martes, 31 de enero de 2017

Capítulo 6: Tacto


Me aproximé a él saboreando la poca cercanía que nos dividía, sentí el momento exacto en que Hide decidió contener la respiración. Mi pecho se sentía frenético, llegó un instante en que realmente podía sentir mis palpitaciones en mi oído.

 “Que idiota” me regañé. Me seguía causando estragos su cercanía.

Volví a observar su rostro, ésta vez muy sonrojado, sus ojos concentrados en mis labios, sus labios entreabiertos, no soporté demasiado aquella visión  y me entregué por completo  al impulso de besarlo.

Lo besé con delicadeza y realmente me perdí en el primer segundo en que la textura de sus labios me recordó los sentimientos de aquellos años… los sentí todos surgir nuevamente, tal vez nunca se fueron mínimamente siquiera.

Tomé con mis manos el rostro de Hide y me dispuse a disfrutar con mayor grado de su boca, de su lengua, de los sonidos de nuestros besos y de la humedad de nuestra saliva,  mordí su labio despacio y Hide llevó sus manos a mi cadera, ésta vez acercándome a él. Sus manos me acariciaron por debajo de la ropa mientras nos besábamos como si nuestra vida dependiera de ello.

Necesité separar un poco mis labios para respirar. En el instante en que ambos nos separamos casi jadeando nos observamos a los ojos y juntamos nuestras frentes, mis manos tomaron las suyas y me las llevé al rostro para sentirlas junto a mi mejilla.

Hide besó mi frente.

Yo cerré los ojos disfrutando del tacto de sus labios en mí.

Hide me abrazó.  Fue un abrazo fuerte, que me hizo sentir que realmente había necesitado de mí, por lo que lo abracé de la misma manera para que no tuviera dudas de que yo también lo había necesitado en cada momento.

-         Gracias… gracias Ya-chan… - susurró en mi oído. 

-         Gracias a ti Hide…


Permanecimos así un largo tiempo, aun cuando Hide desprendió sus brazos de mi alrededor, ocultó su rostro en mi cuello y me abrazó desde la cintura, de la misma forma me negué a soltarlo y lo retuve contra mi cuerpo.

Acaricié su cabello rubio, corto y despeinado, tan diferente visualmente al chico delicado que conocí. Pero se sentía de la misma manera que en aquellos años, abrazarlo de aquella forma. Era mi Hide.

Me percaté de que estaba dormido y con mucho cuidado lo llevé en brazos a mi habitación, en donde le quité los zapatos y lo acosté en la cama. Me acosté junto a él, estaba muy cansado y somnoliento también.  En menos de lo que esperaba… me quedé dormido escuchando su respiración acompasada.







Sentí unas manos acariciar mi estomago, pero me costaba despertar del todo, así que solo gruñí. La risa de Hide llegó a mis   oídos.

“El aun esta aquí” pensé, despertando de inmediato.

Al abrir los ojos, todo a mi alrededor estaba oscuro,  debía ser ya de noche  y nosotros habíamos dormido todo el día, mi cabeza dolía un poco a causa del alcohol, pero Hide estaba junto a mí… todo lo demás importaba poco.

Para indicarle que estaba despierto, tomé su mano y en la confianza que me brindaba la oscuridad me la llevé a los labios, besé con cariño la palma de su mano y la sostuve junto a mi mejilla.

-         Ya-chan…- susurró con una voz llena de cariño, cariño que sentía por mí.

-         Aun estas aquí…

-         Desperté hace un par de minutos la verdad…

-         Mmmhh…- No dije nada, estaba totalmente consumido por la sensación de tenerle a mi lado de aquella forma.

-         ¿Quieres dormir? – susurró riendo. Una risa feliz, la más sincera que le había escuchado desde que lo vi en el evento.

-         No… sólo disfruto del momento.- Suspiré feliz, Hide continuo tocando mi estomago de arriba hacia abajo, yo encendí la lámpara de junto la cama, para observarlo un poco.

-         Vaya, que cara tienes… - le dije con una sonrisa, estando seguro que me veía peor que él. Esperaba que se riera pero al contrario, escondió el rostro en mi cuello. Con mi mano acaricie su cabello, amaba sentirlo junto a mí.

Continuamos en aquella posición en silencio, sentí que algo le preocupaba pero durante unos segundos no quise preguntar… tal vez el quería espacio.

-         No puedo recordar otra persona con quien haya estado acostado de esta forma… - susurró muy despacio, luego besó mi cuello suavemente.

     Me quedé inmóvil… la verdad es que sentía mucho deseo por él, aquel sentimiento jamás se había ido, menos teniéndolo tan cerca de mí. No quería sentirme de aquella manera por un simple beso, me hacía sentir que deseaba su cuerpo tanto como sus sentimientos y aquello no era verdad. Realmente apreciaba esos momentos, perfectos solo por lo que son.

Pero la reacción física estaba allí.

Antes de que pudiera reaccionar, la mano de Hide que acariciaba mi estomago bajó cada vez más, hasta meterse bajo mi pantalón.

Cerré los ojos, no iba a detenerlo.

Al contrario, me concentraría en sentir su mano y simplemente disfrutar.

Él frotó su mano contra mi entrepierna por debajo del pantalón y por sobre la ropa interior mientras besaba mi cuello y mis hombros, con más lengua que labios.

En un par de segundos sentí mi erección endurecerse cada vez más como también un poco de humedad al sentir los roces de su mano.

Hide quitó mi pantalón y mi ropa interior con una mirada coqueta y una sonrisa en los labios, con la punta de sus dedos rozó delicadamente mi erección, haciéndome gemir. Aquello era demasiado, necesitaba sentirlo más.

Moví mi cuello para observarlo y poder besarlo, el de inmediato dirigió sus labios a los míos, esta vez nos entregamos aun más al beso y mientras nuestras lenguas jugaban, me senté en la cama para quitarle su ropa. Entre un enredo de manos y un par de rizas, ambos quedamos desnudos.

Lo tomé por las caderas y continué besándolo, dejé que se posicionara sobre mí. No habíamos dicho nada, en ningún momento, ni una sola palabra… sólo nos conectábamos por nuestras miradas. 

Hide me besaba sin darme tiempo de respirar, sus manos me tocaban como si hubiera extrañado el roce de mi piel más de lo que yo podía dimensionar, comenzó a moverse de adelante hacía atrás, rozando mi erección con su entrada, continuó así un par de segundos, jugando con mi deseo, haciéndolo incrementar cada vez más, hasta que en un segundo se quedó quieto.

Lo observé para saber si es que estaba dudando, sin embargo lo que vi en sus ojos parecía ser vergüenza por la posición en la que estaba, nunca le había gustado estar arriba, era demasiado penoso para él.

Me observó sonrojado y con las manos  en puños, no lo dejé decir nada, no era necesario, yo lo entendía.

Con un beso lo acomodé lentamente por debajo de mí.

Esta vez yo llevaría el mando, no dejaría nada de su piel sin señales de mis besos.

Rocé con mi erección la entrada de Hide mientras besaba su rostro, sus mejillas se sentían tan suaves y calientes a causa del sonrojo, que no pude evitar rozar los labios por ellas y dibujar el camino hacia su boca.

Cuando por fin le besé, disfruté de cada segundo de sus labios, los labios de Hide eran deliciosos en textura, la humedad de su boca y su lengua provocadora me estremecieron, realmente no recordaba con exactitud lo que eran sus besos en estos momentos. 

-         Mmmh… - sentí a Hide aun más receptivo que antes, sus sonidos siempre me indicaban que la intensidad de nuestro sentir era a la par. Sus manos acariciaban mi espalda de arriba hacia abajo y sus dedos dejaban pequeños masajes a medida que rozaban mi piel. – Tu olor… es como lo recordaba… - la luz de la lámpara me permitió ver el brillo en los ojos de mi Hide, sabía que ambas miradas estaban llenas de emociones, de los recuerdos, de los dolores, de los anhelos de tantos años. Su voz excitada… era algo digno de grabar en mi memoria.

-         Me harás sonrojar…- le dije, ambos reímos, nunca fuimos buenos para hablar de nuestros sentimientos, pero siempre se nos hizo fácil saber que sentía el otro, a veces la mirada bastaba, a veces la expresión, a veces la voz, a veces solo el calor de la piel.

Hide tomó mi rostro entre sus manos y lo dirigió a sus labios, esta vez sus brazos rodearon mi cuello acercándome más, profundizando el beso, me perdí en los sonidos de nuestros besos y en la sensación de su lengua lamer la mía en movimientos lentos, sólo reaccioné del tiempo que llevábamos besándonos cuando mi erección comenzó a doler demasiado. La excitación estaba más allá de las nubes.

Me alejé un poco de Hide para posicionar mi cuerpo y lo miré a los ojos pidiendo su consentimiento, el asintió. 

Sus manos se dirigieron a mi espalda.                                                                                                                                         
Entré lentamente en su cuerpo, observando cómo su boca se abría a medida que entraba en él. Solté un quejido y el cerró los ojos con fuerza.

No sentía aquella sensación hace demasiados años.

-         Ah… despacio… - susurró agitado. Yo obedecí, y me moví cuidadosamente cada vez más dentro de él.

Nada se comparaba con sentir a Hide, nada se podía asimilar si quiera a su mirada de aprecio cuando buscabas sus labios después del primer contacto entre nuestros cuerpos.

Como lo esperaba y tal como lo dibujaban mis recuerdos, abrió sus ojos para guiarme nuevamente a sus labios con su mirada intensa. Ésta vez mordió mi labio cuando me alejé un poco, baje besando su cuello, luego me dirigí a su oído.

-         No hay nada como esto…- le susurré antes de abrazarlo, diciéndole con mi cuerpo que comenzaría a moverme.

Hide besó mis hombros y se abrazó a mí. Lentamente comencé a moverme. Su cuerpo estaba algo estrecho, tal vez había pasado tiempo ya desde la última vez que él había hecho aquello…
No tenia cabeza para pensar en eso realmente, mis sentidos estaban nublados.

-         Aaah…mmh…- Hide comenzó a dejar salir sus quejidos, lo mismo hice yo… me propuse disfrutarlo por completo. Como si fuera la última vez.

Besé su cuello, lamí los huesos que resaltaban en su piel, permití a mis dedos presionar sus pezones.

Hide se arqueó… era enloquecedor realmente verlo disfrutar de cada sensación… continué moviéndome lentamente…

Comencé a sentir demasiado sudor salir de mí, me sentía temblar, moría de ganas por moverme rápidamente y escucharlo gemir alto, pero no quería que esto acabara rápido…

      



Nuestros cuerpos estaban sudados, cansados, marcados con el olor del otro, las sabanas estaban húmedas y la piel de mis piernas y mi abdomen se sentía pegajosa a causa del derrame de nuestras esencias.

Ambos estábamos ya tranquilos,  habíamos logrado controlar nuestras respiraciones luego de la agitada noche. Yo abrazaba a Hide por detrás de su pequeño cuerpo y éste abrazaba mis brazos desde su posición. 

Envueltos en la melosidad del post-coito tal vez, sentí que debía decir las palabras de aprecio que me  ahogaban, pero no sabía si aquello sería lo mejor…

-         Yo… Hideto…- no sabía exactamente que palabras escoger. No sabía si tener cuidado en cuánto dejar escapar, si podía decirle todo, si podía ser transparente o solo mencionarle mis actuales intenciones.

Hide se volteó para observarme atentamente bajo la suave luz, sus ojos buscando respuestas… ver aquella expresión me traía recuerdos…

-         ¿Me quieres? – preguntó tomando algo de aire, su expresión continuaba siendo preocupada, nuevamente le hacía eco a mis recuerdos, aquella pregunta fue la que nos llevó a hacer el amor por primera vez. 

Observé el rostro de Hide y me volteé para mirarlo fijamente.

Y por fin pude dejar escapar las palabras.

-         Si… te quiero…- Sentí que al dejar salir las palabras emanaron de mi todos los sentimientos asfixiados que tuve por años. A pesar de todo ello, no quería dejarme llevar e ilusionarme, habían pasado demasiados años.- No sé que tanto te pareces al Hide de mis recuerdos, pero te prometo que… te quiero… - Sentí un par de lagrimas escaparse de mí. Odiaba llorar, realmente lo odiaba, pero la tensión emocional se estaba yendo de mí, por fin.

Iba a disculparme por llorar tal vez sin verdaderos motivos, pero Hide se acercó y tomo una de mis manos, la llevo a sus labios, depositó un beso en la palma y luego acunó su rostro con ella sosteniéndola junto a su mejilla.

-         Sigo siendo el mismo…  tal vez un poco más perdido que antes… tal vez menos ingenuo y algo más sucio, pero sigo siendo tu Hide… nunca dejé de sentir que la parte más verdadera de mi… te pertenecía… - Ésta vez sus ojos acompañaron a los míos. Las lagrimas de Hide por alguna razón,  las sentí más pesadas que las mías. – Me he dejado consumir por todo… por que no había nada más en mi vida… nada lo suficientemente valioso para… yo… - sus lagrimas no le permitieron expresarse demasiado.

Besé sus mejillas húmedas con lagrimas y lo besé para que no siguiera esforzándose en explicarse, aquello no era necesario, ya tendríamos tiempo para contárnoslo todo.