viernes, 16 de marzo de 2018

En sueños


Allí estaba él durmiendo con la boca entreabierta y el dorso desnudo. Se veía relajado, todo un lujo considerando en realidad el estrés de los días. 

Lo contemplé por varios minutos y sonreí un par de veces disfrutando de la privacidad que me proveía la habitación. Era atractivo, pero no de forma usual, pues sus rasgos definidos que tal vez desencajaban un poco en la palidez de su piel denotando la falta de equilibrio en su belleza eran precisamente lo que me atraía.

Observé desde la ventana el paisaje de Marruecos, si había algo que podía llegar a odiar del lugar más que el olor eso era el calor, razón por la cual había visto el cuerpo desnudo de Sakura más veces de lo cómodamente necesario para mí durante toda la semana. Sin embargo ya era de tarde, el clima parecía perfecto para descansar sin sudores molestos. 

Hice un puchero hacía la nada. 

Él parecía notar mi atracción más de lo que aparentaba, pero reaccionaba de forma distinta a la que esperaba de su personalidad más bien descuidada. Se mostraba tímido, algo inseguro, quizá perturbado, lo que me llevaba a pensar que no estaba feliz con la situación...y para mi lástima, no parecía corresponder de ninguna manera. No me había detenido a pensar lo mucho que su rechazo me molestaba, pero era levemente consiente de una pequeña sensación de vacío de la que no reconocía exactamente el por qué.

Me acerqué al dormido hombre alto pelinegro que descansaba semi desnudo en frente de mí; se había bañado y apenas si se había colocado un pantalón antes de caer rendido sobre la cama. Estaba seguro de que no despertaría fácilmente. 

Impulsado tal vez por aquella seguridad o simplemente por el exceso de excitación, me incliné sin cuestionármelo, acercándome a su rostro y besándolo con suavidad sobre sus labios entreabiertos.  Disfruté de la textura de los finos labios un par de segundos pero me levanté de inmediato en cuanto sentí que se había removido. Sakura se movió hacía un lado acomodándose en posición fetal, agarrándose de mí pantalón con un puño que hacía más presión de la que pude soltar sin forzarlo demasiado.

-          Mamá… - susurró aún dormido sosteniendo con mayor fuerza mi pantalón.

    Permanecí perplejo luego de escucharlo. Y es que la verdad era que la imagen de suya no me era fácil de asimilar llamando a su madre en sueños. Me sentí algo estafado y engañado, como si el hombre que me hubieran presentado como el musculoso baterista estuviera lejos de ser el hombre en posición fetal que dormía frente a mí. Quise sentirme siquiera algo enfadado para tener una excusa para salir de allí haciéndome el ofendido, pero la verdad era que la imagen me enterneció más de lo que me gustaría admitir... quise permanecer allí para hacerle sentir el afecto que parecía necesitar en sueños. 

Pensé rápido y sin moverme demasiado debido a su fuerte agarre me estiré tomando la colcha de mi cama, que estaba junto a la suya, y lo envolví lo más que pude en ella asegurándome de que el calor le calmara un poco. Finalmente me acurruqué junto a él, sintiendo su calor, su brazo soltándome poco a poco para luego recorrer mi cintura y darme un abrazo en tanto ambos permanecíamos recostados. Comencé a sentir de la propia tranquilidad que quería trasmitirle. Antes de darme cuenta me dormí junto con él.

El olor del entorno ligeramente diferente al habitual de mi habitación me recordó incluso en sueños que estaba en Marruecos. De pronto un pequeño roce de unos labios suaves tocaron mi boca con cierta duda que pude percibir, y se detuvieron allí unos segundos, pronto se alejaron. Dentro de mi inconsciente quise despertar para averiguar de que se trataba, pero abandoné la idea en cuanto escuché...:

-          Quisiera que siempre durmieras conmigo - el tono correspondió a su voz, ligeramente somnolienta, haciéndome querer buscar los labios en mi inconsciencia y sonreír. Pero con una fuerte sensación de calidez en el corazón, solo me permití continuar durmiendo.