viernes, 31 de agosto de 2018

Capítulo 8: Inquietud



~ Sakura



Oishi acababa de salir por la puerta con Hide detrás de él. Aquello me preocupó, pues conocía bien la fama de Oishi con los chicos bonitos y cómo se aprovechaba de su posición.

-       Así que… ¿conocías a Oishi, Yasunori? – me preguntó Ken.

-       ¿Por qué ahora me dices Yasunori? Dime Sakura – le dije riendo, él también rió.

-       Es que lo he pensado y te ves mayor para decirte solo Sakura… tal vez más experimentado. – me carcajeé.

-       Pero no lo soy, dime Sakura, en serio – le insistí. El rió – Sí, lo conozco porque he trabajado antes con algunos de sus proyectos, aunque nada serio.

-       ¿Y te llevas bien con él?

-       Mmm… la verdad es que eso no importa mucho, solo te puedo asegurar que no le faltaré el respeto si no tengo razones.

-       Auch, así que te llevas mal con él, ¿por qué? – quiso saber. Tetsuya escuchaba de forma desinteresada o eso aparentaba al menos, el par de chicos del staff leían el papel que mi nuevo manager había entregado.

-       No mal, solo no es el tipo de persona que tendría como una amistad.

-       Ya… tendré cuidado también. – concluyó Ken de mi comentario.

-       No deberías ser tan influenciable Ken-chan. – regañó Tetsuya, a quien por primera vez veía demasiado serio.

-       Tú tampoco, ese señor te lavó la cabeza parece. – Los miré intrigado, ¿por qué lo decía?

-       ¿Tú no lo habías conocido aún Ken? – pregunté yo.

-       Si lo he visto, de hecho nos acosa bastante desde las penumbras, sobre todo a Hide, aunque creo que él no se ha dado cuenta. Mejor así, se asustaría. A todo esto, ¿qué querrá Oishi con él tan importante como para hablarlo a solas?

-       No lo sé – respondí dudoso.

-       No nos debemos preocupar, probablemente lo orientará sobre qué hacer con su nuevo nombre o su imagen, quién sabe.

-       Disculpen… - susurró despacio uno de los chicos del staff. De inmediato Tetsuya se volteó a hablar con ellos para responder a sus dudas. Ken se sumó, y considerando que hablaban sobre sesiones de fotos y fechas, no quise involucrarme.

De pronto Hide entró pálido a la oficina, lo miré con atención aunque nadie más lo hizo. Me molestaba darme cuenta de que los chicos lo evitaban todo lo que podían, debían estar acostumbrados a que fuera una figura invisible en sus vidas. Se sentó junto a mí, vi sus manos algo temblorosas, sujetaba la libreta con fuerza, tanta que el color de sus uñas se tornaba de un fuerte blanco por la presión.
Me acerqué a su oído y le pregunté.

-       ¿Estás bien?  - me miró con los ojos más grandes que nunca, vi miedo en ellos. – ¿Oishi te hizo algo? – quedó pensativo unos segundos y luego negó con la cabeza de forma rápida, por su reacción no le creí.- Puedes decírmelo… - intenté ganarme su confianza pero volvió a negar con la cabeza queriendo desesperadamente escapar del tema. Respiré profundo intentando relajarme y dejar el tema, por él.

Pensar en la situación me llenaba aun más de rabia, pero en silencio, no quería hostigarlo más.

-       Ya, vámonos- Me puse de pie y los seguí arrastrando mi maleta, de pronto a las afueras del lugar llegó el momento de despedirse. Hide fue el primero en irse, agachó su cabeza, dio media vuelta y caminó rápido dejándome con una extraña sensación de traición por su nula despedida.

-       Vaya… que seco es el enano – comentó Ken.

-       Chicos, hablaré con Oishi unos minutos ¿Me esperan en el café de la esquina? – Pidió Tetsuya. Con Ken nos miramos, luego solo asentimos. Me pregunté si iría a hablar con Oishi por lo que sucedió con Hide, pero no me atreví a preguntar.

-       Por aquí – indicó Ken, lo seguí hasta el café. Ken tenía un aire muy ligero, muy trasparente, era una persona cuya compañía siempre se sentía agradable. Elegimos una  mesa de junto a la ventana y pedí un café cortado mientras él pidió café doble.

-       Esto… Sakura…- murmuró mientras colocaba una expresión seria. 

-       ¿Qué sucede?

-       Sé que ahora… tenemos que… conversar sobre donde vivirás por unas semanas… - lo miré con atención, había querido no pensar demasiado en ello ya que mis preferencias de con quién quería vivir estaban claras y no quería desencantarme si no se podía. – Me gustaría que te quedaras conmigo, pero…

-       No te preocupes, no tienes la obligación de hacerlo.

-       Es que me encantaría, pero no estoy pasando por un buen momento… - continuaba su expresión de seriedad, me preocupé. Ken tenía algo que me hacía querer prestarle ayuda en lo que pudiera, tal vez era consecuencia de la afinidad que se había presentado desde el comienzo entre nosotros. – Desde que me uní a la banda, mis padres dejaron de hablarme, y con ello dejaron de pagar mi departamento, como yo había terminado la universidad no tenían porque continuar haciéndolo pero… me quedé sin lugar donde vivir ya que la banda me amerita demasiado tiempo para mantener un trabajo de tiempo completo y el medio tiempo no me alcanza más que para los cigarrillos.

-       Ya veo… ¿pero dónde vives entonces?

-       Con mi novia…

-       ¿Tienes novia? – Ken respondió con una carcajada.

-       Si, no es nada serio la verdad y solo digo “novia” a raíz de que vivimos juntos por esta situación de emergencia… tan solo llevábamos una semana de conocernos cuando llegué a golpear su puerta.

-       Qué descaro – le dije, ambos reímos.

-       Lo sé, y creo que ninguno de los dos tiene demasiado interés en hacer de lo que tenemos algo serio, por lo que debo salir de allí en cuanto pueda.

-       Entiendo.

-       Lo siento Sakura, me hubiera gustado poder compartir más contigo.

-       Oye, que igual nos veremos todos los días - volvió a reír.

-       Lo sé pero me hubiera gustado conocerte fuera del trabajo.

-       Tranquilo Ken-chan, seremos buenos amigos, lo presiento. – le aseguré.  La chica del café apareció dejando los pedidos sobre la mesa, se fue sin antes guiñarle un ojo a Ken-chan.- Así que eres popular por aquí.

-       Un poco.

-       Descaro – la risa de Ken sonaba muy fuerte para el silencio del lugar. De pronto giré y mire por la ventana encontrándome con la escena de Tetsuya y Oishi discutiendo de forma acalorada… aunque no podía escuchar nada de lo que decían, si podía ver la forma agresiva con la que se enfrentaban uno en frente del otro, a solo unos metros de nosotros.

-       ¿Pero qué rayos? – preguntó Ken mirándome preocupado. ¿Sería que Tetsuya realmente discutía por lo ocurrido con Hide? Oishi miró al bajista molesto unos segundos, luego se volteó y se fue, dejando a Tetsuya allí parado con los ojos cerrados. Se giró entrando en el café, topándose con nuestras caras a la espera de una respuesta.

-       ¿Lo vieron verdad? – dijo con una voz ronca de enojo mientras se sentaba.

-       ¿Hablas del unicornio que pasó en frente de la ventana, rebosando de paz y felicidad este lugar? – me reí.

-       ¿Pasó algo? – pregunté.

-       Me había prometido que nos daría un adelanto y resulta que no será así.

-       Ah, discutían por dinero – aseguró Ken. – Ahora entiendo tu reacción.

-       Que simpático. – Tetsuya parecía exageradamente molesto, su voz lo denotaba – Bien, a lo que hemos venido. Ken, ¿hay alguna posibilidad de que Sakura se quede…?

-       Ya lo hablamos – interrumpí. – Ken no puede.  – sin darme cuenta estaba siendo cortante y a la defensiva por el tono que Tetsuya usaba.

-       Entonces tendré que preguntar si puedes quedarte en casa conmigo. – lo dijo en tono dudoso. Comencé a sentirme mal, no me gustaba ser un peso, menos para ellos que los estaba comenzando a conocer.  Pensé en la posibilidad de un departamento pero dudé que mis ahorros dieran para eso. Tampoco sabía cuando comenzaríamos a ganar dinero.

Bebí el último sorbo de café.

-       Bueno chicos, yo me tengo que ir – anunció Ken. – Nos vemos mañana supongo.  Tetsuya, relájate, estas tan tenso que tu cara parece sufrir parálisis.

-       Nos vemos, Ken-chan – le dije. Me miró con una sonrisa y se fue.

-       ¿Puedo saber por qué discutían con Oishi?

-       Te quiere a ti y a Ken fuera. – dijo sin preámbulos. No pude evitar dejar salir una carcajada.

-       ¿Y qué razones te dio? – pregunté estando seguro de que no le había dicho la verdad del por qué no nos llevábamos bien.

-       Dijo que no encajabas con el estilo de la banda y que tenías un carácter demasiado difícil de moldear a los objetivos de la industria.

-       Mmm… es una buena razón – admití – ¿Pero qué tiene contra Ken?

-       Dice que no encaja con el sonido que quiere crear.

-       Con el sonido… - recordé que daba la casualidad que todos los grupos llevados a la fama por él, tenían el toque pop, definitivamente no mi sonido favorito. – Entiendo y… ¿Hide encaja con lo que él quiere?

-       Hyde. – dijo.

-       ¿Ah?

-       Dile Hyde – insistió con una sonrisa extraña – Hyde no quiere que nadie sepa que Hide ese es su nombre, así que será mejor acostumbrarnos a decirle Hyde.

-       Ah. – no supe que agregar… no quería que lo supieran. ¿Por qué?

-       Y si, a Oishi le gusta Hyde, tal vez más de lo debido – agregó.

-       Así que también te diste cuenta… Oishi tiene fama de acostarse con los chicos lindos, supongo que lo sabes. – Me miró sorprendido – O no… - su facción se colocó bastante extraña, luego tragó saliva.

-       Vámonos ya, debemos llegar a casa temprano si quiero encontrar allí a mamá.

-       Claro… ¿Vives con tus padres? – le pregunté mientras recogía mi chaqueta y salíamos del café.

-       Con mi abuela realmente,  está enferma y mi madre la cuida. Como necesitaba ayuda me fui a vivir a con ella. – me paré en seco.

-       Esto… Tetsuya… ¿Estás seguro de que quieres que yo viva ahí? Con tu abuela enferma y el ritmo de vida que tendremos… no sé, me parece una situación algo… delicada.

-       Tal vez lo es, pero tenemos que intentarlo. – me sonrió con confianza -  Haré todo lo posible para que la banda triunfe Sakura.

El tono de Tetsuya me asustó, Hide tenía razón, era un sujeto obsesivo.

Caminamos en completo silencio hasta su casa. Era un lugar pequeño con bastantes flores en un espacio reducido, había un gato gordo y amarillo en la ventana que miraba con cierta vanidad, me pareció divertido y me incliné para acariciarlo.

-       Oh no lo toques, ese gato araña a todo quien intente darle algo que no sea comida. – alcanzó a advertirme. Lo miré con los ojos entrecerrados y él me miró de la misma forma a mí. Pensé; “si me quedó aquí, me ganaré la confianza de este animal”.

Entramos en el lugar, había olor a té verde.

-       Siéntate iré a hablar con mamá.

Le asentí, luego él desapareció por un pasillo.

Los minutos pasaron, Tetsuya no apareció.

Comencé a intentar tocar al gato, pero tal y como me dijo, él intentaba golpear mi dedo con sus garras afiladas.

-       Terminaremos siendo amigos, yo lo sé. – le dije con los ojos entrecerrados. Escuché entonces la voz de Tetsuya desde algún lugar de la casa.

-       ¡Tú no entiendes nada, nunca puedo contar contigo para nada! – luego le siguió un portazo y vi a Tetsuya pasar a la velocidad de la luz cruzando la sala – Vámonos Sakura, no somos bienvenidos aquí. – lo miré con asombro, tomé mi maleta y me puse de pie para seguirlo ya que notaba que no tenía intensiones de esperarme. Troté detrás de él hasta que lo alcancé.

-       ¿Qué pasa? – tenía los ojos llorosos, su rostro estaba rojo. Evidentemente había discutido con su madre, pero lo veía demasiado afectado para pensar que fuera solo porque yo me fuera a quedar allí. – Tet-chan… esta maleta pesa como para arrastrarla corriendo - le llamé como Ken lo hacía sin darme cuenta, pero no respondió, caminamos en silencio un poco más hasta que llegamos a una esquina. Se sentó en una parada de buses, sacó un cigarro y me ofreció uno.

Encendió el suyo y luego me dio el encendedor.

-       Oishi no pretende ayudarnos a que el disco pase el control de calidad de la industria si no dejo que se acueste con Hyde. – soltó en un suspiro. Me quedé helado.

¿Qué?

Mi cabeza se lleno de odio de inmediato, quise golpear a Oishi como se merecía en nombre de los muchos jovencitos de los que se había aprovechado.
-       Hijo de puta – fue lo único capaz de decir – No voy a permitir que lo toque Tetsuya – solté sin pensarlo. Él me miró un poco impresionado.

-       Sé que suena terrible, pero es más común de lo que piensas.

-       Sé que es común para Oishi pero dudo que sea común para Hide, ¿viste su rostro de horror cuando volvió de hablar con Oishi?

-       Lo vi Sakura, lo vi.

-       Supongo que está demás decirte que no es correcto ganarse algo de aquella forma. – Tetsuya suspiró.

-       Lo sé, lo he pensado mucho Sakura, y si Oishi se lo planteó directamente a Hyde es porque entendió que yo lo desaprobaba.

-       ¿Y ahora qué? – exigí saber, estaba hablando de forma ofensiva notablemente molesto.

-       Nada… necesitamos de Oishi. No es como si pudiésemos ir a golpearlo hasta matarlo, simplemente… debemos pedirle a Hyde que confíe en nosotros y no acceda. – lo miré con rabia. ¿Es que esa era toda la protección de la que él era capaz?

-       Así que no haremos nada. – concluí.

-       Al final es decisión de Hyde, Sakura.

-       Claro que no, no podemos dejar que lo obligue a decidir entre una violación y la fama para la banda, ¡lo manipulará! ¿O cómo crees que ha conseguido acostarse con otros chicos considerando que es un viejo que no tiene nada que ofrecer físicamente? 

-       Hablaré con Hyde. – respondió.

-       Deberías hablar con Oishi.

-       Lo intenté hoy pero está obsesionado con Hyde. Tampoco quiero que se acueste con él Sakura, no quiero desprotegerlo, pero no sé que más hacer, no puedo ir en contra de Oishi o nos puede costar la carrera – se excusó. Todo me parecía excusa.

-       Ni pienses que tendrás una buena carrera si la ganas a costa de otros – respondí secamente. Tetsuya se volteó a mirarme con furia en los ojos. No quise explicar lo que había dicho para bajarle el perfil a mis palabras, ya que le había dado la sensación exacta del asco que sentía por su falta de empatía con Hide.

-       Me gusta Hide – dijo con enojo en cada palabra. Me quedé en shock. No estuve seguro de si lo había escuchado bien. – Siempre me ha gustado, desde que lo conozco, así que no creas que no haré todo lo posible por protegerlo.

-       ¿Te gusta? – repetí sosamente.

-       Sí, no estoy enamorado de él si eso es lo que entendiste, simplemente me gusta. Desearía con toda mi alma que fuera una chica pero no lo es. De todas formas no lo haré pasar por un calvario solo porque accedió a formar una banda conmigo. – se puso de pie más recompuesto pero aún con un tono ronco - Tampoco te creas el caballero que viene a rescatarlo o algo parecido Sakura, tú a penas lo estás conociendo – agregó antes de comenzar a caminar. Lo miré aún estando impresionado. Si le gustaba, ¿por qué lo ignoraba como lo hacía? - ¿No vienes? – me preguntó desde cierta distancia.

-       ¿Dónde?

-       A casa de Hyde. Tenemos que buscarte hogar, indigente. – respondió antes de volver a darme la espalda. Lo vi avanzar un par de pasos antes de detenerse a esperarme, nuevamente tomé mi maleta y caminé, intentando tragar el mal sabor de boca que me había dejado su confesión.