lunes, 12 de diciembre de 2016

Intenso

-      Oye… ya es hora de despertar pequeño.

-          Mm.

-          ¿Hyde?

-          Mm.

-          Despierta Hyde, ya son las 3 de la tarde.-  dijo la voz con dulzura.

-          Mm.

El se rio de mí, yo aun estaba grogui.

-          Por la hora que es… ¿Qué no tienes hambre?
                                                    
“Buen punto” pensé, despabilando. Ni siquiera pensé en si realmente tenía hambre, “la comida no se niega” decía mi madre.

-          ¿Hambre? - dije mirándolo con los ojos entrecerrados por el exceso de luz que había de repente.
-          Iré por tu comida, siéntate en la cama por favor y no te vuelvas a dormir. – dijo con una sonrisa, mientras se alejaba en búsqueda de comida.

Yo solo Asentí. A medida que me iba sentando iba despabilando y recordando, donde estaba, con quien estaba y porque estaba ahí.

Cuando por fin recordé todo el día anterior, suspire.

Necesitaba pensar. Pensar en que estaba sufriendo crisis de angustia, algo que solo había visto que existía en series norteamericanas. Pensar en que las cosas no están bien. Pensar en que… en que bello durmiente carita rayada alias Kaz, me provocaba algo.

Necesitaba alejarme para pensar y analizar aquello, no era posible que otra vez volviera a tener sentimientos por un hombre, no me pasaba desde… desde Sakura. No, no quería repetir esa historia. No quería recordar aquello tampoco. Sakura fue siempre mi desgarro emocional. Y yo no quería más de ese tipo de cicatrices. Necesitaba alejarme, pero maldita sea, no quería.
Durante meses sentí un molestar agudo y constante en mi mente, en mi corazón. Un dolor permanente en mi pecho. Todos los días, durante todo el día, no había descanso de esa maldita sensación. Hasta anoche, que por fin sentí paz. Y en ese preciso momento la sentía también, me sentía tranquilo, incluso con todos esos pensamientos molestos, mi pecho no dolía, mi corazón latía ligero.

No me podía dar el privilegio de enamorarme cuando me sentía tan vulnerable, eso me haría dependiente y también era una experiencia que ya había conocido con Sakura. Antes de continuar buscando razones para sentir miedo, llego Kaz-kun con una bandeja en las manos.

-          No cocino a menudo, pero me he esforzado. – Dijo sentándose frente a mí y colocando la bandeja en mis piernas. Entonces si me dio hambre, la comida se veía exquisita y el olor…

Antes de pensar si quiera en agradecer, ataque el plato. Y no respire hasta cuando ya casi me había comido la mitad. Fue entonces cuando levante el rostro para mirar a Kaz-kun y darle las gracias, pero no dije nada al notar que me veía prácticamente petrificado.

-          Tú… ¿no pasas hambre verdad? – pregunto preocupado, sus cejas casi se juntaban, “sus cejas son bonitas” pensé.

-          ¿A qué te refieres?- pregunte sin comprender a que se refería.

-          Comes como una bestia a eso me refiero… ¿desde hace cuanto no comes? Si yo hubiera sabido que te tragarías así el plato no me hubiera esmerado en tratar de que quedara delicioso para ti, no creo que lo hayas saboreado si quiera. – Su tono sonaba serio pero su expresión era de impresión. “Una contradicción inconsciente;  El es una persona interesante” pensé. 

-          Oh lo siento. – no supe otra cosa decir, no sabía si él estaba realmente molesto o sorprendido, interpretarlo no era fácil. El rio bajito. Yo me sonroje un poco, aunque no deje de comer, no paraba de repetir en mi mente que se había esforzado para cocinarme a mí.

-          ¿Eres siempre tan adorable? – “No al comer” pensé.

-          Soy el que dibujo en tu rostro ayer, recuérdalo.- dije con la boca llena de comida y metiendo mas con el cubierto.

-          Incluso eso es adorable Hyde. Aunque verte comer así, no sé si lo es.

-          Lo siento, pero sí de comida se trata esta más allá de mi autocontrol.


El rio esta vez mas fuerte y se recostó en la cama frente a mí, me observo muy concentrado mientras yo devoraba la comida que quedaba en el plato, cuando terminé limpie mi boca con una servilleta y sintiéndome satisfecho palpé con la mano mi estomago mientras sonreía, en señal de extrema felicidad.

-          Es primera vez que alguien duerme en mi cama - dijo de repente.

Yo pensé en mi respuesta. Pero como me suele suceder cuando analizo que decir, no dije nada y solo me sonroje. Me sentí apenado por todo el día anterior, aunque gracias a todo aquello obtuve un momento de tranquilidad que anhelaba desde hace tiempo, seguía sintiendo vergüenza por dejarme ver tan débil.

-          ¿Hyde?

Lo mire como respuesta, aun no quería hablar, sentía calor en mis mejillas y me sentí inseguro por el tono que mi voz tendría, no quería que el notara que me gustaba, no quería que el notara que le necesitaba para calmar mi angustia.

Yo guarde silencio.

-          ¿Estás pasando por un momento difícil, verdad? –

Esa pregunta no me la esperaba.

Baje la mirada.

¿Qué se supone que le respondería? ¿Qué todo aquello que me hacia feliz ya había dejado de hacerlo? ¿Qué me sentía enormemente incomprendido, alejado del mundo real y completamente solo? No. No había logrado sacar esas palabras fuera ni siquiera conmigo mismo.
Pero entonces el pregunto:

-          ¿Es difícil verdad? – Yo lo mire a los ojos como preguntando a que se refería.

¿A qué se refiere? ¿El sabe por lo que estoy pasando?

Continúe sin decir una palabra, ahora estaba asustado no quería estar tan emocionalmente expuesto a él.

-          Mantenerse en pie… cuando te sientes así.

Es todo.

 El sabía lo que yo estaba pasando. Claro que lo sabía, el había calmado mis sollozos.

 Sentí vergüenza y baje la mirada.

“Yo no soy débil. Yo no soy débil” me repetía mientras sentía mis ojos humedecerse, ¿la razón? Ya ni la sabia, era difícil incluso para mi comprenderme, tal vez era la sensación de sentirme expuesto, o tal vez la de sentirme comprendido, o la necesidad de sacar mi tristeza que a ratos me ahogaba, yo estaba enojado con el mundo. Cuando se tiene tal confusión en la mente y el corazón, no hay un orden, simplemente se explota y volví a hacerlo, una vez más, frente a él.

El me abrazo.

Uno de sus brazos rodeo mi espalda y con su mano acaricio mi cabello. Apoye mi frente en hombro y trate de retener el dolor, aunque no podía contener uno que otro sollozo, aun podía contener las lágrimas, apreté las manos y cerré los ojos con fuerza. “No debo llorar así” “El no debe sentir lástima por mi” fue exactamente lo que pensé. Pero entonces el dijo
-          Ya déjalo ir, o te pasaras toda la vida cargando una tristeza que no te mereces.

Sus palabras me hicieron romper en llanto.

El me abrazo hasta el último sollozo.

Realmente el abrió una puerta ese día, por la que todo aquello que dolía, se fue.

Después de unas horas en sus brazos, volví a sentir esa paz de la noche anterior. La tristeza que me había consumido no estaba, la sensación de vacío permanente en mi pecho ahora era reemplazada por un sentimiento de calidez, sentía mi corazón grande.

El me distrajo cuando noto que yo ya no tenía más lagrimas por sacar. Me conto de su vida, de su familia, de su profesión, de su música. Yo reí con sus anécdotas, el era muy culto, muy apasionado también, lo veía en sus ojos. Su sonrisa era tímida a momentos, y sus manos seguían sin alejarse de mí.

Le conté sobre mí, sobre mi música, sobre mis sueños, sobre la fama… el parecía no conocer mucho de mí pero si conocía la existencia de la banda, conocía a Tet-chan y a Ken-chan, no eran amigos, solo colegas. El hecho de que no me reconociera como un famoso hizo sin duda alguna que mi trasparencia hacia él fuera aun más grande, no había nada que aparentar frente a él y eso me hacia feliz. Me daba la confianza para mostrarme más natural. Me arrepentí de no decirle mi verdadero nombre en cuanto me lo pregunto, pero eso era solo un detalle, ya habría momento de contar secretos.

Al notar la sensación de autenticidad que me brindaba estar junto a él, quise hacer y decir todas aquellas cosas en que la fama y la mantención de una reputación me limitaban. Quise entregarme a lo que sentía.

Si, tenía miedo de volver a enamorarme, pero ya no quería seguir sintiéndome tan solo. Además, lo necesitaba a él, en más sentidos de lo que creí que existían.

Al estar sentados frente a frente él podía ver mis ojos y en una de las pruebas más grandes de conexión que he experimentado, el supo de inmediato mis intenciones.

Y sentí que me correspondía.

Yo no podía dejar de mirar sus labios, eran finos y me atraían lentamente. Mire a sus ojos buscando consentimiento para besarlo, pero sus ojos también estaban observando mi boca, sentí que el también me necesitaba, lo leí en su cuerpo, en sus manos acercándome más a él.
Mientras nuestros rostros se acercaban, saboreé su aliento y podía mi estomago contrayéndose poco a poco, m e sentí temblar.

Entonces lo bese.

Jadié al primer contacto con sus suaves labios, lo bese como nunca había besado, con delicadeza, con gratitud, con admiración, dios. Me gustaba tanto. Y sentía que lo conocía y que él me conocía a mí y me aceptaba. Al verdadero yo.

Sus manos recorrieron mi rostro mientras su lengua acariciaba con ternura la mía, sus besos eran suaves y los sonidos que producían me hacían ruborizar, nunca me habían besado con tanto afecto.

 Poco a poco nos recostamos en la cama, el estaba sobre mí, besándome, su lengua demandando más de mi.

Me concentre en su sabor, en sus movimientos, en la manera en que su cuerpo rozaba el mío mientras me besaba. Mis manos perdieron la conexión con mi mente, y comencé a tocarlo, lo deseaba.

Acaricie su estomago por debajo de su ropa, quería sentir su piel.

Mientras sentí su lengua recorrer mi labio inferior, roce mis uñas por su estomago, el emitió un gruñido. Le gustaba. Le gustaba lo que yo hacía, le gustaba yo.

Beso mi cuello, y mientras yo enredaba mis dedos en su cabello él comenzó a tocarme bajo la ropa. Fue entonces cuando quise deshacerme de toda ella, me sentía arder. Pero no quería parecer ansioso, aunque claramente lo estaba.

Hubo un pequeño choque de dientes que nos saco risas, definitivamente estábamos ansiosos. Las risas marcaron el momento exacto en el que él me desprendió de toda mi ropa y sin mirarme aún desnudo por completo, se dio el tiempo de atender cada parte de mi cuerpo.

Primero el cuello y los hombros, mordía y besaba mientras sus dedos acariciaban mis piernas, cada vez más cerca de lo que era una evidente erección.  

Atendió mi pecho, lamiendo y mordiendo mis pezones, también los presiono entre sus dedos e hizo suaves círculos con su pulgar alrededor de ellos.  El placer en el que me sumergió era tanto que para cuando volví un poco a la realidad, él ya se había quitado la ropa. Yo reí. Quería poder alejarme y contemplarlo desnudo pero él tenía el mando y yo lo disfrutaba.

-          ¿De qué te ríes? – pregunto divertido.

-          Estas sin ropa… no sé en qué momento te la quitaste- volví  a reír.

-           Tenías los ojos cerrados. – Dijo besando mi estomago, bajando poco a poco.

Me ruborice un poco, no sé cuánto tiempo estuve con los ojos cerrados, ni siquiera podía controlar lo que hacía o los gemidos que se me escapaban.

-          Hyde - Me llamo desde en donde estaba, a la altura de mi ombligo.

-          ¿Sí? – Lo mire sonrojado, su sonrisa era grande y sus ojos brillaban.

-          Eres muy hermoso. – Sentí aun más calor en las mejillas.

-          No digas eso… me apenas.

El rió una vez mas y paso su lengua por mi estomago, cosquillas.
Tuve pequeñas convulsiones y una risa histérica salió de mí.

-          Lo siento. – dije tapando mi boca para evitar reír como idiota eufórico.

-          Adorable.- dijo con voz tierna.

Se alejo un poco para observarme, yo estaba completamente desnudo a su merced. No pude evitar cohibirme.

-          Insisto, eres hermoso. – dijo al mismo tiempo en que tomo mi erección con sus manos y comenzó a masturbarme. Ante el primer contacto no pude evitar sacudirme en la cama, ante el movimiento de su mano, no pude evitar gemir fuerte.

-          Aah… - los sonidos se me escapaban.

-          Eres muy receptivo pequeño.- comenzó a rozar la punta de mi erección con sus dedos.
-          Mm… aaah…

-          Abre las piernas para mi.- sin dudar lo hice. Yo ya no pensaba, yo no estaba. Mi mente estaba en algún mundo diferente, sumergida en placer.

El posiciono su rostro entre mis piernas y comenzó a lamer mi erección, la sensación al sentir su húmeda lengua alrededor de mi miembro, me hizo abrir por inercia aun más mis piernas.

Yo estaba perdido en las sensaciones ya, cuando dos de sus dedos entraron en mí, dilatándome lentamente mientras su lengua hacia de las suyas con mis testículos y mi erección.

-          Uhhhmm… Kaaaz… kun.- Sentí su sonrisa mientras él me lamia.

La tortura continuaba y continuaba, sus dedos cada vez entraban más profundo y su boca se movía cada vez más rápido alrededor de mi miembro, cuando presiono sus mejillas alrededor de mi erección, sentí el pre liquido salir…

-          Eres muy sabroso, es primera vez que saboreo a alguien. – dijo lamiéndose los labios que brillaban con mi pre esencia.

-          Rayos, eres muy apasionado.- le dije mirándolo a los ojos, la vergüenza se había ido, yo quería mas.  Baje la mirada hasta su gran erección, mordí mi labio disfrutando previamente de lo que prometía su cuerpo. El me miro a los ojos durante unos momentos y con una mirada comprensiva pregunto:

-          ¿Quieres hacerlo?... no ocurre nada si quieres arrepentirte en este momento.
-          No seas tonto, muero por hacerlo en este momento.- Respondí ansioso. - Házmelo... ya, por favor.- agregue con tono suplicante.

En mi interior, agradecí inmensamente que se preocupara por si yo quería hacerlo.

-          A sus órdenes… - dijo posicionándose sobre mí, esta vez su rostro estaba a la altura del mío, iba a poder ver sus expresiones mientras se hundía en mi y eso me hizo feliz, quería verlo enloquecer, quería escuchar sus quejidos excitados en mi oído, quería todo el recuerdo de esa noche para siempre en mi memoria. Mis piernas le rodearon sus caderas y posiciono su erección entre mis piernas, cuando pude sentir rozar su miembro entre mis piernas, el sello el momento con una confesión.

-          Me gustas Hyde y mucho. – Dijo al momento en que se hundía en mí.

-          Ahhhh… - hundí mis uñas en su espalda, sabía que tenía que responder a sus palabras, quería hacerlo, pero él estaba dentro de mí y ya no podía concentrarme en nada que no fuera aquello.

Cuando entro más profundo, mi espalda se arqueo, sus movimientos lentos y considerados eran deliciosos.

-          Hyde – Jadeo. – ¿Estás bien?  

-          Si… mm... muévete con libertad, hazme tuyo.- Yo quería más. Yo quise más desde que su lengua toco la mía al primer contacto, lo deseaba.

-          Hyde… mm…- Susurro como respuesta a mis palabras.

Mantuvo los movimientos lentos pero constantes, yo levante mis brazos en una señal de descontrol total, ya no sabía que hacía. El mordió mis pezones en ese momento. Su lengua saboreaba por aquí y por allá.

-          Ah! Kaz… mmmm…. – Comenzó a moverse más rápido, mis piernas se abrieron aun mas, recibiéndole cada vez más adentro, mi erección era rozada por nuestros estómagos, y era sumamente estimulada mientras él me embestía.

El hundió su rostro en mi cuello mientras se movía rápidamente, yo comencé a temblar.
-          Hyde… Hyde… Hyde...- susurro en mi cuello, yo estaba en el cielo.

-          Ah... mm... más rápido Kaz… más rápido…

Comencé a sentir el sudor salir por montones mientras Kaz se movía más rápido, mi estomago sudaba, mi pecho, mi cuello, mis piernas, todo era demasiado húmedo, Kaz besaba mi cuello y yo sentía su frente sudada cerca de mi rostro, podía sentir el exquisito olor de su sudor.

-          Hyde… eres exquisito...- murmuro. Otra vez, telepatía compartida.

-          Kaz. Kaz. Kaz. – Decía a medida que él se movía, quería decirle lo mucho que me gustaba, pero si no lograba articular una oración completa en mi mente menos lograría decir algo coherente - ¡Dios! ¡Kaz!

En ese momento algo toco en mi, sentí como una parte de mi palpitaba y no era la usual. Si había estado perdido hasta ese instante, lo que sentí a continuación fue muchísimas más extremo, todo en lo que podía pensar era en esa parte de mi cuerpo que él estaba embistiendo, quería abrir aun mas las piernas, pero no podía. El calor subía y subía…

-          Oh, mierda Kaz!- grite, completamente perdido en el éxtasis que se aproximaba. El noto que había tocado la parte más sensible de mi cuerpo. No se alejo de ese punto, al contrario, embistió más fuerte. Sus jadeos se hicieron más sonoros, levanto su cuerpo un poco y nos miramos a los ojos, yo apenas podía mantenerlos abiertos, pero no quería perder detalle de sus expresiones.

Vi los músculos de sus brazos sudados, su pecho… él era hermoso. El me poseía.

Comencé a moverme frenéticamente junto con él, yo solo respondía a sus estímulos, yo solo quería más y más. Entonces el lamio sus dedos y los posiciono en la punta de mi erección, haciendo círculos y friccionando con una leve presión que me hizo tocar una vez más el cielo.

Fue entonces cuando sentí la explosión desde la parte trasera de mi cuerpo recorrerme por completo, el sonido que salió de mi boca en ese momento, fue un verdadero balbuceo. Algo de lo que me avergonzaría más tarde, quizás.

Mi cuerpo no respondía, yo temblaba por completo, mis piernas, mis brazos, mi espalda, todo en mi convulsionaba y Kaz aun atendía mi erección, era demasiado para mi, Kaz seguía envistiendo, Kaz seguía tocando, Kaz seguía besando y mordiendo y chupando.

Y el segundo orgasmo llego. Otra vez, desde la misma zona.

-          Ahah… diooooooooos.- Mis piernas cayeron víctimas del cansancio, Kaz se sentó en la cama de rodillas embistiéndome, posiciono una de mis piernas en su hombro y la otra la mantuvo a la altura de su cadera, con la mano libre masturbo mi erección, que se sentía a punto de explotar también, entonces el comenzó a mover su mano más rápido y solo fue cuestión de segundos para que mi liquido blanco se dejara ver entre sus manos.

-          Kaaaaaaz… Mmm…

-          Hyde. Ah! Aaaah….  - Entonces él llego a su orgasmo con los ojos cerrados, y su boca abierta, vi temblar su labio, sentí temblar su cuerpo al igual que el mío, sentí su liquido caliente dentro de mi resbalar por mi trasero, Kaz dio una última embestida y retiro suavemente mi pierna de su hombro, no antes sin besar tiernamente mi pie.

Entonces saco su miembro húmedo de mi interior con lentitud.

-          Auuh…- sentí dolor. Un dolor agradable. Una pequeña picazón y un vació.

-          ¿Duele?- Dijo en un jadeo, ambos estábamos aun con la respiración entrecortada.

-          Está bien… mmh... Esta muy bien.- Dije mirándolo insinuante, el soltó una carcajada y se recostó a mi lado, esta vez el posiciono su cabeza en mi pecho.

-          Tu corazón quiere salir de tu pecho Hyde.- Yo también lo sentía así.  Me miro dulcemente. – Eres adorable, ¿te lo dije verdad? – Más calor en las mejillas.

-          Gra...gracias… - el abrió sus ojos de impresión.

-          ¿Aun te sonrojas? ¿Incluso después de hacer el amor de la manera en que lo hicimos? – Su sonrisa me gustaba, su tono al preguntar me gustaba. Su miraba me encantaba.

-          ¿No te gusta? No lo puedo evitar…

-          Me gusta. Solo me sorprende, pero me gusta mi Hyde, me gustas.

“Mi Hyde”  “Me gustas”… Creí que lloraría, estaba muy feliz, me sentía correspondido. Había llegado el momento de responder.

-          Tu también me gustas Kaz-kun… yo… es primera vez que hago el amor así… gracias… por todo, por ayer, por hoy… por los detalles, me gustas. ¿Lo dije verdad? – Me sentí nervioso, como un chiquillo frente a su primer amor.

El me miro sonriendo, y se acerco para darme un casto beso. Luego se alejo un poco para continuar mirándome a los ojos, yo lo observaba embobado. El se percato de que mis manos aun temblaban a causa del orgasmo, tomo mi mano derecha, la acerco a su rostro y comenzó a besar muy suavemente las yemas de mis dedos, mirándome en todo momento a los ojos, yo lo miraba sorprendido. Nunca vi a alguien hacer eso.

Luego se acerco y beso la punta de mi nariz.

-          Eres muy fácil de querer… dime algo – Me pregunto dudando.

-          Lo que quieras.- Respondí de inmediato.

-          ¿Puedo enamorarme de ti? Es decir… me gustas, y se me haría muy fácil enamorarme, pero quiero tu consentimiento, quiero saber si hay alguien más en tu vida, quiero saber si puedes tú enamorarte de mí. – Su tono era serio.

Yo entendí muy bien a lo que se refería.
Y no, no había nadie en mi vida sentimental desde hace mucho, encuentros físicos, si, cuando me daba la gana, pero no existía nada más. Mi sentimiento de soledad no me lo había permitido, sentimiento que el espanto con sus detalles.

De pronto sentí que me hacia bien, que él era sano para mí.
Quise serlo para él, quería estar con él, en ese momento ya lo sabía, el era una persona diferente, el me hacia feliz. Y a penas le conocía.

-          Ya has visto lo peor de mi, si aun quieres enamorarte de mi así, si aun así me permites a mi amarte, me harías muy feliz Kaz-kun…- dije en un tono muy tímido pero muy seguro de mis palabras. El sonrió, el parecía ser feliz con mis palabras, entonces realmente le creí. Yo le gustaba y el estaba feliz, sus ojos brillaban, el se había encariñado conmigo tanto como yo con él en estos dos días.

-          Aun tenemos que conocernos - Dijo complementando inconscientemente de mis pensamientos.

-          Mm.. creo que tenemos toda una vida para eso, ¿no?- Le sonreí.

El asintió como respuesta un poco ruborizado por la situación, entonces nos recostamos de lado, frente a frente, tapamos con una colcha nuestros cuerpos desnudos y con nuestros rostros sumamente cerca comenzamos a conocer nuestras historias, a ratos nos besábamos, a ratos nos tocábamos, sus roces me hacían temblar, sus miradas derretían mi corazón. Yo le miraba con cariño. 

Le quería. Solo dios sabe cuánto ya le quería en ese momento.