerta
dejando mis lágrimas derramarse, luego
de lo que me parecieron horas logre calmar un poco mi angustia y entonces
escuche lo que ocurría al otro lado de la puerta.
Un llanto desgarrador acompañado
de sollozos fuertes, se escuchaba desde donde yo estaba.
Kaz.
Había herido a Kaz.
Con mi egoísmo por mi carrera lo
había herido.
Quise abrir la puerta y pedirle
que me perdonara… quise decirle que yo
no iría a ningún lado si no es con él, quise quedarme allí vigilando su
puerta por el resto de mi vida para mantener la esperanza de volver a verlo una
vez más.
Quería verlo, abrazarlo, pedirle
perdón, pero todo ello carecía de sentido real.
Yo me iría y Kaz se quedaría
aquí.
Nosotros acabábamos de
despedirnos.
“Hideto mueve tus pies y vete a
tomar el maldito avión de una buena vez. Ya todo acabo.”
Ya todo acabo... me repetí en
reiteradas ocasiones.
Cada paso que di alejándome del
departamento de Kaz desgarró un poco en mí.
Me fui de allí sintiendo que
dejaba mi corazón con Kaz.
Soporte las lagrimas durante el
camino y el despegue del avión. Pero cuando todos dormían, me deje ir por el
dolor que me presionaba el pecho.
“Ojalá las lagrimas borraran los
recuerdos…” pensé antes de obligarme a dormir.
Al llegar a Inglaterra me consumió
el trabajo.
Todas las horas de mi día eran
arrebatas por la composición, ensayos y grabaciones. Desde el primer día me
obligue a no distraerme con nada que no fuera mi trabajo y la música.
El sentimiento de angustia y el
corazón que sentía demasiado lastimado, me había ayudado a generar el tono
perfecto para cada canción, sentía rabia. Sentí todas aquellas emociones de
angustia que no me permitían dormir y las abrace otra vez. Otra vez me deje
hundir por la crisis.
Pero esta vez tenía un fin, mi disco
iba a ser perfecto.
Valdría la pena todo el esfuerzo
y sacrificio emocional.
Tratando de armonizar un poco la
acumulación de emociones que sentía a ratos, agregue sonidos de jazz y
acústicas finas.
Recuerdo imaginar caer las hojas
de los cerezos en primavera.
Mis canciones me hicieron sentir
que podía ambientar momentos hermosos y hacerlos perfectos.
Por las noches salía a caminar
solo, solía evitar pensar en Kaz.
Pero no podía evitarlo a veces,
quería compartir la vista nocturna de la hermosa ciudad de Londres, con
él.
Realmente amaba a Kaz, y aunque
nos habíamos despedido seguía sintiendo su presencia conmigo, quise componer la
canción que le había prometido a él.
Volví a encerrarme en el estudio,
con la cabeza llena de ideas, deje fluir las palabras que me inundaban cuando
pensaba en Kaz, quise encerrar en una canción todo el sentimiento de
tranquilidad que él me brindaba.
“Si sólo yo pudiera detener el
flujo del tiempo, volver el tiempo al ayer y borrar todo el dolor.”
“Desearía poder secar tus
lágrimas, las campanas suenan, el momento ha llegado… No puedo encontrar las
palabras para decir mi último adiós.”
-Hyde, esa canción fue una
composición veloz… ¿en qué te inspiraste? – pregunto Dave, el productor un poco
asombrado por la rapidez con la que terminó la grabación.
-En alguien que ya no está.-
respondí en ingles.
-¿Murió?- pregunto Dave mientras
yo tomaba mis cosas para retirarme del estudio.
No pude responder, el nudo en mi
garganta había comenzado a crecer, así que solo asentí, porque no quería dar
más respuestas.
El creería que yo estaba pasando
por un mal momento y no preguntaría más al respecto. Y así fue.
Antes de que yo lo notara, los
meses habían pasado… no había querido recibir llamadas de nadie desde que había
llegado, ninguno seria Kaz y yo lo sabía.
Me sentía desconectado de todo,
me sentía realmente solo.
Pasaba los últimos minutos antes
de dormir imaginando a Kaz al lado mío, sintiendo su olor, su respiración al
dormir, sus caricias al despertarme… necesitaba recordar a Kaz para sentir
tranquilidad.
Para calmar los sollozos que me atacaban en
las noches que me dedicaba a componer.
Escribir letras tan sinceras me
hacía sentir transparente y vulnerable ante el mundo, me sentía sobrepasado por
las emociones al creer que eran descubiertas. Si no pensaba en Kaz en esos
momentos, los dolores en el pecho y la falta de aire me obligaba a recurrir a
medicamentos para calmar la angustia y terminaba durmiendo todo el día.
Un par de meses después, el disco
estuvo listo.
Era perfecto, cada canción era
una parte de mi, sentí mi cuerpo dibujado metafóricamente en aquel disco,
entonces el nombre y la portada para el se hicieron mucho más fáciles de
pensar.
Roengten estaba listo.
Mi propia radiografía musical.