Moría de ganas, pero la idea no era llamarlo y de golpe
decirle todo lo que había considerado en este tiempo, sus sentimientos y
pensamientos. No. Realmente anhelaba volver a trabajar con él, y hacer aquello
era una invitación al rechazo absoluto.
Pensaría bien las cosas,
aunque más que pensarlas deseaba poder dejarse llevar por el momento. Eso
quería, un momento con él de nuevo.
Esa última noche de la
semana se decidió a llamarlo y si seguía siendo el mismo que recordaba, no
debía estar molestándolo en ese momento, puesto que Sakura solía desvelarse
hasta altas horas y aprovechar ese tiempo para despejarse y beber.
Tomó aire y se armó de
valentía:
-Estaba esperando que llamaras-
No pudo evitar quedarse
mudo, ¿cuándo fue la última vez que escuchó su voz? Aproximadamente cinco o
seis años… Y era tal cual la recordaba:
-¿En serio?-
-Por supuesto, Ken-chan me dijo que lo harías- rió- Tanto tiempo-
Su mente estaba hecha
un desastre de emociones:
-¿Cómo estás?- se acomodó en la cama enroscándose entre las
sábanas sin despegar el móvil de su oreja.
-Muy bien, ahora mejor, realmente estaba ansioso por hablar
contigo-
No entendía si se lo
hacía adrede:
-¿Ansioso?-
-Bueno, hace años que no nos vemos y la relación se cortó de
forma… inesperada creo. Muchas veces quise contactar contigo pero pensaba que
si tú tampoco lo habías hecho era por algo. De igual forma siempre le pregunto
a Ken-chan por ti, ¿no te lo ha dicho?- rió. Y aunque intentó reír junto a él
no lo logró, todo lo dicho había logrado confundirlo más.
-No… no me lo ha dicho, pero yo también le pregunto por ti-
masculló- Sabes, te llamaba para hacerte una propuesta-
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Quería intentar verse lo más presentable posible, pero
disimular las ojeras que la noche anterior le había dejado se había vuelto un
desafío. Cuando creyó que ya estaba, se encaminó hacia el restaurante.
¿En qué momento le pudo
parecer buena idea reunirse con él tan pronto?
Se sentó en la mesa
próxima a la ventana con la mirada perdida en el paisaje tras el cristal, la
gente que iba y venía, hasta que entre aquellas personas pudo divisar su
figura. Sereno, rudo, varonil y especialmente imponente como siempre había
sido.
Nada había cambiado
salvo su cabello ahora más largo.
Sintió el corazón
golpearle el pecho cuando abrió la puerta del bar, buscó al vocalista y
finalmente sus miradas se encontraron. Hyde sonrió tímidamente saludándolo con
la mano:
-Juraría que creí te iba a encontrar más cambiado-
-Lo mismo digo, pero sigues exactamente igual, Ya-chan-
El batero tomó asiento
frente a él comenzando una charla bastante trivial, las preguntas básicas que
se hacen cuando no ves a una persona por largo tiempo. Poco a poco el ambiente
se iba haciendo menos incómodo para ambos:
-Ken-chan me ha contado que estás trabajando en un nuevo
proyecto. Bueno, en realidad no solo Ken, sé que estás trabajando con Furuton.
¿Qué tal?-
-Bastante bien, mejor de lo que creía, necesitaba alejarme un
poco de lo que es L’Arc-
-¿Pasó algo con los chicos?-
-Nono, para nada. Pero sentía que era momento de empezar a ver
por mí mismo las cosas que podía lograr también. L’Arc es como… un sueño
realizado ya, no sé si por completo pero gran parte y quise empezar a tomar mi
propio rumbo también. Tet-chan también está en ello-
-Sí, me dijeron, me alegra que quieran expandir sus
horizontes, son personas muy talentosas y seguro se les abrirá todo un mundo de
posibilidades- le sonrió.
Le sonrió… no recordaba
la última vez que le había sonreído de esa forma tan cálida y sincera, tanto
que sintió un cosquilleo horrible en el estómago. Horrible porque se había dado
cuenta de que extrañaba demasiado aquello:
-Hablando de eso, justamente a esto apunta mi propuesta- bajó
un poco la mirada- Creo que, si no se presenta ninguna dificultad, empezaré a
preparar el tour para dentro de unos meses. Planeo hacer varias presentaciones
y me sería un placer si pudiésemos volver a tocar juntos-su mirada se encontró
con la del batero. Éste rió.
-Creí que jamás volvería a pasar a menos que yo te lo pidiese-
-Pues te tardas mucho- bromeó.
La expresión de Sakura
se tornó… ¿melancólica? No sabía si era la descripción:
-¿Ya-chan?-
-¿Por qué quieres que toque yo?- no esperaba esa pregunta.
-Porque…- ¿qué iba a decirle? ¿Que lo extrañaba y que en parte
era una excusa para volver a verlo?- ¿Qué tiene de malo?- rió nervioso- Hace
mucho tiempo no te veía y sinceramente añoro tocar contigo, había otra química
entre nosotros y-…-
-Y no quedaba precisamente en lo musical. No somos amigos, no
entiendo tu punto-
-¿No somos amigos entonces?- sonrió punzante.
-¿Tú puedes?-
nuevamente sus miradas se cruzaron.
Esta vez dolía, mirarse
a los ojos dolía porque ambos eran lo suficientemente transparentes como para
decir todo diciendo nada. A veces olvidaban que se conocían como la palma de
sus manos, como si fuesen una parte del otro:
-¿Está bien que peleemos después de no habernos visto por
tantos años?- rió queriendo poner un paño frío sobre la situación.
-No busco pelea, es lo último que quiero- suspiró- Está bien
lo pensaré, aunque seguramente la respuesta sea sí-
-Me alegra escuchar eso. ¿Te parece si te llamo cuando ya
tenga todo más organizado?-
-Mm… creo que será mejor que te llame yo. ¿No estás en
actividad más que con ensayos y grabaciones no?- asintió- Perfecto, mejor te
llamo yo, porque de día ando ocupado y suelo tener presentaciones hasta
bastante tarde-
-Entiendo. No te olvides-
-Si tú no te olvidas, menos yo- rieron ligeramente.
En ese momento el
teléfono del menor sonó:
-Ah, debo atender, dame un minuto-
Lo observó de reojo
mientras conversaba, pensando en la pseudo pelea que habían tenido minutos
atrás. ¿Tan claras se veían sus intenciones? A veces le daba miedo la forma en
la que el batero veía a través de él. Pero no dejaría que su plan se viniese
abajo tan fácil:
-Tengo que irme, lo siento-
-No importa-
-Espero verte pronto entonces. De todas formas, sabes que si
necesitas algo puedes llamarme-
-Claro. Nos vemos-
Casi como había hecho
antes de que llegara lo observó caminar por las calles nuevamente, esta vez
yéndose.
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-¿Hablas en serio?- el guitarrista sonaba irritado.
-Fue su culpa-
-… da igual-
-¿Y si piensa lo mismo?-
-¿Qué mismo?-
-Que nos debemos una explicación-
Ken se quedó en
silencio varios segundos:
-Oye, ¿estás?-
-Si estoy… Hyde, lo digo con toda la seriedad que me es
posible; limítate a que sea un simple reencuentro de compañeros-
No le gustaba para nada
cuando él se ponía de esa forma. Que Ken se tomase tan en serio algo era
importante, siempre:
-¿Qué sabes y no me dices?-
-Perdón-
-¡¿De qué?!- empezaba a estresarse.
-… Sakura está casado-
Fue un murmullo, sabía
que a Ken le dolía tener que decirle aquello.
Nuevamente quedaron en
silencio, esta vez por parte del vocalista. La frase se repetía una y mil veces
en su cabeza intentando asimilarla. ¿Acaso no era normal? Un hombre de su edad
es normal que esté casado a esa altura de su vida, y nunca le han faltado
pretendientes, por tanto nada podía impedir que él formase su familia
tranquilamente:
-Hyde…-
-Estoy. Tendrías que habérmelo dicho antes- por algún motivo
una sonrisa ladina se dibujó en su rostro. Nada de felicidad, simplemente le
hacía gracia imaginar lo imbécil que debía verse en ese momento.
-¿Y qué harás?-
-No tiene por qué impedir que toque con él, ¿verdad? Aunque ya
no seamos nada… siquiera amigos- la garganta empezaba a doler- No voy a cambiar
de opinión. Quiero una última canción, es todo-
No habían sollozos ni
voz quebrada, era demasiado bueno fingiendo esas cosas si nadie lo tenía de
frente, sin embargo las lágrimas caían una tras otra como si se hubiesen
acumulado tanto que ya era imposible contenerlas:
-Como quieras. Me iré a dormir, intenta descansar también-
-Nos vemos, buenas noches-
-Adiós-
Limpió su rostro y
apagó la luz del velador a su costado envolviéndose entre las sábanas. A pesar
de no haber llorado con fuerza se sentía agotado, física y mentalmente. Lo
último que pensó antes de dormirse fue cuánto tiempo le habrá tomado al batero
olvidarse de él.