Una reunión de viejos amigos, me
había traído a un momento bastante complicado.
Uno que yo había evitado por muchos años.
-
En los viejos tiempos éramos muy
despreocupados, lo que menos nos interesaban eran los rumores. – dijo Ken a Yoshiki,
que por alguna razón compartía con nosotros en la fiesta. Todos estaban
bastante ebrios a excepción de dos personas.
-
Yo solo recuerdo que en aquellos tiempos me
llamaba mucho la atención el look femenino de Hyde, creí cuando lo vi por
primera vez, que era una hermosa chica y que iba acompañada de su novio, que
resulto ser Sakura.- Yo me tense
inmediatamente al escuchar aquel comentario.
Baje la
mirada, no quería notar la reacción de la única persona sobria en aquella mesa,
además de mi.
-
Ah sí, en aquellos tiempos incluso cuando la
gente sabía que Hyde era chico, creían que era novio de Sakura.
-
Si algo así se decía en esos años.- respondió
Yoshiki, mirando concentrado a la nada. Su ebriedad estaba en las nubes.
-
Pero ellos se lo buscaban por andar pegados
todo el día y decírselos a los periodistas.- balbuceo Ken, pasaron solo dos
segundos y Sakura se levanto de la mesa.
-
Si me disculpan caballeros, estar sobrio me
ha dado sueño, por lo que me retiro a dormir.- les dijo Sakura bastante serio.
-
Vete que la conversación se está poniendo
peligrosa- dijo Ken al mismo tiempo en que me guiño un ojo desde donde estaba
sentado. “Idiota” pensé.
-
Ven conmigo Sakura, te mostrare cual será tu
habitación.- dijo Tet-chan colocándose de pie con algo de dificultad, el no
estaba tan ebrio, pero de todas maneras su manera de hablar me resultaba
divertida. No era común en el beber.- Hyde ven tu también, te mostrare de
inmediato la tuya antes de que me desmaye.
No estaba
seguro de quien había organizado tal reunión, pero nos reunimos alrededor de 20
viejos amigos en la isla de Kumejima a disfrutar de la playa y la gran
privacidad del recinto aislado. Como era la primera noche de una reunión que
duraría tres días y solo habíamos llegado hace un par de horas, la mayoría se
retiro a dormir a causa del cansancio, solo quedaron unos pocos valientes que
quisieron emborracharse, yo quería ser uno de ellos. Pero entonces ante mis
ojos apareció la persona que menos imagine ver en este lugar y por miedo de no
controlar mis palabras y sobre todo mis acciones me auto prohibí beber.
Al decidir
si participar o no, de este reencuentro de amistades famosas, no me preocupe en
preguntar quién asistiría, aunque tampoco me hubiera negado de saber que él
estaría aquí, si me hubiera preparado psicológicamente y no estaría tan
choqueado, nervioso y ansioso ante su presencia.
La última
vez que Sakura y yo nos dirigimos la palabra fue en una pequeña despedida antes
de retornar a Japón con el nuevo baterista de reemplazo de L’arc en Ciel en
aquel tiempo. Fue una despedida sin muchas palabras, que me hirió más de lo que
puedo expresar. Desde allí en adelante hubo pequeños encuentros sorpresas,
usualmente por que Sakura acompañaba a Ken a fiestas. En aquellos encuentros
nos saludábamos con bastante respeto y evitábamos dirigirnos la palabra, era
tan incomodo para ambos permanecer en el mismo espacio que uno solía desistir y
marcharse temprano. Pero siempre sucedía algo en aquellos encuentros, siempre había
una última mirada de despedida, una mirada significativa, con miles de palabras
escritas y sentimientos incrustados. Tal vez no era precisamente así y yo lo interpretaba
de manera equivocada, pero algo era un hecho: yo temblaba con aquella mirada.
-
Trate de acomodar las habitaciones de la
mejor manera que pude según lo que a cada uno le gusta.- dijo Tet-chan
caminando por delante de nosotros en un largo pasillo, le seguía Sakura y unos
cuantos pasos más atrás, estaba yo.- Por ello espero que no te moleste que la
tuya sea un poco más pequeña Sakura.
-
No hay problema.- dijo Sakura de manera
amable. Su voz permanencia intacta.
-
Hyde la tuya es la más grande. Sabemos que eres más quisquilloso. – me dijo.
-
Gracias.- le dije a Tet-chan con tono sarcástico.
Entonces él se detuvo frente a dos puertas blancas que estaban muy cerca la una
de la otra.
-
Estas son sus habitaciones. Esta es de Hyde.-
índico una de aquellas puertas.- Y esta es de Sakura. Por cierto, solo la
habitación de Hyde tiene baño, Sakura deberás usar alguno de los del pasillo. –
nos miro a ambos esperando reclamos o algo por el estilo, ninguno dijo nada. –
Esta bien, si no hay nada que decir, creo que me iré a dormir, no me siento
bien….- agrego.
-
Descansa Tetsu.- le dijo Sakura mientras Tet-chan
se retiraba casi corriendo para luego entrar a uno de los baños que estaba en
el mismo pasillo.
Sakura y yo nos miramos
mutuamente esperando que alguno de los dos dijera algo.
Pero el momento se hizo largo y
ninguno dijo nada.
Mientras los segundos avanzaban
la mirada de Sakura se volvió expresiva e intensa, tal y como yo la recordaba de los encuentros anteriores.
Su mirada me pedía que lo
volviera a querer, me pedía que volviera a abrazar como aquella última vez, me
pedía que lo perdonara quien sabe por qué… yo me perdía interpretando aquellos
ojos tan difíciles de comprender cuando se trataba de sentimientos.
Entonces el suspiro, miro hacia
la puerta y susurro en un tono casi inaudible.
-
Descansa.- Luego entro en su habitación sin
darme tiempo de responder.
Sentí un escalofrió recorrer mi
espalda. “Que mezcla tan extraña de sensaciones” pensé mientras miraba mis
manos temblar tratando de abrir la puerta de la habitación, “¿ni siquiera para
ello tenía fuerza después de sentir aquella mirada?” me pregunte.
Luego de unos momentos entre en
la habitación y sin mirar a mi alrededor
me acosté en la cama y cerré los ojos.
Sin siquiera proponérmelo comencé
a recordar lo que fue el fin de mi romance con Sakura.
~ ~ ~
Estaba de pie frente a la puerta
de su habitación, al día siguiente debíamos volver a Japón para el debut de
Niji. Todos nos habíamos alejado de Japón mientras la presión de los medios se
calmaba un poco, Sakura y yo nos habíamos quedado juntos mientras aquello ocurría.
Pero yo iba a volver a Japón,
esta vez sin él.
Mi vida iba a continuar sin él.
Las cosas entre nosotros
estuvieron difíciles, en aquel entonces, yo lo culpaba por haber usado drogas y
por ser descubierto por la policía, yo lo culpaba por que había dado razones
para que la productora nos exigiera sacarlo de la banda y lo culpaba por que el
no nos permitió defenderlo, simplemente opto por dejarla.
Yo había estado enojado con el
por mucho tiempo y a pesar de que no lo dejaba solo, mi enojo tampoco le
permitía acercarse demasiado. Nuestra historia estaba llegando a su fin y yo lo
sabía, sin embargo mis sentimientos por él estaban intactos, aunque yo no era
consciente de lo fuertes que podían llegar a ser.
Solo nos quedaba aquella noche
para un último abrazo.
Entre a la habitación sin un
discurso preparado, simplemente rebalsado de sentimientos. Todo lo que fuera a
pasar a partir del día siguiente me asustaba, nada me daba más miedo que perder
a Sakura.
Solo di un par de pasos y la
lamparita se encendió, alumbrando con una suave luz el rostro despeinado de Sakura.
No parecía que hubiera estado durmiendo, en absoluto.
-
Es tarde Hide… - susurro bajando la mirada.
No quería mirarme a los ojos. “Este es
el fin, ni siquiera quiere verme” pensé.
Hubo un momento de silencio, yo
tenía que explicar el por qué estaba allí, pero las palabras no salían, me
sentía fatal.
- Yo… - susurre sin saber exactamente qué decir. El nudo que sentía en la garganta cada vez crecía más. Mis ojos ardían y en cuestión de segundos mi vista se volvió borrosa.
- Yo… - susurre sin saber exactamente qué decir. El nudo que sentía en la garganta cada vez crecía más. Mis ojos ardían y en cuestión de segundos mi vista se volvió borrosa.
Los segundos de silencio trascurrieron, hasta que Sakura se
decidió por observarme y lo que sea que vio, no le gusto, su expresión pareció
dolida.
-
Ven aquí.- dijo abriendo sus brazos en mi
dirección.
Yo actué por acto reflejo, me
senté en la cama y me deje envolver por sus brazos y su calidez.
Se me escaparon algunas lagrimas a
causa del miedo que me daba alejarme de él para siempre y mi cuerpo solo atino
a envolver con mis manos en puño algo de la camisa con la que dormía,
queriéndome aferrar a él de la manera que me fuera posible.
-
Ya-chan… - le dije mientras las lágrimas se
desataban sin control. El nunca me había visto llorar así antes, ni siquiera yo
recordaba haberme sentido así alguna vez.
-
No digas nada, no es necesario. – susurro
para luego besar mi cabello mientras me abrazaba. Acomodo mi cuerpo junto a él
en la cama, luego apago la luz de la lamparita y me permitió llorar en sus
brazos mientras la oscuridad nos envolvía.
El acaricio mi cabello y mi
espalda mientras yo no podía frenar el flujo de los sentimientos que me
sacudían.
Yo no era completamente consciente de lo mucho
que quería a Sakura.
Hasta ese momento no había
pensando demasiado en ello, simplemente había vivido cada una de las
consecuencias de la gran conexión que existían entre ambos. Pero cuando note la
magnitud del sentimiento que había echado raíces en mi, ya era demasiado tarde
y no teníamos más de una noche triste para despedirnos.
Sentí a Sakura llorar junto a mí,
abrace su cuerpo tan fuerte como él abrazo el mío.
Sus sollozos me hicieron llorar
aun más, saber que sufría tanto como yo al despedirnos hacia la despedida aun más
real.
Esa noche no hubo más palabras
que nuestros llantos, ambos nos dormimos entrelazando nuestras piernas y
nuestros brazos, aferrándonos incluso en sueños.
~ ~ ~
Sentí frio.
Tal vez no tenía que ver con el
hecho de que me había dormido sobre las colchas y la temperatura estaba helada,
tal vez era la reacción ante el recuerdo. Sentía un poco de irremediable pesar
y mis ánimos estaban por los suelos. Tal y como solía suceder cada vez que
soñaba con aquella despedida.
Me arrastre hacia el baño en
donde me leve los dientes mientras me observaba en el espejo, una idea estúpida
recorrió mi mente. Luego analice mi rostro nuevamente en el espejo. “Soy
demasiado diferente a aquella época…” pensé mientras parte de mi mente se
convencía de que no podría gustarle a Sakura nuevamente, aunque lo intentara. Me
quite la ropa, dejándome llevar por aquella estúpida idea nuevamente.
Me acosté desnudo y de inmediato
me deje llevar por el sueño. Unos minutos después escuche el ruido de una
puerta abrirse, sin embargo estaba demasiado adormilado para reaccionar. El
ruido no logro despertarme del todo hasta que le siguieron pasos. Los pasos se
acercaron a mí, entonces desperté del todo con una mezcla de curiosidad y otra de
miedo. Sin embargo, al girar mi cuerpo para mirar de frente a mi visitante, me
encontré con una mirada intensa de unos ojos que me parecían los más expresivos
y confusos en el mundo.
-
¿Qué haces aquí?- no pude evitar preguntarle
a Sakura.
El se sorprendió de encontrarme
despierto, luego se sentó con un movimiento lento y tranquilo, junto a mí.
-
Quería mirarte dormir, no pensé que
estuvieras despierto.- murmuro despacio. Su rostro se veía sereno.
-
¿Cómo en los viejos tiempos?- le mire
arqueando una ceja.
-
Si… - susurro sonriente. Sakura siempre me
transmitía confianza.
-
Eres un pervertido, ni siquiera te
avergüenzas.- le dije mientras me sentaba un poco para quedar a su altura, o eso intente por lo menos… soy bajito.
-
¿yo? Tú eres el que está durmiendo desnudo. –
su tono era acusador y divertido, me pareció un poco insinuante. Sin embargo,
había verdad en sus palabras, una pequeña parte de mi había tenido una idea
estúpida hace unos momentos, y era estar desnudo por si Sakura aparecía. Como
en los viejos tiempos.
Acerque mi
cuerpo al de él, y apoye mi frente en su hombro.
Todo estaba
oscuro y en silencio.
Estando
ambos en un espacio así, acompañados de privacidad, me permitía bajar la
guardia. Yo quería estar con Sakura, aunque fuera un momento, quería sentirlo
cerca de mí y no me lo iba a negar a mí mismo, menos si el parecía dispuesto a
permitírmelo.
-
Una parte de mi, sabía que vendrías.- le
susurre sin levantar la mirada.- Siempre te gusto mirar mi rostro mientras
dormía.
-
Te equivocas.- su tono parecía divertido,
podía adivinar que estaba sonriendo mientras me hablaba.- No solo miraba tu
rostro.
Me reí. Era cierto,
por algo solía esperarlo desnudo, me gustaba
que me mirara, aunque fuera dormido. A veces, me
despertaba mientras él me tocaba. Viejos
tiempos.
Suspire.
Me moví
hacia un lado, dejándole espacio en la cama para que se acostara junto a mí. El
me miro dudando, pero yo le insistí palpando ese espacio de la cama, indicándole
que se recostara. Por unos
segundos, bajo la tenue luz que había en la habitación, pude descifrar sus
ojos, el estaba recordando aquella última noche juntos. Aun no se movía, y yo
comencé a asustarme. Dolería ser
rechazado por Sakura después de estarle esperando tantos años.
Luego de que
lo que me parecieron varios minutos, el se coloco de pie frente a la cama para
despojarse de sus ropas.
Mi estomago
se contrajo.
Dude de si
podía controlarme a mí mismo teniendo Sakura desnudo junto a mí en una misma
cama. Recordé también por que dormía desnudo esperándole, el solía recostarse
conmigo y desvestirme si llevaba ropas, aunque no hiciéramos el amor, el apreciaba
el tacto de nuestra piel… especialmente en aquellas zonas intimas. Sin embargo
si habían consecuencias a ese roce en aquellos tiempos, siempre se podía hacer
algo al respecto, pero ahora, no estaba seguro de ello. Habían pasado
demasiados años.
Sakura se
recostó muy cerca de mí, su respiración sonaba un poco agitada, ambos estábamos
un poco nerviosos, o tal vez ansiosos. Uno de sus
pies rozo uno de los míos, el tacto de mi piel cálida con su piel fría me hizo
dar un pequeño saltito.
-
Estas frio. – dije cubriéndolo con las
colchas de la cama, luego busque sus manos frías para acariciarlas con las mías
y brindarles un poco de mi temperatura.
-
Estaba tomando el fresco hace tan solo un momento.-
se justifico algo apenado.
-
Es una noche helada Ya-chan, no deberías
salir así…- le susurre.
-
Hace mucho tiempo que nadie….- no termino la
frase. Sin embargo sabía que iba a decir que nadie le retaba de esa manera,
como si fuera su madre, y ni si quiera
su madre solía llamarle la atención por esas cosas.
-
Lo siento, siempre te molesto que yo te reclamara
por algo.
-
No es así, me gustaba que te preocuparas por
mí, aunque a veces te excedías. – rió un poco.
Yo me
avergoncé, claramente en esa época lo hacía, en ocasiones le molestaba hasta por
las comidas que se saltaba, como también lo molestaba cuando comía demás, por
miedo a que se enfermara.
El se movió
un poco hasta quedar de lado hacia mí, yo me tense de inmediato, si lo tocaba
demasiado podía perderme en el acto.
Mi corazón
latía desbocado. Sentí un deseo incontrolable subiendo de nivel.
Lo sentía
por todo mi cuerpo.
No importaba cuantos años pasaran, las reacciones de mi cuerpo ante Sakura seguían siendo incontrolables e intensas.
No importaba cuantos años pasaran, las reacciones de mi cuerpo ante Sakura seguían siendo incontrolables e intensas.
Sakura
parecía afectado de igual manera, sus ojos brillaban con una mezcla extraña de
emociones, su cuerpo estaba tenso, pero parecía seguro de sí mismo, como
siempre.
Su mano se
poso sobre mi estomago, acariciando sobre el ombligo, sus dedos eran suaves y
delicados…
-
Vaya… esto es muy diferente…- susurro tocando
los músculos de mi estomago.
-
Los años me han obligado a ejercitar- le dije
riendo un poco, sentía el cuerpo temblar ante su tacto. Su mano bajaba y subía
acariciando cuidadosamente, bajando mas… hasta que comenzó un camino que
claramente culminaría volviéndome loco, pero lo detuve.
Con mi mano
tome la suya y lo detuve.
Durante unos segundos temí por lo
que pudiera pasar si Sakura volvía a mi vida, temí en realidad, ante la
posibilidad de las secuelas emocionales de una sola noche. Aunque moría de deseo, realmente
quería volver a sentirlo de aquella manera… pero no sabía cuáles eran sus
intensiones y sus ojos sabían ocultarlas bastante bien.
Sentí la respiración de Sakura
cerca de mi rostro, luego susurro cerca de mi oído.
-
Te necesito… realmente te necesito…- susurro
con un tono de suplica, deseo y algo de nerviosismo. En ese instante olvide
todos mis miedos, si Sakura me necesitaba, yo no podía negarle nada.
Moví la mano
que sujetaba la suya más abajo, sobre mi erección que cada vez crecía más.
Sakura beso mi mejilla suavemente y comenzó a dejar un camino de besos desde mi
rostro hasta mi cuello, besos suaves y lentos, los sonidos de los besos
aumentaban mi libido.
Su mano sujeto
fuertemente mi erección, inmediatamente sacándome un gemido.
Sakura movió
su mano de arriba hacia abajo, luego de abajo hacia arriba, simulando un ritmo
lento, suave y erótico.
-
Tu piel sigue siendo tan suave… - susurro
entre besos y mordidas.
-
Mm… - gemí tratando de mantener la boca cerrada.
Sakura subió
su rostro hacia el mío y sin detener el movimiento de su mano, rozo su nariz con
mi mejilla, sentí sus dientes morder mi quijada. Todo aquello me excitaba. Cuando
se trataba de Sakura, el sexo nunca era convencional. Sus labios rozaban todo
mi rostro, su tacto suave era delicioso, algo que con lo que soñé mucho tiempo
después de perderlo.
Escuche gemidos roncos escaparse
de su garganta mientras rozaba sus labios con los míos. Abrí mis ojos durante
el beso, el los tenia entre abiertos también. Nos miramos a los ojos mientras
nos besábamos, sus ojos reflejaban la excitación que sentía, el deseo, el
cariño y un poco de admiración, que quise creer que era por mí.
Soltó mi erección y subió su
cuerpo sobre el mío, apoyando su peso sobre mí. Yo reí. Sakura pesaba.
El también rio un poco y separo
mis piernas para apoyarse entre ella con sus rodillas, sus brazos se posaron a
cada lado de mi cuerpo, entonces yo levante el rostro para envolverle el cuello
con mis brazos y atraerlo a mí.
Roce sus labios con la punta de
mi lengua mientras los dedos de mis manos se entrelazaban en su fino cabello.
-
Mmhh… tus besos siempre me saben tan dulces…-
susurro apenas yo me separe de sus labios para respirar un poco. Nuestras
respiraciones estaban agitadas. Sentí su erección rozar la mía y quise mas de aquel tacto, moví mis caderas
de un lado hacia otro provocando un suave choque entre ellas.- mm… tonto
coqueto.- dijo antes de volver a besarme. Esta vez sentí su beso insistente,
Sakura quería más de mí. Inmediatamente y casi por inercia abrí las piernas
para recibirle, entonces Sakura dirigió un dedo a su boca, lo ensalivo y luego
lo metió en mi boca.
-
Chupa.- dijo algo divertido. Pude notar el
calor en mis mejillas. Sabía que él podía ver mi rostro aun con la poca luz que
había.
Chupe y lamí
su dedo con la punta de mi lengua, entonces el mordió su labio algo afectado
por mi insinuante acción.
Entonces
mirándome a los ojos bajo su mano y en pocos segundos sentí su dedo entrar en
mi. Mientras lo metía lentamente, busco
mis labios.
-
Uhhh.- gemí junto a sus labios, habían pasado
muchos años desde que alguien había hecho aquello. Sakura saco y metió el dedo
nuevamente, esta vez bajo su rostro hasta la altura de mi pecho para repartir
allí besos. Yo arquee mi espalda en búsqueda del tacto de su labios. El sabia
donde y como me gustaba cada uno de sus besos.
Sentí su lengua sobre mis
pezones. Los beso como si fueran mis labios, luego su lengua se movió de abajo
hacia arriba sobre ellos, provocándome abrir inconscientemente cada vez más las
piernas para él.
Unos segundos después, mientras
los saboreaba, su erección rozo provocativamente mi entrada, mis muslos se
tensaron. La espera era dolorosa.
-
Ah… -
gemí mientras mis manos apretaban las sabanas. Entre la oscuridad podía ver la
silueta de Sakura sobre mí.
Su rostro volvió a la altura del
mío. Y posiciono su erección entre mis piernas con su mano.
Una de sus manos se dirigió a mis
piernas, abriéndolas un poco más, facilitándole el acceso. Entonces apoyo su
frente sobre la mía y entro dentro de mí, lentamente.
-
Aaaa…- gemí a medida que lo sentía cada vez
más adentro.
-
Hideeee…aah…- escuche a Sakura disfrutar
junto a mí.
Cuando entro por completo se quedo
quieto unos segundos para permitirme acostumbrarme a la intromisión de su
erección.
Esa sensación… “Cuantos años
necesite de esto…” pensé. Estando seguro de que nunca lo buscaría en nadie más
que en él.
Sakura miro a mis ojos durante
esos segundos, con una dulce sonrisa en los labios.
Su mirada me provoco un sonrojo
un poco salvaje, sentía un calor asfixiante en las mejillas. La sonrisa de
Ya-chan se hizo más grande.
-
Sigues siendo encantador. – Murmuro. Sentí
vergüenza, inmediatamente lleve mis manos a mi rostro.
-
Oh vamos Hide, te he visto de mil maneras
distintas, si hay alguien con quien no debes sentirte apenado, es conmigo. Solo
mira como estoy ahora… dentro de ti.- dijo para luego besar las manos que
cubrían mi rostro, mordiéndolas suavemente y retirándolas con delicadeza con
las suyas. – Descuida, todo en ti siempre me ha sido hermoso. – Sentí mi
corazón derretirse.
-
Ya-chan tu también me pareces hermoso.- le
dije con bastante timidez sintiendo todo el poder de su mirada sobre mi rostro
y mi cuerpo desnudo. Pero no era aquel el problema. Sakura me desnudaba el
alma, y eso nadie lo había conseguido en mí, además de él.
Sakura
sonrió dulcemente, acaricio mi mejilla con la punta de sus dedos y se acerco
para darme un beso lento en los labios.
-
Te siento un poco estrecho… ¿estás bien? –
pregunto cuándo noto que le costó realizar un primer movimiento libremente.
La pregunta
me avergonzó nuevamente. ¿Tenía que ser tan obvio que llevaba muchos años sin
hacer aquello?
-
Hide… ¿duele? – susurro preocupado.
-
No… - mentí. En realidad dolía, solo que no
lo suficiente para apagar mi deseo por Sakura.
-
Sera como la primera vez entonces… - dijo
mientras me guiñaba su ojo izquierdo.
Yo reí.
Sakura
acomodo nuevamente su cuerpo sobre mí y me indico con la mirada que estaba por
comenzar a moverse, yo asentí para confirmarle que quería aquello.
El primer
movimiento me hizo cerrar los ojos, la delicia de tenerlo sobre mi dándome
placer no era comparada con nada.
-
Aaaah Hide….- suspiro Ya-chan mientras se
movía lentamente dentro de mí.
-
Ah… - era lo único que lograba decir. Perdí
la conexión entre mi cerebro y mi boca en aquellos momentos.
A medida que los minutos avanzaban
y Sakura mantenía el mismo ritmo mi cuerpo comenzó a sudar junto al de él, mis
piernas se abrieron más y le fue fácil a Sakura moverse libremente, a ratos me
lubricaba con su saliva. Aquello podría resultarme repulsivo de cualquiera,
pero no de él. Todo de Sakura me encantaba.
Nos miramos a los ojos mientras
sus embestidas se hacían más rápidas y marcaban el ritmo perfecto de un frenesí
apasionado. A medida que los gemidos inundaban la habitación Sakura se movió
mas rápido, y en un par de minutos de aquel movimiento yo me consumí por el
éxtasis que su cuerpo me brindaba.
-
Ah, aaaah, mas Yaaa-chan… uuh – Pedía a
medida que el calor subía. Mis piernas temblaban y Sakura perdido en mi al igual que yo en el, me besaba una y otra
vez, en los labios, en el cuello, en donde su boca tuviera acceso… lo único que
frenaban sus besos eran sus exquisito quejidos que me indicaban que disfrutaba
de mi.
-
Hide… tú arriba.- pidió de pronto. Yo no
dude, deje que guiara mi cuerpo y lo posicionara sobre él.
Ya una vez
sobre él, comencé a mover mi cintura en círculos mientras su erección entraba
cada vez más adentro, vi el rostro de Sakura sacudirse ante las sensaciones. Yo
lo miraba con ojos de admiración, quería a ese hombre. Estaba completamente
seguro de que estaba rebalsado de sentimientos en aquel momento y aquello era
visible en mi mirada.
Lo recordaba
haber hecho el amor con nadie más de aquella manera. Esa conexión, esa
confianza, ese delirio y esa plenitud siempre habían tenido el mismo autor.
Mientras me
inundaban las emociones, entrelace mis manos con las de Ya-chan para mantener
el equilibrio y comencé a moverme más rápido. A medida que ambos embestíamos
contra el otro, yo perdía más el control de mi cuerpo y para perderme aun mas,
Sakura soltó una de mis manos para sujetar ambas con una de las suyas y con la
otra atender mi erección. No espero, su mano marco el mismo ritmo que sus
embestidas y mis movimientos.
Nuestros
quejidos se acentuaron, ambos nos descontrolamos ante la rapidez de nuestros
movimientos y ambos nos miramos a los ojos mientras nuestros oídos escuchaban
los últimos gemidos provenientes de nuestros orgasmos. Sentí su cálido liquido
caer por mis piernas al mismo tiempo que mi liquido caía por su estomago. Entonces todo
acabo. Agache mi cabeza tratando de calmar un poco mi cuerpo afectado.
Mi
respiración y los temblores que sentía eran incontrolables.
Levante la
mirada solo unos segundos para observar a Sakura. Este estaba con sus ojos
cerrados, su respiración era agitada y su cuerpo se notaba cansado, sin embargo
su expresión era de tranquilidad.
El abrió los
ojos y yo volví a bajar la mirada.
-
No pensé que con un cuerpo musculoso podría
causarte los mismos efectos…- dijo con un poco de admiración así mismo.
-
Egocéntrico.- le dije riendo un poco.
-
En realidad dude… - murmuro bajito, un poco
avergonzado.- Me preocupaba que… nuestro primer encuentro después de tanto
tiempo… no te gustara.- dijo finalmente.
Yo me
impresione.
Escuchar ese
tipo de confesiones de parte de Sakura, era inusual. El Sakura de mis recuerdos
era un poco agresivo y descuidado, pero el hombre que tenía en frente era una
versión más madura de él.
-
Me encanto… tienes un “sobresaliente”.- le
dije para borrar un poco su expresión de vergüenza.
Ambos
reímos.
Entonces
llego el momento para moverme de aquella posición y con un gran sonrojo en mis
mejillas, me levante retirando su aun notable erección de mi interior. Y
esforzándome por ignorar el dolor y la sensación de vacío en aquella zona
trasera, me acosté a su lado, apoyando mi cabeza en su pecho. Inmediatamente su
mano acaricio mi cabello.
Permanecimos
en silencio unos momentos, hasta que su mano comenzó a acariciar mi espalda
causándome cosquillas y una que otra risa histérica.
Sentí deseos
de confesarle a Sakura todos aquellos pensamientos que llenaban una y otra vez
mi mente por las noches, todos ellos le pertenecían.
Quería
decirle lo mucho que lo necesitaba y todo lo que estaba dispuesto a hacer por
él, pero sentía mucho miedo de su rechazo. No podía ser tan ingenuo de creer
que una simplemente noche me devolvería lo que fue el amor de mi vida.
Entonces no
dije nada, me calle mis palabras y aquel esfuerzo me lleno de lagrimas los ojos
y me provoco un profundo nudo en la garganta. Sentía ganas de llorar por ser
tan idiota y sentir que aun le pertenecía.
Pero
entonces Sakura rompió el silencio.
-
Nunca he querido arriesgarme a amar a alguien
más. – susurro para mi sorpresa.
Levante mi rostro para mirar su
ojos y en ellos el vio lo que yo quería preguntar. Siempre supo leer mi mirada,
tal vez desde el primer día en que nos conocimos, cuando ni siquiera nos
agradábamos. El continuo, sabiendo que yo quería saber el porqué.
-
Quisiera decirte que es por miedo a
provocarle daño a alguien o que este me lo provoque a mí, pero sería una gran
mentira. – Dio un suspiro… luego de unos momentos de silencio prosiguió – Una
parte de mí, siempre te anhelo a ti y mantuvo la esperanza de que volvieras a
amarme.
Entonces,
ante escuchar aquellas palabras que sentí mías en ese momento, algo se rompió
en mi. Tal vez fue la coraza que por años se había forjado acumulando el dolor
de su falta. Sentí lágrimas en mis ojos, lagrimas incontrolable y aunque mi
mente aun estaba tranquila en el momento, mi cuerpo parecía afectado por un
gran shock, comencé a sollozar sin comprender del todo que ocurría conmigo.
Una parte de
mi, quiso comprender que mi cuerpo me pedía a gritos que le dijera a Sakura que
lo había extrañado como el infierno todos esos años. Otra, está segura de que
toda aquella reacción se debía a que por fin había vuelto a estar frente a la
única persona que veía a través de mi y que podía mostrar entonces mis
tristezas tal cual las sentía, consumiéndome.
No estaba
seguro del porque, simplemente supe que necesitaba a Sakura físicamente tanto
como emocionalmente.
-
Hide… yo…- Pude escuchar el tono preocupado
en la voz de Sakura, un tono acompañado de culpa, de confusión, de tristeza.
Me levante un poco para calmar a
través de un abrazo, entonces rodee su cuello con mis brazos y él me presiono
fuerte contra su pecho desnudo.
-
¿Qué es?- pregunto…
“¿Qué es?”
Me pregunte a mí mismo.
Había una
gran confusión en mi mente.
¿Por qué
nunca me llamo? ¿Por qué no me busco? ¿Por qué simplemente me ignoro por años?
¿Qué soy para él? ¿Tan fácil le fue despedirse de mí?
Todas
aquellas preguntas aparecían en mi mente y causaban punzadas en mi corazón, las
lágrimas continuaban atacando y comprendí que lo que sentía era una enorme
rabia por lo injusta que había sido la situación. Por su actitud, por mi
actitud. Por dejarme y porque me permití dejarlo también.
Estaba
enfadado con todos los que me alejaron de él y conmigo mismo por permitirme que
ello ocurriera, sin embargo el enfado más grande lo sentía con él. Porque si
tan solo hubiera dicho una palabra en todos esos años, hubiera bastado para
terminar con todo aquel maldito sufrimiento de años.
Pero eso no
sucedió.
Y yo no podía comprender por qué.
Golpeé con mi puño su pecho en un
ataque de rabia, para luego volver a abrazarlo para que no se alejara de mi en
ningún momento. Él se quedo inmóvil, confundido y en un primer momento bajo sus
manos, rompiendo nuestro abrazo. Pero solo unos segundos después, volvió a
envolverme con ellos y acariciando mi espalda pregunto:
-
¿Eso porque fue? – dijo un poco impresionado,
pero con su voz tenía un matiz de cariño. Sakura nunca me reprocho nada, ni mi
actitud, ni mis acciones.
Pensé en una
respuesta que no me rompiera a medida que articulaba las palabras. Sin embargo
no pude evitar explotar a medida en que las pensaba.
-
Por ser tan injusto conmigo, por dejarme, porque
maldita sea Ya-chan ¡Te espere! – rompí nuestro abrazo y me aleje para mirarlo
a los ojos.- Te espere tantos años, y lo continúe haciendo y tu maldito
estúpido nunca...- otra vez lagrimas…- nunca llamaste… yo…
Entonces me
calle.
En mi mente
habían preguntas de los primeros años que pasamos en que nos separamos, como también
algunas más recientes, todos giraban alrededor del ¿Por qué nunca llamo? , ¿Por
qué nunca me busco? Y ¿Acaso yo lo necesitaba más a él, que él a mí?
Sentí una
enorme necesidad de saber aquellas respuestas, como también un poco de miedo,
no quería enterarme de que Sakura no me amaba. No sabría que hacer con aquella
noticia.
-
Hide escúchame con atención.- Dijo al mismo
tiempo en que sus manos tomaban mi rostro sujetándolo firmemente frente al suyo,
evitándome permitir que bajara la mirada.- Lo siento, lo siento por todo lo que ocurrió,
por como ocurrió, por cómo te falle y por nunca buscarte… pero si te soy
sincero, nunca creí que me estuvieras esperando e incluso si era así… yo…- Esta vez fue Sakura quien bajo la mirada y
poco a poco bajo sus manos de mi rostro.- Yo creí… que no le hacía bien a tu
vida… a tu carrera… no soy bueno para ti, ha sido algo que siempre he sabido.
Busque su mirada para medir la
sinceridad de sus palabras, sin embargo él cerro sus ojos en el mismo en
momento en que su labio comenzó a temblar.
Mi corazón se contrajo.
No quería ver a Sakura llorar, la
imagen de verlo sufrir como en aquella despedida siempre me había herido
profundamente.
-
No… no es así…- me apresure en aclararle.. –
Ya-chan… tú no me haces mal… si fuera así no me hubiera pasado tanto tiempo
añorándote de vuelta a mí… Nos
enfrentamos juntos a muchas adversidades ¿no? Pero en su momento… una nos
separo y ni aun así pudo minimizar mis sentimientos por ti… no me haces mal,
claro que no.- le dije acariciándole el rostro- claro que no. – repetí.
Ya-chan
levanto su mirada con los ojos llorosos y sonrió un poco.
-
Es decir que aun me quieres…- su voz sonaba
dulce, como muy pocas veces la oí.
-
Claro que lo hago… ¿Cómo no hacerlo? – le
pregunte sabiendo que en mis ojos él podía notar mis sentimientos buscando ser
correspondidos.
Sakura se recostó junto a mí,
esta vez el se abrazo a mi cuerpo con necesidad, en un gesto de ternura muy
poco común en el. Acaricie su cabello y disfrute del olor de su piel y de su
cabello, observe sus rasgos… lo que los años habían cambiado en el, todo me parecía
fascinante, reconocía tanto en él, sin embargo había mucho nuevo por conocer.
El estaba un poco dormido para
cuando me canse de observarlo y quise recostarme entre sus brazos. Abrió sus
brazos y miro en mis ojos unos momentos.
-
Sigues siendo el mismo tontorrón ingenuo de
siempre, tan entregado, tan infinito cuando se trata de amor.- susurro con una
leve sonrisa y una voz ronca afectada por el sueño.
Yo reí. Esas
palabras habían salida de su boca en muchas ocasiones después de hacer el amor.
Apoye mi
frente en la de él y cuando el cerro los ojos ante mi tacto, hice lo mismo.
-
No vuelvas a irte… por favor.- le pedí en un
susurro.
-
No vuelvas a dejarme ir. – susurro él.
Su mano
busco la mía y a medida en que entrelazaba nuestros dedos me besaba suavemente
en los labios, en las mejillas, la nariz, las orejas y todo a lo que tenía
acceso su boca.
-
Ya duerme.- le dije riendo por las cosquillas
que me causaban sus besos.
-
Mmh. – respondió el, casi dormido del todo.
Entonces se
acurruco en mi cuello y mientras escuchaba su respiración acompasada me deje ir
por el sueño.
Al despertar por la mañana, vi a
Ya-chan durmiendo a mi lado, un poco sudado, con un rostro notablemente
cansado, desnudo y con sus brazos estirados por sobre su cabeza.
Inmediatamente pensé en
fotografiarlo, pero la idea de moverme y despertarlo no me agradaba, quería
obsérvalo dormir.
Su rostro, sus ojos, sus labios,
su pecho y todo en el… me encantaba.
Al igual que unos años atrás,
podía asegurar de que los momentos junto a él, eran mis mayores tesoros.
De pronto el se estiro,
despertando perezosamente y se llevo la mano bajo la sabana para rascarse la
entre pierna. Entonces decidí golpearlo con un cojín para que despertara y
recordara que no estaba solo.
El abrió los ojos de golpe y me
miro sorprendido.
-
Sucio.- le dije riendo. No me molestaba en
absoluto que hiciera lo que quisiera frente a mí, simplemente me gustaba
molestarlo.
-
Oh... sucio es el que espera una posible
visita nocturna completamente desnudo para así tentarlo hasta hacerle el amor.
– dijo divertido, aun sin despertar del todo.
-
¿Tentarlo? – le pregunte golpeándolo
nuevamente con el cojín y sentándome en la cama para continuar haciéndolo. –
¡Tu no opusiste ninguna resistencia!
-
Deja de golpearme…- dijo tratando de esquivar
el cojín, pero entonces tomo el uno entre sus manos y se alejo un poco de mi,
en posición de batalla. – Tu no me permitiste resistirme ¿me pediste que
metiera a la cama recuerdas? - Dijo en el momento en que me lanzo el cojín
golpeándome en el rostro, yo fingí caer por su ataque.
-
Me has herido.- dije con voz de moribundo.
A pesar de que mi comentario era en broma, al mirarlo a los ojos note que tuvo doble significado para él. El ambiente se volvió incomodo y el silencio surgió. Sakura se acostó a mi lado y acaricio mi mejilla rompiendo un poco la tensión.
A pesar de que mi comentario era en broma, al mirarlo a los ojos note que tuvo doble significado para él. El ambiente se volvió incomodo y el silencio surgió. Sakura se acostó a mi lado y acaricio mi mejilla rompiendo un poco la tensión.
Me susurro
con una mirada seria:
-
Lose y lo siento mucho. – De inmediato
entendí que no se refería a nuestro juego.
Nos miramos a los ojos.
Su expresión reflejaba la mía,
ambos éramos vulnerables al otro.
Suspiramos y nos sumergimos en
nuestros propios pensamientos mientras nos dedicábamos una mirada llena de
disculpas.
En ningún momento de mi vida me convencí
de que podría vivir sin él, sin aquel cuerpo o sin aquel tacto. Pero muchas
veces lo intente, muchas veces me lo propuse, sin embargo al estar entre sus
brazos la noche anterior, podía notar lo lejos que estaba de esa meta. Tal vez
nunca fue meta, porque nunca quise realmente sacar a Sakura de mi corazón.
Abrazados nos recostamos, yo
apoye mi rostro sobre su brazo y ambos nos acurrucamos entre un enredo de
piernas. Nos miramos a los ojos, nos acariciamos las mejillas, las manos, el mi cadera y yo su espalda. No podíamos
dejar de tocarnos.
-
Te extrañe, nunca podría explicarte cuanto.
Pero…- sentí otra vez la humedad en los ojos. No recordaba haber llorado tanto
desde… si, desde aquella despedida. Solo Sakura me volvía tan vulnerable.
-
No sigas… no los lamentemos por todos esos
años de añoranza. – susurro despacio, acercándome hacia su cuerpo para abrazarme
fuerte.
-
Lo siento… estoy haciendo un drama de una
mañana perfecta ¿no? – pregunte.
-
No cariño, es perfecta solo porque estas en
ella.
-
Ya-chan…- sentí el corazón cálido.
No me había
percatado del miedo que sentía durante las horas en que habíamos estado juntos,
toda la ansiedad de hacer o decir algo que arruinara la situación me había
mantenido en una contante tensión, pero luego de escuchar las palabras
cariñosas de Sakura sentí el alivio inundándome.
Entonces
pensé en que pasaría de allí en adelante.
¿Cómo
continuaría todo luego de aquella noche?
Me aleje un
poco para observar el rostro de Ya-chan, mis ojos estaban llenos de preguntas y
el pareció comprender el por qué en tan solo un segundo.
Suspiro,
beso mi frente y con una dulce voz me tranquilizo.
-
Hide… compartimos los mismos sentimientos y
los mismos miedos, no hare nada que tú no quieres que haga y hare todo lo que
necesites porque yo también lo necesito. – El sonreía, parecía feliz y eso me
hacia feliz a mí, muy feliz.
-
Eso quiere decir que… - me avergonzaba
admitir la necesidad que sentía por asegurarme de que Sakura se mantendría
conmigo.
-
Continúa… - dijo, tratando de comprender a
que me refería.
-
¿Seremos novios otra vez? – pregunte con
notable anhelo en la voz.
Sakura abrió los ojos un poco por
la sorpresa, al parecer no había pensado en aquello opción. Inmediatamente me
arrepentí de haber dicho aquello, otra vez me hacía ver a mi mismo, demasiado
débil.
Baje la mirada.
Necesitaba esconderme.
-
Hide…- dijo un poco dudoso. Yo me sentí
estúpido.
-
No, no digas nada, solo… solo pensé que… yo…-
¿Qué le podía decir?
-
¿Quieres ser mi novio?- pregunto de pronto.
Esta vez yo lo mire sorprendido, nunca me había preguntado aquello, Nunca.
Menos con aquel tono de voz dulce y comprensivo. “Dios amo a este hombre” pensé
derritiéndome ante su mirada.
-
Si quiero.- respondí a los segundos algo tímido.
Sakura se
acerco y me dio un suave besos en los labios, beso que yo profundice entregando
en el mis mas grandes anhelos, mi más grande necesidad.
Fue un beso
que borro años de sufrimiento y dio comienzo a lo que sería mi mas añorado
“felices para siempre”.
Fue un beso
que me hizo comprender la esencia de lo que es amar.