viernes, 11 de agosto de 2017

First Kiss - Capítulo 3

Habían pasado un par de días desde lo ocurrido y aunque Hyde saludaba a Sakura cada que lo veía este ni siquiera le dirigía la palabra. Tampoco había visto a Yuuri parecía que lo tuvieran en una cárcel donde ni siquiera podía salir a jugar y Hyde se sentía bastante frustrado. “¿Qué diablos hice?, que delicaditas personas” pensaba aunque se le dibujaba una sonrisa en el rostro al recordar esa noche, pues sabía perfectamente la razón de que Sakura no quisiera si quiera voltearlo a ver.

Era sábado por la mañana y Hyde cortaba el pasto del pedazo de jardín que le correspondía por su renta, pero claro siendo él no era un trabajo ni difícil ni cansado, sino una perfecta oportunidad para mostrar un poco de piel y atraer clientes.

-Dios mío quien ese ese.- preguntó Chieco la amiga de Erika desde que tenía memoria. Era igual de linda que ella, pero su nivel de egocentrismo era mucho menor, muchos más amable y sociable, un poco tonta a opinión de varios chicos. Ambas iban llegando de un paseo a un acuario cercano.

-¿De qué hablas?- preguntó Erika sin entender.

-El chico que corta el pasto en tu edificio, es un bombón.- dijo ella y entonces Erika la miró completamente sorprendida.

-Dios tus gusto van de mal en peor.-

-¡¿Qué?! No puedes negarme que está bien lindo, preséntamelo ¿Cómo se llama?- decía mientras se acomodaba el cabello.

-No te lo presentaré, Chieco, es el chico del que te hable, el tal Hyde.-

-¿El prostituto?- preguntó abriendo los ojos enormes.

-Ssshh…- le indicó ya que estaban muy cerca ya de él -…espérame aquí subo por más dinero y vamos con los chicos.-

-Ok…- le guiño un ojo y la amiga subió la escaleras de entrada al edificio.

Sin embargo como lo había dicho ya, la chica no era del todo un genio que digamos, y coquetear se le daba tan fácil como a Hyde el sexo, así que sin pensarlo mucho de un momento a otro ya estaba saludándolo.

-¡Hola!- le dijo con una gran sonrisa.

-Hola linda ¿cómo te llamas?- preguntó Hyde dejando las tijeras a un lado, reincorporándose y sacudiéndose el pantalón demasiado corto que traía puesto.

-Chieco ¿y tú?- dijo sonriente estirando la mano y Hyde la estrechó mostrándole también una agradable sonrisa.

-Hyde… que raro que me hables ¿no eres amiga de la estirada?-

-Ajajaja, ¿de Erika?-

-Si ella, la estirada.-

-Sí, de hecho me dijo que no me acercara a ti porque eres, bueno tu sabes.-

-Si si claro, ¿y entonces?-

-Yo no le veo lo malo, si no fuera virgen tal vez intentaría algo así.- Hyde rió bastante con aquél comentario.

 -Tal vez pueda cobrarte un precio especial por ser tu primera vez, y luego podemos compartirnos los clientes.-

-Ajajaja, ¡no! Era broma, no quiero contraer algo raro, digo sin ofender.-

-No me ofendo.- La chica se recargó en el cemento de la escalera y entonces Hyde se agachó de nuevo a continuar con su labor.

-Lindo short- comentó ella risueña haciendo evidente lo pequeño que era.

-Gracias… ¿se me ve el trasero?-

-Hmm ¿sinceramente?...- Hyde asintió -… si se te ve.- dijo ella y rió

-Perfecto.- dijo el chico y entonces ella rió más.

-¡Chieco!- entonces la sonrisa se le quitó cuando su amiga salió del edificio de nuevo y la vio platicando con aquél que le advirtió no hacerlo.

-Ay… lo siento ya me voy, sino se enfada.- dijo y despidió a Hyde de lejos pues ya iba correteando a la otra chica quien iba sumamente enojada.

-¡Chao!- dijo Hyde saludando aun en el piso.

Poco después ya entrada la tarde Yuuri salió del edificio y al ver a Hyde se acercó a él escondiéndose un tanto detrás de unos arbustos.

-Hola…- musito casi y entonces Hyde se acercó a musitarle también.

-Hola… ¿por qué susurramos?- dijo sonriendo.

-Porque me prohibieron hablarte pero no quiero, incluso me tenían castigado, bueno mi mamá.-

-Ah ya veo, entonces creo que lo mejor es que no hablemos mucho ¿no?-

-¿Cómo está Pocky?-

-Él está bien, pero seguro te extraña.-

-No lo echarás a la calle aunque no pueda ir a tu casa  alimentarlo ¿verdad?-

-No, no te preocupes, lo cuidaré por ti…- dijo y ambos chocaron sus puños.

-Debo irme porque mi mama me mando ir a comprar algo…-

-De acuerdo… ¿Tu papá está en casa?-

-Sip… oye Hyde…-

-Dime…-

-Tú y yo somos amigos ¿verdad?- dijo el pequeño y se puso un tanto triste.

-Claro que sí, eso no debes dudarlo.-

-Mi mamá dice que no eres mi amigo, pero yo me sentía feliz porque pensaba que eras mi amigo. Eres el único amigo que tengo. Mi mamá dice que debo hacer amistad con mis compañeros de clase, pero ellos se burlan de mí, dicen que mis papás se pelean de todo por mi culpa, porque soy un niño horrible y un fenómeno y ellos no me quieren…- dijo y Hyde notó como empezaba a lagrimear -… ¿tú crees que ellos no me quieran?-

Hyde se acercó entonces sin poderlo evitar más y abrazó fuerte al pequeño.

-Por supuesto que no, tus papás te quiere mucho, mucho más que a nadie, no les hagas caso a esos niños. Y ¿sabes? Te voy a contar algo…- dijo y le pellizco la nariz -… tú también eres mi único amigo, y yo también te quiero mucho.-

Yuuri sonrió enormemente y volvió a abrazar a Hyde, tan fuerte como sus bracitos podían hacerlo.

-Todas las personas, cuando se vuelven adultas, se vuelven muy enojonas ¿sabes? Y todos los adultos tienen problemas, por eso es que tus papás a veces discuten pero eso no quiere decir que sea por tu culpa, y mucho menos que no te quieran.-

-Pero tú eres un adulto y tu siempre estas feliz y eres muy divertido.- entonces Hyde sonrió.

-Es que… soy un fenómeno…- le dijo y el niño rió.

-¿De verdad?-

-De verdad ¿no confías en mí?- el niño afirmó y ambos chocaron sus puños de nuevo.

-¿Jugaras conmigo aunque sea a escondidas?-

-Claro, cuando quieras toca mi puerta y te llevaré  a un lugar donde no se enteren que estuviste conmigo ¿vale?-

-Va… bueno me voy tengo que correr a la tienda para recuperar el tiempo perdido.-

-De acuerdo.- Hyde le dio una nalgada al niño justo antes de que saliera corriendo como había dicho y luego recogió las tijeras y se puso de pie para subir a su departamento antes que el primer cliente del día llegara a tocar a su puerta. Después de aquello pocas ganas tenía ya de exhibirse.

“-Si eres un fenómeno, eres lo más horrible del mundo ¡por eso tu papá es un borracho y le pega a tu madre! Por eso discuten todo el tiempo, porque no querían tener un hijo tan horrible-
-Hide es un fenómeno, Hide es un fenómeno y nadie lo quiere, si nadie lo quiere...-
-¡Ya cállense! Eso no es cierto… es mentira… no es cierto… ¡los odio!... ¡los odio!... ¡ojala todos ustedes se murieran!...-”


-Hyde…- lo llamó una voz masculina sacándolo de sus pensamientos.

-Ah… Sakura, ¿ya soy digno de que me dirijas la palabra?- dijo y el otro evidentemente se molesto.

-No te ves bien...- Hyde sonrió entonces.

-¿Estoy despeinado?- se soltó el cabello que traía amarrado desde la mañana y meneó la cabeza de tal forma que el cabello se le acomodara.

-Es en serio, ¿estás bien?-

-Si ya… que importa…- dijo entonces sin más ganas de fingir su actitud arrogante y continuó subiendo las escaleras hasta la puerta de su departamento.

-A mi me importa…- le dije el otro y lo siguió. Hyde iba a cerrarle la puerta pero el más alto puso el pie de tal forma que lo impidió, sin embargo el otro ni siquiera se opuso y entró a la casa dejando la puerta abierta.
Sakura cerró la puerta tras haber entrado y observó sin decir nada como Hyde caminó a la cocina tomó agua y luego se prendió un cigarro.

-¿Qué quieres? ¿Te vas a quedar parado observándome todo el rato?- dijo recargado sobre la barra desayunadora.

-Es que, tú no eres así, desprendes otro aura… estás… ¿estás deprimido?-

-¿Por qué habría de estarlo?- le dijo el otro indiferente.

-No me contestes con otra pregunta.-

-No me preguntes cosas estúpidas.-

-¿Alguien te hizo algo?- preguntó aún tratando de ayudar.

-¿Además de cogerme? Mmmm déjame pienso… no.- dijo obviamente sin pensar mucho y Sakura evidentemente se molesto.

-Puedes dejar de estar a la defensiva por un momento en tu vida.- entonces Hyde también pareció molestarse.

-Mira ¿sabes qué? No estoy de humor, te enojas porque un prostituto no quiso besarte, sales azotando mi puerta, y no me diriges la palabra en días y ahora sales con tu “deja de estar a la defensiva” no me jodas, ¿qué quieres que te diga? “si estoy que no me aguanto la tristeza abrázame porque te necesito” ¡ja! vete a la mierda Sakura y lárgate de mi casa ¿quieres?-

Hyde salió de la cocina y caminó con dirección al cuarto aún fumaba su cigarro y ni siquiera miró a Sakura cuando le paso junto. Sin embargo este lo sostuvo del brazo y lo acercó así en un movimiento, abrazándolo con tal fuerza que Hyde aunque trató no pudo alejarse y tan solo soltó el cigarro que se apagó al caer al piso.

-Estoy que no me aguanto la tristeza…. Abrázame porque te necesito…- le dijo entonces Sakura y Hyde sintió que se le hacía un nudo en la garganta.

-No juegues conmigo, para lo único que me necesita la gente es para tener sexo, así que vete a buscar otro que juegue a que se quieren…- dijo sintiendo que si no se alejaba de él iba a llorar seguro.

-¿Por qué eres así ah?... caminas por allí vestido como lo haces, mirando a todos desde arriba con esa sonrisa engreída, pretendiendo ser tan egocéntrico, tener la mejor autoestima del mundo, ¿pero solo te sientes útil en una cama?... no todo el que se te acerca quiere llevarte a la cama.-

-Acabo de chupártela hace un par de días, ahora no me vengas con que eres diferente.- Sakura sonrió de lado ante su comentario.

-Discúlpame… lo siento… de verdad lo siento…- dijo y entonces Hyde se le alejo mirándolo totalmente fuera de sí. ¿Acaba de disculparse?... ¿cómo se supone que tendría que reaccionar a eso? -… vamos fuera, te llevaré a donde quieras para que me perdones por eso.-

-¿Qué? No…. Digo no entiendo, ¿dé que rayos te disculpas? Me pagaste y además… -

-Ya no importa ¿sí? Tengo ganas de salir a divertirme, mi esposa esta neurótica y tú no haces nada por las tardes… cómo amigos, un par de cervezas, no sé, no sé a donde quieras, solo larguémonos de aquí ¿sí?...-
-Tengo un cliente más de rato.- dijo Hyde agachando la cabeza y aunque Sakura sintió horrible ante aquella frase decidió continuar en su papel.

-Te traigo antes que dé la hora… vamos, puedes psicoanalizarme si quieres.-

-Bien…- aceptó al final no muy convencido -… voy por un suéter.- le dijo antes de entrar a la habitación y cambiarse además un pantalón.

Salieron entonces y Sakura lo guió hasta su auto.

-¿Algún lugar en especial?-

-No…-

-Vamos, no soy bueno para esto.-

-Bien pues yo menos, no suelo salir más que a bares.-

-Entonces… iremos al centro comercial.-

-¿Me llevaras a comprar la despensa?- dijo Hyde burlón.

-No tonto voy a llevarte a pasear, no sé te comprare un helado.-

-Jajajaja, ¿que tengo 10 años?-

-Calla, sino propones no critiques.-

-Bien pero quiero uno doble.- se abrochó el cinturón y prendió la radio para empezar así un recorrido corto al centro comercial más cercano.

Rato más tarde estaban ambos sentados sobre una banca de aquella plaza comercial y Hyde había conseguido su helado doble napolitano, aunque Sakura se había conformado con uno sencillo.

-¿Bien por qué estabas triste hace rato?- preguntó en un momento a Hyde, pero este volteó a verlo enfadado.

-No estaba triste.-

-Lo estabas…-

-No lo estaba…-

-Lo estabas…-

-No lo estaba…-

-Lo… ¿seguiremos con eso?...- dijo y Hyde rió entonces.

-Ya señor amargado déjelo pasar, total no era importante, más importante Yuuri me busco hoy.- dijo él sin voltear a verlo y Sakura se sorprendió un tanto.

-¿De verdad?

-Si… dice que lo molestan en el colegio ¿lo sabías?-

-Si su orientador nos lo dijo… pero no sé, supongo que así son los niños, además el es malo para hacer amigos, jamás le he conocido uno…-

-Por eso mismo me busco hoy, dice que soy su único amigo.-

-Lo mismo me dijo…-

-No quiero que haya problemas, pero le dije que podíamos ser amigos secretos o algo así… no es que me meta en tu vida pero sería bueno que pasaras más tiempo con él-

-No salgas con lo mismo que mi esposa.-

-No es eso… pero los niños le dicen que ustedes no lo quieren y él se siente mal por eso.-

-Eso no me lo había dicho.-

-Cuando quieres que alguien te abrace, no vale el abrazo si antes le dijiste que eso querías… debe nacer por intención propia. Sé que trabajas y esas idioteces, pero… aunque no me quejaré porque esta cosa sabe bien… en lugar de traer al prostituto de tu edificio por un helado, tal vez deberías traer a tu hijo ¿no crees?-
-Deja de regañarme ¿quieres?- dijo riendo y Hyde entonces también rió.

-¿Sabes? No entiendo cómo es que pues acostarte con tantos hombres sin estar abatido sentimentalmente.-
-Jajajaja ¿ahora me regañarás tu a mi?- dijo Hyde irónico.

-No, pero tengo curiosidad.-

-No lo sé… tal vez, me he vuelto frío… pero ¿sabes? Es mucho más fácil… que enamorarse.-

-Eres de esos que dicen jamás me enamoraré, seré un zorro toda mi vida.- dijo Sakura y Hyde no pudo evitar reír.

-No no… aunque no me ha pasado, pero esto es algo simple, tenemos sexo me pagan, nada más de por medio, a veces no los vuelvo a ver, a veces vuelven pero nunca con otro propósito que tener un acostón… cuando te enamoras, y luego te lastiman, sería muy fácil pagar y dejar de hacerlo, pero eso no funciona así…-

-Eso es cierto….- meditó unos momentos Sakura.

-¿Aún la amas, a tu esposa?...- preguntó entonces Hyde cruzando una pierna sobre la otra.

-Si tal vez…-

-Sé sincero.- dijo Hyde mirándolo seriamente y Sakura sonrió.

-No ya no… supongo que el tiempo y la costumbre mataron lo que sentía por ella.-

-¿Y ahora que harás?-

-No lo sé… siempre digo eso, pero supongo que la respuesta correcta es nada.-

-¿Piensas vivir toda tu vida con alguien a quien no amas?

-Llevo la mitad de mi vida con ella.-

-Bueno bueno pero ¿sabes? Ya no pensemos en problemas… hagamos un pacto…-

-¿Un pacto?-

-Si… cuando estemos tu y yo solos, no existirá nada más, hablaremos no sé, de cómo alcanzar el mejor orgasmo, la mejor cerveza, una buena película, las curvas de una chica, por qué el cielo es azul, cualquier cosa.-

-Jajaja, bien estoy de acuerdo…- dijo Sakura y entonces Hyde siguió.

-Por ejemplo esos dos de allí…- dijo Hyde y señaló una pareja sentada en la zona de comida de aquél lugar.

-¿Qué ellos qué?- dijo divertido

-La chica está a punto de explotar, él está muy interesado en ella y habla y habla, pero eso es el primer error que comete un hombre… las chicas les gusta hablar mas siempre, un hombre hablador es al que primero desechan.-

Sakura reía pues aquello era obvio, la chica que Hyde mencionaba estaba con cara de que quería irse de inmediato.

-¿Apostemos? ¿Ella le dará su número telefónico sí o no?- dijo Hyde divertido y Sakura ante lo que veía contesto de inmediato.

-No es obvio que no…-

-Pues yo apuesto a que si.-

-Si gano esta apuesta dejaras que te bese.- dijo de pronto y Hyde lo miró con tremendo ojos.

-¿Ehhh?... bueno pero si yo gano tendremos sexo sin besos en la boca, y me pagaras.-

-Eso es desequilibrado, entonces si yo gano, te besaré y además no te acostaras con nadie en un año.-

-¡¿Qué?!¡Y ¿de qué demonios viviré?!-

-Bueno entonces un mes.-

-Aún es mucho.- se quejó

-Una semana y es la última oferta.-

-Hecho…- dijo Hyde muy seguro y sonriente cosa que por un momento a Sakura le pareció totalmente extraño.

El chico seguía hablando y hablando y la chica en un momento incluso se cruzó de brazos, sin embargo Hyde comía feliz su helado sin que Sakura entendiera porque.

De pronto el chico se cayó sin saber tal vez que más decir y comenzó a rascarse la cabeza en señal de nerviosismo, pero después  le dijo algo de nuevo, y ante aquello que le haya dicho la chica lo miró sorprendida y sonrió por primera vez en todo el rato que llevaban viéndolos.

-¡Sacó su teléfono!...- dijo de pronto Hyde emocionado, pues el momento de la verdad se acercaba -… veremos si la chica le da el número.-

Y ante la sorpresa enorme de Sakura y sin que pudiera creerlo la chica sacó también el celular y le dictó el número al chico, platicaron unos momentos más y entonces salieron juntos del lugar.

-Jajajaja, en qué posición lo haremos, te gusta de a perrito de a misionero, o tal vez de pie, o a lo mejor algo más excéntrico.- decía Hyde con tremenda sonrisa en el rostro.

-¡E-esto no es justo! ¡Lo planeaste!-

-¡Uy si! sobre todo cuando yo te invite a venir a aquí… no juegues… y si eres hombre cumplirás la apuesta.-

-Pero, no no es justo ¿¡cómo sabías?! Es ilógico, la tipa estaba que lo abofeteaba… dime al menos como lo supiste.-

-Ay Sakura, Sakura, como se ve que no entiendes nada, es simple muy simple… la chica tenía lodo en los zapatos, lo que significa que no tiene auto, vino a pie, o al menos el auto que tiene lo están arreglando, lo que significa que no es muy bueno, lo que nos lleva a que la chica no es muy adinerada que digamos, a diferencia del chico, quien tiene perfectos zapatos sin mencionar que a leguas se notaba que toda su ropa era de marca. En segundo lugar, el tipo es más nerd que nada, no lo viste, tan nervioso, tan tímido, parecía encogido de hombros mientras le hablaba a la chica, lo que me lleva a pensar que es totalmente imposible que él se le haya acercado, alguien como él jamás se atrevería. Luego la chica estaba con cara de que ya no soportaba, pero tú y yo que estamos de frente a ellos lo notamos, en cambio el que está a un lado de ella no lo nota pues la chica estaba volteada hacia otro lado, eso significa que ella estaba pensando algo como “dios que ya se calle” pero no quería demostrárselo, pues cuando volteaba ligeramente a verlo sonreía discretamente. Y por último el “otro lado” hacia donde estaba volteando es….- dijo y entonces señaló una de las tiendas a su alrededor -…Dolce & Gabbana… pregunta de los cuarenta millones: ¿Por qué una chica linda y sexy, pero pobre y que ve con tal intensidad una tienda de marca se acerca a un chico que la desespera pero es rico?... respuesta: porque sea como sea va a salir con él a conquistarlo y a sacarle todo el dinero que pueda.- finalizo el más joven y Sakura lo veía totalmente incrédulo.

-Eres un perro.- le dijo mirándolo mientras negaba con la cabeza.

-Jajaja gracias… pero aún así me debes un servicio.-

Sakura se llevó una mano a la frente sin poder creer como era que había acabado metido en tremendo lío, pero sinceramente… no le importaba mucho, aunque obviamente no se lo dijo al otro.

-Ah fuck…- dijo de pronto el pelinegro cuando unas gotas del helado que sostenía cayeron sobre su camisa y el no traía ni una servilleta encima.

-Jajaja, que tontito…- dijo Hyde y entonces tal y como la vez anterior en su casa, se acercó a él y estiró la camisa de Sakura de tal forma que dejo que el helado escurriera sobre su dedo, y después lo lamió de una forma tan sensual que Sakura quiso robarle el beso que había perdido en esa apuesta en ese preciso momento.

-Creo que hubiera pedido el de vainilla… sabe mejor…- le dijo con sonrisa cadenciosa y sin importarle que estuvieran a medio centro comercial se acercó a besar su cuello, suavemente, subiendo hasta lamer el lóbulo de su oreja.

-Basta Hyde… cumpliré mi apuesta pero aquí no.- dijo sonriente y entonces Hyde se separó de él y le sonrió.
-Bien más te vale.-  se sentó de nuevo correctamente sobre la banca y Sakura colocó un brazo sobre el respaldo de la misma.

-¿Puedo?- le preguntó Hyde para su sorpresa.

-Me besas sin mi permiso y me preguntas si puedes recargarte en mí, si que eres extraño.- Hyde sonrió entonces y sin que Sakura diera su consentimiento  recargó su cabeza en su hombro y Sakura lo abrazó y de un momento a otro comenzó a acariciarle suavemente el brazo.

-Quitando el pequeño detalle de que estás casado, y de que yo no quiero nada contigo… esto es mi primera cita… supongo…- dijo sonriendo y Sakura rió también.

-Pensé que las primeras citas eran un poco más cursis.-

-Mi primera cita no porque es especial como yo…- dijo arrogante como siempre -…en mi primera cita los requisitos eran un hombre guapo, cine, divertirme, un helado doble, y ganar una apuesta no estaba dentro de mis planes pero me agradó al final, creo que reemplazo muy bien el cine.-

-Aún podemos ir al cine.-

-Jajaja, no llegaré tarde a mi otra cita…- dijo burlón y ya que él había terminado el suyo miró con énfasis el helado de Sakura -… dame…- dijo y Sakura le acercó el cono a la boca sin objetar.

La lengua rosada de Hyde, a Sakura lo dejaba como hipnotizado, la forma en que lamía la nieve sobre el cono cuidando que no fuera a derramarse, sus movimientos, y el hecho de sentirlo tan cerca en esos momentos, lo hacían imaginar mil y una cosas,  ninguna precisamente decente.

Se preguntaba si así como Hyde no había tenido una cita antes, o nunca se había enamorado… si tampoco alguien le había robado un beso a esos labios rosas, no pensaba en trabajos sexuales u otras cosas, un simple beso, un beso boca a boca, uno de esos que hacen que sientas mariposas en el estomago y hormigas por todo el cuerpo, si alguien había tocado esa lengua con la propia, jugado con ella, hacerlo estremecer con tan solo ese tímido roce… pero al final pensó en lo imposible que aquello era.

-Bien 9 de la noche y te dejo en la puerta de tu casa, no puedes quejarte.- dijo Sakura una vez llegaron de nuevo al departamento de Hyde y este abría la puerta con sus llaves. Al abrir el pequeño perro que cuidaba movía su colita y trataba de saltarle encima a Hyde, pero aún era muy pequeño siquiera para llegarle a las rodillas.

-No me llevaste al cine así que tengo de que quejarme.-

-¡Yo te invite!-

-¡Demasiado tarde!… pero bueno, yo diario estoy disponible, temprano por las mañanas.- dijo él sonriendo insinuando de esa forma que esa salida al cine no se quedaría pendiente.

-Eres terrible…- dijo Sakura sonriendo al igual que Hyde pero este poco a poco quitó la sonrisa del rostro y volteó a verlo de tal forma que Sakura juraba que se le iría encima y le suplicaría que no se fuera aún, sin embargo su reacción no fue a tal extremo.

-Me la pase bien, a pesar de ir contigo…- dijo burlón pero no tenía esa sonrisa maliciosa de siempre -…gracias…- y entonces sin decir más cerró la puerta dejando del otro lado a un confundido Sakura. Por un momento su mente osciló ente tocar la puerta y entrar a la fuerza, besarlo y hacerle el amor, pero al final la única puerta en su futuro cercano fue la de su casa, abrió con sus llaves, y del otro lado como lo esperaba ya su esposa furiosa le preguntaba donde rayos se había metido toda la tarde.