Habían transcurrido 32 días
desde que no sabía nada de él.
Desde la última vez que lo
vi.
Desde que me informaron que
había sido encarcelado.
Mi manager y todos mis
cercanos insistían en que lo mejor sería no preguntar, no tener curiosidad,
“olvidar” que existió, reemplazarlo rápidamente y continuar.
Nadie entendía nada…
Nadie me entendía…
Nadie sabía…
A nadie le importaba…
En cuanto el hecho ocurrió,
todos quisieron castigar a Sakura, quitarlo de sus vidas, de sus recuerdos, de
sus mentes y olvidarlo por completo, Sakura nunca existió, “porque un buen
japonés no consume drogas”, “porque un buen japonés, que además, es figura
pública, da el ejemplo”, “porque un buen japonés no se comporta como Sakura, no
piensa como Sakura” todos dictaban, todos juzgaban… nadie sabía, nadie quería
saber nada de él, ni intentar comprender, ni sentir empatía…
Yo no sabía cómo actuar al
respecto, no podía defenderlo o, sabía que aplicarían el mismo castigo para mí,
por justificar sus errores.
Nuestro manager había
lanzado mil indirectas para mantenerme callado y evitar que yo dijera una
palabra a favor de Sakura, alegando a que gracias a este episodio los rumores
sobre una relación homosexual entre Sakura y yo, se habían opacado.
Ellos parecían aliviados
con la situación… a ellos no les importaba Sakura, lo reemplazarían sin
esfuerzo, todos sabíamos, que ya debían tener a alguien seleccionado para un
posible debut en nuestra banda.
Todo estaba sucediendo demasiado rápido.
Ken había comenzado a
romper cosas… a no escuchar a nadie en las reuniones, a exigir noticias sobre
nuestro batero y por sobre todo, a negarse a aceptar a otro. Yo lo apoyaba,
intentando argumentar en defensa de Sakura, su talento, la experiencia y la
amistad. Pero nada servía… y lo sabíamos, el error era demasiado grande para
ser perdonado por el público y por sobre todo… por la industria musical que nos
representaba.
“Jamás representaremos a un
drogadicto.” habían dicho… desgarrando algo en mi ante la última palabra. Desde
aquel día, no dejaba de pensar en esa palabra.
“ Drogadicto... “
¿Sakura realmente lo
era? ¿El consumo realmente se le había
ido de las manos? Si era así… no quería imaginar lo doloroso que debía ser
estar en abstinencia en un lugar donde no tendrías suplementos para manejar las
consecuencias físicas.
Imaginarlo dolía tanto. Sólo
quería tenerlo de vuelta en casa, leyendo un libro, bebiendo un poco, analizando
un manga o sólo recostado descansando luego de una tarde de ensayo… extrañaba
sus ruidos por la casa arrastrando cosas o rompiéndolas, arrojando al suelo
todo a su alrededor… extrañaba su presencia, su esencia, su voz, su compañía,
su amor.
No comería para aliviar el
hambre, no dormiría para aliviar el sueño, no dejaría de llorar por las noches
para aliviar mis ojos, no haría nada por mí, porque no podía hacer nada por él.
Como en pocas ocasiones me
había ocurrido, comencé a escribir, sentía que las palabras se me escapaban por
los poros… necesitaba quitar de mí las tristezas que me ahogaban, lo que
sentía, los sueños que añoraba… Tet-chan
aquella noche en casa, se sentó junto a mí a darle vida a una canción que
llevaba más amor del usual en las letras.
-
Hyde… la letra es hermosa… con la pasión adecuada
lograremos canalizar todo lo que sentimos en este momento.- Tet-chan intentaba
animarme, tal vez, solo buscaba
mantenerme distraído componiendo.
-
¿Canalizar lo que sentimos? ¿Te refieres a confusión? –
Le pregunté intentando comprender su visión de la composición que acababa de
hacer.
-
La verdad… yo no leo confusión en estas letras, creo que
has analizado demasiado la situación como para no tener clara tu opinión,
aunque no la digas, yo no te veo confundido.- Tet-chan colocó un semblante
comprensivo, intentando no lastimarme con sus palabras, él era muy perceptivo.
-
¿Cómo me veo entonces? – le pregunté intentando obtener
una respuesta sincera.
-
Triste, pero si me preguntas por la canción… siento una
desesperación melancólica acompañando las palabras, más allá de los tiempos y
los arreglos musicales, es tu forma al interpretarla lo que me hace sentir
aquello… tal vez, cuando esta situación cambie, tu sentimiento será distinto con
el tiempo y se transformará en otra armonía…
-
Desesperación melancólica… ¿Por qué melancólica? –
pregunté a Tet-chan, intentando comprender su análisis de mi persona. El rió al
darse cuenta de ello.
-
Hyde… tal vez mi percepción de la canción esté
influenciada por lo que veo de ti…
-
No importa, sólo dilo, quiero saberlo.
-
Bien. – Tet-chan respiró, luego habló con cuidado,
midiendo claramente sus palabras.- Creo que te enfrentaste a la desesperación
de cómo actuar frente al arresto de Sakura, sin embargo comprendiste en el
transcurso de estos días que eres impotente en esta situación y sólo puedes
dejar que el tiempo transcurra y te permita actuar de alguna forma. Tienes tus
sentimientos esperando por Sakura, olvidando por completo todo lo demás, como
cuidar de ti mismo. ¿Me equivoco?
Me quedé
en silencio al escuchar sus palabras, no era necesario medirlas demasiado…tenía
razón. Tetsu siempre observaba en silencio las reacciones de los demás,
permitiéndose comprender del todo una situación antes de opinar. Ésta vez, como
muchas otras, había acertado.
-
Sólo te pido…- dijo mientras se colocaba de pie y
guardaba su bajo. – Que dejes de darte trabajo por las noches armando esos
juguetes de plástico, y duermas y comas lo necesario, saldremos de esto como
banda y con el tiempo, Sakura y tú sanarán juntos o por separado, pero para
todas esas opciones tienes que mantenerte vivo.
Me quedé
callado ante su regaño… “Sanarán juntos o por separado” Si Tetsu había divisado
esa opción era lógico que yo debiera hacerlo también, pero me negaba… mis
sentimientos me suplicaban no tomar decisiones sin considerarlos, no pensar en
mi futuro sin Sakura… mis sentimientos dolían hasta quemar mi pecho durante las
noches, por eso buscaba algo para mantener la mente ocupada y acallar un poco
las quemazones físicas.
-
Iré a dormir, ya son las 4 de la madrugada…- Indicó
Tetsu. Le sonreí como despedida, el sólo me dirigió una mirada triste y
comprensiva. Yo fui a mi habitación y busque mis estúpidos juguetes ya armados,
los desarmé en mil piezas y comencé otra vez, ya casi me sabía las piezas de
todos, de memoria.
Habían trascurrido 77 días desde
que no sabía nada de Sakura, había intentado contactarme con su madre, sin
embargo cuando le dije quien era, ella colgó la llamada telefónica.
Tal vez la familia de
Sakura me odiaba ahora… y entendía por qué, ellos debían haber esperado que la
banda fuera una ayuda o un apoyo para él, sin embargo parecía que todos le
hubiéramos dado la espalda… todos teníamos las manos amarradas, aquello no solo
me afligía a mí, Ken-chan continuaba con su actitud de romper cosas por la
frustración.
El tampoco sabía nada de
Sakura.
Con la canción ya grabada,
nuestro manager nos envió a Londres a grabar el PV, cuando aun no terminábamos
la discusión sobre el nombre. Sin embargo, parecía que la industria mantenía su
poder en decisiones sobre la banda, e insistía en colocarle a la canción, el
nombre de Niji, como parte de un proceso de renacimiento de nuestra banda,
mientras insistían con ello, yo me negaba a “renacer” y solo buscaba excusas
para buscar entre las cenizas de lo que había sido la banda unos años atrás… y
rescatar de ellas a Sakura.
Un conocido nuestro grabó
en el estudio la batería, como un reemplazo temporal, que se volvió sospechoso
para todos, cuando nuestro manager insistió en su aparición para el PV oficial
de la canción. Todos comprendimos entonces las intenciones de la industria. Aquello
realmente apestaba, no teníamos nada contra Yukihiro, al contrarío en muchas
ocasiones nos había ayudado y esta podía significar una más entre muchas, sin
embargo el sentimiento de traición a un ser amado, me impedía sonreírle
directamente a Yukihiro.
Trascurrieron 92 días en
los que no sabía nada de Sakura, acabábamos de llegar a Japón tras dos
tortuosas semanas de grabación del PV ya llamado NIJI, se suponía que el viaje
significaría un escape de la presión que los medios ejercían sobre nosotros,
pero durante nuestra estadía, estuvimos siendo grabados al menos 12 horas
diarias.
Sólo las noches nos
pertenecían, sólo en las noches se me permitía esconderme bajo las sabanas y
odiarme un poco a mí mismo. Sin embargo en aquellas dos semanas y observando la
cultura inglesa, pude aclarar muchas culpas mientras observaba todo en
silencio.
1.
Yo no estaba enfadado con Sakura, no estaba enfadado con
el staff o incluso con la industria, nadie tenía la culpa de que Japón, fuera
un país en donde portar drogas y consumirlas significara la expulsión social.
2.
Estaba enfadado conmigo mismo, por no notar en lo que se
había transformado el consumo de Sakura.
3.
Estaba enfadado conmigo por no poder ayudarlo, por tener
que esperar a que aparecieran noticias suyas.
4.
Y por último, el tiempo que había transcurrido me había
servido para tranquilizarme y ordenar mis prioridades, como también para tomar
decisiones ante las posibles circunstancias.
Las posibles circunstancias
giraban en torno a que la banda continuaría sin Sakura, parecía que ya era
definitivo y que podríamos sobrevivir sin él, sin embargo aquello era el
aspecto profesional de la cuestión. Aun faltaba “yo” y mi relación con Sakura
¿En que procedería? ¿Terminaría?
Me decidí por mantener una
posición que le fuera leal a mis sentimientos, ayudarle en todo lo que me fuera
posible, en cuanto pudiera.
Los meses avanzaron y
aunque las agendas de la banda estaban menos agitadas de lo usual en años
anteriores, me sentía cansado. Anunciamos un tour con Yukihiro, aun como
reemplazo, sin embargo con los meses, su compañía se había vuelto cómoda para
todos, además… Yukihiro era un buen amigo de Sakura, aquello minimizaba el
sentimiento de traición.
El mes de Noviembre
comenzaba con muchas promesas como parte del renacimiento del que todos
hablaban, intentaba mantenerme entusiasmado y me comprometí a realizar
preparativos para el tour, aquello ocupaba mi mente gran parte el día.
Una de aquellas noches, me
dormí sobre los dibujos para el film del inicio del tour. Aquella madrugada hacía
frio y continuaban las lluvias, por lo que el sonido de las gotas retumbando en
el tejado de la casa, estaban presentes en mis sueños.
Aun adormilado sentí pasos
por la casa en donde sólo estaba yo, minutos después sentí la presencia de
alguien más cerca de mí, aquello me despertó de un susto.
La lámpara encendida me
permitió contemplar bien aquella figura que me observaba con ojos tristes y el
cabello empapado por la lluvia.
Me senté en la cama de
forma lenta, aturdido e impresionado. Casi seguro de estar soñando.
-
¿Ya-chaan…?- lo llamé con una voz que no me pareció ser mía.
De forma intuitiva me moví en la cama, dejándole un lugar libre, su lugar en aquella cama.
El me
observó con ojos impresionados y un poco asustados, estaba visiblemente más
delgado y tenía ojeras enormes de un color que yo visualizaba como marrón. Como no se movía palpé con la mano el lugar,
insistiéndole en recostarse junto a mí… yo estaba tranquilo, aun un poco
dormido y gran parte de mi consciencia me aseguraba que aquello era un sueño.
De forma
temblorosa movió sus manos hacia su ropa, visiblemente mojada y se quitó
absolutamente todo, permitiéndome ver en él un par de rasguños que parecían
recientes, unos brazos morados, y unas costillas que resaltaban más que nunca.
Pestañeé muchas veces intentando tragar mi tristeza
ante lo que veía, no quería ser el primero en romper en llanto, aquello no
estaría bien si quería ser un apoyo para él.
Sakura temblaba levemente y
al terminar de quitarse la ropa interior volvió a dudar de si recostarse o no,
observó sus manos antes de meterse a la cama.
Yo no estaba seguro de si
le preocupaba mojar la cama o ensuciarla, o si realmente le preocupaba volver a
estar junto a mí.
Volví a insistirle en que
se recostara con un pequeño movimiento con la cabeza.
Entonces se recostó dudoso
y de forma lenta… con cuidado de acercarse, evitó mi mirada y entonces vi una
lágrima resbalar por su nariz y caer en la almohada.
En cuanto vi lo afectado
que estaba, lo sentí como un espejo de cómo yo me sentí meses atrás, comprendí
el miedo que debió sentir todos esos meses y lo solo que debió estar… no podía
imaginar la magnitud de su dolor y antes de estallar en lagrimas abrí mis
brazos para abrazarlo y darle la poca fuerza que conseguí en aquellos días.
Sakura se abrazó a mí,
escondiendo su rostro en mi pecho, de inmediato lo presioné contra mí con fuerza
y necesidad, sentí su piel congelada buscando mi calor, lo siguiente que se escuchó en la habitación,
fue un gran sollozo proveniente de él.
Al parecer él había estado
siendo fuerte demasiado tiempo.
Lo escuché llorar como
nunca antes, lo escuché lamentarse, odiarse a sí mismo y pedir perdón, a mí y a
todos a quienes lo querían, lo escuché quejarse del dolor que le provocaba
decir palabras tan sinceras en voz alta y lo escuché admitir que tenía miedo.
Presionaba sus puños contra
mi piel con cuidado de no lastimarme, su espalda saltaba una y otra vez junto a
sus hombros por sus sollozos. Sentía sus lágrimas mojar mi pecho y a ratos, sus
brazos presionándome contra él, pidiéndome como nunca antes, un poco de la
protección de la que él solía darme.
Sakura siempre había sido
fuerte, siempre soportó en silencio todos los ataques que nuestro staff le
dedicaba por su forma impulsiva y poco profesional de hacer las cosas, por
conseguir siempre mantenerse fiel a su autenticidad y por sobre todo, por
negarse a venderse. Siempre dijo que para personas como él, hacer de la música
un negocio no le satisfacía, y probablemente era esta la oportunidad para
formar nuevos camino en torno a sus verdaderos deseos.
El problema era lo que se
avecinaba como consecuencia de sus errores, todo sería demasiado difícil, nada
aseguraba que lo lograra… ambos lo sabíamos.
-
Hide… - me llamó aun escondiendo el rostro en mi pecho.
-
¿Sí? – le pregunté mientras acariciaba su húmedo cabello,
e intentaba acunar sus pies con los míos, para darle algo de mi calor.
-
Sólo tengo unas horas para estar aquí… - susurró con voz
quebrada.
¿Qué?
-
No… no te vayas...- le pedí con más sentimiento del que
yo mismo noté.
-
No quiero irme.- Dijo antes de romper a llorar otra vez.
Me preocupé.
-
¿Entonces? – Realmente no entendía a que se refería. Y
sentí miedo de que aquello fuera una despedida.
-
Hide… estoy obligado a ser encerrado en rehabilitación
por seis meses o tal vez más…- dijo alejando su rostro por fin de mi pecho…
entonces vi sus ojos… nunca podré explicar cuánto dolor y miedo vi en ellos.
-
¿Qué? ¿Dónde? – le pregunté casi con desesperación. Él
limpio sus lágrimas con sus dedos congelados.
-
Aun no lo sé… yo sólo quería venir aquí porqué… mientras
estuve encarcelado no pensé en nadie más que en ti y no sabía si me podrías
perdonar y lo siento tanto…
Observé al
hombre herido que tenía en frente, nadie sabía cuánto realmente lo amaba.
Limpié con
uno de mis dedos sus lágrimas más recientes y me incliné en la cama para
besarlo suavemente.
El me besó
de la misma forma y con dulzura.
Se
separó de mí con una sonrisa mientras el eco del sonido de nuestro beso aun
sonaba en mi cabeza. Extrañaba besarlo…
-
Gracias.- dijo mirándome a los ojos.- No sabía si podrías
perdonarme…
-
Shhh…- lo hice callar colocando un dedo en sus labios. –
No importa que suceda, estoy contigo. – le susurré embobado por la sensación
que me causaba estar bajo sus ojos otra vez. Lo besé nuevamente, con la misma
suavidad, buscando hacerlo sentir amado.
Sakura
se separó de mis labios, para besar mis mejillas y volver a abrazarme.
-
Hay mucho que tengo que decir… - dijo con un tono de
arrepentimiento.
-
Ya habrá tiempo…- le consolé.
-
Tendrás que esperarme muchos meses Hide, ¿Podrás hacerlo?
-
Lo haré. – le aseguré con una carcajada, aquello
realmente no era opcional, mi corazón le pertenecía.
Él sólo sonrió al escuchar
mi respuesta, luego cerró los ojos y se acomodó en mi pecho nuevamente. Quería
decirle acerca de la profundidad de mis sentimientos por él, contarle acerca de
mis prioridades, prometerle mi compañía, pero entonces escuche sus suaves
ronquidos.
Nada en el mundo podía
valer más para mí en aquel momento, que verlo descansar seguro entre mis brazos
y sentir el palpitar de su corazón junto al mío.
Ya habría tiempo para
combatir lo que fuera, sentir que aun formaba parte de su
vida, opacó todo lo demás.
Cuando desperté aquel día,
Sakura se había marchado, probablemente de madrugada aún.
En la mesa junto a la cama,
dejó una nota que decía:
“Anoche mientras me desvestía, pise y rompí los dibujos que estaban en el
suelo…
Lo siento.
Te amo.
Hasta pronto.”
Observé el piso de la
habitación y efectivamente, allí estaban los rastros de lo que fueron mis
dibujos para el film del tour.
Suspiré .
Él estaba de vuelta, sólo
tendría que esperar un poco más.
Ésta vez, al menos, sabría
que regresaría.