martes, 22 de agosto de 2017

Pati Pati April 1997












Myojo April 1997




Capítulo 6

Sakura se fue de su casa. Empacó sus cosas ante la decisión de pareja que tomaron él y su esposa de separarse. Lo más sano que habían decidido en los últimos seis años, o tal vez antes. Se estaba quedando en un hotel económico y allí se quedaría mientras decidían que harían.

Sakura no podía creer lo que le estaba pasando, toda su vida se derrumbaba ante sus ojos y lo peor de todo era que ni siquiera le importaba, en todo lo que su mente pensaba era en cierto chico de cabello largo, a quien le había hecho tanto daño. No lo había buscado siquiera pues en un momento pensó que era mejor así… jamás se perdonaría haberlo hecho llorar de esa forma.

-Hyde… estoy preocupado…-

-¿Un niño de tu edad por qué podría preocuparse?- decía Hyde a Yuuri en un momento en que ambos jugaban en el parque mientras el pequeño Pocky perseguía insectos por ahí.

-¿Crees que papá regrese a la casa?- le dijo triste y Hyde sintió que su corazón latía más rápido. Cualquier otra persona le habría dicho que sí, que seguramente lo haría, pero él no era ese tipo de persona, y prefería ser honesto. Él pensaba que cualquier cosa era mejor que una mentira.

-Ven acá…- le dijo y lo cargó de la banca para sentarlo en sus piernas -… él tal vez no regrese a casa… tus papás ya no se llevan muy bien, y puede que ya no quieran estar juntos.-

-Pero…no quiero… entiendo eso pero quiero estar con mis papás... con ambos- dijo el pequeño con una mirada triste.

-Escucha… ¿Te gusta verlos pelear siempre?...- Yuuri negó con la cabeza -… ¿Hacen algo más que pelear cuando están juntos?...- volvió negar con la cabeza -… ¿y tú no quieres que ambos sean felices?-

-Si… yo los quiero mucho a ambos.-

-Bueno, pues tal vez ellos sean más felices si ya no viven juntos, ellos ya no van a discutir y puede que cuando se vean se lleven bien. Pero escucha una cosa, aunque ellos ya no estén juntos y tú vivas en una casa con solo uno de ellos, ambos siempre siempre te van a amar y van a buscar tiempo para estar contigo. Tienes que entender que esto no es por ti, y que ellos se están alejando uno del otro no de ti ¿de acuerdo?-

-De acuerdo…- admitió el niño aunque no le hacía feliz esa idea -… Hyde ¿por qué crees que papá y mamá dejaron de quererse? Se supone que cuando amas a alguien nunca dejas de hacerlo ¿no?... tú sabes, vivieron felices para siempre y eso…-

Hyde sonrió entonces, era lindo escuchar aquello, a veces incluso a él le gustaba creerlo, pero ahora sabía perfectamente que eso era una tonta mentira, un tonto cuento de hadas.

-No lo sé… yo no sé de cosas de amor…- dijo mirándolo seriamente

-Nunca te has enamorado.-

-Si lo he hecho… pero todo salió mal ¿sabes? Y supongo que es porque no sé nada del tema.-

-A ti te gusta papá ¿verdad?-

En ese momento Hyde peló tremendos ojos, no sabía cómo era que un niño estaba interrogándolo sobre eso, se puso nervioso y no supo que decir. Yuuri lo miro riendo y entonces se bajó de sus piernas y tomó la pelota de baloncesto para botarla frente a él sin dejar de hablarle.

-Yo sé que así es… y mamá está enamorada de ese otro señor.- dijo y Hyde quedó más asombrado aún.

-¿Cómo sabes eso?- preguntó más interesado en como Yuuri podía notar eso que en contestarle la pregunta.

-Pues es que papá te mira como antes miraba a mamá y tú lo miras como ella lo miraba… igual pasa con mamá y ese señor… Si tú y papá vivirán juntos y mamá con ese señor, yo quiero vivir contigo y papá ¿ustedes me dejarían vivir con ustedes?-

-¿Qué cosas dices?...- dijo tan solo. Se sintió triste con esos comentarios pues sabía que algo así jamás pasaría, era imposible que Sakura lo quisiera de esa forma cuando ni siquiera lo había buscado en esos días después de aquella horrible pelea que tuvieron.

-¿Me dejarían?- dijo él insistiendo y fue cuando entonces Hyde decidió dejarle las cosas bien en claro.

-Yuuri tu papá y yo no tenemos nada, ni siquiera somos amigos ya, así que solo son ideas tuyas.-

-Claro que no… además porque dices que no son amigos, si siempre salen juntos, yo los he visto.-

-Pues ya no, eso ya paso ¿sabes?-

-¿Entonces tú no quieres a papá?...- Hyde pensó en contestarle simplemente que no, pero para su sorpresa cuando iba a pronunciar aquél “no” ni siquiera pudo hacerlo -… lo ves, lo que pasa es que están enfadados, y cuando la gente se enfada dice cosas feas y que realmente no siente. ¿Por qué no buscas a papá y se perdonan? Si realmente lo quieres deberías tratar de solucionar las cosas-

-Si lo quiero…- dijo y sintió un raro cosquilleo en el estomago, al final era la primera vez que lo admitía -… pero tú papá no me quiere así que no hay nada que hacer.-

-Si te quiere, yo lo sé, solo que él es frío a veces. Ni siquiera a mí me dice que me quiere, pero tú dijiste que él me quería aún así.-

-Bueno ya dejemos el tema… ¿con quién demonios estoy hablando? Tú no eres un niño, eres un adulto enano haciéndose pasar por niño.- le dijo mirándolo totalmente confundido por la plática que acababan de tener. Aunque al final como niño tan solo se hacía ilusiones, pues no creía ni siquiera un poco que Sakura le quisiera.

Entrada la noche Hyde regresaba de la casa de “el loco del té” como él lo llamaba siempre. Tenía que pasar por una zona un tanto revoltosa para regresar a casa. Varios bares y discotecas no de muy buena fama por así decirlo, a menos que tomara un taxi, pero ese día tenía ganas de caminar. Caminaba despacio sin meterse en callejones o lugares peligrosos y conociendo la zona siempre llegaba a salvo a casa sin embargo entre tantas luces y ruido de baile, saliendo de uno de los bares más feos de la zona, vio a Erika la hija de Sakura. Caminaba furiosa hacia fuera del lugar y un chico la persiguió hasta allí. Ambos manotearon un rato mientras parecía que se gritaban. Por la distancia Hyde no escuchó que decían, sin embargo pudo ver como el chico la empujaba groseramente e ingresaba de nuevo al bar dejándola sola. 

La chica encaprichada camino por las calles a paso rápido, y Hyde la siguió pues sabía que a diferencia de él, la chica no sabría cómo no meterse en problemas.

-Por allí no…- murmuró más para sí Hyde que para que la chica lo oyera, pues está acortando el camino a casa, había entrado en una calle solitaria. Ya no era la misma zona de bares sin embargo Hyde sabía perfectamente que no era territorio seguro aún.

“Maldición, maldición” pensó Hyde cuando vio a dos tipos acorralar a la chica y esta les decía asustada que se llevaran lo que quisieran pero que no le hicieran daño. Hyde sabía que lo que querían era precisamente hacerle daño… también sabía que ellos eran dos… y sabía que lo que más le convenía era huir de allí y dejarla a su suerte… pero…”es la hija de Sakura” pensó y tragando saliva se acercó a aquella escena donde uno de los tipos sujetaba a la bonita chica contra la pared y esta trataba de liberarse.

Llego corriendo y empujó  a uno de ellos tirándolo al suelo, para después quitarle al otro tipo de encima.

-¡Corre!...- le dijo entonces y Erika que lo miraba asustada al principio no pudo ni reaccionar 
-… ¡ahora! ¡Largo!- y ante aquél grito la chica quien se debatía mentalmente entre dejar solo a Hyde o salir de allí intacta, optó por la segunda opción. Muerta de miedo, y sin saber hacia dónde, corrió lo más rápido que pudo. Estando a punto de llegar a su casa, se dio cuenta que Hyde la había ayudado a pesar de que ella siempre lo había tratado como basura… y que seguramente él no habría podido defenderse de ambos tipos… “¿Y si estaban armados?” pensó aterrorizada, pero sus pies la seguían llevando hacia su casa.

No sabía qué hacer, se sentía una imbécil por haberse escapado de su casa aquella noche, todo por haberle hecho caso a su novio, que al final se dio cuenta que era todo un patán.

-¡Erika! ¿Dónde demonios estabas?- gritó de pronto una enérgica voz cuando llegó a su edifico y esta salió del trance en que venía. Se dio cuenta que ambos de sus padres estaban fuera del edificio y Sakura la reprendía entre furioso y angustiado.

-¿Papá?...- se preguntaba que hacía él allí cuando debería de estar dormido en su cuarto de hotel, pero luego pensó que estaba claro que su madre angustiada había acudido a él.

-¿Dónde estabas?...- repitió la pregunta -… tu madre y yo estábamos muy angustiados, ve como vienes, ¿qué te…-

-Papá, papá me atacaron… yo venía de camino a la casa y unos sujetos me atacaron, trataban de hacerme daño y…-decía nerviosa y rápidamente pero Misuki la interrumpió de pronto.

-Dios mío, dios mío ¿Qué te hicieron? Erika ¿qué te hicieron?...- decía su madre totalmente angustiada y Sakura sentía que entraba en pánico al pensar que a su hija pudieran haberle hecho algo sin embargo…

-No, no me hicieron nada,  yo estoy bien es que… llegó Hyde y me ayudó a huir y…- decía hablando aun apresurada y Sakura al notar su expresión de angustia se sintió morir cuando escuchó su relato… “Hyde” fue todo lo que pensó y exigió a su hija decirle el lugar donde le había perdido de vista. La chica asintió de inmediato y salió corriendo de regreso a aquél lugar con su padre siguiéndole.

Sakura sabía que nada bueno había pasado, sentía que le estrangulaban, un sentimiento así de sofocante y supo al momento que a Hyde le habían hecho daño. Corrió un par de calles tras su hija lo más rápido que pudo sin embargo cuando llegó a aquél callejón a media penumbra, no había alboroto ni sujeto alguno… tan solo Hyde quien estaba arrodillado sobre el piso.

-Espera aquí…- le dijo a su hija quien lucía terriblemente afectada, en cambio el se adentro en el callejón y camino directamente hacia Hyde quien tenía el pantalón desabrochado y cuando estuvo lo suficientemente cerca, pudo notar los terribles golpes que le habían dado.

-Hyde… ¿estás bien?- preguntó aunque sabía perfectamente la respuesta, y trató de abrazarlo y ayudarlo a ponerse de pie, sin embargo Hyde no quería si quiera que lo tocará, y lo empujo un tanto poniéndose el de pie. Se sujetaba de la pared a penas pudiendo caminar y se acomodo la ropa tratando de alejarse de ahí, pero no era muy lógica su idea.

-Hyde déjame ayudarte.- le dijo el sujeto y trató de hacer que Hyde se apoyara en él para poder caminar. Él más joven volteó a verlo con odio.

-Déjame en paz.- le contestó tratando de que Sakura realmente se fuera, pero se podía escuchar en su voz lo afectado que estaba.

-Hyde por favor, no estás bien.-

-Estoy bien…- reclamó pero en ese momento al tratar de ir más a prisa cayó al suelo. Sakura de inmediato corrió a ayudarlo pero en cuanto Hyde lo tuvo cerca volvió a zafarse de él.

-¡Que me dejes en paz! ¡Ya te dije que estoy bien!- dijo convencido de ello pero ya estaba llorando para entonces. Sakura no podía soportar verlo llorar, ni siquiera se le había acercado tratando de evitar hacerle más daño y aún lejos lo hería de esa forma,  pues estaba convencido de que todo aquello era su culpa. Lo abrazó luego fuertemente, y ni aunque Hyde intentó quitarse del abrazo se encontraba débil, y muy en el fondo… sabía que no quería hacerlo, que todo lo que necesitaba en ese momento, era sentir los brazos de Sakura a su alrededor.

-Déjame… déjame…- decía dando pequeños golpes en el pecho de Sakura pero este no lo soltó -… estoy bien… estoy bien…- murmuraba.

-¿Cómo vas a estar bien si permití que te hicieran esto?- decía sintiéndose un completo imbécil, de pies a cabeza. Seguramente en todo el planeta no habría nadie más maldito que él, nadie le habría hecho tanto daño a una persona.

-¿¡A quién le importa!?... soy un maldito prostituto ¿no?... tú lo dijiste… así que ahora no finjas… ¡no finjas!…- decía entre su llanto y Sakura apenas podía entender lo que decía -…sólo se fueron sin pagarme… solo eso…-

-Te juro que a mí me importas…-

Hyde pensó que podría solo con ello, pero había tocado el límite de su fortaleza, y lo único que pudo hacer fue apretar entre sus puños la camisa de Sakura y llorar todo lo que en años no había llorado.

Sakura se quitó el abrigo que llevaba puesto y se lo colocó a Hyde sobre los hombros pues lo sentía helado.

-Tranquilo, te prometo que todo estará bien…- le dijo en murmullos y besó su mejilla para después tomarlo en brazos firmemente, decidido a cargar con él hasta el departamento.

Erika los siguió en silencio a una considerada distancia sin ponerse en peligro de nuevo. 

Sabía lo que estaba ocurriendo, ya lo venía sospechando, pero en ese momento ante todo lo que paso, se daba cuenta perfectamente, que su padre estaba saliendo con ese chico y le parecía tan bizarro que ni siquiera podía creerlo… en otro momento seguramente los repudiaría a ambos, insultaría a Hyde y tal vez a su padre también por haber hecho algo así y sin embargo no podría hacerlo, él la había ayudado sin siquiera tener obligación y ahora estaba mal por su culpa. Le había hecho daño a él y a su padre también, y por mucho que quisiera odiar a ese chico que Sakura traía en brazos nunca podría hacerlo.

Llegando al edificio mientras subían por las escaleras hasta el cuarto piso donde ambos vivían, Hyde cerró los ojos un momento pues la luz de aquél lugar le lastimaba, y escondió el rostro en el cuello de Sakura.

-Dios ¿Qué pasó?- les dijo Misaki quien caminaba de un lado a otro del pasillo nerviosa esperando que su familia regresara, pero Sakura la ignoró un tanto y tan solo se paró frente a la puerta de Hyde, sacó las llaves de su bolsillo y le pidió a Erika abriera la puerta.

Esta hizo aquello de inmediato y tampoco contestó la interrogante de su madre. Sakura entró con Hyde en brazos y cerró la puerta con su mismo cuerpo sin dar explicaciones a nadie y sin importarle tampoco lo que pudieran pensar. Si creían que tenía algo con Hyde pues mejor para él, se irían haciendo la idea, porque así era y ya no le importaba aceptarlo.
Recostó a Hyde en la cama quien de inmediato se hizo ovillo dentro del abrigo de Sakura y prendió la lámpara de noche.

-¿Tienes algo para que pueda curarte?- pregunto creyendo firmemente que lo más importante era curar el cuerpo de Hyde, aunque era lógico que él no pensaba lo mismo.

-¿Por qué haces esto?-

-¿Por qué hago qué?- pregunto al sentirse fuera de contexto y esperando que Hyde lo mirara pero no fue así.

-Pretender que eres bueno conmigo y luego darme una patada e irte sin que te importe.-

-Hyde yo…-

-Basta… no quiero oírte… no quiero escuchar nada que tengas que decir, solo vete ¿quieres?- el mayor se arrodillo junto a la cama tratando de buscar su mirada y tomó una de sus manos entre las suyas.

-Sé que he hecho todo mal pero dame otra oportunidad por favor, quiero ayudarte.-

-Basta Sakura, solo vete… yo no quiero pensar en ti ahora.- le dijo sin mirarlo en todo el rato.

-No voy a dejarte solo.-

-Quiero estar solo… vete… tú no has hecho nada más que hacerme daño, no quiero que estés cerca de mí… solo vete…- le dijo Hyde necio en su decisión y Sakura sabía que cundo Hyde decidía algo, debía cumplirse. Besó delicadamente la mano que aún sostenía y le acarició la frente echándole el cabello hacia atrás.

-Perdóname por favor… prometo que no te haré más daño, te lo prometo.- volvió a besarle de la misma forma y entonces se puso de pie,  y con todo el dolor de su alma salió de aquél cuarto y de aquella casa y regresó al cuarto de aquél frío hotel. Sabía que había provocado llegar al punto donde estaban, pero no podía hacer nada ahora para remediar el pasado, sin embargo podía arreglar las cosas, podía hacer algo por su futuro y el de Hyde, sabía que podía lograr eso. Últimamente no tenía ganas de salir de su vida rutinaria. Incluso con lo del engaño de Misaki era tan conformista que quería dejar las cosas siempre como estaban, pero esta vez pensaba diferente, esta vez, por mucho daño que le hubiera hecho a Hyde estaba seguro que podría recuperarlo. Se esforzaría en borrar de su mente todos los momentos agrios que le hizo pasar, no sabía cuándo ni cómo pero sabía que quería hacerlo.

Hyde se preparó como pudo un baño de agua caliente, casi hirviendo y estuvo dentro de la tina hasta que el agua casi estaba fría. Se limpio el cuerpo tal como le hubiese encantado limpiarse de sufrimiento y odios, pero que no podía hacerlo. Hubiera preferido que Sakura se quedara con él y lo abrazara toda la noche, pero sabía que lo único que haría él sería pensar en Sakura y en todo lo sucedido entre ellos y no quería. 

Quería luchar con un problema a la vez y si Sakura estaba presente lo único presente era otro gran problema, uno que le lastimaba demasiado, el amar y no ser correspondido, y no querer serlo.

Se recostó esa madrugada sobre su cama y sostuvo entre sus manos el abrigo que Sakura había dejado, deseando que el hombre que poseía aquél aroma fuera suyo. Que se hubiesen conocido en otro momento en otra época, tal vez en otra vida, donde todo fuera menos complicado, y donde él pudiera ser digno de su amor, pero no era así. El tan solo era Hyde… él… sin nada que ofrecer, sin nada que darle más que vergüenza y no podía soportar eso. Se sentía ahora incluso más humillado que antes, mientras esos sujetos tenían sexo con él en aquél horrible callejón que incluso parecía ser una pesadilla, Hyde incluso llego a pensar que a él no le afectaría algo así. Estaba acostumbrado a esas humillaciones, y sin embargo se sentía tan mal que hubiera preferido que lo mataran después de aquello.

Lloró larga parte de la madrugada, tanto que cuando logró comenzar a perderse juró que ya había luz por la ventana. Sin embargo él no era de esas personas débiles que se dejar arrasar por la corriente, y durante todo ese tiempo también pensó que lo mejor que podía pasarle a todos ahora era que él… desapareciera…