~ Hyde
Comencé
a desenredar mi cabello con los dedos esforzándome en evitar la ansiedad a mi
alrededor. Todo el staff esperaba de forma silenciosa al posible nuevo
baterista. Tenían fe en que lograríamos convencerlo de permanecer junto a
nosotros.
Nuestro
posible nuevo baterista, quien había viajado desde Tokio hasta Osaka gracias a
la insistencia de Tetsuya, tenía media hora de retraso, lo cual preocupó a todos. Tet-chan en medio de su ataque de
estrés había insistido en que llegaría y hasta había ido por él hasta la
terminal de buses. Ken-chan no dejaba de revisar si su guitarra estaba bien afinada
y eso estaba consumiendo mis nervios, aquella era una sensación constante;
debíamos demostrar que éramos buenos músicos o que aparentábamos serlo, en mi
caso al menos.
De
pronto dos siluetas comenzaron a acercarse. Uno era indudablemente Tetsuya, pero
el otro chico de alta estatura y cabello oscuro, no era precisamente como
imaginaba a nuestro baterista estrella. Su ropa oscura ajustada a su cuerpo
resaltaba su espalda musculosa y un par de brazos bien ejercitados; la
comparación con mi cuerpo me apenó.
Aquel
chico era excesivamente diferente a Pero, nuestro baterista anterior. La
notable actitud de superioridad en su mirada intensa asustaba. Estudió todo con sus ojos oscuros de forma prudente,
pero sea cual fuera la idea que se hizo de nosotros en un primer momento, no
pareció gustarle, su rostro se mostraba incómodo, algo cansado y posiblemente
mareado de tanta palabrería que Tet-chan
salivaba a su lado sin dar si quiera un respiro. Por unos leves instantes su
mirada se detuvo en mí, y me tensé cuando lo noté. Sus ojos me estudiaron desde
la cabeza hasta los pies de forma más evidente que con el resto de la banda y
el staff, una de sus cejas se levantó dudosa y casi pude leer en el reflejo de
sus ojos la pregunta: “¿Es hombre o mujer?”. No estuve seguro de cómo
reaccionar, solo abrí los ojos como si esperara su aprobación, ¿Por qué? No
estuve seguro de ello en aquel momento, pero una sensación de vulnerabilidad de
apoderó de mí. Me protegí imitando su actitud de superioridad e intenté
devolver su mirada, aunque fallé.
Para
mi suerte Tetsuya nos presentó desde la lejanía, por lo que nadie se acercó a
estrechar su mano en un primer momento. La atmósfera era incómoda y no solo
para el desconocido Yasunori Sakurazawa. Ken-chan intentó armonizar el momento,
se acercó a él hablándole como si fueran amigos de confianza desde tiempos
inmemorables, me sentí algo celoso por la facilidad en que Ken-chan podía
formar lazos. A momentos, los ojos del chico alto se posaban en mí
inquietándome.
¿Por
qué me observaba tanto? Parecía más interesado en mí que en el resto de los
chicos. Estaba acostumbrado a ser ignorado ya que la mayoría de las veces ni
siquiera recordaban que yo estaba allí, sin embargo su atención me hacía sentir
voluble, como si sus ojos encontraran en los míos justamente lo que yo
intentaba esconder.
- Bien,
tocaremos una canción y luego de eso… tú decides, pero te advertimos que sin
batería no sonamos muy bien. – le dijo Tet-chan en un tono de disculpa, el
chico alto fingió una sonrisa. Su actitud parecía ocultar un leve rechazo a
Tetsuya, me recordó a mí las primeras cien veces en que intenté librarme de él
antes de que me convenciera a formar parte de su banda. Por primera vez, desde
que Sakura había entrado en el estudio, sentí algo de empatía por él.
- Tranquilo,
yo escucho. – respondió con cierta seguridad, como si el acto de escucharnos no
fuera algo de importancia para él. Aquella actitud me hizo sentir molesto
puesto que no parecía interesado en la banda ni en lo más mínimo si quiera, su
actitud de rechazo ante la situación se le escapaba por los poros, me
impresionaba que nadie además de mí lo notara, todos intentaban agradarle y
entendía que era la mejor opción que teníamos, pero tenía la palabra “NO” escrita
claramente en los labios… a la espera de poder ser dicha.
¿Por qué viajar desde tan lejos para aquello? Nos hacía perder el
tiempo y su presencia me incomodaba. Los chicos se subieron al escenario
improvisado que tenía tan solo un poco más de altura que de donde nos observaría
a quien debíamos convencer y reclutar, Ken-chan y Tet-chan tomaron sus instrumentos
y la música comenzó. Mi molestia latente me impidió concentrarme del todo pero
tomé una decisión a solo un segundo de abrir la boca para cantar: lo
convencería. Haría que se nos uniera o que se fuera pensando en que era muy
poca cosa para ser parte de nuestra banda.
Con ese pensamiento fue que comencé a cantar y me dejé llevar por
la canción que tantas veces había interpretado de forma automática, esta vez me
concentré en que mi voz no desencajara con el sentimiento.
Cuando
cerré la boca, me atreví a abrir los ojos. Un nudo en mi estómago comenzó a
doler, sentí nervios. El rostro de Sakura tenía una expresión sumamente
afectada, sentí que lo había logrado, no sabía si su respuesta sería positiva
pero al menos estaba claro que lo habíamos sorprendido.
-
¿Y bien? ¿Te gustó? – Preguntó Ken-chan. La
ansiedad comenzó a comerme las entrañas, tuve la necesidad de morderme los
dedos mientras nadie me observaba. De pronto el chico sonrió ampliamente,
nuevamente la seguridad de su decisión se reflejaba en sus ojos y comencé a
dudar de su respuesta.
-
¿La verdad? – asentimos todos, incluso el staff. –
Me gustó, mucho, ¿Cuándo comenzamos? – dijo rápidamente con un ánimo palpable.
Tetsuya volteó a observarme con una sonrisa, luego a Ken, luego Ken a mí.
Ninguno estaba seguro de lo que había escuchado.
-
¿Es decir que sí? ¿Quieres ser parte de L’arc en
Ciel? – Tetsuya sonaba anonadado.
-
Sí. – respondió nuestro baterista con seguridad en un
tono tajante, prácticamente pactando una promesa con Tetsuya. Sonreí, lo había
convencido, un pequeño logro personal sumado a mi lista.
-
¡Entonces bienvenido a la banda! – Ken bajó del
escenario y corrió directo hasta el nuevo baterista, le estiró la mano en señal
de bienvenida, luego Tetsuya se acercó. Sentí que yo también debía hacerlo pero
me intimidaban sus ojos. Iba a dar un paso cuando de pronto voltearon,
ignorándome. – ¡Vamos a celebrar! -
anunció nuestro guitarrista. Tetsuya le pidió que se calmara o terminaría por
asustar al nuevo miembro de nuestra banda. Me quedé allí, con un sentimiento de
tristeza palpable… otra vez siendo ignorado.
Sentí
que no quería seguirlos ni celebrar con ellos… de todas formas, no notarían que
no estaba allí… pero no podía, si lo permitía, realmente notarían el día que no
estuviera y pensarían que me podrían reemplazar fácilmente. Eso no lo
quería. Lo mejor sería cuidar ese
diminuto espacio que tenía de importancia en sus vidas.
A
veces, sentía que era lo único que tenía.
Di
un paso y noté que Sakura aún estaba allí, al parecer esperándome… a mí. Caminé
lentamente para cerciorarme de que realmente me esperaba, así lo fue. Llegué a
su lado donde me observó con ojos curiosos y aún así intensos.
-
Hola – su tono amigable me descolocó. No estuve
seguro de cómo responder, darle la mano se veía extraño en mi mente y en la
espera de mi decisión sus ojos comenzaron a asustarme nuevamente, parecían
buscar algo en mí. De pronto me sentí expuesto. Asentí como respuesta a su
saludo y eché carrera lejos de él.
Mantuve
un paso levemente rápido hasta que divisé a Ken-chan y Tet-chan, al parecer
iban en dirección al restaurante de carne. Un par pasos hicieron ruido detrás
de mí, volteé y entonces me encontré nuevamente con aquellos ojos oscuros
siguiéndome los talones. Definitivamente se estaba apresurando para alcanzarme,
pero… ¿Por qué?
Mordí
mi labio con nervios volviendo a acelerar el paso hasta trotar, pasé por el
lado de los chicos sin detenerme, ambos me observaron extrañados pero me
percaté de que Sakura se detuvo con ellos y no insistió en seguirme a mí.
No
pasarían más de dos minutos hasta que alguno le contara mi incapacidad para
hablar, Sakura pensaría que soy extraño, entonces se volvería como los demás y
me ignoraría. Aquello era lo común, estaba acostumbrado, pero me dejaba un
sabor triste… me había saludado, parecía interesado en mí… y aquello sería todo,
no habrían más intentos. Yo lo sabía.
Llegué
al local donde los esperé en la puerta, evité mirarlos y me balanceé hacia los
lados para no subir la mirada hacía él. Me sentía apenado por mi incapacidad.
-
De verdad que pensé que dirías que no, tú con tanta experiencia y
nosotros recién comenzando… estamos agradecidos – decía Tetsuya cuando me
alcanzaron, amarrando emocionalmente a Sakura y al compromiso que había tomado
al decir que “sí” aceptaba ser parte de la banda. Él se veía incómodo bajo la
mirada exigente de Tet-chan, en un determinado segundo sus ojos volvieron a
posarse sobre mí y me sonrió, un escalofrío me recorrió desde la espalda hasta
el cuello, como si mi cuerpo completo buscara protegerse de esa mirada
invasiva… Estuve seguro de que para ese momento ya lo sabía y estaba dando su
primer paso para ser amigable conmigo, tal cual lo fue Ken-chan cuando nos
conocimos. El agradecimiento me impidió
voltearme y esforcé en sonreír tímidamente, no fui capaz de mantener el contacto
visual con sus ojos, pero estuve seguro de que me vio responder.
Observé el piso para no mirarlo cuando
pasará junto a mí. En cuanto entraron al lugar, esperé a que tomaran una mesa y
los seguí. Me senté junto a Ken-chan y quedé en frente del
nuevo chico. Sus ojos me evitaron y lo agradecí, ¿Tener una mirada tan intensa
podía ser intencional? Porque parecía ser natural en él, me asustaba. Tetsuya
llamó a la mesera y encargó costillas de carne y cervezas, me sentía
hambriento… de los nervios no había comido nada para evitar vomitar.
-
Bueno Sakura, cuéntanos un poco de ti. – pidió
Tetsuya.
-
¿Algo que no sepas? Por teléfono parecías saberlo
todo… - Sonreí, conocía esa parte de Tetsuya que asustaba.
-
Investigué lo suficiente como para asustarte y
amenazarte si no venías – Sakura sonrió y levantó la mirada, topándose con mi
sonrisa un segundo. Ambos nos observamos algo sorprendidos de habernos
encontrado con la mirada, desvié el rostro la izquierda buscando la mesera y la
comida.
-
Tetsuya nos dio tu curriculum, me parece sorprendente
que a tu edad tengas tanta experiencia y hayas trabajado con gente reconocida.
– Admiró Ken.
-
Si… aunque debo advertirles algo… - de pronto los
tres observamos con suma atención a Sakura. –
No conozco a nadie de aquí, no tendría donde vivir mientras permanecemos
aquí.
}
-
Oh… pero eso podemos resolverlo sin problemas,
alguno de nosotros puede alojarte. – Tetsuya respondió sin mayores ataduras,
Ken y yo lo observamos dudosos. “Alguno de nosotros” definitivamente no lo
involucraba a él.
-
¿Mientras? – Ken se concentró en aquella palabra
mientras la mesera acomodaba la carne en nuestra mesa.
-
Si… si quieren crecer como banda, ya saben, no
pueden quedarse aquí. – respondió.
-
Lógicamente sabemos eso – acertó Tetsuya, sin
embargo ninguno pareció entusiasmado por esa idea. ¿Dejar a mamá? Me dolía
pensarlo.
Tomé
una costilla y comencé a comerla mientras los chicos abrían sus cervezas, me la
terminé y continué con la siguiente, concentrado entre masticar y escuchar.
-
¿Tendrías algún problema en dejar Tokyo? - Ken parecía preocupado.
-
Creo que un par de mujeres sufrirán, pero estará
bien, tendrán que entender.
-
Oh, ¿Alguna novia? – lo observé. No podía hacerme
la idea de él siendo comprometido a una sola mujer, parecía todo lo contrario,
incluso podía imaginarlo con varias.
-
Sí, tengo una, pero me refería a mi madre y mi
hermana – rió suavemente con la mirada baja como si aquella pequeña confidencialidad
lo avergonzara. De pronto mi primera impresión de él comenzó a derretirse.
-
¿Eres más dependiente de tu familia que de tu
novia, eh? – Tetsu intentaba ser gracioso.
-
Tet-chan, ese eres tú. – jodió Ken. Nos reímos todos.
-
Casi cumplo cuatro años de relación con mi novia –
comentó nuestro nuevo baterista. Todos nos quedamos callados. – Pero desde hace algunos meses que dejó de funcionar, tal vez la lejanía es el remedio perfecto
para definir el futuro.
-
Te refieres a que vivir lejos de ella, ¿Puede
resolver el problema? ¿Dejándola? – Ken pareció interesado, probablemente las
mujeres fuera el tema que más le interesara.
-
Si… la relación ha llegado a ese punto en que la
rutina ha opacado lo más importante, hasta no saber si aún existe o si solo
está oculto… extrañarnos ayudará a saber si podemos estar sin el otro. – ¿”Lo
más importante”? Hablaba de emociones, su revelación romántica me aturdió,
realmente mi primera impresión estaba desmoronándose por completo.
-
Ya veo… entonces has llegado y hemos llegado en el
momento perfecto – Sakura le sonrió a Ken y dirigió su mano al plato para tomar una costilla… pero
no quedaban. De pronto miré el plato vació unos segundos y cuando volteé la
mirada me encontré con tres pares de ojos observándome sorprendidos.
Al comienzo no entendí por qué.
-
Hide… - Tetsuya me reprochó con la voz, observó mi
platillo y luego los de los demás. Hice lo mismo. Tetsuya tenía una costilla en
su mano, pero ninguna otra en el plato, tampoco Ken, ni Sakura había comido ni
una sola. En cambio mi platillo tenía estaba repleto de evidencia. Me las había
comido todas.
-
Ay enano, lo hiciste otra vez.