viernes, 16 de febrero de 2018

Memorias en la Piel - Extra: Jaula


La espalda de Ya-chan era suave y me trasmitía calor. Era agradable abrazarlo, sentir sus dedos entrelazados con los míos. 

Me sentía algo molesto y resignado, odiaba saber que tenía secretos, odiaba verlo llorar y más aún no saber el por qué. Besé su espalda una vez más pero al parecer ya se había dormido, escuché su respiración acompasada y me concentré en ella hasta relajarme lo suficiente como para dormir. Cuando por fin sentía que estaba entrando en el sueño, mi celular comenzó a vibrar. 

Me moví con rapidez para que él no se despertara y corrí hacia el celular. Vi el número de la llamada entrante, no lo tenía registrado, pero sabía muy bien que pertenecía al celular de Sakura. Me extrañó, sin embargo lo primero que pensé fue que lo dejó en cualquier lugar e intentaban devolverlo. 

- ¿Diga? - pregunté. Vi a Sakura moverse, así que salí de la habitación para no despertarlo del todo. Espere unos segundos pero nadie respondió. - ¿Diga? - repetí.  Escuché una respiración del otro lado de la llamada que me impacientó - Oye, ¿vas a hablar o no?

- Eres tú... Así que tú eres la esposa de Sakura. - respondió una voz neutra. Tragué saliva. 

Conocía esa voz.

- Tazawa... ¿por qué tienes el celular de Sakura? - soné enfadado por mis incontenibles celos de imaginar a Sakura con él.  En mi interior maldije a mi pareja por guardar mi número como esposa, siempre le dije que eso tal vez nos ocasionaría algún problema, pero jactándose de que era nuestra broma privada lo mantuvo así.

- ¿Desde cuándo están juntos? - exigió saber. Me coloqué nervioso, si habría querido que alguien supiera, definitivamente no sería él. - ¿Desde cuándo? - su tonó me irritó, como si él tuviera algún tipo de poder sobre Sakura para exigir saber algo.

-Te pregunté por qué tienes el celular de Sakura niño, contéstame.

- Porque estuvo aquí, ¿No lo sabías? - Me tragué mis celos y las ganas de insultarlo, sin embargo, mi tono continuó siendo poco amigable.

- ¿Y qué haces llamándome? No creo que no puedas devolverlo en otro momento. - quise hacerlo enojar y apresurarme en cortar la llamada evitando así soltar alguna palabra demás.

- ¿Desde cuándo están juntos? Maldición contéstame. - Insistió. Pensé en decirle que realmente no estábamos juntos, que era una broma de parte de Sakura guardar mi número como esposa, pero no pude, mi maldito orgullo, egoísmo y los infinitos celos no me lo permitieron.

- Desde hace veinte años niño. Ahora que sabes hazme el favor de alejarte de mi pareja. - mi voz sonó tan enfadada que yo mismo me impresioné del odio que le tenía a Tazawa. El permaneció mudo unos segundos antes de contestar.

- Necesito hablar contigo. Veámonos, ahora. - Su voz tenía un tono levemente diferente, más que impresionado, esta vez sonaba amenazante.

- No tengo nada que hablar contigo.

- Si lo tienes, porque tengo en mis manos todo el historial de mensajes de texto de ustedes dos y si no quieres verlo publicado en alguna revista, será mejor que vengas por este celular.

- Le diré a Sakura que vaya por el en unos minutos, no quiero verte la cara niño.

- Esta bien, déjalo a él venir, estoy seguro de que él si querrá verme la cara o... tal vez más que eso - sus últimas palabras me dejaron en una especie de shock y se repitieron en mi mente un par de veces antes de que fuera capaz de decir algo.

- ¿Estas insinuando que a Sakura le gustaría verte? Ni en tus sueños.

- Si crees eso es porque en veinte años no lo haz conocido demasiado, ven a buscar el maldito celular y atrévete a darme la cara.

- Esta bien, iré, envíame tu dirección niño- Dije resignado antes de cortar la llamada. Insistía en llamarle niño y hacer notar su inmadurez, me sentía mejor conmigo mismo tratándolo así.

Entré nuevamente en la habitación teniendo cuidado de no despertarlo. Mientras me vestía me pregunté cómo abriría el clóset de junto a su lado de la cama sin despertarlo, pero entonces vi el abrigo que había subido cuando buscaba su celular y opté por llevar ese. Me quedaba grande, pero poco me importaba como fuera vestido. Al salir de la casa, mi móvil nuevamente vibró, era el mensaje de Tazawa con la dirección; un condominio que quedaba a tan solo 20 minutos de mi casa. Me impresioné y entonces comprendí que Sakura había llegado congelado al caminar desde allí. 

No sabía cómo sentirme al respecto, solo diferenciaba los celos entre la mezcla de enfado y tristeza. Evité sobre pensar ya que no haría nada de bien a la situación. 

En cuanto me subí al auto respiré un par de veces para controlarme. Me propuse mentir lo necesario para proteger mi relación, nuestro secreto, mi dignidad y por sobre todo, evitar golpear al niño o hacer algo que agravara la situación. Sería difícil, pero debía hacerlo.

Conocía el camino, no dejaba de inquietarme la cercanía de la casa de Tazawa a la mía. No me gustaba para nada. Pensé en dar un par de vueltas por los alrededores antes de llegar donde él solo para que él no notara lo cerca que me encontraba, pero estaba demasiado impaciente para cuidar de aquellos detalles.  En alrededor de 20 minutos llegué a la dirección que me indicó, para mi sorpresa, a pesar de lo frío de la madrugada, me estaba esperando fuera de la casa.  

Me estacioné y bajé del auto sin dejar de mirarlo mientras caminaba hacia él. Sus ojos estaban rojos, tal vez por llorar o tal vez por el frío. 

- Bien, aquí estoy, dame el maldito celular niñito. - estiró su mano hacía mi con el celular en ella. Se lo arrebaté de forma brusca y me volteé sin decirle nada dispuesto a irme ya que tenía lo que quería en la mano. No le dije nada. Caminé hacía el auto, él hablo en un tono alto.

- Me enamoré de Sakura hace cuatro años... - Me detuve sin dejar de darle la espalda.

- Lo sé. - le respondí sinceramente. Lo tenía claro, esa era la razón por la que siempre me dio celos.

- Siempre...- continuó como si no me hubiera escuchado -  siempre tuve claro que tenía a alguien más, lo sabía, porque a diferencia de los demás casi siempre se comportaba como un hombre con la soledad resuelta... pero en ocasiones... habían momentos en que las noches se le hacían largas, se notaba que no dormía, que sufría y que extrañaba a alguien... En ocasiones se emborrachaba hasta dormir, otras noches solo se aislaba evitando preguntas... Ese hombre, al que pareces proteger como una perra salvaje, no lo cuidas lo suficiente.

Volteé a mirarlo realmente enfadado; ¿Qué sabía él?

- No opines sobre lo que no tienes idea...  aléjate de él - amenacé. Tazawa caminó hacia mí con una expresión enfadada.

- Si hace una semana yo me hubiera enterado de esto, tal vez si te hubiera hecho caso y me hubiera alejado con todo lo que eso me hubiera dolido. Pero en este preciso instante no lo haré, no ahora, no después de lo que Sakura me demostró.

- ¿De qué mierda estás hablando? - Me acerqué también a él dejando mi rostro sumamente cerca de él como una amenaza. Necesité recordarme que no debía golpearlo.

- Sakura me demostró que también podía quererme y a ti Hyde, con tus aires de grandeza, de perra celopata y posesiva lamento decirte que no lo tienes. Sakura ya no es tuyo. - Sus palabras nublaron mis sentidos.

- No te metas con lo que es mío niñito, no tienes idea de la relación que Sakura y yo tenemos, por años hemos mantenido...

- Hace un par de horas me hizo el amor - interrumpió dejándome callado como si me hubiera dado una bofetada. - No fue solo sexo o algo que sucedió, él me hizo saber que me quería y no me importa que discurso de mierda me des, no me importa que pasó entre ustedes, pero entiéndelo, Sakura ya no te pertenece, y no me alejaré de él, lo quiero y él me quiere. - Tazawa esperó a que yo contestara.

Me quedé congelado asimilando lo que él había dicho. No tenía sentido. El niño me sonrió triunfal y dio la vuelta en dirección a la puerta de su casa.

- Estás mintiendo... - susurré - ¡Estás mintiendo!  - grité sin considerar el tono de mi voz. Él volteó a observarme con molestia.

- Ese abrigo que traes puesto, yo se lo di. - dijo antes de entrar a su casa y dejarme allí a mi parado en frente de su casa, solo en medio del frío.

Permanecí de pie allí hasta que mi nariz dolió por el frío. 

Mi mente estaba nublada, en blanco, en shock.

Me arrastré hacía el auto pensando en que tal vez Tazawa me miraría desde dentro, evité llorar. Cuando estuve en el auto, el labio me tembló, quería explotar. Aun así me contuve y respiré contando hasta cien con toda la velocidad de la que fui capaz, avancé hasta salir del condominio y en mitad de la carretera estacioné cuando la niebla de mis ojos no me permitió distinguir el camino. Me miré las manos temblar y allí, en medio del camino, con el cielo comenzando a amanecer, me quebré.

- Ay no... - casi grité antes de comenzar con un fuerte ataque de llanto. - ¡No, no, no!... ¿¡Cómo pudiste!? - me abracé a mí mismo en el asiento del conductor. Por varios minutos las lágrimas simplemente escaparon. Me mordí a mí mismo intentando calmar mi nivel de ansiedad y golpeando mi pecho me rogué respirar, sentía que me faltaba el aire. Abrí la ventana unos minutos hasta que el frio me congeló nuevamente la cara húmeda. No me quedaría allí. Sequé mis ojos y continué el camino. 




Cuando entré en casa mi mente aún estaba nublada, no había espacio para pensar, solo repetía en mi cabeza una y mil veces que Sakura me había cambiado. Y no había repercusiones ni debates sobre ello, la frase sola derrumbaba cuanta defensa que mi autoestima quisiera inventar, todo lo demás de mí pareció esconderse y dejar que mi rabia y mi aturdimiento lo sucumbiera todo.

Tomé una botella de whisky, una copa, la subí y me metí en la habitación. Antes de entrar en el baño observé a Sakura durmiendo. Su pelo estaba hecho una maraña esparcido por toda la almohada, sus labios semi abiertos y sus brazos estirados, como si buscara algo entre las sabanas... Allí estaba mi Sakura,  la única persona con quien había compartido mi vida, él único que había tenido la paciencia para esperarme... para quererme. 

- ¿Por qué? - pregunté en voz alta, él dormido no escuchó nada y yo sin respuesta ni de mí mismo entré en el baño. Llené la bañera con ambas llaves de agua, no me importaba si quedaba más fría que caliente, solo quería esconderme unos minutos bajo las burbujas.

Me quité la ropa con rabia como si en ella hubiera quedado plasmado el olor de Tazawa y me metí en la bañera, no había ni terminado de entrar cuando un sollozo se me escapó. Me sumergí por completo en ella dejando que mi cabeza cayera bajo el agua. 

Allí abajo, aguantando la respiración, mis hombros temblaron e intenté aguantar. Entre todo el agua se perdieron las primeras lágrimas. Luego necesité salir a la superficie por aire. Bebí el whisky de la copa pero decidí tan solo tomar la botella, me senté en la bañera y me abracé a mí mismo.

"¿Por qué?", "¿No soy suficiente?", "¿Nunca lo fui?", fueron las primeras preguntas que aparecieron. Pensé en Sakura, en nosotros, en nuestra historia y los recuerdos me sacudían con fuerza mientras el agua se oleaba por el movimiento de mi cuerpo al temblar.









◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸



Sakura nos había invitado a una fiesta en su departamento. La verdad no tenía ganas de ir, sus amigos, los cuales no me daban confianza, estarían allí, lo que aseguraba una fiesta salvaje,  posiblemente sexo en el suelo, en el baño y tras las cortinas, borrachos por todos lados, música tan alta que no permitiría siquiera hablar... Ese tipo de ambiente no era de mi preferencia. Pero de todas formas Tetsu me había arrastrado allí y estábamos a unos cuantos pasos de entrar.

Tetsu y Ken conversaban animados, ambos estaban a cada uno de mis costados listos para sujetarme si intentaba escapar.

- Es bueno que como banda compartamos juntos. - insistía Tetsu, no le respondí. La verdad era que me asustaba qué vería de Sakura, a pesar de ser consciente de tener ganas de estar allí con él, sabía que era mejor no conocer demasiado ese lado de su persona.  Temía huir o encontrar una diferencia que me repeliese, la proximidad que teníamos era lo único que me causaba emoción en aquellos días.

Al entrar de inmediato fuimos conscientes de la gravedad del asunto. En el departamento no muy grande de Sakura había al menos 50 personas, la mayoría mujeres, y un par de ellas saltaba sin brasier sobre el sofá. Ken-chan fue a saltar con ellas. Tetsu y yo fuimos hasta la cocina donde abrimos unas cervezas. 

Encontrar a Sakura dentro de su pequeño departamento parecía que sería misión imposible, hasta que de pronto lo divise junto a la ventana. Estaba con una chica, besándola... mejor dicho, metiendo su lengua hasta sus amígdalas. La chica tocaba el trasero de él y este sus pechos. Me quedé expectante observando la escena como esperando que la vida me hiciera un favor y un terremoto les jodiera las intenciones a ambos, pero nada sucedió. Tetsu comenzó a hablar con otra chica y yo me escondí entre la multitud hasta que por inercia, buscando donde estar solo, entre en el cuarto de Sakura. 

Encendí la luz, por primera vez vi esas paredes de color blanco con discos de vinilo adornando el lugar, no estaba precisamente desordenado, más bien, desorganizado, olía a su perfume por todo el lugar. Me senté en la cama y observé un peluche de un koala que estaba sobre la cama de apariencia pajoso, se veía viejo, como si fuera de su infancia. Me pareció cursi que conservara ese tipo de cosas, pero no me sorprendía demasiado, pues Sakura era muy apegado a los recuerdos y ya me había comentado que tenía cajas con fotos y recuerdos escolares. Me acomodé sintiéndome solo y abrazando ese koala que tenía impregnado el peculiar olor suyo; tan agradable para mí desde que había aprendido a diferenciarlo. No era primera vez que veía a Sakura besar a una chica, pero si era la primera vez desde que mi interés por él había cambiado a atracción y en muchas ocasiones estuve seguro de que él también la sentía, aunque jamás hacía ni decía nada... solo en una ocasión, en un camarín había parecido sincerarse un poco. Me sonrojé al recordar el abrazo desnudo de aquella vez... 

Moví mi cabeza evitando caer en el recuerdo... 

Suspiré. En otras ocasiones sus ojos también parecían expresar sentimientos que callaba, pero no tenía como estar seguro de nada.... tal vez todo sucedía en mi cabeza y el solo quería que fuéramos buenos amigos.

Me defraudaba aquello, no quería verlo con nadie, no quería que nadie lo tocara, mis celos estaban por las nubes, mi enfado con él crecía; por confundirme, por ser diferente conmigo, por lograr que yo quisiera de él lo que parecía que él no quería darme. 

Me recosté en la cama, pero no alcancé a apoyarme del todo en la almohada cuando de pronto la puerta se abrió con una chica semi desnuda rodeándole la cintura con sus gordas piernas. Se besaban, gemían y casi sin verme se lanzaron junto a mí. Solo entonces Sakura me vio. Se quedó con los ojos abiertos por la sorpresa  y de la misma forma sus labios estaban abiertos. La chica me vio y me ignoró, no parecía importarle el público porque continuó besando a Sakura como si nada.

- Hide... ¿Qué haces aquí? - arrastraba las palabras visiblemente borracho. Bufé de rabia y solo me puse de pie para salir huyendo de allí. Troté rápido entre la gente de la sala y cuando volteé, Sakura venía tras de mí. No quería verlo, estaba tan enfadado, tan celoso que temía gritarle algo de lo que me arrepintiera después. Corrí hasta salir de allí, bajar las escaleras y esconderme debajo de ellas. Sakura al parecer observó desde las escaleras buscándome pero no me encontró. Lo observé mirar frustrado en muchas direcciones antes de volver a la fiesta.

"Debió regresar con la chica", pensé enojado antes de buscar un taxi que me llevara a casa, solo en ese momento noté que el koala de peluche estaba en mi mano. Lo miré con algo de tristeza. Pensé en dejarlo en la escalera pero no estaba seguro de que llegara a manos de Sakura... tan solo me lo llevé.

Al llegar a casa me serví un chocolate caliente y busqué una película arrendada de las que no había devuelto por olvido. Cualquiera de acción lograría distraerme. Me dejé caer en el sofá rodeado por una manta grande acompañado por un viejo koala, me concentré en cada estupidez de la película; desde el modelo de los autos, el guion, hasta visualicé como sería la trama de la historia desde el punto de vista de los antagonistas. Se me acababan las ideas de distracción cuando el timbre sonó. 

Eran las 4:45, sospeché que fuera algún ladrón, por lo que preferí preguntar.

- ¿Si?


- Hide abre, necesitamos hablar.- La voz de Sakura me revolvió el estómago.

De inmediato abrí la puerta dejándolo entrar. Traía el cabello mojad además de un fuerte olor a jabón y shampoo.

- Buena hora para darse un baño - comenté con algo de molestia al verlo.

- Si... bueno, era necesario para despertar de... el alcohol. - respondió nervioso. Nos miramos a los ojos, ambos parados incómodos frente a la puerta. 

- Eso o quieres quitarte el olor que te dejó esa chica, ¿te acostaste con ella? - mis celos se me escapaban por los poros por primera vez y de forma tan evidente. Sakura me contempló con impresión.

- No... Cuando te vi ahí yo... los saqué a todos de mi casa y luego... me bañé para estar más despierto y venir aquí... - su cuerpo estaba tenso, su voz nerviosa. Lo miré con algo de duda en los ojos.

- ¿Y a qué has venido? - soné más molesto de lo que quise. Sakura se miró las manos y mordió su labio antes de decir algo.

- Te estoy molestando, ¿no? Será mejor que me vaya... - se volteó y abrió la puerta. De prisa camine un par de pasos hasta él y tomé su brazo.

- No... No... Lo siento... pasa por favor... - le pedí sin mirarlo a los ojos. Me tragué mis celos como pude, lo que no fue tan difícil teniendo en cuenta mi arrepentimiento al ver su reacción, no era normal que Sakura estuviera nervioso y parte de mí se enterneció al verlo.

Lo lleve hasta el salón donde estaba viendo la película, ya estaban pasando los créditos finales con una música muy dramática que ambientaba la escena de forma graciosa. Decidí apagarla, y entonces le hice un gesto a Sakura para que se sentara. Me senté junto a él.

El vio el koala y lo tomó, luego me miró.

- ¿Qué hace esto aquí? - le acaricio los pelos pajosos al peluche, como una caricia para algo que cuidaba. - ¿Te lo robaste? - su tono sonó inocente. 

- ¿Ah? No, no... Solo... lo tomé cuando estaba en tu habitación y cuando me fui... bueno, no noté que lo llevaba... así que lo traje aquí. Pero pensaba en devolverlo - me defendí.  

- Ya... - dijo mientras lo dejaba con cuidado a su lado. Estábamos sentado uno al lado del otro, cerca pero no lo suficiente como me hubiera gustado. Suspiró y me miró de reojo. - Hide... ¿Por qué te fuiste así? - exigió saber. Lo miré con los ojos bien abiertos... siempre creí que entre nosotros todo estaba claro aunque no fuéramos explícitos con palabras.

- No me hagas decirlo en voz alta... - le pedí, esta vez yo también escondí la mirada.

- Necesito escucharlo... - susurró. Observé sus manos, se presionaba los dedos, siempre lo hacía cuando estaba nervioso.

- Sakura... - dudé. ¿Por qué yo tenía que decirlo y él no? Estaba claro que lo sabía.

- Por favor... dilo. - insistió de forma inmadura, reaccioné a la defensiva.

- ¿Qué quieres que te diga? ¿Que soy uno más en tu lista? - me atreví a mirarlo a los ojos, enfadado y culpándolo de mis sentimientos, los que sentía que estaban siendo pisoteados.  - Pues lo soy, uno más que babea cuando lo miras, como casi todas esas putas en tu casa.

- Ash, dilo bien idiota. ¿Te gusto? - nos miramos a los ojos unos segundos. Bufé.

- ¡Sabes que sí! - me puse de pie enfadado no dispuesto a mirarlo después de decirle aquello.

- ¿Entonces por qué cada vez que me acerco a ti te escabulles, te vas, te escondes? - él también se puso de pie. Sus ojos reflejaban la misma culpa que yo le echaba a él segundos atrás.

- ¡Porque me asustas! ¡Porque hablas de mujeres, de fiestas, de que no quieres una relación seria y entonces te acercas, me hablas diferente, me gustas más y más y yo no puedo olvidar que lo que buscas en tu vida no es lo que yo necesito de tí! Yo te quiero Sakura... - le susurré, mirándolo a los ojos y por primera vez desde que nos conocimos. Me acerque enternecido por su mirada y acaricié su rostro - Te quiero de verdad y tengo miedo de que tus intenciones no sean quererme por igual...

- También me gustas, también te quiero.... también me asusta... - susurró mirándome de la misma forma. Sentí el sonido de mis latidos en mis propios oídos, la cercanía me estaba comiendo de ansiedad - Yo nunca... pensé enamorarme de un hombre Hide... la idea jamás pasó por mi cabeza hasta que te conocí... no sé cómo enfrentarlo... y no creas en lo que has escuchado, la única mujer a la que he besado desde que mi atracción por ti es evidente, fue la que viste hoy... Intenté... - su mirada observó el piso, luego el tejado, luego a mí y a mis espaldas, como buscando respuestas en el aire, unas que no encontró - Intenté volver a lo mismo, a ser él que creía que era antes de conocerte, pero si no estoy con los sentidos alcoholizados no puedo sentir nada por nadie... yo... me rindo. Soy tuyo. - sentenció finalmente con una mirada de disculpas directamente en mis ojos más un movimiento de hombros, como quitándole importancia a lo dicho.

Lo contemplé unos segundos más, y suspiré.

No podía creérmelo, habían sido meses de una tortura mental, de estar seguro que solo era un juego, de cansarme de adivinar y de inventarme un significado para sus miradas especiales, esas que solo creía que eran para mí y que luego de verlo besando a aquella chica, estuve seguro de que no era así. 

- Me estas mintiendo... no sé hacia dónde va esto Sakura... yo... estoy confundido... cansado... - moví mis manos intentando explicarme, pero entonces él las tomó, entrelazando los dedos con ambas.

- Te quiero, en serio Hide, te quiero... - acercó su rostro, y cuando estuve seguro de que me besaría, levantó su rostro para besar finalmente mi frente. Sus labios hicieron un sonido suave y se desprendieron con delicadeza de mí. No pude evitar hacer un puchero de resignación. Sakura bajó su rostro rozando su mentón por el camino de mi frente hacia mi nariz llegando finalmente a ella y depositando un suave beso en la punta. Abrió sus ojos. Veía cariño en ellos, una mirada diferente a las anteriores, esta me causo un revoltijo en el estómago. Estuve seguro de que quería besarlo como jamás quise nada en la vida. Mi mirada cayó en sus labios para que no le quedara duda de donde necesitaba el siguiente beso. - ¿Puedo besar tus labios? - preguntó en un tono ronco, asentí sin despegar mi mirada de ellos, me sentía hipnotizado. Se acercó lentamente, sentí su aroma antes de que la suavidad de su boca tocara la mía. Y en cuanto ocurrió, cerré fuertemente las manos presionado sus dedos entrelazados con los míos, sin quererlo le hice notar mi ansiedad. Sus labios se desprendieron con la misma suavidad y delicadeza con la que había besado mi rostro, besó cada lado de la comisura de mis labios para entonces volver a besarme en la boca, esta vez profundizándolo. Me concentré en el tacto húmedo y el movimiento  lento y erótico de su rostro mientras me besaba, un gemido se escapó de él cuando sus manos soltaron la mías para tomar mi rostro y acariciar mis mejillas mientras continuaba besándome dándome caricias con perfecta presión de parte de su lengua. Me sentí soñando, era el mejor beso que me habían dado en la vida y definitivamente, el que más había esperado. Al separar nuestras bocas Sakura mantuvo el rostro recargado sobre el mío, le había faltado el aire para continuar besándome, su respiración me lo decía. Yo estaba igual de alterado, excitado y lleno de adrenalina. Me miró a los ojos unos segundos apenándome, me picaban los labios y quería volver a besarlo, pero aún no recuperábamos el aliento. No me contuve y lo abracé fuerte, como había querido hacerlo tantas veces. Él rio bajito.

- No te arrepientas de esto... - le pedí.


- Nunca.- prometió.

◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸




Volví a beber un poco de whisky apoyando mi cabeza en un extremo de la bañera, las lágrimas resbalaban por mi nariz... continué llenándome la cabeza de recuerdos... 



◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸



Me removí en el sofá notando que me cubría una colcha gruesa, con los ojos medio abiertos divise el rostro de Sakura frente a mí. Me estaba mirando, inclinado sobre mí.  

- ¿En qué minuto me dormí? - le pregunté.

- En cuanto la película comenzó - comentó. Me acomodé sentándome, sintiendo mis mejillas ruborizadas por la cercanía de su cuerpo junto al mío.

¿Cuánto había pasado desde que estábamos juntos? Seis o siete meses, y aún continuaba aquella sensación de nervios y ansiedad cuando estábamos juntos, más aún cuando su cuerpo estaba demasiado cerca... tanto como para querer más de él y al mismo tiempo correr de miedo por lo que podría pasar. 

Nadie además de nosotros mismos sabía lo que pasaba entre nosotros, para Tetsu y Ken, simplemente nos llevábamos mejor. No demostrábamos nuestros sentimientos frente a los demás, nos daba pavor que vieran lo que sentíamos como un problema para el trabajo y que de alguna u otra manera se viera todo comprometido por nuestra relación. Lo habíamos conversado, mientras menos se enteraran mejor sería para nosotros. 

- No sé para qué me invitas a ver películas si siempre te duermes. - Comentó recostándose en mis piernas mirándome directamente a los ojos.

- Mmm... Supongo que duermo bien contigo. - comenté sin pensar. El rio con una voz ronca, ya era tarde y aquel día nos habíamos despertado muy temprano. Lo sentí cansado.  

- Invítame a dormir entonces - susurró desde mi regazo. Volví a ruborizarme, esta vez no logre esconderlo ya que desde el ángulo que él me miraba no podía esconder el rostro. Sakura se rio y se volteó hacía mi ombligo, la posición en que quedo y la cercanía de su rostro a mi entrepierna me hizo aguantar la respiración. Pensé; "Ey, ¿qué no te enseñaron que había partes a las que uno no se debe acercar?", pero no le reclame nada, solo permanecí inquieto en aquella posición - ¿Por qué te da miedo?  - preguntó con tono inocente. Se removió hasta esconder por completo el rostro en mi estómago. 

- Hum... ¿De qué hablas? - pregunté para estar seguro. El rio nuevamente y levanto mi playera, me quede petrificado mientras lo veía meter su rostro por debajo de mi ropa para depositar un suave beso en mi piel. No estoy seguro pero creo que abrí la boca como reacción. 

- Sexo. - contestó sin tapujos. Lo miré enojado. Maldito, ¿Tenía que ser tan directo para ese tipo de cosas? 

- Hum... creo que... es lo... normal. - logré decir con una voz que apenas yo mismo escuchaba.

- ¿Normal? - insistió.

- Si... ya sabes... eso de, experimentar cosas nuevas...  no lo sé, me asusta mm... ¿el dolor?

- Ah entonces ya asumiste que serás el pasivo. - susurro en un tono serio. Movió su rostro nuevamente mirándome a los ojos, yo lo miré algo dudoso.

- ¿Quieres serlo tú? No me molestaría - me apresuré en aclarar  - Para nada, solo que pensé que... por tu personalidad... hum.... - Sakura rio fuerte y se levantó, sentándose junto a mí, inclinándose frente a mi rostro.

- No, no quiero ser el pasivo, al contrario, me he imaginado constantemente sobre ti. -  susurró. Su aliento rozó mis labios, nuevamente un nudo en mi estómago se hizo pesado. ¿Podía ser más vergonzosa aquella conversación?

- Sakura... no digas esas cosas. - Me moví de su cercanía abrazándome a mí mismo y escondiendo el rostro de él. 

- Vamos Hide... ¿De verdad no tienes ganas? 

- Hum...- continué escondiendo el rostro, entonces sentí su aliento cerca de mi oído causándome un escalofrío que me hizo temblar en cuanto Sakura habló.

- No me mientas, porque te he escuchado gemir entre besos... 

- ¡Sakura! - levanté la mirada para observarlo molesto. Sus labios estaban demasiado cerca y sus ojos no dejaban de mirar los míos. Temí, vi la excitación en su mirada.

- Me asusta ser malo en la cama... - confesé. - No sé cómo se supone que deba ser... 

- Yo tampoco, no creo que sea demasiado difícil definir lo que nos guste o lo que queramos hacer, pero debemos atrevernos a intentarlo...

- Tu solo quieres violarme, pervertido. - le regañé a medida que se acercaba más a mí.

- Confía en mí. - se inclinó un poco. Me besó suavemente con los labios cerrados.

- Sakura...  - mi tonó denotaba lo inseguro que estaba.

- Solo di que no si no me deseas... 

- Claro que te deseo...  pero...

- Entonces confía en mí. - abrió los ojos en espera de mi respuesta, lo contemplé indeciso.

"A la mierda, también me excita este hombre", pensé antes de suspirar. Asentí. 

Me besó con fuerza haciéndome inclinar por debajo de él mientras se quitaba la chaqueta que llevaba seguido de la sudadera. Desde abajo contemplé su pecho desnudo, que ya había visto tantas veces, pero que esta vez tenía permitido acariciarlo. 

- Sakura... - susurré cuando sus labios se apartaron de mí unos segundos.

- ¿Mm?

- El sofá es incómodo... - ninguno de los dos cabíamos bien acostados. Abrió los ojos y observó el escenario, por su gesto pareció estar de acuerdo. De pronto me tomó en brazos y me levantó. - ¡Oye! ¿Qué haces?  

- Llevo a mi princesa a la cama. - reí abrazándole con miedo de caer.

- No me sueltes. - alcancé a decir cuando entre juegos fingió dejarme caer - !Aah cuidado! - Sakura solo rio mientras me arrastraba hasta mi cuarto. La cama era grande, casualmente solo tenía un par de semanas desde que la había cambiado, no era que planeaba nada, pero considerando que tenía una visita frecuentemente muchas cosas de casa se habían adaptado para dos.

En cuanto llegamos a la habitación me dejó sobre ella, había entrado tan solo una vez pero parecía recordar bien que el interruptor de la luz estaba junto a la cama y no junto a la puerta como usualmente ocurría.

- No enciendas la luz... - le pedí. Él me miró con cierta impresión cuando ya la había encendido.

- ¿No quieres ver mi cara de placer? - preguntó seductor.

- Solo no la enciendas... - volví a pedirle sin mirarlo a los ojos, él la apago. Lo siguiente que escuche fue el ruido de la bragueta de su pantalón y luego los escuche caer al suelo. Luego algo más, tal vez su ropa interior.

La  silueta desnuda de su cuerpo se acercó a mí y me sentí temblar de nervios.
No recordaba haber sido tan tímido con nadie, pero la verdad era que mis nervios salían a flote gracias a la personalidad fuerte de él.

Se sentó junto a mí, su mano se metió por debajo de mi playera para acariciar mi abdomen, sus dedos largos subieron acariciando mi piel  a su paso hasta llegar a los pezones. Besó mi cuello una, dos, tres veces.

- Mm...- se me escapó. 

- Relájate... si  en algún momento dejas de disfrutarlo, solo pídeme que me detenga... - su voz excitada me resultaba más erótica de lo usual.

Quitó mi playera de mangas largas y me recosté permitiéndole besarme el pecho. Quería que lo hiciera, llevaba semanas deseándolo. Su lengua saboreó mis pezones con delicadeza y por más rato del que hubiera imaginado. A medida que su lengua los acariciaba sentí mi erección presionarse en mi pantalón y mis dedos se enredaron en su cabello guiándolo más abajo.

Besó todo a medida que bajaba, su garganta producía sonidos de placer a medida que me besaba, yo estaba seguro de que mi respiración se podía escuchar hasta fuera de la habitación.

Cuando tocó el borde de mi pantalón, sin notarlo lo guié hasta mi entrepierna.

- Quieres que... - insinuó con el mentón apoyado en mi entrepierna.  Me reí nervioso ¿Lo quería? Negarlo sería ridículo.

- No tienes que hacerlo si no quieres...

- Calla. - Me interrumpió. - Solo me impresiona saber que eso deseaba mi princesa y aun así me negaba el placer de hacerlo.

- Eres un idiota, disfrutas ponerme nervioso.  - ambos reímos.

- No sabes cuánto. - abrió la bragueta lentamente, no podía ver bien su rostro por la oscuridad, pero si podía diferenciar entre la penumbra su cabello alrededor de mi cintura. Debía reconocer que mi excitación había superado los nervios de un comienzo. Lamió aún con la ropa interior puesta, luego la quitó con un dedo liberándola un poco -  Mmm... No es pequeño - comentó con asombró.

-¡Ya-chan! - me incliné para regañarle.

- ¿Qué? - respondió inocente.

- ¿Por qué se supone que debería ser pequeño? - le pregunté con el orgullo herido.

- Porque tú eres pequeño. - respondió en el mismo tono inocente.

- Ash.- Su lengua acarició la punta de mi erección.- Ah. 

- No te enojes... - susurró antes de volver a lamer esta vez desde la base hasta la punta.

- Mm...

Continuó su tarea tomándose su tiempo, acariciando con la lengua, chupando un poco, masturbando luego, volviendo a lamer... Parecía entretenido con mis quejidos, sobre todo cuando tomé la almohada para intentar callarlos. En ese momento comenzó a moverse rápido chupando fuerte y con los dientes rozando. La almohada no hizo milagros y mi sudor apareció en mi pecho, me tensé tanto que presioné su rostro con las piernas sin quererlo. Él se detuvo cuando creí que el líquido pre seminal había aparecido. 

Subió lentamente besando todo a su paso hasta que llegó a mis labios. Dejándome llevar abrí las piernas y lo rodeé con ellas mientras su lengua acariciaba la mía.

- ¿Alguna petición? Además de... ¿ser muy cuidadoso? - preguntó rozando su nariz con la mía

- Bésame mucho - pedí, él asintió y su mano volvió a masturbarme - tu... ¿tienes alguna petición?

- Di mi nombre hasta que no puedas hablar. - mordí mi labio cuando lo escuché decir aquello. Debía aceptar que Sakura siempre me pareció un conquistador muy excitante, pero verlo en el acto y escuchar su voz afectada había superado mis expectativas.

Asentí luego de un rato de silencio en que continuó masturbándome. Con la humedad que ello le dio a sus dedos, metió uno en mí.

- Auch. 

- Lo siento... - sentí el sonido de su boca ensalivando sus dedos antes de repetir el acto. Entró un poco más, mi mano se dirigió a su brazo para presionarlo. No era demasiado doloroso, pero si extremadamente invasivo.- ¿Estás bien? 

- Mm... Creo... que sí... 

Sakura se inclinó para besarme mientras su dedo entraba de a poco, nuestra postura algo incómoda se mantuvo hasta que mis caderas por si sola tomaron el ritmo de sus dedos.

No supe en que momento cedí al pequeño calor agradable que en aquella zona comenzó a aparecer y luego se expandió.

- ¿Se siente bien?

- Mmm... Si... 

Volvió a mis labios y su erección entro en mí reemplazando sus dedos. Lo abracé con fuerza.

- Te quiero Hide... te quiero... - susurró para mí en mi oído.

- Au... yo también, te quiero Ya-chan. - Permanecimos quietos mientras yo me acostumbraba a la sensación.

- Prométeme algo -  

- ¿Ahora? - pregunté incómodo. Ambos reímos por la situación.

- Solo... tenme paciencia. Sé que soy algo bruto y constantemente mi actitud te frustra... pero sé paciente conmigo... - asentí sonriendo. Me hacía feliz escucharlo hablar de forma sincera. 

- Tú... sé mío. - pedí a cambio.

- No sé si eso se pueda más de lo que lo estoy siendo en este momento. - respondió antes de besarme. Me perdí en aquel beso húmedo. Sakura comenzó a moverse lentamente, mis manos se fueron a su cadera y fui consciente del erótico vaivén de su cintura mientras me embestía con cierta pasión y cierta suavidad. 

Me besó hasta que ya no pudimos respirar.

- Sakura... mmm... más...

- Aahh...

- Mmm...

Con su rostro sobre mí pude contemplar a pesar de la oscuridad, sus labios abiertos y su mirada intensa sobre mi rostro. Ambos sudábamos y me di cuenta de que no podía sujetarme a su cuerpo bañado en sudor, mis manos resbalaban. En ocasiones mi espalda se inclinó víctima del placer de la zona baja, en aquellas oportunidades Sakura besaba mi pecho, deteniéndose en un sensible pezón. 

Durante un par de minutos mis piernas temblaron demasiado, sentí vergüenza de lo que sentía, pero Sakura susurró en mi oído:

- Me gustas Hide... - su voz llena de pasión barrió mis miedos de una sola vez. 

Aceleró el paso mientras el sonido de la zona hacía más evidente nuestros movimientos a los oídos. Tomó mi mano dirigiéndola a mi erección. Entendí que quería que me masturbara, pero no me atreví.

- Hazlo... no puedo masturbarte y sujetar mi peso al mismo tiempo... - susurró.

- Así está perfecto... - intenté convencerlo.

- Hide... no te veo, está oscuro, quiero que te masturbes, tú conoces tus ritmos, solo hazlo, quiero que disfrutes...-  inflé las mejillas en un acto de niñería que percibió al desinflar mi cachete con un beso. - Vamos cariño... solo hazlo...

Sakura no insistió cuando yo no respondí, pero si aceleró al embestir, solo allí, cuando ambos estábamos sumergidos en el placer, me atreví a tocarme a mí mismo frente a él.

- Aah Sakura...  Sakura... - repetí muchas veces su nombre mientras mis piernas temblaban y mi cuerpo se movía sin control propio. Él gemía bajo y ronco, escucharlo era un deleite y solo me excitaba más.

Continuamos con aquel rápido movimiento por varios minutos, fui quien primero terminó gritando algo extraño que en algún momento tuvo la intención de ser su nombre, él continuó unos segundos más hasta que finalmente lo sentí temblar sin control al igual que yo. Se quejó con una voz temblorosa, lo que me hizo percatarme de que había alcanzado su orgasmo, el líquido caliente invadió una zona que ya se sentía arder.  Su erección resbaló al salir de mí y él la masturbo un poco hasta que estuvo seguro de que no quedaba nada por salir, en la oscuridad vi sus hombros subir y bajar sin control por su respiración acelerada. Sus hombros temblaban un poco por el orgasmo, estuve seguro de que mis manos estaban igual.

Se dejó caer sobre mí y a tientas tome la colcha que cubría la cama, tiré de ella para secar un poco su sudor y el mío.

- Dios... soy una babosa... - dije con la respiración entre cortada.

- Somos. - respondió. - ¿Estás... bien?

-  Si... 

- Estuvo genial. - dijo tirando de mí para que lo abrazara, le seguí el juego.

- Si... - me limité a responder con voz tímida antes de abrazarlo fuerte. - Eres mío. - sentencié feliz.

El río.

- Nunca imaginé que serías tan posesivo.

- ¡No te vayas a arrepentir ahora de ser mi novio!  - le regañé.

- ¿Así que somos novios? - preguntó aún con el tono divertido en la voz. Me indigné y él lo notó.

- ¿Ah? ¿No lo somos? - pregunté, había asumido que así era.

- ¡Claro que si tonto! Solo que nunca lo habías dicho.

- Ah, es que no me preguntaste, pero supongo que estaba implícito, así que tienes que casarte conmigo. - le dije jugando.

- Implícito. - repitió con sospecha.

- ¿No quieres? - fui consciente de que mi voz sonó herida.

- Pídemelo. - exigió.

- Ash, Sakura, ¿Quieres ser mi novio? - pregunté en voz baja con voz entre tímida y enojada.

- Si, si quiero. - respondió con una voz tierna. - Pero quiero más que eso...

- ¿Ah? No podemos casarnos Sakura... 

- Lo sé pero... si puedes permanecer conmigo para siempre. -  fue su voz la que esta vez sonó tímida y me descubrí apretándole los cachetes bañado en ternura.

- ¡Si eres tan cursi a veces! - le dije a penas le solté las mejillas, él se las acarició como consuelo.  Me acomodé sobre él susurrándole viéndolo a los ojos, estando seguro de que él también podía verme bajo la suave luz. - Mientras me quieras junto a ti, ahí estaré. 

Buscó mi mano entrelazando nuestros dedos y la dejó caer, estaba cansado. Nos quedamos inmóviles hasta calmarnos del todo, solo cuando mi cuerpo volvió a su temperatura natural me levanté. Sakura permanecía en silencio, estuve seguro de que se había dormido.

- ¿Sakura?  

- Mm. - respondió casi dormido del todo. Me reí, nunca lo había visto dormir por alguna razón, era algo que me causaba emoción. Se puede ser muy ridículo cuando se está enamorado. 

- Métete bajo las sábanas, hace frío. Iré por comida. - Encendí la luz y lo vi removerse para esconderse de ella. Se levantó a tientas arrastrándose bajo las colchas, sin vergüenza de que yo lo viera desnudo, lo contrario a mí que permanecía con ambas manos cubriéndome la entrepierna, pero estaba tan dormido que no me miró en ningún momento.

Me lavé un poco el sudor y me vestí con tan solo un calzoncillo y una playera grande. Luego bajé por comida, hice una sopa de fideos que en sus mejores intentos aspiró a ser ramen y la subí a la cama. Sakura roncaba fuerte, por lo que solo comí yo mientras lo miraba, también me comí su plato. Lavé mis dientes y me recosté junto a él que de a poco se acomodó abrazándome.

En aquel instante, me jure a mí mismo que si los dioses del universo me permitían compartir mi vida con él, jamás le haría daño.






◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸◂▸



El agua fría de la tina me hacía doler los huesos, tenía tanto frío a pesar del lícor que no podía contener los temblores y estuve seguro de que no eran sollozos, ya no quedaban más lágrimas, hasta me sentía deshidratado y algo ebrio. Me levanté con dificultad y me coloqué la bata de baño sin secarme, las gotas y la humedad me hacía difícil no resbalar, pero me las ingenié para llegar junto a Sakura en la cama. Solo entonces noté lo ebrio que estaba, veía un poco borroso, las ideas no conectaban.

- ¿Te arrepientes Sakura?
 - pregunté en voz más alta de lo necesario mientras lo miraba dormir. Él se removió entre las sábanas. - ¿Te arrepientes de todo lo que me dijiste?, ¿De quererme? - continué preguntando en voz alta, Sakura abrió los ojos un poco dormido y se sentó. - ¿Te arrepientes de haber desperdiciado tanto tiempo? 

- ¿De qué estás hablando? - preguntó roncó, solo entonces pareció oler el licor.- ¿Estás borracho? - Abrió bien sus ojos mirándome con duda en el rostro.

- ¿Por qué? - le pregunté esperando que realmente me contestara algo que pudiera calmar el dolor de no ser suficiente para él.

- ¿Por qué, qué? Hide... sécate un poco... - Se levantó de la cama con prisa directo hacia el cajón de las toallas.

- ¿Por qué ya no me quieres? - le pregunté. - ¿Que hice mal? - Se volteó a observarme con dudas en los ojos y supe en ese instante que esa duda específica ya había llegado a él. Él sabía que yo ya lo sabía todo. Lo vi en sus ojos, lo sentí en su postura y ese rostro que jamás fue capaz de mentirme.

- ¿De qué estás hablando? - caminó hacia mí lentamente pero mantuvo distancia.

- Sabes de qué estoy hablando. - Mi tonó ebrio no sonó lo suficientemente enojado como me hubiera gustado. Continuó dudando. - Te lo aclaro entonces, ya que no te dignaste a decírmelo tú mismo; te acostaste con Tazawa y pretendes que aquí no ha pasado nada.

- Hide... - se acercó a mí buscando mis manos. Lo empujé. 

- Vete a la mierda o donde sea, pero te quiero fuera de mi casa y lejos de mí. - le gruñí.

- Déjame explicarte lo que pasó.

- ¿Qué me vas a explicar?, ¿Cómo le metías el pene? Esa técnica me la sé bien. Veté Sakura, veté de aquí. - Sus manos continuaron buscando las mías y volví a empujarlo, hasta que finalmente las tomó y la sujeto con firmeza.

- Escúchame, yo pensaba que habías estado con alguien más, que esto se había acabado, había bebido y...

- ¡Yo jamás habría estado con otro, maldito imbécil! ¡Solo contigo! - comencé a llorar y entre la mezcla de tristeza y ebriedad no supe si mis palabras se entendían - Yo jamás habría dejado que otro que no fueras tú me tocara... yo jamás habría estado con otro, yo jamás.... ¡veté! ¡Sal de aquí! 

- Escúchame, Hide soy yo, me equivoqué, ni siquiera sé bien que pasó, no estoy seguro de que hice, pero por favor... no dejes que esto nos separe... 

Entre palabras comenzó una especie de forcejeo en cámara lenta del que terminó conmigo en la cama y Sakura sobre mí suplicándome perdón. Cuando por fin pude liberar mis manos, me tapé los oídos y comencé a gritarle que saliera.

Todo lo que sucedió en ese instante fue muy confuso, pero recuerdo haberlo visto intentando que lo escuchara no sé por cuanto rato, y finalmente se fue, sin llevarse nada y al mismo tiempo sentí que se llevaba todo. 


Me quedé completamente solo.