En cuanto salí del escenario,
ni siquiera me sequé el sudor, corrí directamente al camarín de L’arc. Mi
cabeza estaba llena de ideas trágicas, como que hubiera sucedido algo con
Ken-chan o peor, Hide.
En cuanto llegué a la puerta
fue cuando más me atacó la inseguridad… no los veía a todos reunidos hace años…
esperaba no ponerme sensible. Además… con Hide no estábamos en nuestro mejor
momento definitivamente, si es que podía darme el lujo de utilizar la palabra “nuestro”.
Toqué la puerta y fue Tetsuya
quien me abrió.
-
¡Sakura!
Qué bueno que viniste… adelante… - me jaló hacía dentro de un empujón y quede
en frente de Ken-chan y Oishi que estaban sentados uno en frente del otro, en
unos enormes y lujosos sofás. Recordé que en el camarín de mi banda, tan solo
habían un par de sillas. - Tenemos un
problema y te necesitamos – soltó directamente Tetsu.
-
¿Qué
sucede? – por alguna extraña razón me dirigí a Oishi al preguntar, siempre tuve
la sensación de que era más líder de la banda, que los mismos integrantes.
Precisamente fue él quien me contestó.
-
Yukihiro
se lastimó una pierna, está en el hospital en este instante.
-
¿Qué?
– Mierda. - ¿Está bien?
-
Si
– Ken-chan me respondió seriamente - él está bien, pero tiene una fractura que
requerirá reposo de semanas y nosotros debemos presentarnos aquí, hoy, no
podemos cancelar.
-
Oh
vaya que problema…- comenté dudoso. Intuí hacía donde se dirigía la
conversación.
Detrás de mí
alguien abrió la puerta y no volteé a mirar, tan solo bastó para que el olor de
su perfume llegara a mí, para saber que estaba Hide a mis espaldas.
-
Hyde…
- Tetsuya con un gesto me pidió que me sentara junto a Ken-chan y lo hice,
intentando evitar mirar directamente a Hide. – Yukihiro dijo que no podrá tocar
hoy… y…
-
¿Hay
una razón para que Sakura esté aquí? – preguntó Hide, su voz evidentemente era
de enfado. Le estorbaba mi presencia. Ken-chan me miró intrigado.
-
Oye,
¿Por qué esa actitud? ¿Están enojados ustedes dos? – preguntó a ambos, ninguno
respondió.
-
Eso
poco importa, estamos hablando de aspectos profesionales – Oishi esta vez tomó
el mando de la conversación. – Tenemos poco tiempo, el asunto es que Yukihiro
no puede tocar y necesitamos a alguien que toque la batería e improvise y creo
que solo Sakura puede hacerlo en una forma que le acomode a todos.
-
Dudo
que le acomode a Yukihiro – se rehusó Hide. Definitivamente no lo dejaría
pasar, y aquello me dolió. Nadie sabía mejor que él, lo mucho que yo anhelaba
volver a compartir el escenario con la banda, aunque fuera una vez más. Aunque
las circunstancias tampoco me hacían muy feliz.
-
¿A
Yukihiro o a ti? – le pregunté yo, visiblemente enfadado. Estaba siendo
egoísta, y no me quedaría sin dejárselo notar.
-
A
mí me molestaría hacer sentir a Yukihiro que lo podemos reemplazar sin
problemas en cuanto le suceda algo, Sakura. No se trata de ti, ni de mí. – se
defendió.
-
Calma,
calma – Ken-chan se puso de pie. – Yukihiro fue quien dijo que se lo pidiéramos
a Sakura y si es que por alguna razón él se negaba, le pidiéramos al sonidista
que reemplazara la batería por una pre grabada. Pero la primera opción, es
Sakura.
Hide pareció
sorprendido al igual que yo, ¿Yukihiro lo pidió? Él y yo no teníamos una mala
relación, para nada… pero siempre sentí tristeza por ser una sombra en su
trabajo, ya que por mi pequeño paso en la banda, siempre hubo comparación entre
los dos, y sobre todo mucha crítica sobre él. Entendiendo eso, comprendí un
poco lo que Hide había dicho. Me sentí más agradecido de lo usual con Yukihiro.
-
Bien.
– Oishi colocó su voz de autoridad - ¿Quién está de acuerdo con que Sakura
reemplace a Yukihiro?
-
¿Eh?
Esperen, nadie me ha preguntado si quiero hacerlo. – dije yo.
-
Cállate
– me dijo Ken-chan riendo. – ¡Yo estoy de acuerdo!
-
Yo
también. – dijo Tetsuya.
-
Y
yo. – agregó Oishi - ¿Y tu Hyde? – Hide permaneció con el seño fruncido y me
miró a los ojos por dos segundos. Parecía molesto y al mismo tiempo no podía
evitar esconder el afecto en su mirada.
-
De
acuerdo. Hagámoslo. – dijo finalmente.
Yo sonreí.
-
¿Sakura…?
– Oishi por fin me preguntaba a mí.
-
Si,
hagámoslo. – me animé de inmediato, tuve
un golpe adrenalina tan alto que me sentí en el escenario desde ya. Ken-chan
gritó emocionado y me abrazó, besándome en la mejilla muchas veces, intenté
escaparme asqueado de su abrazo, pero se negaba a soltarme.
-
Hey
hey niños ya basta – decía Oishi – Planifiquen los arreglos, decidan el set
list, son solo tres canciones, hagan sus peticiones de instrumentos o ideas,
pero háganlo ya, en 30 minutos debemos estar en el escenario.
-
¡Sí,
señor! – respondimos Tetsuya, Ken-chan y yo al unísono. Hide permanecía con una
actitud dudosa, al otro extremo del camarín, mientras los tres como idiotas
comenzamos a reírnos, como si tuviéramos un plan malévolo que realmente no
teníamos.
-
No
se pongan idiotas y trabajen, los veo en media hora. – anunció el mánager antes
de salir del camarín. Hasta Oishi tenía una leve sonrisa en la cara.
Cada uno se alistó en
habitaciones diferentes, solo Ken-chan se dedicó a darle órdenes al staff,
parecía un hombre responsable siendo el jefe allí, me dio risa, en los años en
que yo formaba parte de la banda Ken-chan solo se dedicaba a jugar. Fui el
último en estar listo y para cuando llegué a la fila antes de subir al
escenario, vi a Hide, dando pequeños saltos de ansiedad, estaba lejos. Sentí
que si me acercaba podía arruinar su concentración y su ánimo, mantuve mi
distancia.
Tetsuya estiró su mano, para
cumplir con el ritual, y aunque no dijo nada interesante, fue la ocasión
perfecta para poder observar a Hide por primera vez en la noche, con total
tranquilidad. Maquillaje femenino, nada en los labios, su cabello rubio estaba
peinado hacia atrás, pero no prometía permanecer en su lugar. Para todos
parecía un hombre atractivo, pero yo continuaba viendo como un chico juguetón y
femenino, aunque permaneciera serio. Aguanté las ganas de apretar sus mejillas
para quitarle la seriedad. Todos gritamos cuando el ritual acabó, y nos
formamos, inspiré el perfume de Hide… mi inconsciente me susurró “psicópata”
pero me consolé pensando en que todo el dolor sería temporal, debía serlo.
Avanzamos en dirección al
escenario, de reojo observe a mi vocal todo el tiempo mientras él me ignoraba
olímpicamente, estaba tan nervioso que sentía las piernas temblar. Me senté en
silencio y a oscuras en la batería, mientras la luz enfocaba otra cosa antes de
dar inicio a la presentación de L’arc en Ciel. ¿Debí preocuparme por la
reacción de los fans, no? La verdad no quise hacerlo. Siempre habría personas a
las que les molestaría solo por su preferencia con Yukihiro, y otras que por
añorar el pasado de la banda, se alegrarían. Estaba seguro de que ninguno de
aquellos motivos tenía más peso que el mío para estar ahí. La mitad de mi vida,
se resumía a mi estadía con L’arc en Ciel, hacer aquello, siempre lo sentí
necesario para cerrar un ciclo, para darme la paz con el pasado y vivir de
forma más tranquilo con mi culpa y mis errores.
El silencio se prolongó por
tres segundos y Hide susurro “And She Said” y bastó para que el publico reconociera
su voz y lo que se venía, los gritos hicieron que no escuchara nada, por lo que
toqué sin escucharme a mí mismo, por mera costumbre, sabía cómo debían sonar
los tambores con cada fuerza en que los pudiera golpear. Los fans tardaron en
reconocerme, me percaté de cuando lo hicieron porque gritaron aun más fuerte,
entonces capté una cámara en frente, posiblemente mostrando mis bellas muecas
con la cara sudada.
Estuve concentrado haciendo
memoria toda la primera parte, las que no recordaba las improvisaba y al menos
saberme la letra de la canción de memoria me ayudaba. Ken-chan volteaba
constantemente a verme risueño, sentí que era él más feliz de los tres, conmigo
allí en el escenario. Fue tan solo en la mitad del segundo coro en que comencé
a dejar de sentirme nervioso. Tetsuya, volteaba a mirarme también, y los miraba
con dudas en los ojos y ellos negaban, como queriendo decir “no quiero nada,
solo mirarte allí”, sentí que fue algo difícil de asumir para los cuatro. Hide
se negaba a voltearse a mirar, pero disfrutaba verlo bailar y dando brincos, se
veía más pequeño desde mi posición, a pesar de llevar plataformas en los
enormes botines.
Acerqué uno de los micrófonos
y grité junto a los chicos “And She Said” en todos los últimos coros, no supe
como sonó mi voz, pero al parecer se escuchó más fuerte que la de los demás ya
que los fans me reconocieron y gritaron un poco más. Me cohibí y tragándome la
vergüenza canté el resto de los coros por igual, aunque algo más alejado del
micrófono. El staff se reía y debatían si correr o no a arreglarme el sonido
del micrófono, por si yo quería cantar, pero prefirieron dejarme solo y lo
agradecí silenciosamente. Aquellas ideas, solo nacían y por impulso las hacía,
pero en el resto del repertorio yo no tenía que cantar, un mejor micrófono no
era necesario, pero no pude culparlos por preocuparse demasiado, estuve seguro
de que ese staff no estaba acostumbrado a ver la banda improvisar, como cuando
éramos tontos e impulsivos y no nos importaba arruinar una presentación con tal
de divertirnos.
Hablamos de tocar las tres
canciones seguidas, así que en cuanto terminó And She Said, toque un patrón que
no desencajara y que con un poco más de bombo dio el paso a la siguiente
canción, toqué fuerte los platillos hasta llegar al segundo de silencio. El
punto muerto que le daba pie a Tetsuya para comenzar con la siguiente canción,
Taste of love.
El solo de Tet-chan marcó el
comienzo de la canción, el público gritó emocionado en cuanto la reconoció.
Estaba seguro de que no la habían tocado jamás con Yukihiro y me sentí
privilegiado, era de mis favoritas. Ken-chan siguió el bajo, con una
improvisación que comenzó algo extraña al oído pero se ajustaba al ritmo. Hide,
delante de mí, movía las caderas de aquella forma en que solía hacerlo… esta
vez la ropa ancha no me permitía ver su pequeña figura desde mi lugar, pero aun
así, lo vi más sensual que en aquella época, los años habían sido sabios
enseñándole a moverse. En cuanto a mí, no estuve seguro de si tocaba realmente
por hábito y buena memoria, o estaba improvisando, pero estuve tan concentrado
que ni supe cómo se escuchaba lo que tocaba. Pero me inspiré cuando llegó el
momento del solo. Esa era la razón por la que habíamos elegido esa canción, a
Ken-chan y a mí, nos divertían los improvisados solos.
Hide se arrodillo, por un momento
mi mente se re direcciono veinte años atrás. A esos años en que éramos amigos
realmente unidos, en que la química musical estaba tan alta, que sabíamos con
que continuaba cada nota que podía improvisar el otro. Estuve seguro de que
todos compartimos aquella sensación, ya que en mitad de mi solo, todos
comenzaron a seguirme y Hide se movió al compas de la batería, adivinando
previamente cada unos de mis movimientos. En un determinado momento y justo
antes de comenzar a vocalizar en medio de la improvisación, se volteó a mirarme
fijamente. Teníamos una distancia considerable entre los dos, aun así lograba
ver bien su rostro gracias a la luz que lo apuntaba desde arriba, le daba la
espalda al publico mientras movía las caderas y sus ojos excitados me indicaron
señales que no supe interpretar. Mordió su labio y cerró los ojos mientras
hacia los últimos movimientos antes de dar el salto hacia el coro. Lo miré
embobado, ese era exactamente el chico de sonrisa traviesa, tímido y con
actitud a veces coqueta y a veces infantil, el chico que me había alejado de
todas las mujeres de mi alrededor y me había enamorado, hasta darme a elegirlo
a él por sobre todas las cosas. Solo pude sonreírle desde la distancia, pero él
volteó de golpe.
No, no podíamos permitirnos
miraditas en el escenario, pero me reconfortó ver en sus ojos, el reflejo de mi
mirada. Sabía que ambos estábamos sintiendo lo mismo.
Tet-chan corrió hacía él y
Hide lo abrazó, el público gritó aun más, me reí, antes esos momentos me
causaban celos, incluso aquellas actitudes entre los dos fueron las
protagonistas de nuestras primeras discusiones, pero ahora me sacaban sonrisas.
Eran juegos que no aprendí a disfrutar en su momento.
La canción terminó y di el
paso al final de la presentación con White Feathers.
Hide movió las manos,
simulando alas… y sentí su tono suave acompañar las cuerdas de Ken-chan,
aquella canción siempre me pareció tan suave como intentar tocar la textura de
las olas del mar. Ken-chan se volteó y me
hizo una seña, para que lo acompañara a cantar el coro junto a él, por lo que
ambos hicimos segundas voces y Tet-chan acompañó con una tercera que estuve
seguro que no hacía hace muchos años.
Nuevamente, aquella se volvió
en una canción de unión, me emocioné más de lo que me hubiera gustado y sabía
que mis ojos estaban visiblemente llorosos, pero vi en el reflejo de las
pantallas y había tres pares más de ojos emocionados en ese escenario, no me
sentí solo. ¿Llorar entre todos no estaba mal, no? Además era un momento que
sabíamos que no se repetiría. Toqué con fuerza los tambores abrazando aquella
última vez.
Las plumas comenzaron a caer,
Hide volteó rápidamente sin dejar de cantar, fueron tan solo segundos en que
una mirada nos conectó. Al otro lado, Ken-chan y Tet-chan tocaban uno apoyado
en el otro, usando el mismo micrófono para cantar los últimos coros. Hice el
juego de platillos que tanto me gustaba para acompañar aquella canción, y miré
a los chicos disfrutar, fue en ese momento en que sentí la paz que añoraba con
la banda. El bajo y la guitarra comenzaron a sonar pausados y acompañé con el
redoble final, para dar fin a todo… un último tono alto de Hide marcó la última
nota de la canción, los cuatro levantamos las manos. Se había acabado.
El público al igual que nosotros aplaudía con
las manos sobre los hombros. Sonreí y me puse de pie, agaché la cabeza para
agradecerles a todos, incluyendo el staff, la banda y el público. Tetsuya me
llamó para que bajara a levantar las manos con ellos y me apresuré a salir de
mi zona de confort, los cuatro corrimos, sabíamos que era un festival y los
minutos estaban contados para cada banda. Me puse en frente de Hide y le estiré
la mano para que me diera la suya, me miró con ojos grandes y llorosos y sin
dudar la tomó, muchas mujeres chillaron en aquel instante. Del otro lado,
Ken-chan tomó la mía y Tetsuya la otra mano de Hide y los cuatro juntos hicimos
una reverencia agradecida hacia el público, luego sin quererlo avanzamos
formados hasta salir de allí.
El staff nos aplaudió de
camino al pasillo y entramos los cuatro juntos al camarín compartido, ignorando
totalmente las palabras de Oishi que estaba detrás de nosotros.
Ken-chan estiró la mano hacía
mí, como cerrando un trato, sus ojos igual de emocionados que los míos me
parecieron más afectuosos que nunca. Le tomé la mano con emoción y me sentí a
segundos de llorar. Detrás de mí venía Hide, se escabulló para no mirarme de
frente y encerrarse en el baño. Tetsuya abrazó a Ken-chan, y ambos se dijeron
un par de palabras que no pude contextualizar, estuve seguro de que estaban
arreglando un par de desacuerdos. Luego se acercó a darme un abrazo a mí. Creo
que desde que conozco a Tetsuya, jamás lo abracé, por lo que sentí aquel acto
algo extraño pero lo agradecí.
Quise hablar con Hide pero no
estuve seguro de que fuera lo mejor, me senté en el sofá y recogí una toalla
para secarme el sudor. Tome una botella con agua mientras Ken-chan se desvestía
y Tetsuya hablaba atendía una llamada.
-
Hyde,
¿Estás bien? Llevas demasiado en el baño, tendrás que encender un fosforó para
eliminar el mal olor… oh no, mejor no o podrías explotar – bromeó Ken, que se
apoyó en la puerta para escuchar mejor del otro lado. Hide no respondió a su
broma y el ceño fruncido de Ken-chan me preocupó.
-
¿Qué
pasa? – le pregunté bajando la voz sin saber por qué.
-
Creo
que está llorando… - Ken-chan tocó la puerta un par de veces más.
-
Déjame
hablar con él… - le pedí, asintió y se alejó del baño. – Hide… ábreme la
puerta, ¿sí? – espere un par de segundos pero no hubo respuesta. Ken-chan se
acercó a decirle algo de Tetsuya y luego de dedicarme una mirada confundida,
ambos salieron del camarín. Corrí hacía la puerta y le puse pestillo, luego
volví a la del baño. – Hide estamos solos… abre que me estas preocupando.
Los segundos continuaron
avanzando, hasta que finalmente el pestillo sonó para abrir la puerta, la
empujé con brusquedad para toparme un pequeño hombre con el maquillaje
esparcido por toda la cara de tanto llorar, sus ojos rojos y su mirada de
suplica me revolvieron el estómago.
-
Cariño,
creo que debes demandar a esa empresa de maquillaje, porque no era resistente
al agua.
-
Idiota…
– susurró antes de lanzarse a mi estomago, para abrazarme con fuerza.
-
Oye…
¿Qué pasa?
-
¿Qué
pasa? – preguntó con su rostro escondido antes de sollozar, conocía esos
ataques, este prometía ser el inicio de uno. – Lo intenté todo para dejar de
pensar en ti y lo lograba a ratos, creí que podría hacerlo, te eliminaba e
intentaba lograr creer que nunca exististe… pero te veo y son tantas las ganas
de que me permitas quererte como antes, que me pregunto dónde se esconde la
dignidad en estos momentos… te quiero tanto… aunque seas un idiota… no sé como
reemplazar el vacio…
-
Ey…
- lo abracé con fuerza, conocía esos sentimientos, me habían ahogado demasiadas
semanas y no supe cómo responder, solo sabía que no podía defenderme, todo su
odio a mí era merecido. – Perdóname por herirte Hide… - él se alejo un poco
para mirarme a los ojos.
-
¿Sabes
que es lo peor? Que yo te pedí buscar a otras personas… fue algo que siempre
tuve en mente que… pero la forma en que todo sucedió… yo… - se tapó el rostro
con las manos y nuevamente levantó los hombros víctima de
un fuerte sollozo.
-
Shhh…
lo sé, no estuvo bien, no intentes justificar lo que sucedió… sé que no estuvo
bien y tampoco puedo pretender que perdonarme será fácil…
-
Ya
te perdoné. – bajó sus manos de su rostro y limpió sus ojos, yo lo miraba
confundido, ¿Qué había dicho?, él pareció leerme con claridad y volvió a
repetir en un suspiro: - Ya te perdoné.