~Sakura
Me removí sintiendo
cosquillas en los labios, y la sensación que terminó por ser un poco molesta me
despertó en medio de la oscuridad. Me estiré y toqué el pequeño cuerpo que
estaba junto a mí comprendiendo de paso que las cosquillas provenían de su
respiración. Decidí encender la luz al no estar seguro de la posición de Hide,
temía pasarlo a llevar con algún movimiento y despertarlo. Observé al pequeño
durmiendo en dirección a mí acurrucado tiernamente, y junto a él, Samurai
estirado completamente con la mitad del cuerpo en la almohada y la otra mitad
sobre el cabello de Hide. “Que desvergonzado animal”, pensé mientras lo miraba
con aprecio. Me detuve un par de segundos observando el rostro femenino de él,
me fascinaba analizarlo… sus parpados relajados, su boca perfecta, ¿Por qué me atraía
tanto? Despertaba un lado protector en mí que ni siquiera yo sabía que tenía.
Quería acurrucarlo más y abrazarlo, como si de alguna manera ese simple acto le
alejara los malos sueños.
Entonces recordé lo
que había sucedido unas horas atrás… Me había confesado, y aunque tal vez
aquello complicara todo en mi vida, no me arrepentía del todo. Al menos había sido sincero. Me levanté sintiendo
el corazón pesado y decidí alejarme un poco de Hide para poder pensar
mejor. Su presencia solía ser el foco de mi atención, cosa que no ayudaba a
aclarar mi cabeza. Samurai me siguió.
Me senté en la
escalera observando a Samurai, quien me miraba con ojos grandes y curiosos. De
repente el maulló como si me exigiera algo.
-
Ay Samurai… ¿Qué estoy haciendo? – le
pregunté como si el gato tuviera la respuesta – Le dije que me gustaba… - mi
mente pensaba con culpabilidad una y otra vez en Akane, ¿es que realmente no me
quedaba una gota de amor por ella siquiera? Sentía como si de pronto Hide fuera
el protagonista de toda mi atención, y de paso, de varios sentimientos que me
negaba a aceptar. ¿Qué pensaría mi madre si supiera que me gustaba un hombre?
¿Papá? ¿Mis hermanos? Mis amigos no me preocupaban, pero mamá, la mujer que más
quería soñaba con nietos de mi procedencia. – No sé qué sucederá ahora… - dije
más para mí mismo. ¿Cómo continuar después de lo que había confesado? Si dejaba
que aquello continuara solo heriría a mis seres queridos, pero no sabía como
detenerlo. – Detesto como me estoy sintiendo… - me atreví a decir en voz alta.
Odiaba tener miedo, estaba enfadado conmigo mismo por haberme metido en aquella
situación. De pronto Samurai me lamió las manos, como si hubiera sentido que
estaba deprimido y me diera apoyo – Oh… ¿gracias? – él me respondió con un
maullido. Lo acaricié – Que tierno peludo… Ven te daré comida – le dije como
agradecimiento a su afecto, suspiré y me dirigí a la cocina. Abrí una lata para
Samurai y la deje en el platillo, él se lanzó a comerla como si estuviera
hambreado -Nunca pensé que tener un gato fuera tan reconfortante, mucho menos
que terminaría desahogándome con uno…
Lo miré comer un momento y luego observé a mí alrededor; la casa me era tan acogedora y
cómoda, como si hubiese vivido años allí. Sentía que poco quedaba del sujeto
que tocaba batería en bares nocturnos, que iba a fiestas con su novia y tenían
sexo mientras discutían. Ya ni siquiera me sentía como ese tipo.
Volví
a la cama sintiéndome extraño, más claro con el simple hecho de que haber
conocido a Hide me había cambiado. Me recosté junto a él dejando la lámpara
encendida para observarlo dormir, por alguna razón ver su rostro relajado me
inspiraba tranquilidad, justo la que necesitaba en aquel momento. Con una mano
dediqué unos minutos a alejar mechones de su cabello de su rostro mientras
dormía, ni siquiera se removió, me acurruqué junto a él acercándome tanto que
sentí que podía besarlo y no se enteraría, pero no quise quitarme el placer de
poder hacer aquello obteniendo una respuesta de su parte. Y aunque la situación
me preocupaba y complicaba, era ridículo negarme a mí mismo que moría de ganas
por besarlo.
Pensando
en ello fue que me dormí sin darme cuenta.
Sentí una mano
acariciar mi nariz, luego mis mejillas, luego pasó por mis labios haciéndome cosquillas.
Me moví para rascarme y abrí los ojos con demasiado esfuerzo… entonces lo vi,
estaba apoyado sobre su brazo, inclinado hacía mí, tenía la mano sobre mi
rostro. Definitivamente había estado jugando a hacerme cosquillas mientras
dormía. Tenía una sonrisa traviesa.
-
Hola – le dije con voz somnolienta. Me
giré hacía él y lo abracé sin pensar, olía a jabón y detergente. Él me devolvió
el abrazo permaneciendo así unos momentos, incluso creo que me volví a dormir,
aunque no estoy tan seguro de que tan profundamente ya que lo sentí levantarse
agitado y alejarse de mi lado. - ¿Qué pasa? – le pregunté ofendido. – Entonces
me señaló el reloj, indicando media hora más tarde de la hora usual en que nos
levantábamos – mierda.
El tomó su ropa y se
encerró en el baño, yo fui hasta mi habitación para buscar ropa también.
-
¡Hide, no tomes una ducha o tardaremos
demasiado! Solo vístete, ya nos bañaremos al llegar – le pedí imaginando la
cara de molestia de Tetsuya si nos retrasábamos por más de una hora.
Me coloqué lo primero
que tomé de mi maleta aún con ropa pero fui cuidadoso en elegir un abrigo y una
bufanda, siendo consciente de que el paisaje que se veía por mi ventana era
puro frío y neblina. Bajé hasta la
cocina, tomé lo que había preparado de desayuno la noche anterior y lo guardé
para llevarlo al estudio. En ese momento Hide bajó luciendo el cabello tomado,
un suéter de lana grueso bajo y una campera sobre él. Tomó la comida de Samurai
y llenó dos platillos.
-
¿Vamos? – le pregunté con prisa, a lo
que él asintió. Tomamos nuestros bolsos y salimos de casa de inmediato sintiendo
el golpe del frío. – Mierda está muy helado – me quejé. La neblina no permitía
que viera demasiado a la distancia, pero distinguí algo moverse a unos metros
de nosotros. - Hide, ¿ese no es nuestro bus? – no estuve seguro de si así era
hasta que Hide aceleró el pasó para corroborar lo que dije, pero ya era
demasiado tarde… se había ido. Un puchero se marcó en sus labios y no pude
evitar sonreírle. – Parece que el destino nos quiere llegando tarde… - él
asintió aún dibujando el puchero en su boca.
Caminamos hasta la
parada donde nos sentamos en silencio, hasta que la nariz de Hide comenzó a
colocarse roja por la humedad y el frío.
-
Ten – me quité la bufanda envolviendo
la mitad de su cara en ella, tapando con cuidado su boca y su nariz para evitar
que respirara aire frío, de todas formas él temblaba ligeramente – Espero que
el próximo bus no tarde demasiado… y que se detenga aquí, que si yo te viera
desde el bus pensaría que eres un terrorista y no frenaría por nada del mundo.
– pude notar que sonrió cuando sus pómulos se levantaron, me puse de pie y me acomodé
en frente de él para intentar observar mejor si se acercaba alguna locomoción.
Hide temblaba cada vez más evidentemente, sacaba sus manos de los bolsillos
para rascarlas y luego volver a guardarlas, se veían rojas. – Dame tus manos
–me miró tendiéndomelas sin dudar, entonces las tomé y guarde una en cada uno
de mis bolsillos calentando sus dedos con las palmas de mis manos dentro de
ellos. Yo solía tener las manos tibias, o al menos eso siempre decía Akane.
Nos
quedamos en aquella posición un par de minutos hasta que un bus se acercó. Ya
arriba de este, el aire acondicionado nos ayudo a entrar en calor, aún así Hide
no quitó una de sus manos de mi bolsillo o, mejor dicho, yo no la solté.
-
Por fin aparecen. – saludó Tetsuya en
cuanto entramos a la sala, notando como la mano del pequeño estaba aún dentro
de mi bolsillo. No lo solté.
-
Por la neblina no vimos uno de los
buses y nos retrasamos. Hide y yo estamos congelados, ¿les importaría si voy
por café antes de comenzar? – opté por omitir que nos habíamos quedado en la
cama demasiado tiempo o aquello podría ameritar explicaciones.
-
No será necesario, Oishi dijo que
traería desayuno para nosotros, debe estar por llegar ya – en cuanto Tetsuya
terminó de hablar, Hide retiró con prisa la mano haciendo que me picara el
vacío. Lo miré con sorpresa. ¿Tanto miedo le tenía?
Se sentó en el sofá
de la habitación y no pude evitar poner atención en la forma en que se rascaba
frotándolas con su pantalón, indudablemente nervioso.
-
¿Pasa algo Sakura? – me preguntó
Tetsuya al verme concentrado en Hide.
-
No… esto… ¿Y Ken-chan?
-
Ah, fue con Oishi a traer el desayuno.
Oye, tienes que escuchar lo que grabaron
ayer, me gustó.
-
Ah, claro, coloca la pista.
Me senté sintiéndome
congelado y haciendo un intento por colocarle atención a la canción, pero lo
poco que había conseguido en ello se esfumó en cuanto Oishi y Ken entraron con
el desayuno.
-
Vengan pollitos, mamá ha traído comida
– dijo Ken mientras acomodaba los platillos y los cafés en la mesa de centro.
Hide tomó el café entre sus manos y cerró los ojos de placer al sentir el calor
salir de la taza. Le sonreí sin que él me mirara.
-
Por fin – le dije a Ken, ignorando a
Tetsuya y la canción, me senté junto a Hide con prisa para evitar que Oishi
usara aquel lugar. Nadie lo notó más que Hide que sonrió levemente mientras
mantenía la mirada baja. - ¿Y este pastel? ¿Celebramos algo?
-
Ah, lo hizo mi esposa… - explicó Oishi
- Tiende a cocinarle a las bandas nuevas para desearles suerte, a su forma ya
saben… -
levantó los hombros quitándole importancia al gesto. Hide lo miró dudoso
pero podía leer en su frente la pregunta; “¿este tipo tiene una esposa?”
-
Si a nosotros nos va bien, a ti te va
bien y a ella le va bien – analizó Ken-chan antes de morder una galleta.
-
Algo así – aceptó Oishi. De pronto
todos nos sentamos a comer. Ken-chan sirvió pastel para todos, él único que no
comió fue Oishi que se dedicó a hablar de nuestro contrato con la empresa, de
las entrevistas que debían dar los chicos y del porqué sería mejor no anunciar
mi llegada a la banda hasta la primera gira de promoción.
-
El público estará encantado con Sakura
cuando lo vean – dijo Tetsuya. Le sonreí.
-
Por lo guapo – agregó Ken.
-
Me sobrevaloran – les dije. Los tres
rieron bajo, menos Oishi.
-
… entonces, ¿cómo ha ido la grabación?
– preguntó el jefe.
-
Bien… Sakura nos ha enseñado a grabar y
estamos dando nuestro toque… - Tetsuya parecía algo asustado al hablar. Intuí
que temía decirle a Oishi que no habíamos avanzado mucho considerando que no
teníamos tanto por hacer si las canciones ya estaban en su mayoría
preseleccionadas.
-
Sobre eso, debo avisarles que la
empresa decidió enviarles productores para la última etapa de la
grabación. – los chicos voltearon a
observarme a mí a la espera de que yo reaccionara para saber si aquello era
bueno o malo.
-
Está bien – le dije, me impresionaba
que si no habíamos pedido un productor de base nos enviaran uno específicamente
para la última etapa de grabación, es decir para pulir el trabajo, eso hablaba
sobre lo interesados que estaban y el hecho de que estaban depositado mucha
confianza en la banda. Parecía que Oishi no se los había querido hacer notar a
los chicos para evitar que dejaran de trabajar al máximo. De pronto me observó
a mí como queriéndome decir algo con la mirada, intuí que pidiéndome guardar
silencio al respecto.
-
¿Por qué eso? – preguntó Ken.
-
Porque son primerizos – dijo sin ganas
de agregar más.
-
Pero Sakura no – enfocó Ken.
-
Pues yo no veo cuatro Sakuras aquí.
-
Incluso aunque yo sepa usar los
equipos – le expliqué - no tengo una gran experiencia en los efectos de todos
los instrumentos Ken-chan, estará bien que llegue alguien a trabajar sobre lo
que nosotros ya tengamos. Además, este tipo de productores solo viene a
sugerir, no a ordenar, si no nos gusta algo simplemente no irá.
-
Mmm… si tú lo dices… - le sonreí, me
sorprendía la confianza que me tenía.
-
Bien, eso era todo. El lunes le pediré
un adelanto para mí.
Todos le sonreímos,
pero nadie le respondió. No podía evitar sentirme curioso de como nadie parecía
confiar en Oishi.
La mañana avanzó
rápidamente. Con Tetsuya nos enfocamos en grabar nuestra parte para Tsuioku no
Joukei mientras Hide y Ken-chan trabajaban en la melodía para la siguiente
canción. Escuché a Hide cantar y practicar los ajustes en los tiempos, también
estaba aprendiendo a usar rápidamente el equipo aunque de forma más tímida que
los demás. Supuse que era porque no podía preguntar directamente. Evitaba
observarlo con demasiada atención, me avergonzaba de mi mismo por haberle
confesado mis sentimientos… más claramente por tenerlos. Puse todo de mí parte
por mantener la mente concentrada en la batería y no en mis preocupaciones, pues
estar cerca de Hide me convertía en alguien que no conocía del todo y aquello
me hacía sentir un poco desorientado.
-
Sabes Sakura… – habló Tetsuya mientras
marcábamos los compas en el equipo. – Te
veo diferente al Sakura que vi en Tokio tocando batería la primera vez, y
también al chico divertido que hablaba con todos en la fiesta de la empresa.
-
¿A que te refieres? ¿Diferente bien o
diferente mal?
-
Más… sensible. Te imaginaba más rudo o con un mal carácter –
dijo riendo.
-
Ah, supongo que es porque si hay algo
que me sensibiliza es la música y es lo que hacemos... pero si creo tener mal carácter - confesé con una pequeña risa.
-
Si… si… tienes razón – pareció
pensativo de pronto.
-
Tetsuya… - le llamé recordando algo que llevaba dando
vueltas en mi cabeza - Tú eres el único aquí que me conoce un poco desde antes…
- el asintió – cuando aquella vez nos encontramos con la madre de Hide en la
heladería, ¿recuerdas? – volvió a asentir, cambiando la expresión a cautela -
¿Qué fue lo que le dijiste de mí para que reaccionara de aquella forma? – él
volteó el rostro.
-
Para ser sincero yo no le dije nada
para que reaccionara de aquella forma… - lo miré dudoso – ella me había pedido
que nos reuniéramos para conversar sobre Hyde. A veces lo hacía, ya sabes… como
él no habla ella se preocupaba por él y me pedía reunirnos para que yo le contara
en qué estaba metido Hyde. Esa vez no iba a ser diferente. La invité a la
heladería donde nos encontramos con ustedes, solo estuve unos minutos con ella
a solas antes de verlos a ustedes y sí, me preguntó por ti, y le dije que eras
un chico sociable… pero ella no tenía una buena idea de ti desde antes.
-
Ya veo, entonces no fuiste tú él que
le dijiste esas cosas…
-
Creo que fue Oishi, Sakura… - lo miré
con cierta impresión, ¿cómo no se me había ocurrido? – Desde que le dije que
quería que fueras parte de la banda se comportó de manera extraña, no estuvo de
acuerdo, pero como tampoco había estado de acuerdo con el ingreso de Ken-chan.
Solo lo ignoré.
-
Así que no nos quiere ni a Ken-chan ni
a mí.
-
Creo que no los quiere porque son más
espontáneos, más… artistas que Hyde y yo. O al menos para mí es más claro que
ustedes tienen el carácter de artistas y son menos manipulables en cuanto a
música – se rió algo avergonzado.
-
Creo sinceramente que los cuatro
estamos al mismo nivel, si no hubiera creído que podía aprender de ustedes no
estaría aquí, créeme.– me sonrió sincero. – Pero sí, creo que es el carácter
nuestro el que para Oishi es un problema. – ni uno de los dos agregó algo más,
solo continuamos trabajando.
Cuando finalizamos
con aquella canción dimos paso a la próxima. Tetsuya nos había avisado que
Hide al día siguiente trabajaría por la mañana y él lo acompañaría, por lo que
debíamos grabar si o si la siguiente canción aquel día, y de paso, adelantar
otras dos. Fue solo entonces que comenzamos a sentir la presión. Ken fue el
primero afectado.
-
No me gusta como queda. – concluyó
luego de intentar y reintentar darle tonos con la guitarra acústica como único
acompañamiento de la siguiente canción.
-
Muéstrame – le pedí sentándome en el
piso para escucharlo concentrado.
-
Bien… Hyde canta Ushinaraweta nagame, por
favor – Hide asintió y se acomodó junto a él. Los rasgueos estaban bien,
sonaban bien, pero carecían de la profundidad que la letra buscaba. Solo
escuché la primera parte.
-
Ken-chan, definitivamente la guitarra
no es el acompañamiento ideal. – le dije.
-
Pero… habíamos hablado hacerlo solo
con guitarra, además de que primero escribí la melodía y luego agregamos la
letra. ¿Crees que debo cambiar la melodía? Encuentro que suena bien solo… algo
descuadrada…
-
Mmm… no… ¿Sabes tocar piano Ken-chan?
-
Ah… si, pero solo lo básico.
-
¿Y si lo intentas con piano? – Le
pregunté estando seguro de que podría sonar mejor.
-
Podría, pero me tardaría bastante en
adecuar las notas de guitarra al piano.
-
Eso puedo hacerlo yo, después de todo
ya tienes la melodía completa escrita.
-
¿Puedes?
-
Si. Dame la hoja, ya vuelvo. – Ken-chan me tendió la hoja, la tomé y me
puse de pie sin notar que me seguían. Fui hasta el mostrador.
-
Hola – le dije a la secretaria – Disculpe,
necesito grabar en un piano u órgano, ¿hay algún estudio que tenga uno? – le
chica me observaba de pies a cabeza, definitivamente le había gustado lo que
veía. En otra oportunidad le hubiera devuelto la mirada coqueta pero no me
sentía como el Sakura que solía hacer aquello.
-
En este piso, el tercer pasillo, la
última sala. Si no me equivoco es la 303.
-
Gracias – le dije sin volver a
mirarla, iba caminando hacia el pasillo cuando algo tiró de mi abrigo desde
atrás. Volteé y lo vi sonreírme. – Ah, Hide… ¿vendrás conmigo? –asintió. – Bien…
Cuando entramos,
encendí el equipo y conecté el órgano.
-
¿Ya tienes esta canción lista? – hizo
un gesto de más o menos con la mano, luego escribió algo en la libreta:
“Quería verte tocar”.
-
Ah… por eso viniste entonces… - él se
rió como un niño que acababa de ser descubierto en una travesura. – No me gusta
mucho tocar el piano, le tengo una especie de rechazo, pero es de las pocas
cosas que hago bien.
“No es cierto”, me
escribió. Le sonreí complacido.
-
Ven, siéntate conmigo. – ambos
quedamos en frente del instrumento y yo comencé a ensayar las notas que
Ken-chan había grabado y a transcribirlas en un tono más bajo o más alto para
que se ajustaran. Los ojos de Hide no se despegaban de mi rostro, ni siquiera
observaba mis manos, de pronto vi que asomó la libreta en mi dirección.
“Sabes tocar muy
bien…”.
Le sonreí.
No escribió nada más
mientras yo realizaba mi tarea. No tardé demasiado, tal vez quince minutos. La
toqué completa para saber si sonaba bien, Hide apoyó su rostro en mi hombro
mientras la escuchaba. Lo miré de a ratos, tenía los ojos cerrados.
-
¿Te gusta? –pregunté en cuanto terminé
y el asintió aún con los ojos cerrados. Lo miré unos segundos… no pude evitar
acercarme a él para besar su frente. Abrió grandes los ojos mirándome
sorprendido, luego desvió la mirada de mí, me reí de su timidez – Creo que iré por Ken-chan para que
ensayen la canción juntos antes de grabarla. – me iba a poner de pie, pero
entonces Hide me sostuvo desde el asiento. - ¿Qué pasa? – volví a sentarme mirándolo
curioso, estábamos muy cerca debido a que el asiento era pequeño, entonces
levantó un poco el cuerpo para besarme la mejilla, un beso suave que dejó un
cosquilleo en la zona. Esta vez fui yo el que desvió la mirada avergonzado. –
Esto… iré por él entonces - me puse de pie y salí de allí sintiendo que la cara
me ardía.
“Yasunori no tienes
trece años”, me quejé de mí mismo mientras caminaba rápido. Me sentía como un niño precoz.
En cuanto entré al
estudio dos pares de ojos me miraron curiosos.
-
Estás rojo – me dijo Ken-chan.
-
¿Ah? Ah… si… no es nada. Oye Hide está
esperándote en la ultima sala del tercer pasillo. Dejé las notas puestas en el
órgano, pueden practicar ahí y modificarla, tendrán más privacidad. Avisen
cuando necesiten grabar y con Tetsuya iremos.
-
Está bien – Ken-chan se puso de pie
aun mirándome extrañado.
-
Tengo la impresión de que tú y Hyde
son muy cercanos – comentó de pronto Tetsuya – No me mires así, no me molesta,
al contrario, me gusta ver a Hyde… acompañado.
- no supe que decirle. – Ah mira, las otras dos canciones que debemos
practicar ahora son estas – me tendió dos hojas – Aunque es tarde, no sé si
lograremos avanzarlas como deberíamos.
-
Aún tenemos tiempo, Tetsuya. – lo
tranquilicé.
-
¿Pero para grabar tres canciones hoy?
Lo dudo.
-
Pero no pasa nada, cumpliremos el
plazo, tranquilo. – lo vi realmente nervioso. Ojeé en tanto las otras
canciones, pero, aunque escuché la pista que ya tenían, no lograba reinventar
la batería para ellas. Ken y Hide nos llamaron dispuestos a grabar Ushinawareta
Nagame en ese rato, solo dos tomas y quedó perfecta. Lo miré embobado. Cuando
Hide se concentraba en cantar denotaba un aire que me producía cierta
admiración.
Los cuatro nos
sentamos a escuchar las canciones que teníamos, buscando afinar detalles y
discutiendo sobre ellas antes de avanzar con el resto, estábamos en medio de la
última cuando Tetsuya salió del estudio sin llamar la atención, ni Hide ni yo
le dimos demasiada importancia y continuamos escuchando.
-
Arg, me gustaría re grabar esta parte
– le dije a Ken-chan, indicando el final de Tsuioku no Joukei.
-
Hazlo, yo veo el equipo.
-
Gracias.
Me puse de pie y
afiné la batería, tenía el compas resonando en mi cabeza, le indiqué a Ken
cuando comenzar a grabar y toqué un matiz ligeramente distinto al final, solo
eran unos segundos de modificación. Me sentí orgulloso cuando logré tocarlo
exactamente como sonaba en mi cabeza. Cuando entré a la parte del estudio en
donde estaba el equipo, me encontré con que Ken-chan no estaba allí, y quien estaba
usando el equipo era Hide. Teniendo los audífonos puestos me indicaba con el
pulgar arriba que había estado perfecto. Le sonreí, parecía un niño jugando
presionando los botones.
-
¿Lo grabaste? – asintió – Y… ¿dónde
están todos? – Hide levantó los hombros sin saber qué responderme. De pronto me
comenzó a doler el estómago con fuerza, pero disimulé por dignidad – Espérame
un poco, ya vuelvo. – le dije. Él observó curioso como siempre. Por mi parte corrí
hasta el baño del piso y me senté con rapidez temiendo lo peor.
- Mierda – se me escapó mientras
colocaba una mano en mi estómago, el dolor era intenso.
- ¿Sakura? – escuché en el cubículo de
al lado. Era la voz de Tetsuya y sonaba incluso peor que yo.
- Si… ¿tú también? – le respondí.
- ¿Tetsuya, Sakura? – esta vez era la
voz de Ken.
- ¿Qué? ¿Tú también? – le preguntó
Tetsuya, los tres reventamos de la risa.
- ¿Qué mierda? – dije mientras me reía
con ganas. De pronto la puerta del exterior del baño se cerró con fuerza y
alguien más entró. Nosotros continuábamos riendo.
- Ay no me digan que…. – Ken-chan se
reía tan fuerte que no podía terminar de hablar – Hyde, si eres tú, toca la
pared del baño dos veces- pasaron dos segundos y escuchamos el “toc, toc” venir
del baño más lejano al mío. Todos volvimos a reír.
- No puede ser… ¿alguien nos intentó
envenenar? – les dije aún riendo por la risa contagiosa de Ken-chan.
- Los cuatro comimos del pastel de la
esposa de Oishi… - analizó Tetsuya – Estoy seguro de que fue eso.
- Envenenados por nuestro mánager – les
dije.
Nos quedamos en
silencio un momento, cada uno sufriendo en su propio dolor y haciendo un
esfuerzo por ignorar al otro.
- ¿Esto es cómico o trágico? – preguntó
Tetsuya.
- Ay… prométanme algo – dijo Ken-chan.
- ¿Qué? – le pregunté.
- Si llegamos a ser famosos algún día,
júrenme que nunca hablaremos de esto – todos volvimos a reír fuerte.
- Prometido – dijo Tetsuya.
- Lo prometo también – dije riéndome.
De pronto volvimos a escuchar el “toc, toc” de Hide, haciéndose parte de la
promesa, lo que nos hizo reír fuerte otra vez.
- Ay… esta será una larga tarde… -
concluyó Tetsuya con voz afligida.
Tal y como dijo
Tetsuya, se nos hizo eterna la tarde. Los cuatro nos sentíamos mal pero él que
se encontraba peor era Tetsuya que hasta tenía un poco de fiebre. Hide por su
parte se limitaba a no moverse demasiado, mientras que Ken-chan y yo
continuamos con las labores de grabación, sin embargo, no estábamos teniendo
buenos resultados.
-
Creo que debemos irnos… al menos yo me
siento muy mal… - dijo Tetsuya.
-
Pues si, también creo que deberías
irte. – le dijo Ken-chan – Y el enano también. Descansen.
-
Ustedes también, no sería justo que se
quedarán… - el sentimiento de líder de Tetsuya no le permitía dejarnos más
trabajo a nosotros. Yo miré a Hide un momento, me sentía algo cobarde de lo que
fuera a suceder entre nosotros cuando estuviéramos solos nuevamente. Mi culpa
era tan fuerte como mi ansiedad por su cercanía.
-
Creo que
me quedaré aquí… - les dije - Hay mucho que quiero hacer… a lo que ajustarme al
menos. – intenté ignorar la mirada dudosa de Hide, me avergonzaba darme cuenta
del poco control que tenía de mí mismo cuando se trataba de él.
-
Pero
Sakura, debemos descansar y mañana continuamos… - insistió Tetsuya.
-
No se
preocupen, si siento la necesidad de dormir dormiré, si tengo hambre comeré,
puedo sobrevivir, pero realmente necesito quedarme a trabajar y utilizar el
tiempo que nos queda o estoy seguro de que no terminaré mi parte a tiempo. Al menos
no de estas dos canciones…– Tetsuya me miró frustrado.
-
Tienes
razón Sakura, yo me quedaré contigo toda la noche si es necesario. – dijo
Ken-chan.
-
Pero
Ken-chan… - Tetsuya protestó de inmediato.
-
Hide y tú
conocen muy bien estas canciones, han sido siempre suyas y las compusieron en
grupo. En cambio para Sakura y para mí, son un poco ajenas, necesitamos
hacerlas nuestras y creo que es algo que solo conseguiremos trabajando los dos.
– lo observé con agradecimiento en la mirada.
Tetsuya finalmente suspiró y cedió.
-
Está
bien… Pero descansen cuando se sientan
casados, coman y traten de no romper nada.
– Hide soltó una risita.
-
¿De qué te
ríes enano? – le ladró Ken-chan.
-
De que no
me da confianza dejarlos a ustedes dos solos – respondió Tetsuya – Pero espero
que no rompan algo que no podamos pagar.
-
No
romperemos nada exagerado, ya márchense. – Ken se estiró en el sofá mientras
Tetsuya tomaba sus cosas para marcharse. De la misma forma Hide se colocó su
campera.
-
Entonces,
hasta mañana – se despidió.
-
Hasta
mañana – le dijo Ken-chan, Hide siguió a Tetsuya no sin antes dirigirme una
última mirada.
-
Adiós – le
dije sonriéndole y disculpándome un poco con los ojos, él desvió la mirada sin
siquiera hacer un gesto de despedida, aquello me preocupó, ¿Se había molestado? Escuché a lo lejos cuando cerraron la puerta subsiguiente a la sala y supe que
con Ken-chan nos había quedado completamente solos.
-
Oye…
relájate. Hide, digo Hyde, no morirá por quedarse solo una noche.
-
¿Ah? No,
no me preocupa eso, solo me extrañó que no se despidiera.
-
Aaah…
Hide, ash Hyde, es difícil de comprender. – Ken se quitó los tenis - ¿Te
molesta? – me preguntó antes de quitarse el segundo.
-
Claro que
no, ponte cómodo. – lo imité quitándome los míos. Suspiró relajado.
-
Esto… ¿te llevas bien con Hyde? – pronunció
“Haido” con dificultad aún reacio a la costumbre.
-
Si… y dime
Sakura. – le pedí notando que nuevamente durante todo el día había tenido cuidado
al momento de llamarme por mi nombre.
-
¿No has
tenido problemas viviendo con él, Sakura?
-
No, para
nada.
-
Ya veo, no
pensé que encajarías viviendo con él la verdad.
-
¿Por qué
no? – lo miré extrañado mientras lo veía dirigirse a la nevera.
-
Por el
silencio. La casa de “Hyde” – continuaba diciendo el nombre con dificultad, lo
que me sacó una sonrisa – Es muy silenciosa y en general él es muy silencioso,
y no me refiero solo a que no hable nada.
-
Si… la
verdad es que eso me asustó un poco al comienzo, pensé que no podría si quiera
ir al baño tranquilo con tanta tranquilidad – Ken-chan se río fuerte.
-
Tienes
razón, Hyde se enteraría de todo lo que hicieras.
-
Hasta con
detalles – ambos reímos mientras me pasaba una cerveza y se sentaba abriendo la
suya.
-
Pero
resultó ser cómodo. Hide me cedió una habitación así que tengo bastante
privacidad.
-
Cierto…
además que él tiene un baño privado en su habitación así que supongo que te
cedió el otro baño.
-
Hum… de
cierta forma si, aunque no he dejado mis cosas tiradas por allí aún, debo
comportarme al menos al comienzo – ambos reímos por mi broma.
-
Hide
también parece cómodo contigo – mencionó.
-
¿Ah? – él
se rió avergonzado.
-
Con
Tet-chan estábamos preocupados al comienzo… habíamos planeado conseguirte una
habitación y dividir tus gastos en cuatro partes y que cada uno aportara ya que
debíamos tomar la responsabilidad de haberte comprometido y que tú hubieras
aceptado venir hasta aquí – tomó un trago de cerveza y continuó hablando, lo escuché
atento – Estábamos algo complicados ya que ni Tet-chan ni yo estábamos en
condiciones de alojarte y a Hyde sinceramente nunca lo tomamos de opción, pero
en algún momento a Tetsuya se le ocurrió que sería lo mejor si él te alojaba.
-
¿Por qué?
– pregunte sin entender.
-
Porque
Hyde es muy cerrado, cuesta mucho que tome confianza con personas desconocidas,
tiende a rechazar a todo él que se le acerca, a tomar distancia y si queremos
trabajar juntos creemos que lo mejor es tenernos confianza y formar amistad…
por eso nos preocupaba. No solo por incomodarte a ti, si no que él es un poco
más susceptible y además como no habla, no dice qué le molesta… Pero vemos que
todo ha resultado bien, es más, él se ve un poco más alegre, o al menos, más
entusiasmado desde que llegaste. – procesé todo lo que me decía y me alegré al
notar que ellos a su manera si se preocupaban por él – Ah, Sakura, de todas
maneras, si tú en algún momento quieres buscar algún lugar donde quedarte,
siéntete en confianza de pedírmelo. Te ayudaremos entre todos.
-
No es
necesario Ken-chan, no aceptaría su ayuda si ese fuera el caso.
-
¿Ah? Ah…
Tet-chan me había dicho que vienes de una buena familia.
-
¿Qué? –
solté una carcajada - ¿Cómo sabe él eso?
-
Tet-chan
lo sabe todo. – podía escuchar aprecio en su voz.
-
No… es
decir si, sí tengo una familia con una buena situación económica, pero no me
jacto de eso, el dinero que traigo conmigo es el que me pagaban por tocar en
las bandas de las que ya saben. Desde hace muchos años que no le pido dinero a
mis padres.
-
Ya veo…
-
¿Cómo ha
ido todo con tu familia, Ken-chan? – le pregunté recordando la razón por la que
vivía con su novia.
-
No ha
pasado nada, aún no me hablan. – bebí un poco de cerveza y lo miré, no lo veía
afligido, pensé que era de las personas que escondía ese tipo de sentimiento.
-
Bueno… si
alguna vez quieres hablar o salir, solo avísame.
-
Descuida,
estoy bien. Sé que cuando nos comience a ir bien, verán que todo valió la pena.
Además, si solo no nos va bien, siempre puedo volver a buscar trabajo con mi
título universitario supongo.
-
Ken-chan,
nos irá bien.
-
Creo que
después de esta charla motivacional deberíamos comenzar a trabajar – ambos
reímos.
-
Bien, ¿con
cuál comenzamos?
-
La lista
no es tan grande…
-
Al menos tú
las conoces, así que decide cuál se te dificulta un poco, después de todo yo solo
las he escuchado aquí, aún no las reconozco.
-
Bueno, en
eso estoy un poco más avanzado. Cuando las aprendí al entrar a la banda las
modifiqué a mi gusto, aunque definitivamente no es nada muy elaborado… - ojeé
las hojas con las partituras y la letra.
-
La verdad
es que en general están buenas… aunque la letra no me gusta… están muy simples.
– confesé.
-
Hide, digo
Hyde, cambiará la letra de todas.
-
Ya… no
entiendo por qué te esfuerzas tanto en decirle “Hyde”
-
Él me
pidió decirle así, no quiere que nadie sepa su nombre ni nada sobre él – lo
miré extrañado, eso sonaba un poco difícil si los planes eran grandes – Mira,
esta parte me gusta mucho.
-
Voice…
¿escribieron todas en conjunto?
-
Las
preseleccionadas sí, pero de la gran lista que tenían de canciones cuando los
conocí… casi todas las compuso Hiro.
-
¿Hiro? Ah,
el guitarrista anterior. – Ken-chan asintió – Pero él solo componía la melodía
supongo.
-
No… Hiro
en general sabe tocar muchos instrumentos así que estoy seguro de que
compuso casi todo.
-
Ya veo…
pero si es tan talentoso, ¿por qué se fue?
-
No estoy
seguro, los chicos no me han dicho exactamente la razón, solo que fue su
decisión… Conociéndolo estoy casi seguro de que Hiro no se llevaba muy bien con
Hyde. – lo miré con dudas, ¿quién se podía llevar mal con Hide? – Te diré por
qué lo creo, observa las letras de estas que tenemos ahora, a ti no te gustaron
y ten por seguro que a Hyde menos. Sin embargo, nunca las cambiaron, hay
algunos arreglos de batería que tampoco me hacían mucho sentido y cuando le
dije a Pero, el baterista anterior, él me dijo que cuando quiso cambiarlo nadie
se lo permitió. Así que de alguna manera entendí que Hiro era un poco difícil
con respecto a ceder con cambios en las composiciones, incluso si no eran
totalmente suyas.
-
Ya… pero
¿lo conoces?
-
Sé quién
es, en general aquí es fácil conocerse entre músicos, al menos si pertenecemos
a las mismas generaciones.
-
Ya veo… Me
gustaría conocerlos… - Ken me observó con una mirada extraña de pronto pareció
acordarse de algo.
-
Oye
Sakura, hay algo que quiero preguntarte.
-
Dime
-
Bueno…
tenemos que grabar el disco aquí y luego movernos a Tokio para obtener el visto
bueno, ¿no?
-
Supongo…
-
Allá… tú
tienes una reputación muy grande… así que asumo que debes conocer a muchos
músicos… - asentí sin entender qué quería. – Quería saber… si me podrías
presentar… algunos guitarristas…
-
¿Ah?
-
Es que… no
sé si tendremos mucho éxito, pero me gustaría aprovechar de conocer a mucha
gente y aprender todo lo que pueda, así al menos si esto no resulta sentiré que
todo valió la pena.
-
Ken-chan…
- por primera vez desde que lo conocía me daba cuenta de lo duro que era para
Ken-chan pertenecer a la banda dejando todos sus planes de vida de lado, apostando
por un sueño de cierta forma. – Claro que sí.
-
Gracias –
me sonrió alegre y luego tomó un lápiz para ponerse a trabajar. Ken-chan era
muy trasparente de cierta forma, era imposible no tomarle aprecio. – Entonces, ¡manos
a la obra!