Habían
pasado un par de días desde lo ocurrido y aunque Hyde saludaba a Sakura cada
que lo veía este ni siquiera le dirigía la palabra. Tampoco había visto a Yuuri
parecía que lo tuvieran en una cárcel donde ni siquiera podía salir a jugar y
Hyde se sentía bastante frustrado. “¿Qué diablos hice?, que delicaditas
personas” pensaba aunque se le dibujaba una sonrisa en el rostro al recordar
esa noche, pues sabía perfectamente la razón de que Sakura no quisiera si
quiera voltearlo a ver.
Era
sábado por la mañana y Hyde cortaba el pasto del pedazo de jardín que le
correspondía por su renta, pero claro siendo él no era un trabajo ni difícil ni
cansado, sino una perfecta oportunidad para mostrar un poco de piel y atraer
clientes.
-Dios
mío quien ese ese.- preguntó Chieco la amiga de Erika desde que tenía memoria.
Era igual de linda que ella, pero su nivel de egocentrismo era mucho menor,
muchos más amable y sociable, un poco tonta a opinión de varios chicos. Ambas
iban llegando de un paseo a un acuario cercano.
-¿De
qué hablas?- preguntó Erika sin entender.
-El
chico que corta el pasto en tu edificio, es un bombón.- dijo ella y entonces
Erika la miró completamente sorprendida.
-Dios
tus gusto van de mal en peor.-
-¡¿Qué?!
No puedes negarme que está bien lindo, preséntamelo ¿Cómo se llama?- decía
mientras se acomodaba el cabello.
-No
te lo presentaré, Chieco, es el chico del que te hable, el tal Hyde.-
-¿El
prostituto?- preguntó abriendo los ojos enormes.
-Ssshh…-
le indicó ya que estaban muy cerca ya de él -…espérame aquí subo por más dinero
y vamos con los chicos.-
-Ok…-
le guiño un ojo y la amiga subió la escaleras de entrada al edificio.
Sin
embargo como lo había dicho ya, la chica no era del todo un genio que digamos,
y coquetear se le daba tan fácil como a Hyde el sexo, así que sin pensarlo
mucho de un momento a otro ya estaba saludándolo.
-¡Hola!-
le dijo con una gran sonrisa.
-Hola
linda ¿cómo te llamas?- preguntó Hyde dejando las tijeras a un lado,
reincorporándose y sacudiéndose el pantalón demasiado corto que traía puesto.
-Chieco
¿y tú?- dijo sonriente estirando la mano y Hyde la estrechó mostrándole también
una agradable sonrisa.
-Hyde…
que raro que me hables ¿no eres amiga de la estirada?-
-Ajajaja,
¿de Erika?-
-Si
ella, la estirada.-
-Sí,
de hecho me dijo que no me acercara a ti porque eres, bueno tu sabes.-
-Si
si claro, ¿y entonces?-
-Yo
no le veo lo malo, si no fuera virgen tal vez intentaría algo así.- Hyde rió
bastante con aquél comentario.
-Tal vez pueda cobrarte un precio especial por
ser tu primera vez, y luego podemos compartirnos los clientes.-
-Ajajaja,
¡no! Era broma, no quiero contraer algo raro, digo sin ofender.-
-No
me ofendo.- La chica se recargó en el cemento de la escalera y entonces Hyde se
agachó de nuevo a continuar con su labor.
-Lindo
short- comentó ella risueña haciendo evidente lo pequeño que era.
-Gracias…
¿se me ve el trasero?-
-Hmm
¿sinceramente?...- Hyde asintió -… si se te ve.- dijo ella y rió
-Perfecto.-
dijo el chico y entonces ella rió más.
-¡Chieco!-
entonces la sonrisa se le quitó cuando su amiga salió del edificio de nuevo y la
vio platicando con aquél que le advirtió no hacerlo.
-Ay…
lo siento ya me voy, sino se enfada.- dijo y despidió a Hyde de lejos pues ya
iba correteando a la otra chica quien iba sumamente enojada.
-¡Chao!-
dijo Hyde saludando aun en el piso.
Poco
después ya entrada la tarde Yuuri salió del edificio y al ver a Hyde se acercó a
él escondiéndose un tanto detrás de unos arbustos.
-Hola…-
musito casi y entonces Hyde se acercó a musitarle también.
-Hola…
¿por qué susurramos?- dijo sonriendo.
-Porque
me prohibieron hablarte pero no quiero, incluso me tenían castigado, bueno mi
mamá.-
-Ah
ya veo, entonces creo que lo mejor es que no hablemos mucho ¿no?-
-¿Cómo
está Pocky?-
-Él
está bien, pero seguro te extraña.-
-No
lo echarás a la calle aunque no pueda ir a tu casa alimentarlo ¿verdad?-
-No,
no te preocupes, lo cuidaré por ti…- dijo y ambos chocaron sus puños.
-Debo
irme porque mi mama me mando ir a comprar algo…-
-De
acuerdo… ¿Tu papá está en casa?-
-Sip…
oye Hyde…-
-Dime…-
-Tú y
yo somos amigos ¿verdad?- dijo el pequeño y se puso un tanto triste.
-Claro
que sí, eso no debes dudarlo.-
-Mi
mamá dice que no eres mi amigo, pero yo me sentía feliz porque pensaba que eras
mi amigo. Eres el único amigo que tengo. Mi mamá dice que debo hacer amistad
con mis compañeros de clase, pero ellos se burlan de mí, dicen que mis papás se
pelean de todo por mi culpa, porque soy un niño horrible y un fenómeno y ellos
no me quieren…- dijo y Hyde notó como empezaba a lagrimear -… ¿tú crees que
ellos no me quieran?-
Hyde
se acercó entonces sin poderlo evitar más y abrazó fuerte al pequeño.
-Por
supuesto que no, tus papás te quiere mucho, mucho más que a nadie, no les hagas
caso a esos niños. Y ¿sabes? Te voy a contar algo…- dijo y le pellizco la nariz
-… tú también eres mi único amigo, y yo también te quiero mucho.-
Yuuri
sonrió enormemente y volvió a abrazar a Hyde, tan fuerte como sus bracitos
podían hacerlo.
-Todas
las personas, cuando se vuelven adultas, se vuelven muy enojonas ¿sabes? Y
todos los adultos tienen problemas, por eso es que tus papás a veces discuten
pero eso no quiere decir que sea por tu culpa, y mucho menos que no te
quieran.-
-Pero
tú eres un adulto y tu siempre estas feliz y eres muy divertido.- entonces Hyde
sonrió.
-Es
que… soy un fenómeno…- le dijo y el niño rió.
-¿De
verdad?-
-De
verdad ¿no confías en mí?- el niño afirmó y ambos chocaron sus puños de nuevo.
-¿Jugaras
conmigo aunque sea a escondidas?-
-Claro,
cuando quieras toca mi puerta y te llevaré
a un lugar donde no se enteren que estuviste conmigo ¿vale?-
-Va…
bueno me voy tengo que correr a la tienda para recuperar el tiempo perdido.-
-De
acuerdo.- Hyde le dio una nalgada al niño justo antes de que saliera corriendo
como había dicho y luego recogió las tijeras y se puso de pie para subir a su
departamento antes que el primer cliente del día llegara a tocar a su puerta.
Después de aquello pocas ganas tenía ya de exhibirse.
“-Si eres un fenómeno, eres lo más horrible del mundo
¡por eso tu papá es un borracho y le pega a tu madre! Por eso discuten todo el
tiempo, porque no querían tener un hijo tan horrible-
-Hide es un fenómeno, Hide es un fenómeno y nadie lo
quiere, si nadie lo quiere...-
-¡Ya cállense! Eso no es cierto… es mentira… no es
cierto… ¡los odio!... ¡los odio!... ¡ojala todos ustedes se murieran!...-”
-Hyde…-
lo llamó una voz masculina sacándolo de sus pensamientos.
-Ah…
Sakura, ¿ya soy digno de que me dirijas la palabra?- dijo y el otro evidentemente
se molesto.
-No
te ves bien...- Hyde sonrió entonces.
-¿Estoy
despeinado?- se soltó el cabello que traía amarrado desde la mañana y meneó la
cabeza de tal forma que el cabello se le acomodara.
-Es
en serio, ¿estás bien?-
-Si
ya… que importa…- dijo entonces sin más ganas de fingir su actitud arrogante y
continuó subiendo las escaleras hasta la puerta de su departamento.
-A mi
me importa…- le dije el otro y lo siguió. Hyde iba a cerrarle la puerta pero el
más alto puso el pie de tal forma que lo impidió, sin embargo el otro ni
siquiera se opuso y entró a la casa dejando la puerta abierta.
Sakura
cerró la puerta tras haber entrado y observó sin decir nada como Hyde caminó a
la cocina tomó agua y luego se prendió un cigarro.
-¿Qué
quieres? ¿Te vas a quedar parado observándome todo el rato?- dijo recargado
sobre la barra desayunadora.
-Es
que, tú no eres así, desprendes otro aura… estás… ¿estás deprimido?-
-¿Por
qué habría de estarlo?- le dijo el otro indiferente.
-No
me contestes con otra pregunta.-
-No
me preguntes cosas estúpidas.-
-¿Alguien
te hizo algo?- preguntó aún tratando de ayudar.
-¿Además
de cogerme? Mmmm déjame pienso… no.- dijo obviamente sin pensar mucho y Sakura
evidentemente se molesto.
-Puedes
dejar de estar a la defensiva por un momento en tu vida.- entonces Hyde también
pareció molestarse.
-Mira
¿sabes qué? No estoy de humor, te enojas porque un prostituto no quiso besarte,
sales azotando mi puerta, y no me diriges la palabra en días y ahora sales con
tu “deja de estar a la defensiva” no me jodas, ¿qué quieres que te diga? “si
estoy que no me aguanto la tristeza abrázame porque te necesito” ¡ja! vete a la
mierda Sakura y lárgate de mi casa ¿quieres?-
Hyde
salió de la cocina y caminó con dirección al cuarto aún fumaba su cigarro y ni
siquiera miró a Sakura cuando le paso junto. Sin embargo este lo sostuvo del
brazo y lo acercó así en un movimiento, abrazándolo con tal fuerza que Hyde
aunque trató no pudo alejarse y tan solo soltó el cigarro que se apagó al caer
al piso.
-Estoy
que no me aguanto la tristeza…. Abrázame porque te necesito…- le dijo entonces
Sakura y Hyde sintió que se le hacía un nudo en la garganta.
-No
juegues conmigo, para lo único que me necesita la gente es para tener sexo, así
que vete a buscar otro que juegue a que se quieren…- dijo sintiendo que si no
se alejaba de él iba a llorar seguro.
-¿Por
qué eres así ah?... caminas por allí vestido como lo haces, mirando a todos
desde arriba con esa sonrisa engreída, pretendiendo ser tan egocéntrico, tener
la mejor autoestima del mundo, ¿pero solo te sientes útil en una cama?... no
todo el que se te acerca quiere llevarte a la cama.-
-Acabo
de chupártela hace un par de días, ahora no me vengas con que eres diferente.-
Sakura sonrió de lado ante su comentario.
-Discúlpame…
lo siento… de verdad lo siento…- dijo y entonces Hyde se le alejo mirándolo
totalmente fuera de sí. ¿Acaba de disculparse?... ¿cómo se supone que tendría
que reaccionar a eso? -… vamos fuera, te llevaré a donde quieras para que me
perdones por eso.-
-¿Qué?
No…. Digo no entiendo, ¿dé que rayos te disculpas? Me pagaste y además… -
-Ya
no importa ¿sí? Tengo ganas de salir a divertirme, mi esposa esta neurótica y
tú no haces nada por las tardes… cómo amigos, un par de cervezas, no sé, no sé
a donde quieras, solo larguémonos de aquí ¿sí?...-
-Tengo
un cliente más de rato.- dijo Hyde agachando la cabeza y aunque Sakura sintió
horrible ante aquella frase decidió continuar en su papel.
-Te
traigo antes que dé la hora… vamos, puedes psicoanalizarme si quieres.-
-Bien…-
aceptó al final no muy convencido -… voy por un suéter.- le dijo antes de
entrar a la habitación y cambiarse además un pantalón.
Salieron
entonces y Sakura lo guió hasta su auto.
-¿Algún
lugar en especial?-
-No…-
-Vamos,
no soy bueno para esto.-
-Bien
pues yo menos, no suelo salir más que a bares.-
-Entonces…
iremos al centro comercial.-
-¿Me
llevaras a comprar la despensa?- dijo Hyde burlón.
-No
tonto voy a llevarte a pasear, no sé te comprare un helado.-
-Jajajaja,
¿que tengo 10 años?-
-Calla,
sino propones no critiques.-
-Bien
pero quiero uno doble.- se abrochó el cinturón y prendió la radio para empezar
así un recorrido corto al centro comercial más cercano.
Rato
más tarde estaban ambos sentados sobre una banca de aquella plaza comercial y
Hyde había conseguido su helado doble napolitano, aunque Sakura se había
conformado con uno sencillo.
-¿Bien
por qué estabas triste hace rato?- preguntó en un momento a Hyde, pero este
volteó a verlo enfadado.
-No
estaba triste.-
-Lo
estabas…-
-No
lo estaba…-
-Lo
estabas…-
-No
lo estaba…-
-Lo…
¿seguiremos con eso?...- dijo y Hyde rió entonces.
-Ya
señor amargado déjelo pasar, total no era importante, más importante Yuuri me
busco hoy.- dijo él sin voltear a verlo y Sakura se sorprendió un tanto.
-¿De
verdad?
-Si…
dice que lo molestan en el colegio ¿lo sabías?-
-Si
su orientador nos lo dijo… pero no sé, supongo que así son los niños, además el
es malo para hacer amigos, jamás le he conocido uno…-
-Por
eso mismo me busco hoy, dice que soy su único amigo.-
-Lo
mismo me dijo…-
-No
quiero que haya problemas, pero le dije que podíamos ser amigos secretos o algo
así… no es que me meta en tu vida pero sería bueno que pasaras más tiempo con
él-
-No
salgas con lo mismo que mi esposa.-
-No
es eso… pero los niños le dicen que ustedes no lo quieren y él se siente mal
por eso.-
-Eso
no me lo había dicho.-
-Cuando
quieres que alguien te abrace, no vale el abrazo si antes le dijiste que eso
querías… debe nacer por intención propia. Sé que trabajas y esas idioteces,
pero… aunque no me quejaré porque esta cosa sabe bien… en lugar de traer al
prostituto de tu edificio por un helado, tal vez deberías traer a tu hijo ¿no
crees?-
-Deja
de regañarme ¿quieres?- dijo riendo y Hyde entonces también rió.
-¿Sabes?
No entiendo cómo es que pues acostarte con tantos hombres sin estar abatido
sentimentalmente.-
-Jajajaja
¿ahora me regañarás tu a mi?- dijo Hyde irónico.
-No,
pero tengo curiosidad.-
-No
lo sé… tal vez, me he vuelto frío… pero ¿sabes? Es mucho más fácil… que
enamorarse.-
-Eres
de esos que dicen jamás me enamoraré, seré un zorro toda mi vida.- dijo Sakura
y Hyde no pudo evitar reír.
-No
no… aunque no me ha pasado, pero esto es algo simple, tenemos sexo me pagan,
nada más de por medio, a veces no los vuelvo a ver, a veces vuelven pero nunca
con otro propósito que tener un acostón… cuando te enamoras, y luego te
lastiman, sería muy fácil pagar y dejar de hacerlo, pero eso no funciona así…-
-Eso
es cierto….- meditó unos momentos Sakura.
-¿Aún
la amas, a tu esposa?...- preguntó entonces Hyde cruzando una pierna sobre la
otra.
-Si
tal vez…-
-Sé
sincero.- dijo Hyde mirándolo seriamente y Sakura sonrió.
-No
ya no… supongo que el tiempo y la costumbre mataron lo que sentía por ella.-
-¿Y
ahora que harás?-
-No
lo sé… siempre digo eso, pero supongo que la respuesta correcta es nada.-
-¿Piensas
vivir toda tu vida con alguien a quien no amas?
-Llevo
la mitad de mi vida con ella.-
-Bueno
bueno pero ¿sabes? Ya no pensemos en problemas… hagamos un pacto…-
-¿Un
pacto?-
-Si…
cuando estemos tu y yo solos, no existirá nada más, hablaremos no sé, de cómo
alcanzar el mejor orgasmo, la mejor cerveza, una buena película, las curvas de
una chica, por qué el cielo es azul, cualquier cosa.-
-Jajaja,
bien estoy de acuerdo…- dijo Sakura y entonces Hyde siguió.
-Por
ejemplo esos dos de allí…- dijo Hyde y señaló una pareja sentada en la zona de
comida de aquél lugar.
-¿Qué
ellos qué?- dijo divertido
-La
chica está a punto de explotar, él está muy interesado en ella y habla y habla,
pero eso es el primer error que comete un hombre… las chicas les gusta hablar
mas siempre, un hombre hablador es al que primero desechan.-
Sakura
reía pues aquello era obvio, la chica que Hyde mencionaba estaba con cara de
que quería irse de inmediato.
-¿Apostemos?
¿Ella le dará su número telefónico sí o no?- dijo Hyde divertido y Sakura ante
lo que veía contesto de inmediato.
-No
es obvio que no…-
-Pues
yo apuesto a que si.-
-Si
gano esta apuesta dejaras que te bese.- dijo de pronto y Hyde lo miró con
tremendo ojos.
-¿Ehhh?...
bueno pero si yo gano tendremos sexo sin besos en la boca, y me pagaras.-
-Eso
es desequilibrado, entonces si yo gano, te besaré y además no te acostaras con
nadie en un año.-
-¡¿Qué?!¡Y
¿de qué demonios viviré?!-
-Bueno
entonces un mes.-
-Aún
es mucho.- se quejó
-Una
semana y es la última oferta.-
-Hecho…-
dijo Hyde muy seguro y sonriente cosa que por un momento a Sakura le pareció
totalmente extraño.
El
chico seguía hablando y hablando y la chica en un momento incluso se cruzó de
brazos, sin embargo Hyde comía feliz su helado sin que Sakura entendiera
porque.
De
pronto el chico se cayó sin saber tal vez que más decir y comenzó a rascarse la
cabeza en señal de nerviosismo, pero después
le dijo algo de nuevo, y ante aquello que le haya dicho la chica lo miró
sorprendida y sonrió por primera vez en todo el rato que llevaban viéndolos.
-¡Sacó
su teléfono!...- dijo de pronto Hyde emocionado, pues el momento de la verdad
se acercaba -… veremos si la chica le da el número.-
Y
ante la sorpresa enorme de Sakura y sin que pudiera creerlo la chica sacó
también el celular y le dictó el número al chico, platicaron unos momentos más
y entonces salieron juntos del lugar.
-Jajajaja,
en qué posición lo haremos, te gusta de a perrito de a misionero, o tal vez de
pie, o a lo mejor algo más excéntrico.- decía Hyde con tremenda sonrisa en el
rostro.
-¡E-esto
no es justo! ¡Lo planeaste!-
-¡Uy
si! sobre todo cuando yo te invite a venir a aquí… no juegues… y si eres hombre
cumplirás la apuesta.-
-Pero,
no no es justo ¿¡cómo sabías?! Es ilógico, la tipa estaba que lo abofeteaba…
dime al menos como lo supiste.-
-Ay
Sakura, Sakura, como se ve que no entiendes nada, es simple muy simple… la
chica tenía lodo en los zapatos, lo que significa que no tiene auto, vino a
pie, o al menos el auto que tiene lo están arreglando, lo que significa que no
es muy bueno, lo que nos lleva a que la chica no es muy adinerada que digamos,
a diferencia del chico, quien tiene perfectos zapatos sin mencionar que a
leguas se notaba que toda su ropa era de marca. En segundo lugar, el tipo es
más nerd que nada, no lo viste, tan nervioso, tan tímido, parecía encogido de
hombros mientras le hablaba a la chica, lo que me lleva a pensar que es
totalmente imposible que él se le haya acercado, alguien como él jamás se
atrevería. Luego la chica estaba con cara de que ya no soportaba, pero tú y yo
que estamos de frente a ellos lo notamos, en cambio el que está a un lado de
ella no lo nota pues la chica estaba volteada hacia otro lado, eso significa
que ella estaba pensando algo como “dios que ya se calle” pero no quería
demostrárselo, pues cuando volteaba ligeramente a verlo sonreía discretamente.
Y por último el “otro lado” hacia donde estaba volteando es….- dijo y entonces
señaló una de las tiendas a su alrededor -…Dolce & Gabbana… pregunta de los
cuarenta millones: ¿Por qué una chica linda y sexy, pero pobre y que ve con tal
intensidad una tienda de marca se acerca a un chico que la desespera pero es
rico?... respuesta: porque sea como sea va a salir con él a conquistarlo y a
sacarle todo el dinero que pueda.- finalizo el más joven y Sakura lo veía
totalmente incrédulo.
-Eres
un perro.- le dijo mirándolo mientras negaba con la cabeza.
-Jajaja
gracias… pero aún así me debes un servicio.-
Sakura
se llevó una mano a la frente sin poder creer como era que había acabado metido
en tremendo lío, pero sinceramente… no le importaba mucho, aunque obviamente no
se lo dijo al otro.
-Ah
fuck…- dijo de pronto el pelinegro cuando unas gotas del helado que sostenía
cayeron sobre su camisa y el no traía ni una servilleta encima.
-Jajaja,
que tontito…- dijo Hyde y entonces tal y como la vez anterior en su casa, se
acercó a él y estiró la camisa de Sakura de tal forma que dejo que el helado
escurriera sobre su dedo, y después lo lamió de una forma tan sensual que
Sakura quiso robarle el beso que había perdido en esa apuesta en ese preciso
momento.
-Creo
que hubiera pedido el de vainilla… sabe mejor…- le dijo con sonrisa cadenciosa
y sin importarle que estuvieran a medio centro comercial se acercó a besar su
cuello, suavemente, subiendo hasta lamer el lóbulo de su oreja.
-Basta
Hyde… cumpliré mi apuesta pero aquí no.- dijo sonriente y entonces Hyde se
separó de él y le sonrió.
-Bien
más te vale.- se sentó de nuevo
correctamente sobre la banca y Sakura colocó un brazo sobre el respaldo de la
misma.
-¿Puedo?-
le preguntó Hyde para su sorpresa.
-Me
besas sin mi permiso y me preguntas si puedes recargarte en mí, si que eres
extraño.- Hyde sonrió entonces y sin que Sakura diera su consentimiento recargó su cabeza en su hombro y Sakura lo
abrazó y de un momento a otro comenzó a acariciarle suavemente el brazo.
-Quitando
el pequeño detalle de que estás casado, y de que yo no quiero nada contigo…
esto es mi primera cita… supongo…- dijo sonriendo y Sakura rió también.
-Pensé
que las primeras citas eran un poco más cursis.-
-Mi
primera cita no porque es especial como yo…- dijo arrogante como siempre -…en
mi primera cita los requisitos eran un hombre guapo, cine, divertirme, un
helado doble, y ganar una apuesta no estaba dentro de mis planes pero me agradó
al final, creo que reemplazo muy bien el cine.-
-Aún
podemos ir al cine.-
-Jajaja,
no llegaré tarde a mi otra cita…- dijo burlón y ya que él había terminado el
suyo miró con énfasis el helado de Sakura -… dame…- dijo y Sakura le acercó el
cono a la boca sin objetar.
La
lengua rosada de Hyde, a Sakura lo dejaba como hipnotizado, la forma en que
lamía la nieve sobre el cono cuidando que no fuera a derramarse, sus
movimientos, y el hecho de sentirlo tan cerca en esos momentos, lo hacían
imaginar mil y una cosas, ninguna
precisamente decente.
Se
preguntaba si así como Hyde no había tenido una cita antes, o nunca se había
enamorado… si tampoco alguien le había robado un beso a esos labios rosas, no
pensaba en trabajos sexuales u otras cosas, un simple beso, un beso boca a
boca, uno de esos que hacen que sientas mariposas en el estomago y hormigas por
todo el cuerpo, si alguien había tocado esa lengua con la propia, jugado con
ella, hacerlo estremecer con tan solo ese tímido roce… pero al final pensó en
lo imposible que aquello era.
-Bien
9 de la noche y te dejo en la puerta de tu casa, no puedes quejarte.- dijo
Sakura una vez llegaron de nuevo al departamento de Hyde y este abría la puerta
con sus llaves. Al abrir el pequeño perro que cuidaba movía su colita y trataba
de saltarle encima a Hyde, pero aún era muy pequeño siquiera para llegarle a
las rodillas.
-No
me llevaste al cine así que tengo de que quejarme.-
-¡Yo
te invite!-
-¡Demasiado
tarde!… pero bueno, yo diario estoy disponible, temprano por las mañanas.- dijo
él sonriendo insinuando de esa forma que esa salida al cine no se quedaría
pendiente.
-Eres
terrible…- dijo Sakura sonriendo al igual que Hyde pero este poco a poco quitó
la sonrisa del rostro y volteó a verlo de tal forma que Sakura juraba que se le
iría encima y le suplicaría que no se fuera aún, sin embargo su reacción no fue
a tal extremo.
-Me
la pase bien, a pesar de ir contigo…- dijo burlón pero no tenía esa sonrisa
maliciosa de siempre -…gracias…- y entonces sin decir más cerró la puerta
dejando del otro lado a un confundido Sakura. Por un momento su mente osciló
ente tocar la puerta y entrar a la fuerza, besarlo y hacerle el amor, pero al
final la única puerta en su futuro cercano fue la de su casa, abrió con sus
llaves, y del otro lado como lo esperaba ya su esposa furiosa le preguntaba
donde rayos se había metido toda la tarde.