Compró ramen, sodas y gelatinas, cuando pasó frente a una florería y observo unas lilis blancas deseó que las cosas fueran diferentes, que su confesión hubiese dado frutos y ahora pudiera ir a casa, regalarle flores a Hyde, abrazarle y darle un beso matutino.
Suspiró .no habría nada de eso.
Al entrar a casa las manos le temblaban, incluso las llaves hacían un pequeño tintineo al golpearse unas contra otras.
Todo estaba en calma, como el día anterior, las mismas colillas en el cenicero, las cortinas bajas y el silencio sepulcral. Será que el otro aun dormía? Dejó el desayuno en la mesa y arrastrando los pies se encaminó con miedo hacia el pasillo.
La puerta de su habitación estaba parcialmente abierta y la luz solar asomaba por la rendija de esta
-Hyde?- le llamó con voz baja esperando no despertarlo, lo hizo varias veces y nunca encontró respuesta. Curioso entró asomando primero la cabeza, había un bulto sobre la cama cubierto por las sabanas. Kaz se acercó a la dormitante figura.
-Hyde? Lamento despertarte pero, ya está el desayuno, y
sobre lo de ayer, bueno yo
lo que yo te dije no era verdad, a mi me interesan las chicas y te lo dije para que te sintieras mejor, pero no quiero mentirte, no estoy enamorado de ti, así que no tienes nada de preocuparte
- Silencio, ni siquiera un movimiento de aquella figura sobre la cama Hyde?...- preocupado se acercó posando su mano sobre las sabanas y entonces descubrió que ahí no había nada.
Le buscó por toda la casa, como loco, con la sensación de dolor en el pecho, parecía un desquiciado. No estaba Hyde ni sus pertenencias, de repente, comenzó a gritar su nombre al darse cuenta que este se había ido de la casa, le llamaba como esperanzado en que este saliera de la nada y le dijera que estaba escondido, para asustarlo.
Se detuvo en medio de la sala, agitado y solo entonces descubrió que desde hace un buen rato lloraba que aquello que creyó sudor por correr por todo el departamento no eran más que lágrimas.
Hyde le había dejado sin un adiós, quizás incomodo por su declaración de amor. Para Kaz, el vocalista era un egoísta
-Hola
-Hey, que sorpresa.
-Puedo pasar?
-Claro y esa maleta?- Sakura cerró la puerta de su departamento tras ello y observó la frágil figura de Hyde depositar una maleta de estampado de leopardo en el suelo mientras tomaba asiento en el sofá de cuero negro.
-Nada, venía a quedarme una temporada en tu casa.
-No, me refiero a porque tienes esa maleta de travesti.
-Yat-chan!- Takarai se rió subiendo los pies a la mesa ratonera de ébano negro Y bien?
-Y bien que?- Sakura tomó asiento a su lado, no sin antes darle un puntapié a la maleta en broma.
-Me puedo quedar, no?
-Si, no hay problema- se encogió de hombros y porque esta decisión?
-Pasaron muchas cosas, pero antes de contártelas debo pedirte un favor.
-Otro? Quien crees que soy? Tetsu?
-Jaja cállate y escucha!
-Esta bien, esta bien.
-Llame quien te llame, tu no sabes nada de mi.
-Eh? Que hiciste Takarai? A quien le jodiste algo y ahora te escondes?!
-No hice nada!! Pero necesito un tiempo alejado de todo y, se que en tu casa nadie me molestará.
-Y se llama tu manager?
-No estoy.
-Y si llama Gackt?
-Mandalo a la mierda.
-Y Kaz?
- no estoy, para nadie- al sonido de aquel nombre las mejillas de Hyde enrojecieron.