martes, 26 de junio de 2018

Matices: Capítulo 1 - En silencio.


Hyde

Comencé a desenredar mi cabello con los dedos esforzándome en evitar la ansiedad a mi alrededor. Todo el staff esperaba de forma silenciosa al posible nuevo baterista. Tenían fe en que lograríamos convencerlo de permanecer junto a nosotros.

Nuestro posible nuevo baterista, quien había viajado desde Tokio hasta Osaka gracias a la insistencia de Tetsuya, tenía media hora de retraso, lo cual preocupó  a todos. Tet-chan en medio de su ataque de estrés había insistido en que llegaría y hasta había ido por él hasta la terminal de buses. Ken-chan no dejaba de revisar si su guitarra estaba bien afinada y eso estaba consumiendo mis nervios, aquella era una sensación constante; debíamos demostrar que éramos buenos músicos o que aparentábamos serlo, en mi caso al menos.

De pronto dos siluetas comenzaron a acercarse. Uno era indudablemente Tetsuya, pero el otro chico de alta estatura y cabello oscuro, no era precisamente como imaginaba a nuestro baterista estrella. Su ropa oscura ajustada a su cuerpo resaltaba su espalda musculosa y un par de brazos bien ejercitados; la comparación con mi cuerpo me apenó.

Aquel chico era excesivamente diferente a Pero, nuestro baterista anterior. La notable actitud de superioridad en su mirada intensa asustaba. Estudió  todo con sus ojos oscuros de forma prudente, pero sea cual fuera la idea que se hizo de nosotros en un primer momento, no pareció gustarle, su rostro se mostraba incómodo, algo cansado y posiblemente mareado de  tanta palabrería que Tet-chan salivaba a su lado sin dar si quiera un respiro. Por unos leves instantes su mirada se detuvo en mí, y me tensé cuando lo noté. Sus ojos me estudiaron desde la cabeza hasta los pies de forma más evidente que con el resto de la banda y el staff, una de sus cejas se levantó dudosa y casi pude leer en el reflejo de sus ojos la pregunta: “¿Es hombre o mujer?”. No estuve seguro de cómo reaccionar, solo abrí los ojos como si esperara su aprobación, ¿Por qué? No estuve seguro de ello en aquel momento, pero una sensación de vulnerabilidad de apoderó de mí. Me protegí imitando su actitud de superioridad e intenté devolver su mirada, aunque fallé.

Para mi suerte Tetsuya nos presentó desde la lejanía, por lo que nadie se acercó a estrechar su mano en un primer momento. La atmósfera era incómoda y no solo para el desconocido Yasunori Sakurazawa. Ken-chan intentó armonizar el momento, se acercó a él hablándole como si fueran amigos de confianza desde tiempos inmemorables, me sentí algo celoso por la facilidad en que Ken-chan podía formar lazos. A momentos, los ojos del chico alto se posaban en mí inquietándome.

¿Por qué me observaba tanto? Parecía más interesado en mí que en el resto de los chicos. Estaba acostumbrado a ser ignorado ya que la mayoría de las veces ni siquiera recordaban que yo estaba allí, sin embargo su atención me hacía sentir voluble, como si sus ojos encontraran en los míos justamente lo que yo intentaba esconder.

-          Bien, tocaremos una canción y luego de eso… tú decides, pero te advertimos que sin batería no sonamos muy bien. – le dijo Tet-chan en un tono de disculpa, el chico alto fingió una sonrisa. Su actitud parecía ocultar un leve rechazo a Tetsuya, me recordó a mí las primeras cien veces en que intenté librarme de él antes de que me convenciera a formar parte de su banda. Por primera vez, desde que Sakura había entrado en el estudio, sentí algo de empatía por él.

-          Tranquilo, yo escucho. – respondió con cierta seguridad, como si el acto de escucharnos no fuera algo de importancia para él. Aquella actitud me hizo sentir molesto puesto que no parecía interesado en la banda ni en lo más mínimo si quiera, su actitud de rechazo ante la situación se le escapaba por los poros, me impresionaba que nadie además de mí lo notara, todos intentaban agradarle y entendía que era la mejor opción que teníamos, pero tenía la palabra “NO” escrita claramente en los labios… a la espera de poder ser dicha.

¿Por qué viajar desde tan lejos para aquello? Nos hacía perder el tiempo y su presencia me incomodaba. Los chicos se subieron al escenario improvisado que tenía tan solo un poco más de altura que de donde nos observaría a quien debíamos convencer y reclutar, Ken-chan y Tet-chan tomaron sus instrumentos y la música comenzó. Mi molestia latente me impidió concentrarme del todo pero tomé una decisión a solo un segundo de abrir la boca para cantar: lo convencería. Haría que se nos uniera o que se fuera pensando en que era muy poca cosa para ser parte de nuestra banda.

Con ese pensamiento fue que comencé a cantar y me dejé llevar por la canción que tantas veces había interpretado de forma automática, esta vez me concentré en que mi voz no desencajara con el sentimiento.

Cuando cerré la boca, me atreví a abrir los ojos. Un nudo en mi estómago comenzó a doler, sentí nervios. El rostro de Sakura tenía una expresión sumamente afectada, sentí que lo había logrado, no sabía si su respuesta sería positiva pero al menos estaba claro que lo habíamos sorprendido.

-       ¿Y bien? ¿Te gustó? – Preguntó Ken-chan. La ansiedad comenzó a comerme las entrañas, tuve la necesidad de morderme los dedos mientras nadie me observaba. De pronto el chico sonrió ampliamente, nuevamente la seguridad de su decisión se reflejaba en sus ojos y comencé a dudar de su respuesta.

-       ¿La verdad? – asentimos todos, incluso el staff. – Me gustó, mucho, ¿Cuándo comenzamos? – dijo rápidamente con un ánimo palpable. Tetsuya volteó a observarme con una sonrisa, luego a Ken, luego Ken a mí. Ninguno estaba seguro de lo que había escuchado.

-       ¿Es decir que sí? ¿Quieres ser parte de L’arc en Ciel? – Tetsuya sonaba anonadado.
-       Sí. – respondió nuestro baterista con seguridad en un tono tajante, prácticamente pactando una promesa con Tetsuya. Sonreí, lo había convencido, un pequeño logro personal sumado a mi lista.

-       ¡Entonces bienvenido a la banda! – Ken bajó del escenario y corrió directo hasta el nuevo baterista, le estiró la mano en señal de bienvenida, luego Tetsuya se acercó. Sentí que yo también debía hacerlo pero me intimidaban sus ojos. Iba a dar un paso cuando de pronto voltearon, ignorándome. – ¡Vamos a celebrar!  - anunció nuestro guitarrista. Tetsuya le pidió que se calmara o terminaría por asustar al nuevo miembro de nuestra banda. Me quedé allí, con un sentimiento de tristeza palpable… otra vez siendo ignorado.

Sentí que no quería seguirlos ni celebrar con ellos… de todas formas, no notarían que no estaba allí… pero no podía, si lo permitía, realmente notarían el día que no estuviera y pensarían que me podrían reemplazar fácilmente. Eso no lo quería.  Lo mejor sería cuidar ese diminuto espacio que tenía de importancia en sus vidas.

A veces, sentía que era lo único que tenía.

Di un paso y noté que Sakura aún estaba allí, al parecer esperándome… a mí. Caminé lentamente para cerciorarme de que realmente me esperaba, así lo fue. Llegué a su lado donde me observó con ojos curiosos y aún así intensos.

-       Hola – su tono amigable me descolocó. No estuve seguro de cómo responder, darle la mano se veía extraño en mi mente y en la espera de mi decisión sus ojos comenzaron a asustarme nuevamente, parecían buscar algo en mí. De pronto me sentí expuesto. Asentí como respuesta a su saludo y eché carrera lejos de él.

Mantuve un paso levemente rápido hasta que divisé a Ken-chan y Tet-chan, al parecer iban en dirección al restaurante de carne. Un par pasos hicieron ruido detrás de mí, volteé y entonces me encontré nuevamente con aquellos ojos oscuros siguiéndome los talones. Definitivamente se estaba apresurando para alcanzarme, pero… ¿Por qué?

Mordí mi labio con nervios volviendo a acelerar el paso hasta trotar, pasé por el lado de los chicos sin detenerme, ambos me observaron extrañados pero me percaté de que Sakura se detuvo con ellos y no insistió en seguirme a mí.

No pasarían más de dos minutos hasta que alguno le contara mi incapacidad para hablar, Sakura pensaría que soy extraño, entonces se volvería como los demás y me ignoraría. Aquello era lo común, estaba acostumbrado, pero me dejaba un sabor triste… me había saludado, parecía interesado en mí… y aquello sería todo, no habrían más intentos. Yo lo sabía.

Llegué al local donde los esperé en la puerta, evité mirarlos y me balanceé hacia los lados para no subir la mirada hacía él. Me sentía apenado por mi incapacidad.
-       De verdad que pensé que dirías que no, tú con tanta experiencia y nosotros recién comenzando… estamos agradecidos – decía Tetsuya cuando me alcanzaron, amarrando emocionalmente a Sakura y al compromiso que había tomado al decir que “sí” aceptaba ser parte de la banda. Él se veía incómodo bajo la mirada exigente de Tet-chan, en un determinado segundo sus ojos volvieron a posarse sobre mí y me sonrió, un escalofrío me recorrió desde la espalda hasta el cuello, como si mi cuerpo completo buscara protegerse de esa mirada invasiva… Estuve seguro de que para ese momento ya lo sabía y estaba dando su primer paso para ser amigable conmigo, tal cual lo fue Ken-chan cuando nos conocimos.  El agradecimiento me impidió voltearme y esforcé en sonreír tímidamente, no fui capaz de mantener el contacto visual con sus ojos, pero estuve seguro de que me vio responder.

Observé el piso para no mirarlo cuando pasará junto a mí. En cuanto entraron al lugar, esperé a que tomaran una mesa y los seguí. Me senté junto a Ken-chan y quedé en frente del nuevo chico. Sus ojos me evitaron y lo agradecí, ¿Tener una mirada tan intensa podía ser intencional? Porque parecía ser natural en él, me asustaba. Tetsuya llamó a la mesera y encargó costillas de carne y cervezas, me sentía hambriento… de los nervios no había comido nada para evitar vomitar.

-       Bueno Sakura, cuéntanos un poco de ti. – pidió Tetsuya.

-       ¿Algo que no sepas? Por teléfono parecías saberlo todo… - Sonreí, conocía esa parte de Tetsuya que asustaba.

-       Investigué lo suficiente como para asustarte y amenazarte si no venías – Sakura sonrió y levantó la mirada, topándose con mi sonrisa un segundo. Ambos nos observamos algo sorprendidos de habernos encontrado con la mirada, desvié el rostro la izquierda buscando la mesera y la comida.

-       Tetsuya nos dio tu curriculum, me parece sorprendente que a tu edad tengas tanta experiencia y hayas trabajado con gente reconocida. – Admiró Ken.

-       Si… aunque debo advertirles algo… - de pronto los tres observamos con suma atención a Sakura. –  No conozco a nadie de aquí, no tendría donde vivir mientras permanecemos aquí.
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-       Oh… pero eso podemos resolverlo sin problemas, alguno de nosotros puede alojarte. – Tetsuya respondió sin mayores ataduras, Ken y yo lo observamos dudosos. “Alguno de nosotros” definitivamente no lo involucraba a él.

-       ¿Mientras? – Ken se concentró en aquella palabra mientras la mesera acomodaba la carne en nuestra mesa.

-       Si… si quieren crecer como banda, ya saben, no pueden quedarse aquí. – respondió.

-       Lógicamente sabemos eso – acertó Tetsuya, sin embargo ninguno pareció entusiasmado por esa idea. ¿Dejar a mamá? Me dolía pensarlo.

Tomé una costilla y comencé a comerla mientras los chicos abrían sus cervezas, me la terminé y continué con la siguiente, concentrado entre masticar y escuchar.

-       ¿Tendrías algún problema en dejar Tokyo?  - Ken parecía preocupado.

-       Creo que un par de mujeres sufrirán, pero estará bien, tendrán que entender.

-       Oh, ¿Alguna novia? – lo observé. No podía hacerme la idea de él siendo comprometido a una sola mujer, parecía todo lo contrario, incluso podía imaginarlo con varias.

-       Sí, tengo una, pero me refería a mi madre y mi hermana – rió suavemente con la mirada baja como si aquella pequeña confidencialidad lo avergonzara. De pronto mi primera impresión de él comenzó a derretirse.

-       ¿Eres más dependiente de tu familia que de tu novia, eh? – Tetsu intentaba ser gracioso.

-       Tet-chan, ese eres tú. – jodió Ken.  Nos reímos todos.

-       Casi cumplo cuatro años de relación con mi novia – comentó nuestro nuevo baterista. Todos nos quedamos callados. – Pero desde hace algunos meses que dejó de funcionar, tal vez la lejanía es el remedio perfecto para definir el futuro.

-       Te refieres a que vivir lejos de ella, ¿Puede resolver el problema? ¿Dejándola? – Ken pareció interesado, probablemente las mujeres fuera el tema que más le interesara.

-       Si… la relación ha llegado a ese punto en que la rutina ha opacado lo más importante, hasta no saber si aún existe o si solo está oculto… extrañarnos ayudará a saber si podemos estar sin el otro. – ¿”Lo más importante”? Hablaba de emociones, su revelación romántica me aturdió, realmente mi primera impresión estaba desmoronándose por completo.

-       Ya veo… entonces has llegado y hemos llegado en el momento perfecto – Sakura le sonrió a Ken y dirigió su  mano al plato para tomar una costilla… pero no quedaban. De pronto miré el plato vació unos segundos y cuando volteé la mirada me encontré con tres pares de ojos observándome sorprendidos.

Al comienzo no entendí por qué.

-       Hide… - Tetsuya me reprochó con la voz, observó mi platillo y luego los de los demás. Hice lo mismo. Tetsuya tenía una costilla en su mano, pero ninguna otra en el plato, tampoco Ken, ni Sakura había comido ni una sola. En cambio mi platillo tenía estaba repleto de evidencia. Me las había comido todas.

-       Ay enano, lo hiciste otra vez.