lunes, 7 de mayo de 2018

Memorias en la Piel - Capítulo 15: Promesas


-          ¿Cómo?... ¿Cómo que me perdonaste? – le pregunté confundido. ¿Era eso posible o se refería a otra cosa? Hide me miró sin comprender mi pregunta.

-          Oye… estás más delgado… ¿Has estado comiendo bien? – me ignoró y tocó mi cintura colocando cada mano a ambos lados. – Al menos bajaste dos tallas Yaa-chan… - cerré los ojos. Pensé que nunca más volvería a escuchar su voz cariñosa dirigida a mí. Sentí que mi labio tembló y el nudo en la garganta subió de golpe.

-          ¿Estás seguro? – le pregunté conteniendo las lagrimas, con una voz tan débil que avergonzaba. El me miró, sus ojos eran un reflejo de los míos. Ambos estábamos hechos un desastre.

Hide asintió.

Suspiré y miré a todos lados como buscando saber que decir, pero hablar no parecía ser una buena idea con aquel nudo en la garganta. Lo abracé, con mucha fuerza y lloré… las lagrimas contenidas eran de decepción de mi mismo, de anhelo de él y de agradecimiento a sus sentimientos.

-          Tranquilo…- intentó decir con la voz rota. – Ay somos un par de idiotas… - me reí como respuesta, no sabía cómo frenar las lagrimas, intenté separarme un poco de él, no era un buen lugar para ponernos sentimentales.

-          Yo… - exhalé aire intentando contenerme y pestañe un par de veces haciendo lo posible por secar mis ojos. – estoy tan feliz maldita sea… - me mordí el labio mirándolo, sentí ganas de gritar, nunca me emocionaba tanto ese tipo de situaciones, pero mi alegría dolía en la cara, nadie podría borrarme la sonrisa que tenía.

-          Ya… shhh…- acarició mis mejillas intentando secarme la cara, tomé sus manos, haciéndolas permanecer en mi rostro.-  sácame de aquí… vámonos a tu casa, tomemos los gatos, tu ropa, tus cosas y te vienes conmigo.

-          Mandón. – le dije.

-          Ni creas que te dejaré quedarte donde ese imbécil te pueda ir a buscar. – dijo celoso. Le sonreí.

-          ¿Te cambiarás ropa o nos vamos así?

-          Oh si, si, espérame unos minutos. – Volvió a entrar al baño mientras se quitaba los pantalones a saltos. Me reí de él actuando siempre infantil, y al igual que él, me quité el maquillaje y busque una playera cómoda. Tocaron la puerta, y me acerqué sin mayor apuro a abrirla.

Vi unos ojos grandes y tímidos pestañar rápido de la impresión.

-          Tazawa… ¿Qué haces aquí?

-          No pensé que compartieran camarín… - susurró, de inmediato bajo la mirada. Suspiré, no lo veía hace mucho, se veía bien, más pequeño ya que llevaba una camisa que le tapaba la mitad de los muslos.  Sentí tristeza por él y por todo lo que había sucedido entre nosotros y que no tenía futuro… una fuerte necesidad de disculparme nació de repente.

-          ¿Puedo pasar? – preguntó. Mierda. Mierda. Aquel no sería un buen inicio con Hide… - No vengo a molestar… yo quería hablar con Hide pero, si tu estas aquí…bueno… yo… - comenzó a divagar sin ir al grano, vi detrás de él a Yuki acercarse.

-          Hola Yuki – saludé con respeto y algo de distancia.

-          Sakura… - sonrió con una mirada extraña, contenida.

Sentí una puerta cerrarse a mis espaldas.

-          ¡Yaa-chan, estoy listo! – gritó Hide a mis espaldas.“Esto no terminará bien…”  pensé.  - ¿Qué haces? ¿Quién es? – preguntó mientras se acercaba a la puerta. No vi su cara cuando vio a Tazawa, pero el silencio fue más que necesario para incomodar el ambiente.

-          No vengo a discutir – dijo Tazawa mirándolo a él a los ojos, por alguna razón, mirar a Hide parecía resultarle más fácil que mirarme a mí.

-          ¿De verdad? ¿Sabes hacer otra cosa entonces? – escupió con odio mi pareja.

-          Hide… - le regañé.

-          Hazlos pasar, no quiero que todos escuchen a este niño cuando comience a victimizarse. – Hide rodeó el camarín, para instalarse lejos del sofá, a una distancia considerable de la puerta en donde nos encontrábamos nosotros. Dejé pasar a Tazawa y a Yuki.

-          Siéntense…- les pedí. Ambos se miraron antes de sentarse.

-          Si quieres… - le susurró Yuki a Tazawa, mientras colocaba una mano en su pierna. Tazawa se ruborizó, aquello no paso inadvertido para mí.

-          No, no, yo lo diré. – le respondió. – Esto… yo… han pasado algunas semanas desde que no nos vemos Sakura… - dijo dirigiéndose a mí de pronto – fueron días difíciles pero… creo que te liberé. – sonrió de pronto y me miró a los ojos. – necesitaba decírtelo, estar en paz… contigo, con Hyde… y que te sientas cómodo en volver a la banda… - creo que abrí la boca de impresión por sus palabras. Hide me miró esperando que dijera algo, pero no supe qué.

-          ¿Y cómo creerte?… después de todo lo que hiciste, dudo que una obsesión como esa se te pase tan rápido. – Hide cruzó los brazos a la altura del pecho, no era una persona que dejara pasar las cosas fácilmente, siempre había sido rencoroso y Tazawa le había dado motivos para ganarse su odio.

-          Porque ahora estamos juntos. – respondió Yuki, en un tono seguro. Hide y yo nos miramos.

-          Oh… - dejé salir… ¿Me entristecía? Si tenía interés en Tazawa eso debía sentir, ¿No?  Pero la verdad, es que tenía un sentimiento de felicidad ajena. Me gustaba saber que Yuki tuviera de pareja a quien le gustaba… y también, que Tazawa sería correspondido.

Sentí la mirada de Hide nuevamente puesta sobre mí, sabía que me estaba analizando. Le sonreí primero a él, luego a ellos.

-          Los felicito. – dije finalmente-  De verdad, me alegro de que se quieran.

-          Gracias Sakura… - respondió Yuki, Tazawa le sonreía a Hide, pidiéndole con los ojos comprensión y tal vez perdón. – Espero que… vuelvas a la banda y volvamos a ser amigos… lamento mucho esta distancia…

-          Fue necesaria. – le respondí tranquilo y dispuesto a retomar mi amistad con él, jamás había querido dejarla de todas formas. Tazawa se puso de pie.

-          Bien… ya vámonos Yuki… yo esto… - camino hacia Hide, quien de inmediato se alejó un poco, pero Tazawatomó sus manos – Cuídalo mucho… y perdóname… - agachó su cabeza y Hide me miró a mí sin saber que decir, le hice un gesto para que dijera algo pero solo arrugó la cara. Tazawa lo miró, volvió a disculparse y entonces se alejó hasta llegar a la puerta, espero a que Yuki se despidiera de la misma forma y salieron del camarín, de la mano…

Hide y yo nos quedamos en silencio unos segundos.

-          ¿Te das cuenta que si no hubiéramos estado juntos hubiera tenido que soportarlo yo aquí, solo? – asentí. – le hubiera sacado la peluca… - su rostro continuaba molesto, comenzó a guardar sus cosas en una mochila. Me senté en el sofá mientras lo hacía.

Sin pretenderlo pensé un poco en la situación… tenía razón, si no hubiera estado yo con él, Tazawa habría hablado con él de todas formas, ¿Qué pretendía? ¿Decirle que se había salido del camino? ¿Incentivarlo a volver conmigo? ¿Realmente me olvidó tan rápido…? No me dolía en absoluto aquel sentimiento, pero se sentía tan rápido todo… Hide volvía a mí, Tazawa se alejaba sin problemas… demasiado perfecto para ser real, a mí las cosas jamás me resultaban fáciles.

-          Hide… ¿le crees a Tazawa? – pregunté inofensivamente. El se colocó un suéter y la mochila mientras me respondía.

-          Mm… los he visto juntos… no sé si la obsesión contigo desapareció, pero definitivamente Yuki sabe mantenerlo cuerdo.

-          ¿Los has visto juntos?

-          Si…

-          ¿Cuándo? – exigí saber.

-          Lo seguí… algunas veces… - admitió sin pena, levantando los hombros, restándole importancia al acoso.

-          ¿Qué? ¡Hide!

-          Necesitaba saber si tú y él… aún…  - su rostro cambió de expresión y nuevamente vi sus ojos tristes.

-          Está bien, no hablemos más de eso, cerremos ese libro, todo este enredo se acabó. Ven aquí. – estiré las manos para que se sentara en mis piernas y me abrazara, me sonrió cálidamente y se dirigió a mí. Entonces tocaron la puerta. Ambos nos miramos algo frustrados.

Me levanté del sofá, pero no alcancé a abrir la puerta cuando Ken-chan entró.

-          Oh pensé que habría olor a sexo ya que estaban solos… ¿Cómo estuvo esa reconciliación?

-          Asqueroso, no somos como tú que follamos como conejos donde podamos. – respondió Hide riendo.

-          ¿No? Porque yo recuerdo muchas veces en que se escuchaba por los pasillos “Aaaah… si… Sakura, ahí…. Si….” – Ken-chan comenzó a simular quejidos, cada vez más fuerte, Hide se tapó los oídos y salió corriendo del camarín gritando “lalalalalala”.- ¿Se reconciliaron, no? – me preguntó a mí.

-          ¿Sabías que estábamos peleados? – pregunté sorprendido.

-          Por favor Sakura, es solo cosa de ver la cara del enano para darse cuenta que no está teniendo sexo, hasta tiene el cabello opaco.

-          ¡Ken-chan! Si que eres…

-          ¡Yaa-chan apresúrate! – gritó Hide desde fuera y Ken-chan le grito en respuestas.

-          “¡Siii … amor… uuuy… ahí!” – Ken-chan salió en busca de Hide, y lo persiguió por todo el pasillo simulando los quejidos, creo no haber visto a Hide correr tan rápido desde que un perro le robó un trozo de pizza.

Me despedí de Ken-chan con un abrazo, agradecido de todo lo que había vivido esa noche. Tetsuya desapareció, por lo que no pudimos despedirnos de él, aunque Hide estaba desesperado para que nos fuéramos de allí.

Subimos a mi auto y nos dirigimos a mi casa.

-          Han sido meses… caóticos… - confesó.

-          Lo siento mucho cariño… - busqué su mano mientras manejaba y él tomó la mía.

-          La gira… discutimos como nunca lo habíamos hecho, creo que fui demasiado duro con la banda y ellos explotaban con el staff… el sentimiento de… que nadie valoraba nuestra música, estaba muy presente… en Kaz y en mí.

-          ¿Por qué dices eso? ¿No vendieron demasiadas entradas?

-          No… como éramos teloneros, la gente no iba a vernos a nosotros, habían unos pocos… prácticamente las mismas chicas de siempre, en varias ciudades… pero aun así, no era comparable con otras bandas que se presentaban el mismo día… nos hicieron bajar del escenario…

-          Si… así supe… 

-          Fue triste… algunas cancelaciones, cambios de fechas en último momento, productoras satánicas desordenadas y un puto equipo que murió en pleno concierto.

-          Pero Hide, saliste victorioso de todo eso, esa capella que trasmitieron hasta por televisión fue el mejor final para un concierto, estoy seguro que los fans lo sintieron así.

-          Si, uno puede pensar eso porque son fans más comprensivos con las dificultades… pero el sentimiento de que nada salió bien, es fuerte… - acaricié su mano, intentando darle consuelo, llegamos fuera de mi casa en aquel momento. – además… tomaremos un Hiatus indefinido.

-          ¿Qué? – quité la llave del auto de forma brusca por la sorpresa - ¿Es en serio? Pero… ¿indefinido? Hide… lo siento… - no sabía si tomar la noticia como positiva o negativa, lo primero en lo que pensé sería en lo desilusionado que debía sentirse él.

-          Está bien… ya era hora de un descanso…

-          Por favor eso no te lo crees ni tú. – yo sabía que el odiaba no saber si trabajaría al día siguiente.

-          No… lo digo en serio… quiero tomar un descanso… pensar en algún proyecto solista… pasar más tiempo junto a ti, seguirte en alguna gira, tal vez… recuperar algunas amistades, visitar la familia… - me lleve su mano a mis labios y besé el dorso de ella.

-          Me hace feliz escucharte decir eso… por primera vez. – ambos reímos y nos sonreímos. – iré por los gatos y un poco de ropa, espérame aquí – el asintió.

A toda velocidad me metí en la casa y comencé a arreglar un bolso con ropa, pijamas, abrigos, jeans, playeras, ropa interior, cepillo de dientes y celular. Observé mis muebles varias veces por si me llevaría algo más, pero todo lo demás podía compartirlo con Hide.  Me apresuré en salir de mi habitación con el bolso cuando me encontré con Hide en la sala principal.

-          Remodelaste… ¿Por qué? – tocó los sofás nuevos con curiosidad.

-          Hum… necesitaba mantener la mente ocupada….

-          Vaya… ¿Necesitabas un ultimátum para sacar toda la basura y tapar todas las manchas de las paredes? Me lo hubieras dicho antes…

-          Idiota… - lo abracé desde su espalda, y escondí mi rostro en su cuello. – no sabes cuánto te quiero… no dejaré que lo olvides… - acaricie la piel de su cuello con mi lengua, subiéndola lentamente hasta su oreja.

-          Mmm… no hagas eso… aún tenemos que llegar a casa… - pegó su cuerpo al mío, buscando rozar nuestras caderas.

-          Podemos hacerlo aquí… - besé sus mejillas desde mi posición y volteó su rostro para besarme.

Sentí aquel beso como si fuera uno de los primeros, suave, delicado, anhelado.
Se escucharon un par de “miu, miu, miu” desde la habitación en donde estaban los gatos y Hide rió en nuestro beso.

-          Llévame a casa… y dejaré que hagas lo que quieras conmigo. – dijo seductor mirándome a los ojos.

-          Mmmm… que provocativo Hyde-san…

-          ¡Tú no me digas así! – me apretó la mejilla fuerte y me arranqué antes de que apretara la otra, riendo y fui por los gatos.

Llevamos los gatos en una caja y parecían ser los más felices con la casa de Hide, ¿Por qué? Básicamente porque preparo una habitación para ellos, con juegos, rascadores, camas especiales, toboganes y hasta luces.

Nos sentamos a ver los gatos jugar, para nuestra sorpresa estábamos encantados con ellos, cayendo, golpeándose, rodando o asustándose…  nos recostamos en la alfombra, Hide se apoyó en mi pecho.

-          Siento que han pasado años desde que sentí esta tranquilidad… - acaricie su cabello rubio y lo despeiné un poco. Me gustaba escucharlo sentirse así.- pero tengo hambre. – estallé de la risa.

-          ¿Cuándo no? Levántate, iré a prepararte algo de comer. – se levantó un poco, e intente levantarme, pero me abrazó y caí sobre él. – cuidado bobo, que te aplasto… - me besó en medio de mi queja, un beso excitante, con más lengua de lo usual, suave pero intenso. – Ey… ¿qué tipo de comida quieres? – mordí su labio, ya excitado.

-          Tienes razón, puedo morir en el acto de fatiga. Ve por comida o no habrá sexo. ¡Ve, ve, ve! – me empujó para que saliera de la habitación.

Lo miré antes de salir, tenía una expresión extraña… diferente… dolida.

Había sido un día intenso… ¿Realmente me había perdonado? Lo sentía cuidadoso con sus emociones, precavido y al mismo tiempo atrevido… nunca habíamos pasado por ese tipo de dificultades y me desconcertaba no entenderlo.

Preparé ramen mientras ordené mis cosas en la habitación, cuando faltaba poco para servir la comida fui a buscarlo.

Lo encontré en la habitación, dormido, con los gatos acurrucados a su alrededor, sus ojos tenían lagrimas a pesar de estar en sueños.

Me senté a mirarlo y a quererlo… como siempre lo había hecho.

Me juré, nunca más volverle a fallar, ni herirlo, ni hacerlo dudar de cuanto era mi afecto por él, lo tomé en brazos y lo lleve a la cama. Lo acaricié un poco mientras dormía, hasta que el olor a comida me alertó de que la cena ya estaba más que lista.

-          Hide… cariño, despierta… vamos a comer… - Moví un poco su estómago y abrió los ojos lentamente, estaban algo hinchados por llorar minutos atrás y horas antes en el camarín.

-          ¿Sakura? – preguntó desorientado.

-          Sí, soy yo… la cena esta lista, bajemos.

-          ¡Sakura! – dijo alto antes de abrazarme fuerte como un niño que acababa de despertar de una pesadilla y necesitaba de su mamá. – No te vuelvas a ir… no me gusta dormir solo…

-          Tranquilo Hide… aquí estoy y aquí estaré – respondí de forma cursi mientras él aun me abrazaba.

-          ¿Para siempre? – preguntó infantil. Me reí, no pude evitarlo.

-          Para siempre. – prometí.