Sentado en una gran habitación con ventanales amplios que mostraban una
gran vista de la ciudad, me encontraba solo en medio de la amplia mesa… frente
a mí, tres sillas vacías.
¿Había llegado demasiado temprano?
Observé mi reloj.
No. Me citaron a las 09:00 y eran las 09:30… sin embargo, en cuanto dije en
la entrada que era el baterista de reemplazo, me hicieron pasar de inmediato.
Al parecer el staff me esperaba pero los miembros de la banda estaban
retrasados.
Suspire. Me sentía nervioso.
Los conocía, había estado muchas veces compartiendo con ellos más que un par de
palabras en algunas fiestas y grabaciones en el mismo estudio… pero con el
único que había entablado verdadera confianza, era a quien estaba reemplazando
en aquel momento.
-
¿Sakura? ¿Qué haces aquí? – le pregunte en
cuanto lo vi fuera de mi departamento empapado con un gesto sumamente
preocupado. Sabía que mi cara debía lucir exactamente igual, él había sido arrestado
hacía tan solo un mes y aún era noticia en los medios.
-
Necesito que me hagas un favor.
-
Hm… hablemos dentro del departamento.- le
dije dirigiéndome a abrir la puerta de forma apresurada.
-
No
tengo tiempo. Escucha, necesito…- lo observé intrigado, ¿Qué era tan importante
como para decirlo en esas condiciones? – Necesito que seas mi reemplazo en L’arc-
-
¿Qué?
-
Sé que estás en pausa en tu trabajo en
este momento y por más que lo pienso, no conozco nadie más adecuado que tú. Además…
te conocen… no serás un extraño para ellos y…- La voz se fue apagando de a poco, parecía no querer
decir lo que estaba diciendo.
-
¿Reemplazo? ¿Pero cuándo volverías? –
pregunté algo preocupado. Sabía muy bien que Sakura era parte importante de las
composiciones y que la banda, su banda, tendría un cambio drástico en su
ausencia.
-
No lo haré.- susurró mientras una gota
recorría su frente, sus labios y caía por su mentón. De pronto la lluvia se
hizo más pesada, por lo que tuve que hablarle más fuerte o no me escucharía.
-
¿Entonces por qué buscas un reemplazo?
-
Estoy buscando a alguien que pueda tomar
mi lugar de forma definitiva, pero… no quiero decir que renuncio… no quisiera
cerrar la puerta a volver a tocar una vez más con mis amigos.-
-
Ya veo… - le respondí enternecido por su
habitual sinceridad y sin saber que más agregar.
-
¿Entonces aceptas?
-
Debo pensarlo Sakura…
-
¡No hay tiempo! Anunciaré mi retiro mañana
por la mañana, debo dejar un reemplazo al menos o los chicos desesperarán,
buscarán otras opciones y entonces todo estará jodido por mi culpa...- Vi en
sus ojos que realmente aquello le asustaba.
-
Sakura si la banda decide no continuar
será decisión de ellos…
-
¡No! No lo será porque ellos necesitan un
batero y tú los necesitas a ellos también. Además estas libre, conoces el
estilo, estas familiarizado con las composiciones, me ayudaste muchas veces, sé
que te gusta la música, Yukihiro… por favor…
-
No me siento cómodo con que seas tú quien
me lo pida. ¿Y qué opinan ellos?
-
Necesito que me digas a mí que sí. – Vi
sus ojos suplicantes. Sakura tenía una mirada potente. Quise decir que no,
porque lo sentía menos invasivo, pero ¿A quién rayos engañaba? No tenía un
futuro en solitario y L’arc tenía una buena posición, además, se encontraba en
el ojo del huracán lo cual le había dado mucha más publicidad. Si lo pensaba realmente, sabía que podría ser algo
favorable en mi vida, estaba seguro de que aquello así, solo sentía lástima porque comenzara de
aquel modo, con la salida de un amigo.
-
Está bien… sí… si ellos me aceptan, está
bien por mí. – le dije algo dudoso, él sonrió y suspiró aliviado.
Esta vez suspiré yo ante el recuerdo, ¿Qué pensaría la banda de mí?
Contemplé mi reflejo en la ventana; no me creía atractivo en comparación a
Sakura, al contrario, me sentía un fideo siendo comparado con una patata
musculosa. Tal vez no lograría encajar, sentí más inseguridad que nunca.
De pronto la puerta se abrió y el primero entrar fue el mánager Oishi. Lo
había visto en muchas ocasiones, de pronto recordé la advertencia del antiguo
mánager de mi banda: “No te acerques a él”, pero ya era demasiado tarde para
huir. El segundo en entrar fue Tetsu, con quien había hablado un par de veces,
parecía serio. Luego y al que más reconocía, Hyde, quien tenía más rasgos femeninos
de los que recordaba aún con el cabello corto, además, utilizaba un short que
dejaba ver sus piernas para nada delgadas. Por último, detrás de él entro Ken…
quien parecía estar severamente molesto, me observó con una mirada furiosa que
me dejó helado.
-
Chicos
les presento a Yukihiro, aunque tengo entendido que ya lo conocen.- dijo Oishi
con un tono que dejaba claro su puesto.- Yukihiro será el baterista de
reemplazo, aún no sabemos si será temporal o permanente, pero mientras, espero
que puedan agradecerle a Yukihiro que nos apoye en este momento.
-
No
hablemos de esto como si fuera un funeral.- Tetsu me tendió la mano mientras hablaba.
De buena forma le di la mano como una especie de saludo amigable.- Hay que
tomar decisiones con la mente fría en estos momentos. – A pesar de la sonrisa
de Tetsu, Ken pareció molestarse por sus palabras y tan solo unos segundos
después explotó.
-
¿Decisiones?
Solo hay que esperar a ver qué sucede con Sakura, esperarlo es lo mínimo que
podemos hacer. Además yo no quiero reemplazos, ¿A quién le preguntaron si
podían reemplazar a Sakura? Porque yo creo que mi opinión es importante y nadie
la está tomando en cuenta.
-
Tranquilo
Ken.- Oishi encendió un cigarro y le ofreció uno a él - No podemos estar
inactivos por los meses en que debemos esperar a Sakura, pero sí podemos tener
un reemplazo mientras tomamos una decisión acorde a las circunstancias que se
presenten más adelante. – El hombre mafioso me observó con una mirada
comprensiva, que claramente expresaba “Estamos juntos en esto”, sentí
escalofríos.
-
No me
hables como si fuera un estúpido, sé bien que querías a Sakura fuera como todos
demás.- respondió.
-
Ken-chan.-
la voz de Tetsu pareció dolida. Me debatí si debía decir algo, pero jamás había
sido bueno con las palabras.
-
Bienvenido
a nuestro drama actual Yuki.- me dijo Hyde sonriendo hacia mí. Lo observé con
detalles por primera vez; tenía grandes ojeras, era muy delgado tanto como yo,
podía ver los huesos de su pecho a través de la ropa.- Lo siento si no
parecemos agradecidos, pero llevamos días en que no sabemos nada de Sakura y
estamos verdaderamente preocupados… - vi en sus ojos que realmente sentía
angustia, aquello no me impresionó. Siempre que los vi juntos en el estudio
sentí una gran química entre ellos, debía ser amigos muy cercanos o quizás algo
más… entonces pensé en lo que había dicho; “no sabemos nada de Sakura”. Debía
suponer que Sakura no se había puesto en contacto con ellos pero si conmigo…
debatí entre si decirles o no, pero
entonces recordé la mirada cómplice de Oishi. El debía saber que Sakura me lo
había pedido, tanto así que ni siquiera se molesto en hablar conmigo antes de
que yo llegara al lugar.
Decidí callar, más de lo usual.
Hyde me observó con un poco de confianza, en
cuanto se levantó para servirse un refresco me alcanzó uno a también a mí, me pareció
atento y lo agradecí. Mientras tanto, Ken-chan me observaba pensativo,
analizando algo… Preocupado temí que me siguiera y me estrangulara en cuanto
salieramos de allí.
-
Bien,
los planes serán los siguientes. – Oishi tomó una hoja y un lápiz.- Trabajaran
en la nueva composición, Hyde, trata de tener revisada la letra antes de
aplicarle la melodía. Tiene una semana para dejarlo listo, luego viajaremos a
Europa y grabaremos el vídeo, volveremos en gloria y majestad para tranquilidad
de los fans.
-
¿Entonces
ni siquiera discutiremos sobre disolver la banda? – preguntó Ken, que parecía
estar por reventar otra vez. – No es que yo tenga una decisión tomada, pero
tengo claro que todos aquí recibimos ofertas para tomar otras direcciones, y
debido a que no sé si mi gran amigo
continuará en la banda, es que no sé si quiero seguir en esta dirección.
-
También
creo que debemos conversar eso… - susurró Hyde pensativo, sin quitar los ojos
del vaso que tenía en su mano.- Han llegado a mi muchas ofertas, algunas de
ellas… me interesan.
Observe la cara de Tetsuya, pálida, tragó saliva antes de acotar:
-
No
pueden estar hablando en serio… no a la primera gran dificultad abandonaremos
todo lo que hemos creado, aún somos una banda y si nos disolvemos sin intentar
mantenernos juntos… nos arrepentiremos, aún nos falta mucho camino por recorrer,
podemos tener éxito nosotros tres… -
Tetsu pareció buscar en el aire más palabras, pero no las encontró, solo
permaneció en silencio. Me sentí un extraño en medio de una familia que vivía
un duelo.
Decidí hablar, mentir, cualquier cosa parecía
viable con tal de aliviar sus ánimos.
-
Solo
estaré el tiempo necesario para que Sakura pueda volver a la banda, solo un
reemplazo, por favor esperen por él y permanezcan juntos.- Mientras decía las
palabras ya me arrepentía de haberlas dejado salir. Agaché mi cabeza algo apenado.
Que vergonzoso se me hacía todo ello… y que ajeno me sentía en aquel lugar.
Hubo un momento de silencio luego de mí, hasta que
Ken-chan se puso de pie y salió de la sala. Todos lo observamos salir.
-
Parece
que término la reunión.- dijo Hyde para terminar de beber rápidamente lo que
quedaba de su refresco y ponerse de pie. – Nos veremos para la grabación
supongo.
-
Si,
gracias por estar aquí Yukihiro, espero que la actitud de Ken no te moleste, no
es nada contra ti.
Le sonreí en forma de respuesta.
Me quedé solo junto a Oishi en la habitación, definitivamente era con quien menos quería
quedarme a solas.
-
Yukihiro….-
susurró pensativo, voltee a mirarlo de forma lenta intentando parecer
desinteresado.- No les digas que Sakura te pidió estar aquí. Todo será mucho
más fácil si se hace de forma sutil. – En cuanto dijo aquello pude confirmar mi
sospecha.
Quería preguntarle porqué fue que Sakura no acudió
directamente a ellos, pero seguramente él me diría una mentira, como al resto
de la banda.
Me puse de pie y me despedí con un gesto
completamente incomodo mientras sentía tras de mí la mirada del staff
inspeccionándome.
Salí del lugar con paso rápido y tomé un bus en
dirección a mi hogar, fue en cuanto me senté en el asiento trasero que vi a Ken
subir al mismo bus. Me miró con aquel mismo enojo y se sentó bastante lejos de
mí.
Suspiré pensando un poco lo que acababa de
ocurrir. Definitivamente no me querían allí, pero era comprensible… de todas
formas, ya le había dado mi palabra a Sakura y solo me quedaba la opción de
resistir.
Durante el viaje no pude relajarme ya que cada
ciertos minutos Ken volteaba a mirarme… incluso llevándome a considerar la
teoría del asesinato, ¿Por qué él tomaba ese bus? Me puse de pie a un par de
calles de mi hogar, quería bajar de allí, escapar de su mirada que sentía que
poco a poco me envenenaba, pero entonces él se puso de pie para bajarse también.
Me tensé. ¿Qué quiere ahora?
Cuando me bajé lo quede mirando sin estar seguro
de si avanzar en dirección a mi casa, él permaneció a unos cuantos pasos de
distancia.
“Está bien, tranquilo, camina a casa.” Me repetí
mientras mis pies fingían tranquilidad al caminar con una lentitud que me
impresionó a mí mismo.
Tras caminar un par de calles y un par de pasos
delante de Ken empecé a tranquilizarme, tal vez lo mejor sería encararlo o preguntarle qué es lo que quería
o por qué rayos me seguía. Me volteé de
forma tranquila, decidido a mantener la tranquilidad, pero entonces no dije
nada. Sus ojos enfadados me volvieron a dejar paralizado.
Nos observamos sin parpadear un par de segundos,
fue él quien habló primero.
-
¿Sabes
algo de Sakura? Tú sabes algo de él que nosotros no, ¿verdad? – al escucharlo, el
Ken que observé me dio ternura… parecía un niño preocupado por su hermano
mayor. No pensé en qué responder, solo asentí, sin preguntarme si era lo
correcto ser sincero en este caso.- ¿Qué? ¿Sí? ¿Qué sabes? ¿Lo viste? ¿Él está
bien? – le sonreí- ¡No me observes así,
maldita sea! – lo vi exasperarse y caminar un par de pasos alrededor de sí.
-
Tranquilízate,
te invitaré a mi casa, mientras bebemos té te lo contaré todo.
Caminé hasta casa con él detrás de mí, nervioso,
pero mantuve la compostura.
A llegar lo hice pasar, le dije que se pusiera
cómodo y fui a preparar el té.
Cuando volví a la sala de estar con la bandeja del
té lo vi sumamente tenso, con los ojos llorosos… imaginé que toda aquella
situación le era difícil.
-
Te
escucho.- dijo apenas me senté.
Ignorando su prisa bebí un poco en un sorbo
pequeño, luego lentamente devolví el té a la mesa. Lo vi apretar sus puños.
Estaba alterado, otra vez.
-
Hace
un par de días llovía, yo entraba con prisas las bolsas con comida que había…
-
Por
favor ve al punto.- interrumpió. Lo ignoré y volví a beber té. Sabía que estaba
por explotar, pero me molestaba que tuviera aquella actitud dentro de la
acogida que le estaba dando en mi casa. Decidí dejar con aun más lentitud él té
en la mesa.
-
Como
estaba diciendo, aquel día había ido de compras y mientras entraba las bolsas corriendo
por la lluvia lo vi; Sakura estaba en mi puerta, empapado, esperándome…. –los
ojos de Ken se encontraban bien abiertos.
-
¿Él
estaba bien? ¿Cómo se veía? ¿Cómo lucía? ¿Su cabello sigue largo? ¿Estaba muy
delgado? – preguntó con rapidez. De reojo observé por la ventana cómo
comenzaban a caer las primeras gotas de lo que era una lluvia anunciada.
-
Estaba
normal… aunque parecía preocupado.
-
¿Preocupado?
¿Qué fue lo que te dijo?
-
Dijo
que quería que yo lo reemplazara en la banda.- le confesé con cierto pesar.-
Dijo que… necesitaba que lo hiciera para que sus amigos no se separaran… me
hizo prometerle que lo intentaría. – Ken comenzó a negar con la cabeza.
-
No…
no… no… el no puede haberte dicho aquello, estas mintiendo para usar su lugar.
-
¿Qué?
Yo no soy así, no pretendo reemplazarlo. Como les dije a ustedes, pretendo
estar cuanto tiempo me necesiten, y si no quieren, puedo irme. Yo solo pretendo cumplir con la palabra que le di a Sakura.
-
¿Pero
porque tú? – me preguntó en una forma que sentí despectiva. Y me dolió.
-
No lo
sé eso es algo que debes preguntarle a él. – respondí algo agresivo.
-
Si lo
viera de frente claro que lo haría. – respondió antes de ponerse de pie y
colocarse la chaqueta. No había tocado el té que le preparé.
-
No te
vayas aún, está lloviendo, puedo pedirte un taxi.- me coloqué de pie como él e
intenté acercarme, pero se alejo dando un paso rápido lejos de mí y más cerca
de la puerta.
-
Puedo
cuidarme solo, gracias. Y gracias por el té. – abrió y cerró rápidamente desde
fuera.
Suspiré.
Me estaba dejando una amarga sensación todo
aquello. Me asustaba.
En mis sueños el sonido de la lluvia se hacía presente, llevaba muchas noches
en aquella situación. Las gotas chocaban fuertemente con el tejado de mi casa,
lo que a veces me dificultaba dormir… o aquello quería creer, la verdad era que
no dejaba de pensar en la situación con la banda y precisamente con Ken. Llevábamos
días ensayando la nueva canción y ya estaba casi por completo grabada, pero
había sido una grabación algo vacía para mí, que me sentía ajeno y desenchufado
de todo el sentimiento que parecía compartir la banda en sí. Entendía la
situación pero no la sentía, y por leves momentos, quería formar parte de ellos
y su dolor… Quería decirle a Ken que todo estaría bien, que no se castigara
más, que no se sintiera culpable por lo que ocurrió con Sakura… pero yo solo
era un extraño en todo el contexto. “El reemplazo momentáneo”.
Me moví en la cama incómodo intentando concentrarme en el sonido de la
fuerte lluvia para volver a dormir, pero entonces el timbre sonó.
Extrañado vi la hora.
02:43 am. No tenía muchos amigos que fueran tan desconsiderados como para
visitarme a aquella hora; la verdad, es que no tenía muchos amigos.
Sonó dos veces más de forma insistente.
Me levanté con la pijama y me dirigí al pasillo, encendí la luz y abrí la
puerta.
Lo primero que vino a mí fue el fuerte sonido de la lluvia desde la calle,
lo siguiente fue su voz.
-
¿Puedo
pasar? – Preguntó ebrio.
-
Si… -
le respondí dudoso. Pero entonces él se lanzó sobre mí, en una especie de
abrazo torpe.
-
¡Yukihiro
eres mi nuevo compañero! ¡Mi sensei! - casi
gritó cerca de mi oído.
-
Ken- chan estas muy ebrio, siéntate en el sofá, te traeré café.- le propuse queriendo quitármelo
de encima. Parte de mí sentía un tipo de deuda con él, aunque la verdad era que
no lograba comprender el por qué quería tanto agradarle o no sentir rechazo de
su parte. No quería su odio.
Se lanzó en el sofá abriéndose el pantalón, metió
una mano y pareció rascarse.
Lo contemplé anonadado, instantáneamente se
acomodó de lado y cerró los ojos sumamente hinchados.
-
Creo
que no alcanzaré a prepararte un café, ebrio Ken- susurre más para mí mismo.
Fue cuestión de segundos hasta que se durmió.
Preparé un té para mí, y me senté cerca de él.
“¿Qué haces aquí?” le pregunté en mi mente, e
imaginé sus posibles respuestas.
Opción 1: “Venía a recordarte cuanto me
desagradas”, eso sonaba a algo que parecía pensar Ken pero dudaba que me lo
dijera de esa forma.
Opción 2: “Vengo a preguntarte sobre Sakura”, si…
eso sonaba más apropiado, más él.
Opción 3: “Te odio tanto que no puedo parar de
pensar en ti”, imaginé aquellas palabras con su voz… “No me importaría que me
odiaras si pensaras en mí.”, me respondí a mí mismo en mí análisis. Y entonces
frené mis pensamientos en cuanto noté hacia donde iban.
¿Qué?
¿Quiero que él piense en mí?
Me puse de pie de inmediato para despabilar y negué con la cabeza
de camino a la cama.
El sueño me estaba afectando.
Entre las sabanas me cubrí hasta la cabeza. ¿Qué
demonios era lo que me sucedía? Algo me pasaba cuando Ken me observaba con
odio… lo que más quería era que me aceptara, en aquel momento no había nada que
deseara más pero… ¿Por qué? ¿Por qué quería que me quisiera a su lado tanto como
parecía querer a Sakura? Pensé en aquella mirada triste cuando quería saber
sobre él, tal vez… ¿Ken estaba enamorado de Sakura?
Eso me molestaba, pensar en ello me provocaba una angustia extraña. Parte de mí
era consciente del cariño que sentía por él, pero toda la parte cuerda sabía
que era absurdo querer a alguien que conocía tan poco… que parece odiarme,
querer a otra persona y que además, es hombre; todo era un escenario absurdo.
Pero por segundos estuve seguro de que así era, de que quería su aceptación y de
lo posible su cariño. Me quedé dormido pensando aquello… escuchando la lluvia y
sus ronquidos provenir desde la sala.
En sueños veía con los ojos entrecerrados a Ken
entrar en la habitación, quitarse la ropa frente a la cama, meterse en ella
dejando un leve aliento a licor en tanto se acomodaba a mi espalda.
-
Me
gustas…- le susurré ronco, en la confianza que el sueño y la oscuridad parecían
brindarme mientras él envolvía mi cuerpo con sus brazos desde su posición. Sentí
un leve beso en mi nuca, luego en el cuello y en los hombros.- Mmm…
-
También
me gustas… - susurró en mi oído dándome escalofríos.
-
¿Desde
cuándo? – le pregunté curioso embalsamado en la magia del sueño.
-
Desde
que te conocí.- susurro bajito.
- ¿Entonces por qué me miras con tanto odio? - solté con verdadera angustia. Su respuesta tardó en llegar, pero sonó sincera.
- Porque la única persona que sabe que me gustas es la que te pidió usar su puesto. Debería odiarte, quisiera hacerlo, quisiera pedirte que te fueras para que volviera porque él es mi mejor amigo... pero me gustas. Me odio a mi mismo porqué me gustas y no quiero que... te vayas a pesar de que quiero que él otro idiota vuelva...
- ¿Te gusta él? - le pregunté dentro de la confianza de mi sueño.
- No, claro que no...- se rió un poco, al parecer mi pregunta lo divirtió.- Me gustas tú, desde que te escuché hablar por primera vez y noté como tu
conocimiento me causaba una admiración que quise atesorar- susurró con
delicadeza, o al menos así pareció en mi cabeza. Me volteé lentamente y lo
besé.
Sentí su lengua suave, húmeda, el aliento a licor
y su mano recorriendo desde lo alto de mi espalda hasta mis caderas, mis muslos
y piernas. Allí se aferró y levantó una de ellas acomodándose entre los
espacios que mi cuerpo le permitía. Lo besé más, alzándolo sobre mi cuerpo, era
la primera vez que deseaba tener a alguien sobre mí sobre aquella manera.
Me besó hasta que mis labios parecieron arder y adormecerse,
entonces bajó besando mi rostro, cuello y poco a poco quitando la ropa. Hice lo
mismo con la suya. Bajo las sábanas y en la oscuridad solo podía sentir los
detalles de aquello… sus murmullos, su respiración agitada, el sonido de sus
ropas al caer y el tacto de su piel desnuda rozando la mía.
Envolví su cuello con mis manos y abriendo mis
piernas, le permití al Ken de mis sueños hacer lo que quisiera conmigo y mis
sentimientos.
-
Aaah…-
dejé escapar en cuanto entró de forma lenta pero dolorosa de todas formas,
jamás había hecho algo así ni en mis sueños más locos, pero este parecía ser
uno de aquellos. Tal vez, estaría en la cima de los sueños que jamás
confesaría.
-
Mmm…
gime para mí Yuki…- susurró con la respiración entre cortada.
Y así fue.
Escuche atentamente cada jadeo, cada murmullo y
cada palabra. Sus peticiones, sus suplicas, sus fetiches, intentaba a toda
costa no olvidar ningún detalle de aquel sueño, aun más atención puse cuando
jadeó mi nombre en medio de su orgasmo para luego sentir su peso caer sobre mí,
cansado.
Lo abracé y lo dejé dormir.
Respiré agitado un par de veces más, y estando
seguro de que todo aquel sueño acabaría en cuanto me durmiera, besé su piel una
vez más y cerré los ojos.
Me concentré en su respiración, acomodándome sin
soltarlo de entre mis brazos, logrando dormirme.
Desperté con el sol en la cara sintiéndome extrañamente
sudado, con una leve sensación pegajosa entre las piernas además de un peso en
mi costado. Abrí los ojos intrigado por ver qué era aquel peso y entonces… lo
vi, mirándome, con una extraña sonrisa.
-
Ken.-
dije pasmado notando que ambos estábamos desnudos… El sueño vino a mi mente.
-
Buenos
días- susurró y me abrazó con algo de ternura y vergüenza en la mirada.
Permanecí absorto, impresionado y tensó, entonces
sentí sus dedos acariciar mi cabello. Tragué saliva.
Real, todo había sido real
y lo peor; era que me había gustado y me había hecho inmensamente feliz.