domingo, 7 de abril de 2019

MATICES - Capítulo 20: Lazos


Sakura



Me removí sintiendo cosquillas en los labios, y la sensación que terminó por ser un poco molesta me despertó en medio de la oscuridad. Me estiré y toqué el pequeño cuerpo que estaba junto a mí comprendiendo de paso que las cosquillas provenían de su respiración. Decidí encender la luz al no estar seguro de la posición de Hide, temía pasarlo a llevar con algún movimiento y despertarlo. Observé al pequeño durmiendo en dirección a mí acurrucado tiernamente, y junto a él, Samurai estirado completamente con la mitad del cuerpo en la almohada y la otra mitad sobre el cabello de Hide. “Que desvergonzado animal”, pensé mientras lo miraba con aprecio. Me detuve un par de segundos observando el rostro femenino de él, me fascinaba analizarlo… sus parpados relajados, su boca perfecta, ¿Por qué me atraía tanto? Despertaba un lado protector en mí que ni siquiera yo sabía que tenía. Quería acurrucarlo más y abrazarlo, como si de alguna manera ese simple acto le alejara los malos sueños.

Entonces recordé lo que había sucedido unas horas atrás… Me había confesado, y aunque tal vez aquello complicara todo en mi vida, no me arrepentía del todo. Al menos había sido sincero. Me levanté sintiendo el corazón pesado y decidí alejarme un poco de Hide para poder pensar mejor. Su presencia solía ser el foco de mi atención, cosa que no ayudaba a aclarar mi cabeza. Samurai me siguió.

Me senté en la escalera observando a Samurai, quien me miraba con ojos grandes y curiosos. De repente el maulló como si me exigiera algo.

-       Ay Samurai… ¿Qué estoy haciendo? – le pregunté como si el gato tuviera la respuesta – Le dije que me gustaba… - mi mente pensaba con culpabilidad una y otra vez en Akane, ¿es que realmente no me quedaba una gota de amor por ella siquiera? Sentía como si de pronto Hide fuera el protagonista de toda mi atención, y de paso, de varios sentimientos que me negaba a aceptar. ¿Qué pensaría mi madre si supiera que me gustaba un hombre? ¿Papá? ¿Mis hermanos? Mis amigos no me preocupaban, pero mamá, la mujer que más quería soñaba con nietos de mi procedencia. – No sé qué sucederá ahora… - dije más para mí mismo. ¿Cómo continuar después de lo que había confesado? Si dejaba que aquello continuara solo heriría a mis seres queridos, pero no sabía como detenerlo. – Detesto como me estoy sintiendo… - me atreví a decir en voz alta. Odiaba tener miedo, estaba enfadado conmigo mismo por haberme metido en aquella situación. De pronto Samurai me lamió las manos, como si hubiera sentido que estaba deprimido y me diera apoyo – Oh… ¿gracias? – él me respondió con un maullido. Lo acaricié – Que tierno peludo… Ven te daré comida – le dije como agradecimiento a su afecto, suspiré y me dirigí a la cocina. Abrí una lata para Samurai y la deje en el platillo, él se lanzó a comerla como si estuviera hambreado -Nunca pensé que tener un gato fuera tan reconfortante, mucho menos que terminaría desahogándome con uno…

Lo miré comer un momento y luego observé a mí alrededor; la casa me era tan acogedora y cómoda, como si hubiese vivido años allí. Sentía que poco quedaba del sujeto que tocaba batería en bares nocturnos, que iba a fiestas con su novia y tenían sexo mientras discutían. Ya ni siquiera me sentía como ese tipo.

Volví a la cama sintiéndome extraño, más claro con el simple hecho de que haber conocido a Hide me había cambiado. Me recosté junto a él dejando la lámpara encendida para observarlo dormir, por alguna razón ver su rostro relajado me inspiraba tranquilidad, justo la que necesitaba en aquel momento. Con una mano dediqué unos minutos a alejar mechones de su cabello de su rostro mientras dormía, ni siquiera se removió, me acurruqué junto a él acercándome tanto que sentí que podía besarlo y no se enteraría, pero no quise quitarme el placer de poder hacer aquello obteniendo una respuesta de su parte. Y aunque la situación me preocupaba y complicaba, era ridículo negarme a mí mismo que moría de ganas por besarlo.
Pensando en ello fue que me dormí sin darme cuenta.

Sentí una mano acariciar mi nariz, luego mis mejillas, luego pasó por mis labios haciéndome cosquillas. Me moví para rascarme y abrí los ojos con demasiado esfuerzo… entonces lo vi, estaba apoyado sobre su brazo, inclinado hacía mí, tenía la mano sobre mi rostro. Definitivamente había estado jugando a hacerme cosquillas mientras dormía. Tenía una sonrisa traviesa.

-       Hola – le dije con voz somnolienta. Me giré hacía él y lo abracé sin pensar, olía a jabón y detergente. Él me devolvió el abrazo permaneciendo así unos momentos, incluso creo que me volví a dormir, aunque no estoy tan seguro de que tan profundamente ya que lo sentí levantarse agitado y alejarse de mi lado. - ¿Qué pasa? – le pregunté ofendido. – Entonces me señaló el reloj, indicando media hora más tarde de la hora usual en que nos levantábamos – mierda.

El tomó su ropa y se encerró en el baño, yo fui hasta mi habitación para buscar ropa también.

-       ¡Hide, no tomes una ducha o tardaremos demasiado! Solo vístete, ya nos bañaremos al llegar – le pedí imaginando la cara de molestia de Tetsuya si nos retrasábamos por más de una hora.

Me coloqué lo primero que tomé de mi maleta aún con ropa pero fui cuidadoso en elegir un abrigo y una bufanda, siendo consciente de que el paisaje que se veía por mi ventana era puro frío y neblina.  Bajé hasta la cocina, tomé lo que había preparado de desayuno la noche anterior y lo guardé para llevarlo al estudio. En ese momento Hide bajó luciendo el cabello tomado, un suéter de lana grueso bajo y una campera sobre él. Tomó la comida de Samurai y llenó dos platillos.

-       ¿Vamos? – le pregunté con prisa, a lo que él asintió. Tomamos nuestros bolsos y salimos de casa de inmediato sintiendo el golpe del frío. – Mierda está muy helado – me quejé. La neblina no permitía que viera demasiado a la distancia, pero distinguí algo moverse a unos metros de nosotros. - Hide, ¿ese no es nuestro bus? – no estuve seguro de si así era hasta que Hide aceleró el pasó para corroborar lo que dije, pero ya era demasiado tarde… se había ido. Un puchero se marcó en sus labios y no pude evitar sonreírle. – Parece que el destino nos quiere llegando tarde… - él asintió aún dibujando el puchero en su boca.

Caminamos hasta la parada donde nos sentamos en silencio, hasta que la nariz de Hide comenzó a colocarse roja por la humedad y el frío.

-       Ten – me quité la bufanda envolviendo la mitad de su cara en ella, tapando con cuidado su boca y su nariz para evitar que respirara aire frío, de todas formas él temblaba ligeramente – Espero que el próximo bus no tarde demasiado… y que se detenga aquí, que si yo te viera desde el bus pensaría que eres un terrorista y no frenaría por nada del mundo. – pude notar que sonrió cuando sus pómulos se levantaron, me puse de pie y me acomodé en frente de él para intentar observar mejor si se acercaba alguna locomoción. Hide temblaba cada vez más evidentemente, sacaba sus manos de los bolsillos para rascarlas y luego volver a guardarlas, se veían rojas. – Dame tus manos –me miró tendiéndomelas sin dudar, entonces las tomé y guarde una en cada uno de mis bolsillos calentando sus dedos con las palmas de mis manos dentro de ellos. Yo solía tener las manos tibias, o al menos eso siempre decía Akane.

Nos quedamos en aquella posición un par de minutos hasta que un bus se acercó. Ya arriba de este, el aire acondicionado nos ayudo a entrar en calor, aún así Hide no quitó una de sus manos de mi bolsillo o, mejor dicho, yo no la solté.







-       Por fin aparecen. – saludó Tetsuya en cuanto entramos a la sala, notando como la mano del pequeño estaba aún dentro de mi bolsillo. No lo solté.

-       Por la neblina no vimos uno de los buses y nos retrasamos. Hide y yo estamos congelados, ¿les importaría si voy por café antes de comenzar? – opté por omitir que nos habíamos quedado en la cama demasiado tiempo o aquello podría ameritar explicaciones.

-       No será necesario, Oishi dijo que traería desayuno para nosotros, debe estar por llegar ya – en cuanto Tetsuya terminó de hablar, Hide retiró con prisa la mano haciendo que me picara el vacío. Lo miré con sorpresa. ¿Tanto miedo le tenía?
Se sentó en el sofá de la habitación y no pude evitar poner atención en la forma en que se rascaba frotándolas con su pantalón, indudablemente nervioso.

-       ¿Pasa algo Sakura? – me preguntó Tetsuya al verme concentrado en Hide.

-       No… esto… ¿Y Ken-chan?

-       Ah, fue con Oishi a traer el desayuno.  Oye, tienes que escuchar lo que grabaron ayer, me gustó.

-       Ah, claro, coloca la pista.

Me senté sintiéndome congelado y haciendo un intento por colocarle atención a la canción, pero lo poco que había conseguido en ello se esfumó en cuanto Oishi y Ken entraron con el desayuno.

-       Vengan pollitos, mamá ha traído comida – dijo Ken mientras acomodaba los platillos y los cafés en la mesa de centro. Hide tomó el café entre sus manos y cerró los ojos de placer al sentir el calor salir de la taza. Le sonreí sin que él me mirara.

-       Por fin – le dije a Ken, ignorando a Tetsuya y la canción, me senté junto a Hide con prisa para evitar que Oishi usara aquel lugar. Nadie lo notó más que Hide que sonrió levemente mientras mantenía la mirada baja. - ¿Y este pastel? ¿Celebramos algo? 

-       Ah, lo hizo mi esposa… - explicó Oishi - Tiende a cocinarle a las bandas nuevas para desearles suerte, a su forma ya saben…  -  levantó los hombros quitándole importancia al gesto. Hide lo miró dudoso pero podía leer en su frente la pregunta; “¿este tipo tiene una esposa?”

-       Si a nosotros nos va bien, a ti te va bien y a ella le va bien – analizó Ken-chan antes de morder una galleta.

-       Algo así – aceptó Oishi. De pronto todos nos sentamos a comer. Ken-chan sirvió pastel para todos, él único que no comió fue Oishi que se dedicó a hablar de nuestro contrato con la empresa, de las entrevistas que debían dar los chicos y del porqué sería mejor no anunciar mi llegada a la banda hasta la primera gira de promoción.

-       El público estará encantado con Sakura cuando lo vean – dijo Tetsuya. Le sonreí.

-       Por lo guapo – agregó Ken.

-       Me sobrevaloran – les dije. Los tres rieron bajo, menos Oishi.

-       … entonces, ¿cómo ha ido la grabación? – preguntó el jefe.

-       Bien… Sakura nos ha enseñado a grabar y estamos dando nuestro toque… - Tetsuya parecía algo asustado al hablar. Intuí que temía decirle a Oishi que no habíamos avanzado mucho considerando que no teníamos tanto por hacer si las canciones ya estaban en su mayoría preseleccionadas.

-       Sobre eso, debo avisarles que la empresa decidió enviarles productores para la última etapa de la grabación.  – los chicos voltearon a observarme a mí a la espera de que yo reaccionara para saber si aquello era bueno o malo.

-       Está bien – le dije, me impresionaba que si no habíamos pedido un productor de base nos enviaran uno específicamente para la última etapa de grabación, es decir para pulir el trabajo, eso hablaba sobre lo interesados que estaban y el hecho de que estaban depositado mucha confianza en la banda. Parecía que Oishi no se los había querido hacer notar a los chicos para evitar que dejaran de trabajar al máximo. De pronto me observó a mí como queriéndome decir algo con la mirada, intuí que pidiéndome guardar silencio al respecto.

-       ¿Por qué eso? – preguntó Ken.

-       Porque son primerizos – dijo sin ganas de agregar más.

-       Pero Sakura no – enfocó Ken.

-       Pues yo no veo cuatro Sakuras aquí.

-       Incluso aunque yo sepa usar los equipos – le expliqué - no tengo una gran experiencia en los efectos de todos los instrumentos Ken-chan, estará bien que llegue alguien a trabajar sobre lo que nosotros ya tengamos. Además, este tipo de productores solo viene a sugerir, no a ordenar, si no nos gusta algo simplemente no irá.

-       Mmm… si tú lo dices… - le sonreí, me sorprendía la confianza que me tenía.

-       Bien, eso era todo. El lunes le pediré un adelanto para mí.

Todos le sonreímos, pero nadie le respondió. No podía evitar sentirme curioso de como nadie parecía confiar en Oishi.

La mañana avanzó rápidamente. Con Tetsuya nos enfocamos en grabar nuestra parte para Tsuioku no Joukei mientras Hide y Ken-chan trabajaban en la melodía para la siguiente canción. Escuché a Hide cantar y practicar los ajustes en los tiempos, también estaba aprendiendo a usar rápidamente el equipo aunque de forma más tímida que los demás. Supuse que era porque no podía preguntar directamente. Evitaba observarlo con demasiada atención, me avergonzaba de mi mismo por haberle confesado mis sentimientos… más claramente por tenerlos. Puse todo de mí parte por mantener la mente concentrada en la batería y no en mis preocupaciones, pues estar cerca de Hide me convertía en alguien que no conocía del todo y aquello me hacía sentir un poco desorientado.

-       Sabes Sakura… – habló Tetsuya mientras marcábamos los compas en el equipo. –  Te veo diferente al Sakura que vi en Tokio tocando batería la primera vez, y también al chico divertido que hablaba con todos en la fiesta de la empresa.

-       ¿A que te refieres? ¿Diferente bien o diferente mal?

-       Más… sensible.  Te imaginaba más rudo o con un mal carácter – dijo riendo.

-       Ah, supongo que es porque si hay algo que me sensibiliza es la música y es lo que hacemos... pero si creo tener mal carácter - confesé con una pequeña risa.

-       Si… si… tienes razón – pareció pensativo de pronto.

-       Tetsuya…  - le llamé recordando algo que llevaba dando vueltas en mi cabeza - Tú eres el único aquí que me conoce un poco desde antes… - el asintió – cuando aquella vez nos encontramos con la madre de Hide en la heladería, ¿recuerdas? – volvió a asentir, cambiando la expresión a cautela - ¿Qué fue lo que le dijiste de mí para que reaccionara de aquella forma? – él volteó el rostro.

-       Para ser sincero yo no le dije nada para que reaccionara de aquella forma… - lo miré dudoso – ella me había pedido que nos reuniéramos para conversar sobre Hyde. A veces lo hacía, ya sabes… como él no habla ella se preocupaba por él y me pedía reunirnos para que yo le contara en qué estaba metido Hyde. Esa vez no iba a ser diferente. La invité a la heladería donde nos encontramos con ustedes, solo estuve unos minutos con ella a solas antes de verlos a ustedes y sí, me preguntó por ti, y le dije que eras un chico sociable… pero ella no tenía una buena idea de ti desde antes.

-       Ya veo, entonces no fuiste tú él que le dijiste esas cosas…

-       Creo que fue Oishi, Sakura… - lo miré con cierta impresión, ¿cómo no se me había ocurrido? – Desde que le dije que quería que fueras parte de la banda se comportó de manera extraña, no estuvo de acuerdo, pero como tampoco había estado de acuerdo con el ingreso de Ken-chan. Solo lo ignoré.

-       Así que no nos quiere ni a Ken-chan ni a mí.

-       Creo que no los quiere porque son más espontáneos, más… artistas que Hyde y yo. O al menos para mí es más claro que ustedes tienen el carácter de artistas y son menos manipulables en cuanto a música – se rió algo avergonzado.

-       Creo sinceramente que los cuatro estamos al mismo nivel, si no hubiera creído que podía aprender de ustedes no estaría aquí, créeme.– me sonrió sincero. – Pero sí, creo que es el carácter nuestro el que para Oishi es un problema. – ni uno de los dos agregó algo más, solo continuamos trabajando.






Cuando finalizamos con aquella canción dimos paso a la próxima. Tetsuya nos había avisado que Hide al día siguiente trabajaría por la mañana y él lo acompañaría, por lo que debíamos grabar si o si la siguiente canción aquel día, y de paso, adelantar otras dos. Fue solo entonces que comenzamos a sentir la presión. Ken fue el primero afectado. 

-       No me gusta como queda. – concluyó luego de intentar y reintentar darle tonos con la guitarra acústica como único acompañamiento de la siguiente canción.

-       Muéstrame – le pedí sentándome en el piso para escucharlo concentrado.

-       Bien… Hyde canta Ushinaraweta nagame, por favor – Hide asintió y se acomodó junto a él. Los rasgueos estaban bien, sonaban bien, pero carecían de la profundidad que la letra buscaba. Solo escuché la primera parte.

-       Ken-chan, definitivamente la guitarra no es el acompañamiento ideal. – le dije.

-       Pero… habíamos hablado hacerlo solo con guitarra, además de que primero escribí la melodía y luego agregamos la letra. ¿Crees que debo cambiar la melodía? Encuentro que suena bien solo… algo descuadrada…

-       Mmm… no… ¿Sabes tocar piano Ken-chan?

-       Ah… si, pero solo lo básico.

-       ¿Y si lo intentas con piano? – Le pregunté estando seguro de que podría sonar mejor.

-       Podría, pero me tardaría bastante en adecuar las notas de guitarra al piano.

-       Eso puedo hacerlo yo, después de todo ya tienes la melodía completa escrita.

-       ¿Puedes?

-       Si. Dame la hoja, ya vuelvo.  – Ken-chan me tendió la hoja, la tomé y me puse de pie sin notar que me seguían. Fui hasta el mostrador.

-       Hola – le dije a la secretaria – Disculpe, necesito grabar en un piano u órgano, ¿hay algún estudio que tenga uno? – le chica me observaba de pies a cabeza, definitivamente le había gustado lo que veía. En otra oportunidad le hubiera devuelto la mirada coqueta pero no me sentía como el Sakura que solía hacer aquello.

-       En este piso, el tercer pasillo, la última sala. Si no me equivoco es la 303.

-       Gracias – le dije sin volver a mirarla, iba caminando hacia el pasillo cuando algo tiró de mi abrigo desde atrás. Volteé y lo vi sonreírme. – Ah, Hide… ¿vendrás conmigo? –asintió. – Bien…

Cuando entramos, encendí el equipo y conecté el órgano.

-       ¿Ya tienes esta canción lista? – hizo un gesto de más o menos con la mano, luego escribió algo en la libreta:

“Quería verte tocar”.

-       Ah… por eso viniste entonces… - él se rió como un niño que acababa de ser descubierto en una travesura. – No me gusta mucho tocar el piano, le tengo una especie de rechazo, pero es de las pocas cosas que hago bien.

“No es cierto”, me escribió. Le sonreí complacido.

-       Ven, siéntate conmigo. – ambos quedamos en frente del instrumento y yo comencé a ensayar las notas que Ken-chan había grabado y a transcribirlas en un tono más bajo o más alto para que se ajustaran. Los ojos de Hide no se despegaban de mi rostro, ni siquiera observaba mis manos, de pronto vi que asomó la libreta en mi dirección.

“Sabes tocar muy bien…”.

Le sonreí.

No escribió nada más mientras yo realizaba mi tarea. No tardé demasiado, tal vez quince minutos. La toqué completa para saber si sonaba bien, Hide apoyó su rostro en mi hombro mientras la escuchaba. Lo miré de a ratos, tenía los ojos cerrados.

-       ¿Te gusta? –pregunté en cuanto terminé y el asintió aún con los ojos cerrados. Lo miré unos segundos… no pude evitar acercarme a él para besar su frente. Abrió grandes los ojos mirándome sorprendido, luego desvió la mirada de mí, me reí de su timidez – Creo que iré por Ken-chan para que ensayen la canción juntos antes de grabarla. – me iba a poner de pie, pero entonces Hide me sostuvo desde el asiento. - ¿Qué pasa? – volví a sentarme mirándolo curioso, estábamos muy cerca debido a que el asiento era pequeño, entonces levantó un poco el cuerpo para besarme la mejilla, un beso suave que dejó un cosquilleo en la zona. Esta vez fui yo el que desvió la mirada avergonzado. – Esto… iré por él entonces - me puse de pie y salí de allí sintiendo que la cara me ardía.


“Yasunori no tienes trece años”, me quejé de mí mismo mientras caminaba rápido.  Me sentía como un niño precoz.



En cuanto entré al estudio dos pares de ojos me miraron curiosos.

-       Estás rojo – me dijo Ken-chan.

-       ¿Ah? Ah… si… no es nada. Oye Hide está esperándote en la ultima sala del tercer pasillo. Dejé las notas puestas en el órgano, pueden practicar ahí y modificarla, tendrán más privacidad. Avisen cuando necesiten grabar y con Tetsuya iremos.

-       Está bien – Ken-chan se puso de pie aun mirándome extrañado.

-       Tengo la impresión de que tú y Hyde son muy cercanos – comentó de pronto Tetsuya – No me mires así, no me molesta, al contrario, me gusta ver a Hyde… acompañado.  - no supe que decirle. – Ah mira, las otras dos canciones que debemos practicar ahora son estas – me tendió dos hojas – Aunque es tarde, no sé si lograremos avanzarlas como deberíamos.

-       Aún tenemos tiempo, Tetsuya. – lo tranquilicé.

-       ¿Pero para grabar tres canciones hoy? Lo dudo.

-       Pero no pasa nada, cumpliremos el plazo, tranquilo. – lo vi realmente nervioso. Ojeé en tanto las otras canciones, pero, aunque escuché la pista que ya tenían, no lograba reinventar la batería para ellas. Ken y Hide nos llamaron dispuestos a grabar Ushinawareta Nagame en ese rato, solo dos tomas y quedó perfecta. Lo miré embobado. Cuando Hide se concentraba en cantar denotaba un aire que me producía cierta admiración.

Los cuatro nos sentamos a escuchar las canciones que teníamos, buscando afinar detalles y discutiendo sobre ellas antes de avanzar con el resto, estábamos en medio de la última cuando Tetsuya salió del estudio sin llamar la atención, ni Hide ni yo le dimos demasiada importancia y continuamos escuchando.    

-       Arg, me gustaría re grabar esta parte – le dije a Ken-chan, indicando el final de Tsuioku no Joukei.

-       Hazlo, yo veo el equipo. 

-       Gracias.

Me puse de pie y afiné la batería, tenía el compas resonando en mi cabeza, le indiqué a Ken cuando comenzar a grabar y toqué un matiz ligeramente distinto al final, solo eran unos segundos de modificación. Me sentí orgulloso cuando logré tocarlo exactamente como sonaba en mi cabeza. Cuando entré a la parte del estudio en donde estaba el equipo, me encontré con que Ken-chan no estaba allí, y quien estaba usando el equipo era Hide. Teniendo los audífonos puestos me indicaba con el pulgar arriba que había estado perfecto. Le sonreí, parecía un niño jugando presionando los botones.

-       ¿Lo grabaste? – asintió – Y… ¿dónde están todos? – Hide levantó los hombros sin saber qué responderme. De pronto me comenzó a doler el estómago con fuerza, pero disimulé por dignidad – Espérame un poco, ya vuelvo. – le dije. Él observó curioso como siempre. Por mi parte corrí hasta el baño del piso y me senté con rapidez temiendo lo peor.

-           Mierda – se me escapó mientras colocaba una mano en mi estómago, el dolor era intenso.

-           ¿Sakura? – escuché en el cubículo de al lado. Era la voz de Tetsuya y sonaba incluso peor que yo.

-           Si… ¿tú también? – le respondí.

-           ¿Tetsuya, Sakura? – esta vez era la voz de Ken.

-           ¿Qué? ¿Tú también? – le preguntó Tetsuya, los tres reventamos de la risa.

-           ¿Qué mierda? – dije mientras me reía con ganas. De pronto la puerta del exterior del baño se cerró con fuerza y alguien más entró. Nosotros continuábamos riendo.

-           Ay no me digan que…. – Ken-chan se reía tan fuerte que no podía terminar de hablar – Hyde, si eres tú, toca la pared del baño dos veces- pasaron dos segundos y escuchamos el “toc, toc” venir del baño más lejano al mío. Todos volvimos a reír.

-           No puede ser… ¿alguien nos intentó envenenar? – les dije aún riendo por la risa contagiosa de Ken-chan.

-           Los cuatro comimos del pastel de la esposa de Oishi… - analizó Tetsuya – Estoy seguro de que fue eso.

-           Envenenados por nuestro mánager – les dije.

Nos quedamos en silencio un momento, cada uno sufriendo en su propio dolor y haciendo un esfuerzo por ignorar al otro.

-           ¿Esto es cómico o trágico? – preguntó Tetsuya.

-           Ay… prométanme algo – dijo Ken-chan.

-           ¿Qué? – le pregunté.

-           Si llegamos a ser famosos algún día, júrenme que nunca hablaremos de esto – todos volvimos a reír fuerte.

-           Prometido – dijo Tetsuya.

-           Lo prometo también – dije riéndome. De pronto volvimos a escuchar el “toc, toc” de Hide, haciéndose parte de la promesa, lo que nos hizo reír fuerte otra vez.

-           Ay… esta será una larga tarde… - concluyó Tetsuya con voz afligida.





Tal y como dijo Tetsuya, se nos hizo eterna la tarde. Los cuatro nos sentíamos mal pero él que se encontraba peor era Tetsuya que hasta tenía un poco de fiebre. Hide por su parte se limitaba a no moverse demasiado, mientras que Ken-chan y yo continuamos con las labores de grabación, sin embargo, no estábamos teniendo buenos resultados.

-       Creo que debemos irnos… al menos yo me siento muy mal… - dijo Tetsuya.

-       Pues si, también creo que deberías irte. – le dijo Ken-chan – Y el enano también. Descansen.

-       Ustedes también, no sería justo que se quedarán… - el sentimiento de líder de Tetsuya no le permitía dejarnos más trabajo a nosotros. Yo miré a Hide un momento, me sentía algo cobarde de lo que fuera a suceder entre nosotros cuando estuviéramos solos nuevamente. Mi culpa era tan fuerte como mi ansiedad por su cercanía.

-       Creo que me quedaré aquí… - les dije - Hay mucho que quiero hacer… a lo que ajustarme al menos. – intenté ignorar la mirada dudosa de Hide, me avergonzaba darme cuenta del poco control que tenía de mí mismo cuando se trataba de él.

-       Pero Sakura, debemos descansar y mañana continuamos… - insistió Tetsuya.

-       No se preocupen, si siento la necesidad de dormir dormiré, si tengo hambre comeré, puedo sobrevivir, pero realmente necesito quedarme a trabajar y utilizar el tiempo que nos queda o estoy seguro de que no terminaré mi parte a tiempo. Al menos no de estas dos canciones…– Tetsuya me miró frustrado.

-       Tienes razón Sakura, yo me quedaré contigo toda la noche si es necesario. – dijo Ken-chan.

-       Pero Ken-chan… - Tetsuya protestó de inmediato.

-       Hide y tú conocen muy bien estas canciones, han sido siempre suyas y las compusieron en grupo. En cambio para Sakura y para mí, son un poco ajenas, necesitamos hacerlas nuestras y creo que es algo que solo conseguiremos trabajando los dos. – lo observé con agradecimiento en la mirada.  Tetsuya finalmente suspiró y cedió.

-       Está bien…  Pero descansen cuando se sientan casados, coman y traten de no romper nada.  – Hide soltó una risita.

-       ¿De qué te ríes enano? – le ladró Ken-chan.

-       De que no me da confianza dejarlos a ustedes dos solos – respondió Tetsuya – Pero espero que no rompan algo que no podamos pagar.

-       No romperemos nada exagerado, ya márchense. – Ken se estiró en el sofá mientras Tetsuya tomaba sus cosas para marcharse. De la misma forma Hide se colocó su campera.

-       Entonces, hasta mañana – se despidió.

-       Hasta mañana – le dijo Ken-chan, Hide siguió a Tetsuya no sin antes dirigirme una última mirada.

-       Adiós – le dije sonriéndole y disculpándome un poco con los ojos, él desvió la mirada sin siquiera hacer un gesto de despedida, aquello me preocupó, ¿Se había molestado? Escuché a lo lejos cuando cerraron la puerta subsiguiente a la sala y supe que con Ken-chan nos había quedado completamente solos.

-       Oye… relájate. Hide, digo Hyde, no morirá por quedarse solo una noche.

-       ¿Ah? No, no me preocupa eso, solo me extrañó que no se despidiera.

-       Aaah… Hide, ash Hyde, es difícil de comprender. – Ken se quitó los tenis - ¿Te molesta? – me preguntó antes de quitarse el segundo.

-       Claro que no, ponte cómodo. – lo imité quitándome los míos. Suspiró relajado.

-        Esto… ¿te llevas bien con Hyde? – pronunció “Haido” con dificultad aún reacio a la costumbre.

-       Si… y dime Sakura. – le pedí notando que nuevamente durante todo el día había tenido cuidado al momento de llamarme por mi nombre.

-       ¿No has tenido problemas viviendo con él, Sakura?

-       No, para nada.

-       Ya veo, no pensé que encajarías viviendo con él la verdad.

-       ¿Por qué no? – lo miré extrañado mientras lo veía dirigirse a la nevera.

-       Por el silencio. La casa de “Hyde” – continuaba diciendo el nombre con dificultad, lo que me sacó una sonrisa – Es muy silenciosa y en general él es muy silencioso, y no me refiero solo a que no hable nada.

-       Si… la verdad es que eso me asustó un poco al comienzo, pensé que no podría si quiera ir al baño tranquilo con tanta tranquilidad – Ken-chan se río fuerte.

-       Tienes razón, Hyde se enteraría de todo lo que hicieras.

-       Hasta con detalles – ambos reímos mientras me pasaba una cerveza y se sentaba abriendo la suya.

-       Pero resultó ser cómodo. Hide me cedió una habitación así que tengo bastante privacidad.

-       Cierto… además que él tiene un baño privado en su habitación así que supongo que te cedió el otro baño.

-       Hum… de cierta forma si, aunque no he dejado mis cosas tiradas por allí aún, debo comportarme al menos al comienzo – ambos reímos por mi broma.

-       Hide también parece cómodo contigo – mencionó.

-       ¿Ah? – él se rió avergonzado.

-       Con Tet-chan estábamos preocupados al comienzo… habíamos planeado conseguirte una habitación y dividir tus gastos en cuatro partes y que cada uno aportara ya que debíamos tomar la responsabilidad de haberte comprometido y que tú hubieras aceptado venir hasta aquí – tomó un trago de cerveza y continuó hablando, lo escuché atento – Estábamos algo complicados ya que ni Tet-chan ni yo estábamos en condiciones de alojarte y a Hyde sinceramente nunca lo tomamos de opción, pero en algún momento a Tetsuya se le ocurrió que sería lo mejor si él te alojaba.

-       ¿Por qué? – pregunte sin entender.

-       Porque Hyde es muy cerrado, cuesta mucho que tome confianza con personas desconocidas, tiende a rechazar a todo él que se le acerca, a tomar distancia y si queremos trabajar juntos creemos que lo mejor es tenernos confianza y formar amistad… por eso nos preocupaba. No solo por incomodarte a ti, si no que él es un poco más susceptible y además como no habla, no dice qué le molesta… Pero vemos que todo ha resultado bien, es más, él se ve un poco más alegre, o al menos, más entusiasmado desde que llegaste. – procesé todo lo que me decía y me alegré al notar que ellos a su manera si se preocupaban por él – Ah, Sakura, de todas maneras, si tú en algún momento quieres buscar algún lugar donde quedarte, siéntete en confianza de pedírmelo. Te ayudaremos entre todos.

-       No es necesario Ken-chan, no aceptaría su ayuda si ese fuera el caso.

-       ¿Ah? Ah… Tet-chan me había dicho que vienes de una buena familia.

-       ¿Qué? – solté una carcajada - ¿Cómo sabe él eso?

-       Tet-chan lo sabe todo. – podía escuchar aprecio en su voz.

-       No… es decir si, sí tengo una familia con una buena situación económica, pero no me jacto de eso, el dinero que traigo conmigo es el que me pagaban por tocar en las bandas de las que ya saben. Desde hace muchos años que no le pido dinero a mis padres.

-       Ya veo…

-       ¿Cómo ha ido todo con tu familia, Ken-chan? – le pregunté recordando la razón por la que vivía con su novia.

-       No ha pasado nada, aún no me hablan. – bebí un poco de cerveza y lo miré, no lo veía afligido, pensé que era de las personas que escondía ese tipo de sentimiento.

-       Bueno… si alguna vez quieres hablar o salir, solo avísame.

-       Descuida, estoy bien. Sé que cuando nos comience a ir bien, verán que todo valió la pena. Además, si solo no nos va bien, siempre puedo volver a buscar trabajo con mi título universitario supongo.

-       Ken-chan, nos irá bien.

-       Creo que después de esta charla motivacional deberíamos comenzar a trabajar – ambos reímos.

-       Bien, ¿con cuál comenzamos?

-       La lista no es tan grande…

-       Al menos tú las conoces, así que decide cuál se te dificulta un poco, después de todo yo solo las he escuchado aquí, aún no las reconozco.

-       Bueno, en eso estoy un poco más avanzado. Cuando las aprendí al entrar a la banda las modifiqué a mi gusto, aunque definitivamente no es nada muy elaborado… - ojeé las hojas con las partituras y la letra.

-       La verdad es que en general están buenas… aunque la letra no me gusta… están muy simples. – confesé.

-       Hide, digo Hyde, cambiará la letra de todas.

-       Ya… no entiendo por qué te esfuerzas tanto en decirle “Hyde”

-       Él me pidió decirle así, no quiere que nadie sepa su nombre ni nada sobre él – lo miré extrañado, eso sonaba un poco difícil si los planes eran grandes – Mira, esta parte me gusta mucho.

-       Voice… ¿escribieron todas en conjunto?

-       Las preseleccionadas sí, pero de la gran lista que tenían de canciones cuando los conocí… casi todas las compuso Hiro.

-       ¿Hiro? Ah, el guitarrista anterior. – Ken-chan asintió – Pero él solo componía la melodía supongo.

-       No… Hiro en general sabe tocar muchos instrumentos así que estoy seguro de que compuso casi todo.

-       Ya veo… pero si es tan talentoso, ¿por qué se fue?

-       No estoy seguro, los chicos no me han dicho exactamente la razón, solo que fue su decisión… Conociéndolo estoy casi seguro de que Hiro no se llevaba muy bien con Hyde. – lo miré con dudas, ¿quién se podía llevar mal con Hide? – Te diré por qué lo creo, observa las letras de estas que tenemos ahora, a ti no te gustaron y ten por seguro que a Hyde menos. Sin embargo, nunca las cambiaron, hay algunos arreglos de batería que tampoco me hacían mucho sentido y cuando le dije a Pero, el baterista anterior, él me dijo que cuando quiso cambiarlo nadie se lo permitió. Así que de alguna manera entendí que Hiro era un poco difícil con respecto a ceder con cambios en las composiciones, incluso si no eran totalmente suyas.

-       Ya… pero ¿lo conoces?

-       Sé quién es, en general aquí es fácil conocerse entre músicos, al menos si pertenecemos a las mismas generaciones.

-       Ya veo… Me gustaría conocerlos… - Ken me observó con una mirada extraña de pronto pareció acordarse de algo.

-       Oye Sakura, hay algo que quiero preguntarte.

-       Dime

-       Bueno… tenemos que grabar el disco aquí y luego movernos a Tokio para obtener el visto bueno, ¿no?

-       Supongo…

-       Allá… tú tienes una reputación muy grande… así que asumo que debes conocer a muchos músicos… - asentí sin entender qué quería. – Quería saber… si me podrías presentar… algunos guitarristas… 

-       ¿Ah?

-       Es que… no sé si tendremos mucho éxito, pero me gustaría aprovechar de conocer a mucha gente y aprender todo lo que pueda, así al menos si esto no resulta sentiré que todo valió la pena.

-       Ken-chan… - por primera vez desde que lo conocía me daba cuenta de lo duro que era para Ken-chan pertenecer a la banda dejando todos sus planes de vida de lado, apostando por un sueño de cierta forma. – Claro que sí.

-       Gracias – me sonrió alegre y luego tomó un lápiz para ponerse a trabajar. Ken-chan era muy trasparente de cierta forma, era imposible no tomarle aprecio. – Entonces, ¡manos a la obra!