jueves, 12 de abril de 2018

Memorias en la Piel - Capítulo 11: Caídas


Convencí a Tazawa para que me dejara solo, él parecía no entender nada o tal vez solo aparentaba, la situación era tan confusa a mis ojos que hasta me parecía cómica.

Hide había dejado comida para los pequeños gatitos en la caja, me dispuse a servirles su comida especial de bebe y un poco de leche sin lactosa, no estaba seguro de si sería la indicada, pero era la única que tenía. Uno de los gatos comenzó a tener hipo y la verdad es que me enternecí tanto que lo tomé en brazos y lo acurruqué en mi pecho hasta que se durmió entre ronroneos.

-          Parece que ustedes serán una buena compañía para mí… o una buena distracción. – comenté hacía ellos, entonces uno maulló hacía mi en un tono que particularmente percibí como irónico y algo enfadado a mi comentario. Me reí de mi mismo porque intentaba descifrar los tonos de los gatos, lo que faltaba a mi confusión, que terminara en locura. 

A Hide le gustaban los animales más de lo que aparentaba, siempre me causó gracia la forma en que intentaba a toda costa parecer menos infantil, menos delicado y menos femenino, la verdad es que le salía muy mal, al menos para mí.
Suspiré, que extraño resultaba plantearme tener que despedir de admirar esos detalles de él… porque no volveríamos a estar juntos…

Alisté una cama para los gatos, basada en un suéter viejo dentro de una caja más grande.

Volvieron a tocar la puerta y ya cansado me dispuse a abrirla, con toda la sensación de “no quiero más visitas” escrita en los ojos, entonces vi a Tazawa parado en frente, con el cabello levemente mojado producto de una llovizna suave. Tenía un par de bolsos grandes a cada lado de la mano, no me dejó preguntarle nada, simplemente entró con ellos, haciéndome a un lado.

-          Traje algo de comida, si te quieres deprimir y ahogar tus penas, lo harás con el estómago lleno. – Me mostró una bolsa que traía aparte de los bolsos, olía a ramen, mi estómago de inmediato atacó con deseo.

-          ¿Qué haces aquí?

-          Te vine a cuidar. – dijo con una sonrisa convencida.

-          Tazawa, en serio, ¿Qué haces aquí?

-          Ya te lo dije, vine a cuidarte, me quedaré aquí hasta que te recuperes.

-          ¿Qué? No estoy enfermo.

-          Pero lo pareces, y créeme que con eso te hago un cumplido, porque tu aspecto es peor que eso. – abrió la bolsa y se encaminó a la cocina. –


El tiempo no se detuvo a esperar a Hide, ni a mí recuperación. Simplemente avanzó. Luego de mi segunda semana de encierro, Tazawa y Yuki me arrastraron de ensayo a ensayo, a grabaciones, a eventos… se podría decir que logré mantener mi espíritu tranquilo cuando estaba junto a mi batería. Me ayudó a resistir, aunque sabía que todos notaban que algo andaba mal, nadie preguntó, supuse que por advertencia de Tazawa o Yuki, y lo agradecí.

Un día  de tantos, luego de varias semanas de insistencia, Tazawa organizó nuevamente un almuerzo en conjunto con el staff, la idea era divertirnos, compartir, alegrar al depresivo de mí. Fuimos a un restaurante de comida Mexicana, pedimos una mesa para veinte personas y las charlas variadas comenzaron a hacerse presente mientras esperábamos la comida.

Los meseros colocaron sobre la gran mesa, los condimentos, comenzaron a preguntar por lo que llevaba cada uno y la respuesta general fue: chile. Todos reímos, todos llevaban “chile” para el toque picante.

Estaba contemplando por la ventana cuando entre el muchedumbre de murmullos uno destacó, haciendo que les pusiera atención sin demasiado intención.

-          Hablando de México, ¿Sabes quienes debieron cancelar su gira en la capital por el terremoto que hubo hace poco allí? – En frente de mí, un staff de nombre Karin preguntó a Yuki.

-          ¿One ok rock, no? – preguntó otro staff.

-          También, pero hablo de Vamps. – Volteé a mirarlo con algo de asombro. Tazawa y Yuki se miraron entre ellos, y por alguna razón el silencio se prolongó en la mesa, haciendo de aquella conversación la principal.

-          Oh si, leí ayer que la gira de Vamps va de mal en peor, al parecer en Estados Unidos no los trataron muy bien, se les ha agotado el tiempo, han tenido que recortar set list, problemas con pruebas de sonido y lo último que supe fue que habían viajado y habían llegado tarde…

-          Bueno… las giras en Norteamérica jamás son fáciles para los japoneses, no veo porqué les sorprende a todos, a muchas bandas las debieron pasar cosas peores que a Hyde y sus esclavos – Tazawa al parecer no había podido contenerse de escupir odio, con la sonrisa más cínica que le había visto.

-          Bueno si… pero es Hyde. – comentó Karin. – Imagina el mal humor que debe haber allí, con lo perfeccionista que es Hyde, debe estar de mal humor y todos los demás de los nervios…

-          Hablas como si lo conocieras bien. – Tazawa le comentó con algo de interés, no le gustaba nada que tuviera que ver con Hyde y casi pude estar seguro de que odiaría eternamente al staff si se enteraba de que era cercano a Hyde.

-          Jin, es del staff de Hyde, somos amigos, muy buenos amigos.

-          Oh, ¿Jin el sonidista? – preguntó Yuki.

-          Si… escribe diarios para publicarlos en su blog, apunta las ideas en una conversación de Line conmigo, me usa de agenda, así que me entero de todo.

-          Qué curioso…- comenté sin darme cuenta. Analicé en mi mente lo que dijo, mala gira, concierto cancelado… no quería ni imaginarme su estado de ánimo ni el de Kaz, que por lo que el mismo Hide me comentó, cada vez tenía peor carácter. Al parecer tenían diferencias y competencias de liderazgo, lo que no me parecía raro, cualquiera se volvería loco bajo la presión constante a la que sometía Hide a su banda, con tanta actividad, sin descansos y sin espacios.

-          ¿Qué te parece curioso Sakura? – me preguntó Tazawa en voz más alta de la necesaria a pesar de estar junto a mí.

-          Que tengamos a un amigo de Jin trabajando con nosotros. – mentí. – Trabajé varias veces con Jin, es un hombre muy… parlanchin. – dije dirigiéndome esta vez al staff, el cual rió. – Imagino que te debe marear con los temas de Vamps.

-          Si… me cuenta todo. – dijo finalmente. Le sonreí en respuesta, más de lo que había sonreído en todos esos días, algo que para Tazawa no pareció desapercibido.

-          Espero que el estar tan pendiente de otra banda, no te distraiga de tus quehaceres con esta. – Tazawa se había puesto serio, mientras el resto acomodaba la comida en la mesa, haciendo un esfuerzo por ignorar la actitud de Tazawa y su regaño hacia el staff. Keiichi que estaba a su lado, se rió fuerte.

-          Vamos niño, cálmate, ten, come un taco. – le dijo mientras le metía uno en la boca, casi a la fuerza. Tazawa se resistió pero tras el forcejeó se rindió y mastico el taco.

-          Que dócil Tazawa, necesitas a alguien así para que te dome. – le bromeó Yuki. No pude evitar reír por mientras me llevaba uno de mis tacos a la boca Tazawa respondió.

-          Ya tengo a quien me dome – soltó en un tono seguro mirando en mi dirección. Lo miré también, y estuve seguro de que mi cara fue un poema, todos me miraban, comencé a toser de forma desesperada al tragar el taco con la salsa demasiado picante. – Oh Sakura, ¿estás bien? – los ojos de Tazawa esta vez demostraban exagerada preocupación, mi mirada hacia él, fue de evidente reproche.

-          Si a mí Tazawa me dijera algo así, yo también intentaría suicidarme, aunque fuera con un taco. – esta vez habló Ikuo, haciendo reír a varios en la mesa. Tazawa solo lo miró con veneno en los ojos.

El resto de la velada, las cosas se pusieron más calmadas, cada vez que los temas de conversación iban en una dirección peligrosa, Yuki cambiaba el rumbo de todo, evitando que Tazawa volviera a hablar de más. Permanecí callado, demasiado en comparación a mi yo usual, sin notarlo me había vuelto antisocial.

Comenzaron a beber y Keiichi se levantó de la mesa, para excusarse, debía irse ya que se debía levantar temprano al otro día y ya era de madrugada, aproveché su escape para sumarme a él. Junto a nosotros el staff, Karin, pidió que le diéramos un aventón.

-          ¿No traes tu auto Sakura? – me preguntó Keiichi de camino al estacionamiento.

-          No, Tazawa pasa por mí en las mañanas…

-          Oh vaya… sí que están, esto, hum… “cercanos” últimamente… - su forma insinuante de hablar me hizo sentir incómodo.

-          Oye… con Tazawa no tenemos nada, pero me está obligando a venir…

-          No me des explicaciones, sé que tienes a alguien en tu vida desde hace mucho y esa persona no es Tazawa. – Lo miré con asombro, él me guiño un ojo y se subió al auto. Me quede inmóvil, sorprendido.

-          ¿Sakura no vienes? – Karin me observaba con curiosidad desde dentro de la parte de atrás del vehículo.

-          Si, si… - abrí la puerta de copiloto y me senté.

-          Karin – llamó Keiichi- ¿Mantennos al tanto de lo que ocurra con Hyde, si?

-          Oh, sí claro, como quiera jefe. – continué mirando con asombro a Keiichi. Quise preguntarle demasiadas cosas y el camino se hizo eterno mientras la curiosidad me comía, pero fue una buena distracción que estuviera allí Karin. – De lo único que me he enterado es que ha habido muchas discusiones entre la banda, por las dificultades tal vez, pero Jin teme una separación.

-          Oh… - fue lo único que salió de mis labios. La situación era grave entonces, comencé a preocuparme por Hide. Karin se bajó del auto un poco después de soltar aquello y nos quedamos solos con Keiichi.

Tomé aire y suspiré, aun me parecía sorprende que supiera. Abrí la ventana y encendí un cigarrillo.

-          Bien. Dime desde cuando sabes. – el sonrió, como si llevara esperando aquella charla por mucho tiempo.

-          Desde la primera vez que nos fuimos de gira y compartimos habitación… ¿será desde 7 años atrás?

-          ¿Qué? – Keiichi se estacionó para continuar hablando de forma más tranquila.

-          Dormías y decías “Hide… amor “además solo bastaba ver tu rostro cuando alguien aparecía y lo nombraba – Me sonrojé –… cuando se topaban de frente, eran realmente muy idiotas ignorándose y observándose de reojo, fingen muy mal.

-          No puedo creer que siempre lo supiste…

-          Ikuo también lo sabe.

-          ¿Ah? ¿Es decir que todos lo sabían?

-          Si. Sé que Yuki lo sabía, era el único que bromeaba contigo al respecto, Ikuo y yo hablamos sobre ello, ambos decidimos no decirte nada… notamos la actitud de Tazawa, y creímos que lo mejor sería no llevarlo a tener una catarsis de celos.

-          Oh ya veo… pues Tazawa ya lo sabe.

-          También nos dimos cuenta de eso y con verte tan deprimido, puedo suponer muchas cosas más.

-          Maldito viejo sabio y chismoso – le dije riendo. En la oscuridad Keiichi palmó mi pierna, ese pequeño gesto me llamó la atención, a pesar de ser buenos amigos jamás teníamos ese tipo de contacto.

-          Te doy mi apoyo Sakura. Lo digo en serio, sea lo que sea que necesites, puedes contar conmigo. – Me sentí incomodo, jamás tenía ese tipo de momentos con personas que no fueran Hyde.

-          Gracias…. – respondí en un susurro. Keiichi notó mi incomodidad, rió ante ello y puso en marcha el auto, en tan solo un par de minutos silenciosos, llegamos a mi casa. Lo invité a pasar, pero él se negó.


Entre a casa siendo recibido por los afectuosos gatitos que corrieron hacía mis pies. Me senté en el suelo junto a ellos, les había tomado tal afecto, que quise que se quedaran conmigo para siempre.

Saque mi celular del bolsillo y vi que no era demasiado tarde, usualmente en aquellas comidas con el staff yo bebía demasiado, pero con Tazawa cerca, no quería perder nuevamente mis sentidos bajo sus cuidados. Los pequeños gatos se acobijaron uno junto al otro, haciendo una pequeña bolita para dormir entre mis pies, me pareció adorable y tomé una foto. Pensé en subirlas a mis redes sociales, pero luego se me ocurrió algo mejor.

Abrí el chat de Hyde en la plataforma Line, envié la foto y escribí luego:

“Te esperaremos… hasta que quieras regresar.”

Sentí una punzada en el estómago producto de los nervios cuando los minutos comenzaron a pasar y yo aún conservaba el celular en la mano… definitivamente, mi esperanza me comía lentamente, envié el mensaje esperando por su respuesta, pero al parecer no estaba conectado, y pensé que tal vez jamás me respondería de todas maneras. Decidí dejar el celular a un lado antes de volverme loco.

Busqué entre mis ropas una playera de él para dormir, encontré una color purpura que Hide solía usar cuando estaba en casa, la olí.  Mi nivel de anhelo hacía él me estaba asustando, ¿Y si perdía la cordura?

Busque a todos los gatitos y los metí en la cama conmigo, junto a su madre, quien ronroneaba feliz ante mis torpes caricias en su lomo. Coloqué almohadas alrededor de la cama, por miedo a que cayeran los pequeños gatitos y finalmente me recosté junto a ellos. Observé mi celular una vez más, no había recibido nada… solo un par de llamadas de Tazawa, las que no me importaban en lo absoluto.

La puerta sonó. Puse los ojos en blanco, estaba seguro de que era Tazawa, molesto porque no le habría contestado las llamadas, conociendo su insistencia creí que lo mejor sería abrir la puerta y tratar de sacarlo pronto de la casa. Llevando la playera purpura y ropa interior abrí la puerta.

Allí estaba, Tazawa.

-          Hola, otra vez. – saludé. Miraba al suelo, por mi mente paso la idea de que tal vez creyera que estaba molesto por su actitud en la comida, lo que me dio ideas para realmente hacerme pasar por enfadado y así sacarlo más rápido de casa.

-          ¿Puedo quedarme a dormir aquí? – susurro bajito, aun observando mis zapatos.

-          ¿Qué? Claro que no. –  Lo observe con determinación y él estuvo seguro de que yo no cedería, permaneció en silencio. Iba a cerrar la puerta y volver a la cama cuando volvió a hablar.

-          Un amigo… murió… no quiero estar solo. –  Eso cambiaba las cosas.

-          Oh… ya veo… pues… ¿No puedes quedarte con Yuki?

-          ¡Sakura! Que malo eres… - hizo un puchero en mi dirección, y ese pequeño insecto de la atracción que habitaba en algún lugar de mi estómago, me mordió.

-          Bien… está bien…  puedes dormir en el sofá, pero no hagas ruido y duérmete ya, yo estoy cansado. – Lo dejé pasar, y tratando de ser lo más frío posible, le di la espalda y me dirigí a mi habitación.

-          ¿Dónde están los gatitos? – lo escuché preguntar desde mi espalda.

-          Dormirán conmigo. – cerré la puerta.

¿Era necesario ser tan duro con Tazawa? Probablemente no, pero su presencia automáticamente activaba mi defensa.

Tal vez lo quería, pero la verdad era que no quería quererlo… me resistía a entregarme al sentimiento que en aquel preciso momento me tenía con el corazón en la mano, esperando una señal.

Me metí a la cama y cerré los ojos.

Mañana sería otro día…




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~ Hyde




Salí del bus que utilizábamos para movilizarnos durante la gira, me sentía completamente hastiado del ambiente, de los problemas, de la banda, de mí.

No quería continuar gritándole a los demás, las relaciones estaban tan tensas que se podían cortar con facilidad y eso me preocupaba… llevábamos tantos años juntos como banda, tantos proyectos y planes e ideas, que temí arruinarlo… no solo aquella responsabilidad cabía en mí, pero sentía que si yo tomaba las decisiones correctas y una actitud positiva, el estrés del grupo era considerablemente menor.

Por petición mía el chofer había aparcado frente de una plaza, en alguna parte de San Francisco,todo  parecía naranja bajo la luz del atardecer. Bajé con una cajetilla de cigarros en la mano y un encendedor… llevaba mucho sin fumar, pero pocas veces sentí que lo necesitaba a ese nivel, el pensar en la sensación de fumar, me producía un pequeño temblor de necesidad.

Me senté en una pileta sin agua, y encendí el cigarro.

Me sentía tan molesto que mi cabeza dolía.

Saqué el celular de mi bolsillo para distraerme mientras fumaba.

36 llamadas perdidas. Nada preocupante, siempre me llamaban, revisé los registros, no eran de nadie demasiado importante para mí. Posiblemente eran invitaciones a algo que diría que no.

17 mensajes en Line. Revisé quienes los habían enviado, unos familiares deseando buenos deseos y varios más que decidí ignorar, hasta que llegué a uno que había sido enviado aproximadamente 4 horas atrás, el destinatario era Sakura.

Lo abrí.

Una foto de los pequeños gatitos durmiendo uno sobre el otro, me enterneció, debajo había un mensaje:

“Te esperaremos… hasta que quieras regresar.”

Dejé escapar un bufido. ¿De qué otra forma se podía reaccionar ante una situación así? Me sentí de pie en medio de un lugar en donde nada era seguro… él me había llevado hasta esa situación y mi enfado, rozaba más la decepción que la molestia.

No dejaba de preguntarme por qué… y al mismo tiempo, era consciente de cuánto lo quería, de las ganas que tenía de abrazarlo y de que todo entre nosotros estuviera bien… Continué observando la fotografía y en ese preciso momento otro mensaje entró en la mensajería de Line.

Su remitente era desconocido, pero creí saber de quién se trataba en cuanto vi la fotografía de Sakura, junto a los gatitos y un mensaje debajo:

“No te preocupes, los cuidaré bien.” Había escrito Tazawa debajo de la fotografía, rompiendo un poco mis pensamientos anteriores y haciéndome enfadar.

Así que estaban juntos… debían ser las 4 de la madrugada en Japón y estaban pasando la noche juntos. Me llené de rabia en tan solo un segundo, de aquel tipo de rabia que te llena los ojos de lágrimas frustrantes.

Observé nuevamente la foto, Sakura dormía en mitad de su cama, los gatos esparcidos a su alrededor, no parecía que cupiera nadie más allí. Además… llevaba puesta una playera mía, un pequeño detalle que me sacó una sonrisa y para mis adentros sentí que él continuaba perteneciéndome.