sábado, 18 de mayo de 2019

Last chapter: Secret Letters

-Entonces no se han visto de nuevo-
-No. Preferimos dejar el ensayo para la última semana, mientras menos nos veamos más fácil se hará la cosa, ya sabes-

Ken lo observó durante unos segundos:

-Me sorprende que te lo estés tomando con tanta calma-Hyde alzó una ceja.
-¿En serio se ve así?-sonrió- Me alegra-

 Porque no estaba ni cerca.

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 Después de haber hablado todo aquello volvieron a verse las caras tras tres semanas sin siquiera haberse llamado o mandado mensajes de texto. La excusa era ponerle un paño frío a la situación y que todo terminara lo mejor posible… pero eso era, una excusa.

 Cada vez que recordaba todo lo que habían hablado y especialmente el hecho de que luego de esa presentación no volverían a verse las caras sentía el estómago estrujarse.

 Se dirigió a la sala de ensayo un rato antes de la hora pautada para preparar las cosas y no perder el tiempo una vez Sakura estuviese allí:

-Pasa- contestó cuando escuchó que tocaban la puerta.
-Buenos días-
-Buenos días, qué raro tú tan puntual- revisó su teléfono, efectivamente era el horario que habían pautado.

 Sakura no respondió, de hecho, no traía buena cara tampoco:

-¿Pasa algo?-
-No, gracias por preparar todo. ¿Empeza-…?- el vocalista se plantó frente a la batería mirándolo con seriedad.
-No empiezo nada hasta que me digas qué te pasa Yasunori- se cruzó de brazos.

 El batero lo miró pasmado unos segundos y de la nada, se rió a carcajadas, desconcertando al más bajo:

-¿De qué te ríes?-
-Tu expresión seria siempre me ha hecho gracia-
-¿Te estás burlando?- se quejó.
-No no, solo me ha hecho gracia- sonrió.

 Sin previo aviso sujetó con determinación sus baquetas y empezó a tocar unas cuantas notas. Suaves, rítmicas, un sonido hasta relajante:

-No tenía pensado venir, te iba a llamar y decirte que me había arrepentido y que ya no quería tocar. Pero me pareció descortés hacerlo a tan poco tiempo de la presentación. Y acá estoy-

 Esta vez fue Hyde quien no contestó. De alguna forma se sentía molesto:

-Cuando pensé en que sería el ensayo para nuestra última presentación juntos me sentí muy mal. En verdad… -dejó de tocar- Me cuesta mucho estar acá-
-No hubieses venido-
-Quería verte-
-Deja de jugar conmigo-
-No estoy jugando. Desearía que fuese un simple juego de histeriqueo pero no lo es- tomó aire y lo exhaló exageradamente, relajando sus hombros, volviendo a esbozar una sonrisa aunque muy sutil- Te he dicho miles de veces que eres el amor de mi vida y eso aún no ha cambiado. No va a cambiar nunca Hideto. Pero Michelle apareció en un momento en que necesitaba a alguien en quien apoyarme y sé que no era tu culpa no poder estar ahí, y también estoy seguro de que siempre me tuviste en mente sin importar dónde estuvieses… Pese a todo, no quita el hecho de que las otras cosas pasaron; los años, nuestras vidas y la nueva gente que ha llegado en ese transcurso. La realidad es que no puedo dejarla porque en este momento la amo, me dolería hacerlo y sé que a ella también le haría daño. No puedo hacerle eso-

 Ya ninguno de los dos miraba al otro. Ambos se sentían igual de asfixiados por las emociones y el ambiente formado en el lugar, solo que a Hyde se le hacía más difícil contener aquello. Eran muchos años acarreados con la misma historia, una que finalmente tendría el desenlace que solo había imaginado en el peor de los casos.

 No odiaba a Sakura, ni a Michelle, ni al tiempo… se odiaba a sí mismo porque había sido débil cuando más lo necesitaron, cuando la persona que más quería lo necesitó:

-Perdóname- susurró entre sollozos que alarmaron al batero- Perdóname por todo lo que ha ocurrido. Perdóname por no haber sido fuerte. Perdóname por no haber aparecido antes. Perdón-
-Yo no tengo nada que perdonarte, en todo caso, también debo pedirte disculpas por los malos momentos que te he hecho pasar y no buscarte antes- Hyde negó con la cabeza luego de limpiarse el rostro.
-Ya- rió avergonzado- No quiero llorar más ni que nos lamentemos ni nada de esto. Quiero que salga perfecto y por sobre todo… que lo pasemos bien-
-Me parece una buena idea- sonrieron.
-Vamos a ensayar-

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-No te quedes dormido, estamos por llegar- escuchó a Kaz.
-Si- asintió- No estaba durmiendo igual-

 De camino al Zepp Sendai Hyde estuvo todo el recorrido en silencio simplemente observando por la ventana el paisaje. Nadie se animaba a preguntarle qué le ocurría, pues pensaban que era mejor no cabrearlo o, en otro caso, ponerlo más sensible de lo que se lo veía, para no afectar los resultados posteriores en el escenario.

 Cuando finalmente arribaron en el lugar, los miembros del staff se dispusieron a preparar las cosas en los camarines y la sala de ensayo mientras los chicos aprovechaban unos minutos para almorzar:

-¿Y Sakura-san?-
-Vendrá más tarde. Dijo que vendría por su cuenta, solo espero que hoy justo no se le ocurra llegar tarde-
-¿Suele hacerlo?-
-Si te cuento empezarás a preocuparte- rió.
-¿Y cómo quedó el setlist terminado?-
-Oh, eso…- alzó un poco la voz llamando la atención del batero y el bajista también- Al final decidimos que haremos solo una canción como encore. Tocaremos “I’m so Happy”-

 Sus compañeros lo miraron un poco extrañados, pero no lo cuestionaron, supusieron que tendría su razón para haber elegido algo que no era de su repertorio.

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-Gracias- le sonrió a la estilista cuando terminó de arreglar su cabello.

 En el mismo instante que la chica cerró la puerta del camerino su teléfono sonó. Un mensaje:

“Vine a darte ánimos~ Buena suerte, disfruta esta noche.
                                                                              Ken”

 Sonrió, aunque ahora que sabía que Ken estaría allí mirándolo se había puesto más nervioso.

 Faltaban casi dos horas para que comenzara el live y aún le faltaba cambiarse de ropa, pero le tranquilizaba saber que al menos el resto de sus compañeros estaban listos. Siempre tan profesionales:

-¿Sabes si ya ha llegado?- le preguntó a Kaz.
-No lo he visto, pero tampoco revisé nada así que tal vez llegó y solo no me enteré-
-Mm…-

 Pasó de Kaz y se dispuso a dar vueltas por el lugar.

 Sus compañeros estaban en la sala descansando un poco, el staff aún seguía arreglando algunas cosas que faltaban ajustar. Iban y venían, por los pasillos se podía escuchar el murmullo de la gente del otro lado. El ambiente era el mismo que se formaba cada vez que estaban por hacer un show.

 Un escalofrío lo hizo estremecer:

-No quiero…- se dijo a sí mismo en voz baja.
-¡Ey!- volteó rápidamente- Te estaba buscando-
-Yo también-

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-¿Estás nervioso?-
-¿Por qué lo dices?-
-Porque no dejas de moverte- replicó observando al vocalista caminar de un lado al otro desde su posición cómoda en el sofá.
-Ah - mordió la cara interna de sus mejillas- ¿Tú no lo estás?-
-Un poco-
-Quiero que la presentación salga impecable, que sea perfecta, que sea…inolvidable-
-… ¿para quién?-

 Hyde posó sus ojos sobre los del batero y sonrió de lado:

-Para el público. Para nosotros lo será de todas formas-

 Tomó el móvil y revisó la hora, faltaba poco menos de media hora. Suspiró:

-Iré a ver a los chicos por última vez-
-Ve-

 Media hora… solo media hora y todo acabaría.

Finalmente ya no habría nada que lo ligase al pasado, podría volver a empezar, a mirar por él o por alguien más si aparecía. Enfocarse en sus cosas y solo eso, ya no habría distracciones ni cosas en segundo plano. ¿La depresión y amargura deberían desaparecer cierto? Después de todo, ya no hay lugar para él en la vida del batero:

-Están todos listos, me voy-
-Suerte, sé que lo harás bien-
-Gracias. Estate atento a las señales del staff, ellos te avisarán cuando entrar- el otro asintió y rodó los ojos.
-Yo sé, no soy tonto-
-Por las dudas- le sacó la lengua.
-Nos vemos en el escenario-

 Se dedicaron una sonrisa mutuamente. Pura, sincera y amorosa, con todo ese amor que siempre se habían tenido.

 Antes de salir del camerino se detuvo de golpe frente a la puerta, sabía que si no lo hacía en ese momento no habría una “próxima” oportunidad:

-Ya-chan- volvió sobre sus pasos.

 Se acercó al batero y sin titubear ni decir palabra alguna, se inclinó sobre él, dejándolo estupefacto, robándole un último beso que había deseado desde el mismo día que los separaron:

-Te espero en el escenario-

 Era momento de darle un final y comienzo nuevo a su vida.