No creo
tener una fijación hacia el dinero, esto sería quizás porque no tengo problemas
financieros, así que no estoy seguro de cómo sentirme acerca de mis bienes.
Como en realidad no estoy al pendiente de ello, si llegaran a robarme o si
llegara a tener menos dinero, probablemente no me daría cuenta.
Apenas y
llevo efectivo conmigo. Aun si traigo 10,000 – 20,000 yenes en mi bolsa es muy
probable que use mi tarjeta.
Odio el
cambio suelto porque es pesado y hace un sonido como de campana, así que
últimamente he estado usando Suica (De Wikipedia: Suica (スイカ Suika), es una tarjeta
inteligente recargable que se usa para pagar tarifas en las líneas de
ferrocarriles en Japón). Aún no me acostumbro a ella, así que estaría muy
agradecido si éstas estuvieran disponibles en máquinas expendedoras.
Pero las
monedas de 500 yenes son especiales. Me gustan. Mientras lleve una de ellas
conmigo me cargo de energía (risas). Por ejemplo, cuando corro, sólo tengo que
poner una moneda de 500 yenes en mi bolsillo y me lleno de coraje. Pareciera
que tuviera algún poder. Simplemente siento que es un tanto especial.
Como no
traigo efectivo conmigo a veces eso me pone en situaciones difíciles. Una vez,
cuando mi tarjeta no estaba funcionando y no traía efectivo, tuve que pedir en
contra de mi voluntad a un amigo a que me llevara a la estación y después le
pedí prestado dinero. No me gusta pedir dinero prestado de otros, y no me gusta
que otros me pidan dinero prestado a mí.
Interesantemente,
cuando mis amigos, a quienes no he visto por un largo tiempo, me dicen que nos
reunamos, es porque o se van a casar o quieren que les preste dinero (risas).
Cuando estoy a punto de encontrarme con ellos, me pongo nervioso. Me pregunto “Cuál
será?”, tal vez es porque piensan que soy adinerado. Me han pasado varios casos
similares, pero creo que pedir prestado dinero a otros no es bueno.
Especialmente los amigos. La relación se torna en una financiera. Primero que
nada, porque como están en una situación monetaria apretada, no podrán devolver
el dinero. La relación solamente puede empeorar. Aunque definitivamente me voy
a negar, sólo el hecho de que la otra persona saque a flote el tema, me hace
sentir pena por ellos. Es casi impensable que aún después de que acepte
prestarles dinero, nunca he sido agradecido. Aunque ellos estaban felices
cuando se los presté, sin importar si me devolvieron el dinero o no, no me
volvieron a contactar de nuevo. Yo pienso que es porque se olvidaron de ello. Esto
se vuelve un recuerdo de una sola parte, la del prestamista. Cuando esto
sucede, me hace sentir como si fuera tacaño, en verdad no me gusta. Pensaría
que, aunque la sociedad retrata a los prestatarios como gente malvada, que pasa
con la gente que presta dinero, ¿son justos al hacerlo? Los usureros no están
haciendo actos de caridad, es un negocio. Aun si alguien no está siendo
decepcionado, ¿que no tienen que tomar responsabilidad por ello? Pero, en la
misma nota, pedir prestado dinero de otras personas no es una buena cosa con la
cual empezar.
Comparando
mis gastos con mis ingresos, en realidad no gasto mucho. Aún siento como si no
tuviera el estilo de vida de las celebridades Ginza, pero probablemente no es
tan interesante de todas formas.
Pero, pienso
que mis deseos por cosas materiales son muy fuertes. Si quiero algo, lo puedo
tener inmediatamente. Por ejemplo, normalmente le puedo pedir a mi manager que
me compre cosas. Después de pedirlo, espero con ansias por él. Aún si sólo es
una funda para iPhone de 1000 yenes, siento lo mismo. Cosas por el estilo dan
un poco de color a mi vida diaria. Pienso “Genial! Ya está aquí” (risas)
En
tiendas de ropa si hay algo que parece caro y hace sentir a la gente que es
caro, miraré el precio. Pero, generalmente no lo hago, así que ha habido veces
en las que me sorprendo cuando veo el recibo (risas). Una vez, miré un abrigo
de pelaje ‘mastermind’, vi en la etiqueta que costaba 150,000 yenes. Porque
sentí que el precio y la calidad no eran compatibles, decidí no comprarlo. Pero
después cambié de opinión y en realidad lo quería, pero ya no estaba ahí cuando
fui de vuelta. De todos los lugares en donde gasto dinero, es probablemente en
comida y si no, ropa.
Aunque
así sin pensar es como gasto, odio comprar cosas que no uso. Si compro algo que
no me gusta, es un desperdicio. Por ejemplo, si fuera a comprar un sistema de
audio para el hogar, aunque piense que tomarme el tiempo para escoger uno es
molesto, no podría sólo decir “Bueno, sólo llevaré éste”. Porque si no es algo
que sienta que es bueno, no lo compraré. Si termino comprando algo barato e
inservible, sentiría que es un desperdicio. Con cosas como electrónicos
baratos, muchos de ellos terminarán rompiéndose. Odio desperdiciar.
Creo que
ser ‘tacaño’ y ‘ahorrativo’ son dos cosas diferentes. Ha habido ocasiones en
las que utilizo estudios de grabación más baratos, y desde mi perspectiva,
estaba siendo tacaño. El abanico en el baño no estaba funcionando, así que en
el invierno sólo podía abrir la ventana, y la sala era muy oscura también.
Aunque esos problemas fueron resueltos después del terremoto, no quiero
embellecerlo y hacerlo sonar como si estuviera siendo ahorrativo (risas). No
quería que los custodios o los invitados sintieran frio. Bueno, podría
importarme nada ese estudio. Si creo que es muy barato en cuanto a gastos,
¿entonces es ser ‘tacaño’? Aunque fue barato, no deseo usar ese estudio de
grabación de nuevo.
Aunque no
odio apostar, no hago apuestas [regularmente]. En casinos, ¿que no toda la
gente fuma? Después de haber renunciado a fumar, encuentro muy difícil resistir
la tentación. Así que cuando sí apuesto, voy a lugares como Las Vegas y asisto
a los casinos de ahí. Sintiéndome como si fuera a un lugar donde hay maquinitas
de videojuegos, gasto alrededor de 100,000 yenes. Se podría decir que soy algo
realista, podrías pensar: “Eso no es ni siquiera una suma grande de dinero!” (risas),
es porque desde el primer momento ya me rendí. Así que es por eso que si aun
tengo dinero conmigo, no estoy satisfecho. Me gusta perder todo y después decir
“adiós!”. Claro que, cuando entro a un casino tengo “el sueño americano” en
mente. (risas).