~ Hyde
El
camino a Tokio era realmente una odisea, un amigo de Tetsuya y de Ken manejaba
el auto que nos llevaba pero tenía menos experiencia que nosotros en el camino.
Nos guiaba con un mapa viejo, rancio, apolillado y con las letras algo
borrosas… sentía que no llegaríamos nunca. Encima me sentía algo mareado por el
calor y la cantidad de horas que llevábamos quietos allí, ¿eran cinco horas ya?
-
Creo que debimos tomar un bus.- se quejó Ken-chan.
-
¿Podríamos parar a tomar un poco de aire? – sugirió
Tetsuya.
-
¡Miren! ¡Ese letrero dice Tokio! ¿Ven? Vamos por
buen camino. – Gritó nuestro chofer. Los
tres nos inclinamos a observar el pequeño letrero que indicaba los kilómetros
faltantes, al menos una hora más de viaje.
De
pronto me comencé a sentir muy mal… cerré los ojos y abrí la ventana a pesar de
que sabía que Tetsuya se quejaría. Comencé a contar hasta cien ignorando sus
quejas.
-
Hide, nos vamos a resfriar, no es sano que el aire
llegue de golpe a…
-
Tet-chan el enano se ve mal, esta pálido. – notó
Ken a mi favor.
-
Oh… ¿necesitas que nos detengamos? – preguntó, solo
entonces le tomé atención y asentí como
respuesta. En cuanto se orilló el auto y antes de que terminara de detenerse
del todo salte hacía la libertad y tomé una bocanada de aire fresco. Caminé un
poco para estirar las piernas lejos de todos, o eso creía, unos cuantos pasos
llegaron hasta mí. Conocía esa forma desarmada de correr, era inconfundible
para mí la presencia de Ken-chan.
-
Ten – me tendió una bebida azucarada - No queremos que te desmayes. – la recibí de
mala gana y bebí un poco agradeciendo el sabor refrescante. Aún estaba enfadado
con ellos, durante toda la semana no asistí a ensayos y ellos tampoco
preguntaron el por qué. Aunque me propuse no permanecer molesto, no lograba
dejarlo ir.
Había
pensado mucho con respecto a Sakura y había llegado a la conclusión casi segura
de que él no se marcharía de la banda por mí, pero estaba casi seguro también de
que si llegaba a existir una razón; ellos me culparían a mí sin importar el por
qué. Aquello era lo que me mantenía molesto. Les hacía sentir que yo era un
desperfecto, el “problema” de la banda, lo que significaba siempre dar un paso
atrás. Tetsuya siempre se incomodaba cuando nos entrevistaban por mí, porque
llegaba un momento en que mi silencio era notorio y molesto para todos… incluso
para mí.
Ellos
no sabían cuanto yo me odiaba a mi mismo por no ser capaz de hablar.
Todos
bajaron del auto para tomar un poco de aire también, y aunque moría de ganas
por ir al baño no podía quejarme. Mi mal humor visible en mi rostro hizo que
nadie me dirigiera la palabra, ni cuando me subí al auto, ni en todo el camino
restante. Me ignoraron como siempre.
Cuando
llegamos a la dirección que nos indicó Sakura ya eran las 8 pm y el frío quemaba
un poco la piel. Entramos con prisa al lugar y en cuanto abrimos la puerta, la
música que retumbaba por todos lados nos dejo incapaces de escucharnos entre
nosotros. Como si alguien le hubiera avisado Sakura corrió hacia nosotros para
recibirnos y nos indicó con la mano que lo siguiéramos. Lo observé mientras
caminábamos detrás de él; llevaba un atuendo ligeramente diferente… pantalón de
cuero y una camiseta ajustada que dejaba
ver sus brazos musculosos y esta tenía pequeños diseños en la espalda de color
azul. Solo entonces noté lo grande de su espalda, que era como tres veces un
Hide.
Caminar
junto a él rodeado de más personas se sentía extraño, una sensación de
seguridad completamente nueva me invadió. La gente nos observaba con
curiosidad… definitivamente con Sakura a nuestro lado llamaríamos la atención
como banda.
En
cuanto llegamos a un lugar con mesas en donde la música se escuchaba muchísimo
más baja, saludó
a todos con las manos de una manera bastante masculina y confianzuda, como si fueran
amigos de toda la vida, sobre todo con Ken-chan, la química entre ellos era
notoria. Luego se acercó a mí.
-
Hola… - susurró cuando estuvo en frente de mí. Sin
tocarme, sin ofrecerme la mano, pero si una sonrisa que me hizo sentir extraño…
o tal vez eran sus ojos. Solo le sonreí sin atreverme a mirarlo de vuelta. En
cualquier otra circunstancia me hubiera ofendido que a mí no me hubiera
saludado de la misma forma, pero en aquella circunstancia, sentí que el saludo
hacía mi fue mucho mejor que para el resto.
Nos sentamos todos
en el lugar espacioso con un escenario pequeño al frente, solo habían tres
mesas ocupadas, por lo que podíamos sentirnos cómodos fácilmente con el
ambiente… o eso en el caso de todos menos el mío, que moría por ir al baño.
-
Bien, esperen aquí sentados, en el show que
comienza en media hora pueden pedir lo que sea por cuenta mía - su voz sonaba
motivada y Ken celebró por el licor gratis. De pronto mi entrepierna dolió de
tanto aguantar las ganas de ir al baño. Comencé a apretarme los dedos. Sakura
sonrió, se puso de pie y comenzó a alejarse, pero antes de hacerlo del todo
giró a observarme y se detuvo en seco observándome con curiosidad.
¿De verdad estaba siendo evidente?
Sin dejarme desconcentrar demasiado por él, observé desesperado a todos
lados buscando un “baño” en el lugar. Sakura se acercó ligeramente a mi oído:
-
¿Pasa algo? – luego se alejó un poco para observar
mi rostro y buscar una respuesta, y aunque estaba desconcertado por su cercanía
no pude evitar responderle que “si” asintiendo… Estaba tan desesperado que la
escena de mi orinado en el lugar ya estaba casi clara en mi cabeza. - ¿Te duele
algo?
Pregunta precisa. Asentí.
-
¿Quieres ir al baño? – “Gracias Buda por poner a
Sakura en mi vida”, fue lo primero que llegó a mi cabeza. Asentí con
desesperación de inmediato y me puse de pie para seguirlo, caminamos con prisa
un par de pasos e ignoré completamente lo que intentaron decirme Tetsuya y Ken
cuando me puse de pie. Como caballo solo miré al frente hasta que Sakura abrió
una bendita puerta que daba al baño del lugar. Entré a toda prisa a uno de los
personales y bajé mi ropa con desesperación para dejar entrar el mejor de los
alivios. Un sonido de placer se me escapó y escuché una risa venir desde fuera,
me avergoncé de inmediato. – Imagino lo frustrante que debe ser no poder
preguntar por el baño… - lo escuché decir con menos diversión en su tono.
“No creo que lo imagines bien”, pensé para mí mismo. Tardé alrededor de
tres minutos y me avergonzaba cada vez más a medida que el tiempo avanzaba pero
yo continuaba orinando. ¿Podía ser más incómoda la situación?
Cuando salí del baño directo hacía los lavamanos me sentí tímido bajo su
mirada, evité levantar la cabeza.
-
Me gusta cómo te vistes, aunque si no te conociera
a simple vista apostaría que eres una chica.
Lo miré molesto por el reflejo del espejo de enfrente.
-
Oh no me mal entiendas, una chica… esto… linda. –
dijo rápidamente antes de darme la espalda a modo de defensa, agachó la cabeza
y lavó innecesariamente sus manos. No supe como tomar sus palabras, pero sin
quererlo terminé sintiendo calor en la cara. – Ya debo irme o no terminaré de
arreglar el sonido para antes de la presentación… - asentí como despedida
aunque aún no lograba mirarlo a la cara. – De verdad espero… que disfrutes la
presentación, o al menos a mí. – rió vanidoso antes de salir del baño. Suspiré
en cuanto me quedé solo volviendo a mirarme en el espejo.
“Mierda, ¿esa es mi cara?”
El chico de en frente era irreconocible para mí; ojeras enormes, cabello
despeinado, mejillas sumamente rojas y labios pálidos por la fatiga del viaje.
Definitivamente no era mi mejor día.
Cuando volví a la mesa los chicos habían pedido una docena de cervezas
más otros licores que encontraron en la carta del lugar y quisieron probarlos.
Tragué saliva en cuanto vi la cantidad.
-
¡No me defraudará Sakura, yo lo sé! – repetía Ken
mientras brindaba con Tetsuya.
En mi silencio bebí y probé un poco de cada vaso.
A las 8:30 ingresó una multitud, definitivamente todos los que bailaban
en la sala de junto, el lugar se llenó por completo, mesas repletas, sillas en
pasillos y gente de pie comenzó a esperar el show.
-
Parece que son conocidos aquí – comentó Tetsu.
-
Dime algo que no sepa – le regañó Ken.
Las luces se apagaron y con un excesivamente notorio preparado solo de
batería comenzó el show.
-
¡Se quiere lucir! – le escuché a Ken decir casi en un
grito de lo animado que estaba. El público a nuestro alrededor gritaba por
Sakura desde que lo vieron, el favoritismo era notorio. No suele ser normal que
la gente se fije demasiado en el baterista pero Sakura tenía cierto aire poco
común que llamaba la atención a simple vista y oído.
Aunque
la canción tenía una gran introducción de guitarra, nada superaba el paso
frecuente y notorio que marcaba Sakura desde su posición. Era quien más
resaltaba visualmente por estar al medio, ser alto y porque la forma en la que
tocaba me hizo pensar a ratos que estaba de pie… pero no, simplemente se
enderezaba demasiado para alcanzar los platillos frontales de arriba. Me
pregunté si aquella posición le acomodaba, ya que la posición de los platillos
debía haberla preparado él. ¿No era más agotador estar tan derecho? Aunque su
cuerpo denotaba buen estado físico. Pensando aquello fue cuando realmente
contemplé su cuerpo, los brazos musculosos y la gran espalda, eran impactantes
con la agilidad que tenía. Además el sudor le daba cierto aspecto… sensual, me
parecía cada vez más perfecto para la banda.
En
total tocaron seis canciones, y aunque en algunos momentos Ken-chan nos pedía
notar aspectos del guitarrista, no podía despegar mi atención de Sakura. Me atraía tanto su
desempeño, la notable pasión que ponía, que me sentí absorbido por la
concentración que demostraba. Cuando llevaban cinco canciones el vocalista
anunció que sería la última vez que tocarían juntos y el público no pareció
contento, pero no dieron tiempo a las reacciones y siguieron con la última
canción que tuvo solos de todos los integrantes de la banda, dándole un sabor
satisfactorio al final del concierto que sentí demasiado corto... pero claro,
solo era una banda entre muchas otras que se presentarían esa noche.
Aún
sabiendo eso, estuve seguro de que eran la mejor y que la mayoría del público
estaba allí por ellos.
Nos
volvimos a sentar cuando el silencio invadió el espacio, el animador avisó que
la próxima presentación sería en 20 minutos más.
-
Que sujeto más especial. – dijo fascinado Ken-chan.
-
¿Superó tus expectativas? – preguntó Tetsu.
-
Con creces. – respondió.
Luego
de un rato el susodicho apareció entre la multitud saludándolos a todos
mientras se nos acercaba. Me miraba más que a los chicos, o es que tal vez yo
le daba demasiada atención a su mirada cuando estaba sobre mí.
-
¿Qué opinan? – preguntó con algo de ansiedad
evidente.
-
Estoy fascinado, digo, enamorado. – respondió Ken.
Todos rieron.
-
La verdad es que venir a verte solo rectificó
nuestra opinión. – Tetsuya de pronto pareció incómodo, miró hacía detrás de la
mesa y sus ojos parecieron molestos, seguí su mirada pero desde mi posición no
logré ver nada que justificara su expresión.
-
Tantos halagos hay que celebrarlos – Sakura tomó la
botella de whisky antes de terminar de hablar y sirvió un poco para cada uno.
Yo ya me sentía mareado, había bebido demasiadas mezclas pero de todas formas bebí
el trago que me sirvió esperando responder de buena forma a su actitud de
habérmelo servido.
¿Qué
pasó luego de aquel trago? La verdad es que no estoy muy seguro… Recuerdo
imágenes desordenadas en donde veía la cara de Tetsuya molesta y no sabía el
por qué, Ken saltaba sobre la silla y luego sobre la mesa, se cayó dos veces y en
una de ellas gritó ser inmortal. Sakura y Ken bailaban en medio del tumulto, yo
bailé con ellos pero no estaba muy seguro… solo recordaba a Ken tomando mis
brazos para ayudarme a moverme, luego me arrastraron hasta fuera del lugar,
Tetsuya me llevaba por sobre los hombros y Sakura llevaba a Ken-chan. Quise
saber por qué él no se había emborrachado pero yo ni ebrio podía hablar.
Cuando
llegamos al departamento de Sakura la nariz me goteaba, hacía frío en Tokio, un
frio húmedo al que no estaba acostumbrado. Mi estómago se sentía a punto de
explotar y mi cabeza aún daba vueltas.
Al
entrar el departamento nos encontramos con algo bastante modesto que me
encantó. No era precisamente espacioso porque tenía muebles grandes, un sofá
enorme del tamaño de una cama ocupaba todo el rincón de la entrada, en frente
una televisión que estaba en un gran librero.
-
Parece que todos dormiremos en el sofá – dijo Tetsu
a lo que Sakura respondió.
-
Oh, no, uno puede dormir en el sofá, otro en una
habitación vacía y otro en la mía, tengo un sofá grande en mi habitación
también.
-
Sobreviviremos – añadió Ken. De pronto me sentí
mareado y perdí el equilibrio, Ken alcanzó a sujetarme. – Vaya… realmente estás
ebrio enano. – Una voz de mujer captó la atención de todos.
-
¿Sakura? – llevaba una camisa puesta y ropa
interior. Todos nos quedamos mudos.
-
Akane… ¿Qué haces aquí? – ella nos miró a todos y
corrió de vuelta a lo que parecía ser la habitación de Sakura.
-
¿Tu novia? – preguntó Ken mientras intentaba
sentarme.
-
Si… - susurró Sakura, parecía enfadado. La siguió
dejándonos solos. Los chicos se miraron incómodos, me dolía tanto el estómago
que me sentí apunto de vomitar, una arcada se me escapó.
-
Oh no no no no enano, no vomitarás sobre mí, vamos
al baño. – Me arrastró por el pasillo. Buscamos
una puerta que nos llevara al baño pero todo indicaba que el único que había
estaba dentro de la habitación de Sakura.
– Ay enano, siempre tienes que hacer las cosas difíciles. – quise
disculparme, tal vez la borrachera hizo que mi reacción fuera la culpa en vez
del enfado.
-
Te dije que no te quería aquí, no entiendo porque
te empeñas en hacerlo más difícil – escuchamos a Sakura desde el otro lado de
la puerta. Ken dudó de si tocar o no.
-
Te dije que quería darte una sorpresa antes de que
te fueras… y como dijiste que hoy dormirías aquí para no llegar tarde con tu
madre… pensé que estaríamos solos - la voz de la chica sonaba apenado. Me sentí
mal por ella.
-
Vístete, te iré a dejar a tu casa.
-
Pero y… ¿nosotros?
-
Nos despedimos ayer Akane. – de pronto me dio otra
arcada y estuve seguro de que no aguantaría mucho más. Toqué la puerta y la
abrí, interrumpiéndolos. Ken de la impresión se tardó en hablar pero lo hizo.
-
Esto… Hide quiere ir al baño. – Sakura nos observó
con impresión, a mí sobre todo.
-
Es aquella puerta – nos indicó, corrí hacía allá dejando
a Ken fuera. Abrí la puerta del inodoro y dejé salir todo el alcohol que
martillaba las paredes de mi estómago. Vomité una y otra vez hasta quedar
agotado apoyado en la pared del baño de Sakura. Luego otra vez.
Escuché el toc toc de la puerta.
-
¿Hide? - Era la voz de Sakura - ¿Estás bien? ¿Puedo
pasar?
“Claro que no“, pensé, pero él no se detuvo, continuó tocando la puerta
y preguntando. Cuando me sentí con la suficiente fuerza para reponerme ya
hartado de su insistencia, le abrí la puerta de mala gana. ¿Qué no tenía
asuntos de los que ocuparse?
-
¿Estás bien?
- lo miré con un “¿Lo parezco?” escrito en los ojos. Estuve seguro de
que entendió mi expresión cuando se limitó a no decir algo más al respecto. Abrió
un cajón de un mueble sacando un cepillo de dientes nuevo del plástico. – Ocupa
este, imagino lo desagradable que debe ser quedarse con el sabor a vómito… Te
prepararé algo liviano para el estómago. – agregó antes de salir. Lo miré
sorprendido sin nada de fastidio. ¿Iba a cocinarme? ¿No que iba a ir a dejar a
su novia? Me levé los dientes sintiéndome extraño… nunca alguien me había dado
tanta atención como Sakura y a penas si nos conocíamos, no sabía cómo sentirme
al respecto.
Cuando terminé de lavar mis dientes salí del baño, y al pasar por la
habitación me encontré con la chica que hacía unos minutos había despertado mi
lástima. Su mirada me hizo rápidamente cambiar de opinión.
-
¿Quién eres tú? – preguntó con la voz y los ojos
llenos de odio. ¿Por qué?
No
respondí, como era obvio.
-
¿Eres un travesti?
- preguntó en tono ofensivo. No supe cómo reaccionar, me quede mirándola
sin entender el por qué de su actitud. No, no lo era, pero tal vez si lo
parecía. Sakura entró rápidamente a la habitación, buscó una campera y se la
colocó.
-
¿Estás lista? ¿Recogiste todas tus cosas? – le
preguntó a ella ignorándome.
-
¿Por qué tengo que irme yo y esa cosa se queda?
-
¿Esa cosa? – repitió él.
-
Ella o él. No sé que es. – sus ojos me recorrían de
arriba hacia abajo con cierto asco que sentí hasta lo más profundo de mí.
-
Akane no seas ofensiva. Perdónala Hide, es inmadura
y cuando se enoja llega a ser ridícula. – me dijo sin preámbulos en frente de
ella. La cara de ella estaba roja de odio y sentí que no solo era para mí,
quería salir de allí pero ella estaba más cerca de la puerta que yo. ¿Y si me
golpeaba?
-
Oye… – comenzó ella.
-
Silencio, camina, hablamos en el camino. – Salió de
la habitación arrastrándola junto a él y allí me quede yo, solo en la
habitación, sintiendo una mezcla desagradable de odio por ella, sus palabras y
un poco por mí mismo.
El
dolor en mi estómago volvió mientras estaba allí, corrí de vuelta al baño.
Cuando
pude recuperarme del todo y volver con los chicos estaban conversando en un
tono bastante serio. Me senté junto a ellos mientras me abrazaba el estómago.
-
Hide tenemos que hablar contigo. – el tono de
Tetsuya me indicaba que algo andaba mal.
-
Hide, escuchamos lo que pasó con la novia de
Sakura… - comenzó Ken, no supe la razón pero miré al suelo avergonzado.
-
Escucha, no podemos causarle problemas a Sakura, y
por alguna razón ustedes están… no sé… comenzando a ser cercanos. Por favor
Hide ten cuidado, tengamos todos cuidado con nuestras relaciones por el bien de
la banda, no causemos problemas, evitemos todo lo que pueda terminar en
discusión. Estoy usando buenos términos, no quiero que esto te enfade y tampoco
te culpamos a ti por lo que sucedió - ¿Ah no? – pero todos notamos que la
reacción de Sakura por entrar al baño fue… exagerada y entendemos que su novia
reaccione así, más porque tú… eres bastante andrógino a simple vista.
-
Solo… ten cuidado – pidió Ken al final. Aunque no
dejaba de repetir de forma irónica en mi cabeza “claro y no creen que tengo la
culpa…” asentí. ¿Qué más podía hacer? ¿Discutir sin decir una sola palabra?
Me
sentía mal… me dolía el estómago, la cabeza y el corazón.