viernes, 1 de noviembre de 2019

Fan fiction Entichers - Capítulo 2: Mirada



Me quedé en el auto sentado un momento mientras fumaba el último cigarro de la cajetilla. Estaba tan ansioso que había fumado la cajetilla completa entre la noche anterior y aquella mañana. 

Ya llevaba media hora sentado ahí, había llegado antes, pero me rehusaba a entrar antes, o a la hora acordada. Siempre escondiendo los nervios. Me quedé allí hasta que mi celular sonó, no había guardado su número, con intención, pero mi asquerosa memoria me pasaba una mala jugada. Lo recordaba aunque el celular lo marcara como desconocido.

-          ¿Esperas algo que estás estacionado fuera y no entras?

-          ¿Ah?

-          Ya te vi, bájate y entremos juntos. - cortó la llamada en cuanto terminó de hablar.

Me reí de mí mismo, ¿qué pensaría él de mí ahora?

Bajé del auto y caminé sin nervios visibles hasta la entrada, ahí lo vi en la puerta, llevaba un suéter deportivo con capucha y un pantalón de buzo.

-          Esperaba verte con minifalda o... ¿Eso es solo para el día del show? – le pregunté sorprendido por su ropa deportiva. Se veía aún más pequeño.

-          ¿Y por eso no te atrevías a bajar del auto?

-          No me sentiría precisamente cómodo caminando con un travesti a mi lado.

-          Aah... te pone nervioso caminar junto a mí.

-          No te creas tan importante– le gruñí cuando estuve frente a él.

-          No lo hago, pero estoy aquí parado desde tu penúltimo cigarro, y ya te imagino con el trasero adolorido cuando deban salir todas las uñas que te comiste– él me leía.

-          Que broma tan vieja. Preocúpate de tu propio trasero, que asumo si debe tener razones para estar adolorido– abrió la boca cuando me escuchó, claramente ofendido.

-          Que imbécil eres– se volteó y caminó delante de mí.

-          Qué manera de darme las gracias son esas… - le dije a sus espaldas, internamente me volví a auto abofetear. ¿Cómo era posible que siempre que hablara con él dijera algo de lo que me arrepentía al siguiente segundo? Siempre respondía a la defensiva cuando hablaba con Hide. Al menos había sido así en los últimos años.  Y lo peor era que él parecía comprenderlo, no se enfadaba a pesar de que yo sabía muy bien que él solía ser gruñón con las bromas pesadas. Sentía que él las tomaba con tanta ligereza porque comprendía que hasta cierto punto era mi forma de defenderme de él y lo que me causaba su actitud.

-          Oh, Natsu – dijo cuando entró y lo vio sentado en la batería - ¿Qué haces tú aquí? – luego me observó a mí.

-          Sakura me pidió que viniera… Pensé que lo sabias.

-          No, no lo sabía– me miró con sospecha de inmediato.

-          Tal vez no pueda asistir los tres días como tú quieres, así que le pedí a Natsu que aprendiera mi parte por si… - me observaba con ojos enfadados – O de todas formas no puedo asistir a los ensayos, así que estará bien que él aprenda mi parte.

-          Bien – dijo finalmente sin estar para nada convencido de mi propuesta- ¿Este será el único ensayo al que vendrás entonces? – su tono seco y visiblemente molesto para mí y para todos me hizo reír.

-          Supongo.

-          Entonces no te distraigas – fue lo último que me dijo antes de ponerse en frente de la banda a trabajar. Yuki, me observó extrañado y se acercó.

-          Nunca lo había visto enfadarse con alguien… parece que tanto tú como él se ponen susceptibles cuando están juntos– me dijo.

-          ¿Susceptibles? Ah, por favor Yuki, te estás poniendo como Keiichi de viejo chismoso.

-          Ey... – se quejó mientras yo me sentaba para comenzar a ensayar.

Como solo debíamos ensayar una canción no me quitó más de una hora todo el asunto, pero me quedé observando el ensayo del resto unos minutos aunque Hide no había si quiera girado a mirarme. Me pregunté por qué me había invitado. 

Al comienzo pensé que tal vez quería retomar esa “amistad” que hace tantos años quedó por allí en alguna parte del camino de nuestras vidas, sin embargo no se había molestado en preguntarme si quiera como estaba, así que lo descarté.

¿Darle otra mirada a su trabajo? ¿Un aspecto más qué o menos qué? No podía entenderlo, pero cuando entendí que no dedicaría un minuto a hablar a solas conmigo, ni que a mí me interesaría tener una conversación bajo la mirada de tantos ojos chismosos, tomé mis cosas y salí del salón sin siquiera despedirme de Yuki.

Cuando estaba bajando las escaleras de la salida, un hombre pequeño corrió hasta mí. Al comienzo no lo reconocí, habían pasado años desde la última vez que vi en persona al estilista de Hide.

-          Sakura.

-          Naoto, hola.

-          Hola, antes de que te vayas, ¿te molestaría si me permites tomarte unas medidas? Solo será unos minutos.

-          ¿Ah? ¿Medidas?

-          Si, para el disfraz, ya están los diseños pero aún me faltan las confecciones.

-          Oh… pero, ¿no que yo podía elegirlo?

-          No, para nada, Hyde-san me dio claras instrucciones sobre su traje.

-          ¿Ah si? ¿Y qué es?

-          No lo sabrá hasta ese día.

-          Oh no, no, esto no me da buena espina – de pronto Naoto tomó una cinta medidora y sin siquiera preguntar se acercó y comenzó a medir diciendo unos números en voz alta– Oye…- fue vergonzoso que lo hiciera en frente de ojos desconocidos, pero cuando pensé en proponer entrar, ya había acabado su tarea.


-          Listo.

-          Naoto, no quiero vestirme de mujer…

-          Já, dudo que Hyde-san quiera verlo vestido de mujer, ese papel le corresponde a él– me reí por lo que dijo y él pareció entender el por qué– No se preocupe por nada, Hyde-san solo quiere disfrutar de un momento en el escenario junto a usted. Le estima– me sonrió cálidamente y yo me quedé pensando en cómo responder a eso – Bien, tengo demasiado por hacer. Me siento como el conejo de Alicia en el país de las maravillas, no me queda tiempo. Nos vemos, Sakurazawa.

-          Nos vemos… - 

  ¿Cómo el conejo de qué?










     Estaba agotado. Acababa de finalizar el concierto y el sudor me recorría hasta la parte baja de la espalda, por lo que tomé una ducha con agua tibia y cuando salí me preparé un sándwich que tragué junto con un vaso de agua mientras Yuki se secaba el cabello en mi habitación de hotel. Me sentía enormemente cansado y aún faltaba la famosa Hallowen party.

-          ¿Por qué nos comprometimos con esto?  - se terminaba de vestir mientras me escuchaba. Le dejé su merienda en la mesa– Me siento exhausto.

-          Yo también, pero ya nos comprometimos, y debemos apurarnos o no llegaremos a tiempo.

-          No quiero ir… - me quejé.

-          Sakura…

-          No entiendo para qué quiere que yo vaya, ni siquiera me habló en el ensayo.

-          No te habló porque estaba ocupado. Además... creo que a él también le incomoda que todos los miren cuando se acercan el uno al otro– lo miré pensativo, ¿No me habló por eso? – Sakura…

-          ¿Mm? – me comí un pedazo de queso mientras le ponía atención a mi amigo.

-          ¿Tú y Hyde…?

-          No te pongas como Keiichi– le pedí con fingido horror.

-          Te lo pregunto en serio. Porque te conozco y porque algo lo conozco a él… siento que entre ustedes hay algo...O tal vez sea mi imaginación…

-          Lo es Yuki, yo no veo a Hide hace muchos años, entre nosotros no hay nada.

-          ¿Pero lo hubo, no? – lo miré pensando en alguna respuesta rápida, pero nada llegó a mí – Lo he escuchado hablar de ti con un tono tan… distinto. Tú también reaccionas raro cuando alguien lo nombra.

-          Es porque llevo demasiados años soportando las burlas sobre esos chismes, y si él habla distinto de mí es porque en algún momento, hace mucho tiempo, fuimos muy cercanos.

-          Entonces… - lo miré a los ojos para darle más credibilidad a mi relato ya tan repetido– ¿Por qué te cuesta tanto estar cerca de él? Cada vez que estas cerca, es como si tuvieras un debate interno contigo. No es difícil notar que te pasa mucho y discúlpame amigo, pero quiero saber qué es exactamente lo que te pasa– algo en mi se sintió extremadamente vulnerable bajo la mirada de Yuki. Quise huir.

-          Iré al baño y cuando vuelva será mejor que nos apresuremos o llegaremos muy tarde– le susurré sin mirarlo, dándole la espalda en cuanto pude. Caminé rápido hasta el baño y me lavé los dientes en modo automático, los nervios me subieron hasta que la mano me tembló un poco. Solía sucederme cuando me sentía expuesto y llevaba años sin sentirme de aquella manera.

  Me dediqué a calmarme un instante, realmente me sentía tan exhausto mentalmente por darle tantas vueltas al asunto y físicamente por el concierto que ya había dado, que pensé seriamente en quedarme en el hotel.

Entonces le escribí un mensaje en Line.



 “Sé que tal vez estarás muy ocupado, pero hay algo que quiero saber, tan solo respóndeme con la verdad y sabré a qué voy. ¿Por qué me quieres ahí?”



Envié el mensaje y pasaron varios minutos en que ni siquiera se conectó.


-          ¿Ahora qué? Tal vez lea el mensaje cuando ya termine la presentación y solo hice el ridículo dejando en claro que tengo dudas sobre si ir– entonces el celular vibró.




“Tengo una razón un poco difícil de redactar con la prisa de este momento, pero en resumen… Te necesito aquí, tocando en el escenario, detrás de mí.”




  Aguanté la respiración cuando terminé de leer mientras escribía con preocupación.
  


     “Pero... ¿Estás bien?”




    A lo que respondió:




    “Estaré mejor cuando estés aquí”.





-          Maldito manipulador – susurré para mí, pero finalmente contesté:




   “Nos vemos allá entonces.”