Gackt abrazaba mi cuerpo y cubría gran parte
de él con parte de su chaqueta.
Y yo dejé ir el dolor de las dudas.
Extrañaba tanto a Kaz… sentía que tenía todas
las razones del mundo para llorar. Extrañaba sus besos por la mañana, sus
desayunos con un mensaje divertido en las comidas, sus composiciones por toda la casa, cada una
brillando por si sola, el olor de su cuerpo luego de tomar un baño, la textura
de su piel… de sus manos, de sus parpados, de su cabello, sus labios… aquellos
labios que yo deseaba tanto.
Extrañaba su voz, su risa, sus palabras
cultas, su orden, la ropa ancha que amaba usar y yo vestía para dormir, los
ataques de cosquillas, las miradas tiernas, sus abrazos que me brindaban una
enorme sensación de protección, su cuerpo alrededor del mío por las noches,
siempre enredando sus piernas con las mías, su brazo rodeándome y su
respiración acompasada en mi oído.
Los latidos de su corazón que eran mi
alimento emocional… ya no estaban.
Mi Kaz no estaba.
-
Hyde… - dijo Gackt confundido ante mis llantos
cada vez más desconsolados.
-
Siento miedo… dios, lo siento, lo siento por
decirte esto a ti. No debes entender nada…
-
No importa, saca las palabras, la comprensión
es lo de menos… - Susurró de forma
empática, sentía dolor en su voz también.
-
Tengo miedo que al regresar nada vuelva a ser
como antes.- confesé entre sollozos.
-
¿El venir aquí significo un gran sacrificio,
no?
-
Al comienzo no lo era Gackt-chan… al menos
eso parecía… pero en el último momento… todo se salió de control… fue mi
culpa.. no poder mantenerlo tranquilo, no poder… retenerlo conmigo.
-
Si debes esforzarte y cambiar tu estilo de
vida para retener a alguien es porque definitivamente tu vida no es apta para
compartirla con ella. – Aseguró, sin embargo en aquello yo no estaba de
acuerdo.
-
Gackt-chan observa nuestra vida, giras de
duración de 5 meses, semanas y semanas de viajes, no estás en todo el día desocupado,
si no son grabaciones lo que hay que hacer, son sesiones de fotos, publicidad,
entrevistas, siempre hay trabajo, siempre hay que posponer la vida a un segundo
plano, entonces quien es apto para ello? Hasta nosotros nos perdemos a nosotros
mismos en el camino… y cualquiera diría que renunciamos a la vida y nos
entregamos a la soledad para poder mantener la fama… dios, no sé si soy capaz
de ello… tal vez si no me hubiera enamorado nunca o si no viera mi vida tan
perfectamente clara y feliz con esa persona, estaría bien, no tendría demasiado
a lo que renunciar pero no puedo, no entiendo, no me siento lo suficientemente
fuerte para enfrentarme a una vida sin él.
-
¿el? Es… el chico de la fiesta ¿no?
-
Si, es él. – le confesé sintiendo más
confianza de la que era consciente.
-
Vaya…
¿son novios?
-
Lo éramos antes de que yo viniera aquí.
-
Terminar una relación contigo se me hace
imposible Hyde, ¿Quien terminaría contigo?
-
Alguien a quien no le interesa que yo sea
famoso, y ese es Kaz.
-
Realmente lo aprecias.- dijo Gackt
sorprendido.
-
¿Apreciarlo? Eso se queda corto.
-
Bien… si no es opción para tus infinitos
sentimientos de amor observar una vida prospera amándote a ti mismo más que a
cualquier otro, mi trabajo como amigo es animarte a que intentes conservar tu
relación.- Dijo poco convencido de sus palabras, pero sonriente, atento y amable.
Luego trago saliva y agregó con un leve sonrojo.- pero Hyde, por favor, no
olvides quien eres y cuanto vales.
-
Dios, coloca eso en el dialogo de la película
y te juro que vomito. – le dije riendo,
aun con lagrimas en los ojos.
-
¡Debí escribir que te enamorabas de mí! –
dijo eufórico en forma de broma.
-
¿Eh? ¡No hubiera aceptado el papel! – le dije
riendo.
-
¡Bésame Kei! – dijo riendo junto a mí
estirando sus labios hacía mi rostro, yo de inmediato me aleje y él se puso de
pie para perseguirme, entonces corrí. Sin darme cuenta, las risas aliviaron los
dolores poco a poco.
Así continuó el rodaje. Las lágrimas se
sustituyeron por risas, pero los sueños y los anhelos no disminuyeron, las
esperanzas ante espera de una llamada por parte de Kaz no dejaron de ser la
parte más importante de mi día. Sin embargo, Kaz no llamó.