¿Cómo escribir una nueva canción, una nueva
melodía? ¿De dónde puedo conseguir esas poéticas, expresivas palabras? Es como
si nunca hubiese escrito una canción antes. Suspiré, mi mente está en blanco.
¿Qué clase de ropa le compraría a mi hijo? ¿Algo de temporada, clásico,
atemporal? ¿De su tamaño actual o algo que le entrara luego? Qué comprarle a
Megumi… Me detuve, mis cejas formaron un gesto pensativo. ¿Qué no le he
comprado? Suspiré de nuevo, arrojando el lápiz en mi mano sin importancia sobre
la mesa deseando que el nirvana viniese a mí. Me tiré hacia atrás sobre el
suave respaldo de la silla; me irritaba no poder evitar las cosas.
-Oe-
Una voz, exuberante, suave y familiar voz;
fruncí el entrecejo de nuevo, mis labios fruncidos.
-¡Oe!-
Más alto esta vez, seguido por los golpes
abruptos de unos nudillos contra my mesa; mi antigua mesa inglesa. Miré hacia
arriba, bien no exactamente hacia arriba, me enfoqué mirando a la persona
frente a mí.
-Finalmente- rodó sus ojos apartando un
mechón de cabello de su cara- Hola Haido, ¿me recuerdas?-
Su tono es sarcástico, reconozco el
sarcasmo cuando me encuentro con él, si vuelve rodar sus ojos lo golpearé; me
pregunto por qué lo dejé entrar en primer lugar.
-Sakura, ¿qué quieres?- pregunté, parpadeé
irritado y luego hablé de nuevo- No, no, espera- agité mis manos como si
quisiese borrarlo- De nuevo, no me digas lo que quieres, no estoy de humor- él
sonrió y mis ojos se estrecharon. Conozco esa sonrisa; tenía algo bajo la manga
y no era bueno.
-Levántate Haido- tomó mi muñeca en un
intento por levantarme, pero permanecí pegado a la silla.
-¡Estoy ocupado!-
-Oh, ¡vamos!- dijo esta vez acariciándome
los hombros y empujándome fuera de la habitación.
-¡Espera, estoy ocupado! ¿No lo ves?-
-Si claro, no mientras Haido, eres un
horrible mentiroso, parpadeas cuando lo haces. ¡No estás ocupado, no estabas
haciendo nada allí!- él me empujó y nos metió en otra habitación; un suave
aroma a almizcle y vainilla llenó el aire, el olor de mi cuarto.
-Te lo dije, no estoy de humor- grité
luchando contra su agarre. Conozco a Sakura, él solo piensa en sexo.
-Shh…- trató de persuadirme- Te ayudaré a
relajarte-
-¡Estoy muy relajado, y no estoy de humor!-
grité aún más fuerte amenazándolo con cada palabra que conocía hasta que él se
sentó en la cama. Me ignoró completamente sentándose frente a mí con calma.
-Juguemos un pequeño juego Haido- metiendo
su mano en el bolsillo de su chaqueta sacó una venda, haciéndola girar en su
dedo índice.
Salté agarrándome al respaldo de la cama.
-¿Ahora te gusta el bondage? ¿Qué diablos
pasa contigo? ¿Qué diablos pasa con este mundo? ¡Todo el mundo quiere algo de
mí, y te lo dije, no estoy de humor!-
Sakura no dijo una palabra, solo rió
mientras yo lo miraba esperando alguna clase de respuesta. Antes de que me
diese cuenta, él se inclinó hacia adelante. Sentí sus manos por detrás de mi
cabeza y luego el sonido de un nudo bien atado, supe que estaba hecho. No podía
ver ni mierda.
En un instante alcancé el nudo, mi boca
seca por la ansiedad, mis dedos inútilmente tirando de el. Sakura me detuvo
sosteniendo mis brazos a los costados y yo luchando.
-¡Deja de moverte!- me reprendió.
-¡Entonces quítame esta mierda! ¿Qué clase
de juego enfermo es este?- pateé tratando de pegarle, digo, espero haberle
pegado.
-Haido, relájate o saldré de la habitación-
dijo arrastrando las palabras. Puedo imaginarlo con los brazos cruzados,
tranquilo, probablemente sonriendo.
-¡Entonces deshaz esto, desgraciado! Deshaz
esto o yo…- me detuve repentinamente asustado. La habitación estaba tranquila,
sin sonido alguno. Volví mis manos al nudo intentando desatarlo, no sirvió,
parece que solo lo estoy atando más fuerte. Intenté sacarlo pero dolió,
demasiado ajustado incluso para moverlo- ¿Sakura?- llamé. Cuidadosamente estiré
la mano tratando de agarrar algo en esta oscuridad- ¿Sa-Sakura?- me moví hacia
adelante un poco sin atreverme a bajar de la cama en caso de chocar o caer
sobre algo- Por favor, di algo… sé que estás ahí… ¿me ayudas a desatar esto, por
favor?-
Esperé, la única respuesta que obtuve fue
el silencio que me hacía eco. En un
momento repentino de pánico me precipité hacia adelante tropezando fuera de la
cama, no era bueno estar atrapado en esta oscuridad; estaba perdido, asustado.
Podía sentir las lágrimas en mis ojos mientras un sollozo ahogado escapaba de
mis labios. Cual fuese el juego que Sakura estuviese jugando, hice una nota
mental para estrangularlo cuando lo encontrara… digo, si lo encuentro. ¿Él debería
aún estar aquí cierto? Él no podría haberme dejado e irse en serio. ¿Qué se
suponía que hiciese?- ¡Sakura!- grité sintiéndome perdido; el pánico en mí
crecía con cada segundo- ¡¡Sakura!!- llamé de nuevo torpemente marcando mi
camino alrededor con mis manos y mis brazos guiándome. De pronto sentí que mi
pié se atoró, y antes de que pudiese hacer algo, ya había perdido el
equilibrio.
Me preparé para la caída, pero nunca llegó,
en cambio sentí un fuerte agarre en mi brazo sosteniéndome con firmeza. Jadeé
inmediatamente estirando mis manos hacia adelante, agarrando con fuerza el
material de la camisa de esa persona.
-¿Sakura?-
-Te tengo- dijo estabilizándome, guidándome
de nuevo hacia la cama.
-No te atrevas a salir de esta habitación- apreté
mi agarre de él, mi voz tembló, estaba asustado. Dios, estaba muy asustado.
-No iré a ningún lado- su voz sonaba calmada,
plácida, como una suave brisa después de la tormenta- Cálmate Haido…- se soltó
de mi agarré. Jadeé volviendo a estirar mis manos- Shh… estoy aquí, quiero que
me sientas-
-¿Q-qué?-
-Que me sientas, vamos-
Dudoso, estiré mis brazos lentamente, con
cuidado. Puse mis manos en su rostro acariciando su mentón, dejando que mis
dedos recorriesen la forma de su mandíbula y sus mejillas, sus altos y
definidos huesos de las mejillas. Y entonces de pronto todo estaba claro, podía
verlo perfectamente. Puse un dedo en sus labios, jugando con los bordes de su
sonrisa. Casi instintivamente me incliné hacia adelante hasta que pude sentir
mi respiración caliente y húmeda sobre sus labios. Solo un poco más cerca,
fruncí mis labios sin llegar a besarlo. Dibujé una temblorosa respiración, mis
manos aún acariciaban su rostro.
-Ah… - las lágrimas que contenía ahora
caían libremente haciendo que me asfixiase detrás de la venda- Creo, que me
enamoré de nuevo-
Sakura me jaló para apoyarme en su hombro,
lloré y me sostuve mientras él meticulosamente desataba la venda. No me moví
cuando la quitó, siquiera abrí los ojos; su imagen aún ardía en mi mente,
fuerte y muy brillante. Él ahogó una risa y besó mi cabello acariciando mi
espalda con cariño.
Tal vez podría perdonarlo.
-No tienes por qué estar siempre por
delante de todo Haido… a veces está bien solo, ¿ir con la corriente?-
Sollocé y volteé a mirarlo.
-¿Y ahora qué, eres filósofo?-
Él rió de nuevo, una hermosa risa. Tomó mi
mentón para besarme.
-Puedes relajarte cuando estás conmigo. Es
una de las razones por las que no soy tu amante-
Nos besamos de nuevo, un beso largo, suave.
Cerré mis ojos y él cerró los suyos también. Pude sentir sus pestañas sobre las
mías haciéndome cosquillas. Pero él estaba tan cerca de mí, la frescura de su
aroma podía envolverme. Siento que he caído de nuevo y no puedo detenerme. Tal
vez es verdad, a veces nuestra vista puede cegarnos, pero cuando ves con el
corazón, todo se hace mucho más claro.
Por: faded_poetry
Fuente: LiveJournal