domingo, 18 de mayo de 2025

One Shot: Lo que tú quieras.


Sakura a aprendido a sentirse conforme.

Los años recientes han sido duros, confusos y agregar a ellos celebraciones como esta solo le sumaban presión a la constante necesidad de aparentar frente a otros que estaba superando su peor momento, cuando la realidad es que ansiaba quedarse solo, en silencio y a oscuras para equilibrar un poco el contexto con sus emociones.


Sin embargo, este año era un tanto distinto, cosas buenas habían comenzado a suceder y la música nuevamente lo distraía del todo… o casi, porque aún habían noches en que se mantenía despierto con la mente en blanco, permitiendo que la culpa hiciera su trabajo, aunque esas noches comenzaban a desaparecer… Y estaba seguro de que si no se aferrara a ellas con tanta frecuencia tal vez ya se habrían ido, pero ¿Qué le quedaría de ser así? No estaba dispuesto a olvidar. No aún.


- Sabes que no soy especialmente bueno con los regalos, pero admito que me he esforzado. - le dijo Den con una gran sonrisa, a su lado Ryo colocó los ojos en blanco. Sakura les sonrió mientras tomaba el regalo de tamaño exagerado y luego rompió el envoltorio de papel, abajo había una loción de afeitar más una docena de rasuradoras. - Realmente tengo miedo de que te vuelvas a dejar el bigote. - se explicó Den.

- Siéntete afortunado, el año pasado me regaló un corta uñas y el anterior a ese me había regalo un set de figuras de buda. Al menos te tocó lo práctico. - agregó Ryo.

- Eran de calidad. - Se defendió.

- Ni siquiera soy religioso.

Sakura les sonrió. Ambos le dedicaron una larga mirada antes de que se pusieran a hablar sobre los planes de su próxima gira, se habían acostumbrado un tanto a los días “especiales” de Sakura, solo eran días en que se retraía y se mantenía inusualmente callado. Les preocupaba, sí, pero no les molestaba hacerle compañía, no cuando era su cumpleaños.

Colocaron una película en VHS y se sentaron a comer en la alfombra frente al televisor, extendieron una gran variedad de comida en la mesa y abrieron unas cervezas, el corazón de Sakura se permitió conformarse, se sentía bien ese tipo de compañía. En medio de la charla por la calidad de los efectos especiales de la película el timbre sonó. Habían estado esperando que Tetsu llegara luego de que avisara que se retrasaría un poco.

El batero abrió la puerta con rapidez de manera despreocupada hasta que reconoció la pequeña figura frente a él. Incluso tan escondido como estaba podía reconocerlo con facilidad, Hyde llevaba una capucha y sobre ella un abrigo largo con el cuello tan alto que le tocaba las orejas, lo único que se notaba de su rostro era una parte de su nariz.

Sakura miró hacia la cocina sintiéndose en conflicto, Hyde se destapó un poco el rostro y ambos se miraron incómodos.

- Tienes visitas… - susurró de manera casi inaudible.

- Ve a mi habitación, iré en unos minutos. - susurró aún con la sorpresa evidente en su tono. El pequeño encapuchado se deslizó con reconocimiento entre los muebles de su casa y desaparece con agilidad en el pasillo, solo dos segundos después Sakura escucha la puerta de su habitación cerrarse.

Da un largo y pesado suspiro.

Ahora aparentar costará el doble de esfuerzo.


La siguiente hora se la pasó dando excusas, le envió un mensaje a Tetsu excusándose con un dolor de cabeza y le pidió a ambos amigos que se fueran temprano. Tomó un tiempo convencerlos pero su actuación de hacerse el muerto en el sofá pareció ayudar.

Una vez que ambos se fueron con la promesa de celebrar su cumpleaños en un bar sin él, Sakura se permitió caer en la realidad de a quien tenía escondido.


- Ha pasado un tiempo… largo – susurró para sí mismo antes de apagar las luces y dirigirse a su habitación con lentitud.


Por un segundo había considerado la idea de llamar a su propia puerta pero luego la descartó. La confianza entre ellos estaba un tanto lastimada pero aún latente, reforzando la atracción que ambos habían desechado.


Cuando entró la luz estaba apagada, le tomó un momento notar el bulto bajo las sábanas.

Moviéndose lentamente fue hasta el baño para lavarse los dientes, no despegó la mirada del bulto en la cama, no se movía por lo que pensó que estaba dormido.

Se quitó la ropa y entró en la cama, sintiendo como el lado desocupado estaba tibio levantó una ceja y aguantó una carcajada.


- ¿Calentaste mi lado de la cama? - Hyde gruñó en respuesta. Sakura se acurrucó cerca con una sonrisa, ¿Hace cuanto tiempo que no sonreía de manera tan fácil? Lo extrañaba.


Permitiendo que un minuto de silencio se extendiera entre ellos, levantó una mano y con cuidado enredó sus dedos en la nuca del Hyde, inmediatamente sintió los nudos en el cabello oscuro limitando sus movimientos. Mantuvo las manos allí acariciando un poco, sintiendo al otro murmurar a gusto bajo su toque.

Retiró la mano cuando el más pequeño se arrastró hasta acurrucarse en su pecho. Una de las manos frías de Hyde subió por su espalda y se apoyó en su omóplato derecho luego bajó hasta la parte baja de su cintura y volvió a repetir el patrón. Ese tipo de abrazos necesitados eran comunes entre ellos bajo la intimidad de las sábanas, al menos lo fueron en el pasado.

- Tienes frío. - le susurró antes de devolverle el abrazo de manera firme, las piernas de Hyde se enredaron entre sus muslos. - No debiste haberme dado el lado tibio de la cama - Sintió las bocanas de aire rozar su cuello. - ¿De que te ríes?

- Te extrañé.


Sakura se quedó en silencio y soltó un poco el agarre de su abrazo.

Tuvo ganas de pedirle a Hyde que se fuera, era tarde y él estaba tan cansado de si mismo.


- Sé que es egoísta, lo sé, pero es tu cumpleaños y te extrañaba tanto… - la voz de Hyde se rompió en la última palabra y Sakura cerró los ojos. Necesitaba recordarse que esto ya no era parte de su mundo. Había muchas cosas que le tomó un tiempo dejar, pero este era el lazo más fuerte que necesitaba dejar atrás. - Pensé que tal vez estarías solo, por eso me convencí de venir.

- No me haces un favor exactamente con venir. - le recordó. - independiente del día. Solo haces esto más difícil.

- Lo sé. - respondió Hyde con los dientes apretados – pero entonces tú haces esto y tampoco lo haces más fácil.

- ¿Qué hice?

- Sabes qué. No es como si abrazaras a todos así.

- No sé abrazarte de otra manera. - respondió con honestidad. De pronto ambos se rieron con amargura y se distanciaron lentamente para recostarse ambos sobre sus espaldas - …somos un fracaso.

- En todos los sentidos – afirmó Hyde. - Ni juntos, ni separados parece que… logramos llevarlo bien.


Sakura tragó saliva, había momentos en que se preocupaba por Hyde, esos momentos eran tan difíciles como los momentos en que lo extrañaba. Dejándose llevar por aquel sentimiento rebuscó entre las sábanas hasta tomar su mano y entrelazar los dedos. La mano del vocal era pequeña pero se sentía encajar perfectamente en la suya.

Ambos se quedaron en silencio y se miraron.

El cabello negro de Hyde estaba por debajo de sus hombros, no era tan largo como cuando lo conoció pero aún así enmarcaba su rostro de una manera similar.


- Estás deprimido. - susurro Hyde con una mueca. - Les he preguntado a todos por ti, pero siempre dicen que estás bien. Estoy seguro de que incluso alguien que no te conoce puede darse cuenta de que no es así.

- Nadie quiere que vengas corriendo a mi departamento porque estás preocupado.

- Y eso es lo que no entiendo, si quiero venir, ¿No debería hacerlo?

- Ya no tienes razones para venir hasta aquí. - Sakura respondió de manera uniforme, eran precisamente esas palabras las que se repetía todas las noches, no sonaba convencido pero al menos si podía decirlas con firmeza. - Ninguno obtiene nada bueno de todo esto.

- ¿No? ¿Y no es solo esto lo suficientemente bueno? - Hyde se acercó y se inclinó sobre él, lo besó en un movimiento tan rápido que Sakura no lo vio venir, antes de que pudiera considerar rechazar cerró los ojos y le permitió un acceso más abierto a su boca. Ambos se besaron por un largo minuto, Sakura se levantó y se inclinó hacia Hyde evitando romper el beso cuando parecía que iba a terminar, incluso si se estaba quedando sin aire, sostuvo la cara del vocal contra la suya con necesidad y solo cuando el pecho comenzó a quemar se alejó escondiendo su rostro en el hueco del cuello del más pequeño. Ambos respiraron agitados. - No… me… digas… que no… es lo suficientemente… bueno.

Sakura mantuvo su rostro oculto en el cuello de Hyde y no pudo evitar besarlo allí, el aroma y el sabor de la piel expuesta era algo que estaba grabado en su memoria.

- Hide… - susurró sorprendiéndose por lo lamentable de su tono.

- Dime – respondió el vocal dándole un beso rápido en la zona de la mejilla que alcanzaba.

- Yo… lo siento mucho. - Escuchó a Hyde soltar aire por la nariz y luego suspirar. Recibió otro beso en el mismo lugar de la mejilla.

- No es tu culpa que no funcionara. - Sakura se tensó, llorar frente a Hyde nunca había sido una opción, especialmente no por este tema, pero las lágrimas le picaban con intensidad. Ansió cambiar el tema pero Hyde tuvo planes distintos. - Deja de pensar que me fallaste de alguna manera, no es así. Yo no quiero que hagas sacrificios por mí, no quiero que sea difícil para ti. Sé que piensas de la misma manera sobre mí.

- Pero… - suspiró. Tenía ganas de decir demasiado, pero sabía que no haría bien. Hyde estaba haciendo un esfuerzo considerable por mantener la conversación en un lugar donde ambos pudieran manejarlo.

- ¿Hum?

- Es lo suficientemente bueno. - resumió. Hyde se tardó un momento en recordar lo que él mismo había dicho un momento atrás.

- Já si, también lo creo, ¿Deberíamos…? Ya sabes, tal vez intentarlo, aunque sea en las veces que se vuelve insoportable...

Sakura suspiró y se alejó para mirarlo a los ojos.

El vocal le devolvió la mirada ansiosa por la espera, entonces Sakura recordó lo intenso que era esto, las emociones que surgían cuando lo extrañaba ya eran descontroladas y le tomaba tiempo lidiar con ellas, incluso entonces no podía cantar victoria, pero una vez que lo tenía en frente todo lo demás se opacaba, perdía el control por completo y era precisamente eso por lo que ambos se habían alejado, el afecto que mantenían estaba muy por sobre las necesidades propias, sin embargo había una realización nueva frente a esto.

- Solo ven cuando me necesites. - Todo este tiempo se había alejado diciéndose que sería lo mejor para Hyde. Solo con aquella razón nunca había tomado el teléfono a pesar de las muchas veces que necesitó escuchar su voz. Sin embargo podía notar algo profundo en los ojos del vocal. Necesidad. - Por la mañana llévate contigo tu antigua copia de la llave y solo… ven cuando quieras.

Hyde le sonrió con los ojos un tanto llorosos, se acercó con lentitud y dio un beso casto en los labios de Sakura, luego otro en la punta de su nariz. Ambos se mantuvieron una mirada vulnerable hasta que el vocal de manera improvisada le mordió el antebrazo.

- ¡Ah! ¿Qué…?

- ¿Dijiste que tome lo que quiera, no? - dijo antes de volver a morder, esta vez las lagrimas se le escaparon. Sakura pudo reconocer la necesidad del cambio de tema.

- Dije que vengas cuando quieras, suéltame perro. - le dio un empujón a la cabeza de Hyde que se mantenía firme en su brazo pero no logró moverlo en absoluto, por el contrario el vocal mordió más fuerte antes de soltar. - ¡Duele!

- ¿Qué venga? ¿Qué tipo de invitación pervertida es esa? ¿Esa es tu manera de coquetear conmigo? - Esta vez Hyde comenzó a dar golpes suaves con los puños en su torso, Sakura podía ver como las lágrimas continuaban escapando de los ojos del vocal, entonces solo tomó sus brazos y lo empujó hasta recostarse sobre él. Siempre tuvo más fuerza que Hyde. Una vez lo vio tan vulnerable debajo de él, escuchó el latido de su propio corazón en sus oídos, Hyde aún fuerte le susurró - Ahora sí estás coqueteando. - Entonces lo besó. Lo besó lento y luego algo rudo, besó suave sus mejillas y mordió sus orejas, besó su cuello y sus hombros, luego otra vez sus labios, lo besó hasta que acabaron las lágrimas. 





Había transcurrido una semana para cuando Hyde volvió a aparecer en el departamento, esta vez traía consigo pizza, cervezas y una película arrendada, dijo que “necesitaba una distracción”, Sakura lo disfrutó. Solo dos días después Hyde volvió a aparecer en el departamento, estaba un poco ebrio y luego de contar algunos malos chistes lloró por algunas largas horas, Sakura lo abrazó todo el tiempo. Al día siguiente Hyde volvió a dormir por la noche diciendo que lo extrañaba, Sakura le dejó el lado tibio de la cama esta vez. Al siguiente día almorzaron juntos y al siguiente se vieron en un restaurante, y Hyde parecía encontrar diferentes tipo de necesidades para verlo a diario. Sakura comenzó a sonreír con frecuencia, después de todo siempre fue más fácil hacerlo cuando Hyde estaba ahí.