miércoles, 2 de agosto de 2017

Capítulo 24

-Hola, que tal tu día en el trabajo?- preguntó el guitarrista como si nunca hubieran discutido, Hyde se dejó caer en una silla del comedor y le miró molesto.

-De mierda.

-Que bien.

-Que bien?!! Como dices eso?!! Y además es por tu culpa.

-Que bien que estés de mal humor porque…hice todo esto para verte feliz- Hyde quiso replicar pero esas palabras de Kaz le dejaron mudo. El guitarrista le sonreía y el ambiente acompañado de la decoración romántica y la cena calmaban el enojo del vocalista.

-De verdad?- preguntó como un niño que intenta seguir creyendo en Santa Claus

-Sí, así que relájate, trataré de que se te vaya todo ese estrés, querido- agregó riendo antes de perderse en la cocina y ante eso Hyde no pudo más que sonreír.

La tensión se le fue para siempre en cuanto vio salir a Kaz con su delantal y un gran plato de arroz, sonrió como infante y hasta sacudió las piernas emocionado bajo la mesa. Iwake trajo el resto de los alimentos que por difícil que fuera de creer él los había preparado.

-Awww Kaz-chan, lo siento.

-No importa.

-Claro que importa! Debes creer que son un adicto sexual después de eso!

-En realidad…siempre lo creía, aun antes de esto- agregó una risita el guitarrista colocando frente a Hyde los palillos con los cuales sostenía un pedazo de pescado. Hyde abrió la boca y comió de prisa para poder responder.

-Pero es mentira! Además…yo, yo puedo vivir sin sexo, sabes? Quiero decir, puedo intentarlo por ti, no me molesta y al final siempre me queda la…

-La masturbación- completó Kaz su frase logrando un puchero de parte de Takarai que culminó con una carcajada.

-Eres un tonto, por eso te quiero, lo sabes?

-No lo sabía, lo de que soy un tonto, porque lo de que me quieres es obvio- levantó su copa de vino tinto e invito a Hyde a brindar con él.

-Por qué brindamos?- preguntó Takarai pensativo.

-Porque la noche de hoy perdure por siempre…

Minutos después ahí estaban. Uno frente al otro sobre la cama, mirándose como si fuera la última vez que pudieran contemplarse de esa manera. Kaz temblaba, sus ojos recorrían el rostro de porcelana de Hyde, amaba cada facción esculpida a la perfección, podía amar incluso esas imperfecciones de la edad que ocultaba con cremas y maquillajes, porque él venía más allá de esos ojos grandes de almendras, veía tras la boca carnosa y húmeda, podía observar el ser interior que hacían de Hyde la persona ideal. No era perfecto eso lo había comprobado en todos esos años de amistad, pero esos errores aunados a la infinidad de virtudes le habían enamorado desde hacia mucho tiempo atrás…

Kaz se dejó de pensamientos cuando sintió la mano suave de Hyde sobre su rostro, delineando sus pómulos y bajando despacio hasta su cuello, luego, se acercó en un lento movimiento clamando los labios trémulos del guitarrista con los suyos. Le besó en un estado de paz ambiguo, sosteniéndole la cara con ambas manos, depositando pequeños besos en esa boca que había descubierto cuanto adoraba.

-Te quiero mucho…- musitó para Iwake mientras se distanciaba un poco para desabotonarle la camisa, Kaz estaba quieto, absorbiendo con sus sentidos aquella oleada de sensaciones, al aroma de Hyde, el sabor de su saliva, la textura de sus manos.

Hyde le quitó la camisa y la aventó al suelo con una risa traviesa, se aproximó a su amante y le estrechó fuerte, fue entonces cuando el guitarrista comenzó también a ser parte del juego, acariciando la pequeña espalda de Hyde, sintiendo su perfume fresco envolverle, buscó su boca de nuevo, imprimiéndole pasión al beso y logrando con esto arrancarle un profundo gemido al vocalista, sus manos recorrían la cintura ya por debajo de la ropa, descendió sus labios por el mentón de Takarai hasta llegar al cuello, repartió delicados besos por este sintiendo como las manos de su amante le acariciaban la espalda desnuda.

Hyde le alejó de nuevo e inclinándose comenzó a besarle el pecho, cada pectoral lo delineó primero con su lengua y luego con cortos besos, sus manos buscaron el cierre del pantalón de Iwake, pero entonces, este le detuvo. Hyde bajó la mirada apenado hasta que…

-Déjame hacerlo a mí…- susurró en su oreja y tomándole de los hombros le recostó boca arriba en la cama, Hyde sonrió encantadoramente mientras Kaz se colocaba sobre él y entre sus piernas. Sin perder tiempo le rodeó el cuello con sus brazos sintiendo un calor por todo su pecho al contacto con el cuerpo del otro.

Deslizó las manos por los brazos tatuados de Kaz mientras este le comía la boca a besos, la lengua del guitarrista era suave y mantenía una constante danza con la suya que le provocaba que su piel se erizara.

Para ser la primera vez de Kaz con un hombre no estaba mal…pensó pecaminosamente mientras el susodicho le liberaba de la camisa.

-Te gusto?- preguntó con voz tierna y caprichosa.

-Me gustas mucho…- dijo el guitarrista entre jadeos.

Besaba el pecho de Hyde, en especial sobre su corazón como si intentara a base de besos sanarlo, sus manos recorrían el resto del cuerpo, un cuerpo que honestamente sí había deseado en más de una ocasión; con cuidado le despojó de los pantalones a lo que el vocalista hizo un sonido de placer al sentir como la tela del pantalón se deslizaba a lo largo de sus piernas hasta desaparecer por completo, y esa caricia se vio suplantada por las trémulas manos de Kaz que tocaron los blancos y suaves muslos.

Para Hyde, aquella parsimonia en los besos, la suavidad de las caricias, la lentitud y el silencio estaban siendo una nueva experiencia. Acostumbrado a tener sexo salvaje, el que Kaz estuviera siendo tan tierno, tan cuidadoso, como si en realidad fuera la primera vez de Hyde y no la de él, Hyde sentía que su piel estaba más sensible de lo normal, que cada roce con las manos o los labios de su amante le hacían sentirse amado, especial y excitado. Era una mezcla rara de amor y sexo, casi había olvidado lo sublime que era hacer el amor, ser amado y amar.