miércoles, 2 de agosto de 2017

Capítulo 21

Pasaron la semana intentando componer una nueva canción, pero se les dificultaba, hasta que una tarde luego de regresar de comer, Kaz se sentó en el suelo con su guitarra y le hizo a Hyde una seña de que se acercará a él, el vocalista así lo hizo sentándose en frente de él, mirándole curioso.

-Esta canción la hice pensando en ti…- susurró Iwake para que nadie más oyera y Hyde tuvo deseos de besarle solo por eso, pero se mantuvo firme y sonrió mientras atentamente escuchaba los sonidos de la guitarra.

De repente, Takarai se puso de pie y corrió a buscar en su carpeta de papeles uno en especial. Kaz dejó de tocar

-No te detengas! Continua tocando, anda!- le dijo mientras felizmente encontraba ese dichoso papel y regresaba al lado de Kaz.

Desdoblando la hoja comenzó a cantar al ritmo de la guitarra del otro, esa letra que era mas una confesión, un pedacito de su alma envuelto en melodía y listo para ser otorgado a Kaz. La letra y la música iban a la perfección, casi como si estuvieran destinadas a estar juntas y volverse una canción.

Hyde se rió alegremente y con discreción acarició los dedos de Kaz con los suyos. Time goes by había nacido a la par que ellos.

-Que haces?- preguntó el guitarrista al descubrir a Hyde marcando en el calendario con un circulo rojo una fecha
-Ah! Buenos días Kaz-chan, hoy me levanté antes que tú

-Si, intenté abrazarte para dormir más cómodo y no estabas
-Pensaste que había huido de nuevo?

-No…tu maleta de leopardo seguía donde la dejaste y no te has dignado a acomodarla- Hyde se paró de puntitas para darle un pequeño beso en los labios

-Ves esta fecha?

-La veo
-Bueno, pues hoy cumplimos un mes, por eso la marque.

-Lo se, y…tengo algo para ti- le tomó de la mano y lo hizo volver a la pieza. Hyde se sentó sobre la cama y cerró los ojos como le dijo el otro

-Ábrelos ahora!- ante él había una guitarra con un listón rojo del cual colgaba una nota. Hyde corrió a tomarla, la acarició y se la colocó enseguida encantando por el regalo. Sonriendo como un niño quitó el liston rojo con la notita, la cual leyó atentamente

Feliz primer mes de todos los años que planeo soportarte, Kaz

El vocalista le abrazó, sus ojos irradiando felicidad

-Gracias Kaz-chan, en todos nuestros conciertos usaré esta guitarra, te lo prometo- el hombre le apartó el cabello de la cara

-Que bueno que te gustó

-Y…sabes…- de repente la mirada, la postura, la voz y las caricias de Hyde sobre su nuca se volvieron sensuales –Yo también tengo un regalo para ti pero…tendrás que esperar a media noche…

Algo dentró de Kaz explotó, quizás sus hormonas que temerosas reaccionaban. Con nervios se alejó de Hyde y le dijo que esperaría pacientemente, pero desde ese momento hasta que la noche cayera Kaz solo podía pensar en una cosa: Hyde quiere sexo y él nunca ha estado con un hombre.

-Que demonios voy a hacer…?- se preguntó a si mismo mientras investigaba en el Internet un poco sobre sexo entre hombres. Hyde había salido hace media hora a comprar las cosas para la escena que tenía en mente y, Kaz aprovechó para darse una vuelta por el Internet e intentar solucionar su problema.

Pero este se agravó, cuando leyó lo que se rumoraba sobre Camui, el buen amante que era y lo bien dotado que estaba. Había manera de competir él, un inexperto en el tema, contra eso?

-Bueno aquí dice…solo tengo que tranquilizarme y poner un poco de lubricante en Hyde y…- Kaz sudaba frío de solo pensar en hacer lo que leía, se mordía un dedo y se imaginaba a Takarai riéndose por las tonterías que haría en la cama.

-Regresé!- había estado tan absorto en la información que buscaban en la red, que no escuchó cuando Hyde entró a la casa y se detuvo detrás de él. Cerró la ventana del explorador totalmente sonrojado. Hyde se rió mientras se encaminaba a la cocina

-No hay nada de malo en que veas porno Kaz-chan. Yo también lo veo de vez en cuando
-No venía porno!

-Claro, claro…

Kaz esperó paciente en la pieza, había intentado ayudar a Hyde con la cena pero este le dijo que eso era parte de su regalo y por lo tanto no debía ayudarle. Veía la televisión nervioso, hasta que el vocalista apareció en la puerta con una copa de vino en la mano

-Ahora si, ven a cenar- le dijo coquetamente mientras con el dedo hacía una señal para que se acercara, Kaz se rió sintiéndose cada minuto más y más preocupado.