jueves, 14 de septiembre de 2017

Pati Pati May 1998














B-PASS May 1998










First Kiss- Capítulo 11:

-Hola…  wow hace mucho que no te veía… te hable a tu celular hace un par de días pero nunca contestaste…- dijo y entonces noto claramente el semblante de Hyde a través de la reja de la puerta -

¿Qué tienes?... ¿estás bien?-

Gackt se apresuró a abrir la reja al ver que el otro lloraba. Jamás pensó que algo así sucedería, que el chico al que le pagaba por sexo casi cada fin de semana, llegara un día a su casa totalmente destrozado, pero no le importaba, porque hacía ya demasiado tiempo en que sus puertas siempre estuvieron abiertas para él, y solo para él.

Para ese chico que sin saberlo él mismo, había conocido hacía ya tanto y lo había cautivado desde la primera ocasión… aquella en que era tan diferente al Hyde actual.

 Lo guió hasta la estancia de su enorme casa, que generalmente estaba vacía, y lo invitó a sentarse.

-¿Qué te pasó?- dijo sobando su espalda despacio. Por la hora que era, y ya que el ojiazul no esperaba visitas, el lugar estaba a media luz, tan solo iluminado por los enormes ventanales.

-Siento hacerte esto, sé que no te importo… pero… no tengo a donde ir…-

-No, está bien no me molesta… cálmate…-

-De verdad… discúlpame…-

-Oye… ¿sabes?, de verdad no me molesta… estaba solo hoy y…- pensó entonces un poco -… aún tengo de ese té de Inglaterra que no me aceptaste… ¿quieres una taza?-

Hyde sonrió enternecido por sus palabras y secándose las lágrimas asintió con la cabeza.

Minutos después mientras sostenía la humeante taza de té, le contó todo lo que había sucedido a su habitual cliente, y él le escuchó atento y tratando de ser comprensivo. Sabía que tal vez no era la persona adecuada a quien debía contarle su vida, pero se sentía en confianza con aquél hombre, quien siempre lo había tratado bien y definitivamente necesitaba desahogarse con alguien, necesitaba hacerlo para prepararse a lo que venía.

-¿Y qué vas a hacer?- Gackt se preguntaba si realmente amaba tanto a ese sujeto como para dejarlo a pesar que se sabría destrozado.

-Voy a hacer que se aleje de mí…-

-¿Cómo vas a hacer eso?... no puedes manejar lo que sienten otras personas, y si él te quiere tanto como me has dicho, no creo que con que tú le digas que ya no lo quieres se conforme y te deje… él va a luchar por ti…-

-No si se da cuenta de que realmente no soy lo que él cree que soy.-

-¿Vas a mentirle?- asintió con la cabeza el menor.         

-Voy a hacer que se sienta tan decepcionado de mí, que jamás querrá volver a verme…-

Unos días después Sakura comenzaba a preocuparse, pues sabía que si no solucionaba pronto su situación económica, ni siquiera podría pagar las colegiaturas de sus hijos. Afortunadamente la casa era suya, y tenía dinero ahorrado para cualquier situación como esta, pero al ser una familia de clase media, el trabajo día a día le haría falta. Había solicitado un par de entrevistas pero se las negaron sin siquiera buenas razones, aunque no le sorprendía. Sabía que se enfrentaría algo así, y que todo era obra de su antiguo jefe, pero lo que más le afectaba era que Hyde siguiera con esa horrible actitud. Ni siquiera le abría la puerta del departamento, y comenzaba a sentir más que tristeza, desesperanza y coraje…

“¿Por qué luchar tanto? Si él no quiere luchar por mi… por estar juntos” solía pensar Sakura, pero trataba de no hacerlo, y comprender a Hyde, puesto que la situación también era difícil para él.

Por tercera vez ese viernes marcó el número de celular de Hyde, resignado a escuchar el timbre hasta cortarse la llamada, pero para su sorpresa esta vez la voz de su pequeño, bastante desanimada contestó al otro lado de la bocina.

-¿Bueno?-

-¿Hide?...-

-Ah… eres tú…- Sakura no pudo evitar sentirse mal ante tal respuesta.

-Si… tan solo yo… tal vez esperabas a alguien más pero bueno… es lo que hay.-

-¿Qué pasa?-

-¿Cómo qué pasa?... llevas días esquivándome.-

-No es verdad.-

-Por favor… no lo niegues… mejor dime que pasa… escucha sé que esto es difícil para ti, pero también lo está siendo para mi ¿Sí?... tan solo deja que enfrentemos juntos esto, ¿por qué te alejas de mi?-

-Sakura… yo, la verdad es que quiero que terminemos… es lo mejor para ambos…- dijo con un tono de voz fastidiado, como si le diera jaqueca tan solo oír su voz, y Sakura sintió como si estuviera en la orilla de un abismo, y se acercara a su fin.

-¿Sakura ah?... desde cuando volviste a llamarme así.- dijo llevándose una mano a los ojos y presionándolos, sintiendo que iba a flaquear en cualquier momento.

-Desde que me di cuenta, que no eres lo que quiero… escucha, no puedo decir que no te quiero, eres lindo, lo nuestro fue lindo pero es que… si no te hubiera conocido jamás lo hubiera vuelto a ver… ya no me importa si te importan tus hijos, o si te importas tu mismo, pero yo me importo… no quiero sufrir más y contigo es todo lo que he hecho. Tan solo terminemos por lo sano ahora.-

-¿Me estás culpando de lo que pasó?-

-No quiero culpar a nadie solo digo que si no estoy contigo estaré mejor, si me quieres un poco tan solo acepta esto, con madurez.-

-Hide… tu y yo nos amamos… como puedes si quiera pensar en separarnos, yo no quiero, escucha tenemos que hablar.-

-Ya no quiero hablar, esa es mi decisión, y sabes bien que cuando decido algo, lo hago. Simplemente aléjate de mi ¿sí?-

Sakura escuchó aquellas frases y fue como si de repente le hubieran arrebatado toda la ilusión que sentía. Todo lo que había planeado para un futuro ahora ¿dónde estaba?... no podía entender, ni siquiera podía creer que Hyde realmente fuera tan frío… no… ese no era su Hide, él que lo besaba con dulzura y le decía que lo amaba, el que se portaba engreído y luego sonreía para él.

-No puedo hacer eso… iré a tu casa esta noche ¿sí?... iré  a unas entrevistas de trabajo, y luego iré a verte, por favor no finjas que no estás.- dijo y colgó la llamada evitando así que Hyde pudiera negarse incluso aquello.

No quería hablar con él por teléfono, no un asunto tan importante. Si Hyde quería de verdad terminar con él debería hacerlo después de escuchar lo que él ya tenía planeado decirle desde hacía días, mirándolo a los ojos, esos que no le mentían, y que  a pesar de todas las palabras podría entender.

Cuando cayó la noche, Sakura condujo aprisa hasta el departamento de Hyde. Aquél que tantas veces visito con alegría, y al que en esta ocasión acudía con un nudo en la garganta.

Tocó un par de veces la puerta pero nadie abrió, y cuando estuvo a punto de ponerse a gritar hasta que Hyde saliera se dio cuenta que no tenía la traba puesta.

Algo en su interior le decía que no debía entrar, que tendría que ignorar aquello y volver al día siguiente, y al siguiente, hasta que fuese Hyde quien abriera la puerta, pero… él ser humano es como una pequeña pieza metálica, que se siente atraída por la curiosidad como si esta fuera un imán, por seguir a los sentimientos en vez de a la cabeza, cuando a veces no debería ser así.

Entró al cuarto que estaba en penumbra y al momento Pocky comenzó a rascarle las piernas y mover la cola emocionado de tantos días de no haberle olfateado.

Se preguntaría después como fue posible que no escuchara los ruidos en la habitación contigua, pero tal vez tan solo había hecho oídos sordos, al creer más en lo que se ve que en lo que se escucha.
En esos momentos no sabía que sentimiento dominaba en él, si era la tristeza, la humillación, el coraje… o ese sentimiento de que todo en su vida estaba perdido ahora.

Hyde estaba en aquella cama que había dicho era solo de ellos dos, con un par de sujetos que lo hacían suyo al mismo tiempo, y que ni siquiera se inmutaron ante la muda presencia de Sakura.

Notó los ojos de Hyde posarse a penas sobre él, pero continuó gimiendo cuando desvió la mirada, y comenzó a rogarles más, de la misma forma en que lo hacía con él. El tipo que estaba sobre él lo tomaba fuertemente y acariciaba su piel vehementemente, haciéndole hervir la sangre al pelinegro. 

“Él es mío… es mío…” pensaba y mentalmente se adentraba en aquella habitación y se los quitaba de encima y los golpeaba hasta más no poder. Sin embargo cuando se dio cuenta había caminado al lado opuesto y se había dirigido a la puerta recargándose torpemente sobre las paredes.

Se sentía el ser más estúpido del mundo, aunque aún dentro de su corazón había un pequeño destello que le decía que Hyde realmente le amaba, era más el coraje y la decepción, y se culpo a sí mismo de haber pensado que alguien como él, realmente era diferente y se habría enamorado de él, y había sido sincero.

Cayó sobre el piso deshecho y fue cuando se dio cuenta que ya lloraba sin poder más. Estuvo largo rato allí con la mente en blanco, con un zumbido en la cabeza que le impedía escuchar todo lo demás.
Una mano tibia en algún momento se posó en su hombro, y no tardó en darse cuenta que era la de Hyde. “Es su mano, es su tacto… su calor… solo yo podría distinguirlo entre miles de personas” pensó y se sintió aún más derrotado.

-Sakura yo… no pensé que vendrías de verdad… lo siento es que…-

-Cállate…- dijo y Hyde ante el hecho alejó su mano -… ¿cómo puedes decir que lo sientes? ¡No seas sínico!- le gritó, o al menos eso creyó que había hecho.

Se puso de pie sintiéndose aún débil. Como si toda su fuerza en esos momentos fuera el amor que sentía por Hyde y se lo hubieran arrebatado.

El castaño tenía el pelo desordenado y vestía tan solo aquella bata blanca que usaba para cobrarle a sus clientes y despedirlos. Sakura no pudo evitar ver las marcas en su cuerpo, en el blanco cuello y en los hombros que se asomaban incitantes entre la tela… aquellas marcas que no eran suyas… y un pequeño rastro de sangre recorriéndole los muslos.

-Es que no pensé que… Sakura yo traté de decírtelo pero…-

-¡¿Pero qué?! ¡Carajo Hyde!... – golpeó una de las paredes dejando pequeñas manchas rojas que provenían de sus nudillos.

-Vas a lastimarte… dijo Hyde serio.

-No más de lo que tú lo has hecho…- le miró con desprecio y  Hyde desvió la mirada -… ¿Qué me falto?... ¿En qué te falle Hyde? Si lo di todo por ti… si eras lo más importante… ¿dinero? ¿Es eso? ¿¡Quieres dinero maldición?! Me dejaste por sucio dinero.- le gritaba de una forma tan dolida que por un momento Hyde estuvo a punto de parar aquella farsa y suplicarle perdón… pero aunque Sakura le odiase siempre, él lo amaba más que nada.

-¡Sí!... ¡Si es eso! Querías que lo dijera pues allí esta… ya lo había dicho, y pensé que tal vez podría cambiar pero no… ¡qué quieres si así soy yo! No quiero dejar mi vida, no quiero dejar este trabajo, tan solo quiero que te alejes de mi y dejes de hacerme dudar de lo que soy.-

-¡Tú no eres esto maldición! ¿Dónde está Hide? ¿Dónde está mi Hide?- Sakura lloraba como Hyde jamás lo había visto.

-Ese es solo tu Hide… lo que tú querías creer…-  le dijo frío y mirándolo tan serio que Sakura ni siquiera pudo dudarlo -… yo no te amo… perdóname, pero no logré hacerlo… perdón por mentirte… perdóname, pero es mejor que te vayas ahora.-

-Jamás pensé… que realmente fueras tan falso…-

-La gente nunca es cómo quieres creer. Perdóname, solo puedo decirte, que me arrepiento, de lo que pasamos juntos… porque lo único que conseguimos fue que tu salieras herido… y de verdad lo siento.-

Sakura rió sarcásticamente, mientras el rastro de agua salada continuaba bajando por sus mejillas.

-Yo jamás… jamás me arrepentiría de haberte amado tanto…- volteó a verlo entonces mientras trataba de ponerse sereno -…recuerdas que quería verte… ese día que me despidieron, que dije que necesitaba verte…-

-Dijiste que pasarías en la noche.- contestó Hyde con calma y entonces vio a Sakura hurgar en el bolsillo derecho de su saco y voltear a verlo con esos ojos rojos de tanto llorar que tanto le dolían por saberse el culpable de su tristeza.

Sacó una pequeña cajita negra, y a Hyde se le partió el alma cuando se dio cuenta de lo que era.

Sakura sonrió apenas y tomó una de las manos de Hyde para entregársela. Sostuvo por algunos momentos la cajita y la mano de Hyde entre las suyas y dejó caer un par de lágrimas más.

-Sé que dijiste que el día que te propusiera casarnos no te volvería a ver pero… aún así…- dijo con dificultad y entonces tuvo que soltar su mano para secarse el rostro -… fui un idiota ¿cierto?… ahora debes sentir lástima por mi… “pobre sujeto, realmente se ilusionó conmigo” eso has de pensar ¿cierto?...-

Hyde tan solo se quedo en silencio y dejo de mirarlo pues pensó que no aguantaría mucho y lloraría aún más que el otro y se lanzaría a sus brazos y le diría que aceptaba, que el también quería pasar su vida al lado de un hombre tan bueno y tan maravilloso. Pero eran tan solo sueños, sueños como siempre los había tenido pero que nunca se cumplirían, y este que tal vez podría cumplir, sería muy egoísta si lo hiciera. Sakura estaba mal ahora, pero él saldría adelante porque tenía a su familia, debía seguir por ellos, y un día olvidarlo y sabía que eso no sería difícil.

Cuando Sakura pudo calmarse un poco pararon sus lágrimas y suspiró recuperando la compostura.

-Quédatelo… si lo tengo yo jamás podré deshacerme de él… tú al menos podrás venderlo… es un anillo barato… pero, pensé que era valioso por todo el amor con el que te lo daría…- dijo y sentía que volvería a flaquear -… discúlpame por no haber pensado que sería mejor comprar uno caro… discúlpame por no poder ser lo que tú querías porque… al menos yo… jamás podré perdonarme a mí mismo.-

Lo miró por una última vez, tal vez no era la imagen que quería recordar de él, pero tampoco se perdonaría no haberle mirado a los ojos en esos últimos segundos. Salió cerrando la puerta tal y como estaba antes de llegar, sin siquiera decir adiós pues no lo soportaría. Subió a su auto sin saber siquiera como se levantaría al día siguiente, sin saber que le diría a sus hijos, o tan solo a sí mismo para no sentir tanto dolor. Le hubiera gustado sentirse enfadado consigo mismo, por haberse enamorado de una clase de persona como lo era Hyde, pero ni siquiera podía hacerlo. Estaba seguro que no habría a nadie a quien amara tanto como lo había amado a él.

Hyde cayó al piso en cuanto la puerta se cerró, en cuanto pudo dejar de fingir y se sintió libre de hacerle más daño a su Sakura que tanto amaba.

Lo veía feliz en un futuro, con un buen trabajo y sacando adelante a sus hijos, y tal vez con una linda chica, una bonita y dulce, que fuera decente, que no rebajara a mierda a Sakura como él lo hacía tan solo por ser él.

-Oye… ¿estás bien?…- preguntó un tanto desconcertado uno de los sujetos con quienes había estado, quién al escuchar toda la discusión se había vestido y estaba decidido a irse, pero le remordió la conciencia dejar al chico tan afectado.

-Tan solo váyanse…- le dijo el castaño sin parar de llorar, y el hombre volteó a ver a su acompañante quién le alzó los hombros expresándole que no tenía idea de que hacer.

Sin embargo las alternativas eran pocas, y la más fácil era la que proponía Hyde así que no tardó mucho más en quedarse completamente solo en el departamento. Junto las rodillas contra su pecho y lloró sin sentir que se detendría en algún momento. Pocky jugaba con una de las tiras de su bata jalándolo insistentemente, como tratando de hacer que se pusiera de pie, como si de alguna forma pudiera entender lo mal que estaba, lo triste que se sentía, y quisiera animarlo. Sin embargo Hyde ni siquiera le prestaba un poco de atención, de no ser por excepción de ese momento en que pensó que lo mejor sería deshacerse de él o los recuerdos lo invadirían y terminarían por estrujarlo.

En algún momento se quedó observando la pequeña caja negra. Le parecía increíble que la primera vez que tuvo en sus manos una de esas fuera en una situación así y hubiese terminado llorando. Pese a que sabía que solo se lastimaba, tal vez en el fondo era un tanto masoquista consigo mismo, y sin importarle nada más la abrió descubriendo el pequeño aro de plata que había dentro.

Era precioso, para Hyde realmente lo era “¿Cómo puede decir que es barato?” pensó mientras se daba cuenta de la calidad de aquél objeto, y se sintió aún más basura cuando pensó en que seguramente habría gastado sus ahorros, y en la enorme sonrisa que debió haber tenido cuando pagó sin importarle nada, pensando en él… en esa vida juntos que definitivamente era imposible, pero que si no lo fuera habría sido tan deslumbrante que ni siquiera lo hubiese creído.

-Perdóname…- sollozó apretando la joya contra su pecho y jadeo sintiéndose deshecho. Sentía como si el mismo se hubiera hecho miles de pedazos y no pudiera volver a estar entero jamás.

Pasó lo poco que quedaba del día allí, echó ovillo sobre el piso, sintiendo como el frío le entumía brazos y piernas, pero definitivamente nada le dolía más que lo que acaba de hacer. Y al mismo tiempo, pensaba que durante toda su vida era la única cosa buena que había hecho, la única vez que había pensado en alguien más que en él, sin importarle las consecuencias.

Pasaron tal vez un par de semanas, Hyde había comenzado a dejar de contemplar el tiempo, le daba igual si pasaba un día o todo un mes, para él era lo mismo.

Lo único que esperaba día con día era que las llamadas de los clientes no dejaran de llegar o moriría de hambre… “tal vez eso sería mejor”… solía pensar entre ratos. Desde lo ocurrido a pesar de que había vuelto a su vida como era antes de conocer a Sakura el sentía como si trajera una enorme carga en su espalda.

Definitivamente las cosas pequeñas que antes le traían alegría, ahora eran nulas, y estaba por más decir que cada día le costaba más el hecho de venderse. Después de haber estado con Sakura, de probar lo delicioso de sus besos, y sentir lo diferente que era hacer el amor con alguien, quedarse recostado entre sus brazos, y sentir ese calor, cada que uno de esos tantos hombres sin nombre lo tocaba le hacía sentirse sucio… más de lo que alguna vez se pensó.

Sakura por su parte, trataba de notarse fuerte y como si nada lo afectara, pero hasta Yuuri podía notar que las cosas andaban mal y ninguno de sus dos hijos lograban que su padre se desahogara un poco al menos. Erika ni siquiera había podido saber que había pasado, porque había terminado con Hyde, y tan solo podía escuchar a su padre sollozar durante las noches, cuando no lograba conciliar el sueño por pensar tan insistentemente, en cierta figura delgada y de blanca piel.

Había conseguido un empleo, tal vez igual que el que antes, no mejor ni peor, pero a diferencia de antes, se encerraba tan solo en ello. Se refugiaba en sus casos y en las 4 paredes de su oficina, ya que si no mantenía la cabeza metida en problemas ajenos, se adentraría en los suyos y se daría por vencido.

Aquella tarde de principios de Diciembre, justo cuando estaba a punto de salir del trabajo a su celular marcó un número desconocido para él. Contestó dudando un poco, pero seguramente sería una llamada equivocada.

-Bueno…-

-Si ahmm… ¿Sakura?- no, la llamada no estaba equivocada, “no reconozco su voz” pensó y se preguntó quién le estaría buscando con ese nombre. Solo sus conocidos le llamaban así, tan poco formal.

-Si… ¿Quién habla?- preguntó para salir de dudas.

-Mira, tú no me conoces pero yo a ti sí, me llamo Gackt Camui, y sé que esto sonará extraño pero… tan solo no cuelgues ¿sí?… soy un amigo de Hyde.- cuando escuchó aquél nombre de la persona en quién había estado evitando pensar todos esos días la piel se le puso de gallina e inevitablemente su semblante pareció decaer más de lo que ya estaba.

-Ah… bueno… yo ya no tengo nada que ver con él, siento que no pueda ayudarlo, no sé nada de él actualmente.- pensó que tal vez aquella persona buscaba una forma de contactarse con él, sin embargo estaba muy equivocado.

-No yo… no estoy buscándolo a él… necesito hablar contigo, realmente es algo importante.-

-Mira ¿sabes qué? No quiero ser grosero… pero cualquier cosa que trates de decirme sobre él, no quiero saberla, tan solo estoy tratando de borrarlo de mi vida así que, no gracias.- dijo recargando su frente en la palma de su mano y con un tono de voz fastidiado.

-No, escucha es que… debes saber lo que te voy a decir, sé que… sé que estás decepcionado y que no quieres saber nada más de él, pero… aunque sé que me odiará si te cuento lo que pasó, yo siento que esto no puede continuar así.-

 -Así es como lo quiso él, yo tan solo quiero seguir con mi vida y olvidarlo, no hay forma en que quiera volver a tener nada con él…  así que, ya, olvídalo. De verdad no quiero saber nada más de él, y siento si es grosero pero voy a colgar.-

- No Sakura por f…- fue todo lo que alcanzó antes de efectivamente colgar el teléfono. Tal vez en algún otro momento de su vida habría escuchándolo que el sujeto tenía que decirle, pero se sentía ya demasiado débil como para seguir luchando, ya no quería intentarlo de nuevo. Había dejado toda esperanza de tener una linda relación con Hyde, en ese departamento en manos de esa persona a quién creyó reconocer en algún momento pero que realmente no lo hacía.

Cuando la noche cayó, tanto que el cielo ya era totalmente negro, Sakura recogió sus cosas y decidió regresar a casa, tal vez aún alcanzaría a cenar con sus hijos y eso le daría algo de ánimo. Pero lo que no sabía era que ni siquiera llegaría en poco tiempo allí.

Un hombre alto, más alto que él, de cabello rubio y ojos azules, como sacado de una película extranjera estaba recargado en su auto cruzado de brazos y con una expresión que parecía de angustia.

-¿Sakura? ¿Eres Sakura cierto?- lo abordó de inmediato sin que el otro pudiera impedirlo.

 -¿Y tú eres?-

-Hable contigo por teléfono hace rato.- Sakura se impaciento con su respuesta, no se explicaba porque tenía que acosarlo tanto, incluso ir a su trabajo, esperarlo a que saliera. Para que si quien tendría que buscarle sería Hyde no él.

Esquivo al sujeto y abrió la cajuela para arrojar allí su maletín.

-Dije que no quería escucharte.-

-Dije que es importante.- le tomó entonces del brazo siendo un tanto brusco y Sakura se cabreo al momento quitándose de su agarre.

-Mejor lárgate.-
-¡Tienes que escucharme demonios! Hyde está en problemas.-

-Ja… que problemas podría tener… ¿se le acabaron los clientes? ¿Está engordando? O tal vez no sabe como terminar a otro imbécil que se enamoró de él.- decía mientras volvía a caminar alrededor del auto y se subía en el asiento del conductor.

-El único imbécil aquí eres tú…- dijo elevando la voz e impidiendo que Sakura cerrara la portezuela -… Hyde te ama, y si tu realmente lo hicieras te hubieras dado cuenta que el mentía.-

-¿Qué el mentía? Por favor… no es algo que él hubiera tan solo dicho, yo lo vi…- se bajo entonces del auto y golpeó el toldo bastante enfadado -… ¿Cómo puedes hacerle y decirle esas cosas a alguien que amas? Con esa mirada… tan fría, tan vacía.-

-¡Porque te amaba demonios!... Aquél día él fue a mi casa y estaba destrozado, y todo lo que podía pensar no era en él, sino en ti, en tus hijos… “¿Qué va a hacer Sakura?” “¿Qué pasara con los chicos?” “Ese sujeto no lo dejara nunca” “Yo les voy a arruinar la vida”…”y yo no valgo nada”… “y yo lo amo tanto”-

Sakura agachó la mirada cuando el rubio le dijo todo aquello. ¿Realmente seria verdad?... se sintió más maldito por dudarlo.

-Eso era todo lo que decía, y por más que yo traté de ayudarle, de decirle que yo le ayudaría, que le quitaría a su padrastro de encima… él… se siente una basura junto a ti… ¿y no puedes comprenderlo?-

-Yo siempre le dije que él era lo más preciado, y aún así, el decidió alejarse…- dijo con un tono de voz más bajo y Gackt pareció enfadarse.

-Y tú lo dejaste como un gran idiota… ¿sabes? Cuando me dijo de esa forma tan desesperada, y tan dolida, que haría que te decepcionaras de él, y lo dejaras… por tu bien… yo deje que lo hiciera, porque si yo realmente amara a alguien, de ninguna forma me decepcionaría. Sabría lo que esa persona es… y tontamente creí que tú no te dejarías llevar por todo ese teatro, que alguien como me contaba Hyde que eras, sabría lo necesitado que esta… que aún debajo de esa apariencia arrogante, él se siente tan insignificante… que eres demasiado para él, que te sentía tan brillante, y tú… tú qué dices amarlo no pudiste verlo. Yo que estuvo con él un par de veces en la cama puedo decirlo, y tú que lo amas… aunque lo digas… las cosas no solo con decirlas basta. Debes demostrarlas y tú te rendiste cuando el más necesitaba que fueras fuerte, pero sabes que, al diablo… parece que estoy hablando contra la pared. Hyde piensa que no te merece… pero yo creo que el que no merece a alguien como Hyde eres tú… tú y tu conformismo… y tu mediocridad.-

-Yo…- trataba el pelinegro de concordar palabras, pero tan solo se había quedando pensando en todo lo que el rubio había dicho. Tal vez, tenía razón, en el fondo sabía que él tenía razón. Al igual que aquella vez cuando Hyde había tratado de abrirle los ojos a Sakura con su mujer y él lo había humillado de esa forma, y no le importaba porque pensaba que Hyde era fuerte, que era engreído y no le habría afectado, más sin embargo le partió el corazón.

Al igual que esa vez, Sakura pensaba sobre Hyde lo que realmente no era, se sentía un idiota que había estado ciego. Que no había querido ver lo débil que era su Hide, lo fácil que se desmoronaba, y como aún a pesar de ser de arena luchaba por mantenerlo en pie a él, como incluso tomaba arena de su propia alma y la cedía aquél castillo que él creía lo más maravilloso.

-Él toma el té conmigo a las 6 en punto… cada día más decaído… cada día más delgado, más ojeroso, y con la sonrisa más desvanecida… cada vez habla menos… cada día me mira menos. Y sin embargo siempre está allí…- dijo Gackt sintiendo lo ojos húmedos -… siempre, cada día, menos hoy… ¡Menos hoy!... ¡Y no sé dónde demonios está! Y no sé dónde buscarlo, y tocó en su puerta y nadie me abre…y… y acudí a la persona menos indicada. ¡Si él se muere mejor para ti ¿cierto?!  Deja de escudarte en cómo es él, y acepta por una vez que eres un cobarde que no puede ser su apoyo.-

El chico dio media vuelta entonces y comenzó a caminar hacia un auto bastante bonito estacionado del otro lado de la calle.

Mientras Sakura lo veía caminar, se preguntó si realmente quería ir tras él. Si quería buscar a Hyde, o regresar a su auto y conducir hasta su casa, continuar llevando esa vida tan amarga que ahora sentía tan vacía. Pensó en que sentiría si algo malo le pasara a Hyde, si se enamorara de alguien más… en todas las posibilidades. Por primera vez desde que se separaron pensó realmente en eso. Aquella escena de Hyde entre esos dos sujetos se le vino a la mente, y luego pensó en aquellas veces en que se acurrucaba entre sus brazos diciéndole que lo amaba… que lo amaba más que a nada… sus mejillas sonrojadas, y su expresión tranquila… y se preguntó en qué momento realmente mentía.

Definitivamente no podía haberle mentido entonces, en esos momentos en que se volvían uno solo, y realmente sentía el corazón de Hyde latiendo fuertemente. Pensó entonces, en que aquello lo había hecho para alejarlo de él y se dió cuenta que si así había sido… todo lo que su pequeño habría sufrido… cuanto lo había deshecho cuando le dio la espalda y se alejo de él.

-¡Espera!...- le gritó y puso la alarma de su carro para cruzar la desolada calle siguiéndole -… ¿dónde lo has buscado? ¿Llamaste a su celular?-

Gackt se desconcertó un tanto ante aquella pregunta, pero se dio cuenta en la mirada decidida de 
Sakura, que estaba dispuesto a arreglar las cosas y pensó un poco antes de contestar.

-Fui a los lugares donde solemos ir juntos… a su departamento… a la veterinaria donde trabajo los fines de semana… y si, si le llame pero me manda al buzón…-

-¿Llamaste a su celular mientras estabas en su departamento?-

-¿Eh?… no… ¿por qué?-

-Si esta allí su celular sonaría dentro, no puede estar en otro lado.- le dijo y ambos se dirigieron al auto donde decidieron regresar al pequeño departamento que Hyde habitaba.

Cuando llegaron, como había dicho el sujeto la puerta estaba cerrada, pero esta vez estando allí Sakura marcó el celular de Hyde y el modesto ringtone se escuchó dentro.

-Él está allí dentro...- dijo guardando el aparato y comenzó a golpear fuerte la puerta -… ¡Hide!¡Hide ábreme, ¡Sé que estás allí!- estaba exaltado y entonces Gackt trató de detenerlo.

-Tal vez solo no quiera ver a nadie cálmate.-

-No… no… ocurre algo, algo está mal. Tengo este sentimiento en el pecho, tenemos que entrar.-

-Bajaré a ver si el portero tiene llaves del departamento.- dijo él y entonces dejó al pelinegro solo golpeándola puerta y llamando a Hyde como loco.

Minutos después Gackt subió con una chica que decía ser la encargada cuando el portero estaba fuera, y tenía un juego de llaves de los diferentes departamentos.

-No sé cuál sea…- dijo refiriéndose al montón de llaves que tenía en una enorme argolla-… y no puedo dejarlos entrar sin el permiso del dueño del departamento, a menos que sea una emergencia…- dijo entre nerviosa y preocupada y ambos sujetos entendieron su desconfianza. Gackt entonces tomo la palabra.

-El sujeto que vive allí es nuestro amigo, y sabemos que está en problemas porque no llego a una cita con nosotros. Su celular esta dentro y creemos que algo paso, por favor créeme, esto es una emergencia.-

La chica  se mordió el labio inferior dudando entre que hacer, pero al final la cara de preocupación de Sakura le hizo pensar que realmente eran dos chicos preocupados por su amigo.

Tardaron un tanto en encontrar la llave correcta pero al final lograron entrar al lugar. Estaba todo a oscuras y Gackt por un momento pensó que en realidad Hyde no estaba allí, sin embargo Sakura notó de inmediato que cierta bola de pelos no le saltó a los pies como siempre y cuando escucho el lloriqueo del perro este lo llevo a la puerta del baño.

Ladraba y rasguñaba la puerta de aquél cuarto que era el único con luz en la casa.

Sakura entro rápidamente y se sintió tan desesperado que se dio cuenta lo idiota que había sido por haber abandonado a Hyde.

Este yacía hecho ovillo en la tina de aquél cuarto, completamente empapado y tenía la ropa rasgada, lo que le daba a ambos hombres una idea de lo que había pasado, y cuando Sakura se acercó notó las enormes heridas en sus muñecas y toda la sangre a su alrededor, haciendo que entrara en pánico.

-Hide…-

-Llama a una ambulancia…- le dijo Gackt a la chica quién estaba bastante afectada, pero de inmediato asintió y salió de la habitación.

-Hide…- musitaba apenas el pelinegro quien de inmediato lo sacó de la tina sintiéndose desesperado -…Hide… ¿Qué hiciste?... ¿Qué hiciste?...- le repetía una y otra vez mientras le abrazaba protectoramente y comenzaba a llorar y Gackt supo que no saldría del shock y él era quien debía hacer algo sino quería que sucediera una tragedia.

Tomó una playera que estaba sobre uno de los muebles, lo suficiente delgada como para romperla en dos tiras gruesas y le ordenó a Sakura casi gritándole que le ayudara a amarrarlas alrededor de sus muñecas.

Gackt sabía que no aguantaría mucho, pensaba en que pasaría si moría antes de poder llegar al hospital y se sentía igual de desesperado, pero trataba de mantener la calma pues debía haber alguien con la cabeza fría allí.

Sakura lo mantuvo abrazado todo el tiempo, fuertemente, sintiendo como poco a poco se enfriaba y se sentía morir con él al pensar que se iba.

En una de sus manos aún portaba el anillo que Sakura ya creía habría vendido, pero no, lo tenía, y lo apretaba fuertemente aún a pesar de todo, haciéndole saber, que todo lo que Gackt había dicho había sido verdad, que realmente lo amaba, y que todo lo que había hecho había sido por él, y se sintió devastado.

No supo cómo pudo ser tan imbécil, como pudo alejarse sin más, ahora que realmente lo estaba perdiendo, se daba cuenta que no quería vivir en un mundo donde estuviera él, donde no tuviera su cariño.

Le veía tan pálido y sabría que si algo le pasaba jamás se lo perdonaría. No le importaba ya lo que hubiera pasado, ni siquiera le importaba si realmente Hyde quería dinero, que ahora sabía que no era así, tan solo quería estar con él, verlo sonreír de nuevo, abrazarlo y sentir su calor… si él no lo quería entonces lo observaría de lejos todo el tiempo, asegurándose que estuviera bien, pero… no quería, no podría vivir ya sin él.

-Hide… por favor… no me dejes…-